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Definiendo la auditoría



Partes: 1, 2

  1. Resumen
  2. Desarrollo
  3. Bibliografía

El estudio del lenguaje es complejo por demás, y
desde cualquier ángulo que se le considere, presenta un
campo vastísimo sin horizontes.(25)

Resumen

La palabra auditoría ha sido definida de
forma muy concisa por los estudiosos, máxime hoy cuando
este proceso ha rebasado el ámbito de la contabilidad. La
definición propuesta en este trabajo pretende ampliar
todas las facetas que implica el término, en consonancia
con su empleo actual.

Aun para los lexicólogos, la definición
exacta de cualquier palabra es difícil, máxime
cuando se trata de una palabra técnica. Escuchar la
palabra auditoría puede suscitar reacciones diversas.
Hasta la palabra auditor, que es la persona capacitada
para realizar una auditoría, es para algunos desconocida
en el ámbito laboral. La persona consciente de su buen
trabajo cotidiano reacciona con alegría ante una
auditoría porque ésta constituye un reconocimiento
moral de su trabajo ante los demás, y ello la estimula a
trabajar cada vez mejor. El origen etimológico de la
palabra es del latín, tiene que ver con la
audición: las cuentas eran "oídas" en vez de ser
examinadas como se hace en la actualidad.

Desde el mismo momento en que existió el comercio
y la industria, se llevaron a cabo auditorías de
algún tipo, si bien no en todos los lugares ni en los
tiempos remotos se denominaban con este término. La
auditoría, como técnica y como disciplina, se
remonta a la Edad Media. La línea de desarrollo de la
revisión de las cuentas y de la información
financiera es casi paralela al desarrollo de las actividades
económicas, así como a la evolución de la
contabilidad y la necesidad de perfeccionar el control interno.
Las causas principales que dieron origen a esta profesión
son las siguientes: la necesidad de comprobar la honestidad de
aquellos que administraban los bienes y dineros de otros, el
deseo de los administradores de que su honradez quedase
demostrada, y la falta de conocimientos en general, para rendir
informe y cuentas de la gestión realizada.

La auditoría se circunscribía a contar con
una opinión independiente que diera fe de la exactitud de
la información financiera. En el año de 1935, James
O. McKinsey sentó las bases para lo que él
llamó "auditoría administrativa" Esta obra
marcó un hito en la evolución de la
auditoría. Hoy la palabra auditoría ha sobrepasado
el marco de la contabilidad y se ha extendido a una amplia gama
de esferas: Auditoría energética. Auditoría
social. Auditoría de seguridad de sistemas de
información. Auditoría de innovación.
Auditoría política. Auditoría de
accesibilidad. Auditoría de marca. Auditoría de
código de aplicaciones.Auditoría Sox.
Auditoría médica. Auditoría medioambiental.
Auditoría de medios. Auditoría de gestión o
rendimiento. Auditoría financiera o de estados
financieros. Auditoría forense. Auditoría de
cumplimiento. Auditoría fiscal. Auditoría de
tecnologías de la información y las comunicaciones.
Auditoría ambiental. Auditoría especial.
Auditoría en material de protección
radiológica. Auditoría tecnológica.
Auditoría técnica y de calidad. Auditoría de
proyecto. Auditoría médica. Auditoría a la
seguridad y protección de la información oficial.
Auditoría sobre la protección a las sustancias
peligrosas. Auditoría contable. Auditorías del
Sistema de Gestión de la Seguridad y Salud.
Auditoría interna de la calidad. Auditorías del
Sistema de Gestión de la Seguridad Industrial.
Auditoría de la innovación y la tecnología
de la empresa. Auditoría mercadotécnica. La
definición de auditoría a secas (sin
adjetivo ni complemento) debe aceptar el reto de abarcar todos
los tipos de auditoría enumerados anteriormente,
así como de otros que existen o puedan surgir en el
ámbito de una actividad determinada. La Ley No. 107 de la
Contraloría define con limitada exactitud esta palabra.
Proponemos la siguiente definición de auditoría: Es
el proceso realizado por personal independiente y competente, a
instancia de un cliente, debidamente planeado y de conformidad
con las normas y procedimientos establecidos, consistente en la
obtención y evaluación imparcial de evidencias, que
permitan juzgar con seguridad razonable el grado de cumplimiento
del control interno implantado, evaluar y precisar las causas, el
impacto y los responsables de las deficiencias de este control,
así como informar al cliente y otros
interesados.

Desarrollo

Aun para los lexicólogos, la definición
exacta de cualquier palabra es difícil, máxime
cuando se trata de una palabra técnica. Los diccionarios
ofrecen una definición más o menos aproximada, que
no siempre es acertada o precisa. La literatura técnica
adolece a menudo también de esta flaqueza.

Una definición lexicológica o de
diccionario es el significado del término en lenguaje
común, lo más sencillo posible para llegar a la
máxima audiencia. Una definición lexical es
básicamente descriptiva, (informando del uso del
término entre los hablantes de un idioma) y no
prescriptiva, (que trata de señalar qué es lo
"correcto" sin considerar el uso real que se hace del
término). Las definiciones lexicológicas tienden a
ser inclusivas, tratando de captar todo a lo que se aplica el
término, por lo que a menudo resultan demasiado vagas para
muchos propósitos.(14)

Intentaremos definir, es decir, exponer con claridad y
exactitud las características específicas y
diferenciadoras de la palabra auditoría,
atendiendo a los siguientes requisitos de una definición
científica (2):

El número de posibilidades de
interpretación diferentes debe ser lo más reducido
posible.

Sin embargo, una definición debe ser tan sencilla
como sea posible.

Una definición no debe contener, si es posible,
ninguna regla de excepción.

Asimismo, intentaremos en no caer en las siguientes
falacias de definición (14):

Circularidad o tautología

Existe una denominación general para las dos
primeras fuentes de errores: definición circular. Una
definición circular no arroja luz alguna sobre el objeto o
asunto sobre el que queremos obtener
información.

Definir con un sinónimo

Una definición no es buena si simplemente nos da
una palabra sinónima. Por ejemplo: supongamos que
definimos la palabra virtud utilizando simplemente la palabra
excelencia. Podría ser perfectamente real que todas las
virtudes son excelencias, y que todas las excelencias son
virtudes, pero la palabra excelencia por sí misma no es
una buena definición de virtud. Uno siempre puede
simplemente preguntar, "¿pero qué quiere decir
excelencia?". Seguramente, si uno tiene una confusión
básica sobre lo que significa virtud, entonces
también tendrá una confusión
filosóficamente básica con lo que quiere decir
excelencia.

Definir con un cuasi-sinónimo

Una definición no es buena si utiliza un
sinónimo muy cercano. Por ejemplo, supongamos que
definimos bello como "poseedor de valor estético". Las
palabras bello y estético tienen un
significado muy cercano. Por lo que si uno tiene curiosidad por
la belleza también tendrá curiosidad por la
estética. Lo realmente útil es qué
características generales poseen todos los objetos bellos,
o todos los objetos que tienen valor estético.

Definiciones excesivamente amplias

Una definición es demasiado amplia si se aplica a
cosas que no son parte de la extensión semántica de
la palabra definida. Por ejemplo: Soltero: Varón no
casado. A primera vista puede parecer buena, pero puede aplicarse
a muchas cosas, por ejemplo, animales varones o bebés
varones, que evidentemente no son solteros. Para corregir esta
falacia hay que hacer más precisa la definición. En
el caso de soltero podría ponerse "hombre adulto no
casado".

Definiciones excesivamente precisas

Las definiciones pueden ser demasiado precisas, esto es,
puede ser que excluyan cosas que deberían aplicarse al
objeto definido. En este caso quedarían fuera miembros de
la definición de la palabra. Por ejemplo: Mueble: objeto
usado para sentarse. Por supuesto, algunos muebles no se utilizan
para sentarse, como es el caso de las mesas. Por lo tanto, aunque
algunos muebles sí que son para sentarse, no todos son
para ello.

Oscuridad

Las definiciones pueden ser erróneas al utilizar
un lenguaje oscuro, ambiguo o figurado. Supongamos que definimos
Amor como "el estremecimiento insensible del alma". Esto no es de
ninguna utilidad. Si nos dan una definición como esta
tenemos derecho a preguntar: "¿Pero qué es el
estremecimiento insensible del alma? ¿Cómo podemos
reconocerlo? ¿Está el alma de Elena
estremeciéndose insensiblemente ahora?". Las definiciones
deben hacerse en un lenguaje llano, franco y sencillo para que
puedan ser entendidas por las personas a las que se las
ofrecemos.

Escuchar la palabra auditoría puede suscitar
reacciones diversas: alegría, seguridad, pesadumbre,
intranquilidad, nerviosismo o, sencillamente, indiferencia, en
dependencia de los intereses y preocupaciones del
receptor.

Hasta la palabra auditor, que es la persona
capacitada para realizar una auditoría, es para algunos
desconocida en el ámbito laboral. Al menos esa fue la
impresión que recibimos en cierta ocasión cuando
nos presentamos el primer día a cierta entidad para
iniciar una auditoría, y la trabajadora que nos
recibió inicialmente anunció a su jefe "llegaron
los editores", lo que fue asumido humorísticamente, pero
da qué pensar en este asunto sobre el desconocimiento de
la palabra mal entendida, a menos que existan editores que
visiten a una entidad.

Fuera del ejemplo enunciado anteriormente, los
trabajadores que, sobre todo, tienen responsabilidad con los
recursos de su organización, no desconocen que la
realización de una auditoría podría develar
desde inconscientes errores leves hasta los más graves,
cometidos para obtener provechos personales y, por consiguiente,
en este último extremo podrían verse hasta
implicados en causas penales. De ahí las diversas
reacciones ya referidas.

Pero la persona consciente de su buen trabajo cotidiano
reacciona con alegría ante una auditoría porque
ésta constituye un reconocimiento moral de su trabajo ante
los demás, y ello la estimula a trabajar cada vez mejor.
Esto es lo que finalmente se persigue con la auditoría, y
es la meta tanto para los auditores como para todo
trabajador.

El origen etimológico de la palabra es del
latín: según la Enciclopedia Wikipedia(14), del
verbo latino "Audire", que significa "oír", y según
el Manual del Auditor(20), del sustantivo "auditorius". Como
quiera, su origen tiene que ver con la audición, cuando
pocas personas sabían leer y las cuentas eran
"oídas" en vez de ser examinadas como se hace en la
actualidad, aunque ya hoy resulta absurdo realizar una
revisión de cuentas "de oídas", como en los tiempos
pretéritos. Al contrario: lo que un auditor oye y no tiene
forma de demostrar ante un tercero, es igual a nada. Aunque las
declaraciones verbales de los auditados deben tomarse en cuenta
por el auditor, éstas tienen que asentarse por escrito o
complementarse mediante otras pruebas (evidencias).

Desde el mismo momento en que existió el comercio
y la industria, se llevaron a cabo auditorías de
algún tipo, si bien no en todos los lugares ni en los
tiempos remotos se denominaban con este
término.

En la Antigüedad, un papiro egipcio refiere que en
el año 254 a.C, Apolonios, ministro de finanzas del
faraón Ptolomeo II Filadelfo (308 – 246 a.C),
contrariado por haberse pagado de su caja siete talentos de plata
sin su autorización, ordenó que fuesen comprobadas
las cuentas de Aristeos, uno de los tesoreros, y las del
mayordomo Artemidoro. Esta orden la hizo extensiva a
Zenón, administrador de todos sus intereses y jefe de
contabilidad, para que preparase sus cuentas para ser
inspeccionadas por Python, banquero del estado.(13)

Si analizamos el ejemplo anterior, se aprecia dos
cualidades fundamentales del auditor: la capacidad profesional y
la independencia, ya que el faraón designa a un banquero,
instruido en el manejo de las cuentas (capacidad profesional), y
persona no sólo ajena a la entidad auditada (casa del
faraón), sino responsable de una institución
interesada en revelar el monto real del efectivo (independencia).
Hoy en día estas cualidades están presentes en las
normas de auditoría internacionales.

En la historia de Egipto, un personaje muy ligado a los
faraones, el Gran Visir, estaba encargado de vigilar y controlar
al Tesorero Principal en sus labores de recaudación y
aplicación del dinero, por lo que puede asumirse que el
Gran Visir es una especie de antecedente histórico de los
auditores actuales ya que revisaba las cuentas a fin de comprobar
su apego a las normas dictadas por el
faraón.(24)

La auditoría, como técnica y como
disciplina, se remonta a la Edad Media, un período
histórico muy definido en el devenir de la humanidad,
caracterizado por ser una época de oscurantismo, de
paralización del desarrollo y con características
muy particulares en cuanto al aspecto social.

La necesidad de dinero para sufragar la vida de la
realeza y la nobleza, sus castillos y moradas, sus
séquitos y ejércitos, hizo que se establecieran
impuestos al pueblo, uno de los cuales fue el popular y conocido
diezmo, que consistía en el pago de una décima
parte de los bienes que se poseyeran o se produjeran. Pero al
igual que en los tiempos actuales, los que pagaban impuestos
buscaban vías para evadirlos o reducirlos, por lo que se
daban a la tarea de esconder, disimular o trasladar sus
pertenencias y haberes.

Pero, también al igual que hoy, los encargados de
recaudar los impuestos conocían o intuían de
argucias, desviaciones y evasiones. Al ser ellos conocidos por el
pueblo, decidieron enviar a otros servidores de los
señores feudales para que, disfrazados o disimulados,
oyesen murmuraciones, cuentos e historias que permitiesen
descubrir a los evasores y recaudar así mayores impuestos.
A éstos se les conocía como "auditores" o personas
que oían y luego delataban o descubrían a los
trasgresores o malhechores ante los recaudadores.

En España, aparece esta figura en la
creación de la Generalidad de Cataluña por parte de
las Cortes catalanas de 1358, donde nombra "oidores de
cuentas"
para controlar las cuentas de los
diputados.(14)

A partir del siglo XVII, el feudalismo se debilita. Se
desarrolla la clase burguesa controlando la banca, el seguro, el
tráfico marítimo, los mercados y la incipiente
industria, contraponiendo su poderío económico a la
hegemonía feudal, terminando por derrotar al feudalismo, y
comienza así una era de gran desarrollo en las actividades
comerciales e industriales, se entroniza la división del
trabajo, surgen los trabajadores asalariados, se realizan
descubrimientos científicos, nacen los inventores y crecen
las ciudades y al propio tiempo evoluciona la auditoría,
denominada también Contaduría
Pública.

George Watson fue el primer contador que ofreció
al público sus servicios como auditor, en el año
1645, en Escocia. Aunque se desconoce la fecha exacta en que
comenzó a ejercer la contaduría pública, se
supo que durante muchos años desempeñó
cargos de tesorero, cajero y contador del Banco de Escocia, donde
sin duda adquirió la experiencia y prácticas que le
llevaron a ofrecer sus servicios al público.

Por lo antes expuesto, puede afirmarse que la
línea de desarrollo de la revisión de las cuentas y
de la información financiera es casi paralela al
desarrollo de las actividades económicas (industria,
comercio y otras), así como a la evolución de la
contabilidad y la necesidad de perfeccionar el control
interno.

Las causas principales que dieron origen a esta
profesión son las siguientes: (26)

La necesidad de comprobar la honestidad de aquellos que
administraban los bienes y dineros de otros.

El deseo de los administradores de que su honradez
quedase demostrada.

La falta de conocimientos en general, para rendir
informe y cuentas de la gestión realizada.

Las primeras auditorías fueron revisiones
meticulosas de los registros para determinar si cada
operación había sido asentada en la cuenta
apropiada y por el importe correcto.

El propósito fundamental de estas primeras
auditorías era detectar desfalcos y determinar si las
personas en posiciones de confianza estaban actuando e informando
de manera responsable. Estaban encaminadas a asegurar al
propietario de un negocio que sus empleados estaban llevando
correctamente las cuentas, que existían todos los bienes y
se encontraban valorados apropiadamente. (11)

Más adelante, al intentar obtener dinero
prestado, el propietario podía utilizar el balance general
para mostrar a un banquero que el negocio tenía los
suficientes recursos para garantizar el préstamo. Los
banqueros, por su parte, con frecuencia exigían que una
tercera persona, suficientemente capacitada, confirmara la
exactitud del balance general.

En Inglaterra, país que protagonizó la
Revolución Industrial en Europa (1750 – 1914), se
constituyeron grandes compañías por acciones y,
consecuentemente, es donde la Contaduría Pública
surge con más pujanza.

La auditoría como profesión fue reconocida
por primera vez bajo la Ley Británica de Sociedades
Anónimas de 1862 creciendo de esta forma en Inglaterra
hasta aproximadamente 1905 y su principal objetivo entonces era
la detección del fraude.(12)

La contabilidad como profesión fue introducida
por los británicos en Norteamérica en la segunda
mitad del siglo XIX, los contadores norteamericanos adoptaron la
forma de auditar y los procedimientos de llevar a cabo la
revisión de los informes financieros de los
británicos. Estas auditorías eran llevadas a cabo
fundamentalmente en entidades de capitales
individuales.

A partir del año 1900, con el surgimiento de las
corporaciones, surge la necesidad de auditar sus estados
financieros de las corporaciones y sobre el 1917, aparecen en las
leyes el establecimiento de la certificación de los
mismos.

Durante mucho tiempo, y hasta bien entrado el Siglo XX,
la palabra auditoría sólo era entendible y
aceptable dentro de la contabilidad, por lo que decir
auditoría implicaba únicamente lo contable y por
ende, su ejercicio era privativo de los contadores de aquel
entonces.(24)

Hasta aquí el desarrollo de la auditoría
se circunscribía a contar con una opinión
independiente que diera fe de la exactitud de la
información financiera. Por ello, el concepto enunciado
por diferentes autores es con este enfoque.

Ejemplos de conceptos de auditoría limitados a la
información financiera:

"Es un examen sistemático de los libros y
anotaciones contables de una corporación, sociedad o
comerciante con objeto de: a) comprobar ciertas situaciones de
hecho, b) descubrir o prevenir fraudes, c) ofrecer opinión
o juicio sobre materias consultadas y d) informar al cliente.
(1)

"Es la comprobación científica y
sistemática de los libros de cuentas, comprobantes y otros
registros financieros y legales de un individuo, firma o
corporación, con el objeto de determinar la exactitud e
integridad de la contabilidad, mostrar la verdadera
situación financiera y las operaciones, y certificar los
estados que se rindan"(2).

"Es la rama de la ciencia de la contabilidad que tiene
por objeto la revisión, comprobación, examen,
estudio y análisis de los libros de contabilidad y
documentos de cualquier tipo de organización empleando
método y artes propios, con la finalidad de exponer los
hechos y situaciones económicas y financieras"
(13)

"Es un proceso sistemático para obtener y evaluar
de manera objetiva las evidencias relacionadas con informes sobre
actividades económicas y otros acontecimientos
relacionados. El fin del proceso consiste en determinar el grado
de correspondencia del contenido informativo con las evidencias
que le dieron origen, así como determinar si dichos
informes se han elaborado observando principios establecidos para
el caso" (11)

"Auditar es el proceso de acumular y evaluar evidencias,
realizado por una persona independiente y competente acerca de la
información cuantificable de una entidad económica
específica, con el propósito de determinar e
informar el grado de correspondencia existente entre la
información cuantificable y los criterios establecidos"
(15)

La auditoría es el examen crítico y
sistemático que realiza una persona o grupo de personas
independientes del sistema auditado. Aunque hay muchos tipos de
auditoría, la expresión se utiliza generalmente
para designar a la auditoría externa de estados
financieros
que es una auditoría realizada por un
profesional experto en contabilidad de los libros y registros
contables de una entidad para opinar sobre la razonabilidad de la
información contenida en ellos y sobre el cumplimiento de
las normas contables. (14)

En el año de 1935, James O. McKinsey sentó
las bases para lo que él llamó "auditoría
administrativa", la cual, en sus palabras, consistía en
"una evaluación de una empresa en todos sus aspectos, a la
luz de su ambiente presente y futuro probable." (16). Esta obra
marcó un hito en la evolución de la
auditoría, al pasar de un objeto puramente contable a
todos aquellos que tengan que ver con la optimización de
la gestión.

Hoy la palabra auditoría ha sobrepasado el marco
de la contabilidad y se ha extendido a una amplia gama de
esferas. La enciclopedia Wikipedia, por ejemplo, contiene
definiciones de los siguientes tipos de auditoría,
además de la "auditoría contable"(14):

Auditoría energética: es una
inspección, estudio y análisis de los flujos de
energía en un edificio, proceso o sistema con el objetivo
de comprender la energía dinámica del sistema bajo
estudio.

Auditoría social: constituye el proceso que una
empresa u organización realiza, con ánimo de
presentar balance de su acción social y el comportamiento
ético de la empresa u organización, en
relación a sus objetivos y a los de terceros (personas
físicas o jurídicas) directa o indirectamente
implicados.

Auditoría de seguridad de sistemas de
información: análisis y gestión de sistemas
para identificar y posteriormente corregir las diversas
vulnerabilidades que pudieran presentarse en una revisión
exhaustiva de las estaciones de trabajo, redes de comunicaciones
o servidores.

Auditoría de innovación: proceso de
obtención información sobre la situación
actual de la empresa frente a la innovación.

Auditoría política: revisión
sistemática de los procesos y actividades, orientadas
ideológicamente, de toma de decisiones de un grupo para la
consecución de unos objetivos, en beneficio de
todos.

Auditoría de accesibilidad: revisión de la
accesibilidad de un sitio web por parte de un experto.

Auditoría de marca: metodología
para medir el valor de una marca.

Auditoría de código de aplicaciones:
proceso de revisar el código de una aplicación para
encontrar errores en tiempo de diseño.

Auditoría Sox: revisión practicada a las
firmas de auditoría de las compañías que
cotizan en bolsa, de acuerdo a lo prescripto por la ley
Sarbanes-Oxley.

Auditoría médica: es la revisión
sistemática y educativa para procurar que el enfermo
reciba la mejor atención médica posible, y su
objetivo específico es elevar su calidad.

Auditoría medioambiental: persigue cuantificar
los logros y la posición medioambiental de una
organización.

Auditoría de medios: permite conocer toda la
información publicada por los medios de
comunicación referido a la temática de
interés de cada cliente, tanto de su propia marca o
empresa como de sus competidores o acerca de mercados o empresas
que deseen evaluar.

Este listado de definiciones de auditoría
según la actividad objeto de verificación puede ser
tan extenso como las diferentes actividades que se puedan
enumerar.

En el Reglamento de la Ley No. 107 de la
Contraloría(8), se establecen los siguientes tipos de
auditoría, de acuerdo con los objetivos fundamentales que
se persigan:

Auditoría de gestión o rendimiento:
consiste en el examen y evaluación de la gestión de
un órgano, organismo, entidad, programa, proyecto, proceso
o actividad, para establecer el grado de economía,
eficiencia, eficacia, calidad e impacto de su desempeño en
la planificación, control y uso de los recursos y en la
conservación y preservación del medio ambiente,
así como para comprobar la observancia de las
disposiciones que le son aplicables.

Esta es la de mayor alcance en cuanto los objetos de
verificación; abarca los demás tipos de
auditoría. También se le ha denominado
"administrativa", "administrativa funcional", "integral",
"operacional", "operativa", "gerencial", "comprehensiva", "de
desempeño", y "de las 3 E".

Auditoría financiera o de estados financieros:
consiste en el examen y evaluación de los documentos,
operaciones, registros y estados financieros de la entidad, para
determinar si estos reflejan, razonablemente, su situación
financiera y los resultados de sus operaciones, así como
el cumplimiento de las disposiciones
económico-financieras, con el objetivo de mejorar los
procedimientos relativos a su gestión y evaluar el control
interno.

Auditoría forense: consiste en la
investigación y verificación de información,
operaciones, actividades y otras, para reunir y presentar el
soporte técnico que sustente presuntos hechos delictivos y
de corrupción administrativa.

Auditoría de cumplimiento: es la
comprobación, evaluación y examen que se realiza
con el objetivo de verificar el cumplimiento de las disposiciones
jurídicas, reglamentarias, estatutarias y de
procedimientos inherentes a la actividad sujeta a
revisión, vinculando la eficacia de la norma en
relación con los objetivos y metas de la
entidad.

Auditoría fiscal: consiste en el examen de las
operaciones a las que están obligadas las personas
jurídicas o naturales con obligaciones al fisco,
tributarias y no tributarias, con el objetivo de determinar si se
efectúan en la cuantía que corresponda, dentro de
los plazos y formas establecidas y proceder conforme a
derecho.

Auditoría de tecnologías de la
información y las comunicaciones: consiste en el examen de
las políticas, procedimientos y utilización de los
recursos informáticos, así como de la confiabilidad
y validez de la información, la efectividad de los
controles, aplicaciones, sistemas de redes y otros vinculados a
la actividad informática.

Auditoría ambiental: es el proceso para verificar
el uso, administración, protección,
preservación del medio ambiente y de los recursos
naturales, con el objetivo de evaluar el cumplimiento de las
normas y principios que rigen su control y, cuando proceda,
cuantificar el impacto por el deterioro ocasionado o que pueda
producirse.

Auditoría especial: consiste en la
verificación y análisis de temas específicos
en entidades, actividades de interés nacional o
territorial, programas, proyectos y otros asuntos. Cuando se
requiera, se aplica con enfoque de proceso y participan uno o
varios sujetos.

Asimismo existen otros tipos de auditoría
reguladas por otros documentos legislativos cubanos, los cuales
se citan:

Auditoría en material de protección
radiológica(6)

Auditoría tecnológica(5)

Auditoría técnica y de calidad: referida
en un gran número de resoluciones del MICONS y el MIC,
como un servicio dentro del objeto social aprobado a las
entidades que se les subordinan.(17,18)

Auditoría de proyecto.(14)

Auditoría médica: (22)

Auditoría a la seguridad y protección de
la información oficial: (7).

Auditoría sobre la protección a las
sustancias peligrosas. (19)

Auditoría contable: (21)

Auditorías del Sistema de Gestión de la
Seguridad y Salud: (9,23)

Auditoría interna de la calidad: (9)

Auditorías del Sistema de Gestión de la
Seguridad Industrial: (9)

Auditoría de la innovación y la
tecnología de la empresa: (9)

Auditoría mercadotécnica: (9)

La definición de auditoría a
secas (sin adjetivo ni complemento) debe aceptar el reto de
abarcar todos los tipos de auditoría enumerados
anteriormente, así como de otros que existen o puedan
surgir en el ámbito de una actividad
determinada.

En nuestra opinión la Ley No. 107 de la
Contraloría(3), define con limitada exactitud esta
palabra, así:

"Proceso sistemático, realizado de conformidad
con normas y procedimientos técnicos establecidos,
consistente en obtener y evaluar objetivamente las evidencias
sobre las afirmaciones contenidas en actos jurídicos o de
carácter técnico, económico, administrativo
u otros, con el fin de determinar el grado de correspondencia
entre esas afirmaciones, las disposiciones legales vigentes y los
criterios establecidos."

Esta definición abarca cualquier acto (no
sólo el de carácter técnico –
económico) y, por consiguiente, todas las definiciones de
tipos de auditorías enunciadas anteriormente están
comprendidas en esta definición.

Pero se queda corta ya que la auditoría no
sólo debe determinar las desviaciones, sino precisar y
declarar los responsables directos y colaterales de las mismas, y
además concluye con un informe a los interesados (internos
o ajenos a la organización), y posteriormente con acciones
de seguimiento para verificar el cumplimiento de las medidas
adoptadas para corregir las desviaciones.

Puede alegarse que estas omisiones de la precitada
definición de auditoría están incluidas
tácitamente en la expresión "de conformidad con
normas y procedimientos técnicos establecidos", pero las
evidencias son parte de las normas también y se incluyeron
en la definición.

Por otra parte, la independencia y capacidad profesional
son normas importantes y tampoco se explicitan en la
definición antedicha.

Un elemento común de cualquier auditoría,
independientemente del objeto de la actividad a que se refiera,
es el control.

El control es una etapa primordial en la
administración, pues, aunque una empresa cuente con
magníficos planes, una estructura organizacional adecuada
y una dirección eficiente, el ejecutivo no podrá
verificar cuál es la situación real de la
organización si no existe un mecanismo que se cerciore e
informe si los hechos van de acuerdo con los
objetivos.

Asociado a la definición de control anteriormente
reseñada, se desarrolló la de control
interno
que, a la par de la auditoría, inicialmente
se ideó como un instrumento del propietario o propietarios
de un negocio para evitar desfalcos, y se limitaba al área
contable. Pero a partir de la publicación en 1992 del
llamado "Informe COSO", esta definición rebasó el
marco contable y se extendió a todas las áreas
funcionales de la organización.

Según la Resolución No. 60/2011 de la
Contraloría General de la República de Cuba(24),
"el control interno es el proceso integrado a las operaciones con
un enfoque de mejoramiento continuo, extendido a todas las
actividades inherentes a la gestión, efectuado por la
dirección y el resto del personal; se implementa mediante
un sistema integrado de normas y procedimientos, que contribuyen
a prever y limitar los riesgos internos y externos, proporciona
una seguridad razonable al logro de los objetivos institucionales
y una adecuada rendición de cuentas".

Según la Ley No. 107(3), el control interno
persigue los objetivos siguientes:

proteger y conservar el patrimonio contra cualquier
pérdida, despilfarro, uso indebido, irregularidad o acto
ilícito;

asegurar confiabilidad y oportunidad en la
información que se recibe o se brinda;

c) garantizar la eficiencia y eficacia de las
operaciones económicas, mercantiles u otras similares que
se realicen, de acuerdo con su objeto social o encargo
estatal;

d) cumplir con el ordenamiento
jurídico;

Finalmente, sobre la base de todo lo expuesto
anteriormente, proponemos la siguiente definición de
auditoría:

Es el proceso realizado por personal independiente y
competente, a instancia de un cliente, debidamente planeado y de
conformidad con las normas y procedimientos establecidos,
consistente en la obtención y evaluación imparcial
de evidencias, que permitan juzgar con seguridad razonable el
grado de cumplimiento del control interno implantado, evaluar y
precisar las causas, el impacto y los responsables de las
deficiencias de este control, así como informar al cliente
y otros interesados.

Las características de esta definición se
analizan y comentan seguidamente:

Es un proceso, es decir un conjunto de
actividades o eventos (coordinados u organizados) que se realizan
o suceden (alternativa o simultáneamente) con un fin
determinado.

Realizado por personal independiente y competente: esta
es la primera norma de auditoría y constituye el sine qua
non de este proceso. La frase entraña la experiencia,
nivel de escolaridad, superación continua,
desinterés, actitud mental independiente, libre de
prejuicios y de cualquier limitación o factor que afecte
la imparcialidad.

A instancia de un cliente: la auditoría se inicia
al amparo de una orden que responde al interés de
algún cliente.

De conformidad con las normas y procedimientos
establecidos: Las normas constituyen guías para controlar
la calidad de la auditoría, están claramente
establecidas y no se permite desviación alguna de las
mismas; se agrupan en: normas sobre los atributos personales,
normas de ejecución del trabajo, y normas sobre el
informe. Los procedimientos describen el conjunto de
técnicas aplicadas y deben ser adaptados por los auditores
en cada auditoría específica, de acuerdo con los
criterios profesionales de los mismos.

Obtención y evaluación imparcial de
evidencias: lo que significa acumular pruebas que sustenten el
informe, de manera objetiva (sin interés personal).
Comprende tanto las evidencias externas como las emitidas por el
propio auditado, así como los papeles de trabajo
elaborados por el auditor.

Comprobar con seguridad razonable: Revisar o analizar
los actos, con el fin de confirmar o corroborar su veracidad,
existencia o exactitud. No puede existir seguridad total por la
existencia de riesgos de auditoría, debido a la
aplicación de técnicas de muestreo.

Juzgar el grado de cumplimiento del control interno
implantado: teniendo el nuevo enfoque conceptual del control
interno, se incluyen todas las actividades de la
organización, no sólo la financiera.

Evaluar y precisar las causas, el impacto y los
responsables de los incumplimientos derivados de las deficiencias
de este control: La auditoría debe identificar las causas
de las deficiencias y sus consecuencias, cuantificando
éstas siempre que sea posible. Mediante una
declaración de responsabilidad administrativa, que se
anexa al informe, se precisan los responsables de las
deficiencias detectadas, tanto los directos como los que tienen
responsabilidad colateral o indirecta.

Informar al cliente y a otros interesados: El informe o
dictamen es finalmente la única evidencia que se ha
realizado la auditoría; por la calidad del mismo se juzga
todo el trabajo ejecutado. El cliente es quien solicita la
auditoría, y otros interesados pueden ser: máximo
dirigente de la entidad auditada o nivel superior (si no es el
cliente), el banco, acreedores, etcétera.

En nuestra definición se intenta abarcar las
principales etapas o actividades del proceso, cuya
denominación y cantidad varía según la
fuente.

Las fases de la auditoría, según Cook y
Winkle (Auditoría, capítulo I), son tres: 1)
conocimiento del negocio, 2) obtención de evidencias y 3)
informe. Según Raúl de Armas García (Manual
para el estudio de la Auditoría de Gestión), son
tres fases: planeación, 2) ejecución e (3) informe.
Según el folleto "Guía metodológica para la
realización de la auditoría de gestión"
(Oficina Nacional de Auditoría, septiembre de 1998), la
auditoría tiene 5 etapas: 1) exploración y examen
preliminar, 2) planeamiento, 3) ejecución, 4) informe y 5)
seguimiento. Ni el MAC (Ministerio de Auditoría y Control)
ni hasta hoy la Contraloría han definido estas fases o
etapas, si bien en el Manual del Auditor del MAC, capítulo
VI Supervisión: "Una supervisión y un control
adecuados de la auditoría son necesarios en todos los
casos y en todas las etapas del trabajo, desde la
exploración hasta la emisión del informe…",
y menciona luego 4 etapas: exploración, planeamiento,
ejecución e informe final.

Partes: 1, 2

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