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La evaluación de proyectos en el contexto educativo



  1. Introducción
  2. Los
    proyectos
  3. Evaluación de
    proyectos
  4. Estudio Social de Proyectos
  5. El
    proyecto educativo institucional
  6. Conclusión
  7. Referencias
    bibliográficas

Introducción

Las contradicciones y transformaciones violentas del
mundo actual, demandan de todos los profesionales que tienen que
enfrentar dichos cambios, una óptica científica que
les permita conocer en profundidad el comportamiento de los
diversos fenómenos, sus factores causales y efectos
sociales, para abordarlos de manera eficiente y eficaz y no
perderse en el caos de la improvisación (Balestrini,
2001). Asimismo, el gerente educativo debe desarrollar las
competencias necesarias para el abordaje de los problemas
socioeducativos, mediante la indagación científica,
que apoye la toma de decisiones racional y la
planificación efectiva de las diversas acciones
pedagógicas y administrativas para mejorar la calidad de
sus instituciones.

Los conocimientos teóricos y metodológicos
sobre la elaboración y evaluación de proyectos son
de vital importancia para el gerente educativo que tiene que
habérselas constantemente con la búsqueda de
soluciones viables a los problemas inherentes al campo educativo.
Especialmente, en el contexto actual con la puesta en
acción de los Proyectos Pedagógicos de Plantel, que
el director escolar debe liderar en sus instituciones.
También en el ámbito universitario el gerente
educativo, debe planificar e implementar proyectos comunitarios
que vinculen al estudiantado con la comunidad local. Estas
actividades responden a políticas gubernamentales que
buscan la participación ciudadana en la solución de
los problemas que confrontan las comunidades; su
aplicación se apoya en el liderazgo del gerente y el apoyo
comunitario y gubernamental.

Los
proyectos

Importancia de los
proyectos

Los proyectos existen porque responden a la
solución de una necesidad humana, de allí su
importancia. "Siempre que exista una necesidad humana de un bien
o un servicio habrá necesidad de invertir (…) una
inversión inteligente requiere una base que la justifique.
Dicha base es un proyecto bien estructurado y evaluado" (Baca,
2001, p.2).

Para tomar la decisión sobre un proyecto es
necesario que éste sea sometido al análisis
multidisciplinario de diferentes especialistas. La
decisión siempre debe estar basada en el análisis
de un sinnúmero de antecedentes con la aplicación
de una metodología lógica que abarque todos los
factores que participan y afectan al proyecto. El hecho de
realizar un análisis completo, no significa que la
inversión estará exenta de riesgo. Ya que existen
factores fortuitos económicos o políticos, que no
pueden preverse y que pueden afectar la rentabilidad y la
estabilidad de la empresa (Palacios, 1998).

Es una labor de mucha incertidumbre, lo que hace
necesario mucha planificación y control de lo que se
está realizando. Esto obliga a una efectiva
comunicación, cooperación e integración de
los miembros del equipo de proyectos. Contempla las principales
características de una operación, involucra el
trabajo con personas, recursos y procedimientos establecidos
(Palacios, 1998).

Definición de
Proyecto

Un proyecto es la búsqueda de una solución
inteligente al planteamiento de un problema tendente a resolver
una necesidad humana (Baca, 2001; Sapag y Sapag, 1999). Puede
haber diferentes ideas e inversiones de diverso monto,
tecnología y metodologías, destinadas a resolver
necesidades educativas, de alimentación, salud, ambiente,
cultura etc. (Baca, 2001). Es un trabajo temporal que realiza la
organización y su resultado es un producto o servicio
único, ejecutado por un conjunto de recursos y personas
con habilidades multidisciplinarias. El resultado de un proyecto
suele ser irrepetible, ya que implica hacer algo que no estaba
hecho anteriormente (Palacios, 1998). El gerente educativo, como
parte del desarrollo de sus funciones directivas debe saber
investigar para producir y evaluar los proyectos que permitan dar
solución a las diversas necesidades y problemas del
quehacer pedagógico e institucional. También en la
gerencia de los proyectos se evidencian las habilidades del
gerente para la formación de los equipos de trabajo, su
capacidad de liderazgo hacia el logro compartido, la
resolución de problemas, la negociación y
demás conocimientos teórico-prácticos que se
aplican para la conducción de equipos hacia el
éxito.

En la actualidad se maneja un tipo de estudios que
proponen la formulación de modelos, sistemas, etc., son
los proyectos factibles. Este tipo de estudios prospectivos, en
el caso de las Ciencias Sociales, sustentados en un modelo
operativo, de una unidad de acción, están
orientados a proporcionar respuestas o soluciones a problemas
planteados en una realidad: organizacional, social,
económica, educativa, etc. En ese sentido la
delimitación de la propuesta final, pasa inicialmente por
un diagnóstico de la situación existente, mediante
un estudio de campo (Balestrini, 2000).

Según reseña la Universidad
Pedagógica Experimental Libertador (UPEL, 2003), el
Proyecto Factible puede apoyarse también en un estudio
documental. Incluye las etapas de: diagnóstico,
planteamiento y fundamentación teórica de la
propuesta; procedimiento metodológico, actividades y
recursos para su ejecución; análisis, viabilidad y
realización del proyecto; y en caso de su desarrollo, la
ejecución de la propuesta y la evaluación tanto del
proceso como de los resultados.

Existe también otra modalidad de proyectos: los
proyectos especiales, los cuales producen creaciones tangibles,
susceptibles de ser utilizadas como soluciones a problemas
demostrados, o que responden a necesidades de tipo cultural.
Deben incluir la demostración de la necesidad de
creación o de la importancia del aporte, por lo tanto
deben apoyarse en un estudio de campo o documental; deben
contener también la fundamentación teórica y
la descripción de la metodología usada y el
resultado concreto del trabajo en forma acabada (prototipos,
productos tecnológicos, literarios o artísticos)
(UPEL, 2003).

El gerente educativo, podrá entonces aplicar
cualquiera de los anteriores tipos de proyectos, según sea
la necesidad que se presente, dentro del contexto escolar o
universitario; también en el caso de desarrollar funciones
administrativas en organismos no educativos, la aplicación
de estos conocimientos son de suma importancia ya que cualquier
empresa utiliza proyectos estratégicos u operativos para
la aplicación de sus ideas.

Una característica de los proyectos es su
carácter evolutivo, ya que tiene un ciclo de vida, donde
se producen en secuencia las transformaciones de un conjunto de
materias primas, a productos y servicios comercializables con
mayor valor agregado (Palacios, 1998). En materia educativa, el
valor que se agrega es el mejoramiento de la calidad del servicio
educativo y de las comunidades beneficiadas con los proyectos
sociales que se desarrollan en las escuelas. A nivel
universitario, también la ejecución y
evaluación de proyectos permite el crecimiento
organizacional, tanto en lo curricular (por los aportes del
conocimiento científico), en lo operativo (por la
búsqueda de soluciones viables a los problemas
económicos y administrativos) y en la vinculación
social (compartiendo los conocimientos de las universidades a las
comunidades).

La realización de un proyecto genera cambios en
el sistema vigente. Dichos cambios pueden ser a nivel de la
infraestructura productiva de la empresa, a nivel de recursos o
estructural. El proyecto se transforma en la herramienta de
cambio que tiene la planificación estratégica de un
individuo u organización en el momento que visualiza un
futuro deseado distinto de la situación actual (Palacios,
1998). Los gerentes educativos deben estar conscientes de la
resistencia al cambio para la implementación de proyectos
y buscar el consenso y el apoyo de todos los actores sociales
involucrados para el logro de los objetivos. La decisión
de un proyecto debe siempre sustentarse en un diagnóstico
que evidencie la necesidad de su desarrollo.

Un proyecto surge por varios motivos, como respuesta a
una "idea" que busca ya sea la solución a un problema
(reemplazo de tecnología obsoleta, abandono de una
línea de productos) o la forma para aprovechar una
oportunidad de negocio, que por lo general corresponde a la
solución de un problema de terceros (demanda insatisfecha
de algún producto, sustitución de importaciones)
(Sapag y Sapag, 1999).

Proceso de preparación y
evaluación de proyectos

Las áreas generales en las que se puede aplicar
la metodología de evaluación de proyectos son:
Instalación de una planta totalmente nueva,
elaboración de un nuevo producto de una planta ya
existente, ampliación de la capacidad instalada o
creación de sucursales o la sustitución de
maquinaria por obsolescencia o capacidad insuficiente. Se
distinguen, según Baca (2001), tres niveles de profundidad
en un estudio de evaluación de proyectos: el perfil o gran
visión, el estudio de prefactibilidad o anteproyecto y el
proyecto definitivo.

El perfil, gran visión o
identificación de la idea, es la primera fase del
proyecto, se elabora a partir de la información existente,
el juicio común y la opinión de la experiencia. En
términos monetarios, sólo presenta cálculos
globales de las inversiones, los costos y los ingresos, sin
entrar a investigaciones de terreno. Esta fase implica la
identificación de la idea del proyecto, el análisis
del entorno, la detección de necesidades y el
análisis de oportunidades para satisfacer dichas
necesidades.

El Estudio de prefactibilidad o anteproyecto,
profundiza la investigación en fuentes secundarias y
primarias en investigación de mercado, detalla la
tecnología que se usará, determina los costos
totales y la rentabilidad económica del proyecto. Es la
base sobre la que se apoyan los inversionistas para la toma de
decisiones sobre el proyecto. Esta fase implica: la
definición conceptual del proyecto, el desarrollo del
estudio que sustenta el proyecto, la evaluación del
proyecto y la decisión sobre el mismo.

El nivel más profundo y final es el Proyecto
definitivo
. Contiene básicamente toda la
información del anteproyecto, pero con mayor detalle. La
información que se presente no debe alterar la
decisión tomada respecto a la inversión, siempre
que los cálculos hechos en el anteproyecto sean confiables
y hayan sido bien evaluados. Esta última fase, es la
cristalización de la idea, la realización de la
propuesta de producción de un bien o un servicio para
atender a una necesidad humana o social.

Introducción y marco de
desarrollo

La primera parte de todo proyecto es una
presentación formal del mismo, con sus objetivos y
limitaciones. Comienza con la introducción que debe
contener una breve reseña histórica del desarrollo
y usos del producto, además de precisar cuáles son
los factores relevantes que influyen directamente en su consumo.
(Baca, 2001).

El marco de referencia, (o marco teórico,
antecedentes del estudio) debe situar el entorno, las condiciones
económicas y sociales, aclarar básicamente las
razones del proyecto, a quienes beneficiará, que necesidad
resolverá y justificar la inversión. Deben
también especificarse los objetivos del estudio que son
básicamente tres: verificar que existe un mercado
potencialmente insatisfecho (estudio de necesidad), demostrar que
tecnológicamente es posible producirlo (factibilidad
técnica) y la rentabilidad económica de su
realización (factibilidad económica).

Cuando el proyecto se sustenta en un diagnóstico
de necesidades, en un estudio de campo, se deben incluir en la
Metodología las explicaciones sobre el diseño
seleccionado, las variables de estudio, la población y
muestra, las técnicas de recolección de datos, la
validez y confiabilidad de los instrumentos. Cuando se apoya en
un estudio documental, debe señalarse la
metodología de la investigación documental y los
resultados del análisis de contenido se presentan en el
marco teórico del proyecto (Pérez,
2005).

Estudio de mercado

Consta básicamente de la determinación y
cuantificación de la demanda y oferta, el análisis
de precios y el estudio de comercialización, mediante un
estudio de fuentes primarias (de campo) para obtener datos
actualizados y confiables. El objetivo general de esta
investigación es verificar la posibilidad real de
penetración del producto en un mercado determinado. Este
estudio también es útil para prever una
política adecuada de precios, estudiar la mejor forma de
comercializar el producto y conocer la viabilidad de la propuesta
(Baca, 2001).

Estudio técnico

Puede dividirse en cuatro partes: determinación
del tamaño óptimo de la planta,
determinación de la localización óptima de
la planta, ingeniería del proyecto y análisis
administrativo. Algunos de los aspectos que no se analizan con
profundidad en los estudios de factibilidad son el organizativo,
el administrativo y el legal. Esto se debe a que por su
importancia son tratados a fondo en el proyecto
definitivo.

Estudio económico

Su objetivo es ordenar y sistematizar la
información de carácter monetario que se requiere
para la ejecución de la propuesta.

Evaluación
de proyectos

Definición de Evaluación
de Proyectos

La evaluación de un proyecto de inversión
tiene por objeto conocer su rentabilidad económica y
social, de tal manera que se asegure resolver una necesidad
humana en forma eficiente, segura y rentable; asignar escasos
recursos a la mejor alternativa (Baca, 2001). La
evaluación de proyectos, consiste entonces en la
técnica que busca recopilar, crear y analizar en forma
sistemática un conjunto de antecedentes económicos
para juzgar cualitativa y cuantitativamente las ventajas y
desventajas de dicha asignación de recursos (Sapag y
Sapag, 1999).

La optimización de la solución se inicia
antes de preparar y evaluar el proyecto, al identificar un
problema que se va a solucionar con el proyecto, prioritariamente
se deberán buscar todas las opciones que conduzcan al
objetivo; cada opción será un proyecto. En una
primera etapa se preparará el proyecto, es decir, se
determinará la magnitud de sus inversiones, costos y
beneficios. En una segunda etapa se evaluará el proyecto,
se medirá la rentabilidad de la inversión. Ambas
etapas constituyen la "preinversión" (Sapag y Sapag,
1999).

Muchos factores influyen en el éxito o fracaso de
un proyecto, produciendo cambios en su concepción y en su
rentabilidad esperada. Si el bien o servicio producido es
rechazado por la comunidad, significa que la asignación de
recursos adoleció de un diagnóstico o de
análisis, que lo hicieron inadecuado para las expectativas
de satisfacción de las necesidades del conglomerado
humano. Un cambio tecnológico, político, comercial,
puede generar profundas transformaciones cualitativas y
cuantitativas en los proyectos, debido al surgimiento de
obstáculos o restricciones imprevistas, incluso lo pueden
hacer fracasar. También la inestabilidad de la naturaleza,
el entorno institucional, la normativa legal y muchos otros
factores hacen que la predicción perfecta sea un imposible
(Sapag y Sapag, 1999).

Sólo con la preparación y
evaluación será posible la reducción de la
incertidumbre inicial respecto de la conveniencia de llevar a
cabo la inversión en un determinado proyecto.

Criterios para la Evaluación de
Proyectos

Según Baca (2001), la evaluación de un
proyecto siempre arroja resultados diversos, porque existen
diversos factores que influyen, tales como: el enfoque de los
evaluadores, o las múltiples alternativas de
selección en el tamaño, localización
tecnología, entre otras. La evaluación, es la base
para decidir sobre la inversión y depende en gran medida
del criterio adoptado de acuerdo con el objetivo general del
proyecto. Este puede ser, en la inversión privada, obtener
el mayor rendimiento, la supervivencia de la empresa, mantener el
mercado, diversificar la producción, etc.

Existen diferentes criterios de evaluación, con
respecto al cual los gobernantes en turno fijan sus
políticas y prioridades, sobre todo en el aspecto social,
a las cuales es difícil oponer algún criterio o
metodología. Por lo tanto, lo realmente válido es
plantear premisas basadas en criterios matemáticos
universalmente aceptados.

Evaluación y Tipos de
Proyectos

Los proyectos pueden ubicarse en forma relativa dentro
de las siguientes categorías, según Palacios
(1998): la Rentabilidad, refleja el nivel del
entorno económico deseado por sus promotores en el momento
de financiar la inversión (autogestión versus
proyectos de máxima rentabilidad; la
Orientación a las ventas, describe el
proyecto en función de su objetivo de maximizar las
ventas, con la creación de nuevas utilidades de negocio o
por la disminución de gastos de la operación
existente; el Valor Agregado, se refiere a la
importancia que tiene el valor añadido intelectual en un
proyecto, lo que permite diferenciar entre una asesoría
gerencial, de la producción de un bien primario; y el
Factor Geográfico, clasifica al proyecto
en función de la necesidad de trasladar a la
organización encargada de ejecutar el trabajo.

Además, se suelen evaluar los proyectos
según el Mercado, divide proyectos
según el tamaño del mercado primario de los
potenciales usuarios de los productos generados; el Factor
de Monopolización
, indica el dominio que tiene un
competidor en el mercado (monopolio/oligopolio versus la libre
competencia); el Factor de Servicio, distingue a
los proyectos según la atención personalizada que
acompaña al producto comercializado. Es la diferencia
entre un proyecto para producir bienes primarios y comida
rápida; la Temporalidad, implica el tiempo
de duración del proyecto, puede ser tan prolongado como la
introducción de un nuevo medicamento al mercado, o tan
corto como un rescate policial. (a corto plazo, mediano plazo
).

La Multidisciplinariedad, distingue a
los proyectos en función de la cantidad de disciplinas que
lo integran. (nivel de especialización versus
integralización); el Tamaño, indica
una diferenciación de los proyectos con base en el monto
total de la inversión que requieren para su
completación; clasifica los proyectos en mayores,
manejados por departamentos especializados y menores, manejados
por departamentos operativos; y la Generación de
conocimientos
, existen proyectos que pueden estar
dirigidos a producir nuevos conocimientos, información o
tecnología, donde la mayor parte del gasto está
relacionada con tareas de investigación, horas de trabajo
humano o simplemente búsqueda de información.
También incluye los proyectos donde hay un predominio de
la inversión en infraestructura, materiales, equipos o
tecnología externa.

En materia educativa, se consideran los proyectos dentro
de las categorías de servicio, como generación de
conocimiento y en algunos casos, según su nivel de
complejidad o multidisciplinas involucradas. Esto en
correspondencia con los objetivos sociales que promueven los
proyectos educativos, que se orienta al logro de un bien social y
no de la rentabilidad económica. Sin embargo, los
proyectos de autogestión que desarrollan algunas escuelas
podrían evaluarse bajo los criterios de rentabilidad, con
el fin de modificar o mejorar las acciones del
proyecto.

La toma de decisiones asociada a un
proyecto

Los niveles decisorios son múltiples y variados,
puesto que en el mundo moderno cada vez es menor la posibilidad
de tomar decisiones en forma unipersonal. Por lo regular, los
proyectos están asociados interdisciplinariamente y
requieren varios niveles de apoyo técnico antes de ser
sometidos a la aprobación del nivel decisorio que
corresponda..

Toda toma de decisiones implica un riesgo. Existen
decisiones con un menor grado de incertidumbre y otras de mayor
riesgo. Lo fundamental es que se la decisión se encuentre
cimentada en antecedentes básicos concretos que hagan que
las decisiones se tomen racionalmente, considerando todas las
variables que entran en juego.

Para la adopción de decisiones inteligentes se
debe realizar la evaluación del proyecto, la cual
permitirá disponer de un sinnúmero de antecedentes
justificatorios de las ventajas y desventajas de la
asignación de recursos a un determinado proyecto y
asegurar una acertada toma de decisiones (Sapag y Sapag,
1999).

Actores que intervienen en el
proyecto

La visión integral obliga a estudiar todo el
ambiente que rodea la actividad propuesta, analizando todos los
posibles actores que pueden intervenir, influir o estar
interesados en el proyecto (stakeholders). En primer
lugar, Palacios (1998) menciona, al Equipo del
proyecto
, conformado por todos los miembros de la
organización que están formalmente asignados como
responsables de conceptualizar, planificar, ejecutar y controlar
el proyecto. Cabe resaltar a los promotores del proyecto, como
agentes impulsadores y los más interesados en la puesta en
marcha del mismo. Los Clientes o Usuarios, Son
los individuos u organizaciones que van a usar o comprar los
productos o servicios desarrollados por el proyecto. Los
Proveedores, son organizaciones externas que
participan en la realización directa o indirecta del
proyecto, por medio de contratos donde se responsabilizan por
paquetes de trabajo negociados o aporte de recursos. Los
Competidores, conformado por los individuos u
organizaciones que verían sus intereses seriamente
afectados por la aparición del proyecto. Los
Complementadores, el equipo debe considerar en su
análisis a todas aquellas organizaciones que tengan
sinergias con el proyecto o se benefician del mismo. Las
Agrupaciones y entidades gubernamentales, deben
considerarse ya que pueden tomar decisiones que afecten el
desarrollo del proyecto. Estas agrupaciones pueden ser
asociaciones de vecinos, alcaldías, grupos
ecológicos, institutos de investigación,
sindicatos, gobiernos, agrupaciones profesionales,
etc.

Todo stakeholder es aquel que intentará
guiar el proyecto a favor de sus intereses. El costo de hacer
negocios en el ámbito latino, está influenciado por
la corrupción, ya que se tiende a satisfacer a ciertos
actores para solventar los inconvenientes que estos hacen al
proyecto. Otro de los inconvenientes en la gerencia de proyectos
latinos, es la imposibilidad de identificar los stakeholders y
controlar su influencia en los proyectos. Cuando los intereses de
los actores entran en conflicto, lo más recomendable es
satisfacer al usuario, siempre y cuando no se transgreda la
factibilidad del proyecto.

Con la puesta en marcha de los programas sociales dentro
de las escuelas, como el Plan alimentario (PAE), el distrito
escolar, los gerentes educativos, el personal directivo y
demás miembros de la comunidad deben estar constantemente
supervisando el desarrollo de dichos proyectos, ya que pueden
darse diversas irregularidades por parte de los proveedores y
responsables en el suministro de las meriendas escolares.
Asimismo, con los suministros de recursos de infraestructura o
didáctico, debe mantenerse un seguimiento de los diversos
factores implicados en los programas sociales, para garantizar
que los recursos asignados lleguen a las personas e instituciones
necesitadas a los cuales están destinados.

Estudio Social de
Proyectos

La evaluación social de proyectos compara los
beneficios y costos que una determinada inversión pueda
tener para la comunidad de un país en su conjunto. Tanto
la evaluación social como la privada usan criterios
similares para estudiar la viabilidad en un proyecto, aunque
difieren en la valoración de las variables determinantes
de los costos y beneficios que se le asocien. La
evaluación privada trabaja criterios de precios de
mercado, mientras que la evaluación social lo hace con
precios sombra o sociales. Los proyectos sociales deben tener en
cuenta los efectos indirectos o externalidades que generan sobre
el bienestar de la comunidad.

Siempre se encontrará que los proyectos sociales
requieren del evaluador la definición de correcciones de
los valores privados a valores sociales, considerando los costos
y beneficios directos, indirectos e intangibles y además
las externalidades que producen. En el caso de los proyectos
educativos, la evaluación social de los proyectos debe
realizarse en función del efecto que producirá
tanto dentro de la escuela, en el personal y los alumnos, como
fuera de ella, en el ámbito comunitario; se deben valorar
las metas, si son alcanzables o demasiado ambiciosas, si se
cuenta con los medios para lograrlo y las variables que pueden
obstaculizar el desarrollo de dichos proyectos.

Los proyectos en la
planificación de desarrollo

La investigación proyectiva, como la denomina
Hurtado de Barrera (2000), tiene que ver con la invención
pero también con los procesos de planificación.
Trasciende el campo de cómo son las cosas, para entrar en
el cómo podrán ser, en términos de
necesidades, preferencias o decisiones de ciertos grupos
humanos.

La planificación constituye un proceso mediador
entre el futuro y el presente. El futuro, incidirá en cada
agente económico ahora, en el momento de efectuar el
proceso de evaluar el proyecto cuyos efectos se esperan
mañana. Hoy, es cuando se puede hacer algo para estar en
condiciones de aprovechar las oportunidades del futuro. El primer
argumento que sustenta la necesidad de la planificación es
que las acciones determinadas hoy siguen siendo eficaces
mañana (Matus, citado por Sapag y Sapag, 1999). Este
fenómeno se llama planificar en prospectiva, requiere que
el investigador construya o diseñe un futuro deseable (ya
no sólo probable) y se ubique en él, como si ya
existiera, de modo que su planificación va desde el futuro
hacia el presente (Hurtado de Barrera, 2000).

Se pueden plantear diversos escenarios, o
representaciones imaginarias de la realidad futura; estos son:
escenarios sobre el futuro deseable, probable y posible, con el
fin de predecir los riesgos del proyecto (Godet, 1990 y Miklos y
Tello, 1996, citados por Hurtado de Barrera, 2000)

En cualquier proyecto debe decidirse antes cuanto
será el monto de la inversión que debe hacerse para
su puesta en marcha. Sobre la base de esta exploración del
futuro, se adopta una decisión, la que en definitiva
será más o menos acertada, según sea la
acuciosidad de la investigación y de sus
proyecciones.

La planificación no debe sólo prever
cuantitativamente los resultados posibles del desarrollo global o
sectorial, sino además el comportamiento de los distintos
componentes de la sociedad.

Planificar el desarrollo significa determinar los
objetivos y las metas dentro de un sistema económico, para
una forma de organización social y para una determinada
estructura política en un horizonte de tiempo determinado.
De esta forma, la planificación dentro de ella, la
preparación y evaluación de proyectos, tiene un
carácter neutral y puramente técnico, ya que no
puede considerársele como característica de un
determinado sistema político, económico o
social.

La planificación del desarrollo obliga a concebir
los objetivos de tal manera que pueda mostrarse que ellos son
realistas y viables, que los medios son óptimos,
compatibles y están disponibles para lograr los objetivos
trazados. Todas estas herramientas pretenden conseguir la
asignación de recursos se efectúe con criterios de
racionalidad, de previsión de hechos, de fijación
de metas coherentes y coordinadas.

La concepción de los PPP y los PPA responde a la
planificación de desarrollo realizada a nivel nacional por
el ente educativo responsable, el Ministerio de Educación
dentro de un plan populista de construcción
social.

Los Proyectos en la
planificación estratégica

Los proyectos son herramientas de la
planificación estratégica, la cual consiste en el
análisis global del ambiente interno y externo de la
organización, para desarrollar una visión integral
conformada por la misión, los objetivos, las estrategias,
metas y programas. Los programas son la parte operacional de la
planificación estratégica y es ejecutada mediante
la consecución de proyectos con fines similares (Palacios,
1998).

El proceso de planificación estratégica se
suele realizar primero a nivel macro, analizando la
organización como un todo, y luego a cada unidad funcional
de trabajo, estableciéndose los objetivos, estrategias y
metas específicas para cada departamento y área
organizativa. Hay dos factores que dificultan que la gerencia de
proyectos comprenda su rol dentro de la planificación
estratégica: la informalidad con que operan la
mayoría de las organizaciones y la poca alineación
existente entre la planificación de distintos
departamentos (Palacios, 1998).

El director escolar debe ser capaz de realizar la
planificación estratégica incluyendo los proyectos
educativos; pero debe en primer lugar, tener claridad de la
visión y misión institucional, sin esta
definición los objetivos y metas se proponen difusos,
ambigüos, ya que no existe direccionalidad en las acciones y
estrategias. La conceptualización de las políticas
del plantel tampoco pueden ser generadas por el director en forma
unilateral, debe promoverse la integración de los
integrantes de la organización en una visión de
logro compartida, que favorezca su alcance y disminuya la
resistencia cultural a los cambios que deben darse.

El proyecto
educativo institucional

El proyecto, en ocasiones es parte de un sistema mayor,
"es un conjunto de actividades concatenadas que constituye la
unidad más pequeña que forma parte de un programa,
(…) que puede realizarse con independencia de otros
proyectos" (Ander-Egg, 1978, p.26). Así, los proyectos de
pedagógicos de plantel (PPP) y los proyectos de aula (PPA)
son parte del Plan de Acción implementado por el
Ministerio de Educación dentro del nuevo diseño
curricular.

Un proyecto pedagógico de plantel (PPP), se basa
en un conjunto de acciones planificadas de manera colectiva por
los docentes, directivos y miembros de la comunidad educativa,
las cuales se orientan a fortalecer los aciertos de la escuela y
a resolver sus principales problemas pedagógicos. Como
política educativa implica la democratización de la
toma de decisiones y la aceptación de la diversidad y la
particularidad de las condiciones internas y externas de cada
escuela (Ministerio de Educación, 1998).

Las fases del PPP son tres: formulación,
ejecución y evaluación. En la formulación se
describen los aspectos que motivaron el proyecto, su
diagnóstico, los objetivos y el problema, en el cual se
incluye el diseño del plan operativo. En la fase de
ejecución se describen las acciones a efectuar y la
última etapa, consiste en la evaluación y
seguimiento del proyecto.

Un proyecto educativo institucional implica desde su
concepción la participación activa de los actores
involucrados en la comunidad educativa, quienes comparten un
espacio determinado y poseen intereses, problemas y recursos en
común. Es un documento que implica la definición de
la identidad institucional; se deben considerar como referentes
la historia y la contextualización del centro. Algunas
dimensiones que deben tenerse en cuenta al formular proyectos
son: (a) la dimensión organizacional; (b) dimensión
administrativa; (c) dimensión
pedagógica-didáctica y (d) dimensión
comunitaria. (Capocasale, Sanz y Klee, 2004).

Se debe tener en cuenta la consolidación del
proyecto, es decir, que se trate no sólo como un momento
de actividades, sino como parte de un proceso, compatible con
otras pautas operativas y con el resto de los proyectos, al mismo
tiempo que de continuidad a una acción basada en el
principio de experiencias progresivas, ligado al crecimiento del
nivel de conciencia de los participantes (Ander- Egg, 1978). En
este sentido, los PPP y PPA deben tener un carácter
orgánico, sinérgico, compatible con la
planificación y desarrollo de las actividades
ordinarias.

Sobre este particular, se critica el desarrollo
"mecanicista" de proyectos de plantel y de aula como una serie de
recetas que deben seguirse para cubrir los objetivos del
Ministerio de Educación, que se evidencia en la
participación "obligada" de los docentes y alumnos en los
proyectos, la ausencia de los representantes y la comunidad
local; también la escasa repercusión que han tenido
los mismos en el mejoramiento de la calidad educativa, tanto a
nivel académico como administrativo. Una de las
explicaciones a este fenómeno, entre otras variables,
podría ser el poco adiestramiento o formación de
los docentes y directores en materia de gerencia de proyectos y
en general en el área de investigación.

El resultado del proyecto educativo institucional es
concebido como una intervención específica en una
realidad educativa concreta. Pero toda intervención genera
nuevas situaciones que a su vez están vinculadas con el
surgimiento de nuevos problemas. Por ello, se evalúa la
implementación del proyecto y el logro del objetivo
general como resultado del proceso global, para discutir la
posibilidad de realizar nuevos proyectos educativos
institucionales (Capocasale, Sanz y Klee, 2004). Si la
evaluación es pertinente debería retroalimentar los
proyectos para cambiar lo que no ha funcionado o buscar nuevas
ideas de solución a los problemas de la
institución.

Conclusión

La importancia de la elaboración y
evaluación de proyectos dentro del contexto educativo,
justifica que el gerente escolar conozca los aspectos
teóricos y técnicos de la realización de
dichos procesos. Se requiere también la formación
en la investigación científica, ya que los
proyectos factibles o especiales, deben fundamentarse en el
análisis del entorno, estudio de necesidades,
investigaciones documentales, diagnósticos o factibilidad,
para su posterior elaboración.

Dentro del contexto actual, los gerentes educativos
deben promover y desarrollar diversos proyectos en sus escuelas,
los cuales siguen lineamientos del Ministerio de
Educación, para mejorar la calidad educativa en materia
académica (PPA) y a nivel global (PPP). La efectividad de
los proyectos dependerá de la capacidad de la
organización para definir sus planes estratégicos y
desarrollar dichos programas en forma sinérgica y
alineada; asimismo, estará influenciada por la
disposición de los actores implicados en retroalimentar
adecuadamente los proyectos, de supervisar los agentes externos y
en general de participar y reorientar las acciones para lograr
los objetivos.

La formación metodológica, finalmente,
capacita a los gerentes a realizar en forma sistémica y
científica, la búsqueda de soluciones a los
diversos problemas y necesidades socio educativas de sus
instituciones. También ayuda a dichos gerentes para
adiestrar al personal en el desarrollo de los proyectos y en la
conducción de los equipos de
investigación.

Referencias
bibliográficas

Ander- Egg, E. (1978). Introducción a la
Planificación
. Buenos Aires: El Cid Editor

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Autor:

Livia Carolina Lozada
Carmona

Prof. Magíster en Gerencia
Educativa

Asesora Metodológica

IUMCOELFA-UNEXPO-CUAM

Caracas, julio, 2007

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