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Los Nefilim




Enviado por Agustin Fabra



Partes: 1, 2

  1. Los
    Nefilim
  2. Pueblos Nefilim
  3. Interpretación según
    religiones
  4. Los
    Nefilim en los textos bíblicos
  5. ¿Qué sucedió con los
    Nefilim o gigantes?
  6. Conclusión
  7. Libro
    de los vigilantes o la caída de los
    ángeles

"Cuando la humanidad comenzó a multiplicarse
sobre la faz de la tierra y les nacieron hijas, vieron los hijos
de Dios que las hijas de los hombres les venían bien, y
tomaron por mujeres a las que prefirieron de todas ellas.
Entonces dijo Yahvé: "No permanecerá para siempre
mi espíritu en el hombre, porque no es mas que carne; que
sus días sean ciento veinte años". Los nefilim
aparecieron en la tierra por aquel entonces (y también
después), cuando los hijos de Dios se unieron a las hijas
de los hombres y éstas les dieron hijos: estos fueron los
héroes de la antigüedad, hombres famosos"

(Génesis 6:1-4)

Los
nefilim

Los nefilim o nephilim son, en la
Biblia y en otros escritos religiosos judíos y cristianos
tempranos, un pueblo de gigantes. Tanto están mencionados
en varios libros canónicos como apócrifos. El
significado etimológico de la palabra hebrea
nefilim es el de caídos o
derribados, aunque se ha traducido también como
gigantes o titanes, y en algún texto se
ha dejado en el original hebreo .

Según la Biblia, los nefilim aparecen como el
deseo contranatural de algunos ángeles inicuos, o sea,
injustos o malvados, de tener relaciones sexuales con las mujeres
de la tierra. Se presupone que el término mencionado en el
Génesis de hijos de Dios se refería a los
ángeles caídos o demonios, quienes se unieron con
mujeres humanas. De esas uniones resultó una raza de
gigantes, los nefilim, quienes fueron los héroes de la
antigüedad, hombres famosos
(Génesis
6:4).

Sin embargo existe otra versión, que analizaremos
posteriormente, de que los nefilim podían haber sido
descendientes de Set. E incluso algunos grupos de ufólogos
opinan que los nefilim estarían relacionados con supuestos
extraterrestres, debido a que habría existido una
hipotética intervención extraterrestre en la
antigüedad. Esta hipótesis la basan en que el
término Nephila o Nefila era usado por
los arameos para referirse a la constelación de
Orión, y así los nefilim habrían procedido
de dicha constelación.

Desde hace unos años se están realizando
excavaciones en la zona de Oriente Medio en donde se han
encontrado restos de esqueletos de gran tamaño, muy
superiores en dimensiones a los humanos actuales. Estas son
algunas fotos de dichas excavaciones.

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Pueblos
nefilim

De acuerdo a la tradición rabínica, los
anakim o anaquitas, los refaim o
refaítas y los emim o emitas,
eran todos de la misma raza nefilim y todos los nombres
citados se traducen por gigantes.

Refaítas: Eran una antigua tribu cananea
que vivía en las colinas de Judá y en la llanura
filistea (Hebrón, Debir, Anab, Gaza, Gath y Ashdod).
Habitantes originarios de Canaán, ocupaban el
Líbano y el área del Monter Hermón. Al norte
de la costa de Siria y de Transjordania construyeron una cadena
de ciudades fortificadas. Vivían en la región que
posteriormente ocuparon los moabitas y los amonitas. A los
primeros les llamaron emitas y a los segundos
zomzomeos. En la parte occidental de Palestina se
aliaron y se entrecruzaron con los caftorím, que
habían llegado desde Creta, y se establecieron en las
áreas costeras siendo conocidos posteriormente como
filisteos y fenicios. El filisteo Goliat, quien murió por
una piedra lanzada por David con su honda, fue
refaíta.

Anaquitas: El nombre de anak o
anac significa gigante y se explica en el Midrash
judío indicando que llevaban cadenas en el cuello. Anac,
su líder, era hijo de Arba, un refaíta, y sus hijos
fueron Sesai, Aiman y Talmai; todos ellos cabezas de los clanes
arameos. Estos nombres parecen ser arameos, pero su significado
no es claro. Los anaquitas fueron derrotados por
Caleb.

Emitas: Cuando Yahvé dio la tierra de Moab
a los hijos de Lot, se dice que esa tierra había sido
habitada por los emitas, "pueblo grande, numeroso y
corpulento como los anaquitas"
(Deuteronomio
2:10).

Interpretación según
religiones

Visión judía tradicional: El
judío Trifón (siglo II a.C.) se opuso a la idea de
que los ángeles podían casarse. El rabino
Shimón bar Yojai (siglo II d.C.) maldijo a todos los
judíos que decían que los hijos de Dios
eran ángeles. Según la visión judía
tradicional los nefilim, antes y después del Diluvio,
fueron hombres. Esta era también la opinión de
Rashid (siglo VIII d.C.) y de Najmánides (siglo XII
d.C.).

Testigos de Jehová: Afirman que los
hijos de Dios eran ángeles que, tentados por
Satanás, observaron a las hijas de los hombres y desearon
tener relaciones sexuales con ellas, y sus hijos se convirtieron
en los nefilim. Como consecuencia de ello la Tierra se
llenó de maldad, decidiendo Dios dar fin a esa sociedad en
un plazo de 120 años, conservando la vida
únicamente a Noé y a su familia, el único
ser humano fiel.

Iglesia Católica: Eusebio de
Cesárea, Justino, Clemente de Alejandría,
Orígenes, Tertuliano, Ireneo de Lyon y Atenágoras
de Atenas identificaron a los hijos de Dios como
ángeles. Sexto Julio el Africano (siglo III d.C.)
condenó la opinión de que los hijos de
Dios
eran ángeles y Agustín de Hipona, en su
libro La Ciudad de Dios, dio la interpretación
que sigue desde entonces en la Iglesia Católica, de que
los hijos de Dios eran los descendientes de Set,
llamados así por su amor a Dios.

Iglesia Copta: El Libro de Enoc forma parte del
canon de la Iglesia Copta y cuando hace referencia a los
grigori, los padres de los nefilim, los describe como
ángeles y no como descendientes del linaje de Set.
También se dice que uno de los propósitos del
Diluvio fue deshacerse de los nefilim. Tanto Filón de
Alejandría (siglo I a.C.) como Flavio Josefo (siglo I
d.C.) aceptaron esa ideas. La referencia bíblica acerca
de

que Noé era "perfecto en sus
generaciones"
(Génesis 6:9) hace referencia a que en
el linaje de Noé no hubieron nefilim.

La Iglesia Copta explica que los nefilim habían
comenzado a sentir deseos carnales y tomaron a las hijas de los
hombres, que eran las descendientes de Caín. Esto se
señala en el Libro de Enoc y en los Aniversarios,
pero es también el punto de vista presentado por textos no
bíblicos más antiguos, como el segundo Libro de
Adán
y el de la Víspera. Una
explicación más amplia de este concepto podemos
verlo en el texto completo del primer Libro de Enoc, en un
estudio independiente del presente trabajo.

Los nefilim en
los textos bíblicos

Libro de Enoc: Este libro está en el canon
de la Iglesia Ortodoxa Etíope y la Iglesia Copta, pero no
es canónico en la Iglesia Católica ni en las
Biblias cristianas.

Este libro indica que el motivo del Diluvio fue el de
aniquilar a los nefilim (Enoc 10:1-9), quienes no habían
sido creados según los planes de Dios (Enoc 10:15-16) ni
tenían capacidad espiritual y, por lo tanto, tampoco
resurrección.

Similarmente se trata en otras versiones de la
descendencia de los ángeles caídos y las hijas de
Caín, de donde surgió esta raza con el fin de
sabotear los planes de Dios, cruzándose con mujeres
humanas y contaminando así la descendencia de
Adán.

Libro de los Jubileos: Es un texto admitido por la
iglesia etíope y que complementa la historia presentada en
el Libro de Enoc.

Baruc: En este texto canónico de la Biblia
se dice que "allí nacieron los famosos gigantes de
antaño, de gran estatura y diestros en la guerra. Pero no
los eligió Dios ni les enseñó el camino de
la ciencia, y perecieron por no tener prudencia; por su locura
perecieron"
(Baruc 3:26-28).

Sabiduría: Este libro
deuterocanónico de la Biblia dice que "ya en los
comienzos, cuando los soberbios gigantes perecían, la
esperanza del mundo se refugió en una balsa que, pilotada
por tu mano, legó al mundo una semilla de vida"

(Sabiduría 14:6).

Eclesiástico: También este libro
menciona a los nefilim diciendo que "no perdonó a los
antiguos

gigantes, que se rebelaron seguros de su
fuerza"
(Eclesiástico 16:7).

¿Qué sucedió con los
nefilim o gigantes?

Los nefilim fueron una de las razones principales para
el gran Diluvio en los tiempos de Noé. El libro del
Génesis dice: "Viendo Yahvé que la maldad del
hombre cundía en la tierra y que todos los proyectos de su
mente eran puro mal de continuo, le pesó a Yahvé de
haber creado al hombre en la tierra, y se indignó en su
corazón. Así pues, dijo Yahvé: Voy a
exterminar de sobre la faz del suelo al hombre que he creado,
desde el hombre hasta los ganados, los reptiles y hasta las aves
del cielo, porque me pesa haberlos hecho.

Pero Noé halló gracia a los ojos de
Yahvé"
(Génesis 6:5-8). Así que Dios
procedió a inundar el mundo entero, matando a todos y a
todo, a excepción de Noé y su familia y los
animales que estaban dentro del Arca.

De acuerdo a la explicación anterior, los nefilim
desaparecieron a causa del Diluvio, así como el resto de
los seres vivientes, excepto los que estaban en el Arca. Pero si
analizamos detenidamente el libro de los Números, que
narra el tema de la marcha de los israelitas por el desierto
durante el éxodo de Egipto, vemos que no fue así, y
no se sabe cómo pudieron sobrevivir al Diluvio muchos de
los nefilim: "Hemos visto también gigantes, hijos de
Anac, de la raza de los gigantes. Nosotros nos veíamos
ante ellos como saltamontes, y eso mismo les parecíamos a
ellos"
(Números 13:33).

Cualquiera que haya sido el caso, los gigantes o nefilim
fueron destruidos finalmente por los israelitas durante su
invasión a Canaán, tal como nos narra Josué:
"Por entonces fue Josué y exterminó a los
anaquitas de la montaña, de Hebrón, de Debir, de
Anab, de toda la montaña de Israel: los consagró al
anatema con sus ciudades"
(Josué 11:21).

Conclusión

¿Por qué los demonios o ángeles
caídos hicieron tal cosa? Aunque la Biblia no nos da una
respuesta específica, la mejor especulación posible
es la de que los demonios intentaban contaminar el linaje humano
a fin de impedir la venida del Mesías,
Jesucristo.

Dios había prometido que el Mesías
vendría del linaje de Eva, enemistado con el mal, y ella
heriría a la serpiente (diablo) en la cabeza. Así
que las fuerzas del mal trataron de impedir que un dia naciera un
Mesías sin pecado. Definitivamente esta no es una
respuesta específicamente bíblica, pero es
plausible y no está en contradicción con nada de lo
que la Biblia enseña.

¿Qué impide que los demonios produzcan
más nefilims o gigantes en la actualidad? Dios puso fin a
las uniones de los demonios con humanos al colocar en prisiones
eternas a los demonios que cometieron tales actos. Judas nos lo
confirma así: "… y además que a los
ángeles, que no mantuvieron su dignidad, sino que
abandonaros su propia morada, los tiene guardados con ligaduras
eternas bajo tinieblas para el juicio del gran Día"

(Judas 1:6).

Obviamente no todos los demonios están
actualmente aprisionados, así que debió haber un
grupo de demonios que cometieron posteriormente graves pecados
después de la caída original. Presumiblemente, los
demonios que se unieron a mujeres humanas son los que
están en prisiones eternas. Esto prevendría que
más demonios intentaran tales acciones.

Donde mejor y más ampliamente se habla de los
nefilim y de sus actos, así como de su final, es en el
Libro de Enoc, y por ello se detalla a continuación los
capítulos relativos a los nefilim o gigantes. Un trabajo
completo sobre el Libro de Enoc en su totalidad se
publicará en breves fechas.

LIBRO DE LOS
VIGILANTES o LA CAIDA DE LOS ANGELES

(Libro 1 de Enoc, capítulos 6 al
36)

Capítulo 6

1 Así sucedió, que cuando en
aquellos días se multiplicaron los hijos de los hombres,
les nacieron hijas hermosas y bonitas;

2 y los Vigilantes, hijos del cielo las
vieron y las desearon, y se dijeron unos a otros: "Vayamos y
escojamos mujeres de entre las hijas de los hombres y engendremos
hijos
". (Génesis 6:1-4)

3 Entonces Shemihaza que era su jefe, les
dijo: "Temo que no queráis cumplir con esta acción
y sea yo el único responsable de un gran
pecado".

4 Pero ellos le respondieron: "Hagamos
todos un juramento y comprometámonos todos bajo un anatema
a no retroceder en este proyecto hasta ejecutarlo
realmente".

5 Entonces todos juraron unidos y se
comprometieron al respecto los unos con los otros, bajo
anatema.

6 Y eran en total doscientos los que
descendieron sobre la cima del monte que llamaron
"Hermón", porque sobre él habían jurado y se
habían comprometido mutuamente bajo anatema.

7 Estos son los nombres de sus jefes:
Shemihaza, quien era el principal y en orden con relación
a él, Ar'taqof, Rama'el, Kokab'el, -'el, Ra'ma'el,
Dani'el, Zeq'el, Baraq'el, 'Asa'el, Harmoni, Matra'el, 'Anan'el,
Sato'el, Shamsi'el, Sahari'el, Tumi'el, Turi'el, Yomi'el, y
Yehadi'el.

8 Estos son los jefes de decena.

Capítulo 7

1 Todos y sus jefes tomaron para sí
mujeres y cada uno escogió entre todas y comenzaron a
entrar en ellas y a contaminarse con ellas, a enseñarles
la brujería, la magia y el corte de raíces y a
enseñarles sobre las plantas.

2 Quedaron embarazadas de ellos y parieron
gigantes de unos tres mil codos de altura que nacieron sobre la
tierra y conforme a su niñez crecieron;

3 y devoraban el trabajo de todos los hijos
de los hombres hasta que los humanos ya no lograban
abastecerles.

4 Entonces, los gigantes se volvieron
contra los humanos para matarlos y devorarlos; (Sal 14:4; Mi
3:3)

5 y empezaron a pecar contra todos los
pájaros del cielo y contra todas las bestias de la tierra,
contra los

reptiles y contra los peces del mar y se
devoraban los unos la carne de los otros y bebían sangre.
(Jr 12:4)

6 Entonces la tierra acusó a los
impíos por todo lo que se había hecho en ella. (Gn
6:5-11,13; Ap 12:16)

Capítulo 8

1 Y 'Asa'el enseñó a los
hombres a fabricar espadas de hierro y corazas de cobre y les
mostró cómo se extrae y se trabaja el oro hasta
dejarlo listo y en lo que respecta a la plata a repujarla para
brazaletes y otros adornos. A las mujeres les
enseñó sobre el antimonio, el maquillaje de los
ojos, las piedras preciosas y las tinturas

2 Y entonces creció la mucho
impiedad y ellos tomaron los caminos equivocados y llegaron a
corromperse en todas las formas.

3 Shemihaza enseñó
encantamientos y a cortar raíces; Hermoni a romper
hechizos , brujería, magia y habilidades afines; Baraq'el
los signos de los rayos; Kokab'el los presagios de las estrellas;
Zeq'el los de los relámpagos; -'el enseñó
los significados; Ar'taqof enseñó las
señales de la tierra; Shamsi'el los presagios del sol; y
Sahari'el los de la luna, y todos comenzaron a revelar secretos a
sus esposas.

4 Como parte de los hombres estaban siendo
aniquilados, su grito subía hasta el cielo. (Ex
3:7-9)

Capítulo 9

1 Entonces Miguel, Sariel, Rafael y Gabriel
observaron la tierra desde el santuario de los cielos y vieron
mucha sangre derramada sobre la tierra y estaba toda llena de la
injusticia y de la violencia que se cometía sobre
ella.

2 Considerando esto, los cuatro fueron y se
dijeron: "el grito y el lamento por la destrucción de los
hijos de la tierra sube hasta las puertas del cielo".

3 Y dijeron a los santos del cielo: "Es
ahora a vosotros a quienes las almas de los hijos de los hombres
suplican diciendo 'llevad nuestra causa ante el Altísimo,
nuestra destrucción ante la gloria majestuosa y ante el
Señor de todos los señores' en cuanto a
majestad".

4 Y Rafael, Miguel, Sariel y Gabriel
dijeron al Señor del mundo: "Tú eres nuestro gran
Señor, el Señor del mundo, el Dios de dioses, el
Señor de señores y el Rey de reyes; los cielos son
el trono de tu gloria por todas las generaciones que existen
desde siempre; toda la tierra es el escabel ante ti para siempre,
y tu nombre es grande, santo y bendito por toda la
eternidad.

5 "Eres tú quien todo lo ha creado y
en ti reside el poder sobre todas las cosas; todo es descubierto
en toda su desnudez ante ti; tú lo ves todo y nada se te
puede esconder. (1Cr 29:10-12, Hb4:13)

6 "Tú has visto lo que ha hecho
'Asa'el, como ha enseñado toda injusticia sobre la tierra
y revelado los secretos eternos que se cumplen en los
cielos;

7 y lo que ha enseñado a los humanos
Shemihaza, al que tú habías dado la facultad de
gobernar sobre sus compañeros.

8 "Ellos han ido hacia las hijas de los
hombres y se han acostado con ellas y se han profanado a
sí mismos descubriéndoles todo pecado.

9 "Luego, estas mujeres han parido en el
mundo gigantes, por lo que la tierra se ha llenado de sangre e
injusticia. (Gn 6:4,5,11)

10 "Y ahora mira que las almas de los que
han muerto gritan y se lamentan hasta las puertas del cielo y su
gemido ha subido y no puede cesar debido a la injusticia que se
comete en la tierra. (Ap 6:10)

11 "Pero tú que conoces todas las
cosas antes de que sucedan, tú que sabes aquello,
tú los toleras y no nos dices qué debemos hacerles
al observar eso". (Ha 1:2-4)

Capítulo 10

1 Entonces el Altísimo, Grande y
Santo habló y envió a Sariel al hijo de
Lamec.

2 Y le dijo: "Ve hacia Noé y dile en mi nombre,
'escóndete'; y revélale la consumación que
viene, pues la tierra entera va a perecer, un diluvio está
por venir sobre toda la tierra y todo lo que se encuentre sobre
ella perecerá.

3 "En seguida enseña al Justo, al
hijo de Lamec, lo que debe hacer para preservar su alma para la
vida y escapar definitivamente, pues por él será
sembrada una planta y serán establecidas todas las
generaciones".

4 Y además, el Señor le dijo
a Rafael: "Encadena a 'Asa'el de pies y manos, arrójalo en
las tinieblas, abre el desierto que está en Dudael y
arrójalo en él;

5 bota sobre él piedras
ásperas y cortantes, cúbrelo de tinieblas,
déjalo allí eternamente sin que pueda ver la
luz,

6 y en el gran día del Juicio que
sea arrojado al fuego.

7 "Después, sana la tierra que los
Vigilantes han corrompido y anuncia su curación, a fin de
que se sanen de la plaga y que todos los hijos de los hombres no
se pierdan debido al misterio que los Vigilantes descubrieron y
han enseñado a sus hijos. (Jl 2:22)

8 "Toda la tierra ha sido corrompida por
medio de las obras que fueron enseñadas por 'Asa'el,
impútale entonces todo pecado".

9 Y el Señor dijo a Gabriel:
"Procede contra los bastardos y réprobos hijos de la
fornicación y haz desaparecer a los hijos de los
Vigilantes de entre los humanos y hazlos entrar en una guerra de
destrucción, pues no habrá para ellos muchos
días.

10 "Ninguna petición en su favor
será concedida, pues esperan vivir una vida eterna o que
cada uno viva quinientos años.

11 Y a Miguel le dijo el Señor: ve y
anuncia a Shemihaza y a todos sus cómplices que se unieron
con mujeres y se contaminaron con ellas en su
impureza,

12 ¡que sus hijos perecerán y
ellos verán la destrucción de sus queridos!
Encadénalos durante setenta generaciones en los valles de
la tierra hasta el gran día de su juicio. (2P 2:4; Judas
6)

13 "En esos días se les
llevará al abismo de fuego, a los tormentos y al encierro
en la prisión eterna.

(Ap 20:10)

14 "Todo el que sea condenado,
estará perdido de ahí en adelante y será
encadenado con ellos hasta la destrucción de su
generación. Y en la época del juicio que yo
juzgaré, perecerán por todas las
generaciones.

15 "Destruye todos los espíritus de
los bastardos y de los hijos de los Vigilantes porque han hecho
obrar mal a los humanos.

16 "Destruye la opresión de la faz
de la tierra, haz perecer toda obra de impiedad y haz que
aparezca la planta de justicia; ella será una
bendición y las obras de los justos serán plantadas
en alegría para siempre.

17 "En ese tiempo todos los justos
escaparán y vivirán hasta que engendren millares.
Todos los días de vuestra juventud y vuestra vejez se
completarán en paz.

18 "Entonces toda la tierra será
cultivada en justicia y toda ella será plantada de
árboles y llena de bendición.

19 "Todos los árboles de la tierra
que deseen serán plantados en ella y sembrarán
allí viñas y cada una de ellas producirá mil
jarras de vino y cada semilla producirá mil medidas por
una, y una medida de aceitunas producirá diez lagares de
aceite.

20 "Y limpia tú la tierra de toda
opresión, de toda violencia, de todo pecado, de toda
impiedad y de toda maldad que ocurre en ella y hazles desaparecer
de la tierra.

21 "Y todos los hijos de los hombres
llegarán a ser justos y todas las naciones me
adorarán, se dirigirán en oración a
mí y me alabarán.

22 "Y la tierra estará limpia de
toda corrupción, de todo pecado, de todo castigo y de todo
dolor y yo no enviaré más plagas sobre la tierra,
hasta las generaciones de las generaciones ni por toda la
eternidad.

Capítulo 11

1 "Y en esos días abriré los
tesoros de bendición que están en el cielo, para
hacerlos descender sobre la

tierra, sobre las obras y el trabajo de los hijos de los
hombres

2 "Y la paz y la verdad estarán unidas todos los
días del mundo y por todas las generaciones

Capítulo 12

1 Ante esos sucesos Enoc había sido
ocultado y no había ningún humano que supiera
dónde fue escondido ni dónde están ni
qué le sucedió. (Gn 5:24; Si 44:16; Sb 4:10,11; Hb
11:5)

2 El hacía todas sus acciones con los Vigilantes
y pasaba sus días con los santos.

3 Así, yo Enoc estaba comenzando a
bendecir al Señor de majestad, al Rey de los tiempos, y he
aquí que el Vigilante del gran Santo me llamó a
mí, Enoc el escribiente y me dijo:

4 "Enoc, escriba de justicia, ve a los Vigilantes del
cielo que han abandonado las alturas del cielo, el eterno lugar
santo y que se han contaminado con las mujeres haciendo como
hacen los hijos de los hombres, y han tomado mujeres y han
forjado una gran obra de corrupción sobre la tierra, y
hazles saber

5 que no habrá para ellos paz ni redención
de su pecado.

6 "Y así como gozaron a causa de sus
hijos ellos verán la muerte de sus bien amados y
llorarán por la pérdida de sus hijos y
suplicarán eternamente, pero no habrá para ellos
misericordia ni paz".

Capítulo 13

1 Luego, Enoc se fue y le dijo a 'Asa'el:
"No habrá paz para ti, contra ti ha sido pronunciado un
gran juicio para encadenarte.

2 "No habrá para ti ni tregua ni
intercesión, porque has enseñado la injusticia y a
causa de todas las obras de impiedad, violencia y pecado que has
enseñado a los humanos.

3 Y avanzando les hablé a todos ellos y todos
temieron y se espantaron y el temblor se apoderó de
ellos.

4 Me suplicaron que elevara una
petición por ellos para que pudieran encontrar
perdón por sus pecados y que la leyera en presencia del
Señor del cielo.

5 Porque desde entonces ellos no pueden
hablar a Dios ni levantar sus ojos al cielo, debido a la
vergüenza por los crímenes por los cuales fueron
condenados.

6 Entonces escribí su oración
con todas sus peticiones por sus almas y por cada una de sus
obras y por lo que suplicaban todos, que hubiera para ellos
perdón y larga vida.

7 Fui y me senté junto a las aguas
de Dan, en la tierra de Dan, al sur del Hermonín, a su
lado occidental y estuve leyendo el libro donde anoté sus
peticiones, hasta que me dormí.

8 He aquí que me vinieron
sueños y cayeron sobre mí visiones hasta que
levanté mis párpados a las puertas del palacio del
cielo y vi una visión del rigor del castigo. Y vino una
voz y me dijo: "Habla a los hijos del cielo para
reprenderles".

9 Cuando desperté fui a ellos. Todos
estaban reunidos juntos y sentados llorando, en la Fuente
del

Llanto que está entre el
Líbano y Senir, con los rostros cubiertos.

10 Conté delante de ellos todas las
visiones que había visto en sueños y me puse a
hablar con palabras de justicia y de visión y a reprender
a los Vigilantes celestiales.

Capítulo 14

1 Este es el libro de las palabras de la
verdad y de la reprensión de los Vigilantes que existen
desde siempre según lo ordenó el Gran Santo en el
sueño que tuve.

2 En esta visión vi en mi
sueño lo que digo ahora con la lengua de carne, con el
aliento de mi boca, que el Grande ha dado a los humanos para que
hablen con ella y para que comprendan en el corazón.
Así como Dios ha creado y destinado a los hijos de los
hombres para que entiendan las palabras de conocimiento,
así me ha creado, hecho y destinado a mí para que
reprenda a los Vigilantes, a los hijos del cielo.

3 Vigilantes: yo escribí vuestra
petición y en una visión se me reveló que no
será concedida nunca y que habrá juicio por
decisión y decreto contra vosotros,

4 que a partir de ahora no volveréis
al cielo y por todas las épocas no
subiréis,

5 porque ha sido decretada la sentencia
para encadenaros en las prisiones de la tierra por toda la
eternidad.

6 Pero antes veréis que todos
vuestros seres queridos irán a la destrucción con
todos sus hijos y las riquezas de tus seres queridos y de sus
hijos no las disfrutaréis y ellos caerán en vuestra
presencia por la espada de destrucción.

7 Pues vuestra petición por ellos ni
la petición por vosotros serán concedidas.
Continuaréis pidiendo y suplicando y mientras
lloráis no pronunciéis ni una palabra del texto que
he escrito.

8 Esto me fue revelado en la visión: He
aquí que las nubes me llamaban, la neblina me gritaba y
los relámpagos y truenos me apremiaban y me
despedían y en la visión los vientos me
hacían volar, me levantaban en lo alto, me llevaban y me
entraban en los cielos.

9 Entré en ellos hasta que
llegué al muro de un edificio construido con piedras de
granizo, rodeado y cercado completamente con lenguas de fuego que
comenzaron a asustarme. (Ac 2:3)

10 Entré por esas lenguas de fuego
hasta que llegué a una casa grande construida con piedras
de granizo

cuyos muros eran como planchas de piedra;
todas ellas eran de nieve y su suelo estaba hecho de
nieve

11 Su techo era como relámpagos y
trueno y entre ellos querubines de fuego y su cielo era de
agua.

12 Un fuego ardiente rodeaba todos sus
muros cercándolos por completo y las puertas eran de fuego
ardiente.

13 Entré en esta casa que era
caliente como fuego y fría como nieve. No había en
ella ninguno de los placeres de la vida. Me consumió el
miedo y el temblor se apoderó de mí.

14 Tiritando y temblando caí sobre
mi rostro y se me reveló una visión:

15 He aquí que vi una puerta que se
abría delante de mí y otra casa que era más
grande que la anterior, construida toda con lenguas de
fuego.

16 Toda ella era superior a la otra en
esplendor, gloria y majestad, tanto que no puedo describiros su
esplendor y majestad.

17 Su piso era de fuego y su parte superior
de truenos y relámpagos y su techo de fuego
ardiente.

18 Me fue revelada y vi en ella un trono
elevado cuyo aspecto era el del cristal y cuyo contorno era como
el sol brillante y tuve visión de
querubín.

19 Por encima del trono salían
ríos de fuego ardiente y yo no resistía mirar hacia
allá.

20 La Gran Gloria tenía sede en el
trono y su vestido lucía más brillante que el sol y
más blanco que cualquier nieve;

21 ningún ángel podía
entrar verle la cara debido a la magnífica Gloria y
ningún ser de carne podía mirarlo.

22 Un fuego ardiente le rodeaba y un gran
fuego se levantaba ante Él. Ninguno de los que le rodeaba
podía acercársele y multitudes y multitudes estaban
de pie ante Él y Él no necesitaba
consejeros.

23 Y las santidades de los santos que
estaban cerca de Él no se alejaban durante la noche ni se
separaban de Él.

24 Yo hasta este momento estaba postrado
sobre mi rostro, temblando y el Señor por su propia boca
me llamó y me dijo: "Ven aquí Enoc y escucha mi
Palabra".

25 Y vino a mí uno de los santos, me
despertó, me hizo levantar y acercarme a la puerta e
incliné hacia abajo mi cabeza.

Capítulo 15

1 Y él me correspondió y me
habló y yo oí su voz: "No temas Enoc, hombre de
justo, escriba de justicia;

acércate y escucha mi
voz.

2 "Ve y dile a los Vigilantes del cielo que
te han enviado a suplicar por ellos: 'A vosotros corresponde
interceder por los humanos y no a los humanos por
vosotros'.

3 '¿Por qué habéis
abandonando el cielo alto, santo y eterno, os habéis
acostado con mujeres y profanado a vosotros mismos con las hijas
de los hombres y tomado esposas como los hijos de la tierra y
habéis engendrado hijos gigantes?.

4 'Vosotros que fuisteis santos
espirituales viviendo una vida eterna os habéis manchado
con la sangre de las mujeres y habéis engendrado con la
sangre de la carne y como los hijos del hombre habéis
deseado después carne y sangre como aquellos que mueren y
perecen' .

5 "Por eso yo les he dado a ellos mujeres
para que las fecunden y engendren hijos por ellas y para que
así no falten ellos sobre la tierra."

6 'En cuanto a vosotros, fuisteis primero
espirituales, viviendo una vida eterna, inmortal por todas las
generaciones del mundo;

7 por ello no se os han atribuido mujeres,
pues la morada de los espíritus del cielo es el cielo'
.

8 "Y ahora, los gigantes que han nacido de
los espíritus y de la carne, serán llamados en la
tierra espíritus malignos y sobre la tierra estará
su morada.

9 "Los espíritus malos proceden de
sus cuerpos, porque han nacido de humanos y de los santos
Vigilantes es su comienzo y origen primordial. Estarán los
espíritus malos sobre la tierra y serán llamados
espíritus malos.

10 "Los espíritus del cielo tienen
su casa en el cielo y los espíritus de la tierra que
fueron engendrados sobre la tierra tienen su casa en la
tierra.

11 "Y los espíritus de los gigantes,
de los Nefilim, que afligen, oprimen, invaden, combaten y
destruyen sobre la tierra y causan penalidades, ellos aunque no
comen tienen hambre y sed y causan daños.

12 "estos espíritus se
levantarán contra los hijos de los hombre y contra las
mujeres porque de ellos proceden.

Capítulo 16

1 "Después de la muerte de los
gigantes cuando los espíritus han salidos de su cuerpo, su
carne será destruida antes del juicio. Serán
así destruidos hasta el día de la gran
consumación, del gran juicio en el cual el tiempo
terminará para los Vigilantes e impíos y
seréis totalmente consumados.

2 "Y ahora, a los Vigilantes, que te han
enviado a suplicar por ellos, que en otra época habitaban
en el cielo, diles:

3 'Vosotros estabais en el cielo pero todos
los misterios no se os habían revelado. No habéis
conocido sino un misterio indigno y en el endurecimiento de
vuestro corazón lo habéis comunicado a las mujeres
y por ese misterio ellas y los hombres han multiplicado el mal
sobre la tierra'.

4 "Diles pues: 'No tendréis
paz'".

Capítulo 17

1 Después me llevaron a un sitio
cuyos habitantes son como el fuego ardiente, pero cuando desean
aparecen como humanos.

2 Me llevaron a la casa de la tempestad,
sobre una montaña cuya cima tocaba el cielo,

3 y vi las mansiones de las luminarias y
los tesoros de las estrellas y del trueno, en los extremos del
abismo donde están el arco de fuego, sus flechas y carcaj,
la espada de fuego y todos los relámpagos.

4 Luego me llevaron hasta las aguas de vida
y hasta el fuego del occidente, el que recogió todas las
puestas de sol.

5 Llegué hasta un río de
fuego cuyas llamas corren como agua y desemboca en el gran mar
que está al lado del poniente;

6 vi grandes ríos y llegué a
una gran oscuridad y hasta donde ningún ser carnal
camina;

7 vi las montañas de las tinieblas
de invierno y el sitio hacia donde fluyen todas las aguas del
abismo;

8 y vi la desembocadura de todos los
ríos de la tierra y la desembocadura del
abismo.

Capítulo 18

1 Vi los tesoros de los vientos y vi que
con ellos Él ha adornado toda la creación y los
cimientos de la tierra;

2 y vi también la piedra angular de
la tierra y los cuatro vientos que sostienen la tierra y el
firmamento;

3 vi como los vientos extienden el velo del
cielo en lo alto y cómo tienen su puesto entre el cielo y
la tierra: son las columnas del cielo;

4 vi los vientos que hacen girar y que
conducen por las órbitas del sol y de los astros en sus
estancias;

5 vi los vientos que sostienen las nubes
sobre la tierra; vi los caminos de los ángeles; vi en los
confines

de la tierra el firmamento en lo
alto.

6 Después fui al sur y vi un sitio
que ardía día y noche, en donde se encontraban
siete montañas de piedras preciosas, tres del lado
oriental y tres del lado del mediodía.

7 Así, entre las que estaban en el
oriente, una era de piedra multicolor, una de perlas, y la otra
de piedras medicinales; y las que estaban en el sur eran de
piedra roja.

8 La del medio se elevaba hasta el cielo
como el trono del Señor y la parte alta del trono era de
zafiro.

9 Yo vi un fuego ardiente, y más
allá de esas montañas

10 está una región donde
termina la gran tierra, y ahí culminan los
cielos.

11 Luego me fue mostrado un profundo abismo
entre columnas de fuego celeste, y vi en él columnas de
fuego que descendían al fondo y cuya altura y profundidad
eran inconmensurables;

12 y más allá de este abismo
vi un sitio sobre el cual no se extendía el firmamento,
bajo el cual no había tampoco cimientos de la tierra;
sobre el que no había ni agua ni pájaros, sino que
era un lugar desierto y terrible.

13 Allí vi siete estrellas parecidas
a grandes montañas, que ardían, y cuando
pregunté sobre esto,

14 El ángel me dijo: "Este sitio es
el final del cielo y de la tierra; ha llegado a ser la
prisión de las estrellas y de los poderes del
cielo.

15 "Las estrellas que ruedan sobre el fuego
son las que han transgredido el mandamiento del Señor,
desde el comienzo de su ascenso, porque no han llegado a su
debido tiempo;

16 y Él se irritó contra
ellas y las ha encadenado hasta el tiempo de la
consumación de su culpa para siempre, en el año del
misterio".

Capítulo 19

1 Después Sariel me dijo: "
Aquí estarán los Vigilantes que se han conectado
por su propia cuenta con mujeres. Sus espíritus asumiendo
muy diversas apariencias se han corrompido y han descarriado a
los humanos para que sacrifiquen a demonios y dioses, hasta el
día del gran juicio, en que serán juzgados y
encontrarán su final.

2 "En cuanto a sus mujeres, las que fueron
seducidas por los Vigilantes, se volverán
sosegadas".

3 Yo Enoc, solo, he visto la visión,
el final de todas las cosas y ningún humano ha visto lo
que yo he visto.

Capítulo 20

1 He aquí los nombres de los santos
ángeles que vigilan: (Ap 8:2)

2 Uriel, uno de los santos ángeles,
llamado el del trueno y el temblor;

3 Rafael, otro de los santos
ángeles, el de los espíritus de los humanos; (Tb
12:15)

4 Ra'u'el, otro de los santos
ángeles, que se venga del mundo de las
luminarias;

5 Miguel, otro de los santos
ángeles, encargados de la mejor parte del la humanidad y
del pueblo;

(Dn 10:13,21, 12:1; Judas 9; Ap
12:7)

6 Sariel, otro de los santos
ángeles, encargado de los espíritus de los hijos de
los hombres que pecan en espíritu;

7 Gabriel; otro de los santos
ángeles, encargado del paraíso, las serpientes y
los querubines; (Dn 8:16, 9:21; Lc:1:19,26) (Gn 3:24; Ex
25:18-22; Ez 10:4-5)

8 Remeiel, otros de los santos
ángeles, al que Dios ha encargado de los resucitados. (Mt
28:2,5; Mc 16:5)

Capítulo 21

1 Después volví hasta donde
todo era caótico;

2 y allá vi algo horrible: no vi ni
cielo en lo alto ni tierra firme fundamentada, sino un sitio
informe y terrible.

3 Vi allí cuatro estrellas del cielo
encadenadas que parecían grandes montañas ardiendo
como fuego.

4 Entonces pregunté: "¿Por
qué pecado están encadenadas y por qué
motivo han sido arrojadas acá?".

5 Uriel el Vigilante y el Santo que estaba
conmigo y me guiaba, me dijo: "Enoc ¿por qué
preguntas y te inquietas por la verdad?

6 Esta cantidad de estrellas de los cielos
son las que han transgredido el mandamiento del Señor y
han sido encadenadas aquí hasta que pasen diez mil
años, el tiempo impuesto según sus
pecados.

7 Desde allí pasé a otro
lugar más terrible que el anterior y vi algo horrible:
había allá un gran fuego ardiendo y flameando y el
lugar tenía grietas hasta el abismo, llenas de columnas
descendentes de fuego, pero no pude ver ni sus dimensiones ni su
magnitud ni haría conjeturas.

8 Entonces dije: "¡Qué
espantoso y terrible es mirar este lugar!".

9 Uriel el Vigilante y el Santo, que estaba
conmigo me dijo: "Enoc ¿por qué estás tan
atemorizado y espantado?". Le respondí: "Es por este lugar
terrible y por el espectáculo del sufrimiento".

10 Y él me dijo: "Este sitio es la
prisión de los ángeles y aquí estarán
prisioneros por siempre".

Capítulo 22

1 Desde allí fui a otra parte, a una
montaña de roca dura;

2 había ahí cuatro pozos
profundos, anchos y muy lisos. Y dije: "¡Qué lisos
son estos huecos y qué profundos y oscuros se
ven!".

Partes: 1, 2

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