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Objeto y sujeto de métodos de la Investigación Acción Participativa (I.A.P.)



  1. Introducción
  2. Investigación-acción
    participativa
  3. Concepto
  4. Presupuestos
    epistémicos
  5. Aspectos
    metodológicos
  6. Conclusión
  7. Bibliografía

Introducción

La Investigación Acción Participativa,
también llamada I. A. P. es un método de
estudio y acción de tipo cualitativo que busca obtener
resultados fiables y útiles para mejorar situaciones
colectivas, basando la investigación en la
participación de los propios colectivos a
investigar.

Mediante el estudio de este tema estaremos estudiando
acerca del objeto, y el sujeto en el contexto de este
método de estudio, este tema ha sido elaborado con mucha
dedicación, ya que se trata de un tema muy importante en
el ámbito social, científico y en todas las
áreas importantes de la vida humana.

Investigación-acción
participativa

La Investigación-Acción Participativa o
IAP es un método de estudio y acción de tipo
cualitativo que busca obtener resultados fiables y útiles
para mejorar situaciones colectivas, basando la
investigación en la participación de los propios
colectivos a investigar.

Se trata de que los grupos de población o
colectivos a investigar pasen de ser "objeto" de estudio a
"sujeto" protagonista de la investigación, controlando e
interactuando a lo largo del proceso investigador (diseño,
fases, evolución, acciones, propuestas,…), y necesitando
una implicación y convivencia del personal técnico
investigador en la comunidad a estudiar.

Hay la manera tradicional de investigar
científicamente, en la cual una persona capacitada o grupo
capacitado (sujeto de la investigación), aborda un aspecto
de la realidad (objeto de la investigación), ya sea para
comprobar experimentalmente una (s) hipótesis
(investigación experimental), o para describirla
(investigación descriptiva), o para explorarla
(investigación exploratoria). Generalmente, en este tipo
de investigación, la comunidad en la que se hace la
investigación, o para cual se hace, no tiene ingerencia en
el proceso, ni en los resultados; ella, solo puede llegar a
conocer las conclusiones, sin quitar los valores que
tiene.

En este siglo, y más, en estas últimas
décadas, sin perder el carácter de cientificidad,
han nacido otros enfoques de investigación
científica, buscando mayor participación y
apropiación del proceso y de los resultados por parte de
la comunidad involucrada. En estos nuevos enfoques se ubica la
Investigación – Acción – Participación
(IAP). IAP es la sigla de: Investigación –
Acción – Participación.

Es un enfoque investigativo y una metodología de
investigación, aplicada a estudios sobre realidades
humanas. Como enfoque se refiere a una orientación
teórica (filosofía, marco teórico) en torno
a cómo investigar.

Como metodología hace referencia a procedimientos
específicos para llevar adelante una investigación
– estudio científico diferente a la investigación
tradicional; es una manera concreta de llevar adelante los pasos
de la investigación científica de acuerdo con su
enfoque.

La novedad puede ubicarse en el sentido e
implicación de las dos palabras que acompañan la
primera (investigación): Acción –
Participación. No es solo investigación, ni solo
investigación participativa, ni solo investigación
– Acción; implica la presencia real, concreta y en
interrelación de la Investigación, de la
Acción, y de la Participación. Para poder generar
procesos de cambio, es necesario que conozcamos la realidad del
territorio en donde queremos intervenir. Una forma de hacerlo es
a través de la Investigación acción
participativa.

La investigación acción participativa es
una metodología que apunta a la producción de un
conocimiento propositivo y transformador, mediante u n proceso de
debate, reflexión y construcción colectiva de
saberes entre los diferentes actores de un territorio con el fin
de lograr la transformación social.

Esta metodología combina dos procesos, el de
conocer y el de actuar, implicando en ambos a la población
cuya realidad se aborda. Es un proceso que combina la
teoría y la praxis, y que posibilita el aprendizaje, la
toma de conciencia crítica de la población sobre su
realidad, su empoderamiento, el refuerzo y ampliación de
sus redes sociales, su movilización colectiva y su
acción transformadora. La IAP, por tanto, no rechaza el
papel del especialista pero sí plantea el para qué
y el para quién de la investigación como primer
problema a resolver

En una IAP hablamos de objetivar la realidad en una
dinámica de Investigación que surge y se desarrolla
como proceso en la complementariedad permanente de distintos
saberes –el saber técnico, el saber cotidiano-. En
este sentido, podríamos referirnos a una
construcción Dialéctica del saber que parte de
considerar al objeto a investigar como sujeto (protagonista de la
investigación) y a la finalidad de la investigación
como transformación social. Este tipo de
construcción, enmarcada en un proceso de
investigación colectivo, genera como síntesis
dinámica un nuevo conocimiento científico sobre una
situación problemática determinada.

Concepto

La IAP aparecería entonces como un tipo de
investigación-acción que, incorporando los
presupuestos de la epistemología crítica, organiza
el análisis y la intervención como una
pedagogía constructiva de disolución de los
privilegios del proceso de investigación como punto de
partida para un cambio social de alcance indeterminable. Esa
búsqueda del conocimiento se caracteriza por ser
colectiva, por proporcionar resultados cuya utilización y
gobierno corresponde a los propios implicados, que deben haber
determinado el proceso de conocimiento a la vez que experimentado
en el mismo un proceso de maduración colectiva (De Miguel,
1993, 97-101). Por otra parte, y esta cuestión es central,
los iniciadores de la IAP se previenen contra su propio poder
concibiéndose "como participantes y aprendices en el
proceso, aportando sus conocimientos y convirtiéndose
también en objeto de análisis" (IOE, 1993: 69). Los
investigadores entran así en un proceso en que la
objetivación de sí mismos, en una suerte de
inagotable sociología del conocimiento, se convierte en
testigo de la calidad emancipatoria de su actuación
(Rahman, 1991: 34).

EL SUJETO DE LA IAP COMO "SUJETO EN
PROCESO"

En los próximos apartados vamos a detenernos en
cuatro momentos o dimensiones centrales de la IAP, que
frecuentemente plantean problemas de aplicación: la
articulación del sujeto colectivo, la definición
del objeto, los procedimientos o técnicas adecuadas de
trabajo y la evaluación. A primera vista estos asuntos se
pueden entender como etapas sucesivas de una intervención,
pero ello es en parte engañoso: aunque el sujeto
y el objeto de un proceso de IAP se constituyen
principalmente en las primeras etapas, se mantienen
después en continua evolución, dando lugar a nuevas
articulaciones; del mismo modo, los procedimientos
prácticos
de la IAP son instrumentos de los que se
echa mano en cualquier momento y la evaluación no
se corresponde con las etapas avanzadas del programa sino que
debe estar presente en todo el recorrido44.

El primer paso que se plantea en la IAP es delimitar
quiénes son las personas e instituciones que van a tomar
parte activa en los procesos de reflexión y en la toma de
decisiones. El criterio es claro: el sujeto principal deben ser
las personas afectadas por los problemas a abordar pero sin que
éstas queden desgajadas o aisladas de las redes
económicas, políticas y culturales que están
en el origen de sus problemas (y sobre las que es preciso
intervenir). Se quiere evitar el sesgo
profesionalista
, que limita la competencia a los
"técnicos", pero también el sesgo basista,
que hace de "la base" el único criterio de
validación y tiende a demonizar las aportaciones
técnicas y las necesarias mediaciones
organizativas.

La propuesta de iniciar un proceso de IAP puede provenir
de cualquiera de los agentes implicados, ya sea de la
población carencial, de los profesionales y voluntarios de
la política social o de cualquier otra entidad. La
dificultad estriba en extender la demanda hasta llegar a
constituir un sujeto colectivo lo más amplio y
representativo posible, donde los afectados por los problemas
tengan el mayor protagonismo.
Más que de un sujeto
perfectamente definido desde el principio, se trata de un
sujeto en proceso que se transforma y refuerza a medida
que avanza la IAP o, al menos, ése es uno de sus objetivos
estratégicos.

En sus primeras fases de desarrollo este "sujeto en
proceso" tiene como eje principal a un Grupo Promotor o
coordinador (GP) quien, mediante asambleas periódicas de
carácter abierto, se encarga de animar, diseñar y
evaluar las tareas que se realizan. El GP está integrado
principalmente por personas del colectivo afectado y
también pueden formar parte de él profesionales y
voluntarios deseosos de participar a ese nivel de máxima
implicación. En torno al GP se debe aglutinar la
mayoría posible de la población afectada, que puede
presentar diversos grados de participación, incluyendo la
indiferencia, la pasividad y hasta la oposición activa al
proyecto; además, están las instituciones
públicas y privadas del contexto social donde se inscribe
la IAP, así como los técnicos y demás
personas de quienes se puede requerir una colaboración
específica. Si recordamos la forma piramidal y
jerarquizada que suele adoptar la relación entre los
agentes en los programas habituales de política social45,
la composición del grupo promotor podría parecerse
a una esfera escorada hacia la base de la pirámide, con la
superficie porosa para asegurar la transparencia hacia el
exterior, y donde todos los participantes gozan de un estatuto de
igualdad

Presupuestos
epistémicos

En lo que sigue intentaremos delinear los supuestos
epistemológicos que nutren la
investigación-acción participativa desde
determinados radicales básicos.

RELACIÓN
SUJETO-OBJETO

La IAP reniega de la separación sujeto-objeto tal
como ha sido planteada en la teoría tradicional del
conocimiento por razones tanto epistémicas como
ético-políticas.

Respecto a lo primero la mayoría de los
teóricos rubrican, sin duda, con la reciente
filosofía de la ciencia, la tesis de que la conciencia del
investigador forma parte del sistema experimental, y, con Sartre
(1960: 46-50), que la conciencia únicamente puede adquirir
nuevas perspectivas si es capaz de embarcarse en una praxis
diferente.

Una realidad social de opresión no sólo es
imposible de captar desde una objetividad pura, sino que el
proceso de aprehensión de la misma se desarrollará
en una u otra dirección en función de la
práctica social en que la conciencia se encabalga
confirmándola y/o transformándola.

Es imposible, por ejemplo, desvelar el carácter
alienante de la educación tradicional sin embarcarse en
una práctica alternativa que pruebe la posibilidad de
otros procesos de aprendizaje por el camino en que se transforma
el anterior.

TOMA DE CONCIENCIA

Toda teoría de la concientización se
apoya, de algún modo, en una teoría marxista de la
ideología y, por tanto, en la posibilidad de configurar
una representación del mundo verdadera frente a otra
falsificada. La mayoría de los teóricos de la
investigación remiten a la teoría de los intereses
del conocimiento establecida por Jürgen Habermas. Para el
autor de Conocimiento e interés existen un tipo
de ciencias dirigidas por un interés de
emancipación. Mientras las ciencias
empírico-analíticas construyen el mundo como unidad
legaliforme desde el que organizar su sometimiento y las ciencias
histórico-hermenéuticas como un espacio
simbólicamente dotado de sentido dialógicamente
asimilable, las ciencias sociales críticas median ambos
paradigmas mediante la utilización de la
autorreflexión.

Por un lado, conciben la existencia de determinaciones
sociales que actúan con fuerza de ley, por otro,
sitúan en las condiciones iniciales que hacen posibles
semejantes regularidades la conciencia oscurecida como el
conductor fundamental del determinismo.

Al establecer las condiciones iniciales de las leyes
sociales como espacio de coacción inconsciente, Habermas
sitúa la autorreflexión sobre lo que nos constituye
como previo necesario de un cambio social, que aún puede
abortarse por el miedo derivado de la amenaza directa de
violencia.

Este interés autorreflexivo puede ser
interpretado como una nueva rehabilitación del
sueño hegeliano y lukacsiano de un lugar
epistemológico absoluto como guía para la IAP.
Semejante peligro ha sido eliminado por alguno de sus más
capaces defensores por el énfasis, no en el sueño
de una transparencia completa, sino en el valor formativo de un
proceso autorreflexivo inacabable: "encontrar la belleza de la
artesanía popular en la construcción participada en
las ciencias sociales.

. PARTICIPACIÓN

La participación ha sido propuesta por
teóricos de las ciencias humanas como mecanismo de
prevención y difuminación de los conflictos
sociales. Desde la psicología "humanista" de los 50 a la
nueva empresa toyotista, la participación consiste en la
incorporación activa de los implicados a un proyecto cuya
dirección estratégica se encuentra definida de
antemano.

Desde la IAP se considera esto un simulacro de la
verdadera participación (Gianoten, de Wit, 1991: 95). La
participación no puede confundirse con una simple
preocupación por encontrar el apoyo reflexivo de los
implicados para los objetivos de conocimiento e
intervención delineados por un dispositivo exterior a
ellos.

La IAP tiene cuidado de diferenciarse de todas aquellas
llamadas a la participación basadas en la
asimilación acrítica de un marco global de partida
con el que se propone compromiso.

La participación que reclama la IAP no es simple
movilización, sino recapitulación sobre el conjunto
de procesos que condicionan la vida social de un colectivo
determinado con el objetivo de acometer una eventual
modificación de los mismos.

Por supuesto, esto supone una específica
relación entre los dirigentes y los dirigidos. En la IAP
los dirigentes tienen (a la manera del Estado revolucionario
según Lenin) como primer objetivo su desaparición,
por lo que cada una de las fases -como veremos a
continuación- no culmina sin que se haya avanzado en la
capacidad de autogestión de los colectivos sociales
implicados.

En la IAP, la acción transforma al
"enseñante" en facilitador y catalizador. Con el
último concepto se refiere a la inteligencia para provocar
una reacción reflexiva en la comunidad que se estudia, con
el primero a la necesidad de ir proporcionando elementos de
reflexión y análisis a los implicados sin
prefigurar totalitariamente los problemas de reflexión o
los objetivos de acción que los mismos elijan (Rahman,
1991: 27-28).

La concepción de la participación en la
IAP debe evitar tanto el peligro elitista como la apuesta por un
diálogo oscurecido ante las desigualdades reales de los
sujetos que entran en comunicación. Frente al sueño
vanguardista o el libertario-liberal, la IAP propone establecerse
en el espacio abierto por una contradicción sólo
clausurable tendencial y temporalmente.

REDESCUBRIMIENTO DEL SABER
POPULAR

La existencia de una diferencia entre los lugares de
extracción de conocimiento y los de su utilización
demuestra cómo las ciencias sociales se entreveran en
prácticas de opresión. Las exigencias de una
reapropiación del conocimiento derivan de la
vocación participacionista de la IAP. Sin embargo, las
llamadas a la rehabilitación del saber popular no tienen
sólo el sentido de proporcionar a los grupos sociales
dominados capacidad para conocer las claves que rigen sus vidas.
Los defensores de la IAP buscan el desarrollo y la
potenciación de los saberes que configuran la vida
cotidiana de las gentes. Desde la certeza, claro está, de
que puede rescatarse allí una riqueza sobre el mundo
despreciado y minorada por los supuestos hegemónicos
acerca de la producción, la posesión y la
aplicación del saber.

CIENTIFICIDAD

El redescubrimiento del saber popular, las exigencias de
un conocimiento ligado a las personas que configuran su contexto
de surgimiento, permite que la literatura de la IAP rehabilite
ciertos tópicos confusos sobre la ciencia popular en una
curiosa composición de posmodernismo y
lyssenkismo.

Ciertos teóricos de la IAP parecen utilizar la
orientación antipositivista de la filosofía de la
ciencia dominante, para reclamarse de una ciencia alternativa al
"monopolio positivista presente (sic), al etnocentrismo de la
ciencia occidental y a la tecnología de
destrucción" (Fals Borda, 1991: 197).

De ahí se ha inferido que cada ciencia crea su
mundo y sus métodos de validación, con lo cual una
ciencia orientada por un interés emancipatorio
podría disponer de estructuras de conocimiento y de formas
de verdad distintas e incompatibles a las de la ciencia
positivista (Fals Borda, 1991: 13).

La IAP necesita de la objetividad para que sus apuestas
de transformación moral de la realidad correspondan a
tendencias y potencialidades reales de un momento
histórico determinado. Cuantos más controles ayuden
a evitar la deformación del acercamiento pluridimensional
de los interesados a su propia realidad, tanto mejor para ellos y
para sus proyectos emancipatorios.

La IAP no debe pretender ser una "nueva ciencia social",
ni presumir de aportar un presuntuoso conocimiento alternativo,
aunque la selección de sus "objetos" (las causas de la
opresión) y la actividad de éstos (gobierno del
saber por los propios interesados y productores del mismo), tenga
poco que ver con lo que sucede en los laboratorios
científicos o los gabinetes de investigación social
dirigidos por el Estado o el Capital. La relación entre el
"sujeto" y los "objetos" es tan diferente en el ámbito de
la IAP porque el suyo es el ideal de la praxis y no el de la
episteme, es decir, no el del control de una realidad fijada por
relaciones causa-efecto, sino el de la organización moral
de una realidad para la que no hay más reglas que el
diálogo prudente entre seres humanos libres (Habermas,
1991: 50-86).

Tal es el imprescindible objetivo asintótico de
toda actividad humana que, cuando se quiere emancipatoria, pasa a
descansar más sobre la filosofía moral y
política que sobre sobre una epistemología, sin la
que, sin embargo, sería una simple rabieta sin base
alguna.

Aspectos
metodológicos

En este sentido, el esquema metodológico o modo
de organizar la investigación por el que se guían
tales perspectivas -generalmente lineal, más o menos
rígidamente pero muy estructurado, diseñado desde
arriba por los expertos- no puede ser válido para producir
un tipo de conocimiento que persigue ser crítico,
reflexivo, colectivo, participado, emancipador. Pero aún
más, la IAP no termina en la producción de
conocimientos, sino que pretende actuar frente a las realidades
sociales, transformandolas desde el protagonismo de los actores:
"no es una preocupación principal la obtención de
datos o la constatación de hechos de manera única y
excluyente… Lo prioritario es la dialéctica que se
establece en los agentes sociales, entre unos y otros, es decir
la interacción continua entre reflexión y
acción, … una visión pragmática del mundo
social, donde lo fundamental es el diálogo constante con
la realidad para intervenir en su transformación" (Guerra,
1995).

Así pues, el hilo conductor de la IAP debe
plantearse como un proceso cíclico de
reflexión-acción-reflexión, en el que se
reestructura la relación entre conocer y hacer , entre
sujeto y objeto de manera que se vaya configurando y consolidando
con cada paso la capacidad de autogestión de los
implicados.

Bajo esta perspectiva es imposible e inconveniente crear
un modelo o esquema metodológico cerrado, a modo de
recetario, que nos vaya marcando el paso de lo que debemos hacer
en cada momento. Más bien debemos plantear algunos
criterios que nos hagan avanzar en la creación de "un
contexto investigativo más abierto y procesual de modo que
los propios resultados de la investigación se
reintroduzcan en el mismo proceso para profundizar en la misma"
(Villasante, 1994 ).

Conclusión

El estudio de este valioso tema, nos permite realizar una
breve conclusión acerca de lo que es la
Investigación Acción Participativa, y sus
características más importantes, de las
cuáles expondremos una breve síntesis del tema a
continuación:

  • El Método Investigación-Acción
    Participativa, es un método de estudio y acción
    de tipo cualitativo,

  • Su principal objetivo es buscar de obtener
    resultados fiables y útiles para mejorar situaciones
    colectivas,

  • Está basado en la investigación y en
    la participación de los propios colectivos.

  • Es un enfoque investigativo y una metodología
    de investigación, aplicada a estudios sobre realidades
    humanas.

  • No es solo investigación, ni solo
    investigación participativa,

  • La IAP, por tanto, no rechaza el papel del
    especialista pero sí plantea el para qué y el
    para quién de la investigación como primer
    problema a resolver

  • Se trata de que los grupos de población o
    colectivos a investigar pasen de ser "objeto" de estudio a
    "sujeto" protagonista de la investigación,

  • Como metodología hace referencia a
    procedimientos específicos para llevar adelante una
    investigación – estudio científico diferente a
    la investigación tradicional.

Bibliografía

http://es.wikipedia.org/wiki/Investigaci%C3%B3n-Acci%C3%B3n_participativa

http://www.monografias.com/trabajos32/investigacion-accion-participativa-ejercicio-ciudadania/investigacion-accion-participativa-ejercicio-ciudadania

http://www.ucm.es/info/eurotheo/diccionario/I/invest_accionparticipativa.htm

www.amauta-international.com/iap.html

www.ucm.es/info/…/invest_accionparticipativa.htm


www.universitas.net.ve/biblioteca/datatres/iap.ppt

 

 

Autor:

María de los A.
Pérez

 

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