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Un análisis sobre la desigualdad de los ingresos (ganadores y perdedores de la crisis financiera mundial)




Enviado por Ricardo Lomoro



Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6

  1. Nunca
    antes tan pocos habían engañado a tantos
    durante tanto tiempo -jamás
  2. Recordar sirve para comprender (desordenado
    relato de las últimas
    "actuaciones")
  3. La
    danza de la fortuna (los que viven -siempre- del lado bueno
    de las vías del tren)
  4. Crónica de una muerte anunciada: de la
    crisis bancaria a la crisis de la deuda soberana, y de la
    crisis fiscal a la "eutanasia pasiva" del Estado de Bienestar
    (q.e.p.d.)
  5. Europa: ante la privatización de las
    ganancias y la socialización de las perdidas,
    ¿es posible (imaginable) alguna reacción
    social?
  6. No se
    puede decir más con menos
    palabras…
  7. Un
    Informe interesante para ser leído -en voz alta, por
    favor- en Davos (¿lo harán?)
  8. ¡Que vuelve el bonus! Porque se
    había ido, ¿no?
  9. Un
    largo viaje a ninguna parte
  10. Perspectivas de la economía mundial –
    Fondo Monetario Internacional – Octubre
    2007
  11. Malas
    "perspectivas" para los más jóvenes
    (Actualización a febrero de 2011)
  12. La
    cohesión social en los países desarrollados:
    conceptos e indicadores CEPAL – Serie Estudios
    estadísticos y prospectivos No 55 –
    2007
  13. La
    cohesión social en los países desarrollados:
    conceptos e indicadores CEPAL – Serie Estudios
    estadísticos y prospectivos No 55 –
    2007
  14. ¿Crecimiento desigual?:
    distribución del ingreso y pobreza en los
    países de la OCDE – OCDE 2008
  15. Cuando confundir la correlación en los
    datos con el factor causa-efecto permite sacar una
    conclusión positiva
  16. UE:
    Cuando los juegos virtuales no alivian el dolor (el futuro ya
    no es lo que era)
  17. Conclusions (en inglés en el
    original)
  18. Eurostat Statistical Books
  19. Estados Unidos: un inmenso panorama de
    sufrimiento y sueños rotos
  20. Visite USA (utilizando la hemeroteca como un
    GPS de cabotaje)

"Tenemos suficiente para las necesidades de todos,
pero no para la codicia de unos pocos".

M. Gandhi, 1869 – 1948 – Abogado, político y
activista

Nunca antes tan pocos
habían engañado a tantos durante tanto
tiempo
-jamás

Se le exigió al mundo entero que cambiara su modo
de vida en base a la fantástica invención de un
grupo de políticos con ansias de "salvar" a la humanidad
de una imaginaria catástrofe económica.
Decían tener la Verdad en sus manos (en general, aconsejo
a mis amigos que confíen siempre en quienes están
buscando la verdad, pero desconfíen siempre de aquellos
que dicen haberla encontrado).

Aseguraban que la desregulación, la
privatización y el libre movimiento de capitales,
servicios y mercancías (el de personas, nunca
llegó, ni se lo espera) harían entrar a la
humanidad en una era de progreso exponencial y continuado, como
nunca se había vivido. Y además,
desaparecerían los ciclos económicos
(¿verdad, grandes bonetes del FMI?). Algunos profetas,
hasta llegaron a proclamar el "fin de la Historia"
(¿verdad, Profesor Fukuyama?).

"La globalización igualará el terreno de
juegola Tierra es plana… los Gobiernos y sus
normas para el mundo laboral han perdido importancia… en
marcha hacia una nueva civilización… contratamos a
nuestra gente por ordenador, trabajan en el ordenador y son
despedidas también por el ordenador"… Para los
creadores de estas "genialidades" (dogmas, mantras), la
visión de un ejército de parados, inimaginable
hasta entonces, era una obviedad.

Ninguno de los altamente remunerados creadores de estos
paradigmas (de los sectores de futuro y países de futuro)
creía en la existencia de suficientes puestos de trabajo,
decentemente pagados, en los tecnológicamente costosos
mercados en crecimiento de los que hasta entonces fueron
países del bienestar… no importa en qué
sector.

"Los pragmáticos del "turbo capitalismo"
reducen el futuro a un par de números y un concepto: "20 a
80" y tittytainment"…,
decían Hans-Peter
Martin y Harald Schumann, en su libro La trampa de la
globalización – Taurus 1998), y además,
reseñaban:

(Las escenas que siguen corresponden a una
reunión mantenida por 500 políticos de primera
línea, líderes económicos y
científicos de los cinco continentes, efectuada en el
año 1995 en el Hotel Fairmont de San Francisco,
EEUU)

"En el próximo siglo (XXI), el 20% de la
población activa bastará para mantener en marcha la
economía mundial. No se necesitará más
fuerza de trabajo…

Una quinta parte de todos los que buscan trabajo
bastará para producir todas las mercancías y
aportar las valiosas prestaciones de servicios que la sociedad
mundial pueda permitirse. Ese 20% participará, por tanto,
activamente en la vida, el beneficio y el consumo, no importa en
qué país. Se puede añadir a ellos un 1 o un
2%, admiten los participantes en el debate, por ejemplo contando
con los herederos acomodados.

¿Y los demás? ¿El 80% de los
dispuestos a trabajar que no tengan trabajo? "Sin duda", dice el
escritor norteamericano Jeremy Rifkin, autor del libro "El fin
del trabajo", "el 80% tendrá grandes
problemas"…

El esbozo de un nuevo orden social: países
ricos sin una clase media digna de mención… En el
futuro, la cuestión será "to have lunch or be
lunch" (comer o ser comido)…

La expresión "tittytainment" (que ha hecho
famosa Zbigniew Brzezinski, consejero de seguridad Nacional del
presidente norteamericano Jimmy Carter y que desde entonces se
dedica a cuestiones de geoestrategia), es una combinación
de "entertainment" y "titis" (entretenimiento aturdidor y
alimentación suficiente).

En marcha hacia una nueva civilización. El
modelo del mundo del futuro sigue la fórmula 20 a 80. Se
perfila una sociedad de una quinta parte, en la que los excluidos
tendrán que ser calmados con "tittytainment". ¿Es
esto una exageración desmedida?"…

Esa es la sociedad que hoy se está construyendo
por encargo. Se les proporciona Ritalin, se les da una X-box con
juegos de violencia e insinuaciones sexuales, mientras Facebook,
You Tube, Twitter y los "sms" hacen el resto (a veces con la
"inapreciable" colaboración del alcohol y las drogas).
Zombis felices… Todos en la "nube"…

¿Por qué quiere alguien deliberadamente
una sociedad idiotizada? Por una parte es mucho más
fácil de controlar a alguien que no tiene conciencia de lo
que sucede a su alrededor. Se ofrece futbol (u otros deportes)
cinco noches a la semana para mantener a todos ocupados mientras
que el saqueo de su riqueza continúa
convenciéndoles que hacer hamburguesas en McDonalds
cobrando el salario mínimo es "empleo".

Hay quien busca explicaciones más rocambolescas
que aseguran que un movimiento sin precedentes como éste
en tiempos sin precedentes como éstos puede llevar a una
conclusión sin precedentes.

La Gran Recesión aceleró una tendencia que
comenzó hacía tres décadas:
deslocalización al extranjero, automatización del
trabajo, conversión de empleos a jornada completa en
temporales y contratas, debilitamiento de los sindicatos y
obtención de reducciones de salarios y prestaciones de los
trabajadores actuales. Internet y la informática lo han
hecho más fácil.

La economía de EEUU es hoy el doble de lo que era
en 1980 mientras que el salario medio real apenas se ha movido.
La mayor parte de los beneficios del crecimiento ha ido a parar a
los niveles altos. A finales de los 70, el 1 por ciento de los
estadounidenses más ricos cobraba el 9 por ciento de los
ingresos totales. A principios de la Gran Recesión, esa
cifra sobrepasaba el 23 por ciento. La riqueza está
más concentrada.

Ése es el meollo del problema. La mayoría
de estadounidenses ya no tiene el poder de compra suficiente como
para que la economía vuelva a andar. Cuando estalló
la burbuja de la deuda, se quedaron encallados.

Los beneficios empresariales están en alza, pero
los empleos y salarios siguen estancados.

Las personas con activos financieros o cuyo talento es
tenido en cuenta por las grandes corporaciones están
disfrutando de una fuerte recuperación. Mientras tanto, la
mayoría de los estadounidenses se esfuerza por ir
tirando.

Las empresas no tienen la culpa, pues su objetivo es
obtener beneficios. Ni tampoco es culpa de los ricos, que
sólo han jugado según las reglas. El problema es
que hay que cambiarlas.

Un futuro sin trabajo o con contratos basura para la
mayoría de los estadounidenses es insostenible,
también para las propias empresas del país, cuya
rentabilidad a largo plazo depende del resurgimiento de la
demanda nacional.

La solución es ofrecer al americano medio un
trato económico mejor. Por lo tanto, deberíamos
aceptar que los países puedan propugnar reglas nacionales
políticas fiscales, regulaciones financieras, normas
laborales o leyes de salud y seguridad de los consumidores- y que
puedan hacerlo levantando barreras en la frontera si fuera
necesario, cuando el comercio ostensiblemente amenaza las
prácticas domésticas que cuentan con un amplio
respaldo popular. Si los impulsores de la globalización
tienen razón, el clamor por protección no
cundirá por falta de evidencia o apoyo. Si están
equivocados, habrá una válvula de seguridad
destinada a asegurar que los valores en pugna -los beneficios de
economías abiertas frente a los réditos derivados
de implementar regulaciones domésticas- sean escuchados de
manera apropiada en los debates públicos.

Si el lector desea cambiar el término EEUU por el
de Unión Europea, todo parecido con la realidad no
será mera coincidencia.

Pero antes de entrar en debate, o invalidar -sin
más- mis comentarios políticamente incorrectos,
analicemos algunos datos para que cada cual juzgue por sí
mismo.

Recordar sirve para
comprender (desordenado relato de las últimas
"actuaciones")

"El hombre más peligroso para cualquier
gobierno es el hombre capaz de pensar por sí
sólo… sin tener en cuenta las supersticiones y los
tabúes vigentes. Ya que casi inevitablemente
llegará a la conclusión de que el gobierno es
deshonesto, demente e intolerable". "La única
emoción que perdura en el hombre inculto es el miedo;
miedo a lo desconocido, lo complejo, lo inexplicable. Lo
único que quiere por encima de todo es
seguridad". 

H. L. Mencken, 1880 – 1956 – Periodista y
crítico social

Tócala de nuevo, Ben… (el segundo "padre"
de la era de los excesos)

– 30 Bernanke Quotes That Are So Absurd You Won"t Know
Whether To Laugh Or Cry (Business Insider – 8/12/10)
Lectura recomendada

Uno de los últimos en atacar al presidente del
regulador monetario ha sido Business Insider, que esta semana,
bajo el titular "30 citas de Bernanke tan absurdas que no sabes
si reír o llorar".

Así, la que podría ser la
mejor "perla" de Bernanke retrata toda su política
monetaria y se encuentra en su discurso del 21 de noviembre de
2002. Entonces aseguró que "El Gobierno de Estados Unidos
tiene una tecnología llamada imprenta (hoy en día
su equivalente tecnológico) que permite producir todos los
dólares que se deseen a ningún coste".

(By Michael Snyder, The Economic Collapse)

Did you see Federal Reserve Chairman Ben Bernanke on 60
Minutes the other night? Bernanke portrayed the Federal Reserve
as the great protector of the U.S. economy, he claimed that
unemployment would be 15 percent higher if the Federal Reserve
had sat back and done nothing during the financial crisis and he
even started laying the groundwork for a third round of
quantitative easing.

Unfortunately, 60 Minutes did not ask Bernanke any hard
questions and did not challenge him on his past record. It was
almost as if they considered Bernanke to be above criticism. But
someone in the mainstream media should be taking a closer look at
this guy and his record. The truth is that the incompetence that
Bernanke has displayed over the past few years makes the
Cincinnati Bengals look like a model of excellence.

Bernanke kept insisting that the housing market was
stable even while it was falling apart, he had absolutely no idea
the financial crisis was coming, he declared that Fannie Mae and
Freddie Mac were in no danger of failing just before they failed,
his policies have created asset bubble after asset bubble and the
world financial system is now inherently unstable.

But even with such horrific job performance, Barack
Obama and leaders of both political parties continue to publicly
praise Bernanke at every opportunity. What in the world is going
on here?

Not that Bernanke is solely responsible. His
predecessor, Alan Greenspan, was responsible for many of the
policies that have brought us to this point. In addition, most of
the other presidents of the individual Federal Reserve banks
across the United States seem just as clueless as
Bernanke.

But you would think at some point someone in authority
would be calling for Bernanke to resign. Accountability has to
begin somewhere.

The Bernanke quotes that you will read below reveal a
pattern of incompetence and mismanagement that is absolutely mind
blowing. Looking back now, we can see that Bernanke was wrong
about almost everything.

But the mainstream media and our top politicians keep
insisting that Bernanke is the man to lead our economy into a
bright future.

It is almost as if we have been transported into some
bizarre episode of "The Twilight Zone" where the more
incompetence someone exhibits the more they are to be
praised.

The following are 30 Ben Bernanke quotes that are so
stupid that you won't know whether to laugh or cry….

Nov. 21, 2002

"The U.S. government has a technology,
called a printing press (or today, its electronic equivalent),
that allows it to produce as many U.S. dollars as it wishes at no
cost".

June 2004

"Economics has many substantive areas of
knowledge where there is agreement but also contains areas of
controversy. That's inescapable".

June 2004

"Not all information is
beneficial".

July, 2005

"We"ve never had a decline in houses
prices on a nationwide basis. So, what I think what is more
likely is that house prices will slow, maybe stabilize, might
slow consumption spending a bit. I don"t think it"s gonna drive
the economy too far from its full employment path,
though".

Oct. 20, 2005

"House prices have risen by nearly 25
percent over the past two years. Although speculative activity
has increased in some areas, at a national level these price
increases largely reflect strong economic
fundamentals".

Nov. 15, 2005

"With respect to their safety,
derivatives, for the most part, are traded among very
sophisticated financial institutions and individuals who have
considerable incentive to understand them and to use them
properly".

Feb. 15, 2006

"Housing markets are cooling a bit. Our
expectation is that the decline in activity or the slowing in
activity will be moderate, that house prices will probably
continue to rise".

Feb. 16, 2006

"I don't think that Chinese ownership of
U.S. assets is so large as to put our country at risk
economically".

Oct. 4, 2006

"If current trends continue, the typical
U.S. worker will be considerably more productive several decades
from now. Thus, one might argue that letting future generations
bear the burden of population aging is appropriate, as they will
likely be richer than we are even taking that burden into
account".

March 28, 2007

"At this juncture, however, the impact
on the broader economy and financial markets of the problems in
the subprime market seems likely to be contained. In particular,
mortgages to prime borrowers and fixed-rate mortgages to all
classes of borrowers continue to perform well, with low rates of
delinquency".

Feb. 15, 2007

"Despite the ongoing adjustments in the
housing sector, overall economic prospects for households remain
good. Household finances appear generally solid, and delinquency
rates on most types of consumer loans and residential mortgages
remain low".

May 17, 2007

"All that said, given the fundamental
factors in place that should support the demand for housing, we
believe the effect of the troubles in the subprime sector on the
broader housing market will likely be limited, and we do not
expect significant spillovers from the subprime market to the
rest of the economy or to the financial system. The vast majority
of mortgages, including even subprime mortgages, continue to
perform well. Past gains in house prices have left most
homeowners with significant amounts of home equity, and growth in
jobs and incomes should help keep the financial obligations of
most households manageable".

Oct. 31, 2007

"It is not the responsibility of the
Federal Reserve -nor would it be appropriate- to protect lenders
and investors from the consequences of their financial
decisions".

Jan. 10, 2008

"The Federal Reserve is not currently
forecasting a recession".

Jan. 18, 2008

(Two months before Fannie Mae and Freddie Mac collapsed
and were nationalized) "They will make it through the
storm".

Jan. 18, 2008

"(The U.S. economy) has a strong labor
force, excellent productivity and technology, and a deep and
liquid financial market that is in the process of repairing
itself".

June 3, 2009

(When asked directly during a congressional hearing if
the Federal Reserve would monetize U.S. government debt) "The
Federal Reserve will not monetize the debt".

June 9, 2008

"The risk that the economy has entered a
substantial downturn appears to have diminished over the past
month or so".

July 20, 2008

"The GSEs are adequately capitalized.
They are in no danger of failing".

Sept. 23, 2008

"My interest is solely for the strength
and recovery of the U.S. economy".

Aug. 2, 2010

"The financial crisis appears to be
mostly behind us, and the economy seems to have stabilized and is
expanding again".

Oct. 15, 2010

"…inflation is running at rates that
are too low relative to the levels that the Committee judges to
be most consistent with the Federal Reserve's dual mandate in the
longer run".

Oct. 15, 2010

"Similarly, the mandate-consistent
inflation rate -the inflation rate that best promotes our dual
objectives in the long run- is not necessarily zero; indeed,
Committee participants have generally judged that a modestly
positive inflation rate over the longer run is most consistent
with the dual mandate".

Nov. 5, 2010

"Although low inflation is generally
good, inflation that is too low can pose risks to the economy –
especially when the economy is struggling".

Dec. 5, 2010

(On 60 Minutes in response to a question about what
would have happened if the Federal Reserve had not "bailed out"
the U.S. economy) "Unemployment would be much, much higher. It
might be something like it was in the Depression. Twenty-five
percent".

Dec. 5, 2010

"One myth that"s out there is that what
we"re doing is printing money. We"re not printing
money".

Dec. 5, 2010

"The money supply is not changing in any
significant way. What we"re doing is lowering interest rates by
buying Treasury securities".

Dec. 5, 2010

(On the possibility that the Fed might launch QE3) "Oh,
it's certainly possible. And again, it depends on the efficacy of
the program. It depends on inflation. And finally it depends on
how the economy looks".

Dec. 5, 2010

"I wish I'd been omniscient and seen the
crisis coming".

Dec. 5, 2010

"We"ve been very, very clear that we
will not allow inflation to rise above 2 percent".

Bonus: "I don't fully understand
movements in the gold price".

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La danza de la
fortuna (los que viven -siempre- del lado bueno de las
vías del tren)

"La contratación diaria en el mercado de
divisas batió el pasado mes de abril un récord con
un promedio diario de 4 billones de dólares, un 20 por
ciento más que en 2007, pese a la crisis
financiera"…
¿Quién dijo crisis? La
negociación diaria en divisas bate un récord (El
Economista – 12/12/10)

Este dato figura en el último Informe Trimestral
del Banco de Pagos Internacionales (BPI), con sede en Basilea
(Suiza), hecho a mediados de diciembre de 2010.

La negociación electrónica ha sido
fundamental en este crecimiento, ya que ha reducido los costes de
las transacciones y ha aumentado la liquidez en el mercado,
señala el BPI, que actúa como banco de los bancos
centrales.

Más del 50 por ciento del volumen total de
contratación en el mercado de divisas se ejecuta
electrónicamente.

El BPI señala que el aumento de la
contratación diaria en divisas se debió en gran
medida al repunte de la actividad de instituciones financieras
distintas de los intermediarios declarantes, que
contribuyó con un 85 por ciento al total de la
contratación.

Estas instituciones financieras incluyen bancos
más pequeños, fondos del mercado monetario, fondos
mutuos de compañías aseguradoras, fondos de
pensiones, fondos de alto riesgo ("hedge funds") o fondos de
divisas.

Pese a que el crecimiento de la negociación de
divisas en los tres últimos años es sustancial, se
sitúa muy lejos del incremento sin precedentes del 72 por
ciento registrado entre 2004 y 2007.

– La tapadera de Wall Street (El País –
19/12/10) Lectura recomendada

(Por Paul Krugman)

Cuando se produjo la crisis financiera, muchas personas
-yo incluido- la consideramos una ocasión de la que
podíamos aprender. Sobre todo, esperábamos que la
crisis recordase a todo el mundo por qué los bancos tienen
que estar eficazmente regulados. Qué ingenuos fuimos.
Deberíamos habernos dado cuenta de que el Partido
Republicano actual está entregado en cuerpo y alma al
eslogan reaganiano de que el Gobierno siempre es el problema,
nunca la solución. Y, por tanto, deberíamos
habernos dado cuenta de que, cuando los leales al partido se
enfrentasen a hechos que no encajasen con el eslogan,
modificarían los hechos. Eso me lleva a la fallida
comisión para la crisis.

La Comisión de
Investigación sobre la Crisis Financiera bipartidista se
creó por ley para "analizar las causas, nacionales y
mundiales de la actual crisis financiera y económica en
EEUU". Se esperaba que fuese una versión moderna de la
investigación Pécora de los años treinta,
que documentó los abusos de Wall Street y
contribuyó a allanar el camino para la reforma financiera.
En su lugar, la comisión se ha dividido según las
distintas tendencias partidistas y ha sido incapaz de ponerse de
acuerdo siquiera sobre los puntos más
básicos.

Y no es que la historia de la crisis sea especialmente
difícil de entender. Primero, se produjo una burbuja
inmobiliaria generalizada, en EEUU, en Irlanda, España y
otros países. Esta burbuja se hinchó por culpa del
crédito irresponsable, que fue posible gracias a la
liberalización bancaria y por no haber extendido la
regulación a los "bancos en la sombra", a los que no
afectaban las normas tradicionales pero que, no obstante, estaban
involucrados en actividades bancarias y generaban riesgos
similares a los de los bancos.

Luego la burbuja estalló, con consecuencias
tremendamente perjudiciales. Resultó que Wall Street
había creado una red de interconexiones que nadie
comprendía, de modo que la quiebra de Lehman Brothers, un
banco de inversión de tamaño mediano, podía
amenazar con hundir todo el sistema financiero mundial. Es una
historia sencilla, pero una historia que los miembros
republicanos de la comisión no quieren que se cuente.
Literalmente.

La semana pasada, según informa
Shahien Nasiripour de The Huffington Post, los cuatro
republicanos de la comisión votaron a favor de excluir del
informe las expresiones "liberalización", "banca en la
sombra", "interconexión" y, sí, "Wall Street".
Cuando los demócratas se negaron a secundar que se contase
la historia de Hamlet sin el príncipe, los republicanos
siguieron adelante y emitieron su propio informe que, por
supuesto, evitaba emplear cualquiera de las expresiones
prohibidas.

Ese informe no tiene más que nueve
páginas, con pocos hechos y apenas ninguna cifra. Cuenta
una historia que ha sido amplia y repetidamente desacreditada
(sin responder en absoluto a quienes la han desacreditado). En el
mundo según los comisarios del Partido Republicano, todo
es culpa de los ingenuos idealistas del Gobierno, quienes
emplearon diversas artimañas -especialmente Fannie Mae y
Freddie Mac, los organismos de garantía crediticia
apadrinados por el Gobierno- para fomentar la concesión de
préstamos a prestatarios con pocos ingresos. Wall Street,
es decir, el sector privado, solo se equivocó en la medida
en que lo embaucaron para que contribuyese a esta burbuja creada
por el Gobierno. Resulta difícil exagerar lo desatinado de
todo esto. Para empezar, como ya he señalado, la burbuja
inmobiliaria fue internacional (y Fannie y Freddie no se
dedicaban a garantizar hipotecas en Letonia). Tampoco
garantizaban préstamos en el mercado inmobiliario
comercial, que también experimentó una gran
burbuja.

La sucesión de acontecimientos
demuestra que a los agentes privados no les embaucaron para que
contribuyesen a una burbuja creada por el Gobierno. Fue al
contrario. Durante los años de mayor inflación
inmobiliaria, Fannie y Freddie se vieron obligados a mantenerse
al margen; solo se involucraron en préstamos dudosos al
final, cuando intentaron recuperar cuota de mercado.

Pero los comisarios del Partido
Republicano se limitan a hacer su trabajo, que consiste en
defender la narrativa conservadora. Y una narrativa que absuelve
a los bancos de haber hecho algo malo, que les echa toda la culpa
a los políticos entrometidos, es especialmente importante
ahora que los republicanos están a punto de controlar la
Cámara. La semana pasada, Spencer Bachus, el presidente
entrante republicano del Comité de Servicios Financieros,
declaró a The Birmingham News que "en Washington opinan
que los bancos deben estar regulados, pero mi opinión es
que Washington y los reguladores están ahí para
servir a los bancos". Después trató de desdecirse
pero no cabe duda de que él y sus compañeros
harán todo lo posible para impedir una regulación
eficaz de los responsables de la pesadilla económica de
los últimos años. Así que necesitan una
historia que sirva de tapadera y que afirme que todo fue culpa
del Gobierno.

Al final, quienes confiábamos en
que la crisis brindase una ocasión para aprender
estábamos en lo cierto, pero no en el sentido esperado. Lo
que hemos aprendido es lo que pasa cuando una ideología
respaldada por una enorme riqueza y un poder inmenso se enfrenta
a hechos molestos. Y la respuesta es que los hechos
pierden.

(Paul Krugman es profesor de Economía en
Princeton y premio Nobel de Economía 2008. ©New York
Times News Service)

Dos crisis en 10 años, o el crac que duró
una década

(Breve resumen de la década 2000-2010. De las
puntocom al empacho de ladrillo)

Lehman puso fin a 25 años de dinero fácil
y fe ciega en las bondades del mercado. Pero el crac
empezó en 2000, y su cierre en falso provocó el
mayor colapso económico desde 1929.

Las crónicas sobre la Gran Depresión de
los años 30 tienden a arrancar hablando de los felices 20,
sencilla contraposición entre euforia y pánico.
Ahora, tras la mayor crisis financiera desde entonces, la
contraposición no es tan sencilla. El mundo en 2007
parecía un lugar más cómodo del que es
ahora, pero no corría champán por las calles, y
ganar dinero no era, por lo general, fácil.

Por eso, y por algún motivo de más fuste
-como el hecho de que el máximo de 2007 del S&P 500
apenas estuvo un 2% por encima de récord de marzo de
2000-, no es descabellado pensar que la crisis actual no
empezó al caer Lehman en 2008, ni en 2007 cuando los
banqueros empezaron a huir de la burbuja por ellos construida,
sino en 2000. Porque sí hubo unos felices 20 en el siglo
XXI. Un tiempo en que un fallo informático -al pasar los
procesadores del año 99 al 00- era la mayor de las
preocupaciones. Una época en la que una cadena de pizzas
se disparaba en Bolsa al descubrir los inversores un activo
intangible en esas motocicletas susceptibles de ser utilizadas
para el comercio electrónico. O cuando empresas de
actividad difusa -pero ligada a la Red– podían pedir
dinero al mercado, gastarlo, y volver a por
más.

Aun tratando de entender estas dos crisis como procesos
diferentes, serían madre e hija. Y, si bien en la segunda
mitad de los años 90 el optimismo era más
llamativo, entre 2004 y 2007 el mercado tampoco se quedaba corto
en aberraciones. ¿Era más estúpido que en el
Nasdaq cotizasen varias empresas de comercio electrónico
de comida para perros o que los mejores expertos en
titulización del mercado pensasen -y convenciesen a otros-
que juntando un suficiente número de hipotecas basura se
conseguía un activo con el mismo rating que
Suiza?

Al menos, la estupidez puntocom no generaba tanto paro.
En verdad, pocas cosas hay tan destructivas como una crisis
cerrada en falso o una enfermedad mal curada. En 2002 los
médicos combatieron los síntomas -el desplome de
los precios de los activos- en vez de la enfermedad; el exceso de
crédito y la proliferación de prácticas de
riesgo.

Fue en 1995 cuando Alan Greenspan alertó de la
"exuberancia irracional" en los mercados. Generó revuelo,
pero la rueda no se detuvo. Entre 1995 y 1999 el S&P 500
subió un mínimo del 20% cada uno año, pese a
las turbulencias de 1997 y 1998. Esta última, con la
quiebra del fondo LTCM y su rescate por Wall Street con Greenspan
bajando tipos, fue a la vez germen y ensayo en miniatura del crac
de 2008. La facilidad con la que se sorteó este amago de
colapso animó aún más a los inversores, y
llevó 1999 al Olimpo de las burbujas
especulativas.

Las primeras caídas se consideraban una
corrección necesaria para el sector tecnológico.
Pervivía el mito de que la economía había
superado los ciclos y se encaminaba a un crecimiento sin
inflación y sin mucho desempleo. Pero después del
11-S quebró Enron, y al año siguiente Worldcom, no
sólo dos de las mayores compañías de Wall
Street, sino dos modelos de gestión. El mundo se
asomó al abismo de la crisis crediticia en aquel
otoño de 2002. Pero la esquivó, en parte por un
recorte de tipos desde el 6,5% hasta el 1,75% en un año.
El crac puntocom truncó proyectos empresariales, hizo
volatilizarse fortunas bursátiles y generó paro.
Pero, en términos económicos, el PIB de EEUU nunca
llegó a contraerse, y solo dos trimestres creció
menos del 1%.

Esta salida airosa -como la de 1998- se convirtió
en arma de doble filo. Generó la falacia de que la
política monetaria era capaz de corregir ciclos y
desequilibrios macroeconómicos. Es lo que en se
llamó "The Greenspan put"; los inversores creyeron ver una
red de seguridad que les permitía apostar siempre al alza,
pues otro se encargaría de conjurar los riesgos. Un put es
una opción de venta que protege de las
caídas.

En paralelo, los tipos de interés se mantuvieron
en niveles inferiores a la inflación durante casi tres
años, y el mundo financiero registró una
eclosión de nuevos y complejos productos de
inversión que permitían sacar grandes rendimientos
de tanto dinero barato. Fue la época del carry trade
-pedir dinero con tipos bajos e invertirlo en áreas de
tipos altos-, de los hedge funds, del private equity, los CDS y
las titulizaciones. Prácticas que generaban poca
inversión productiva final, pero generaron una
época dorada para la banca de negocios.

Todo, bajo otra presunción, la de que el mercado
no se equivoca, que contra toda evidencia empírica,
había sobrevivido a la burbuja tecnológica y a los
fraudes de Enron y Worldcom. La hipótesis de la eficiencia
de los mercados, predicada por profesores como Eugene Fama desde
Chicago, dominaba el discurso económico desde los 80. Bajo
este paraguas intelectual se tomaron decisiones que crearon la
bomba de relojería. EE UU anuló la
separación entre banca comercial y de inversión, en
vigor desde los años 30. Se desreguló el mercado de
derivados hasta el punto de que la exposición de la banca
a riesgo de derivados no sólo no era pública; las
propias entidades tardaron meses en averiguar sus propios
riesgos. Los modelos matemáticos de inversión y
control de riesgos, desarrollados también bajo la
perspectiva de que los precios que dan los mercados son
correctos, ya se habían demostrado fallidos en 1998 con el
LTCM. Aquel hedge fund estaba gestionado por Robert Merton y
Byron Scholes, creadores del modelo de valoración de
opciones, semilla de gran parte de la innovación
financiera desde los 80. En 2007, Goldman dijo que, según
su modelo, la probabilidad de que el mercado registrase
movimientos como los experimentados ese mes era de seis entre 10
elevado a 138, es decir, un seis entre un número con 138
ceros…

Con estas premisas se construyó un rascacielos
sin cimientos. Las empresas se endeudaron, y los ciudadanos no
iban a ser menos. Los banqueros, deslumbrados por los bonus,
pensaron en el beneficio a corto plazo y confiaron su futuro a
unos modelos de control de riesgos hechos para alimentar la
máquina. El crecimiento exponencial de la complejidad y la
interdependencia financieras no vinieron acompañados de
más supervisión, requerimientos de capital o
transparencia… Más bien fue al contrario.

Se creó un sistema bancario en la sombra, en el
que la banca empaquetaba hipotecas y se las vendían a
hedge funds para, con el dinero obtenido, poder dar más
hipotecas y poder empaquetarlas. Según un informe de la
Fed de Nueva York, el pasivo de este sistema bancario en la
sombra llegó a los 20 billones de dólares frente a
los 13 de la banca tradicional… Hasta que, en verano de 2007,
los intermediarios vieron que las hipotecas no se pagaban, y
tanto la banca tradicional y la banca en la sombra se quedaron
sin liquidez.

La crisis de liquidez puso al descubierto los problemas
de solvencia, el exceso de endeudamiento y, en general, los
riesgos incubados durante dos décadas en las que Occidente
confundió valor con precio y fió su futuro a dos
viejos impostores, el crédito fácil y la Bolsa
alcista. La Historia enseña que la mayor parte de las
ideologías -especialmente las más
dogmáticas- acaban sepultadas bajo su propio peso. Eso
sí, en el debate político sobre las reformas
necesarias para que no se repita, el lobby financiero no ha
perdido peso. Y la factura de los bancos rescatados ha corrido a
cargo del contribuyente. Quién si no.

Las obligaciones de deuda colateralizada (CDOs): la
"madre" de la era de los excesos

– La alquimia financiera de Europa (Project Syndicate –
23/12/10) Lectura recomendada

(Por Luigi Zingales)

Chicago.- Es universalmente reconocido que un factor
clave detrás de la crisis financiera de 2007-2008 fue la
difusión de obligaciones de deuda colateralizada (CDOs,
por su sigla en inglés), los infames vehículos de
propósitos especiales que transformaron la deuda de menor
calificación en deuda altamente calificada. Sin embargo, a
medida que estas estructuras fueron perdiendo popularidad en Wall
Street, cobraron popularidad del otro lado del
Atlántico.

Después de todo, el Mecanismo
Europeo de Estabilidad Financiera (EFSF, por su sigla en
inglés), creado por los países de la eurozona en
mayo pasado, es la mayor CDO que se haya generado hasta el
momento. Al igual que con las CDOs, el EFSF se promocionó
como una manera de reducir el riesgo. Desafortunadamente, el
resultado podría ser similar: todo el sistema bancario en
picada.

Las CDOs son una forma de alquimia
financiera: vehículos de propósitos especiales que
compran el equivalente financiero del plomo (títulos
respaldados por hipotecas de baja calificación) y se
autofinancian principalmente con el equivalente financiero del
oro (bonos AAA sumamente buscados). Esta transformación se
basa en un principio sólido y dos principios
débiles.

El principio sólido es el exceso
de colateral. Si hay 120 dólares de colateral que
garantizan un bono de 100 dólares, el bono es más
seguro, sin duda. Cuánto más seguro, sin embargo,
depende de los retornos del pool de bonos que componen la
CDO.

El primer principio débil es que
si el retorno de estos bonos está altamente
correlacionado, de manera que todos dejan de pagar al mismo
tiempo, el exceso de colateralización no sirve de mucho.
Por el contrario, si los retornos no están
correlacionados, es extremadamente improbable que todos dejen de
pagar al mismo tiempo, lo que hace que el exceso de
colateralización baste para garantizar un retorno
más seguro.

Desafortunadamente, ningún modelo
matemático preciso puede determinar la correlación
entre los títulos, que siempre es una conjetura basada
principalmente (a veces, enteramente) en el comportamiento
pasado. En consecuencia, la explosión de CDOs en Estados
Unidos durante el auge inmobiliario se predijo en base a la
débil presunción de que los precios de las
viviendas nunca caen a nivel nacional.

El segundo principio débil es que, para validar
estos instrumentos, los emisores de CDOs confiaban en las
agencias de calificación crediticia.
Históricamente, estas agencias habían sido
confiables a la hora de predecir el riesgo de incumplimientos de
pago corporativos. Gran parte de su credibilidad, sin embargo,
dependía de un frágil equilibrio de poder. Dado que
cada emisor representaba una pequeña fracción de
sus ingresos, las agencias de calificación no estaban
dispuestas a comprometer su reputación por el bien de un
único emisor.

No obstante, el mercado de CDOs estaba
concentrado: seis o siete emisores controlaban la mayor parte del
mercado, y este mercado terminó representando el 50% de
todos los ingresos que se ganarían a través de las
calificaciones. De repente, los emisores ejercían mucha
más influencia sobre las agencias de calificación
que, como cualquier buen vendedor, estaban dispuestas a ceder un
poco para no ahuyentar a los clientes importantes.

En consecuencia, el mercado de CDOs no propagó
tanto el riesgo como que se lo quitó de encima y lo
ocultó. Cuando el mercado inmobiliario estadounidense
comenzó a virar hacia el sur, los mayores suscriptores
(como Countrywide) no quebraron de inmediato, porque
habían vendido la mayoría de sus préstamos
al mercado de CDOs. En última instancia, sin embargo, la
incertidumbre creada por estos CDOs prácticamente hizo
colapsar todo el sistema bancario de Estados Unidos.

Europa está siguiendo un camino
similar. El EFSF, creado para ayudar a los países que
enfrentan "iliquidez", está diseñado exactamente
como un CDO. El EFSF compra los bonos de países a los que
les resulta difícil financiarse en el mercado (por
ejemplo, Irlanda) y emite bonos que están calificados como
AAA. ¿Cómo es posible esta alquimia? Una vez
más, se basa en el exceso de colateralización, la
presunción de una distribución conjunta de los
posibles resultados y el inevitable sello de aprobación de
las tres principales agencias de calificación de
crédito.

Con el EFSF, el exceso de colateralización adopta
la forma de garantías por parte de otros países de
la eurozona. Entre los principales países, sin embargo,
sólo Francia y Alemania tienen calificación AAA.
¿Cómo puede un bono garantizado en gran parte por
países como Italia y España (posibles candidatos
para una crisis fiscal) ofrecer una categoría AAA a los
bonos irlandeses? Según Standard and Poor´s, por
ejemplo, "la calificación sobre el EFSF refleja nuestra
visión de que las garantías ofrecidas por
países soberanos calificados como "AAA" y reservas de
liquidez disponibles invertidas en títulos "AAA", en
conjunto, cubrirán todos los pasivos del EFSF".

Sin embargo, el valor de las
garantías depende de la situación. Mientras el
único país a rescatar sea Irlanda, no hay
ningún problema. Pero si el EFSF tiene que garantizar a
España, ¿Alemania estaría realmente
dispuesta a intervenir y utilizar el dinero de sus contribuyentes
para cubrir las pérdidas de los bancos españoles?
¿Y cuál podría ser el grado de compromiso de
los bancos franceses y alemanes -y, por ende, cuánta
más tensión fiscal tendrán que soportar
Francia y Alemania?

Aquí tampoco existe una fórmula
matemática que pueda ayudar, porque lo que necesitamos
probar es la razonabilidad de nuestras presunciones. Es por esto
que las opiniones de las agencias de calificación son tan
valiosas. Desafortunadamente, uno debe preguntarse hasta
qué punto estas calificaciones no están
distorsionadas por el poder político de los países
de la eurozona.

Desde la crisis, las agencias de calificación
fueron blanco de ataques y, a ambos lados del Atlántico,
se discutió la aplicación de una importante
regulación, lo que podría afectar seriamente su
negocio. En vista de esto, ¿cuán libres son las
agencias de calificación de crédito para expresar
su opinión en las mismas instituciones que las
regularán? Tendremos que esperar la cotización de
las permutas de riesgo crediticio sobre la deuda del EFSF, que
serán emitidas en enero, para ver si los mercados creen en
las calificaciones.

Ajena a esta prueba, sin embargo,
Alemania parece haber intentado lo imposible: ayudó a los
países en problemas, sin soltar (por el momento) un solo
euro. No obstante, al igual que con los CDOs, esta podría
ser una victoria pírrica. El EFSF buscó una
ganancia a corto plazo a cambio de pérdidas mucho mayores
si la situación se deteriora: una crisis fiscal en
España podría derribar todo el edificio.

Después de la crisis de hipotecas de alto riesgo,
los políticos afirmaron que el mercado era miope e
irracional, y corrieron a proponer nuevas regulaciones. Si bien
parte de la crítica puede ser válida,
¿qué les da a los políticos autoridad moral
para criticar? Después de todo, como demuestra el EFSF, su
orientación puede ser más a corto plazo y
más irracional que la del mercado, al repetir los mismos
errores porque parece que no hubieran aprendido de
ellos.

El veredicto del mercado probablemente
sea intransigente. Como dijo Oscar Wilde: "Si me engañas
una vez, la culpa es tuya; si me engañas dos veces, la
culpa es mía".

(Luigi Zingales es profesor de Capacidad Empresaria y
Finanzas en la Escuela de Graduados de Negocios de la Universidad
de Chicago y coautor, junto con Raghuram G. Rajan, de Saving
Capitalism from the Capitalists (Salvar al capitalismo de los
capitalistas). Copyright: Project Syndicate, 2010)

Crónica de una
muerte anunciada: de la crisis bancaria a la crisis de la deuda
soberana, y de la crisis fiscal a la "eutanasia pasiva" del
Estado de Bienestar (q.e.p.d.)

"Las dificultades fiscales ponen a regiones y
municipios del mundo desarrollado al borde de la
quiebra"…
La crisis, más cerca de usted (El
País – 26/12/10)

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6

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