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¡Cuéntalos…! Cuentos, Mitos y Leyendas




Enviado por Dra. ENEIDA CHIRINOS



  1. Resumen
  2. Presentación y justificación de
    la columna
  3. Argumentación
    teórica

Monografias.com

Compilación Literaria. Dra.
Chirinos Eneida.

¡Si te gusta que te los
cuenten…! ¡Cuéntalos tú
también!

PROYECTO COLUMNA
¡Cuéntalos…! Cuentos, mitos y
leyendas.

Resumen

A continuación se presenta esta propuesta
destinada a fortalecer y propiciar espacios para la lectura para
niños, jóvenes y adultos en de la región,
asiduos lectores del suplemento Dominical Premium del Diario El
Regional. Es intención de la autora publicar una
compilación de obras literarias en la se privilegian los
cuentos, fabulas, mitos, leyendas y relatos de escritores y
escritoras de regionales y nacionales, bajo la concepción
de por lo general la generación de relevo no tiene bien
marcada o definida la sensibilización al arte de leer y
escribir, pensando que una de las razones radica en que tal vez,
no se la hemos inculcado o no ha tenido la oportunidad de
disfrutar el placer de leer, con esta iniciativa se
comenzaría un proceso de proyección en escala
aritmética, con ediciones periódicas, con la
intencionalidad de poco a poco ir generando una matriz de
opinión literaria que mantenga cautivo a los
lectores.

Palabras Claves: Cuentos, mitos, leyendas, acervo
cultural, lectores, lectura, escritores, escritoras, contexto
natural, pluricultural y geohistórico.

Presentación y justificación de
la columna

¡Cuéntalos…! Cuentos, mitos y
leyendas.

Estructura de la Columna.

La estructura de la columna, con una medida de tres
cuartillas, esta conformada por la Identificación del
Autor, Data de Vida (Ciudad, Fecha de Nacimiento y/o
Fallecimiento), Título y texto de la obra y en los casos
de las leyendas indígenas. Vocabulario de términos,
como una contribución a nuestro acervo cultural
bilingüe. Y un eslogan al final de la columna "si te gusta
que te los cuenten, cuéntalos tu también", La
intención es instaurar la oralidad, en los espacios
familiares, laborales y profesionales.

Es preciso destacar que la cuentística venezolana
es diversa, variada y extensa y se presenta en prosa y en verso,
de ahí que la publicación en la columna de todos
los géneros se hará de forma intercalada comenzando
por un cuento, en las ediciones siguientes fabula, un mito y una
leyenda, reiniciando consecutivamente el ciclo.

Argumentación
teórica

Los cuentos tradicionales, son narraciones de
tradición oral en todo el mundo. Como manifestación
del folclore, los cuentos tradicionales se han transmitido de
generación en generación, sufriendo con el tiempo
muchas alteraciones debido a las incorporaciones o eliminaciones
que realizaban los narradores. Durante este proceso de
difusión cultural algunos se escribieron, pasando de nuevo
a la transmisión oral, que es el rasgo fundamental de los
cuentos tradicionales y de toda la literatura popular. Los
cuentos populares y de la tradición indígena son
especies de leyendas que provienen de la tradición oral y
son recreados por las diferentes generaciones con versiones
adecuadas a los intereses de sus tiempos.   Algunos
cuentistas venezolanos son: Julio Garmendia; Arturo Uslar Pietri;
Salvador Garmendia, Aquiles Nazoa; Aníbal Nazoa. Manuel
Díaz Rodríguez, Luis Urbaneja Achepohl, Rufino
Blanco Fombona, José Rafael Pocaterra, Teresa de la Parra,
Rómulo Gallegos, Pedro Emilio Coll, Argenis
Rodríguez, José Vicente Abreu, Laura Antillano,
Francisco Massiani, Denzil Romero, Ednodio Quintero, Alberto
Jiménez Ure, Gabriel Jiménez Emán, Armando
José Sequera y Antonia Palacios entre otros de especial
interés por su aposte a la literatura de nuestro
país.

Las leyendas sobre espantos forman parte de nuestra
literatura oral, pasando de generación en
generación y causando las mismas impresiones que,
quizás alguna vez tuvieron nuestros abuelos, cuentos
espeluznantes como el de La Sayona. El silbón, La
Dientona, la Loca luz Caraballo, y otras que complementan este
vasto género. Finalmente los mitos, que conforman un
legado de nuestros ancestros indígenas, que representan la
cosmovisión del mundo, de la creación y la
relación con el contexto natural pluricultural y
geohistórico.

La columna se diseñada en un formato recortable y
Coleccionable. El Borde de la columna llevara una línea
entrecortada para recortar y coleccionar, Esta propuesta, se
plantea como una estrategia didáctica en las aulas, que
permita de manera viable, fomentar la lectura recreativa en los
jóvenes y a su vez un recurso y material de apoyo de
calidad, económico y al alcance de los Docentes y
estudiantes.

PRIMERA EDICIÓN DE LA COLUMNA. PUBLICADA EL
DOMINGO 04-09-2011. SUPLEMENTO DOMINICAL PREMIUN. DIARIO EL
REGIONAL.

¡Cuéntalos…! Cuentos,
Mitos y Leyendas.

Compilación Literaria. Dra.
Chirinos Eneida.

¡Si te gusta que te los
cuenten…! ¡Cuéntalos tú
también!

Guachirongo. Julio Garmendia.
(1898-1977)

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Así como hay ciudades o pueblos afamados por la
altura de un pico o la hondura de un zanjón, por el
número de sus torres o por el tamaño de sus
toronjas, así hay en el Oeste -en nuestro Oeste
venezolano- una ciudad muy celebrada por sus puestas de sol, por
la majestad y belleza de sus crepúsculos. Sus moradores
son entendidos y expertos en esta materia, doctos en ella, y
así dicen, a veces, por ejemplo: "Este verano hemos tenido
los crepúsculos más raros -o más largos, o
más bellos-, que hemos visto en mucho tiempo".

No sé si esto ha llegado a reflejarse en el
carácter de la generalidad de entre ellos; pero un hombre
que vivió en estos parajes, un simple de espíritu a
quien apellidaban por burla Guachirongo, sí vivió
(y murió tal vez realmente) entre las nubes del
crepúsculo. Guachirongo hallábase afligido de toda
clase de pobrezas y miserias; sus ropas no eran más que
harapos; los cabellos le resbalaban en grasientas guedejas por la
nuca, la frente y las orejas, y hasta le tapaban los ojos.
Así andaba, y algunos perros hambrientos – tan hambrientos
y miserables como él mismo – lo seguían por todas
partes adonde iba.

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Y Guachirogo no tenía ningún inconveniente
en ponerse a bailar en medio de la calle, si se lo pedían
chicos o grandes; o también, así de repente,
sólo porque le venían ganas a él, a la hora
del atardecer, mirando un crepúsculo encendido. Fuera de
esto, y por extraño que parezca, Guachirongo vendía
gritos. Le decían:

-¡Un grito, Guachirongo!

Pero los gritos de Guachirongo eran al precio de tres
por locha, ni uno más, ni uno menos; sobre esta base el
trato se hacía, se cerraba el negocio, y Guachirongo
lanzaba tres gritos sonoros, poderosos, retumbantes, que hubieran
despertado la alarma en el vecindario y sus contornos si no fuera
porque ya todos por allí sabían muy bien que era
aquél el negocio del Guachirongo.

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A pesar de todas las calamidades que lo afligían
(o quizás por eso, justamente), Guachirongo, más
que en la tierra, vivía en las nubes, y especialmente en
las nubes del crepúsculo. Caminaba o bailaba o gritaba
mirando hacia ellas; ellas tenían para él mayor
importancia y realidad que muchas sólidas cosas de
acá abajo. Hasta las tomaba como puntos fijos de
orientación o referencia, hablando de algún sitio,
o recordando alguna fecha.

-Guachirongo, ¿dónde vives?- le
preguntaban. Y él contestaba:

-¡Po alláaa, PO los laos e las nubes
colorás!

-¿Desde cuándo, Guachirongo?

-¡Aaah… desde el año e las
morás!

Así hablaba este habitante del crepúsculo.
Los niños salían a las puertas de las casas a
hablar con él, y le pedían que bailara o que
gritara. Mientras sus perros olfateaban acá y allá,
y alguno se echaba a dormitar sobre el quicio del portón,
Guachirongo bailaba en la acera o en el zaguán;
después recibía su moneda o su cazuela llena, y se
iba, calle arriba o calle abajo, seguido de su fiel
jauría. Algún insulto lanzado traidoramente desde
lejos, tras una esquina, le hacía rabiar un momento y
volver atrás con gesto amenazante. Pero más lejos
otro niño, otro baile y otros gritos le esperaban -con
cazuela o centavito-, y esto le hacía de nuevo ir
adelante; vivía para su arte, y lo trocaba por comida o
por dinero, pero sólo en los momentos en que el ambiente
crepuscular hacía descender sobre él la
inspiración.

Pero las nubes acabaron por sugerirle a Guachirongo
inspiraciones y visiones más extrañas… Los
años habían pasado, y los niños que ahora le
hacían bailar o gritar al frente de sus casas, no eran los
mismos: aquéllos de antes eran ya hombres, éstos de
ahora eran sus hijos. Ahora los bucles de Guachirongo eran
grises, sus espaldas estaban encorvadas, hundidas sus mejillas.
En torno suyo, mientras danzaba inspiradamente en los viejos
portales, la vida había danzado también su vieja
danza. Cierta vez, por la tarde, ya anocheciendo, fue encontrado
un hombre muerto en una calleja, y Guachirongo bailaba en torno
al muerto. La gente se aglomeró en derredor, pero
él siguió bailando imperturbablemente; sus bucles
flotaban a la luz crepuscular como pequeñas serpientes
enfurecidas. Lo llamaban o lo reprendían algunos. Pero
él no oía ni veía más que las luces y
sombras del crepúsculo, y siguió danzando alrededor
del muerto. Fue llevado a la cárcel, atadas las manos, y
bailaba a todo lo largo del trayecto…

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Cuando fue puesto en libertad, tiempo después,
los niños no quisieron salir a las puertas a hablar con
él, ni volvieron a pedirle nada. Le tenían miedo, y
se escondían al verle aparecer por la calle. Algunas
personas mayores le daban siempre una moneda, o le llenaban la
cazuela. Otras le hacían la señal de la cruz. Los
perros le seguían siendo fieles, y andaban tras él,
más flacos y miserables que nunca. Desapareció un
día, y nadie volvió a verle ni oírle, ni a
él ni a sus perros, ni sus danzas, ni sus gritos, ni sus
bucles… Pero, hoy todavía, cuando las nubes del verano
forman en el cielo sus maravillosas perspectivas, sus lagos, sus
mirajes, sus palacios… alguna anciana asomada al postigo de la
celosía de una ventana de gruesos barrotes, o parada en el
quicio de algún ancho portón, le dice al
niño que juega en la acera:

-¡Mira! ¡Guachirongo está bailando
allá en las nubes!

-¿Y quién es Guachirongo?- pregunta el
niño.

Y la anciana vuelve a contar la historia.

Julio Garmendia. (1898-1977) Escritor venezolano. Fue el
introductor del realismo fantástico en la ficción
hispanoamericana a través de su primer libro de cuentos,
La tienda de muñecos (1927). El primer libro de
cuentos fantásticos del argentino Jorge Luis Borges,
Historia universal de la infamia (1933), fue publicado seis
años más tarde. Fue a partir de la década de
1950 cuando la obra del venezolano Garmendia comenzó a ser
revalorizada y colocada en el lugar que le corresponde. Fue
él quien, a través del cuento fantástico, el
cual cultivó en sus dos siguientes colecciones de relatos,
La tuna de oro (1951) y La hoja que no había
caído en su otoño
(1979), reaccionó
contra todas las formas monótonas y documentalistas de la
ficción del modernismo y criollismo. Encontró
así otro sendero, otro camino. También
concibió diversos estudios críticos y asedios a los
temas de su escritura, los cuales fueron reunidos en los
volúmenes Opiniones para después de la
muerte
(1984) y La ventana encantada (1986)

SINTESIS CURRICULAR

Chirinos Arcaya, Eneida Candelaria.
Dirección electrónica. jemyrsch@hotmail.com
jemyrsch@gmail.com. Licenciado en Educación Integral.
Mención Ciencias Sociales. Universidad Nacional Abierta
(1992). Licenciado en Educación Integral. Mención:
Lengua. Universidad Nacional Abierta (1994). Magíster en
Gerencia. Mención: Gestión Educativa. Universidad
Bicentenaria de Aragua. (1999). Doctor en Ciencias de la
Educación. Universidad Santa María. (2005).
Actualmente me desempeño como Docente en Educación
Media General en el Liceo Bolivariano "Juan Guillermo Iribarren"
del Municipio Araure, en el Estado Portuguesa. Facilitadora del
Curso de Educación Continua. "Evaluación del
aprendizaje para el mejoramiento de la calidad educativa".
Planificación de la Instrucción.
Comunicación Educativa. Manejo y Uso eficiente de los
recursos para el aprendizaje del Componente Docente, en la
Universidad Nacional Abierta, Centro local Portuguesa.
Facilitadora de la Universidad Nacional Experimental de las
Fuerzas Armadas UNEFA, en Maestría Diplomado y Doctorado.
Autora de la Cátedra del General "Juan Guillermo
Iribarren" y de publicaciones en la Revista CANDIDUS, en las
Columnas "Aquí y Ahora" y ¡Ponte las pilas!
¿Preguntas? … y Respuestas en el Diario Ultima Hora. Y
la reciente Columna ¡Cuentalos…! Cuentos Mitos y
Leyendas. Suplemento Dominical Diario EL REGIONAL. Portuguesa.
Venezuela.

 

 

Autor:

Dra. Chirinos Eneida.

Agosto – Septiembre 2011

Araure. Portuguesa.

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