El Universo como
un holograma del mundo
¡Qué para el ser humano es
la pérdida del Universo! – Que se oscurece todo el
cielo estelar:
Es necesario temer de otro apagamiento
–
¡La oscuridad de la razón
es más terrible que la del mundo!
A. Chizhevsky1
Como usted recuerda, estimado lector, nuestro primer
libro comenzaba de la revista de los descubrimientos de los
científicos del mundo en el campo del encéfalo y la
Conciencia del ser humano. Los descubrimientos en realidad son
remarcables, sino también no menos remarcable parece la
reticencia sobre ellos por los medios de comunicación de
masas, que se observa en todos estos años. Por eso hemos
decidido comenzar el cuarto libro de la publicación de
unos descubrimientos aún más fundamentales, sobre
los cuales en los mass media en diez años no
habíamos encontrado ni una mención. Casualmente, el
artículo de Alley Crystal "El universo como un holograma"
en Internet fue encontrado por una de nuestras continuadoras en
Ucrania, cuando el cuarto libro ya fue prácticamente
terminado.
A nuestra gran alegría resultó que no hace
falta "justificar" nada de lo que hemos escrito en los libros y
el Sistema de la Armonización de la Persona, – todo
hace mucho está descubierto y está explicado por
los científicos. Vemos nuestras prioridades solamente en
lo que hemos ido más lejos de las constataciones
inútiles, habiendo dado a la gente la posibilidad de
aplicar todos estos descubrimientos y conocimientos en la
práctica.
¡Oh, sabiduría, la quimera
amable, Eres engaño seductivo!
Gracias a tu medida divina
Tenemos la suerte de
equivocarse.
Jean-Jacques Rousseau2
¿Si existe la realidad objetiva, o el Universo es
un fantasma? La física duda de la existencia de la
realidad objetiva y construye un nuevo modelo del mundo basado en
la holografía en el que los electrones de los
átomos del cerebro humano aparecen conectados a las
partículas subatómicas de cada salmón que
nada, de cada corazón que late, o de cada estrella que
brilla en el firmamento. El modelo holográfico implica
también al funcionamiento un ilustrado, pero
parte de sus teorías prefiguran el posterior Romanticismo.
Las ideas políticas de Rousseau influyeron en gran medida
en la Revolución Francesa, el desarrollo de las
teorías liberales, y el crecimiento del
nacionalismo.
cerebral y a los comportamientos psicológicos,
alumbrando una forma radicalmente nueva de ver la realidad basada
en que la percepción es sólo lo que pintamos como
tal.
En 1982 tuvo lugar un importante evento. En
la Universidad de París un grupo de
investigadores liderado por el físico Alain Aspect
realizó un experimento que después se
convertiría en uno de los más importantes del siglo
XX.
Aspect y su equipo descubrieron que en ciertas
circunstancias las partículas subatómicas como los
electrones, son capaces de comunicarse al instante con
otras partículas, independientemente de la
distancia que haya entre ellas. No importa si esta distancia es
de 10 centímetros o de 10 billones de millas. De alguna
manera, cada partícula subatómica es
siempre capaz de saber qué es lo que hacen el resto de las
partículas, por muy lejos que éstas se encuentren.
El problema de esta hazaña de las partículas es
que viola el principio sostenido durante mucho
tiempo por Einstein, según el cual ninguna
comunicación puede ir a una velocidad superior a la de la
luz.
Viajar más rápido que la velocidad de la
luz equivaldría a romper la barrera del tiempo, y esta
desalentadora perspectiva ha ocasionado que algunos
físicos hayan comenzado a elaborar diversas
teorías para explicar los descubrimientos de Aspect. Pero
esto también ha inspirado a otros a buscar explicaciones
más radicales.
El físico David Bohm, de la Universidad de
Londres, por ejemplo, cree que el descubrimiento de Aspect
implica que la realidad objetiva no existe, que la
aparente consistencia del universo es como un
fantasma, un gigantesco y espléndido holograma.
Fotografía
tridimensional
Para comprender lo que Bohm quiere decir con esta
afirmación, es preciso conocer algo sobre hologramas. Un
holograma es una fotografía tridimensional hecha con ayuda
del láser. Para hacer un holograma, el objetivo de la
cámara se introduce primero bajo la luz de un rayo
láser. Después, un segundo rayo láser se
superpone al primero y el resultado de la interferencia de ambos
(el área donde los dos haces coinciden) es capturado por
la película.
Cuando la película se revela, el resultado parece
un remolino de líneas claras y oscuras. Pero tan pronto
como el revelado de la cinta es iluminado por otro rayo
láser, cada mitad contendrá
también la imagen entera de la rosa. Es más, si
estas mitades se cortaran otra vez, cada trozo de la
película contendría una pequeña pero intacta
visión de la imagen original. A diferencia de las fotos
normales, cada parte del holograma contiene toda la
información que posee el todo.
La naturaleza del todo en cada parte que poseen los
hologramas, nos concede a nosotros una forma totalmente nueva de
comprender la organización y el orden. A lo largo
de la historia, la ciencia occidental ha sido construida
bajo el principio de que la mejor forma de entender
un fenómeno físico, ya sea una rana o un
átomo, es diseccionarlo para estudiar cada una de sus
partes.
Un holograma nos muestra que algunas cosas en el
universo no se prestan a este tipo de análisis. Si
tratamos de hacer partes de algo construido
holográficamente, no obtendremos las piezas
de las cuales está hecho, sino que sólo
conseguiremos pequeños todos.
La
separación, una ilusión
La perspicacia ha permitido a Bohm concebir de forma
distinta el descubrimiento de Aspect. Bohm cree que la
razón de que las partículas subatómicas
permanezcan en continuo contacto entre sí a pesar de la
distancia, no se debe a que se envíen entre ellas
ningún tipo de misteriosos signos, sino a que la
separación entre dichas partículas es en realidad
sólo una ilusión. Bohm argumenta que a niveles
profundos de la realidad, estas partículas no son
entidades separadas, sino extensiones de la misma realidad
sustancial. Para que la gente lo entienda mejor, Bohm ofrece la
siguiente ilustración: imagine un acuario que contiene un
pez. Imagine también que usted no puede ver el acuario
directamente, sino a través de las imágenes que le
envían dos cámaras de televisión, una
dirigida hacia un lado del acuario, la otra dirigida al lado
contrario. Cuando usted enciende los monitores de
televisión, debe asumir que el pez aparece en ambas
pantallas como dos entidades separadas. Después de todo,
porque las cámaras están situadas desde diferentes
ángulos, cada una de las imágenes será
diferente. Pero cuando continúe mirando a los peces, se
dará cuenta de que hay una relación entre
ellos.
Cuando uno se gira, el otro también lo hace;
cuando uno se pone frente a la cámara, el otro aparece en
el lado contrario. Si permanece atento a todos los movimientos de
los peces, concluirá que ambos están
instantáneamente comunicados el uno con el otro. Pero, a
pesar de las apariencias, sabemos que no es así. Todo es
el resultado de la ubicación de los dos monitores de
televisión.
Naturaleza
fantasmal
Según Bohm, esto es en realidad lo que sucede con
las partículas subatómicas en el experimento de
Aspect. La aparente conexión más rápida que
la luz entre las partículas elementales nos está
hablando de que, a niveles profundos de la realidad, sin que
nosotros nos demos cuenta, hay una dimensión compleja que
es análoga al ejemplo de los acuarios.
Bohm añade que tenemos la perspectiva de las
partículas subatómicas separadas las unas de las
otras porque estamos mirando solamente una porción de su
realidad. Estas partículas no son partes separadas, sino
formas de una profunda y fundamental unidad que termina como la
rosa holográfica. Y, como cada cosa dentro de la realidad
física está constituida por estas
partículas, se deduce que el universo entero es un
holograma, una proyección.
Además de esta naturaleza fantasmal, el universo
puede poseer otro tipo de características. Si la aparente
separación de las partículas subatómicas es
ilusoria, esto significa que a un nivel más profundo de la
realidad, todas las cosas en el universo se encuentran
infinitamente interconectadas.
Los electrones en los átomos de carbono en el
cerebro humano, están conectados a las partículas
subatómicas de cada salmón que nada, de cada
corazón que late, o de cada estrella que brilla en el
firmamento.
Cada cosa está interrelacionada con cada cosa, y
aunque la naturaleza humana debe buscar las categorías y
las subdivisiones de los distintos fenómenos del universo,
estas categorías son necesariamente
artificiales, porque la naturaleza es en último
término una membrana continua.
En un universo holográfico, ni el tiempo ni el
espacio son vistos como fundamentales porque nuestros conceptos
de localización no son válidos en un universo en el
que nada está verdaderamente separado de lo
demás. El tiempo y el espacio tridimensional, como
las imágenes del pez en los monitores de
televisión, deberían verse como proyecciones de un
orden más profundo.
El
Superholograma
En este nivel más profundo de la realidad aparece
una especie de superholograma en el que el tiempo pasado,
presente y futuro existen simultáneamente. Esto sugiere
que, dando con la herramienta adecuada, debería ser
posible algún día buscar dentro del nivel del
superholograma y proyectar hacia fuera de él escenas de un
tiempo pasado.
Qué más contiene el
superholograma es una cuestión siempre abierta. Si
aceptamos que, según la argumentación
de Bohm, el superholograma es la matriz que dio a luz a cada cosa
del universo, esa matriz contendrá cada partícula
subatómica que ha sido o será, cada
configuración de materia y energía posible, desde
los copos de nieve a los quasars, desde los rayos gamma a las
ballenas azules. Se debe pensar en este superholograma como en
una despensa cósmica donde todo está contenido.
Aunque Bohm piensa que no hay forma de saber qué
más debe haber contenido en el superholograma, se aventura
a afirmar que no tenemos razones para aceptar que el
superholograma no contiene nada más. O, como él
dice, quizá el nivel superholográfico de la
realidad es una mera plataforma en la que encuentra una infinidad
continuamente en desarrollo.
Bohm no es el único investigador que ha
encontrado evidencias de que el universo es un holograma.
Trabajando independientemente en el campo de las investigaciones
sobre el cerebro, el neurofisiologista de Stanford,
Karl Pribram, también ha llegado a convencerse de
la naturaleza holográfica de la realidad.
El cerebro
holográfico
Pribram confeccionó un modelo holográfico
con un puzzle, en el que se reflejaba dónde y cómo
se graba la memoria en el cerebro. Durante décadas,
numerosos estudios nos han mostrado que la memoria se situaba en
diferentes zonas dispersas del cerebro, y no en una zona
específica. En una serie de experimentos cerebrales Karl
Lashely descubrió en 1920 que, independientemente de la
parte del cerebro que tocara, era incapaz de erradicar la memoria
de cómo llevar a cabo tareas muy complejas, aprendidas
antes de que Lashely operara. El único problema era que
nadie había sido capaz de dar con el mecanismo que pudiese
explicar este curioso todo en cada parte de la naturaleza de
nuestra memoria.
En 1960, Pribram encontró el concepto de
holografía y la explicación que buscaban los
neurólogos. Pribram cree que la memoria está
guardada no en las neuronas ni en pequeños
grupos de células cerebrales, sino en los dibujos de
impulsos nerviosos que atraviesan el cerebro de
parte a parte, de la misma forma que los dibujos del rayo
láser atraviesan el área entera de un trozo de
película que contenga una imagen holográfica. En
otras palabras, Pribram está convencido de que el cerebro
mismo es un holograma. La teoría de Pribram ha ganado
apoyos crecientes entre los neurofisiólogos. Un
investigador italiano-argentino, Hugo Zucarelli, ha extendido
recientemente el modelo holográfico al mundo de los
fenómenos acústicos. Dada la situación del
hombre, que puede localizar los sonidos sin mover la cabeza,
incluso si sólo oye por uno de los dos lados, Zucarelli ha
descubierto que los principios holográficos pueden
explicar esta habilidad. Pribram creía que nuestro cerebro
construía matemáticamente la realidad a partir de
su lectura de las frecuencias recibidas de un buen número
de experiencias sensoriales. Se ha descubierto, sin embargo, que
cada uno de nuestros sentidos está abierto a muchas
más sensaciones de las que en un principio se
pensó.
Los investigadores han descubierto, por
ejemplo, que nuestros sentidos ópticos son receptivos
también a las frecuencias del sonido; que nuestro olfato
es en parte dependiente de lo que llamamos osmic frequences, y
que las células de nuestro cuerpo son sensibles a
muchos tipos de frecuencias. Estos descubrimientos sugieren
que es sólo en el campo holográfico de la
conciencia donde estas frecuencias se dividen en percepciones
convencionales.
El paradigma
holográfico
Pero el aspecto más increíble del modelo
holográfico de Pribram del cerebro es lo que ocurre cuando
se une a la teoría de Bohm. Si la concreción del
mundo es una realidad secundaria (creada por la lectura que
realiza el cerebro), si lo que existe en realidad son los
paquetes de frecuencias holográficas, y si el cerebro
mismo también es un holograma que selecciona sólo
algunas de las frecuencias que están fuera de él y
las transforma en percepciones sensoriales, ¿en qué
se convierte la realidad objetiva?
Muy sencillo, la realidad objetiva deja de existir. En
realidad, las personas somos receptores flotantes en un mar
caleidoscópico de frecuencias. Lo que extractamos de ese
mar para transformarlo en realidad física, es uno de los
canales por los que extractamos algo fuera del
superholograma.
Esta sorprendente y nueva imagen de la realidad, la
síntesis entre los puntos de vista de Bohm y Pribram, ha
sido denominada el paradigma holográfico. Aunque muchos
científicos lo miran con escepticismo, otros han quedado
muy convencidos de su validez.
Un pequeño pero creciente grupo de investigadores
cree incluso que debería ser considerado como el modelo
que ha llegado más lejos en la ciencia de la realidad.
Algunos van más allá y creen que
resolverá algunos misterios que antes no habían
podido obtener respuesta de la ciencia.
Bohm y Pribram han notado que muchos de los
fenómenos parapsicológicos se hacen comprensibles
dentro del paradigma holográfico. En un universo en el que
los cerebros individuales son realmente partes
indivisibles de un gigantesco holograma, la
telepatía puede ser considerada como el acceso al
nivel holográfico. Gracias al paradigma
holográfico, es más fácil entender
cómo la información puede viajar de un individuo A
a otro B, hasta un punto lo lejano que se quiera. Al mismo
tiempo, ayuda a comprender gran número de problemas que
plantea la psicología. El psicólogo transpersonal
Grof piensa al respecto que el paradigma holográfico
ofrece un modelo para comprender muchos de los fenómenos
que ocurren en los estados alterados de conciencia.
El Universo
psicológico
El paradigma holográfico también tiene
explicaciones para las llamadas ciencias duras, como la
biología. Keith Floyd, una psicóloga del Virginia
Intermont College, apunta que, si la concreción de la
realidad es una ilusión holográfica, en poco tiempo
será cierto que el cerebro produce conciencia. Entonces,
cada cosa que nos rodea, incluido nuestro cuerpo, podrá
considerarse como algo psicológico.
Este giro en la forma en que entendíamos hasta el
momento las estructuras biológicas ha ocasionado que los
científicos busquen también una evolución
del modelo médico relacionándolo con el paradigma
holográfico.
Si la aparente estructura física del cuerpo es
una proyección holográfica de nuestra conciencia,
parece claro que cada uno de nosotros es mucho más
responsable de su salud que lo que los
médicos podrían desear. Lo que vemos como
milagrosas disminuciones de las enfermedades, deben
comenzar a verse como cambios en las conciencias, como producto
del cambio en el holograma del cuerpo humano.
Al mismo tiempo, las nuevas y
controvertidas técnicas para preservar y mejorar la
salud, como la visualisación, adquieren nuevo
significado dentro del dominio holográfico porque las
imágenes pueden ser tan reales como la misma
realidad.
Lo que percibimos como realidad es sólo lo que
pintamos como tal. Incluso nuestras más esenciales
nociones de la realidad llegan a suspenderse en un universo
holográfico.
Como apunta Pribram, cada evento es visto como la base
del principio holográfico.
Las sincronías y las coincidencias de la vida, de
repente tienen sentido. Cada parte de la realidad puede verse
como una metáfora. Cada uno de los acontecimientos
más azarosos pueden verse bajo una nueva
geometría.
Bohm y Pribram, con su modelo holográfico, han
afectado ya a la perspectiva de muchos científicos como
Basil Hiley, físico del Birbeck College de Londres, quien
afirma que los descubrimientos de Aspect indican que debemos
estar preparados para considerar una forma radicalmente nueva de
ver la realidad.
La
genética de ondas
Los investigadores de todo el mundo tratan de descifrar
la "palabra" que ha dado vida a la materia viva, a la persona.
Todo es en vano. Se supone que está inscrito en el texto
del código genético escondido en las
moléculas del ADN. En los límites del programa "El
genoma de la persona" los científicos han sabido en 10
años fijar la consecuencia de tres mil millones de
"letras" en nuestro texto genético. ¡Es un gran
éxito! Parecería que ahora se queda solamente
leer… ¡Ay! Les ha conseguido leer sólo el 2 %
de tres mil millones de letras. Otros 98 tampoco se quedan
incomprensibles.
El enfoque diferente de la cuestión de la lectura
del texto genético está propuesto por el doctor de
las ciencias médicas, el académico Piotr Gariayev.
Él no afirma que está próximo a
la solución deseada, pero afirma, refiriéndose al
académico Likhachiov, que al traducir la
Biblia fue incurrido en una impropiedad de principio. La
traducción exacta de sus primeras palabras (en el
Evangelio de Juan) es: "En el principio ya existía el
Pensamiento…"3 Sólo
luego el Pensamiento – algo impalpable – se
encarnó en la luz y el sonido, es decir, en la onda. Se
hizo como la Palabra que suena – la estructura de ondas que
lleva en sí la imagen y el sentido. También lleva
el programa de la vida para todos los organismos de la Tierra,
incluso la persona. Realizan sus moléculas del ADN que
llevan y el texto, y la imagen. Ya que irradian y la luz, y el
sonido, es necesario buscar la idea del Creador en el nivel de
ondas.
Nuestro destino
está inscrito en el ADN
Desde el medio de los años 80 Gariayev elabora su
teoría propia de las funciones de ondas del aparato
genético. Sus experimentos sensacionales confirman la
naturaleza doble de los genes: son una sustancia y un campo al
mismo tiempo, el campo acústico y de fotón.
Gariayev está seguro: la forma de campo de los cromosomas
(las conservadoras de los genes) dirige el desarrollo del
organismo. Primero "marca" su construcción espacial-
temporal. Dentro del óvulo se crean las imágenes de
ondas de las partes del organismo
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