Los efectos de la televisión en la socialización del ser humano
Los efectos de la televisión en la
socialización del ser humano – Monografias.com
Los efectos de la televisión en
la socialización del ser humano
La influencia de la televisión en la sociedad nos
concierne y nos afecta en tanto docentes integrantes de un
sistema educativo de un país en crisis.
No son pocas las veces que, como educadores, vemos
confrontados los modelos que intentamos transmitir a los alumnos,
con los que ellos perciben e incorporan de la
televisión.
El problema se acentúa, cuando en el hogar del
niño también se reproducen las pautas culturales
transmitidas por ese medio. El docente entonces rema contra dos
corrientes: El alumno y su familia. Se percibe un quiebre cuando
enseñamos pautas de convivencia a un alumno violento, que
se pasa horas frente a la Televisión junto a su familia,
que a su vez, también asimila hechos violentos.
Intentaremos mediante este trabajo acercarnos a la
comprensión del problema desde una postura
integradora.
Para comenzar acercaremos una visión de lo que se
entiende por socialización: es el proceso mediante el cual
el ser humano adquiere el bagaje cultural que le permitirá
interactuar con la sociedad, estructurando su personalidad e
internalizando pautas y normas para insertarse en el grupo en que
vive.
La sociedad ofrece al individuo un cúmulo de
valores, costumbres, creencias y cultura. Asimismo ofrece a sus
integrantes pautas de sí misma que le son
características y válidas para esa sociedad. Se
desprende de lo anterior que, según en cual de todas las
sociedades existentes haya nacido el individuo, así
será la socialización que haya recibido, con sus
peculiaridades y sus características propias que lo
distinguirán como miembro de tal o cual grupo humano. Esto
fue válido en todas las épocas de la humanidad,
hasta que el hombre se valió de los avances
tecnológicos para su beneficio y progreso.
Nos preguntamos entonces: ¿qué ocurre
cuando en el proceso de socialización comienza a
intervenir el uso de la tecnología, mas
específicamente los medios masivos de comunicación
y en particular, la televisión?.
Este fenómeno es relativamente moderno, pues la
televisión no tiene más de 50 años de
existencia, y su masividad en nuestro país es
relativamente reciente.
Las consecuencias de la misma en la socialización
de los niños está todavía en estudio, y en
realidad no hay resultados definitivos al respecto. Los estudios
realizados sobre el tema no son muchos, y sus conclusiones suelen
ser cuestionadas por especialistas. Aún así,
ciertos resultados han podido ser corroborados. Sobre la base de
estos datos basaremos nuestro trabajo.
Tomaremos como válida la premisa de que la
televisión es un medio impersonal de socialización,
contrariamente a la socialización que se produce por el
contacto directo y la comunicación entre los individuos.
Además, el televidente está en una situación
pasiva frente al televisor y no activa, como cuando
interactúa con otra persona. Los niños no siempre
diferencian lo que es real de lo que es ficción cuando ven
televisión. La televisión en los niños
unifica y hegemoniza el mundo infantil; aún a pesar de las
diferencias culturales, económicas y sociales propias de
cada región del globo. Es importante destacar que la
televisión socializa, aún a aquellos que no han
sido socializados por la educación formal: los analfabetos
y los marginales de todo tipo.
No es difícil arribar a determinadas
conclusiones; primero, que la televisión es un agente de
socialización totalmente diferenciado de los otros agentes
(familia, sociedad), con los que compite y a los que a veces
reemplaza; Segundo, que aunque sean mensajes comunes a todos los
televidentes, los efectos que tendrán sobre los receptores
serán distintos unos a otros, porque los seres humanos no
son todos iguales.
Se ha observado que los efectos que produce la
televisión en los adolescentes son: los hace más
pasivos, menos comunicativos, menos sensibles, más
consumistas. Estos resultados se verificaron en jóvenes
que pasan más de tres horas diarias mirando
televisión.
Si un adolescente configura su personalidad, consumiendo
tres o más horas diarias de televisión,
terminará condicionado a aceptar lo dado y explicado por
otros. No tendrá que hacer esfuerzos por descubrir por
sí mismo el mundo, ni tener que cuestionarse nada.
Verá amputada a la larga su iniciativa personal.
Concluimos afirmando que, la utilización indiscriminada de
la televisión configura una personalidad de espectador, y
una pérdida de la iniciativa. También, ha sido
comprobado que, el estar tanto tiempo sentado mirando
televisión produce desórdenes físicos y de
alimentación.
No podemos dejar de resaltar que, en la actualidad, a
los docentes de nivel primario y medio, se le presentan con
bastante regularidad problemas de disciplina de todo tipo. Los
alumnos traen internalizados de su casa, y del entorno en el que
conviven, las pautas culturales que originan el conflicto en la
escuela.
Tenemos en claro que la adolescencia es una etapa de por
sí conflictiva, ya que se está configurando el
adulto que será. Pero esos conflictos se potencian, con la
internalización de paradigmas de violencia reflejados en
la pantalla de televisión; del héroe
individualista, violento, rebelde, marginado… A la vez, se ve
reflejada en la pantalla toda una modalidad de libertad sexual.
La adquisición de estas pautas confrontan lo adquirido por
el adolescente con lo que se intenta enseñar en la
escuela: disciplina, respeto, orden, obligaciones…
También cada día con mayor frecuencia, los maestros
o profesores se ven enfrentados a situaciones engorrosas
producidas, por ejemplo, por la actividad sexual de los alumnos.
No es raro que una maestra o un profesor reciba del alumno/a, la
noticia de un embarazo, o de tener que decidir si debe dar al
alumno/a la información que este le solicita.
Llegados a este punto, hay que admitir que no se puede
impedir que los niños miren televisión, ni
ordenarles a los padres que lo hagan; entonces, la pregunta es:
¿Cómo hacer y qué hay que hacer para que los
niños vean televisión de manera que sirva a su
propio desarrollo?. También, podemos formularnos la
pregunta de la siguiente manera: ¿como hacer para que
viendo televisión, los niños no caigan en la
pasividad, en la pérdida de iniciativa y en la actitud de
espectador en la vida?. Porque si somos realistas, veremos que la
televisión es un medio poderosísimo, que mueve
inmensos intereses económicos en poder de
compañías multinacionales. Para seguir siendo
realistas, hay que admitir que, los poderes que maneja semejante
aparato económico, son imposibles de vulnerar por agentes
de un sistema educativo de un país
subdesarrollado.
Pero es cierto que siempre existen espacios. Si no lo
creyéramos así, cambiaríamos de
profesión. Por más que un sistema sea
rígido, cerrado y parezca invulnerable, siempre posee
intersticios donde poder incursionar desde una postura distinta a
la establecida.
Siempre vamos a poder participar en alguna propuesta
innovadora. Deberemos ser lo suficientemente suspicaces e
inteligentes para poder darle curso a esta intención.
Creemos que los viejos proverbios son viejos, y son proverbios
porque son sabios, no estaría de más tener en
cuenta aquello de que:
"Si no puedes
vencerlos…únete".
Por ello pensamos que, lo que a primera vista puede
parecer un medio inadecuado para la socialización de los
niños, podría llegar a ser una valiosísima
herramienta de colaboración para la tarea docente. Para
ello, es necesario estudiar con rigor científico el
problema de la televisión en la educación y
socialización de los niños. Se deberá contar
con sólidos fundamentos, para poder diseñar
estrategias que posibiliten la capitalización de tan
importante medio en beneficio de la socialización y la
educación. Los docentes, que no estamos ajenos a la
cuestión, deberemos ir diseñando propuestas que nos
permitan constituir un proyecto alternativo del uso de la
televisión.
El problema que estimamos se presenta como el más
difícil de abordar, es el del aspecto legal:
¿Qué basamento jurídico existe en nuestro
país, para llevar a cabo una tarea que implique el estudio
de las influencias de la televisión en los menores de
edad?. Si no existe, hay que diseñarlo también.
Para ello se cuenta con legisladores a los que acudir de ser
necesario. Tenemos oportunidad de hacer cosas, solo hay que
pensar, proponer, insistir y volver a insistir en los niveles que
correspondan.
Sabemos lo importante que es la televisión para
la sociedad en la actualidad. Entendemos que a los niños y
adolescentes les resulta difícil sustraerse de sus
alcances y de los placeres que este medio transmite. Consideramos
también los poderosos intereses económicos que se
mueven detrás de la pantalla. Los docentes, no
desconocemos, que cualquier propuesta innovadora debe contar con
la aprobación de la comunidad educativa donde se trabaje.
No podemos los docentes enfrentarnos con los padres en el tema de
la televisión dando propuestas ajenas a la realidad. Mucho
más importante es la cuestión del marco legal que
permita concretar proyectos con el tema de la televisión y
los televidentes menores de edad. Tal vez haya que diseñar
ese marco jurídico; elevando propuestas viables a los
legisladores encargados de aprobarlas en el Congreso
Nacional.
Lo detallado anteriormente, permitirá avanzar en
una investigación científica acorde a las
necesidades planteadas. Estas investigaciones deberán
encararse con una rigurosa metodología de
investigación, para dar credibilidad a los resultados que
se obtengan. Una vez obtenidas las conclusiones se podrá
comenzar a trabajar, para diseñar los proyectos con el
objeto de ser aplicados a los destinatarios del mismo: los
jóvenes y niños.
Como profesionales en el ejercicio de la docencia, y
basados en la experiencia que poseemos en nuestras respectivas
áreas, nos atrevemos a afirmar que, siempre se puede hacer
algo fuera de lo orgánicamente programado. Y es posible
hacerlo, aún sin transgredir leyes ni normativas vigentes.
La posibilidad de convertir a la televisión en un aliado
del trabajo docente es un desafío. No debemos solo
lamentarnos por los efectos e influencias negativas de la
televisión en los niños. Podemos y debemos revertir
esa situación. Para que ello sea posible, debemos
prepararnos, capacitarnos y comprometernos, con la finalidad, de
organizar actividades motivadoras para los
estudiantes.
GANDUGLIA, EUGENIO MARTIN
Bibliografía:
Libro: Ander – Egg, Ezequiel. Teleadictos y
vidiotas en la aldea
Planetaria I. ¿Qué hace la
televisión con nosotros?.
Buenos Aires, Ed. LUMEN / HVMANITAS, Agosto de
1996.
Artículo del libro: capítulo 3.
Efectos Socio–Psicológicos. Idem
anterior.
Autor:
Ganduglia, Eugenio Martin
PROFESORA: CECILIA DIFRIERI
UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA NACIONAL
FORMACIÓN DOCENTE PARA PROFESIONALES
UNIVERSITARIOS
"SEMINARIO DE MEDIOS DE
COMUNICACIÓN"