Monografias.com > Política
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Geopolítica de Itaipú



  1. Introducción
  2. Desarrollo
  3. Conclusión
  4. Bibliografía

Introducción

Sabemos que la geopolítica tiene su origen en la
historia remota de la humanidad, más fue solamente al
final del siglo XIX e inicio del siglo XX, que el término
"geopolítica" es mencionado por primera vez por el sueco
Kjéllen en 1916. La acepción de este término
tomó forma basada en las perspectivas de la entonces
escuela alemana de geografía, liderada por Friedrich
Ratzel, que hizo la sistematización de la ciencia
geográfica en Alemania, para justificar el ejercicio del
expansionismo del imperio bismarkiano a partir de la
Teoría de "lebensraum" (espacio vital), que estaría
ligado a la idea de bodem (solo/ território). Para Ratzel
sería necesario aquel para la vida del estado, en el cual,
de él seria retirado todo medio de vida (recuso natural/
organización espacial). Otra teoría es la
"Heartland" de la isla mundial, el área central.
Según Makinder, quien domina el área central
poseerá grandes posibilidades de regir el poder
regional/mundial. De estas Doctrinas y en especial de ésta
última se desprende el pensamiento geopolítico
brasilero que impulsa el acercamiento al Paraguay, cuya mayor
expresión la encontramos en la construcción de la
Usina Hidroeléctrica de Itaipú.

Desarrollo

Gran parte del pensamiento geopolítico brasilero
se basa en las doctrinas de los pensadores europeos, y sus
exponentes principales son Meira Matos, Mario Travassos,
Francisco de Paula de la Ciudad y Golbery Couto e Silva, como
veremos. Es dentro de esa concepción que Brasil ha
desarrollado y establecido bajo dominación portuguesa y
especialmente en fases tempranas de su vida republicana, una
tendencia nítida hacia el expansionismo. Múltiples
hechos históricos se dieron en la práctica de esa
tendencia, entre los que no puede dejar de anotarse el papel de
los "bandeirantes" (hombres que penetraban blandiendo la bandera
portuguesa y luego brasileña en territorios bajo dominio
español, ampliando así las fronteras
brasileñas). Sobre esas bases históricas el
Capitán del Ejército de ese país Mario
Travassos (1891-1973), verdadero fundador de la actual
geopolítica brasileña, "lanzó (en su libro
Proyección Continental de Brasil) los fundamentos
básicos de la geopolítica brasileña
destinada a conducirlos a la posición de mayor potencia
sudamericana", según reconoció el más
prestigiado geopolítico brasileño Gral. Carlos de
Meira Mattos. Más tarde, y con esos antecedentes, el Gral.
Couto e Silva (otro destacado geopolítico del país
vecino) afirmó la tesis expansionista, cuando a comienzos
del siglo XX planteó que "el destino manifiesto" de su
país era avanzar territorialmente hacia el
Pacífico. A partir de entonces, concretamente desde 1964,
el presidente Castello Branco y su canciller Vasco Leitao da
Cunha empezaron a aplicar lo que se conoció como la
"doctrina de los círculos concéntricos",
según la cual los países limítrofes de
Brasil constituían su "zona de influencia inmediata" y los
demás de Sudamérica como "zona de influencia
directa". Obviamente en esa proyección geopolítica
los demás círculos más amplios llegaban,
progresivamente, a cubrir bastante ambiciosamente el
mundo.

Uno de los más destacados cancilleres de Brasil,
José María da Silva Paranhos Junior, Barón
de Río Branco, definiendo la política exterior en
la coyuntura de inicios del siglo XX dijo: "Brasil debe llegar
hegemónicamente al Pacifico" , así basados en estos
pensamientos, que el presidente Getulio Vargas crea un ambicioso
programa gubernamental al que denominó "Marcha hacia el
Oeste", inscrito en la "doctrina de los círculos
concéntricos". A partir de ahí para posicionarse
como una potencia regional, Brasil debe proponer estrategias
sobre los dos vecinos "los países del corazón de
América del Sur" o sea los "heartland" de
Sudamérica, que es el caso de Bolivia y Paraguay.
Así Getulio Vargas en su visita a Paraguay de 1.941
dejó sentada la definitiva intención de un
acercamiento del Brasil al Paraguay. En ese contexto cabe
preguntarnos si el hecho que desde la segunda mitad de los
años 50 del siglo pasado, el aumento de la influencia
brasileña fue consecuencia de un giro
geoestratégico de Stroessner, quien buscaba reducir la
dependencia del Río de la Plata, desde donde
históricamente Paraguay se conectaba al mundo, o es ya la
influencia de Itamaraty que de manera subterránea manejaba
la geopolítica en el cono sur. Dentro de ese marco se
colonizaron los territorios orientales, y finalizó la
construcción de la carretera Asunción-Puerto
Presidente Stroessner, hoy Ciudad del Este, completada con el
"Puente de la Amistad" (1962) que conecta con territorio
brasileño. Y, el 27 de marzo de 1969, el nuevo presidente
de Brasil, General Arthur da Costa e Silva y el de Paraguay
General Alfredo Stroessner se encontraron en Foz de Yguazú
para la inauguración de la carretera BR-277 o Rodovia del
Atlantico entre Ponta Grossa y Foz de Yguazú, que
conectó a Paraguay por carretera asfaltada a través
del puente de la amistad, al puerto franco paraguayo en
Paranaguá.

En el contexto de sujetar definitivamente el Paraguay a
la influencia brasilera se gesta un ambicioso proyecto de
ingeniería para el aprovechamiento de las aguas del
caudaloso Rio Paraná, la construcción de la Usina
Hidroeléctrica de Itaipú, a la altura de Sete
Quedas o Saltos del Guairá. Esto ya surge a fines de los
años 50 del siglo pasado con Juscelino Kubitschek, donde
también emergen las protestas de la Argentina sobre los
problemas que pudiera causar en el futuro la construcción
de Itaipú para las usinas Argentinas a construirse en
forma conjunta con Paraguay, como veremos.

Si bien es cierto que el tratado de Itaipú, surge
en medio de la crisis mundial del petróleo de los
años 70 del siglo pasado, y la energía de
Itaipú venía a constituirse en algo vital para la
expansión industrial de Brasil, también es cierto
que este país podría construir una usina
hidroeléctrica aguas arriba del rio Paraná en
territorio Brasileño, y otras en ríos interiores,
cuya sumatoria daría una mayor generación de
energía y sería solo de Brasil. Pero de este modo
no se podría sujetar al Paraguay a los propósitos
hegemónicos de Itamaraty.

El Tratado de la Cuenca del Plata, propuesto
inicialmente por la Argentina en 1966, durante el efímero
gobierno presidido por Arturo Illía (Partido Radical), se
firmo tres años después, en Brasilia, con la
participación de Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay y
Bolivia. El tratado definió como principal objetivo la
integración, desde el punto de vista físico y
económico del ámbito territorial influenciado por
el Rio de la Plata y sus afluentes más importantes, los
ríos Paraná y Uruguay, así como el
aprovechamiento de estos cursos de agua en forma múltiple
y equitativa (en materia de hidroelectricidad, navegación,
riego, etc.), sobre la base de que los mismos constituyen
recursos naturales compartidos por aquellos países. En los
hechos, el Tratado de la Cuenca del Plata sirvió de marco
formal para el desenvolvimiento de la tradicional competencia
argentino-brasileña por la supremacía en las
relaciones económicas y en la explotación de los
recursos naturales de la zona. Si bien en este caso los litigios
fronterizos históricos no desempeñan un papel de
primera línea, la pugna geopolítica utiliza como
justificativo la teoría de las fronteras vivas.
Según la definición del Jefe de la División
de Fronteras de la Cancillería Brasileña, expuesta
en enero de 1974, que la frontera, hoy, no tiene más la
concepción meramente lineal de otros tiempos. Es diferente
y dinámica, porque ella avanza o retrocede conforme las
circunstancias. Siendo algo vivo, ejerce una presión
natural sobre la frontera económica y
demográficamente más débil. Hoy en el
año 2.010, podemos confirmar plenamente la
implementación de esa teoría por parte del Brasil,
para esto basta leer el Decreto N° 6.592 del día 2 de
octubre de 2.008, firmado por el presidente de la
República Federativa del Brasil, Luis Inácio Lula
da Silva que en uno de sus artículos dice: " Son
Parámetros para la calificación de la
expresión de agresión extranjera, entre otros,
amenazas o actos lesivos a la soberanía nacional, a la
integridad territorial, al pueblo brasilero o a las instituciones
nacionales, aunque no signifiquen invasión al territorio
nacional". Así los llamados brasiguayos, que en realidad
se encuadran dentro del pueblo brasilero pero que no están
en territorio del Brasil son la línea demarcatoria de las
fronteras vivas. Cabe recordar que la migración brasilera
al Paraguay no es una migración espontánea, sino
inducida, pues los agricultores recibían préstamos
del gobierno brasilero para comprar tierras en nuestro
país, que con la diferencia del costo de la tierra era
sumamente atractivo. Con la penetración brasilera desde
los años 60 del siglo pasado, gradualmente fueron
eliminados los bosques y suplantados por el monocultivo de la
soja, que pagan muy bajos impuestos, utiliza agrotóxicos
que van contaminado la napa freática y los cursos
hídricos, pese a disposiciones legales en materia de medio
ambiente. Esto queda impune debido a los altos índices de
corrupción judicial.

Para el general Juan Guglialmelli, un conocido
geopolítico argentino, los objetivos estratégicos
brasileños en el área, a mediados de la
década del 70, eran los siguientes: a) el control de los
recursos hidroeléctricos del Alto Paraná, para
acentuar simultáneamente su penetración y
consolidar su hegemonía sobre Paraguay; b) ampliar y
acelerar la construcción de carreteras, ferro e
hidrovías, sirviendo al desarrollo del "hinterland" del
Puerto de Rio de la Plata sobre el Atlántico Sur; c) ganar
a Uruguay y Bolivia como áreas de neto predominio,
controlando en particular la riqueza minera y los hidrocarburos
del oriente boliviano. Bolivia posee el otro gran potencial
económico de la región: los fabulosos yacimientos
de hierro de Mutún y grandes reservas de gas de
petróleo. De la explotación conjugada de esos dos
elementos podría resultar el mayor, más racional y
económico complejo siderúrgico del mundo

Durante casi una década, los proyectos de
aprovechamiento hidroeléctrico del Alto Paraná
fueron objeto de arduas negociaciones entre Argentina, Brasil y
Paraguay como ya vimos. Las cotas de funcionamiento de la
importante represa de Itaipú, emprendimiento
Paraguayo-Brasileño, influyen decisivamente, por
encontrarse aguas arriba, sobre las condiciones y riesgos de
operación de las represas de Corpus y Yacyretá,
emprendimientos de Argentina y Paraguay. Sin embargo, la negativa
de Brasil a modificar su proyecto y las incoherencias de la
diplomacia argentina, determinadas por su inestabilidad
política interna, condujeron al Acuerdo Multilateral sobre
Corpus-Itaipú, firmado el 19 de octubre de 1979, en Puerto
Stroessner, por los tres países, que es considerado un
triunfo en toda la línea de la posición
brasileña. Paralelamente, la evolución de las
relaciones económicas y comerciales ha favorecido
crecientemente a Brasil, introduciendo modificaciones
significativas en el carácter de las relaciones de
intercambio. Estudios recientes dan cuenta del predominante rol
de Argentina como exportador de productos primarios al Brasil,
mientras éste se fortalecía progresivamente como
abastecedor de productos industrializados. Como resultado de ese
proceso, los analistas estiman que Brasil ha alcanzado posiciones
fundamentales en Paraguay y Bolivia anterior al gobierno de Evo
Morales que ha nacionalizado los hidrocarburos; que influye cada
vez más fuertemente en Uruguay y que la alternativa de
Argentina se reduciría a un papel de segundo orden en ese
contexto.

En su condición de países más
débiles, Bolivia, Paraguay y Uruguay se guiaron
tradicionalmente por la denominada política del
péndulo consistente en beneficiarse de la competencia
argentino-brasileña, aproximandose alternativamente a uno
y al otro, sin quedar embanderado totalmente con ninguno. La
creación en un momento dado de una alianza integracionista
entre los tres países, conocida bajo la
denominación de URUPABOL, fue un esfuerzo complementario
para fortalecer su poder negociador frente a los dos grandes de
la zona. Sin embargo, el desequilibrio de la contienda
histórica en favor de Brasil, los coloca inevitablemente
en una relación de creciente subordinación al
potencial brasileño, que se manifiesta en una fuerte
presión expansionista sobre las fronteras de Bolivia,
Paraguay y Uruguay.

Volviendo a Itaipú, en febrero de 1973 en
Asunción, los cancilleres de Paraguay y Brasil Sapena
Pastor y Gibson Barbosa, respectivamente, firmaron el Tratado de
Itaipú. Por el mismo, los dos gobiernos se comprometen a
la construcción de la represa del mismo nombre en el
río Paraná, sobre la frontera de los dos
países y cerca del límite con la
Argentina.

El tratado firmado en Asunción no significa, en
absoluto, la solución del problema. Al contrario,
representa un obstáculo muy grande a la solución
óptima, que debería ser intentada conjuntamente por
todos los países interesados. Itaipú comenzó
a generar en mayo de 1984.

Ahora veremos el modo en que se financió el
proyecto Itaipú. Brasil se constituyó desde el
comienzo como garante de los empréstitos externos
contraídos para la construcción de la
hidroeléctrica, comprometiendo su responsabilidad frente a
los acreedores internacionales en caso de no pago. Se
trató de un movimiento estratégico, Brasil solo
recurrió a empréstitos internacionales en una
pequeña proporción, prefiriendo endeudar a
Itaipú con la empresa brasileña Eletrobras (en
realidad Eletrobras es una sociedad anónima de
economía mixta brasileña, con mayoría de
votos del Estado brasileño). En convivencia con esta
empresa, Brasil pudo desde el principio fijar las condiciones de
los préstamos y de la utilización de los recursos
obtenidos mediante esos préstamos en condiciones de abuso
de derecho y de ilegitimidad totalmente manifiestos. Estas deudas
deben entenderse como una estrategia geopolítica de Brasil
con el fin de frenar el desarrollo productivo de Paraguay y
mantener la relación de dominación que existe desde
el final de la Guerra de la Triple Alianza. De la misma forma en
que las potencias imperialistas del Norte utilizan el arma de la
deuda externa como un mecanismo de apropiación acelerada
del capital de los países del Sur, el sub-imperialismo
brasileño procedió deliberadamente al endeudamiento
ilegítimo de la empresa binacional Itaipú para
permitir la apropiación de los recursos energéticos
pertenecientes a Paraguay. Es en este contexto que es necesario
analizar dicho Tratado.

Mediante una serie de prácticas ilegales, la
construcción de Itaipú, estimada en 2 mil millones
de dólares en el estudio de factibilidad que
precedió a la firma del tratado, finalmente costó
20 mil millones de dólares. La deuda de Itaipú, que
llegaba 17 mil millones de dólares cuando se había
completado la construcción en 1991, llega hoy a 19 mil
millones de dólares, siendo que Itaipú ya
pagó 32 mil millones de dólares como servicio de la
deuda (o sea 16 veces el coste teórico inicial de la
construcción), principalmente a Eletrobras, que tiene
alrededor un 90% de los créditos tomados por
Itaipú. La deuda de la binacional se reparte en partes
iguales entre las dos altas partes contratantes, Paraguay debe
9,5 mil millones de dólares a Brasil a través de
Eletrobras. Ahora veremos como fue practicada la usura por Brasil
y la subfacturación en beneficio de las empresas
brasileras. Al contraer préstamos con sus propios bancos,
Brasil, es a la vez juez y parte, desde el principio fijó
tipos de interés muy elevados, del orden de la
inflación de los EE.UU. más un 7,5% dando lugar a
jugosos beneficios para sus bancos.

Itaipú adjudicó el 85% de los contratos de
construcción de la represa a empresas brasileñas
(Camargo Correa, Andrade Gutiérrez, etc.) o establecidas
en Brasil, y de asesores, de paso sobrefacturando los costos,
mientras que la élite capitalista paraguaya y los
dirigentes stronistas compartían la otra parte de la
torta.

Los capitales "invertidos" por el Brasil, a la vez
acreedor y deudor, no dejaron el país, lo enriquecieron
mediante la usura y favorecieron el mercado interno y el
desarrollo de Brasil, mientras que el pueblo paraguayo sufragaba
los costos de estas operaciones ilícitas pagando la
mitad.

Otro factor que incrementó la deuda es la llamada
"Deuda Espuria". Tal como se establece en el Tratado de
Itaipú, la tarifa de la electricidad debe ser igual al
costo de producción de la electricidad. Ahora bien, entre
1985 y 1996, las empresas brasileñas Furnas y Eletrosul, y
en mucha menor medida la empresa paraguaya ANDE, no respetaron
este principio, aplicando una tarifa inferior al costo real. Al
31 de diciembre de 1996, Itaipu así acumuló una
deuda ilegítima de 4,2 mil millones de dólares,
generada en un 97,5% por las empresas brasileñas y en un
2,5% por Ande. Más de 4 mil millones de dólares de
deudas son pues directamente imputables a las empresas
brasileñas. En marzo de 1997, en ocasión de una
reunión en Sao Paulo, Brasil, en plena crisis
económica, Brasil convenció al Presidente paraguayo
Juan Carlos Wasmosy (1993-1998) para que reconozca que esta deuda
ilegítima formaba parte del pasivo de Itaipú. Eso
implicó que Paraguay legitimó esa deuda y que
asumió el pago hasta un máximo de 50%, en vez de
los 2,5% que le corresponden como parte que es responsabilidad de
ANDE.

Finalmente para concluir recordamos que la
soberanía energética fue una de las principales
consignas de la campaña electoral del presidente Fernando
Lugo. Así, los representantes paraguayos ante foros
internacionales expusieron la gran injusticia cometida por el
Brasil, con su socio pequeño el Paraguay. Podemos citar
como ejemplo, lo manifestado en Berlín (Alemania) por el
vicecanciller Jorge Lara Castro, durante una conferencia brindada
en el Instituto Iberoamericano de Berlín como parte de las
actividades conmemorativas de la independencia nacional: "Los
negociadores paraguayos consideramos que en una
interpretación del tratado (de Itaipú) firmado en
1973, enclaves neocoloniales de los poderosos grupos
económicos brasileños que se benefician del consumo
de la energía que legítimamente le corresponde al
Paraguay, no es aceptable ni corresponde al liderazgo progresista
de los gobiernos regionales de América Latina y menos al
espíritu de la integración de los pueblos". Los
seis puntos reclamados por los negociadores paraguayos son:
1.Libre disponibilidad de la energía que el Paraguay no
consume, para su venta a otros mercados que ofrezcan mejores
precios; 2. precio justo por la energía paraguaya cedida
al Brasil; 3. revisión del saldo del pasivo de
Itaipú a la luz del tratado y mejores condiciones
financieras del pasivo restante; 4. cogestión plena en la
administración del ente; 5. fiscalización conjunta
de Itaipú Binacional por parte de la Contraloría
General de la República del Paraguay y el Tribunal de
Cuentas del vecino país; 6. terminación de las
obras no ejecutadas, la subestación seccionadora
eléctrica de margen paraguaya.

Conclusión

Desde tiempos remotos de la colonia, los bandeirantes
realizaron incursiones constantes y sistemáticas al
territorio que con los años seria el Paraguay
Independiente. Así vemos a lo largo de la historia el
despojo del que es objeto el Paraguay como nación por
parte del Imperio del Brasil, pasando por las mutilaciones
territoriales tras la guerra contra la triple alianza. Y de un
modo más sutil la migración inducida de los
llamados brasiguayos, que con la doctrina de las "fronteras
vivas" pretenden continuar la expansión del Imperio.
Prueba de ello, además, son las demás doctrinas
defendidas por los más altos exponentes de Itamaraty,
materializado en Itaipú. Cabe a nosotros defender nuestra
soberanía con una mayor presencia del estado en las
fronteras y fundamentalmente con patriotismo y
honestidad.

Bibliografía

  • A Heran?a de Stroessner – Alfredo
    da Mota Menezes

  • Geopolítica, conflictos
    fronterizos y guerras locales en América Latina
    – Vittorio L. Bacchetta

  • Brasil – Paraguay: Marcos da
    Política Pragmática na Reaproxima?ão
    Bilateral, 1954-1973 – Universidade de
    Brasilia

  • Vargas e a crise dos anos 50 –
    Angela de Castro Gomes

  • CADTM : Comité Para la
    Anulación de la Deuda del Tercer Mundo http://www.cadtm.org/El-tratado-de-Itaipu-entre

  • Diario ABC

 

 

Autor:

Ing. José Federico Amarilla
Doldán

REPUBLICA DEL PARAGUAY

MINISTERIO DE DEFENSA NACIONAL

INSTITUTO DE ALTOS ESTUDIOS
ESTRATEGICOS

Curso de Post Grado de Historia
Militar

Profesor: Gral. Benito Ocampos

Asunción, 2010

Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

Categorias
Newsletter