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Investigación sobre la sinusopatia (sinusitis o sinurrinitis) (página 3)



Partes: 1, 2, 3, 4

Hay que tratar esta complicación directa y
convenientemente, en concomitancia principalísima con la
terapia de la sinusitis madre, con gotas mucofílícas
("legañofílicas"), para que el lavado y expulsión
de su siempre purulencia oculta, en forma de legañas, de
comienzo casi siempre de color verde, con una "pegaloca"
característica, que adhiere ambos párpados de forma por
demás alarmante y sorprendente para el propio paciente, sea
lo más efectivo y exitoso. Este drenaje denso, persiste
durante l5 a 20 días generalmente, siendo seguido durante
30-40 días más, por legañas amarillas y
amarillentas para finalizar de color lechoso y serocristalinas,
llegando a los dos o tres meses, que es el término de esta
terapia antisinusítica por lo general.

Por otro lado, esta purulencia por demás velada,
incursiona en contracorriente, en dosis invasiva y por supuesto
invisible, y ya en contacto continuo con el globo ocular
(conjuntiva, esclerótica y córnea), origina
consecuencialmente conjuntivitis, que se percibe como
crónica cuando aparece como trofeo un pterigion. Esta
carnosidad, es una complicación más, de tercera
generación de la superinfección madre sinusítica,
de aparición lineal colateral, a partir de una rinitis
crónica (sinurrinitis), a la que sigue la dacriosolenitis.
Repito, es una lesión originalmente sindromática
secundaria, y nunca es ni será un morbo primitivo. El
pterigion se difumina de manera automática y paulat¡na,
generalmente a los 40 días más o menos, de estarse
cumpliendo la terapia de limpieza radical de ambos conductos,
controlando a su vez, el efecto nocivo de esta abundante
purulencia legañosa tóxica al saco lagrimal y a la
conjuntiva, con colirio antinflamatorio y antibiótico
(garabet), todo lo cual se cumple sobrepuesto, en concomitancia
con el tratamiento homeopático moderno radical
antisinusítico. Si se extirpa un pterigion antes de
cumplirse el requisito de erradicar la sinurrinitis (sinusitis),
y por supuesto la dacriosolenitis, éste vuelve a renacer, y
esta es lo habitual que resulta de manera rutinaria hasta hoy
día, con esta praxis médica desenfoca, que debe ser
corregida lo más pronto posible, en provecho de un devenir
moderno de la cirugía ocular. La remoción
quirúrgica del pterigion debe ser ejecutada solo en los
pocos casos en los cuales no se obtienen resultados
satisfactorios del tratamiento clínico in situ, de limpieza
de estos conductos en concomitancia con el tratamiento de la
madre sinusitis, lo que indica que estas pocas carnocidades
resistentes, son complicaciones terciarias crónicas, ya
autónomas.

Adicionalmente, es muy importante tener en cuenta, en
aquellos casos en los cuales hay que curar pequeñas
laceraciones de la córnea, etc., en donde es necesario
evitar riesgos innecesarios y más aún, luego del primer
intento fallido, tener en cuenta la posibilidad de la presencia
del tentáculo contaminador desencadenante de la
patología madre sinusítica, mediante la siempre velada
presencia irritante continuada de estos conductos infectados. Y
más importante aún, no se puede correr ningún
riesgo, cuando el diagnóstico terminante es… el
transplante de córnea.

Otra complicación oftalmológica es la
fotofobia, síntoma patognomónico tradicional de la
sinusopatía crónica, presente mayoritariamente en
pacientes sobre los 30 años, afección que reviste una
gravísima importancia en los conductores de autos y aviones
entre muchísimos otros, por la brusca ceguera que provoca
frente a una luminosidad natural o artificial, aún de poca
monta, situación por demás enojosa por limitante, que
obliga a muchísimos conductores a terminar su jornada de
trabajo apenas comienza el anochecer. Esta ceguera
fotofóbica desaparece al mes aproximadamente de haberse
iniciado el tratamiento clínico moderno radical de la
sinusopatía, resultado que traduce sin duda alguna, que la
perineuritis del nervio óptico cedió automática y
definitivamente.

En endocrinología. Sinusitis
y diabetes

Algunas de las disfunción de la glándula
hipofisaria están relacionadas con la sinusitis esfenoidal,
puesto que el techo de este seno del grosor de una cáscara
de huevo es a su vez el piso de la silla turca, asiento de la
glándula hipófisis, y a esta frágil
separación, que se constituye en una relación de
contigüidad potencialmente patogenética, se suma una
vascularidad comunicante con el foco sinusítico esfenoidal
existente.

Esta mismas consideraciones se plantean para las
glándulas tiroides y paratiroides. La irradiación
irritativa e inflamatoria faringítica por demás
crónica y presente sin excepción en todos los pacientes
sinusíticos (80 % de la población mundial), es contigua
y envolvente para la tiroides y sería deseable que los
señores endocrinólogos, usaran un bajalengua y se
acostumbraran a examinar y valorar la salud de la faringe, en
todos sus pacientes sufrientes de cualquier patología
tiroidea. Esta conducta novedosa debe estar dirigida a confirmar
el porcentaje de enfermos con patología glandular, que
presentan esta relación en positivo con la faringitis y
corroborar en la construcción de una hipótesis de
trabajo que reafirme la prioridad de esta praxis médica
especializada, como fundamentalmente preventiva, con lo cual
disminuye el acentuado carácter diagnosticador de
patologías crónicas, muchas veces ya en etapa
irreversible, que terminan invariablemente en indeseables
intervenciones qurúrgicas para soluciones medianeras, fruto
de un esfuerzo inconsistente, que confirma la dirección
equivocada hasta ahora, de solo estudiar in situ, bajo una mirada
tubular los procesos que se desarrollan en esta glándula,
como si en su totalidad fueran exclusivamente lesiones primitivas
y autónomas, realidad totalmente ajena a la dinámica
moderna, que nos amplía las potencialidades para
escudriñar más allá del punto dañado, el
estado de salud de los órganos que lo rodean.

Concluyo afirmando que hay muy pocas patología
disfuncional o tumoral tiroidea que no son desencadenadas por una
faringitis crónica, que a la vez es descendiente directa de
una sinusitis crónica sine qua non, que potencialmente a su
vez, influye desde arriba por contigüidad directa sobre la
propia glándula hipofisaria, que traban los mecanismos de
integración hipotalámicos y de coordinación
hipofisarios, que se expresan finalmente en perturbaciones
tróficas y en desarmonías hormonales, que terminan
desarticulando la integridad funcional del bloque.

Asimismo el avasallante cobijamiento poblacional de la
diabetes, está exigiendo una respuesta oportuna y
contundente. La única conducta que le puede poner freno a
esta explosiva multiplicación de casos, sin distingo de
ninguna naturaleza, es conocer la intimidad del mecanismo de su
iniciación y desarrollo, pues por fuerza mayor, es una
solución que solo la puede aportar a futuro cercano LA
MEDICINA PREVENTIVA. Junto a los diabéticos los otras dos
categorías de pacientes que están situado en la escala
mas alta de las complicaciones de una sinusitis crónica son:
asmáticos(as) y migrañosas (os).

La glándula pancreática junto a su vecina
conviviente la glándula hepática, son particularmente
vulnerables a los dardos mucopurulentos tóxicos
sinusopáticos, los cuales sin ningún esfuerzo ni
obstáculos desde el propio duodeno vía directa
contracorriente por el colédoco (por carecer de
válvula), las hace blanco seguro de sus impactos nocivos.
Mucho tiempo antes que el paciente refiera sufrimiento
gástrico, estreñimiento, timpanismo abdominal entre
otros, la palpación del punto cístico resulta ya
positivo, señal del grado inflamatorio de la vesícula
biliar, por lo que este signo debiera de posicionarse en nuestra
conciencia como el espejo donde primero y principalmente hay que
sospechar y valorar el grado de disfunción del hígado y
secundariamente el de esta organela vesicular por lo que la
conducta simplista y prioritaria del cirujano de extirparla,
creyendo en una solución completa y terminal, con total
independencia de la dolencia perturbadora hepática propia
desencadenante, deja mucho que desear puesto que este es un
paciente eminentemente clínico y debiera de haber sido
sometido a un estudio clínico más profundo de la
etiopatogenia de esta lesión vesicular, inflamación que
siempre debe ser vista (tal vez con alguna excepción), como
la respuesta de alarma prematura a una patología exclusiva
que lesiona a la glándula hepática.

Esta es apenas el bolsillo anexo que se inflama con los
productos tóxicos derivados del trofismo hepático, cuyo
metabolismo normal se ve impactado por la llegada de residuos muy
nocivos y recalientes provenientes de la mucosidad tóxica
sinusopática, escurrida desde la faringe de manera continua
(más de un litro diariamente), que recorre todo el aparato
digestivo y finalmente una gran cantidad de ésta es
asimilada junto con los alimentos y por la vía
porta-hepática es enchufada directamente en esta
víscera. Esta glándula tiene la fundamental
función de producir, entre muchísimas más,
almacenar y excretar gradualmente la glucosa en sangre, por lo
tanto comparte esta responsabilidad por igual con el
páncreas y la hipófisis en el mantenimiento del nivel
normal y dinámico de la glicemia. Deberíamos como
clínicos y también los cirujanos, de tomar en cuenta a
este marco de referencia vesicular, a falta de otro más
contiguo y asequible, para sospechar en parangón, el mismo
grado potencial de compromiso tóxico de ambas vísceras
(hígado y páncreas), obligados por la acostumbrada
sintomatología ausente o por demás silenciosa que
brilla por su ausencia y que de alguna manera debiera de acusar
el páncreas prematuramente antes el riesgo que corre la
salud de LOS ISLOTES de LANGERHANS. Por la circunstancia de
compartir el conducto colédoco como desaguadero de sus
secreciones externas, condición naturalmente que las hermana
y las hace víctimas por igual del proceso invasivo vía
contracorriente, que procede desde la luz el duodeno,
representado por la mucopurulencia sinusítica
irritante.

Esta circunstancia nos debe forzosamente llevar
inmediatamente a investigar el nivel de glicemia y entender que
un valor entre 90 y 100 ya es muy alto, verdaderamente
prediabético, pues pocos años atrás los niveles de
variación normal para este valor estaban situados
prudentemente entre 70 y 100 mgs. y el nivel alto fue catapultado
a 110, sin base alguna y de manera por demás irresponsable.
Me resulta muy difícil hacerle entender al paciente que el
nivel 111 mgs. es irreversible cuando viene con el cuento de que
hasta 110 es completamente normal, situación por demás
lógica que no asimile tan escasa diferencia significativa.
Así mismo, la terapia del paciente prediabético no
puede seguir siendo enfocada de la manera tradicional por lo
reduccionista que resulta, porque pone todo el énfasis en el
déficit cualitativo y cuantitativo del producto
insulínico y en las restricciones alimentarias, haciendo
abstracción desconsideradamente de los otros componentes de
esta trisomía, por demás importantes y solidarios,
responsables por igual del mantenimiento del nivel de glicemia
que exige cada circunstancia y su corrección integrada y
dinámica: el hepático y el eje
hipófisis-hipotalámico.

Es importante dejar muy en claro, que la manera más
inteligente y productiva de enfrentar esta pandemia
diabética es, mediante la puesta en marcha de programas de
terapia preventiva, la más económica y menos onerosa de
las disciplinas médicas, cuya puesta en ejecución
urgente, debe ser motorizada por la confirmación por simple
Rx de senos paranasales, de su sine qua non sinusitis
crónica desencadenante, en cada uno de los pacientes
afectados. Es por demás humano y necesario deslastrarse de
intereses mezquinos, por ajenos a la esencia del quehacer del
médico. Con solo contribuir con su granito de arena a
iniciar con un pequeño esfuerzo voluntarioso la
construcción mental de un puente novedoso, por donde sea
posible el tránsito de su praxis acostumbrada y tradicional,
prefijada y enmarcada casi sin variación alguna digna de
mencionar desde el comienzo de sus estudios de
Endocrinología y luego en los largos años de ejercicio
noble como tal profesional, hacía una nueva visión
eminentemente preventiva, apoyándose y corroborando la ya
confirmada teoría que solo es posible llegar a ser
diabético si es portador de una sinusopatía, y
ésta, está presente en una inmensa masa humana (80 % de
la población mundial), y que bien vale la pena aportar
esfuerzo y trabajo para librarlos de la amenaza de esta limitante
enfermedad degenerativa.

No critico al que quiere seguir manteniendo empaquetado
al grupo de diabéticos crónicos, sometidos a controles
periódicos rutinarios, coaccionados por la preocupación
solitaria de mantener dentro de parámetros aceptables su
nivel de glicemia, como único norte. La sinusitis causante
CONCOMITANTE SINE QUA NON, confirmada por Rx simple, debe ser
erradicada mediante tratamiento HOMEOPATICO MODERNO, como
corresponde, y mantener la vigilancia periódicamente,
buscando descubrir saltos imprevistos del nivel de glicemia,
así mismo las variables en el proceso de recuperación
del nivel fluctuante normal mediante controles mensuales, en
ayuno. El bajón hasta aproximadamente 76 mgs., desde la cima
reversible de de 110 en solo tres meses o antes, es el resultado
extraordinario común y corriente, sin haberse restringido su
dieta acostumbra. Y lo único que se debe eliminar es la
ingesta de azúcar o cualquier adulcorante de la ingesta de
todos los pacientes diabéticos sin excepción, y en los
adultos no diabéticos, por encima de los 24 años de
edad, no por la acción directa en el nivel de glicemia, sino
por ser causante de arterioesclerosis sin igual, al ser
responsables del aumento del colesterol y triglicéridos.
Azúcar es: la refinada, la blanca, la morena, el
papelón, la miel de abeja y más aun el químico
adulcorante de aparición reciente y comúnmente indicado
como una panacea para estos pacientes diabéticos. Esta
comprobación se facilita ratificarla en damas
diabéticas en edad madura, porque no tiene igual en cuidarse
de cualquier desorden alimentario.

Todo paciente PREDIABETICO tratado de la manera
tradicional con dieta restrictiva e hipoglucimiante va
irremediablemente a coronarse en un tiempo más larguito
después, como DIABETICO, puesto que sencillamente es tratado
con énfasis en ponerle coto a los efectos del proceso
degenerativo y no en la causa originaria y desencadenante de esta
enfermedad: LA TÓXICA SINOSOPATIA CRÓNICA SINE QUA
NON.

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Sinusitis en
hematología

Es por demás llamativo el gran número de
pacientes mayoritariamente de sexo femenino, portadores de
gastritis crónica, que acusan anemia insipiente (entre 11y
12 grs,) corroborada en los exámenes rutinarios de
laboratorio, sorprendente por demás, porque son pacientes
que viven en los Andes Venezolanos, a más de 1000 metros de
altura sobre el nivel del mar y por lo general, sufren al mismo
tiempo de estreñimiento o crónico o colon irritable,
timpanismo abdominal.

El mecanismo natural que motiva el paso de la gastritis
a úlcera, se explica por la puesta en marcha de la actividad
restrictiva del simpático, como mecanismo defensivo, sobre
el flujo sanguíneo arteriolar gástrico, que procura
provocar escasez de materia prima a las glándulas para
inducirla a producir menos ácido clorhídrico, etc., lo
que a su vez lleva inevitablemente a cierto grado de necrosis
focalizada, sumada a la presencia de enorme concentración de
toxinas, resultantes de la difuminación por acción del
jugo gástrico de enormes cantidades de bacterias,
responsables del mucopús sinusítico que chorrea desde
la nasofaringe, cuya presencia de larga data originó
previamente la gastritis erosivas, situación crítica
que da comienzo a la úlcera. La aclorhidria resultante es un
factor que bloquea la conversión del hierro dietético
en asimilable, lo cual aunado al conocido factor de "anemia
fecal", con que contribuye la falta de actividad del intestino
grueso, debido a su estreñimiento crónico, siempre
posterior a la disfunción ácida gástrica, da como
resultado una anemia ferropriva, resistente la mayoría de la
veces a la terapia convencional.

La sinusopatía es la causante directa de
faringitis, gastritis, estreñimiento o colon irritable,
hemorroides, la gasificación o timpanismo abdominal y la
parasitosis recidivante siempre conviviente. Los diferentes
plexos autónomos (simpático y parasimpático),
situados en las paredes de estos órganos, inevitablemente
resultan irritados, lo cual se traduce en hiperactividad
simpática, que bloquea la mediación trófica
parasimpática circunscrita naturalmente, necesaria en el
desempeño de la activad glandular y muscular.

La anemia nos informa de la existencia de trabas
disfuncionales digestivas en pacientes que no tienen
restricciones alimentarias, que bloquean la asimilación del
factor hierro y de otros microelementos indispensables en la
formación de proteinas, etc., muy necesarias para la
producción de glóbulos rojos, etc., por lo que se
observa ilógico, la insistencia prioritaria de una
prescripción de concentrados farmacéuticos masivos de
hierro, insistentemente continuada, puesto que se ve que el
problema no es el déficit de materia prima ferrosa en la
dieta de la gente que no pasa hambre, sino su asimilación.
No es a mandarriazos con hierro que se reconstruye, pues a lo
mejor sucede lo contrario. La gastritis en concomitancia con
alguna o generalmente de otras alteraciones del tubo digestivo,
lleva inevitablemente a situaciones de anemia en la sangre y en
todos los sistemas corporales, lo que pasa es que el resto de los
sistemas no se pueden explorar de manera fácil como se hace
con la sangre. El aparato digestivo es un conglomerado de
órganos viscerales, filogenéticamente el
primogénito de los sistemas creado por el cerebro primitivo
visceral, para que a su alrededor, al iqual que el núcleo de
una célula, se fueran construyendo el resto de los sistemas
faltantes, asegurados persistentemente por este suplidor
energético.

Por todo lo expuesto, frente a un paciente con anemia
sanguínea, se aprecia fácilmente también la anemia
del complejo sistema hipotalámico-visceral, que controla la
sensación de hambre (entre otras decenas de funciones), y
este termómetro nos indica el grado de compromiso que afecta
a la globalidad de los órganos y sus funciones, que dependen
del cerebro: todas sin excepción.

Por lo que la terapia debe de enfocarse prioritariamente
en la patología desencadenadora global primitiva sinusal,
madre de todos estos síndromes, por lo que debe relegarse a
la periferia el enfoque y tratamiento de los síndromes
digestivos, como la acidez gástrica,( gastritis),
lógicamente solo pretendiendo su alivio ( y no su cura), de
la manera tradicional como se ha hecho hasta el presente, pero
con la diferencia que en adelante se tiene que tomar muy en
cuenta este doble enfoque: el enfoque prioritario, a la causa
desencadenante (morbo primitivo). El segundo enfoque, es para las
lesiones secundarias sindromáticas. Es importante desde
ahora entender, que los síndromes son apenas la sombras de
un morbo primitivo y parangonado a un cazador medianamente
experimentado, éste nunca le dispararía a la sombre de
su presa.

En la ingesta diaria tradicional promedio, hay
microelementos entre ellos hierro, suficientemente para restituir
por si sola los niveles de hemoglobina en sangre, lo cual
descarta que el responsable del déficit sea por la
restricción de este elemento en el suministro externo
diario. Es oportuno volver a remarcar que la cura de la gastritis
se concreta aproximadamente a los 10 meses después
aproximadamente, de haberse cumplido el tratamiento moderno de la
sinusitis, con variable impuesta por su data.

En gastroenterología:
Complicaciones lineales de la sinusitis

La vía amplia tubular directa:
faringe-esófago-gastro-intestinal, asegura la
prosecución de la mucopurulencia sinusítica y la
siembra a todo nivel, de procesos irritativos inflamatorios
provocando adicionalmente timpanismo abdominal, por
fermentación de esta mucosidad y además, asegura la
multiplicación y supervivencia de la parasitosis intestinal,
ya que esta purulencia constituye su "alimento favorito", puesto
que contiene un porcentaje de proteínas (20 %), superior al
l9 % de la carne, huevo y pescado.

Al someter al paciente a solo tratamiento moderno
antisinusítico específico, estos síndromes van
desapareciendo, en el siguiente orden, lo cual atestigua ciento
por %, que no son entidades primitivas ni autónomas, sino
tan solo, complicaciones integrantes del inmenso
archipiélago, parido por la superinfecciòn madre
SINUSITIS.

Hemorroides, entre los 7 a 10 primeros días de
instalada la terapia.

Timpanismo abdominal, (gasificación global
gastrointestinal) a los 40 días.

Estreñimiento o Colon irritable: entre 40 y 50
días.

Gastritis, entre 10-15 meses.

Ante todo, desde mi humilde posición, aprovecho
esta oportunidad para levantar mi VOZ DE PROTESTA, al considerar
desafortunada la asignación del PREMIO NOVEL DE MEDICINA
2005, a quienes "descubrieron al agente causal de la gastritis":
EL HELICOBACTER PILORI. Este micro-organismo está presente
tan solo en el 50 % de los pacientes sufrientes de GASTRITIS y
por igual en los ajenos a esta INFLAMACION, lo que indica a todas
luces que no es más que UN SAPRÓFITO, cuyo hábitat
debe de ser la primera porción del duodeno y que,
ocasionalmente incursiona a la región pilórica
estomacal. Repito, la GASTRITIS ORIGINALMENTE NO ES MAS QUE UN
SINDROME INFLAMATORIO y no una INFECCION, puesto que no da
fiebre, malestar general, ni diarrea, etc. En el caso supuesto
que fuera en verdad una infección, producida desde luego por
el hilicobácter pílori, bastaría con un
tratamiento específico antibiótico para su
erradicación definitiva. ¿ o és que acaso no se ha
producido tal antibiótico ?).

En cambio, como LESIÓN INFLAMATORIA, NO TIENE
AGENTE ETIOLOGICO ESPECIFICO, sino un desencadenante
inespecífico hasta ahora desconocido, agente que es grato
reseñarlo en esta hora afortunada, como lo es la llegada al
estómago de descargas continuas, de grandes cantidades de
purulencia y de bacterias, que desde las oquedades
sinusopáticas, las que al llegar a esta cavidad, por la
acción del jugo gástrico, el enorme y diverso contenido
bacteriano se difumina y sus resultantes productos tóxicos
muy "calientes", en sinergia con los procesos tróficos y
disfuncionales concomitantes y puntuales, ocasionados por el
entrabamiento del sistema nervioso autónomo sobre esta
víscera, ya in situ o a nivel del eje
hipotálamo-hipofisario, irritado por la contigüidad del
foco sinusítico esfenoidal, se va creando paulatinamente el
ambiente adecuado para que se desarrolle una gastritis y mas
luego, a distancia variable en el tiempo, la úlcera
gástrica consecuencial, que lleva linealmente al
cáncer.

Por desconocimiento hasta ahora de este agente causal
verdadero, a la ciega se recetan "medicamentos y que protectores
gástricos", que no son otra cosa que un salto al vacío,
puesto que si la idea es proporcionar una especie de blindaje a
la mucosa gástrica, éste tiene que ser "construido"
tomando en cuenta la identidad del agente agresor, todo lo cual
deja ver con claridad meridiana, el desconocimiento de la
etiopatogenia de esta erosionante patología digestiva, la
cual debiera de ser prevenida antes de esperar su segura
aparición, últimamente con mayor frecuencia en
pacientes adultos jóvenes, sufrientes de una
sinusopatía crónica (¿ y quién no es
hospedero de ésta, desde antes de cumplir el primer año
de edad ?). La erradicación definitiva de la sinusitis,
durante la niñez o al comienzo de la adolescencia, conlleva
a evitar aguas abajo, la gastritis, la úlcera gástrica,
el estreñimiento o colon irritable, meteorismo, parasitosis
intestinal variada, hemorroides, y finalmente cáncer en
cualquiera de estos segmentos digestivos, como secuela terciaria
de todas estas complicaciones sindromatopáticas, que por
omisión se dejaron evolucionar hasta convertirse en morbos
autónomos irreversibles, todos los cuales se erigen a
posteridad, como monumentos de ingrata recordación, cuyas
miles de víctimas desde el más allá, claman porque
a las conciencias de los protagonistas de la ciencia médica,
Dios las bendiga y las provea con mayor claridad, para que se nos
amplíe e ilumine el sendero ético en nuestra praxis
diaria.

Sinusitis en nutrición y
dietética

El aparato digestivo es uno de los proveedores
importantes de la energía vital, al manipular y transformar
los alimentos hasta hacerlos asimilables. Si el andamiaje de este
sistema está desarticulado por perturbaciones funcionales y
orgánicas, propias y rutinarias de la contaminación
purulencia sinusopática, puesto que el desaguadero natural
de este continuo escurrimiento, que se agrava en general en las
damas, por la incapacidad manifiesta de carraspear y botar, sino
que automáticamente escupen para adentro, lo que asegura un
tragado del 100%, contrario en el hombre que se defiende al
carraspear y escupir, "tirando a la calle" la casi totalidad de
esta basura. Durante el sueño el escurrimiento tiene luz
verde hasta el estómago en ambos sexos.

De esta forma los alimentos ingeridos por muy variados,
ricos en vitaminas, minerales y en cantidad ajustada, elaborados
bajo las más estrictas normas sanitaria y nutricional, son
mezclados y "engrasados" en el interior del tubo digestivo del
pacientes sufriente de una sinusopatía crónica, y
terminan no sin dificultad siendo finalmente asimilados y acto
seguido toda esta papilla mitad alimentos y mitad mucosidad
purulenta, transita por la autopista porta-hepática para que
la glándula hepática termine la molienda, cuya
maquinaria metabólica se recalienta naturalmente a la
llegada y procesamiento de sustancias contaminantes, lo cual
repercutirá en sufrimiento de los hepatocitos, y la
totalidad del hígado reaccionará produciendo
catabolitos muy tóxicos que disueltos en la bilis, llegan al
depósito vesicular de maduración biliar y en un tiempo
sumatoriamente prudencial de manera por demás prematura,
esta organela acusa señal de daño inflamatorio y
mediante palpación, en el cruce de las líneas
umbílico-axilar anterior con la del reborde costal derecho,
y si se produce algia, se confirma como punto cístico
positivo, lenguaje por demás propio de un dispositivo que
integra parte del sistema primario de defensa integral de la
salud, junto amígdalas, adenoides, nefrones, etc., entre las
ya citadas, que llegan hasta inmolarse para delatar, si fuera el
cado de la vesícula, que la víscera hepática
(glándula esencial para el mantenimiento de la vida con
decenas de funciones conocidas), está siendo víctima de
un ejército invasor oculto, camuflado entre los nutrientes
asimilados, y que de mantenerse esta situación peligrosa,
con seguridad terminará causándole lesiones
degenerativas y hasta irreparables, cuyas secuelas tendrán
gran impacto en los mecanismos complejos, como el mantenimiento
de la reserva de glucógeno hepático para de manera
integrada con la hipófisis y el páncreas, ajustar
según los requerimientos del momento el nivel dinámico
de la glicemia. En este sentido, los pacientes con tendencia
reiterada a mantenerse con niveles de glicemia sobre los 100mgs%,
no lograrán revertir con seguridad esta tendencia jamás
por la vía de la prescripción e imposición de
dietas por muy especiales que sean éstas y cuando mas, lo
que se logrará es la prolongación en el tiempo de su
condición de pre-diabético, pero nunca se podrá
evitar con total seguridad, que el paciente a futuro no se
inscriba en el club de los diabéticos.

Por otro lado, el punto A (del apetito), está
situado en la pared posterior de la faringe y solo está
presente en las damas. La siempre presente faringitis
crónica (de origen sinusítico por supuesto), cuando se
presenta florida, lo irrita continuamente, lo que asegura una
sensación de hambre persistente, situación que las
lleva inexorablemente a romper la dieta de hambre autoimpuesta,
la cual es solo posible sobrellevarla con poco sacrificio, hasta
bajo condiciones de una faringe moderadamente saludable. El
rompimiento de este auto compromiso, da pasa a un apetito voraz,
que lógicamente la llevará inexorablemente al aumento
de peso. Cualquier niña bajo control idóneo y
finalmente con la aplicación de la terapia de
erradicación de su sinusitis y por ende de su faringitis
crónica, pasa por recuperar y mantener el nivel
apropiadamente bajo de su apetito, y esta caída pausada es
un síntoma que persigo y aprecio muy especialmente,
(disminución que sorprende a cualquier incauto), conducta
que le asegura el desarrollo normal en talla y peso. Ojo:
niña con faringe sana come moderadamente y no se debe
alterar mediante ningún artificio este comportamiento por
demás natural, puesto que así lo autoriza el
metabolismo de las hembras. Todo lo contrario le sucede al
varón: siempre tiene buen apetito porque así se lo
exige el metabolismo propio de su sexo. Ojo: cuando el varón
no come es porque está verdaderamente enfermo y obligarlo a
comer más allá de su deseo es contranatura.

En ambos sexos, la pérdida persistente del apetito,
en concomitancia con otros síndromes digestivos de larga
data, entre éstos meteorismos abdominal en los bebés,
infantes y al comienzo de la adolescencia; asimismo, al final de
ésta y en adultos en adelante, con gastritis,
estreñimiento, parasitosis intestinal, hemorroides, traduce
la puesta en marcha de mecanismos de alarma orientados a proteger
la órgano-funcionalidad digestiva, que callada y
paulatinamente va siendo intoxicada por el tránsito
cotidiano de mucopurulencia, agente que debe ser confirmado o
descartado en primer lugar de forma sencilla, con la
visualización de la cortina de mucopurulencia que escurre
por su bucofaringe, facilitada con un bajalengua.

De esta manera asténica, por demás natural la
totalidad de la maquinaria digestiva, es sometida a "terapia de
descanso", en busca de alargar la precariedad de su
sobrevivencia, y es el cerebro que pone en marcha dispositivos
neurohormonales comandados directamente por el hipotálamo,
como respuesta apropiada al persistente flujo de mensajes de
naturaleza sufrientes que desde la globalidad del aparato
digestivo, "solicitan" reposo y hasta apagar el motor de la
digestión, con el propósito naturalmente de asegurar y
alargar su presencia vital. Si la maquinaria no está
suficientemente apta para iniciar y mantener el proceso
digestivo, el cerebro es suficientemente hábil para abrir o
cerrar válvulas que eviten el empeoramiento disfuncional de
un sistema dado. El cierre de la válvula del apetito, debe
interpretarse como una señal, que se debe de tomar muy
seriamente en cuenta, más aun si el paciente es varón
en pleno crecimiento, y que debemos interpretarla con la misma
alarma que nos suscita la salida de humo de una habitación
que más luego seguramente se incendiará

Los especialistas en nutrición y dietas, no
debieran seguir esgrimiendo la bandera de "yo no soy
médico". Es muy conveniente dotarlos durante su
formación de herramientas básicas, que le permitan
identificar e interpretar la presencia de síndromes que
pululan en el territorio a donde se dirige directamente el
quehacer de su importante actividad, el cual es el tuvo
digestivo, cuyo funcionamiento tiene que ser cuidadosamente
vigilado, con el propósito de asegurar que toda su
organicidad se mantenga dentro de los parámetros de la
normalidad, todo lo cual repercutirá afirmativamente por
demás, en la justificación de la existencia y
sobrevivencia de esta importantísima profesión.
Siguiendo la hilaridad del tema, recuerdo, que de nada sirve un
plato de sopa muy nutritiva y preparada con las más
estrictas normas sanitarias si su destino es un terreno
infértil. Signos como el casi nunca ausente timpanismo
abdominal entre otros síndromes básicos digestivos,
debe ser observados e interpretado por estos profesionales, como
señales disfuncionales, que automáticamente le bajan la
santamaría al hambre, empalidecen la piel de la facies,
etc., y frente a todo lo cual, deben abstenerse de preparar
esmeradamente dietas especiales con comidas suculentas y
vitaminosas como si fuera lo prioritario, supuesto negado, puesto
que al final de su ingestión pírrica a la fuerza, luego
de ruegos, súplicas y hasta maltratos físicos, no se
puede evitar que vayan a parar al retrete, por una digestión
irregular.

Finalmente la guinda de la torta, el niño(a) que
exhibe a simple vista el cuadro del síndrome "trastorno de
la atención-aprendizaje e hiperactividad", que refleja la
gran carga de parasitosis intestinal que hospeda, cuya cosecha
tóxica se suma a la propia de la sinusitis desencadenante,
construida por inmensas colonias de bacterias de diversa
naturaleza, y esta bola venenosa asimilada durante el
difícil proceso digestivo, al abordar la circulación
general y contactar por supuesto a la corteza cerebral en
general, (pero muy en especial la fronto-motriz), la irrita
provocando este síndrome, cuya actividad irritativa
psico-física es acusada con claridad meridiana por la
conducta hiperactiva que exhiben continuamente, por ningún
lado utilitaria. Sin embargo si este desnutrido que sufre el
síndrome arriba señalado, logra tragar algo de esa
nutritiva ración, esta fracción con seguridad lo
devorarán los parásitos, cuya sobrevivencia se las
asegura el escurrimiento continuo y abundante del mucopús
sinusopático, el cual contiene por cada 100 cc., 20 gramos
de proteinas, superior la carne, leche y huevos cuyo tope es 19%.
Finalmente repito, que antes de solo pensar en tratar de reparar
el déficit que acusa el paciente, creyendo que la
solución es solo a nivel de ingesta de dietas apropiadas y
especiales, es interesante valorar el estado en que se encuentra
la maquinaria digestiva. Con solo palpar y percutir su abdomen,
se tiene idea del grado de su inflación (meteorismo),
agregado a la palidez concomitante de su rostro, lo cual indica
que el proceso digestivo está comprometido
seriamente.

Si hay deterioro en la maquinaria digestiva y
negligentemente insistimos en hacer tragar a la fuerza al
paciente, abrimos y entramos en el ciclo vicioso de remar en la
arena para nunca llegar a ninguna parte, por lo tanto, este
proceder deja mucho que desear, e indebidamente le deja abierta
las puertas a los que opinan, que el déficit pondoestatural
que acusará con toda seguridad durante su adolescencia, hay
que corregirlo mediante la prescripción de hormona del
crecimiento, conducta que conduce a un escenario
laberíntico.

En nefrología: sinusitis y
Litiasis Renal

La insuficiencia renal crónica es una de las
patologías más catastróficas que puede sufrir el
riñón y el paciente desde luego. Tiene un tiempo de
inicio callado, oculta detrás de pielonefritis y
glomerulonefritis entre otras afecciones, pero posteriormente
vienen momentos de angustia y llanto. Las toxina absorbidas
mayoritariamente desde el interior del tubo digestivo, a partir
de la mucopurulencia sinusopática, mezclados con los
productos asimilados durante el proceso digestivo, y ya
integrados a la volemia, tienen contacto íntimo con el
nefrón durante todo el periodo de actividad filtrante. De
igual manera durante el tiempo de descanso, éstos dejan de
trabajar, pero los agentes irritantes no, porque continúan
pegados en la humedad que recubre a estas organelas, de tal forma
que la acción perturbadora es continua. Mediante
exámenes ordinarios del sedimento urinario, además de
niveles de urea y creatinina se puede vigilar la función
renal, para evitar el potencial deterioro del nefrón,
(componente del sistema de alarma para la protección
integral de la salud), porque no se debe seguir esperando
pasivamente su deterioro previsible, puesto que la presencia de
arenilla en el sedimento, más que sospechada es delatada
prematuramente por la puñopercusión positiva lumbar,
generalmente bilateral.

Omitir esta previsión, es colaborar
irresponsablemente en la aventura que el daño se haga
crónico y hasta irreversible, excusable solo por el
desconocimiento hasta ahora de la causa desencadenante de la
problemática renal. La verdadera solución es la
prevención, la cual se consigue fácilmente, tan solo
evitar que el medio ambiente sanguíneo se convierta en una
especie de cloaca con grandes cantidades de desechos
tóxicos, y esta situación se previene a su vez,
confirmando y tratando radicalmente cuanto antes posible, la sine
qua non sinusitis crónica que cabalga sin excepción,
sobre estos procesos degenerativos. El seguimiento de la
evolución decantada de este sedimento, así como los
niveles de urea, creatinina, PH, etc., mediante laboratorio
seriado, confirmará con resultados propositivos al finalizar
la terapia antisinusítica, mediante el determinante binomio
causa y efecto, la verdadera etiopatogenia distante
sinusítica y hasta ahora secreta de la patología renal.
Asimismo el transplante renal es para muy pocos supersortarios,
con el agravante del gran índice de rechazo, que bien
pudiera achacársele a la intoxicarte presencia activa de la
infección sinusopática atropellante, presente aún
en el receptor, acontecimiento fallido que obviamente la
reseñala y la reconfirma como la responsable absoluta del
desastre renal primario.

En neumonología: sinusitis y
asma bronquial

La mucopurulencia sinusal tiene elaborado su camino
natural, recorriéndolo de forma por demás facilitada,
la cual escurre desde la rinofaringo y sigue el curso
laringo-traqueo-bronquial, sembrando secuelas
infecto-inflamatorias desde su propio inicio hasta su extremo
terminal de esta autopista: los pulmones y sus
envolturas.

Sobresale entre estas complicaciones el ASMA BRONQUIAL,
cuyo tratamiento tradicional por demás errado, solo
está dirigido exclusivamente al síndrome
asfíctico. Es oportuno recordar que detrás de cada
efecto hay una causa que lo origina y esta afección no es la
excepción. EL ASMA BRONQUIAL SE SUMA COMO UN ISLOTE
PROTUBERANTE DEL GRAN ARCHIPIELAGO DE LAS CONPLICACIONES
SINDROMATICAS SEMBRADAS POR LA SUPERMADRE SINUSITIS CRONICA. El
dedo en el gatillo que dispara el acceso asmático, es el
paso de una permanente traqueitis crónica, (como un
tentáculo más de la sinusitis) que al reagudizarse da
paso a una bronquitis aguda. Esta afección crónica
traqueal que se mantiene en situación subclínica, por
el silencio sintomatológico que acusa, (apena tos ocasional)
está adormecida en un gran porcentaje de los afectados por
esta infección sinusal, pero está efervescente en el
100 % de la población asmática, por lo tanto se erige
como la condición SINE QUA NON que desencadena este terrible
padecimiento.

Si bien la crisis tiene necesariamente que ser tratada
con la urgencia tradicional con que se hace, como tratamiento
paliativo, es por demás justo y necesario implantar
inmediatamente la terapia homeopática moderno contra el
AGENTE CAUSAL SINUSOPATICO, único responsable
directo, terapia que desde su inicio, tiene que ser dirigida a
erradicar definitivamente, primero y principalmente la
sinusitis, y concomitante este síndrome
asfíxico, fortaleciendo la tos apagada y improductiva, con
la ayuda de hidratantes, expectorantes y derivados de la
betametasona, estratagema contraria a la tradicional que hasta
hoy, enfoca con visión tubular la tarea prioritaria de solo
neutralizar la aparatosa crisis. Es innecesario por inútil y
contraproducente la administración de antialérgicos,
antiasmáticos y antitusivos, en esta tarea de erradicar para
siempre el asma bronquial. El uso de antitusivo debe restringirse
solo a suavizar el acceso de tos sofocante si se desencadena y no
para eliminarla, puesto que es el único mecanismo defensivo
de expulsión al exterior de los líquidos llegados o
producidos en los órganos respiratorios. Hasta ahora todos
los pacientes asmáticos que han sido tratados, sin ninguna
excepción, han sido curados radicalmente de asma
bronquial.

En pediatría y
psiquiatría: sinusitis y Trastorno de la
Atención/aprendizaje e hiperactividad
(TTA-ha)

Un elevado porcentaje de los procesos enfermantes
especialmente del lactante, le llegan de manera continua,
favorecidos por el contacto contiguo que por fuerza mayor tiene
que llevarse a cabo durante el tiempo propiamente de lactancia
materna, acto por demás obligante y repetitivo diariamente,
como es natural. Este pequeñito ser, aún los prematuros
llegan generalmente sin taras genéticas aparentes, con buen
apetito, con buenas defensas y sin estrenar a ninguno de los
representantes de la comunidad microbiológica que afecta con
toda seguridad a sus congéneres humanos que lo rodean, muy
particularmente las variables y abundantes bacterias de la fauna
existente en los focos sinusopáticos, las cuales expele su
señora madre cada vez que le echa encima amorosamente sus
respiraciones, toses, estornudos, besos, etc.. La peligrosidad
contaminante de la sinusitis de la madre, está señalada
y determinada por la cantidad de veces que un lactante es
afectado por procesos infecciosos naso-faringo-traqueo-bronquial;
faringo-gastro-intestinal; faringo-ótico, entre los más
frecuentes. Por otro lado, no se puede continuar en los
consultorios pediátricos la rutina de seguir ignorando la
verdadera naturaleza de su paciente, pues no puede seguir siendo
el solitario nené, sino la dualidad (niño-madre), que
posee dos cabezas, dos cuerpos y cuatro extremidades. La
pediatría se modernizará cuando termine de aceptar que
su praxis tiene que efectuarla frente a un paciente que por
fuerza de la evolución del conocimiento tiene naturaleza
binaria. Esta nueva visión acarrea la responsabilidad
ineludible y urgente de acometer cambios curriculares, como la
exigencia de ser un clínico
materno-pediátrico.

Es especialmente la MADRE SINUSITICA la siempre
responsable de este contagio repetitivo enfermante del niño
(o su sustituta), y por lo tanto debe merecer en el mismo acto
médico junto a su niño, al menos un interrogatorio
minucioso y el consiguiente examen de la faringe por lo menos.
Preguntar por el tiempo de data de esas ojeras; carraspea y traga
mucosidad frecuentemente?; Sufre de dolores de cabeza?; Tiene
tos?; es asmática?. Sufre de gastritis, de
estreñimiento, de hemorroides?. Sufre de dismenorrea. Es
diabética?. Cualquiera de estas nosologías
sindromatológicas denota indiscutiblemente la presencia de
una sinusitis desencadenante y por lo menos, debe de
aconsejársele el usos de tapaboca durante ese tiempo de
amamantamiento. A esta progenitora se le debe tratar su
patología sinusal modernamente, con terapia homeopática
que asegure su curación radicalmente, descartando por
completo la solución quirúrgica al respecto.

Nota importante: Cuando menciono solo a la progenitora,
de ninguna manera excluyo de estas responsabilidades contaminosas
y contagiosas al padre, los abuelos, hermanos(as) y demás
personas convivientes en el hogar, puesto que todos sufren de una
sinusitis como integrante de la gran estadística mundial,
donde pocas personas sanas constituyen la excepción a la
regla. Cito a la madre porque este binomio es en realidad una
unidad químicamente inseparable.-

TRASTORNO DE LA ATENCIÓN-APRENDIZAJE e
HIPERACTIVIDAD (TAA-Ha).
Este síndrome indevidamente
conocido como "déficit de atención e hiperquinesia" o
"trastorno físico del aprendizaje e hiperquinesia," afecta
al 7% de la población escolar venezolana, según estudio
de los doctores Joaquín Peña y Cecilia Montiel,
realizado en Maracaibo, Venezuela y publicado en el Diario Tal
Cual, de fecha 22-04-05. También en los Estados Unidos
existen más de 6 millones de niños afectados y
"tratados indebidamente con drogas estimulantes, como si se
trataran de ENFERMOS MENTALES o PSIQUIATRICOS, tratamiento por
demás inductivo que inequívocamente los coronará a
futuro como adictos a la cocaina".

Este síndrome no es más que una
disfunción neurológica completamente reversible, de
carácter mixto, porque disloca tanto la actividad mental y
como la física del paciente: a) cognitivo, debido a
la irritabilidad del lóbulo prefrontal, que es el asiento de
la actividad cognoscitiva (conocimiento, comprensión y
razonamiento), que constituye el componente mental y racional de
la conducta y b) la física, debido a la
desestabilización de la corteza frontal, asiento de las
funciones motrices voluntaria, la cual es sometida a un bombardeo
de estímulos cambiantes de forma continuada, canalizados
mayormente por vía óptica, cada uno de los cuales
coronan su objetivo con prontas e impensadas respuestas
musculares hiperactivas multidireccionales, huérfanas de
propósitos utilitarios y sobretodo de atención, que se
suceden a la manera de un video que se revisa a sobrevelocidad,
conducta que se observa por demás irregular y agotadora, que
además se irradia y desestabiliza la salud emocional del
grupo familiar, porque sobresale del acostumbrado quehacer
psicomotriz naturalmente exhibido y aceptado como normal para el
grupo etario al que pertenecen los pacientes
afectados.

Los calificativos tradicionales de este síndrome,
son inadecuados, porque no puede haber déficit donde nunca
ha existido atención, e hiperquinesia, porque resulta
indebido por exagerado, puesto que el DICCIONARIO TERMINOLOGICO
DE CIENCIAS MEDICAS (SAVAT EDITORES), lo define como "actividad
muscular exagerada, comprendida dentro de: CONTRACTURAS,
CONVULCIONES, COREA, TEMBLORES, EPILEPIA SINTOMATICA, situaciones
totalmente ausentes en este cuadro, pero aunque este
síndrome no es causado por las serias complicaciones
neurológicas irreversibles de éstas, sus hermanas
mayores, no pasa desapercibida la concomitante y manifiesta
"quinesia" o motricidad hiperactiva, conducta por demás
preocupante, aunada a una desinhibición mayúscula y a
una falta total de atención. En adelante la
denominación adecuada para bautizar a este cuadro
sindromático reversible es: TRASTORNO DE LA
ATENCIÓN-APRENDIZAJE E HIPERACTIVIDAD
(TAA-Ha), y su
bases etiopatogénicas desencadenantes son sin duda alguna.
de naturaleza bioquímica: 1) BACTERIANA SINUSITICA Y
2) PARASITARIA INTESTINAL.

NO ES UNA PATOLOGIA PSICOMOTORA, PORQUE ES TOTALMENTE
AJENA A CAUSAS PSICONEUROTICAS. Los fundamentos de esta
aseveración negadora se anotan a
continuación:

a) se trata de una afección secundaria, es decir de
un síndrome derivado, provocado por un morbo genuinamente
primitivo y originario: LA SINUSITIS. Este síndrome (como
cualquier otro), se difumina de manera automática cuando se
erradica el morbo primitivo específico que lo provoca y,
ésto es lo que ocurre cuando someto al niño aquejado
del TTA-Ha., al tratamiento moderno radical de la
sinusopatía, el cual se cumple en solo 3 meses
aproximadamente. Terapia que por supuesto, está en el punto
opuesto de los tratamientos arbitrarios para las psiconeurosis
por impropios.

b) El trastorno tiene origen bioquímico, ya que los
estímulos tóxicos desencadenantes, son de naturaleza
biológica provenientes de la actividad infecto-inflamatorias
de las cepas bacterianas propias de una sinusitis, sumadas a las
sustancias irritantes de una parasitosis intestinal importante,
como resultado de la abundante y permanente llegada de
mucopús que se produce en los senos paranasales
infecto-inflamados, y escurre desde la rinofaringe y transita sin
obstáculo ninguno a lo largo del tubo digestivo,
desencadenando gastritis, estreñimiento o colon irritable,
hemorroides, y concomitantemente es un alimento superproteico
primordial que los nutre y garantiza su multiplicación y una
alta densidad poblacional parasitaria. Los diferentes
contingentes de agentes bacterianos provenientes de la sinusitis,
son difuminados por la acción del jugo gástrico, y su
gran carga tóxica se suma en la luz del tubo intestinal
delgado a la propia que genera la población parasitaria.
Todos estas sustancias por demás irritativas, una vez
asimiladas junto con los alimentos, por vía de la
circulación general tiene luz verde a través de la
barrera hemato-emcefálica para impactar al
cerebro.

C. Los trastornos íntimos que alteran los complejos
sistemas del aprendizaje, tienen su basamento en el entrabamiento
de los mecanismos neuronales que tienen que ver con el paulatino
desarrollo de las funciones psico-motrices, indispensables para
construir y desarrollar la conducta primaria de aprender a
aprender, postura que se consolida con el paso del tiempo y, que
nos delata como seres humanos inteligentes. Es por demás
evidente el concomitante y rudimentario estado apenas incipiente,
para no decir de totalmente ausencia, en que se encuentra la
también conducta de poner ATENCIÓN en este mismo
escolar trastornado, debido a las mismas causas, y son estas dos
primerísimas funciones que se tienen que rescatarse, (la del
aprendizaje y la atención o de la atención y la del
aprendizaje), puesto que forman una dualidad, que como las dos
alas de un pájaro, jalan siempre en misma dirección.
¿Cuál de estas dos conductas esenciales es la
primera?…

La atención es indispensable para construir el
mecanismo para aprender, pero…para cultivar la conducta de
poner atención, es también imprescindible la presencia
del mecanismo activo del aprendizaje. Para el cultivo y
desarrollo de la atención en estos pacientitos, es
indispensable primero que todo curar radicalmente su
sinusitis, desparasitarlo, y adicionalmente someterlos a
practicar ejercicios primarios y simples de solo hacer que fije
la mirada en un objeto cualquiera, como por ejemplo,
enseñarle durante 3 a 5 segundos la mano con cambios del
número de dedos repetidamente para que responda cada vez; un
muñeco novedoso, articulado en diferentes posiciones;
objetos interesantes para él, de diferentes formas, colores,
tamaño, como lápices de colores, metras,
fotografías de familiares y amiguitos, paquetes de barajas,
álbum con fotografías de deportistas. etc., etc., los
cuales se les señalan a 20 cms. de distancia, repetidamente
sin llegar a cansarlo y cada 5to. día, se valora su
desempeño, especialmente en el alargamiento del tiempo que
gana su atención en permanecer observando un objeto nuevo,
más que en el proceso de identificación del
mismo.

La corteza cognitiva es la específica para producir
y articular los mecanismos íntimos de la conducta de la
atención-aprendizaje, que inicia su actividad a partir de un
estímulo dado, el cual es complejamente procesado por
neuronas especiales, con la finalidad de convertirlo en una
herramienta de trabajo, como material utilitario indispensable
para ir enriqueciendo la experiencia, para, de manera cotidiana
ir enfrentando las problemáticas propias del diario
discurrir, para darle mejores y facilitadas soluciones a cada
obstáculos repetido o nuevo que de manera indispensables
impone naturalmente el ascenso evolutivo de la inteligencia. Este
nuevo conocimiento aprendido se incorpora y se depositado como
tesoro con la debida atención apropiada a su valor
intrínseco, en los núcleos subcorticales en calidad de
MEMORIA. Es así como la corteza cerebral se descarga del
lastre aprendido y siempre está libre como una esponja
absorbente, con los espacios suficientes vacíos para seguir
capturando y hospedando momentáneamente las nuevas
informaciones que son la materia prima que procesa y transforma
en conocimientos nóveles. Repito, los trastornos de la
conducta de aprender a aprender NO SON DE ORIGEN MENTAL o
PSíQUICO
, sino EXCLUSIVAMENTE ORGANICO. Argumento con el
que apoyo parcialmente a lo atestiguado por el Dr. Fred Baughman,
jr., (pediatra neurólogo) que dice: Aquí, en
Norteamérica "Están drogando a niños mentalmente
sanos, el ADHD (siglas en inglés de TFDA=trastornos
físicos del aprendizaje) es 100% UN FRAUDE",
(www.psychcr).

¿Cómo, que es un fraude? …Si no son
psicóticos, son… dígalo Ud., Sr. Neurólogo?.
Si ciertamente se refiere al tratamiento psiquiátrico como
faudulento, lo acompaño Dr. Fred, pues este es un
síndrome de naturaleza bioquímica bacteriana Y
parasitaria) netamente física (bacteriana y parasitaria), el
cual es completamente reversible con tratamiento
físico/químico, ajeno totalmente a drogas
psicoestimulantes, etc., por demás
peligrosísimas.

El descubrimiento de su etiopatogenia bacteriana y
parasitaria indudablemente lo encuentro reforzado, no solo en los
resultados exitosos rutinarios al someter a mis pacienticos a
terapia moderna radical contra las numerosas colonias bacterianas
propias de una sinusitis, sino que involucra además actuar
contra sus secuelas parasitarias intestinales. De esta manera
queda establecido, en base a los resultados favorables y
rutinarios de esta terapia, que su etiopatogenia es orgánica
y bioquímica (física). Estos resultados, apoyan repito,
el argumento del Dr. Sydney Walker III, (psiquiatra y
neurólogo) autor del libro"EL FRAUDE DE LA
HIPERACTIVADAD",
quien menciona dentro de su larga lista de
posibles desencadenantes de este irritante trastorno,
entre muchas, a condiciones "FÍSICAS BACTERIANAS Y
PARASITARIAS".

Por otro lado, LA ATENCION es un mecanismo psíquico
que logra su objetivo natural cuando el individuo a conciencia
dispone de ella inicialmente, y luego se mantiene
automáticamente fija temporal y ordinariamente mientras dura
el estímulo circunstancial que la suscitó. Por lo tanto
es una conducta incipiente que se tiene que aprenderse a
desarrollar. El tálamo óptico es el núcleo basal
del cerebro que integra la totalidad de los estímulos que le
llegan desde el exterior a través de los órganos de los
sentidos, (con la excepción de los olfatorios), y desde el
interior del cuerpo. Los recibe, los procesa, los integra y en
orden prioritario los envía a la corteza cerebral. La
toxicidad bacteriana y parasitaria también toca a este
núcleo, alterando su función integradora, lo cual se
traduce en disparos continuos tálamocorticales, sin ninguna
organización ni propósito utilitario, provocando
irritabilidad motriz e inestablidad psíquica. El niño
durante las horas de vigilia, es un "loquito insoportable" y
durante el sueño, manifiesta también su intranquilidad:
se desarropa, chasquea los dientes, cambia de posiciones
frenéticamente, pronuncia frases incoherentes, grita,
etc..

TRATAMIENTO: Estos pacientes comparten la cumbre de las
complicaciones clínicas más importantes entre las
afecciones integrantes de la estadística de la
problemática SINUPATOLOGICA, morbo
infecto-tóxico-contagioso primitivo, que la padecen al
menos, más del 80 % de la población mundial, sembrada
en cada niño(a), a los pocos meses de nacidos por su propia
madre, a través de la respiración, la tos, estornudos,
besos, etc., desde luego sin saberlo ni desearlo. La cumbre de la
estadística sinusítica además del síndrome
del trastorno de la atención-aprendizaje e hiperactividad,
la comparten otros morbos sindromáticos muy importantes por
su "benimalignidad": MIGRAÑOSAS(os), ASMATICOS((as),
DIABETICAS(os), LITIASICAS(os) VESICULARES Y RENALES,
DISMENORREICAS E INFERTILES, LAS INDIGESTAS(os), complicaciones
que sobresalen por encima de la enorme multitud del gran
archipiélago de lesiones sindromatopáticas secundarias
y terciarias sembradas en toda la geografía visceral, hijas
legítimas de la supermadre y primitiva sinusopatía
crónica.

Para combatir el Trastorno de Atención-Aprendizaje,
la conducta terapéutica tiene que ser la apropiada para
erradicar la disfunción neuronal orgánica (física)
de la corteza cerebral frontal, y consiste en someter a estos
niños (mayoritariamente masculinos) a la terapia
homeopática antisinusítica. Dos meses después de
iniciado este tratamiento, es rutina que el paciente aún
continua expulsando mucopurulencia amarilla-amarillenta, Final y
generalmente es la maestra del escolar, primero que los propios
padres la que se da cuenta del cambio favorable de CONDUCTAS,
tanto en ATENCION COMO EN RENDIMIENTO, acusada por mejores notas,
lo cual junto con la recuperación del natural reposo
psico-físico y de un sueño verdaderamente tranquilo y
reparador, le permitirá gozar de un desarrollo
psico-pondo-estatural equilibrado y apropiado.

Sin el desarrollo de LA ATENCIÓN no hay aprendizaje
nuevo DURADERO, todo lo cual impedirá que este niño
más víctima que culpable, culmine exitosamente tan
siquiera los estudios de secundaria.-

Medicina sintomática o solo
de alivio

El gran bosque de síndromes que caracteriza
el medio ambiente donde se lleva a cabo la praxis médica
contemporánea mundial, es tan gigantesco e inconmensurable,
que su follaje exuberante e intrincado no deja ver por
ningún ángulo la raíz conque necesariamente se
sustenta. Es el caso que si llegamos a tener la intuición de
curiosear para averiguar de manera concreta, la base de
sustentación que le permite mantenerse plantado firmemente,
a pesar de enfrentarse al acoso de terapias aparentemente
idóneas, pero repetidamente fallidas en su intento de
erradicarlos, nos llevaríamos con total seguridad la gran
sorpresa, al constatar que los síndromes de reciente
aparición
, todos sin excepción carecen de raíz
in situ, luego de escarbar suficientemente al pie de cada uno de
éstos.

Si todavía a comienzo de este siglo XXI,
seguimos persistiendo tosudamente en seguir protagonizando el
enfrentamiento por demás inútil por miles de veces ya
fallidos desde la propia prehistoria, contra los espejismos
sindromáticos, todos los cuales sin excepción carecen
de cuerpo y de luz propia en su etapa inicial, con el afán
ciego de quererlos curar y, que solo corresponden por NATURALEZA
a un sistema de alarma específico de un MORBO PRIMITIVO, ya
escondido, velado o a distancia, que es el verdadero
desencadenante responsable, por lo que todo el esfuerzo se debe
concentrar en buscar y descubrir para erradicarlo con toda
celeridad, lo cual produciría automáticamente el de
estas alarmas sintomáticas que sufre y expresa el paciente,
pues de seguir repitiéndose el esquema tradicional, ya
históricamente fallido, con toda la seguridad del cosmo,
seguiremos como el ganado en la época de sequía,
caminando en pos de la laguna ilusoria inalcanzable…..y la
sed y la fatiga son enemigos de la salud y de la propia
vida.

Todo proceso vital tiene su historia, que comienza
obligadamente en su origen y, en lo divino las apariciones
espontaneas se aceptan sin pedir explicaciones, pero no así
en ciencias, donde las excusas del no saberse forman una laguna
solo de carácter temporario, hasta que el legítimo
inquilino regresa y la rellena con conocimientos sólidos. La
hasta ahora incapacidad para deslastrarnos de los síndromes
ha terminado como objetivos prioritarios equivocados, lo cual
equivale a cederle el paso obligadamente a un moderno ejercicio
médico, cuyo norte es la prevención de los
síndromes, antes que seguir perdiendo el tiempo y recursos
en intentos fallidos de curarlos, con lo cual tradicionalmente
solo se ha conseguido en la práctica, que lleguen a su fase
de cronicidad, es decir, consiguen el efecto contrario al
esperado El desenfoque del diagnóstico y del tratamiento es
causado por pifia, al pretender encerrar como iguales dentro de
un mismo concepto, al morbo primitivo y al
síndrome, cuando el orden jerárquico establecido
nos enseña que para que exista este último, por fuerza
mayor tiene que haber un morbo progenitor primitivo
protagonista que lo origina
. En su etapa inicial el
síndrome como tal carece de cuerpo y luz propia, puesto que
no es un morbo genuino en sí, por lo que es imposible
esperar que a su vez reproduzca síntomas propios,
independientemente de que sus molestias se puedan exacerbar. El
síndrome es una consecuencia inevitable, semejante al ruido
del motor encendido, el cual mediante tecnología apropiada
se puede reducir de intensidad, pero para eliminarlo.
definitivamente hay que desactivar el motor específico que
lo produce.

El síndrome es el efecto y no la causa y si se
persiste en seguir martillando como objetivo primario por error
sobre éstos, seguiremos cabalgando sobre esta cabalgadura
emocional desbocada que hasta ahora solo consigue que el paciente
termine en el fondo del precipicio y el médico tratante
resbalándose en el borde del mismo. Solo la esperanza en
intuir y aferrarse a un punto de inflexión antes de este
inminente desastre, impuesto milagrosamente por tal vez un rayo
proveniente de la fuente de la inteligencia, posicionará la
razón por encima de la emoción en el puente de comando,
para que se produzca la rectificación y de esta manera
comenzar a caminar por un sendero nuevo prometedor, auspiciado
por los resultados novedosos que se obtienen concretamente de
forma rápida y automática, al someter en adelante al
paciente, sin pérdida de tiempo, al tratamiento del
proceso primitivo directamente como primera prioridad
, morbo
específico, auténticamente responsable de siembras y
cultivos de estas lesiones en las vísceras y en los
órganos de los sentidos, secuelas sindromáticas, que
terminan a su tiempo, siempre en procesos
crónicos.

Los síndromes que llegan de rutina a su fase de
cronicidad sin excepción, lamentablemente son situaciones
que dejan mucho que desear de una Ciencia Médica y que
moderna, excusable solo por no saberse y, no por negligencia o
ignorancia por ahora, luego de la prescripción habitual de
un tratamiento direccionalmente sintomatolítico exclusivo,
que a mediana data se consolidan con toda comodidad, al
desarrollar raices propias, con lo que adquieren la
categoría de morbos crónicos y ya autónomos (nunca
primitivos), tienen las potencialidades de reproducir a su vez in
situ su propio síndrome (signos y síntomas).

La duda militante proactiva de la nueva generación
de galenos, terminará más temprano que tarde, de echar
a la vera del camino por deslave natural evolutivo, el apego
acostumbrado e inveterado de aquellos colegas veteranos
inconmovibles.

La derivada naturaleza del síndrome, es un
conocimiento básico, que no deja lugar a ninguna duda. Sus
componentes objetivos: son los signos y, los subjetivos: los
síntomas. Por concepto de fuerza mayor, el cual no acepta
racionalmente ninguna duda, el alumbramiento del síndrome es
protagonizado exclusivamente por una entidad morbosa
primitiva. La forma razonable y facilitada de confirmar
esta vinculación, es activando el binomio causa y efecto.
Mediante el diagnóstico terapéutico, la Ciencia
Médica sin mediatización alguna, tiene la capacidad de
confirmar o por el contrario descartar el argumento que se
sustenta. El caso en cuestión es que al someter el FOCO
SUPERINFECCIOSO SINUSTICO
a las consideraciones de esta
metodología, los resultados que se obtienen coneste
tratamiento específico in situ, focal, puntual, se concretan
en la difuminación automática y radical del contingente
de complicaciones sidromaticas vinculantes, asentadas en las
vísceras corporales digestivas, respiratorias, sexuales
femeninas y en los órganos de los sentidos. Resultados
abrumadoramente positivos, que confirman y estimulan la puesta en
marcha de esta novedosa terapéutica.

La pérdida de tiempo en andar por las ramas y no ir
directamente a la raíz de la situación originariamente
enfermante, es básicamente una corresponsabilidad ahora
mismo y más aún a futuro del galeno, de la cual debe
estar muy consciente, puesto que no escapará a las
consideraciones legales y penales a futuro, tiempo en que la
sociedad civil, recupere el protagonismo evolutivo que le
corresponde por su naturaleza superior. Las consideraciones por
negligencia u omisión al dejar que los procesos inicialmente
irritantes y veladamente cautos en su instalación, lleguen a
desarrollarse hasta el punto de su cronicidad irreversible, les
creará irremediablemente situaciones por demás
enojosas, cuando el paciente con la ley en la mano demande
justicia.

CONCLUSION: Los síndromes tratados en solitario,
es decir, sin importar llegar a identificar y erradicar al morbo
primitivo especifico que los originó, omisión propia de
esta ya obsoleta usanza terapéutica inútil, cuya
declinación estrepitosa debe iniciarse a partir de la
publicidad de esta denuncia, porque solo consigue podar o aliviar
cuando más las lesiones sindromáticas, intentos
múltiples fallidos, que consumen insumos, dinero y sobretodo
tiempo, el cual utilizan éstas lesiones secundarias para
cumplir su meta evolutiva para hacerse crónicos.
.. A la
manera solo de un ejemplo, el cual engloba a la totalidad de este
archipiélago de síndromes sinusíticos: la
gastritis
diez años aproximadamente después de
instalada, muy a pesar de protectores gástricos, etc.,
alcanza irremediablemente su estado de cronicidad
transformándose en úlcera, y un tiempito
después, traspasa la línea de la irreversibilidad, que
empuja al paciente por dos senderos terminales: al quirófano
con suerte, o por el otro, que termina en cáncer
gástrico
.

Sinusitis y tumores
malignos

La praxis médica contemporánea tiene una gran
corresponsabilidad en la promoción y multiplicación de
los tumores malignos, cuando por negligencia, ignorancia o, por
simplemente no saberse y, a futuro por tosudez, se siga
persistiendo o insistiendo en desconocer la naturaleza
sindromatopática de un sin número de procesos
lesionantes viscerales, tomados históricamente por pifia
como morbos primitivos y autónomos, cuando en la
realidad concreta, son inicialmente solo síntomas y signos
in situ, que a su debido tiempo se hacen crónicas y
adquieren cuerpo, convirtiéndose en lesiones derivadas
primarias (nunca primitivas), todas las cuales se
clasifican específicamente por su naturaleza, como
lesiones sindromatopáticas o sindromáticas o
síndromes
y no son mas, que generaciones de
complicaciones derivadas, que van apareciendo como por
generación espontanea solo aparentemente (porque
nó es verdad), en las vísceras tubulares continuas que
componen los aparatos digestivo y respiratorio, como secuela de
la actividad metastasiante de la supermadre infección
sinusitica, cuya mucopurulencia tóxica (infecciosa e
inflamatoria), tiene luz verde para transitar sin obstáculo
alguno, desde la rinofaringe a todo lo largo de estos sistemas,
molestias sindromáticas, de inicio por supuesto benigno,
como ejemplo, el síndrome gastrtis, el cual se compone de a)
signos: la erosión de in situ de la mucosa
gástrica, etc, y b) síntomas: la acidez
gástrica, etc., de aparición y desarrollo lineal, todas
las cuales se van desarrollando de manera
sistemática.

El proceso infeccioso benigmaligno sinusítico o
sinusopático
, cuya estrategia por milenios, ha sido la
de enmascararse detrás de su archipiélago de
complicaciones sindromáticas teledirigidas, a todas las
cuales las retoca y maquilla continuadamente, con lo que hasta
hoy día y con toda seguridad, las seguirá pasando con
el sigilo acostumbrado de siempre como "lesiones primitivas", tal
vez hasta por el resto del presente siglo XXI. Hazaña que ha
logrado la desinhibida sinusitis con la misma estrategia del lobo
disfrazado de ovejita, con todo éxito por lo visto, ante los
ojos adormilados, especialmente del gremio médico mundial,
quién la cataloga como un procesito infeccioso totalmente
minusválido, pues según su entender y conocimientos no
pasa de una simple "gripecita" y con tal vez una que otra
molestia muy ligera en la nariz, cuando más.

La esencia del problema que desencadenamos nosotros los
médicos, tanto los especialistas como los generales, por
fuerza de la costumbre inveterada, estriba, en que cuando estamos
frente a una lesión especialmente visceral, cometemos
cotidianamente el error de "saber" de entrada el diagnóstico
y el tratamiento, sin nunca importarnos la naturaleza de su
presencia y el desarrollo de estas importantes por comunes y
sufrientes afecciones de naturaleza sindromáticas, es
decir, que cometemos el error básico de pasar por alto, que
un síndrome es el conjunto de signos y síntomas que se
originan solo de un morbo primitivo. Afectaciones
sindromáticas que en solitario, por su carácter de
telesustentada a distancia, está blindada para resistir la
terapia acostumbra, ya obsoleta, que solo consigue en la
práctica terapéutica repetitiva, un resultado de poda
de su follaje cuando más.

Igual que arar en el desierto, el tiempo consumido en
los repetidos tratamientos para erradicarlas, solo se quedan en
la intensión, ya que su real raíz, repito, está
situada a distancia considerable del blanco enfocado y atacado,
es decir, en los senos paranasales que es el asiento de la
siempre presente sinusopatía crónica, tiempo
improductivo que para el paciente significa sufrimiento,
estrés y lágrimas, pero que contrariamente lo utiliza
el síndrome para enraizarse propiamente, lo cual le da
estatus de cronicidad, autonomía y potencialmente tiene la
capacidad para abriese camino por sí mismo, al producir su
específico síndrome in situ, es decir, alcanza su
mayoría de edad, y ya con experiencia sobrada para salir
airoso en los combates sucesivos que seguirá enfrentando,
con total seguridad alcanzará la meta intermedia por
demás peligrosa de la prefijada interfase de la
irreversibilidad, preámbulo de la segura futura visita al
quirófano donde terminará con suerte su odisea, como
lesión premaligna o definitivamente como tumor canceroso. Si
seguimos tomando estas importantes, por comunes y sufrientes
afecciones sindromáticas tradicionales e históricas,
como morbos silvestres y primitivos, olvidándonos que
detrás de todos éstos, con toda honestidad está la
mano peluda de la siempre presente y velada superinfección
sinusopática, seguiremos cosechando fracaso tras fracasos,
puesto que ningún síntoma se cura atacándolo en
solitario y solo se consigue cuando más velar su intensidad,
mientras él conquista su añorada cronicidad.

Conducta médica sindromatolítica condicionada,
que solo por intereses mezquinos se podría seguir
defendiendo y ejecutando, la cual se debe comenzar desde ya a
desmontarse por anacrónica e impropia de una praxis que se
autocalifica de moderna. Contribución muy modesta de
comienzo, que se espera sea acogida y fructifique en un gran
número de Colegas a escala mundial, sensibilizados para
entreabrir la puerta de la curiosidad militante, para que la luz
de un nuevo amanecer esperanzador, como punto de inflexión,
comience a iluminar la reserva de la conciencia moral, para
mostrar nuestra condición humana con sublime humildad y
disponernos a aceptar y darle la bienvenida a las necesarias
correcciones propositivas que nos impone la senda evolutiva,
hacia metas superiores, en alas de los nuevos conocimiento
renovadores. A futuro, solo como reseña histórica y con
todo respeto, debe traerse a colación esta envejecida y
moribunda práctica médica, porque por siempre
habrá que agradecer a sus creadores iniciáticos, su
aporte histórico como los primeros pasos que se dieron en la
difícil tarea de comenzar a andar por el camino evolutivo,
creador de la ciencia, sin miedo a cometer errores.

La conducta médica en adelante tiene que ser
repotenciada, comenzando tan solo con auspiciar el intento de
hacerla distinta, puesto que debe entrar en consideración en
el momento que ocurre el diagnóstico, sopesar concientemente
la potencial gravedad que conlleva confundir una lesión
(sindromática) de cualquier orden generacional, ya primaria,
secundaria, etc., cuya adjetivación como síndrome de
por sí, la erige como una afección de carácter
metastasiante e incurable in situ y por lo tanto, de origen
teleimplantado, desde distancia significativa, es decir, por una
sinusopatía crónica, Sindromepatía que
naturalmente es también telesustentada y repotenciada
permanentemente por su raíz progenitora originaria y
verdaderamente primitiva, la que la vigila y protege, de
la misma manera que aceptamos de rutina como necesario y natural,
que una humana o hembra animal, cuida y protege su descendencia,
hasta que por sí sola pueda autosostenerse, con lo que
asegura su reproducción y la sobrevivencia de la
especie.

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