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La mecanización de la producción de tabaco en Cuba. Antecedentes históricos. Actualidad y perspectivas



  1. Antecedentes
  2. La
    introducción de la máquina para hacer tabaco en
    Cuba
  3. La
    etapa post revolucionaria
  4. El
    proyecto de tabaco mecanizado cubano
    (1999-2010)
  5. Tecnología utilizada en la
    actualidad
  6. Bibliografía

ANTECEDENTES

El tabaco ha tenido históricamente
tres formas fundamentales de consumo por el ser humano
(Convertido en jugo; reducido en polvo y volatizado en forma de
humo)

El predominio de una forma sobre otra fue
determinado, en gran medida, por el desarrollo tecnológico
y la mecanización de la industria tabacalera.

Segunda mitad siglo XIX. Se obtuvo en EEUU
una hoja de tabaco más suave y lustrosa (Virginia Brigth o
Rubio) mediante un proceso artificial de secado, lo que
permitió emplear una picadura menos fuerte en la
confección de cigarrillos.

El impulso principal de esta forma de
consumo fue la invención de una máquina que lograba
cigarrillos más acabados, con mayor eficiencia y a un
costo más bajo.

Se popularizó el consumo de
cigarrillos al ponerlo al alcance de sectores sociales de menores
ingresos.

La primera noticia que se tiene de una
máquina para liar cigarrillos fue comentada luego de una
exposición comercial en París (1867).

Otra referencia aparece en
periódicos de la época de la misma feria adjudicada
al cubano José Susine y Rioseco, propietario en Cuba de la
fábrica de cigarrillos Real e imperial Factoría de
"La Honradez".

A pesar de sus limitaciones
técnicas, la máquina de vapor empleada en "La
Honradez" llegó a producir 40 millones de cajetillas que
fueron enviadas a América del Sur, Estados Unidos y
Europa.

Por ese mismo tiempo la producción
mundial de cigarrillos sobrepasó los aumentos de la
cubana. La tecnología en esta esfera de la
producción, en especial la norteamericana, se había
perfeccionado, dejando atrás la existente en el
país.

En las fábricas norteñas, en
1872, comenzó a funcionar la máquina Hook;
en

1879, la Emery; y, en 1881, la Bonsak. Esta
última, perfeccionada, logró liar entre 750 y 1000
cigarrillos por minuto. Ella, junto con otras máquinas
mejoradas, sentó las bases para que se organizaran las
primeras corporaciones tabacaleras en el mundo.

Qué sucedió mientras tanto
con la mecanización del tabaco torcido?. En realidad no se
reaccionó con la misma prontitud que en el cigarrillo en
el mundo.

La idea de la mecanización en el
torcido en el caso de Cuba surge, curiosamente, desde el siglo
XIX.

Este tema se discutió en la Sociedad
Económica de Amigos del País, donde se trató
el uso de las máquinas en la industria estableciendo la
tesis de que: Inicialmente traería como consecuencia el
despido de muchos obreros, pero por otra parte, el aumento de la
producción permitiría vender a más reducidos
precios debido a la disminución de los gastos de
producción. Esto afectaría indudablemente a los
pequeños productores, obligándolos en muchos casos
a cerrar sus fábricas.

LA
INTRODUCCIÓN DE LA MÁQUINA PARA HACER TABACO EN
CUBA

Cada intento por introducir la
máquina para la producción de tabacos en Cuba
estuvo vinculado un amplio movimiento de luchas obreras que se
oponían.

Este rasgo caracterizó el proceso
durante toda la seudo república hasta el triunfo de la
Revolución.

Para su estudio podemos dividirlo en dos
etapas fundamentales (1925-1930 y 1930-1955)

Primera Etapa (1925-1930)

Noviembre 1925, los señores
José María Villamil, Benito Santalla y Enrique
Berenguer, obtuvieron de la American Machine and Foundry Co. Un
contrato para operar en Cuba máquinas de hacer tabacos
mediante el pago de un royalty sobre el millar de tabacos
producidos.

De esta forma quedó constituida la
Compañía Tabacalera Nacional que se instaló
en la calle Pedroso No.2, esquina a Cruz del Padre, en el
Cerro.

Poco tiempo después, la
Compañía Tabacalera Nacional se fusionó con
la firma "Por Larrañaga", la cual se encargaba de la
distribución del producto.

La primera reacción de los obreros
no fue hostil a la innovación, más bien fue de
expectación, aguardando el fracaso de aquel artefacto al
cual no se le consideraba capaz de sustituir las manos virtuosas
de los tabaqueros.

La compañía operadora
estableció una exhibición en la calle San Rafael,
frente al Centro Gallego, para promover el proyecto, en la que se
podía ver a mujeres manipulando las
máquinas.

La relativa calma no duró mucho.
Pronto los torcedores reaccionaron frente a lo que se estaba
gestando.

En marzo de 1926 comenzó la
campaña contra la introducción de la
máquina. En breve tiempo el reparo se hizo nacional y
abarcó a todos los sectores laborales del país, la
mayoría de los cuales se solidarizaron con los
torcedores.

Con la agudización de las protestas
se inició el 11 de septiembre de 1926 una huelga en la
fábrica "Por Larrañaga". Unido al paro se produjo
un boicot de los productos de la misma marca que motivó la
causa 193 del año 1927.

La Unión de Fabricantes de Tabacos y
Cigarros, que agrupaba a los dueños de fábricas,
comenzaron también a manifestarse en contra de los cambios
introducidos en la fabricación de tabacos.

El 11 de octubre de 1926, esta
organización dio a conocer, en el periódico El
Mundo, una exposición dirigida al presente de la
República en la cual se analizaba la situación de
la industria y el problema de la maquinización.

Principales aspectos abordados:

Que no es perturbando nuestra industria con
sistemas exóticos como habremos de lograr una
mejoría de nuestra situación, sino mediante
propaganda adecuada, persecución de falsificaciones y,
principalmente, llevando a cabo arreglos parciales en beneficio
de nuestro producto.

Con relación al mercado local, se
expresa que la introducción de las máquinas
conllevaría la ruina de los pequeños productores
(elaboradores del 80% de la producción local), al no poder
introducir una máquina prohibitiva para ellos por su
costo.

Que el mercado caería en manos de un
grupo pequeño de grandes productores.

La población tampoco se
beneficiaría ya que el 60% del consumo del torcido local
se detalla a cinco centavos, precio que difícilmente
podría abaratar la fabricación
mecánica.

Relativo a los torcedores, reconoce el
documento que son los directamente afectados, ya que en
número considerable de ellos quedarían sin trabajo
y con pocas posibilidades de adquirir nuevos empleos dada la
difícil situación económica por la que
atravesaba la nación.

Los fabricantes consideraron que, por no
haber alcanzado las máquinas el grado suficiente de
perfeccionamiento, el empleo de las mismas podría
perjudicar la fama de nuestro tabaco, y que era patriótico
no ceder ante esto.

Se planteó, además, que la
introducción de la máquina permitiría una
gran fuga de reservas monetarias, ya que sería necesario
pagar el alquiler de las máquinas, traer piezas de
repuesto y técnicos extranjeros que aumentaría la
sangría de divisas del país.

En la parte final del documento, como un
medio de solución al problema, se pide el nombramiento de
una Comisión mixta que pudiera dar solución a la
situación planteada.

Como consecuencia de esta campaña en
muchos lugares del país se gravaron con altos impuestos la
introducción de las máquinas en sus respectivos
municipios.

Enrique Berenguer, uno de los principales
dueños del negocio, elevó hasta el presidente de la
República su protesta, por lo cual éste se vio
obligado a dictar una resolución en la que se dejaba sin
efecto los gravámenes aplicados en las respectivas
jurisdicciones.

En toda esta etapa se desarrolló una
intensa campaña mediática que se hizo eco de las
maniobras para imponer la máquina en la producción
de tabacos.

Como consecuencia, el Gobierno de Machado
se vio obligado a dictar el decreto No.266, el cual fue publicado
en la Gaceta Oficial de fecha 4 de marzo de 1927, con el que se
obligaba a distinguir los tabacos producidos a máquina
mediante la un sello que dijera: Hecho a Máquina o Machine
Made.

Esta disposición gubernamental fue
un obstáculo para lo que pretendían introducir la
fabricación de tabaco a máquina ya que los
consumidores, por la propaganda desplegada y el hábito de
fumar los tabacos hechos a mano, consideraban que los hecho a
máquina eran inferiores en calidad.

El 12 de julio de 1927 se dictó la
Ley mediante la cual se creó la Comisión Nacional
de Propaganda y Defensa del Tabaco Habano, donde se libraron
múltiples debates vinculados con el controvertido
tema.

A este organismo se le asignaron
múltiples funciones relacionadas con los intereses del
tabaco habano, y como solía suceder con estos organismos
en la etapa neo colonial, con el tiempo sus funciones fueron
degenerando hasta convertirse en un nido de burócratas con
altos sueldos, defensores de los intereses de un pequeño
grupo de grandes fabricantes.

En el seno de esta organización se
promovió un intenso debate que enfrentó los
criterios de los Torcedores, de los productores y de los
defensores de la mecanización.

En la sesión extraordinaria
celebrada el 17 de julio de 1927 se tomó el acuerdo de
declarar ruinoso para la industria tabacalera cubana el sistema
de hacer tabacos a máquina.

Se desarrolló en todo el país
una amplia campaña para promover el triunfo que tuvo el
apoyo de las autoridades locales y sirvió como plataforma
de propaganda política y electoral para los
políticos.

A principios de 1930, una nueva junta
directiva de la fábrica "Por Larrañaga" que se
había mantenido en huelga durante cuatro años,
analizó el asunto y consideró oportuno llegar a un
acuerdo con los trabajadores para poder hacer frente a los
problemas económicos de la empresa.

Se emite un laudo en el que se recogen los
aspectos siguientes: se reconoce que ha utilizado el nombre y
prestigio mundial de esta fábrica para la
elaboración mecánica de tabacos usurpando un
derecho legítimo ganado por los obreros y que no
utilizarán ninguna marca reconocida en la
producción de tabaco mecanizado y que todo el personal que
desconoció la huelga y continuó trabajando fuera
separado de sus puestos.

El laudo constituyó un triunfo para
los torcedores y todos aquellos sectores que se opusieron a la
implantación de la máquina de torcer
tabacos.

La publicación del laudo no
sentenció la desaparición del método
mecánico de torcer tabaco. La fabricación
continuó realizándose con marcas no reconocidas o
nuevas.

Así finaliza esta primera etapa de
las luchas obreras contra la mecanización de la
producción de tabaco.

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Segunda etapa (1931-1951)

Hacia finales de los años 1930, se
producen nuevos tanteos para introducir la máquina en el
torcido del tabaco.

La profunda crisis de los años 30
generan otro escenario para esta problemática.

Decrecimiento de las exportaciones de
tabaco desde 41 millones de pesos en

1926 a solo 13 millones en 1931.

Pérdida de mercados, principalmente
EEUU.

Crecimiento de productos de tabaco en casi
todos los países para atender la demanda
interna.

Medidas proteccionistas a sus producciones
nacionales.

Segunda Guerra Mundial: algunos
países comienzan a considerar al tabaco como
artículo de lujo; priorizan importaciones de otros
productos; feroz competencia de productores extranjeros,
falsificaciones de marcas y origen, generalización de
producción mecanizada en el mundo, principalmente en
EEUU.

EEUU.- en 1918 solo tenía 16
máquinas de torcer tabaco y en 1936 ya
tenía

3683, utilizando básicamente materia
prima cubana.

Todo este nuevo escenario modifica la
visión cubana sobre la mecanización de la
producción de tabaco.

El 28 de febrero de 1944 un grupo de
grandes fabricantes solicitan al Ministro del Trabajo la
introducción de la mecanización en la industria
tabacalera, como único medio eficaz de recuperar los
mercados exteriores y evitar la crisis que ya se hacía
evidente.

El 14 de agosto de 1944, con igual
propósito, se envió un documento al Ministro de
Agricultura en el que se reiteraba el pedido de la
mecanización. De esta forma, el gobierno que se inaugura
el 10 de octubre, presidido por Ramón Grau San
Martín, encontró ante sí la demanda de los
magnates del tabaco.

Las organizaciones obreras se vieron en la
necesidad de atender el problema y, en el Congreso de la
Federación Tabacalera, efectuado el propio año
1944, se decidió nombrar una Comisión que se
encargaría de los estudios de la situación creada
por las gestiones de los fabricantes. Cambio de visión del
problema como única alternativa para atender la
pérdida de los mercados y el desempleo de los
trabajadores.

Intervención de Blas Roca en la
fábrica de tabacos "La Cayuga"en Guanabacoa

(8 marzo 1945) tema "" Tabaco y
Economía de Post Guerra:

"Cuba restablecería la industria del
tabaco mediante la adopción de los métodos de
producción en gran escala que se usaban en Estados Unidos,
a fin de que la totalidad de la rama cosechada se elaborara en el
país para pasar, de esta forma, de exportadores de materia
prima a la de exportadores del producto terminado"

Decía Blas que este era un modo
estrecho de ver las cosas, y que mientras Cuba en 1928
frustró el intento de introducir las máquinas, los
competidores cubanos perfeccionaron los procedimientos
mecánicos y aumentaron su producción. Estados
Unidos, que en 1919 solamente producía 2,5% de su
producción de tabaco a máquina, en 1938
producía el 80% por este método.

Blas consideraba que el aumento en el
volumen de la producción daría empleo a todos los
torcedores e incluso requerirían muchos cientos más
en las labores conexas, tales como la fabricación de
envases, la litografía, entre otras.

El 21 de junio de 1945, el Club Rotario de
La Habana analiza el problema con el tema "Nuestro tabaco en la
posguerra"

La Comisión Obrera comenzó
sus labores el 21 de junio de 1945. Se reunieron en esa
oportunidad los obreros y representantes de los dueños de
fábricas y acuerdan proponer las siguientes
exigencias:

Primero: De establecerse las
máquinas, que sea en base a un subsidio para los obreros
afectados.

Segundo: Que cada máquina que se
instale representara un subsidio para el número de obreros
que desplace, estén o no en la
producción.

Tercero: Que debía ser tenido en
cuenta lo que se refiere a la no producción para el
consumo nacional, a la hora de discutir sobre la
mecanización de la industria.

Posiciones adoptadas por los distintos
sectores sociales ante la mecanización del torcido del
tabaco.

1. Los grandes productores de tabaco
torcido aspiraban a introducir la máquina desde
hacía mucho tiempo para aumentar sus exportaciones
abaratando el producto y, además, monopolizar el mercado
Nacional y eliminar a los pequeños y medianos
productores.

2. Los medianos y pequeños
productores no se oponían a la mecanización sino
que no aceptaban la producción mecanizada para el mercado
nacional ya que esto significaría la ruina.

3. Los cosecheros, que en reiterados
documentos se habían opuesto a la mecanización en
la década de los años 20, mantuvieron
después de terminada la guerra, que era necesaria la
tecnificación no solo de la industria sino también
de la agricultura para que nos permita competir con éxito
en los mercados internacionales, no solo a base de calidad sino
también de precio.

4. La clase obrera adoptó una
postura diferente. No rechazó categóricamente la
introducción de la máquina, sino que exigió
que perjudicara lo menos posible a los trabajadores.

5. El gobierno, por su parte, acogió
la petición de los fabricantes y, a través de sus
personeros más autorizados, expresó la necesidad de
la mecanización.

El 9 de marzo de 1950, el Consejo de
Ministros del gobierno de Carlos Prio Socarrás, a
proposición de Carlos Hevia, Ministro de Agricultura,
aprobó el Decreto 1073 oficializado la mecanización
del torcido para la exportación y el mercado
nacional.

La repercusión del Decreto fue
inmediata y explosiva. Múltiples fueron las acciones
contra el Decreto. La más explosiva fue la llevada a cabo
en la zona

central del país, especialmente en
Cabaiguán, donde incluso se tomó el ayuntamiento de
aquel municipio.

Ante las grandes protestas que se
originaron, al gobierno no le quedó más remedio que
acceder a lo que se pedía y mediante el Decreto No.2893 de
12 de julio de 1951, suspendió la vigencia y
aplicación del párrafo primero del
artículo

2do. Del Decreto 1073, relativo a la
fijación de una cuota de tabacos elaborados por
procedimiento mecánico.

De esta forma los trabajadores del tabaco y
el pueblo en general infligían al gobierno, los magnates
del tabaco y a los "dirigentes" de los sindicatos oficiales, una
aplastante derrota.

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LA ETAPA POST
REVOLUCIONARIA

De esta etapa hay bastante poca
información estudiada y procesada.

En estos años se atendieron otros
problemas más importantes vinculados con la propiedad de
las tierras, marcas, fábricas, etc.

Con el triunfo revolucionario se eliminaron
las contradicciones fundamentales que motivaron la
oposición obrera a la mecanización de la
producción de tabaco y en sentido general en toda la
industria.

Las máquinas se incorporan a las
fábricas tradicionales que producían tabaco torcido
a mano.

En la década de los años 80
nuestras principales producciones y exportaciones se hicieron con
destino a los ex países socialistas de Europa del Este y
no superaron la cifra de los 50 millones de unidades.

Las producciones se redujeron a un
pequeño grupo de marcas y formatos.

La comercialización de estos
productos se hizo a través de las mismas estructuras
comerciales de Habanos s.a. a partir de su constitución en
1994.

EL PROYECTO DE
TABACO MECANIZADO CUBANO (1999-2010)

A finales de la década de los 90 y
luego de visitar varios mercados internacionales, se hizo
evidente que Cuba no se estaba beneficiando de las oportunidades
que brindaba en el mercado internacional la producción y
comercialización de los productos mecanizados de
tabaco.

En su conjunto, el consumo mundial de
tabaco mecanizado, al inicio del presente siglo, se estimaba en
una cifra cercana a los 15 mil millones de unidades al
año, de las cuales unos 500 millones eran productos
fabricados con tabaco 100% natural. Al cierre del 2006
cerró en 21 mil 178 400 millones.

La columna vertebral del Proyecto
Mecanizado lo constituyó Internacional Cubana de Tabacos
S.A., empresa creada en 1999 y cuyas producciones comenzaron a
realizarse en el mercado a partir del 2001. El primer año,
las unidades apenas llegaron a los 25 millones. En el 2007
sobrepasamos la barrera del centenar de millones con 115 millones
vendidas en ese período. Entre el

2008 y 2010 las ventas han rondado estas
cifras, a pesar de las graves afectaciones que han provocado las
cada vez más agresivas leyes antitabaco en muchos
países del mundo. Con estas cifras alcanzamos casi un 25%
de participación del mercado mundial de tabaco mecanizado
100% natural.

La denominación de origen cubano, el
producto 100% natural que vendemos, la materia prima de calidad
inigualable en el mundo y una tradición centenaria avalan
la calidad y aceptación de los mecanizados
cubanos.

Hoy ICT S.A. produce y comercializa en todo
el mundo y en el MID 10 marcas y unas 60 presentaciones o
referencias.

Diferentes etapas han ido marcando este
desarrollo. Inversiones para ampliar capacidades industriales,
montaje de una planta de procesamiento de materia prima para la
elaboración de las ligas, construcción o
mejoramiento de cámaras de congelación y oreo,
mejoramiento en equipos y personal del Laboratorio de Control de
la Calidad, presencia en el mercado de nuevas referencias y
marcas. Todo ello, complementado con la creación a inicios
de 2005 de Promocigar S.L., empresa comercializadora
internacional del tabaco mecanizado cubano.

Actualmente trabajamos en los cambios
tecnológicos para incrementar las máquinas de
sistema de bobinas, en sustitución de las máquinas
líadoras tradicionales y hemos concluido el estudio de
factibilidad para construir una planta de producción de
cortes de capa y capote en bobinas que sustituya el trabajo que
hoy se realiza en una planta similar en Filipinas, con el
propósito principal de garantizar el creciente flujo
productivo en Internacional Cubana de Tabacos, S.A. y evitar el
efecto de contingencias naturales o de otro tipo que pongan en
riesgo la seguridad de la producción.

El objetivo estratégico es alcanzar
entre 200 y 300 millones de tabacos en los próximos 10
años.

Las exportaciones de tabaco mecanizado
cubano aportaron el 51% de todas las exportaciones de tabaco del
país en el 2007 en unidades y el 8% en valores.

La producción y
comercialización de tabaco mecanizado cubano crecieron
desde el 2001 al 2008 a una tasa promedio anual de un 26%. En
todos estos años hemos producido y vendido más de
600 millones de tabacos en todo el mundo.

La presencia del tabaco mecanizado cubano
llega hoy a unos 120 mercados internacionales en todos los
continentes y a la mayoría de la red internacional de
tiendas en Duty Free y Travel Retail.

Para garantizar la continuidad del
desarrollo de este producto, funciona con carácter
permanente el Grupo de Tabaco Mecanizado Cubano, integrado por
directivos y especialistas del Grupo Tabacuba e Internacional
Cubana de Tabacos, S.A, cuyo objetivo es proyectar y evaluar la
marcha de la producción y comercialización del
tabaco mecanizado cubano a nivel internacional.

En toda esta estrategia juega un importante
papel el mercado doméstico cubano, donde se venden
más de 8 millones de unidades anuales y que por sus
características, constituye un importante laboratorio para
evaluar nuevos proyectos y la validez de los objetivos
estratégicos propuestos.

El tabaco mecanizado cubano no es ni un
complemento ni competencia del tabaco cubano torcido a mano o
Premium. (Concepto importante). Es otro producto, dirigido a un
segmento de mercado diferente al del Premium hecho a mano,
elaborado con materia prima cubana de igual calidad, con
denominación de origen Habanos, utilizando las mismas
marcas, excepto Guantanamera que es una marca propia de nuestros
productos y respetando la composición de las ligadas de
cada marca.

TECNOLOGÍA
UTILIZADA EN LA ACTUALIDAD

ICTSA dispone de más de 60
máquinas de liado. De ellas 48 Sistema Tradicional y 18
Sistema de Bobinas.

La tecnología utilizada es de los
años 1920, de procedencia holandesa, marca PMB Modelo
MIR.

Su capacidad productiva depende de la
regulación de su velocidad de trabajo. En ICT las tenemos
a 15 RPM en el ST y 18 en el SB, lo que da aproximadamente 840 y
945 cigarros por hora respectivamente.

Para lograr los objetivos
estratégicos estamos reconvirtiendo las máquinas a
SB y ampliando la capacidad del taller de liado.

La capacidad de producción es de
unos 500 mil cigarros diarios.

BIBLIOGRAFÍA.-

Duarte Hurtado, Martín. La
Máquina Torcedora de Tabaco y las Luchas en torno a su
implantación en Cuba. Editorial Ciencias Sociales. La
Habana. 1973.

Ortiz Fernández, Fernando.
Contrapunteo Cubano del Tabaco y el Azúcar.
Jesús

Montero, La Habana 1940.

Rivero Muñiz, José. Tabaco,
su historia en Cuba. Instituto de Historia,
Comisión

Nacional de la Academia de Ciencias de
Cuba, La Habana, 1964-65 2 T.

Historia del Movimiento Obrero Cubano.
1865-1958. Tomos I y II. Editora

Política. La Habana.
1985.

Plan de Negocio año 2005 al 2009.
ICT-ALTADIS. 20 de mayo del 2004. (Incluye

Plan Comercial y Proyecciones
financieras.

La Comercialización del tabaco
mecanizado Cubano. Promotora de Cigarros S.L. Julio del
2004.

Estudio de Factibilidad Económica
para la creación de la empresa comercializadora PROMOCIGAR
S.L. CONAVANA S.A. 27 de octubre del 2004.

Reporte Estadístico de la
Comercialización Mundial del Tabaco 2006 y 2007. ERC Group
Ltd.

Estadísticas Comerciales
Internacional Cubana de Tabacos. 2001-2008. Cierre enero
2009.

Anuario Estadístico Cuba 2007.
Oficina Nacional de Estadísticas Cuba.

 

 

Autor:

Miguel Vladimir Rodríguez
González

Licenciado en Periodismo de la Universidad
de La Habana. Master en Ciencias Empresariales de la Universidad
de La Habana. Trabajó como especialista comercial de la
empresa productora y comercializadora del tabaco mecanizado
cubano Internacional Cubana de Tabacos S.A. En la actualidad es
Brand Manager de la empresa POMOCIGAR, S.L., comercializadora
internacional del tabaco mecanizado cubano, radicada en Madrid,
España. Es miembro del Grupo de Tabaco Mecanizado Cubano
del grupo TABACUBA. Profesor Asistente de las Facultades de
Comunicación y de Turismo de la Universidad de La Habana y
del Centro de Entrenamiento de la Asociación Cubana de
Comunicadores Sociales. Miembro de la Asociación Cubana de
Comunicadores Sociales (ACCS).

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