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Pildoras para una buena comunicación: Padres vs adolescentes



Partes: 1, 2, 3

  1. Introducción
  2. Lo que los padres
    deben saber sobre sus hijos adolescentes
  3. Los diez problemas
    más graves entre los adolescentes
  4. ¿Cómo
    entender a los padres? Guía para
    adolescentes
  5. Lecturas de
    reflexión para padres e hijos
  6. Bibliografía

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Introducción

¡Maravillosa Tarea!

Ser padre o madre es una de las tareas más
difíciles de nuestra vida y a la vez una de las más
importantes.

Cuando nos convertimos en padres, la preocupación
principal es la educación de nuestros hijos y el deseo de
inculcarles principios y valores firmes para que sepan
enfrentarse a los continuos desafíos de la
vida.

En este material que le entregamos, proponemos la
adopción de un tipo de comunicación abierta y
honesta con sus hijos.

Este es el mejor método para ayudarlos a crecer
en un ambiente de amor y respeto. Les permitirá tener
confianza y seguridad en sí mismos y los capacitará
para tomar sus propias decisiones con acierto.

Al aprender a comunicarnos en forma adecuada
fortalecemos sus valores y la relación familiar. Al mismo
tiempo les brindamos mejores posibilidades para enfrentarse al
mundo como adultos.

Deseamos que con la lectura de esta guía, ustedes
se sientan mejor capacitados para conversar con sus hijos.
Sabemos que al aumentar la frecuencia y calidad del
diálogo contribuimos a formar familias sólidas en
las cuales sus miembros se respeten unos a otros, reconozcan sus
valores y se beneficien con el amor.

¡Porque estar con los

Hijos es chévere!!

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CAPÍTULO I

Lo que los padres
deben saber sobre sus hijos adolescentes

1.1 ¿Cómo mejorar la
comunicación entre padres e hijos?

La adolescencia es un momento de crisis. Hay muchos
aspectos para simbolizar en cada singularidad y la necesidad de
articular nuevos lazos en los vínculos familiares.
¿Cómo dar lugar a esta nueva etapa en medio de las
exigencias de la vida cotidiana de los padres e hijos?

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Los adolescentes atraviesan por importantes cambios:
corporales, psíquicos y sociales. Esto les exige un nivel
de elaboración que siempre va por detrás del
vértigo que vivencian. Por otro lado, los padres deben
repensar la relación con sus hijos que ya no son
niños, pero tampoco adultos.

Apariencias que
¿engañan?

La comunicación se dificulta porque muchos
adultos se quedan con lo que los adolescentes aparentan.
Así es como ven seres intolerantes, "que se la
saben todas", desinteresados por compartir espacios
familiares, sin afecto y carentes de cualquier interés por
escuchar la palabra de sus progenitores.

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Pura hostilidad

Los padres, demandados por la vida cotidiana, el
trabajo, los problemas económicos, la pareja, los otros
hijos, etc. ven allí donde antes había un
niño dulce, gracioso y afectuoso, un "monstruo"
que los odia, los desvaloriza y ya no los necesita; alguien que
no puede parar de responder con gritos, bromas y gestos
desagradables.

La otra cara

Esta imagen debe ser superada. Tendrán que
acercarse a ellos y acompañarlos; saber qué sienten
y cómo están, orientarlos y continuar con su
educación.

Qué y cómo hacerlo es una cuestión
delicada.

Es preciso tomar distancia, mantener el lugar de
adultos. No creerles lo que aparentan y saber que necesitan
pelearse para crecer. Todo esto hay que permitirlo en un marco de
respeto.

Compartir para comprendernos

Fomentar la comunicación en esta etapa, no es
sentarlos a hablar o interrogarlos, tampoco se trata de
revisarles sus pertenencias en un intento desesperado de saber en
qué andan.

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Es necesario generar espacios en común, en donde
el diálogo aparezca espontáneamente. Espacios
simples, como "hacer nada juntos", hasta actividades
más programadas como un viaje un fin de semana. Lo
importante es que la charla surja en un ambiente distendido y
aparezcan las ganas de compartir desde el interés
amoroso.

La relación entre padres e hijos adolescentes es
un equilibrio entre límites, contención y la
promoción de un lugar para el despliegue de la
singularidad de cada uno.

1.2 COMO COMUNICARSE CON LOS HIJOS
ADOLESCENTES

Uno de las tareas más importantes (y
complicadas) de los padres de adolescentes es mantener siempre
abiertas las vías de comunicación. Aquí
ofrecemos algunos consejos sobre cómo comunicar con hijos
adolescentes
.

Dar mensajes claros. Es un error decir a la
misma cosa "no" un día y "sí" otro día a tu
hijo adolescente, salvo que las circunstancias han cambiado. Dar
mensajes claros ayuda a crear una base de confianza, fomenta el
buen comportamiento y ayuda a bajar los niveles de estrés
en una familiaAprender a escuchar y responder con respuestas que
incentivan la comunicación y eviten que tu adolescente
salga del salón de un portazo. Emplear un tono positivo y
utilizar lenguaje corporal afirmativo mientras hablas.

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Tratar a tu adolescente con el mismo grado
de respeto con el que esperas que te trate a ti. No le insultes
nunca, no le ridiculices tampoco.Dar mensajes afirmativos. Cada
vez que se presente la ocasión, recordarle que le quieres.
Cuando se ha arreglado, dile que esté muy guapo. Cuando
ordena su habitación sin que se lo hayas pedido,
coméntaselo de tal forma que se sienta orgulloso (aunque
no te lo vaya a demostrar)No pierdes el genio y no grites. Si
empiezas a gritar, la capacidad receptiva de tu adolescente se
bajará a cero. Hay momentos en los que todo adolescente
cree que sus padres no le comprenden, que le hacen la vida
imposible. Y cuando gritamos por frustración o rabia, solo
conseguimos alejarles más. Si crees que vas a perder los
papeles, suspende la conversación para retomarla en un
momento en el que has logrado sobreponerteSer preciso y dar
detalles sobre lo que esperas de tu hijo. Puedes escribir un plan
y pegarlo en la refrigeradora como recordatorio. Siempre es bueno
escribir sobre papel reglas y acuerdos importantes, porque
así ambas partes pueden consultar el papel cuando surja
una confusión sobre una norma específicaNo
menospreciar nunca a tu hijo cuando estás enfadado o
triste. Si algo que hace o dice te enfada o entristece de
sobremanera, dile que no estés en condiciones de seguir
una conversación antes de alejarte. Es peligroso ignorarle
o dejar de hablarle y seguir tan normal con otros miembros de la
familia, porque solo conseguirás distanciarle cada vez
másEvitar decir frases como "porque lo digo yo". Explica
tus razones de forma tranquila a tu hijo. Los adolescentes saben
que la última palabra la tendrán sus padres, pero
es importante que sepan por qué les pedimos que hagan algo
que no quieren hacer, o por qué les prohibimos ciertos
actitudes.Implicarle en una conversación, no entres en un
monólogo. Termina tus frases con otra que invite a la
comunicación:
¿Qué piensas
tú?
Parece muy importante para ti, intenta explicarme
por quéBuena pregunta, intentaré contestarMe
interesa mucho conocer tu opinión¿Comprendes lo que
te intento explicar? ¿Quieres hablar?Lograr una coherencia
entre lo que dices y lo que prácticas. Es importante dar
ejemplo para tener credibilidad

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Evitar frases negativas que más bien
logran todo lo contrario, como por ejemplo:Si vuelves a decir
eso te….Me trae sin cuidado qué hace tus amigosNo vengas
llorando a mí si te sale malNo te creo No comprendes
nadaPregúntaselo a tu madre/padre
Escuchar con
atención a tu hijo cuando te habla. No hagas otra
actividad mientras, y si estás haciendo algo cuando
empiece, para. Mira a tu adolescente, escucha y ofrece un
comentario cuando termine.Organizar actividades conjuntas, a
veces con toda la familia, a veces solos (as). Excursiones,
comidas, una cena fuera, vacaciones…. Si tu adolescente no
quiere pasara todas las vacaciones con la familia, intenta buscar
una solución y ayúdale a encontrar la manera de
pasar tiempo con sus amigos y tiempo con su familia.

1.3 ¿Cómo comprender a
nuestros hijos adolescentes?

Los adolescentes están en una etapa complicada,
en donde no son chicos pero tampoco son adultos, por lo que a
menudo están en una posición donde quieren ser
tratados como adultos pero no quieren tomar la responsabilidad
que ello trae consigo.

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Lo que debe y lo que No debe hacer un
padre

Ser padre nunca es fácil
especialmente cuando sus hijos llegan a la edad de adolescencia.
Éste es el momento cuando ellos tratan de ser más
independientes. Aquí encontrará algunas sugerencias
que le ayudará en facilitar la experiencia:

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Lo que un padre debe hacer

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Concentrarse en lo positivo. Sea consistente en
notar y apreciar el comportamiento positivo de su hijo. Trate de
recompensar a su hijo cuando actúa en una manera
positiva.

Los jóvenes aprenden con el ejemplo. Sea
un modelo de comportamiento que le gustaría ver en su
hijo. Si quiere que sean honestos y abiertos usted también
tiene que ser así.

Sea consistente con las reglas que impone y en
las maneras en que espera que su hijo las siga.

Reconozca sus propios errores. Su hijo necesita
saber que usted también comete errores pero que usted
actúa de una manera responsable para
corregirlos.

Haga preguntas. ¿Cómo pasaste el
día? ¿Cómo te sientes? ¿Aprendiste
algo interesante hoy? ¿Has conocido a alguna persona? Con
hacer preguntas y escuchar atentamente, usted puede mantener las
líneas de comunicación abiertas con su hijo y le
demostrará a su hijo que usted de veras tiene un
interés en su vida.

Escuche activamente. Ponga atención a las
emociones juntas a las palabras y repítalas a sí
mismo. Si su hijo confía en usted que, por ejemplo, "odia
la escuela," contéstele con "parece que estás
pasando por algo muy difícil en la escuela.
¿Qué pasó? Esto puede ayudar a su hijo a
empezar a comunicarse con usted, y usted entenderá la
situación.

Si usted está ocupado con una actividad
explíquele a su hijo que éste no es el tiempo
apropiado para poder charlar pero que usted está
interesado en comunicarse con él. Dedique tiempo
más tarde para poder escucharle. De esta manera el
tendrá toda su atención.

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Hable y comparta libremente el orgullo que usted
siente por su hijo y complemente cualquier evento
positivo.

Establezca reglas realistas. Considere ser
más flexible con los quehaceres de la casa. Por ejemplo,
si usted le ha mandado a su hijo llegar a casa a la una, pero los
compañeros de sus hijos tienen permiso para quedarse
más tarde, dele permiso de quedarse más tarde y
hágalo responsable para observar esa regla.

Esto creará confianza y un sentido de
responsabilidad.

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Los diez problemas
más graves entre los adolescentes

Según estudios, esta es la lista de los problemas en la
adolescencia y las amenazas más comunes para los
jóvenes adolescentes.

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10 consejos al adolescente sobre la
vida

Los adolescentes no son niños que tenemos que
proteger de todo, principalmente de la verdad. Aquí van 10
consejos muy positivos sobre la vida real para los jóvenes
y una guía de la adolescencia que el maestro no te
enseñará en el instituto.

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10 consejos al adolescente que no le
enseñarán en la escuela

1.5 Cómo hablar con el hijo
adolescente

Hay que hablar claro con el hijo adolescente. La
mayoría de los adolescentes responden mejor a las
instrucciones específicas que se repiten
regularmente.

Una maestra señala "No diga solamente, 'Quiero
que limpies tu cuarto' porque a veces no saben bien qué
significa este pedido. Diga mejor, sin buscar argumentos,
'Así es como yo defino un cuarto limpio.' Ellos pueden
responder, 'No me gusta la lámpara en aquel rincón,
la quiero aquí.' Hay que darles suficiente libertad para
que se expresen".

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Razona las opciones con tu hijo
adolescente
Cuando existen varias opciones los adolescentes
están más dispuestos a aceptar consejos. Por
ejemplo, usted le puede recordar a su hijo que tiene que acabar
su tarea de álgebra antes de irse a la cama, pero le puede
dar a escoger si prefiere hacer la tarea antes o después
de la cena. O le puede decir a su jovencita de 14 años que
no puede andar con sus amigas en la sala de juegos
electrónicos un sábado de noche, pero que puede
invitar a un grupo de amigas a su casa a ver
películas.

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Si usted utiliza el buen humor y la creatividad al
ofrecer varias opciones, será más fácil que
su hijo las acepte. Una maestra no podía conseguir que su
hija colgara su ropa limpia o depositara la ropa sucia en su
cesto. Así que le dio dos opciones o toda la ropa se
tenía que levantar o toda la ropa se quedaría en el
piso. "Por un rato estuve lavando la ropa y dejándola en
montones en el piso," recuerda la maestra. "Me volvió loca
pero al fin funcionó." Después de dos semanas su
hija se cansó de buscar su ropa en el piso y
comenzó a recoger su ropa.

1.6 La comunicación con el hijo en
los primeros años de la adolescencia

¿Cómo me puedo comunicar mejor con mi
hijo? Los adolescentes no se destacan por sus destrezas
comunicativas, especialmente con sus padres y otros adultos que
los quieren, "frecuentemente sienten que pueden comunicarse mucho
mejor con quien sea, con tal que no sean sus padres, aunque sean
padres maravillosos". Tienden a ser muy reservados", "No
necesariamente quieren contarles lo que hicieron en la escuela
hoy."

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Cuando los padres saben dónde están sus
hijos y qué están haciendo (y cuando el adolescente
sabe que el padre sabe, vigilancia), los
adolescentes corren menos riesgo de tener malas experiencias,
incluyendo drogas, uso de alcohol y tabaco; actividad sexual y
embarazo; delincuencia y violencia. La clave, está en ser
curioso pero no interferir, en esforzarse por respetar la
privacidad de su hijo al establecer confianza y acercamiento
emocional.Es más fácil comunicarse bien con un
adolescente cuando estos hábitos se han establecido desde
la niñez. No es imposible mejorar la comunicación
cuando su hijo llega a la adolescencia. Aquí les damos
algunos consejos:

Reconozca que no existe una receta exacta para la
buena comunicación.
Lo que funciona bien para lograr
que un hijo hable sobre lo que le es importante, no siempre
funciona con otro. Una maestra de secundaria y madre de dos dice
que su hija es muy abierta y conversadora; su hijo es más
callado. Pero ya que su hijo disfruta de la música, le
gusta escribir y leer, su madre lo acompaña frecuentemente
a la librería local. Es allí, en un lugar
cómodo para él, que el hijo comparte con ella
historias y personajes como un enlace con los que él
está pensando y sintiendo. Al escuchar música con
él y revisar sus trabajos literarios cuando él se
lo permite, esta madre fomenta las condiciones que alientan al
hijo a compartir con ella.

Escuche a su hijo adolescente. "Usted tiene que
invertir bastante tiempo sin hablar," El escuchar
bien significa evitar interrumpir y poner atención. Esto
se logra mejor en un lugar callado, sin distracciones. Es
difícil escuchar cuidadosamente si también
está cocinando o viendo la televisión.
Frecuentemente el simple hecho de hablar con su hijo sobre un
problema o un asunto ayuda a esclarecer las cosas. A veces entre
menos consejos ofrezca, más se los va a pedir su
adolescente. El escuchar puede ser el mejor método para
descubrir un problema serio que requiere de atención
inmediata.

Crea oportunidades para hablar con su hijo
adolescente.
Para poder comunicarse bien con su hijo usted
tiene que estar disponible. Los adolescentes resisten las
pláticas "programadas"; ellos no se disponen a compartir
cuando usted se los pide, sino cuando ellos
quieren. Algunos adolescentes prefieren hablar cuando llegan a
casa de la escuela. Otros prefieren hablar en sobremesa, o antes
de irse a la cama. Algunos padres hablan con sus hijos en el
carro, de preferencia cuando el radio casetes o discos
están apagados. "Yo llevo a mi hija al centro comercial-no
al que nos queda cerca, pero al más 'buena onda' que queda
a una hora y media de distancia," dice una maestra de secundaria
que también es madre. Las mejores conversaciones suelen
resultar de actividades compartidas. "Los padres tratan de tomar
ventaja de algunos momentos raros y esperan tener una
comunicación profunda con el hijo," "Luego se frustran
cuando no lo logran."

Hablen sobre las diferencias entre padre y hijo.
La comunicación se desvanece para algunos padres porque se
les hace difícil manejar las diferencias con sus hijos. Es
más fácil limitar el efecto de estas diferencias
cuando usted pone en claro sus expectativas. Si su hija de 13
años de edad sabe que debe estar en casa antes de las 9:30
p.m.-y conoce bien las consecuencias de llegar tarde-la
probabilidad de que llegará a casa a tiempo
aumenta.

Las diferencias de opinión son más
fáciles de manejar cuando reconocemos que estas
diferencias nos pueden proveer oportunidades importantes para
evaluar los límites impuestos y negociarlos de nuevo, una
destreza muy valiosa para su hijo. Por ejemplo, cuando su hija
cumpla los 14 años, quizás sea bueno darle la
oportunidad de llegar más tarde en algunas ocasiones
especiales. Estas negociaciones son posibles dado el desarrollo
de las destrezas cognoscitivas de su hija y su capacidad de
razonar y considerar muchas posibilidades y perspectivas. Puesto
que ella puede considerar que su hora de llegada debe ser
más tarde en los fines de semana que entre semana, si
usted insiste que "eso no importa" sólo creará
más conflicto.

Cuando las diferencias surgen, compartir sus
preocupaciones con su hijo firmemente pero con calma previene que
las diferencias se conviertan en plena guerra. Es más
útil explicar el porqué de la mala
decisión que su hijo ha tomado o quiere tomar: "Si te
sales de la clase de álgebra te limitarás muchas
oportunidades en el futuro. Muchas universidades no te
aceptarán si no tienes dos años de álgebra,
además de geometría y trigonometría.
Más bien, vamos a buscarte ayuda con el
álgebra".

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Evite reaccionar de forma exagerada con su hijo.
Si usted reacciona muy fuerte es probable que lo que sigue son
gritos y acusaciones que acaban con la conversación.
"Trate de mantener fuera de la conversación su ansiedad y
sus emociones entonces los jóvenes se disponen a la
conversación". En vez de reaccionar con coraje, dice ella,
"Es mejor preguntar, '¿Qué piensas sobre lo que
hiciste? Vamos a hablar sobre esto'".

"Los jovencitos son más aptos a compartir con
alguien que ellos saben no va a divulgar sus secretos o
molestarse demasiado si ellos le confiesan algo. Si su hijo le
dice, 'Tengo algo que decirte. El viernes probé una
cerveza,' y usted pierde los estribos, lo más seguro es
que no le vuelve a contarle nada".

Durante esta etapa en la cual se juzgan a sí
mismos muy duramente, los adolescentes son muy vulnerables cuando
se abren con sus padres. Sabemos que la mejor manera de alentar
un cierto comportamiento es recompensándolo. Si usted
ofrece crítica cuando su hijo habla con usted, lo que
él ve es que su franqueza le trae un castigo en vez de una
recompensa.

1.7 La autoestima y la confianza de los
adolescentes

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Los adolescentes suelen sentirse incómodos.
Tienen nuevos cuerpos y mentes en desarrollo y relaciones con
amigos y familiares que van cambiando. Entienden por primera vez
que no siempre hacen todo bien. Los cambios en sus vidas a veces
llegan más rápido que la capacidad para adaptarse a
ellos.

La falta de autoestima generalmente se agudiza durante
los primeros años de la adolescencia, luego mejora un poco
durante los siguientes años a medida que las nuevas
identidades se fortalecen y enfocan. A cualquier edad la falta de
confianza en sí mismo puede ser un problema serio. Los
adolescentes que carecen de autoestima pueden ser solitarios,
torpes en su trato con otras personas y muy sensibles a las
críticas sobre lo que ellos piensan son sus
insuficiencias. Los jovencitos con poca confianza en sí
mismos son menos aptos a participar en actividades con sus
compañeros y a formar amistades con ellos. Esto los
aísla todavía más e impide que desarrollen
una mejor imagen de sí mismos. Y cuando entablan
amistades, son más vulnerables a la presión
negativa de los amigos.

Algunos adolescentes que no tienen confianza en
sí mismos dejan de participar en clase. Otros
actúan escandalosamente para llamar la atención. En
su peor manifestación, la falta de confianza en sí
mismos se relaciona con comportamientos autodestructivos y malos
hábitos como fumar, beber alcohol y tomar
drogas.

Las chicas adolescentes suelen dudar de sí mismas
más que los varones.

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Esto se debe a varias razones:

1. La sociedad les da el mensaje que lo importante es
que ellas se lleven bien con todos y que sean muy pero muy
delgadas y bonitas. La vida puede ser igualmente dura para un
jovencito que cree que tiene que cumplir con las expectativas de
la sociedad que le dicen que todos los varones deber ser buenos
atletas y deben desempeñar bien las actividades
físicas.

2. Las adolescentes maduran físicamente dos
años más temprano que los varones, lo cual exige
que ellas enfrenten asuntos como su apariencia, su popularidad y
su sexualidad antes de poseer la madurez emocional para
hacerlo.

3. Las chicas adolescentes reciben mensajes confusos
sobre la importancia del rendimiento académico. Aunque se
les dice que deben fijar metas académicas altas para
sí mismas, muchas de ellas temen que a los varones les va
a desagradar si ellas parecen ser demasiado inteligentes o
capaces, especialmente en las matemáticas, las ciencias y
la tecnología.

Si su adolescente sufre por causa de una crisis de
confianza en sí mismo por mucho tiempo, es probable que se
beneficie al visitar a un consejero u otro profesional. Esto es
particularmente cierto si existe un problema con drogas o
alcohol, algún problema de aprendizaje, algún
desorden alimenticio como la bulimia o la anorexia, o
depresión clínica. La mayoría de los
adolescentes superarán los periodos de inestabilidad con
el paso del tiempo y con su apoyo.

Las mejores maneras de ayudar a que su hijo desarrolle
confianza en sí mismo son las siguientes:

  • Dele oportunidades para tener éxito. "La
    mejor manera de fomentar la confianza en sí mismo en
    alguien es ofreciéndoles oportunidades para tener
    éxito. Hay que facilitarles el
    éxito-dándoles experiencias a través de
    las cuales puedan ver todo el poder que tienen. Los muchachos
    pueden ingeniárselas con estas experiencias. Parte de
    lo que crea la confianza es el saber qué hacer cuando
    uno no sabe qué hacer".

  • Ayude a su hijo a fomentar la confianza en sus
    propias habilidades al alentarlo a tomar una clase de arte,
    actuar en una obra de teatro, jugar en un equipo de
    fútbol o béisbol, a participar en ferias de
    ciencias o clubes de computación, o tocar un
    instrumento musical, cualquier cosa que disfrute y que le
    ayude a destacar sus mejores rasgos. No empuje una actividad
    específica a la fuerza. Si se les empuja a hacer cosas
    que ellos no han escogido hacer, lo que resulta es
    simplemente frustración. Trate de balancear las
    experiencias de su hijo entre las actividades que ya sabe
    desempeñar bien y actividades nuevas o actividades en
    las que todavía no se destaca.

  • Usted también le puede ayudar a fomentar la
    confianza en sí mismo al darle tareas y
    responsabilidades familiares en las cuales puede tener
    éxito guardando los platos, limpiando su cuarto o
    cortando el césped.

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  • Ayúdelos a sentirse seguros y confiar en
    sí mismos. La capacidad de los jóvenes para
    confiar en sí mismos proviene del amor incondicional
    de sus padres que les ayuda a sentirse seguros mientras que
    desarrollan la habilidad para resolver sus propios problemas.
    Su hijo, tal como todos los jovencitos, se enfrentará
    a situaciones que exigirán que confíe en usted
    y en otras personas. Pero si siempre se vale de su ayuda para
    zafarse de las situaciones difíciles, acabará
    con un desarrollo emocional impedido. "Debemos
    enseñarles a nuestros niños cómo
    adaptarse a los problemas que se les presentan, en vez de
    siempre abrirles el paso,"

  • Escuche cuidadosamente a lo que su hijo dice.
    Asegúrele que los adultos en el mundo están
    trabajando para incrementar la seguridad en las casas y las
    escuelas.

  • Ayude a su hijo a discernir entre la ficción
    y los hechos. Hablen sobre los hechos y eviten adivinar,
    exagerar o reaccionar excesivamente.

  • Supervise el uso de la televisión, la radio y
    el Internet. Evite que su hijo vea demasiadas imágenes
    violentas, las cuales pueden aumentar su ansiedad.

  • Use ejemplos de la historia (por ejemplo Pearl
    Harbor o la explosión del trasbordador espacial
    Challenger) para explicarle que a veces cosas malas le
    suceden a los inocentes, pero que las personas siguen
    adelante con sus vidas y resuelven situaciones terribles en
    sus vidas.

  • Mantenga las rutinas familiares tan constantes como
    sea posible.

  • Dele elogios y aliéntelo. Los elogios
    significan mucho para los adolescentes cuando provienen de
    quienes más quieren y en quienes se apoyan-sus padres
    y otros adultos importantes en sus vidas. Al elogiar a su
    hijo usted fomenta su confianza en sí mismo. Pero no
    olvide que al halagarlo debe ser sincero. Se va a dar cuenta
    muy fácilmente si no lo es.

Tenga paciencia con tu hijo adolescente

Como adultos, la mayoría de las personas han
desarrollado la confianza en sí mismos, la cual proviene
de años de experiencia con el éxito, pero
también después de varios años de explorar
sus puntos fuertes y débiles al enfatizar diferentes
aspectos de sus vidas. La mayoría de nosotros
seríamos muy infelices si tuviéramos que hacer solo
aquellas cosas que hacemos mal. Como adultos tendemos a encontrar
nuestros puntos fuertes y-tanto como nos es posible-enfatizamos
estas áreas más que las otras. Para un adolescente
es muy difícil minimizar las áreas en las que no se
siente seguro. Por ejemplo, es muy difícil hasta para un
adolescente que se destaca bien académicamente enfocarse
en la escuela en vez de encontrar pareja si todos sus amigos
tienen novias y le hablan constantemente acerca de la importancia
de tener a alguien especial. Esto puede ser muy frustrante para
los padres. Usted sabe bien que si tiene o no pareja para salir
el próximo sábado no es lo que más importa a
largo plazo, pero también puede ver que en este momento
él no lo puede ver así.

1.8 Fijar límites a los hijos
adolescentes

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Los adolescentes necesitan padres u otros adultos que
les den estructura y supervisión de manera consistente,
firme y adecuada para su edad y etapa de desarrollo. Los
límites ayudan a mantener emocionalmente seguros a todos
los niños y adolescentes.

"Ellos necesitan que los padres les digan, "No, no
puedes ir al centro comercial todo el día o al cine con
ese grupo de muchachos". Para ser padres eficaces, lo mejor es
evitar los extremos.

Tipos de padres: autoritario, indulgente y con autoridad
experta

Los padres autoritarios que imponen
reglas rígidas y esperan que los hijos siempre
obedezcan.

Los padres indulgentes que tienen pocas
reglas y les dan demasiada libertad a sus hijos, son los padres
que probablemente tendrán más dificultades con sus
hijos. Los niños corren mucho riesgo de sufrir
consecuencias negativas emocionales y en su
comportamiento.

Los padres con autoridad experta,
quienes fijan límites claros y con buenas explicaciones,
tienden a tener menos dificultades con sus
adolescentes.

Dan buenos ejemplos. Intente vivir con el
comportamiento y los valores que usted espera que su hijo
desarrolle. Sus acciones dicen mucho más que sus palabras.
Si usted fija metas altas para sí mismo y trata a otras
personas con amabilidad y respeto, es más probable que su
niño seguirá su ejemplo. Mientras que los
adolescentes exploran distintas posibilidades sobre quién
quieren ser, ellos buscan ejemplos entre sus padres, sus
compañeros, personalidades famosas y otras personas para
definir quién serán.

1.9 Guíe al adolescente pero no
intente controlarlo

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La importancia de adoptar una actitud balanceada entre
imponer reglas duras y darles demasiada libertad. Con la
mayoría de los adolescentes, la manera más
fácil de alcanzar este balance es al guiarlos sin
controlarlos.

Los adolescentes necesitan oportunidades para explorar
distintos roles, probar nuevas personalidades y experimentar. Lo
cual implica que cometerán errores y deberán
aprender a aceptar los resultados. Pero los padres necesitan
guiarlos para que los jovencitos eviten cometer demasiados
errores.

Usted puede ser un buen guía al escuchar
cuidadosamente y hacer preguntas que ayuden a que su hijo
reflexione sobre las consecuencias de sus acciones:
"¿Qué sucedería si permites que un amigo
borracho te traiga a casa?" Sus consejos serán más
aceptados y apreciados si usted también le pide consejos y
los sigue, siempre y cuando sean razonables: "¿Qué
cocinamos para la fiesta de cumpleaños de papá?"
"No tengo que trabajar el sábado. ¿Hay algo
especial que quieres que hagamos?"

Guiar o controlar al hijo adolescente

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La línea divisoria entre guiar y controlar puede
ser distinta para cada persona. Algunos niños, ya sea que
tengan 7 o 17 años de edad, necesitan mayor firmeza y
menos privilegios que otros niños de la misma edad. Una
maestra nos explica cómo las diferencias en el
comportamiento de sus dos adolescentes crearon la necesidad de
definir los límites para cada uno: "Mi hija
entendió muy bien que si se suponía que llegara a
las doce de la noche, esto significaba que debía estar
tras puertas cerradas antes de las 12, o ya debería haber
llamado de la sala de urgencia para informarles que se
había partido una pierna. Mi hijo, 15 meses menor que
ella, pensaba que la misma regla significaba que la hora de
llegada de las 12 significaba que a las 11:59 nos llamaría
para informarnos que llegaría después de comerse la
pizza que él y sus amigos acababan de pedir y
después de haber dejado a seis de sus amigos en sus
casas."

1.10 Excesivo control sobre los hijos
adolescentes, suele provocar la reacción
contraria

La forma de comunicarse con los hijos adolescentes
cambia

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En el momento en que los niños entran en la
adolescencia, la comunicación con los padres va a cambiar.
Son los hijos los que van a marcar la distancia. Están
haciendo el trabajo de separarse de los padres y empiezan a
desvalorizarlos. Cuando los niños son pequeños, los
padres somos los más listos, los más guapos, los
mejores. En la adolescencia, empiezan a bajarnos del pedestal.
Nos convierten en algo más humano. También nuestra
relación con ellos tiene que cambiar. Cuando son
pequeños, los padres solemos ser controladores, porque hay
que estar muy pendientes de ellos, pero no nos podemos quedar
instalados ahí.

Excesivo control sobre los hijos adolescentes, suele
provocar la reacción contraria

Es otra de las estrategias que ellos utilizan para
distanciarse de los padres: Llevar la contraria de lo que decimos
y hacemos. Es la contra por sistema. Hay que contar con eso. Si
los padres están avisados, pueden cambiar su forma de
relación, no querer imponerse en todo. Los hijos necesitan
una cercanía, pero no valen los interrogatorios, porque
ellos se cierran. No se trata de decirles: siéntate
aquí, que vamos a hablar. Eso no da resultado. La postura
más inteligente con los adolescentes es morderse la lengua
y abrir mucho los oídos. En el momento que menos te
imaginas, van y te lo cuentan. Hay muchos padres que se angustian
porque no pueden hablar con sus hijos, pero no tienen que
preocuparse tanto. Los padres tienen que estar presentes, pero
con cierta distancia. No pueden desaparecer, pero tampoco pueden
controlarles como cuando eran pequeños. Hoy en día,
hay muchos padres que deciden desaparecer, porque sus hijos les
rechazan como controladores y el resultado es que encontramos
muchos adolescentes muy solos.

El lugar adecuado de los padres en la relación con
los hijos adolescentes

– Eso supone todo un trabajo. Primero, hay que
entenderlo con la cabeza y luego, ir viendo cómo actuar en
cada momento. Yo diría que hay que respetarse mutuamente y
respetar la distancia. Los padres no debemos entrometernos en las
cosas que son suyas, que son de su responsabilidad. Hoy en
día, hay cantidad de padres que van de rescatadores. Al
menor problema de su hijo o hija, lo hacen suyo y lo resuelven a
su manera. No hay que protegerles de sus problemas. Sus problemas
son de ellos y si se los resolvemos, les negamos una experiencia
importantísima, que es enfrentarse con las consecuencias
de las soluciones que ellos adopten. Si les resolvemos los
problemas, nunca van a madurar. Hay muchos chicos casados a los
que todavía la madre les está diciendo qué
deben hacer. ¿Pero cuándo va a crecer ese chico?
Tiene que hacer lo que a él le parezca, aunque se
equivoque.

La violencia entre los adolescentes

Es un tema muy complejo. La agresividad es algo
constitutivo de las personas y es algo infantil. Los seres
humanos, cuando más agresivos son es entre los 3,5 y los 7
años. A partir de los 8 años, hay que ir
controlando esa agresividad. Eso se hace a través de la
educación. Cuando la agresividad persiste y se convierte
en violencia, la educación ha fracasado. Cuando uno
realiza actos violentos es que se mantiene en un estadio infantil
y es que la palabra ha fallado. Detrás de todo acto
violento, hay un fallo de comunicación. Las palabras son
importantísimas.

1.11 La crisis de los padres en la
adolescencia de los hijos

La crisis adolescente es seguida por la crisis de los
padres, ya que los cambios en el comportamiento en la
adolescencia ponen a prueba los proyectos y deseos depositados en
los hijos aún antes de su nacimiento.

La crisis de la adolescencia

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Es un periodo de crisis individual, de
conflictos y de tensiones, como si atravesarlo significara
remitirse, de manera natural y sin remedio, a una etapa negativa
y problemática. Desde el punto de vista psicológico
y médico, la adolescencia implica un proceso con actos de
rebeldía y contradicciones y sin duda, poblado de
situaciones de mayor o menor intensidad de conflicto. Para los
padres la adolescencia es un nubarrón amenazante
,
aviso de tempestades en las relaciones familiares cuando sus
hijos recién comienzan a dejar la niñez. La crisis
de la adolescencia es el resultado de un conflicto interior de un
joven que tiene la facultad de pensar y la incapacidad de decidir
de un niño. Y muy duros, y largos, son los primeros
años de pubertad, después de los cuales todo parece
volver a la normalidad y los padres creen haber recuperado al
hijo tranquilo de los años previos, aunque en realidad ese
hijo ya no es aquél niño idealizado. La sociedad
adulta en general hace responsable a la adolescencia de males
diversos y variados y los propios adolescentes describen con
increíble propiedad los trastornos que ocasiona. Los
adolescentes son las víctimas principales de los problemas
más serios de nuestra sociedad como la violencia, las
drogas, el SIDA y las muertes de causas accidentales en el
tránsito.

1.12 Cómo ayudar a su hijo durante
los primeros años de la adolescencia

Los primeros años de la adolescencia suelen ser
una etapa desafiante tanto para los padres como para los hijos.
Los padres a menudo se sienten mal preparados y pueden considerar
los años entre los 10 y los 14 como una etapa que hay que
"aguantar hasta que pase".

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Sin embargo, las últimas investigaciones
científicas, al igual que el sentido común, nos
indican que esta actitud es muy limitante. Durante los primeros
años de la adolescencia, los padres y las familias pueden
ejercer una gran influencia sobre el crecimiento y el desarrollo
de sus niños. No les damos el crédito que merecen
si esperamos demasiado poco de los jovencitos, y nos dejamos de
dar crédito como padres si creemos que no tenemos mucha
influencia sobre ellos.

Cada día hay más conciencia de que la
comunicación con los adolescentes puede ser más
productiva. Maestros capacitados y la instrucción basada
en las últimas investigaciones científicas, pueden
asegurar que las mejores estrategias educativas y los programas
de más alta calidad alcancen a todos los niños para
verdaderamente asegurar que ningún niño se quede
atrás.

No es fácil ser padre de un adolescente

Muchas influencias externas los distraen y complican
nuestros esfuerzos. El cansancio, la ansiedad, la falta de apoyo
y los recursos limitados pueden complicar nuestras intenciones de
ser todo lo que queremos ser para nuestros hijos. Pero no importa
cuáles sean nuestros obstáculos, todos compartimos
una gran meta: Ser los mejores padres para nuestros hijos.
Esperamos que ustedes sientan que éste folleto les ha sido
útil en sus esfuerzos por alcanzar esta meta.

¿Cómo va a cambiar mi hijo entre los 10
y los 14 años de edad?

Todas las personas crecen y cambian a lo largo de su
vida, pero durante los primeros años de la adolescencia,
la rapidez de estos cambios es particularmente evidente.
Consideramos que a los 10 años de edad todavía son
niños; pero pensamos que al llegar a los 14 años,
ellos son "casi adultos". Nos da gusto ver los cambios, pero
también se nos hacen un poco difíciles de manejar.
Cuando los niños son pequeños, es más
fácil predecir cuándo va a llegar un cambio y que
tan pronto se manifestará. Pero durante los primeros
años de la adolescencia, la relación entre la edad
verdadera de un niño o niña y los índices de
su desarrollo se atenúan.

1.13 Hablar con adolescentes de los temas
que les interesan

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Hable sobre las cosas que son importantes para su
adolescente. Cada jovencito prefiere hablar sobre
distintas cosas. Algunas de las cosas sobre las que quieren
hablar quizás no le parezcan importantes, pero, como
explica la consejera escolar Carol Bleifield, "Con los
jovencitos, a veces es toda una cultura distinta. Usted tiene que
comprender esto, debe intentar ponerse en su lugar y en su
época". Pero también advierte que no hay que fingir
interés por algo que le aburre. Al hacer preguntas y
escuchar, usted le demuestra a su hijo que respeta sus
sentimientos y opiniones. Estos son algunos de los temas que les
interesan en esta edad:

La escuela. Si usted le pregunta,
"¿Qué hiciste en la escuela hoy?" la respuesta
más probable será, "Nada." Obviamente, usted sabe
que no es cierto. Al examinar el libro de tareas o leer las notas
que el niño trae a casa, usted se dará cuenta que
el martes, su niño de 10 años comenzará a
estudiar los animales de Sudamérica en peligro de
extinción, o que el juego de fútbol está
programado para el viernes de noche. Con ésta
información a la mano, usted puede hacerle preguntas a su
hijo sobre clases o actividades
específicas, lo cual resultará en
un mejor inicio a la conversación.

Partes: 1, 2, 3

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