Lucha y progreso científico en la metareflexión epistemológica de Pierre Bourdieu
Lucha y progreso científico en la
metareflexión epistemológica de Pierre Bourdieu –
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Lucha y progreso científico en
la metareflexión epistemológica de Pierre
Bourdieu
El campo científico de Bourdieu no
es ni un universo hermético y autárquico al estilo
"mónada leibniziana", ni tampoco el "Cielo bíblico"
habitado por una suerte de semi-ángeles que
interactúan, investigan y trabajan armónicamente
tutelados por –y en pro de- la Verdad (científica).
Más bien, es el escenario («espacio de juego»)
donde distintos actores sociales (escindidos en dos grupos:
dominantes o hegemónicos y pretendientes o subalternos)
LUCHAN competitivamente por un INTERES común: el monopolio
de la autoridad científica, capital cultural
específico de prestigio y reconocimiento que incluye tanto
capacidad técnica como poder social (esto es, la
«capacidad de hablar e intervenir legítimamente…en
materia de ciencia»1; en otro sentido, de definir los
límites del campo/establecer un criterio de
demarcación). Los agentes participantes
desarrollarán estrategias acordes a sus estatus dentro del
campo mismo (situación determinada por la "cantidad" de
capital simbólico –«dominio propiamente
técnico»2- y científico –«uso y
ejercicio del poder»3, como el lenguaje– que ellos
poseyesen): el grupo de los dominantes desplegarán
estrategias "de conservación" (mantenimiento del orden
actual; afianzamiento y perpetuación de su
hegemonía en el área), mientras que las de los
pretendientes serán o bien "de subversión"
(contra-hegemónicas) o bien "de sucesión"4; en
ambos casos (aún en el más radical), se exige como
condición lógica-sistemática, para la
efectividad del movimiento, tener un capital simbólico y/o
científico considerable (denomíneselo "Efecto de
retroalimentación negativa"). Así, dicho
«espacio de juego», que se reconoce en-sí (a
través de la elucidación descriptiva) como una
lucha entre fuerzas antagónicas por la obtención de
un fin específico y "supra-individual" pero que, a la vez,
incita al más despiadado egoísmo (el desafío
como síntesis de esa relación
dialéctica
interesada); deviene en un para-sí
(es decir, arrancado de toda "imagen" ingenua o normativa de la
ciencia y su praxis) por medio de la acción
estratégica y proyectada de los agentes, quienes
"vigorizan" lo que el propio campo es. La realidad que nos
presenta Bourdieu, de esta manera, se encuentra enfocada en la
integración de su análisis descriptivo con un
modelo hermenéutico5.
1 BOURDIEU, Pierre. Intelectuales,
política y poder; Buenos Aires: Eudeba, 1999, pág.
76
2 PEREZ, Edgardo. "Breve
caracterización del Campo Científico" en A Parte
Rei, N°29, Septiembre de 2003, pág. 7. Enlace: 22 de
mayo de 2011
3 Ibídem
http://serbal.pntic.mec.es/~cmunoz11/edgardo29.pdf
Consulta:
4 Autor desconocido.
Presentación titulada "Campo Científico".
Enlace:
www.fcnym.unlp.edu.ar/catedras/mtiantropologia/Campo.pps
Consulta: 22 de mayo de 2011
Según lo precedente, se tiene que:
a) el campo científico "refleja" la estructura
socioeconómica imperante (capitalista); b) se parte de una
concepción antropológica "hobbesiana". A su vez, la
vinculación ciencia-sociedad es bidireccionalmente
legitimadora: la primera valida (y asegura) la
organización de la segunda (papel que desempeña, de
modo arquetípico, la politología), y ésta
oficializa el estatus epistémico privilegiado (a nivel
social) de aquella. Por ello, los beneficios serán como la
intersección de ambas esferas, consecuencia de las
relaciones entre sus fines particulares/específicos
(Figura 1).
La conflictividad, podría decirse,
es el "élan vital" del espacio y de su actividad. Ahora
bien, ¿cómo explicar la noción de progreso
científico, considerando que éste es un derivado
tanto del esfuerzo colectivo ("desinteresado") como de la idea
compartida de una mayor "aproximación a la verdad
natural"; sin entrar en contradicción con la teoría
argumentada? La apelación (e interrogación) a/de lo
empírico permite al filósofo-sociólogo
rechazar esta creencia «superficial» del
tradicionalismo epistemológico (de corte positivista): el
progreso se da porque existe la lucha. A causa de ella se
establecen ALIANZAS estratégicas (por ejemplo:
supóngase que un científico descubre -movido por su
autointerés- que la enzima J produce cambios favorables
para un organismo R; ese descubrimiento hace que otro
científico -también movido por su
autointerés- sintetice la estructura biomolecular de la
enzima J, y un tercer científico -también
autointeresado- elaborará un fármaco para
contrarrestar las enfermedades del organismo R con ciertas
propiedades estructurales de mencionada enzima. La consecuencia
inmediata es un aumento del capital científico para los
tres investigadores6. Quizá, pertenezcan a campos
distintos -uno al de la biología, otro al de la
química y el otro al de la medicina– o no, mas la
cuestión está en que esa acumulación: i)
equipara a los actores para el logro de la autoridad
científica, y ii) sustenta el dominio del propio campo -en
el caso ejemplificado, podría independizar a la medicina
biomolecular si la inversión fuese significativa7-) y se
aplica la CENSURA METODICA («…a medida que el
interés privado que cada agente singular tiene para
combatir y para dominar a sus concurrentes, para obtener de ellos
el reconocimiento, se encuentra armado de todo un conjunto de
instrumentos que confieren su plena eficacia a su
intención polémica, dándole el alcance
universal de una censura metódica.» Y profundiza
tres líneas más adelante:
«…el mercado sobre el cual puede
ser ubicado el producto científico no deja de restringirse
a concurrentes cada vez más fuertemente armados para
criticarlo racionalmente y desacreditar a su autor: el
antagonismo que está al principio de la estructura y del
cambio de todo campo tiende a devenir cada vez más radical
y cada vez más fecundo, porque el acuerdo forzado donde se
engendra la razón deja cada vez menos lugar a lo impensado
de la doxa.»8 -itálica personal-). Lo anterior es
posible (y comprensible) porque: i) se incorpora y configura en
la acción- carácter de los agentes un habitus
concomitante al propio campo, desde la formación
académica hasta la regularización institucional de
su praxis (noción sintónica a la de virtud
aristotélica9); ii) se objetiva el método
científico en mecanismos y disposiciones formales
(«Cuando el método está inscrito en los
mecanismos del campo, la revolución contra la ciencia
instituida se produce con la asistencia de una institución
que proporciona las condiciones institucionales de la ruptura; el
campo deviene el lugar de una revolución permanente, pero
cada vez más totalmente desprovista de efectos
políticos.»10); y iii) se introduce el concepto de
"capital" el cual, necesariamente, se identifica y naturaliza
(recobra valor) en la pugna11.
5 Paráfrasis de PEREZ, Edgardo.
Op. Cit., pág. 9
6 Se considera el caso del
descubrimiento simultáneo: a) entre investigadores con
cantidad igual de capital; b) entre investigadores con cantidad
desigual de capital. En (a), o bien uno de los productores
sacrifica su interés individual, o bien lo hacen ambos. En
(b), quien posea una mayor cantidad de capital se llevará
"el reconocimiento".
7 Complementa en una nota al pie:
«…las revoluciones inaugurales mismas…dan nacimiento a
un
nuevo campo constituyendo, por la
ruptura, un nuevo dominio de objetividad…» BOURDIEU,
Pierre. Op. Cit., pág. 98
A diferencia de la teoría kuhneana
(la cual, según el autor, es un claro "paradigma" de
revolución inaugural de la ciencia inicial), la
teoría bourdieuana acude a una revolución
permanente; en otras palabras, a un proceso de ruptura
continuista previsto, asistido y condicionado institucionalmente,
animado por el conflicto constante e intrínseco (el cual
eleva las "condiciones de entrada" acorde «aumentan los
recursos científicos acumulados»12), y que tiene
como "cinturón protector" (doxa) a «un conjunto de
presupuestos que los antagonistas admiten como yendo de suyo,
más allá de toda discusión»13. Causa
de lo anterior es la afirmada autonomía de estos espacios
en conexión a otros (como la religión, la
política, etc.), «capaces de producir y de
satisfacer un interés propiamente científico y de
mantener así un proceso dialéctico
interminable»14, hecho que no ocurre en los denominados
campos de producción de discursos eruditos, dependientes
de las demandas sociales y que emplean una "estrategia de falsa
ruptura" para aparentar su independencia a través del
lenguaje, definiendo una "jerga" que genere ese efecto
ideológico (así, «…los politólogos
americanos que reproducen la visión oficial del mundo
social en las semi-abstracciones de un discurso normativo-
descriptivo…»15). El epistemólogo francés
denuncia este estado de las ciencias sociales, que se posicionan
en -y operan desde- el modelo presentado y se muestran incapaces
de trascenderlo (es decir, que no "se colocan" en el rol de
sujeto cognoscente de un objeto distinto y
delimitado).
Finalizando, se concluye que la
sociología de la ciencia bourdieuana es una
metareflexión (de cuarto orden) de la sociología de
la ciencia hasta ese momento desarrollada (principalmente, la de
corte positivista); que construye su objeto contra el "sentido
común" y que lo configura de acuerdo a su
interpretación teórica; y que aporta una nueva
metodología de estudio partiendo de la "neo-
objetivación" del campo y de la
lucha, primer motor tanto de la actividad científica como
de su progreso.
8 Ibid, pág. 99
9 Véase
ARISTOTELES,
Ética Nicomáquea,
1179b-31
10 BOURDIEU, Pierre. Op. Cit.,
pág. 97
11 Paráfrasis de PEREZ, Edgardo.
Op. Cit., pág. 7
12 BOURDIEU, Pierre. Op. Cit.,
pág. 97
13 Ibid, pág.
100
14 Ibid, pág.
101
15 Ibídem
Autor:
Rodrigo Eugui