Bayamo un Ave Fénix en nuestra historia –
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Bayamo un Ave Fénix en nuestra
historia
Cuando analizamos las diferentes publicaciones dedicadas
a Bayamo y escritas por bayameses, en la República ya sean
literarias, históricas o críticas sociales
observamos por encima de todo tres rasgos fundamentales, el amor
irremediable a su tierra(Bayamo), el orgullo de ser
bayamés y el temor a que las generaciones precedentes
olviden el alto costo pagado por ser libres.
Bayamo está supeditado a resurgir de sus propias
cenizas. A lo largo de su existencia ha sufrido duros golpes,
propinados tanto por la naturaleza como por los acontecimientos
históricos, parecía que la vida se empeñaba
en arrebatarle la paz y el bienestar a los bayameses,
evidenciándose con mayor fuerza en la época
colonial, período que nos ocupa para este trabajo. No
pretendemos ofrecer un glosario de acontecimientos, ni dejar un
sentimiento de pena en nuestros lectores, si existe una
intención esa seria que aprendamos a amarla como lo
hicieron sus antiguos habitantes.
Los acontecimientos no aparecen recogidos en su
totalidad es solo una muestra que ofrecerá una imagen
más detallada de las condiciones a las que se
enfrentó un pueblo al que me atrevo a afirmar que fue el
más sufrido de la Isla durante la etapa de las guerras de
liberación en contra del poder español.
Favorecida por su situación geográfica y
condiciones naturales caracterizada por la existencia de
abundantes llanuras de tierras fértiles y caudalosos
ríos donde la ganadería constituyó el
principal renglón económico desde la segunda mitad
del siglo XVI, la Región se convierte en una de las zonas
más desarrolladas del país, el comercio de los
productos derivados de la ganadería se convirtió en
el renglón fundamental en sus primeros años de
fundada.
Para el inicio de la segunda mitad del siglo XVI, Bayamo
comenzó a sufrir una serie de acontecimientos fatales, en
el año 1551 fue víctima de un fuerte terremoto que
destruyó prácticamente toda la Iglesia Mayor, junto
a las casas aledañas 1. En 1616 lluvias torrenciales
obstruccionan la desembocadura del Cauto,"(…) La barrera
formada en la desembocadura impediría desde entonces la
entrada a las embarcaciones mayores, e imposibilitaría la
salida de 39 que esperaban cargamento en el embarcadero." 2, si
analizamos que el Río Cauto era la vía comercial
principal que utilizaban los habitantes del lugar para el
intercambio de mercancías tanto de forma legal como
ilegal.
En el año 1624 un terremoto complicaría
aún más la situación de la Villa, el
movimiento sísmico arruinó la Iglesia Parroquial y
destruyó un elevado número de casas, los
daños serian reparados paulatinamente, aunque jamás
en su totalidad 3.
En 1766 a las doce de la noche del día once de
junio, los sorprende otro movimiento sísmico de una
magnitud mayor a los ocurridos anteriormente, un testigo de los
acontecimientos lo describe de esta manera:" Fue tan terrible el
trueno y ruido de los edificios y casas, que(…)los que pudieron
salir a la calle, cuentan que les fue imposible dar paso porque
haciendo olas de tierra, los precipitaba y al mismo tiempo que
gritaban, los edificios se desplomaban en la mayor
parte(…)4.
Un total de doce iglesias existentes en la comarca
fueron seriamente dañadas y entre ellas la Iglesia Mayor
cuyas "(…) bases de las columnas, o los arcos de la nave
principal, haciéndolos en varios pedazos, los votó
fuera de la plaza más de cuatro varas,
arrancándolos (…). La campana de la torre estaba parada
en tierra más de cinco varas, (…) la del reloj que
estaba en la dicha torre no ha aparecido" 5.
Las casas no corrieron mejor suerte"(…) no hay casa de
tapia que no halla rendidos sus paredes (…), y las que han
escapado son aquellas de horcones, pared y cujes
(…)6.
Todo esto provocó un éxodo masivo de los
campesinos a la ciudad atemorizados por los sucesos, agudizando
la situación:"(…)Las de los campos hasta de veinte
leguas han venido a la villa huyendo por que en ella fue mucho el
ruido, asegurando que veinticuatro horas se mantuvieron los
animales volando e inquietos, no comían o pastaban, los
ríos salieron de su centro y abriéndose en bocas la
tierra por varias partes (…)".7
La situación de la villa era desesperante, los
vecinos que perdieron sus casas se refugiaron en las
plazas."(…)En esta plaza viven muchas familias haciendo en
ellas con toldas, otras sus barracas de serones, cueros o como
pueden (…), habrá muchas mujeres muertas, por lo
afligidas (…) hombres sin juicios y muchas enfermedades, pues
en las calles se pasan las noches con algunas aguas, andando en
ellas las mujeres de dos días y tres de
paridas."8
En los documentos analizados no se encontró datos
de los años siguientes hasta el mismo inicio de la Guerra,
en que tuvimos la suerte de contar con las memorias, diarios,
escritos, de personas que vivieron estos acontecimientos es
importante destacar que existe la posibilidad de que estos
papeles de archivo hayan ardido junto a la ciudad, de ahí
el salto de más de 200 años visto en este
trabajo.
Después de recuperarse de estos estragos que la
naturaleza le tenía reservado a Bayamo fueron los propios
Bayameses quienes en 1869, el doce de enero prendieron fuego a su
ciudad en un acto sin precedente en la historia de Cuba. Durante
todo el proceso de la Guerra la Región mostró una
situación precaria, se vivió una crisis
generalizada, el incendio de la ciudad sirvió de
catalizador a todo esto, centenares de familias partieron para el
monte teniendo como único abrigo el cielo y el bosque con
los peligros que entraña, añadiéndose una
diferente y escasa alimentación, las memorias de
Benjamín Ramírez* son muy elocuentes cuando plantea
que tenían dentro de su dieta bejucos de boniato, miel,
las frutas que podían encontrar, bebían agua de
cualquier charco encontrado, la falta de vestuario y la mala
atención a las heridas y lesiones hasta el punto de
putrefacción, apelando a la medicina natural para
aliviarlas. 9
Inmediatamente afloraron enfermedades como el tifus, la
malaria, la viruela, a esto hay que añadirle la
persecución de las tropas españolas y la
política de reconcentración dictada por
Balmaceda.**Familias ostentosas, poseedoras de grandes fortunas
acostumbradas a vivir entre lujos y comodidades conocedoras de
los grandes salones sociales del país, propietarios de la
talla de Francisco Vicente Aguilera***, lo perdieron todo; Miguel
Almagro emigrante cubano en París le escribe: "(…) Usted
ha sacrificado su fortuna, y cuanto hay para el hombre más
caro en la tierra. Ha estado tres años luchando con las
armas en las manos. Ha salido comisionado para buscar auxilio
para sus hermanos (…). Ha recorrido las emigraciones de los
Estados Unidos y Europa (…) ¿Qué mas puede
humanamente pedirse de usted? (…).Retirese a su casa, cuide a
su familia, eduque a sus hijos (…)".10 A lo que Aguilera
respondió: "¡Imposible!, ¡Imposible! (…).Eso
seria retroceder (…) retroceder es imposible. Para mi no hay
otro camino que el que tengo frente y por él habré
de seguir, sea cual fuere el final que me lleve (…).11 Los
Bayameses vivieron estas penurias resueltos a ser libres,
situando la Patria por encima de todo, no son pocos los ejemplos
tanto de mujeres como de hombres.
La guerra constituyó el mayor desastre de todos
los tiempos, en cuanto a esto Idelmis Mari platea:"Durante la
guerra la población bayamesa había sufrido una
disminución considerable (…) se nota un decrecimiento
poblacional de 22 575 personas con respecto a 1862 es decir que
para entonces solo existían en Bayamo 11 098 habitantes."
12
En el aspecto económico la autora continúa
valorando:"La riqueza urbana decreció de 574 antes de
empezar la guerra a 486 propiedades en 1887 que incluían
un gran porcentaje de colgadizos, cuartos y
solares."13
Coincido totalmente con Idelmis cuando plantea que
después de transcurrido una década de Tregua, en
Bayamo no se evidenció recuperación alguna. Si
analizamos los documentos originales correspondientes al
año1880 podemos formarnos un criterio de cómo
estaba la situación y que cuando los diferentes autores
manejan cifras de las haciendas durante y después de la
guerra conozcan las condiciones precarias en las que se
encontraban: La finca de Antonio" (…) de esta finca solo existe
el terreno abandonado, ni cercas, animales, ni establecimientos
(…) desde el incendio en 1869 no ha estado habitada (…) 14.
Así sucedió con la mayoría de las
propiedades tanto del campo como de la ciudad.
La preocupación por parte de las autoridades
sanitarias estuvo condicionada por la existencia de un peligro
eminente de epidemia por la presencia de viruela en la zona
percibiéndose con mayor fuerza en las afuera de
Manzanillo, dictándose medidas urgentes para evitar la
propagación :"(…)donde fallezca un virulento no se
permitan velorios y que no permanezca el cadáver
más de dos horas en la casa(…) haciéndose que se
quemen las ropas de su uso, fumigando y blanqueando con cal las
habitaciones de los fallecidos(…)"15, también se
llevó a cavo un proceso de vacunación y
revacunación con una alta insuficiencia al no bastar el
número de vacunas enviadas a los lugares, ni existir un
buen control de la población infestada.
Las lluvias ocurridas en la Región durante el
año 1878 favorecieron el aumento del número de
casos con estas enfermedades, era cotidiano ver a una gran
cantidad de personas indigentes viviendo de la caridad
pública, la zona de Cauto quedó inundada bajo las
aguas, las personas que poseían propiedades se vieron
afectadas gravemente "(…). Las familias han perdido sus
animales domésticos, ropas, frutas y viandas (…) las
estancias completamente pérdidas (…) 16 .
Recordemos que habían transcurrido 10 años
de guerra con todo lo que esto puede traer aparejado, la
situación se hacía insoportable, el sufrimiento era
general. La mayoría de las viviendas se encontraban
habitadas por mujeres y niños ya que los hombres se
incorporaron en masa al Ejército Libertador. Unidos a
todos estos problemas estaba la persecución implacable de
las fuerzas españolas a cuyo mando se encontraba el
sanguinario Conde de Balmaceda.
En 1880 azotó un fuerte huracán dejando
arruinados completamente los cuartones San José, Ojo de
Agua, Curama y Caisimú, sin apenas recursos para su
subsistencia. Ese mismo año el poblado de Guisa fue
reducido a cenizas, se quemaron unas 75 casas que en su
mayoría eran de tabaco con una pérdida valorada en
20 000 pesos, por causa de este siniestro perdieron sus casas 62
hombres, 58 mujeres y 80 niños. 17
Seis años más tarde, los ríos Buey,
Hicotea, Río Viejo, unido a varios arroyos cercanos al
poblado de Veguitas se convirtieron en un inmenso mar arrasando
con todo lo que se toparon por su paso, esto obligó a los
pobladores de veguitas a abandonar sus propiedades las que fueron
afectadas, solamente en una de las fincas hubo pérdidas de
más de cien colmenas, veinticinco cerdos, una vaca, una
yunta de buey y ciento veinte ovejas.18
En los meses de septiembre –octubre de 1887 la
ciudad se vio amenazada por varios temblores de tierra, las
autoridades locales se vieron alarmadas por la experiencia vivida
en tiempos pasados relacionado con la ocurrencia de estos
fenómenos, y que serían transmitidas de
generación en generación, agravado esto por el
panorama que tenían delante de sus ojos, una ciudad
destrozada por la guerra, con una población tratando de
recuperarse, construyendo sus viviendas dentro de las ruinas
heredadas. El mismo gobernador de la Isla *en telegrama enviado a
Bayamo señala:"(…)preferiría prudente derribar o
por lo menos apuntalar (…) ya que son un constante peligro para
sus habitantes por el estado de ruina en que los dejó el
incendio de 1869"19 . Esto nos demuestra que después de 9
años de concluida la contienda la ciudad exponía
una penosa situación.
Para 1888 la existencia de epidemia en la zona no era
una amenaza sino una penosa realidad, desde distintos poblados se
le comunicaba constantemente a las autoridades sanitarias la
urgencia de mandar vacunas junto al equipo necesario para
realizar la vacunación y revacunación ya que de la
forma que estaba instituido los moradores tenían que
trasladarse a la cabecera municipal y esto era propenso a la
expansión de las enfermedades.
La situación se hacía más
crítica en los barrios de Veguitas, Bueycito Guamo, la
falta de información sobre el estado de la enfermedad
desesperaban a los vecinos de otras localidades. Para que se
tenga una idea podemos decir que cuando se produjo la
inundación de 1886 en la parte de Veguitas y sus barrios
aledaños a la hora de que los vecinos tuvieron que salir
por causa del agua se descubrieron personas incluso familias que
hacían varios meses estaban padeciendo la enfermedad de la
viruela dentro de sus casas sin ningún tipo de
tratamiento.
La epidemia seguía el curso hasta notarse varios
casos en la ciudad de Bayamo; producto a esto las autoridades
toman severas medidas de orden higiénico entre los que se
encontraban:"(…)se decomisará el cerdo o chivo que se
encuentren en las calles de esta ciudad y solares de sus casas
(…) aplicando a su dueño una multa"20.
El empeoramiento de la situación se hacía
inevitable, en 1895 el 24 de febrero estalla la segunda guerra
librada por los mambises contra España aumentando el
número de refugiados en la ciudad desesperados por el
hambre existente en los campos por lo que las autoridades se ven
obligadas a pedir ayuda monetaria al gobernador de la Isla esto
sin muchos resultados, ocasionado por las pérdidas
sufridas por España debido a la primera contienda y los
gastos que le costaría esta que recién se
iniciaba.
La economía de la Metrópoli atravesaba
momentos críticos, por lo menos en la parte de Oriente y
Centro no le quedó prácticamente central activo, la
quema de los cañaverales y haciendas por parte de las
fuerzas cubanas completaría el cuadro.
La naturaleza sigue teniendo su parte en esto, un
ciclón ocurrido en 1894 con abundantes lluvias y fuertes
vientos ocasionó cuantiosas pérdidas en Bayamo,
Guisa, y Jiguaní donde en este último se perdieron"
(…) más de 90 casas, ahogándose siete individuos
entre ellos varios padres de familias, y perdieron además
frutas, siembras y magníficos establecimientos comerciales
(…)" 21. Los poblados de Cauto, Guamo, Mabay piden ayuda al
Gobierno Local ante el inevitable desarrollo de la epidemia de
viruela ya que" (…) por las aguas de sus ríos corren
millares de animales en estado de putrefacción" 22, y
más si sabemos que estas aguas eran de consumo humano y
animal, alejando cualquier posibilidad de existencia de las
más elementales medidas sanitarias como sería el
hervir el agua.
La ayuda brindada a Cauto por la Junta de Socorro en
Bayamo consistió en: 23
350 libras de arroz ———— $5.00qq
250 libras de azúcar———–
$5.00qq
110 libras de café————– $
30.00
16 paquetes de galletas—- $ 16.00
2 latas de aceite————— 2 arrobas,
$15.002 arrobas de cebolla———- $5.00
4 ristras de ajo—————— $o.50
50 libras de tocino————- $22.00
200 libras de bacalao ——— $9.00
Las condiciones acumuladas por tres años
más de guerra propicia un aumento de las enfermedades, en
1898 abundaban los casos de fiebre tifoidea, tifus ,
cólera y morbo sin olvidarnos de la viruela presente desde
el primer momento; la falta de higiene de los soldados acampados
en la ciudad agravaba el cuadro, a propósito de esto los
vecinos elevan una queja al Gobierno Municipal donde
señalan: "(…) Debido al movimiento de soldados en la
ciudad sería conveniente el señalamiento de
lugares(…) en los extremos del pueblo a donde fueran los
soldados a hacer sus necesidades preparando(…) escusados
públicos fáciles de limpiar (…) con lo que se
evitaría el mal olor en algunos sitios (…) de los
más céntricos se percibe y nos evita el desarrollo
de epidemias(…)".24
Si le agregamos la parte de la población
constituida por los campesinos que llegaban a la ciudad sin otro
equipaje que el de la miseria arrastrada desde el campo, a los
hombres que regresaban de la guerra y todo lo que esto implica,
entre ellos huérfanos, viudas, mutilados, perdidos en
sí mismos sin saber hacia donde dirigirse podemos tener
una idea del Bayamo de posguerra.
En octubre de 1899 fuimos golpeados por un ciclón
en la parte de Laguna Blanca, Barrancas, Bueycito, Veguitas,
Horno y Guisa, quedaron sepultados bajo las aguas; los
ríos Cauto y Bayamo arrasaron por completo las
plantaciones de maíz, yuca, boniato y los corrales con
animales domésticos como cerdos, chivos, gallinas, que
tenían los bayameses como medio de subsistencia se
perdieron, y más aún cuando las medidas sanitarias
dictadas en 1888 las cuales se mantenían, prohibían
la crianza de animales en las viviendas y calles favorecieron la
crianza en las orillas del río, no quedó un conuco
en pie, las márgenes del río era el sitio que
ocupaban los vecinos para fomentar una economía natural y
de esta manera aliviar el hambre existente debido a la falta de
recursos alimenticios que llegaban a la zona, en Cauto unas
sesenta familias se quedaron sin nada, " (…) las embarcaciones
podían navegar por entre las casas (…) el vapor Eulalia
(…)prestó auxilio a infinidades de
familias(…).25
El General Wood que se encontraba en Santa Cruz dispuso
una ayuda de tres mil raciones para socorrer las victimas del
ciclón 26. Las palabras del Alcalde de Barrio de Cauto
Embarcadero fueron: "(…) cada día se hace mayor la
miseria de esta comarca (…), la situación es
desesperante (…) 27. En Laguna Blanca alrededor de 26 familias
quedaron totalmente en la miseria 28.
Estos ejemplos son la viva estampa de una región
desvastada, vemos la necesidad de plasmarlo en nuestro trabajo
para que tengamos una idea más acertada del sufrimiento de
nuestros predecesores.
Se ha escrito bastante sobre las guerras de
liberación ,cuyo escenario fundamental sabemos fue nuestra
región, ahora bien , considero que estudios como estos
ayudan a tener una visión más acabada de las
condiciones en que vivió una población marcada por
estos acontecimientos y que sí bien fue la guerra la mayor
causante de la miseria, por otro lado no fue la única que
contribuyó a ella, cuando conocemos toda esta gama de
desastres naturales, sucedidos con una frecuencia asombrosa, nos
damos cuenta del verdadero holocausto, la única diferencia
entre el pobre y el rico fue en que este último
perdió más , su familia, su hogar y sus riquezas.
Si con la información que tenemos hasta hoy nos hemos
identificado, considero que con estudios como estos los
admiraríamos mucho más y comprenderíamos por
qué los bayameses de la República naciente amaban
tanto a su tierra y temían que todo lo vivido se
olvidara.
Bayamo nunca se recuperó totalmente , y la
preocupación mayor de sus vecinos no estuvo en recobrarse
rápidamente sino en cómo, porque lo que no pudo
eliminar tanta pobreza e inmolación fue el deseo de ser
independientes, por lo que el golpe mayor lo constituyó el
despojo sufrido por las huestes cubanas por medio de las tropas
norteamericanas materializándose en 1902 con la
intervención yanqui; y con ella el dominio de nuestra
economía, conozcamos la posición del bayamés
en cuanto a esto mediante un artículo publicado en una de
sus primeras revistas después de iniciada la
república: la Revista Literaria Hojas y Flores, es una
fiel exponente de lo planteado:
"(…).Hoy que la suerte nos ha proporcionado
vías rápidas de comunicación podemos
demostrar más a las claras, que solos, somos suficientes
para multiplicarnos en todos los sentidos sin ayuda de tesoros
extranjeros, (…) ¿Qué haríamos con que un
trut yanqui viniera y fomentara un central azucarero en nuestra
de por sí rica comarca?(…) El primer año
sería todo gloria (…) pero el segundo ya
comenzaría a sentirse los efectos de la
monopolización; y al tercero (…) para los americanos la
miel. Para el cubano el bagazo"29.
CITAS Y NOTAS
1- Bayamo en el Crisol de la nacionalidad
Cubana. Colectivo de Autores. Pág., 14, p, 3. Centro
de Información Casas de la Nacionalidad
Cubana.
2- Ibidem, Pág., 21.p, 7.
3– Ibidem, Pág., 25.p,
7.
4- File sobre desastres naturales, Centro de
Información, Casa de la Nacionalidad Cubana
5- Ibidem.
6- Ibidem.
7- Ibidem.
8 -Ibidem.
9 – Ramírez, Benjamín:
Memorias. Centro de Información, CNC.
10 -Maceo Verdecia, José: Bayamo
T-2, Editoriales Arte, Manzanillo.1936. P-36, p-37.
11 -Ibidem.
12- Bayamo en el Crisol de la Nacionalidad cubana,
Colectivo de autores pág.104. Centro de Información
Casas de la Nacionalidad Cubana.
13 -Ibidem.
14- Archivo Histórico Provincial, Bayamo, fondo
colonia, leg. 90, exp.1514.
15 -Fondo. Gobierno Municipal, Colonia, Leg
55, Exp. 497. A.H.P.
16 -Ibidem, Leg 39, exp., 690.
17–Ibidem, Leg 90,1515.
18- Ibidem, Leg 39,693.
19- Ibidem, Leg 39, 692.
20-Ibidem, Leg 71, 1238.
21- Ibidem, Leg 73 ,1274.
22- Ibidem, Leg 39, 694.
23- Ibidem, Leg—————
24-Ibidem, Leg73, 1266.
25- Ibidem, Leg 39, 699.
26- Ibidem, Leg39, 699.
27-Ibidem, Leg 39, 700.
28-Ibidem, Leg 39,698.
29- Revista Hojas y Flores, Bayamo,
años 1911, 1912. Centro de Información de la Casa
de la Nacionalidad Cubana.
Autor:
Isabel María Seara
Ricardo.
Enviado por:
Alexander Ruiz Beltran