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El gaucho, su relación con el desarrollo ganadero



  1. Conclusión
  2. Bibliografía
    Consultada

No podía faltar en este Congreso, la
figura de un hombre tan importante para la producción
pecuaria de nuestro país, como lo fue a través de
la historia "el gaucho".

Desde el origen se puede decir que es una
palabra con una múltiple etimología, de todas
partes parece traer algo, desde los aborígenes hasta los
extranjeros que llegaron a nuestras tierras.

Se le atribuye un origen araucano al creer
que proviene del vocablo "gahu-che" que significa gente que canta
triste. Del quechua "huachu" cuyo significado es huérfano,
vagabundo, abandonado. Del árabe "chauch", arreador de
animales o tropero. De una deformación de "guaso" (hombre
de campo rústico, tosco o grosero). De una
modificación de la palabra "guacho" (huérfano, hijo
de madre soltera y/o abandonado por ella). De una
derivación de gauderio (holgazán, poco favorable al
trabajo). Se supone también que puede provenir de la
palabra portuguesa garrucho, cuyo sentido es "portador de
garrocha, es decir, el hombre que para poder controlar el ganado
usa una vara realizada con una rama de árbol,
comenzó a usarse en la Banda Oriental porque venía
del sur de Brasil; esta palabra pasó a ser gaúcho y
luego castellanizada como gaucho.

Lo cierto es que el primer uso documentado
del término se remonta al año 1816, pero se cree
que se estaría usando ya desde 1770.

Entre el 1700 y 1870 fue junto al aborigen
el habitante por excelencia de las pampas.

Este es el panorama del nacimiento del
nombre: gaucho.

Las fuentes históricas cuentan que
desde la época del conquistador Hernandarias, en el siglo
XVII, se requería de hombres para manejar el ganado,
éstos fueron los primeros gauchos.

Circula una leyenda que menciona con nombre
y apellido al que se supone fue el primer gaucho, un hombre
llamado Alejo Godoy, la misma data del año
1586.

Los gauchos eran generalmente
mestizos[1]o criollos[2]

En el año 1875 un viajero Henri
Armaignac dijo: "Un extranjero puede adquirir, aunque sea muy
difícil, todas las destrezas del gaucho, hablar como
gaucho…pero no será nunca considerado gaucho; en
cambio sus hijos aunque todos sus linajes sean directamente
europeos, al ser ya nativos o criollos, sí eran cabalmente
considerados gauchos".

Se lo ha comparado (por ser un jinete
dedicado al ganado) con el charro mexicano, el huaso chileno, el
llanero venezolano-colombiano, el vaquero estadounidense, el
chagra ecuatoriano, el gorilazo y el morochuco
peruano.

Hasta mediados del siglo XIX era semi-
nómade, habitaba libremente la pampa, esas planicies
abiertas, llanuras que se extienden desde el norte de la
Patagonia, hasta el norte del estado de Río Grande Do Sul,
en el sur de Brasil, bordeada por los Andes hacia el oeste y
más al norte por los llanos chaqueños, hasta Santa
Cruz de la Sierra.

El gaucho se encuentra en todo lugar donde
se puede andar a caballo e interpreta el nacionalismo y la
tradición de nuestra región.

Las destrezas de estos hombres eran muy
variadas, aunque eran considerados vagos y holgazanes, se
desempeñaban como reseros o arrieros, trasladando el
ganado de un lado a otro; como baquianos, eran guías
expertos pues conocían el terreno palmo a palmo; como
rastreador, que encontraba animales y hombres perdidos, robados o
fugitivos, además leía las huellas dejadas en la
tierra, el escritor Lucio V. Mansilla en su libro "Una
excursión a los indios Ranqueles", dijo de ellos:
"…no solo reconocen por la pisada si el animal que la ha
dejado es gordo o flaco, sino si es tuerto o no…"; como
pulpero, que atendía a quienes iban a comprar comestibles
y servía bebidas blancas, y podemos seguir nombrando al
mayordomo, el estanciero, el puestero, el marucho que era el que
cuidaba los bueyes y las mulas; el tropero, el payador, el
chasqui, el domador, el artesano del cuero , el asador, y
más… Decía don Atahualpa Yupanqui en su
"Milonga del peón de campo"

Yo nunca tuve tropilla

siempre montado en ajeno,

tuve un tostao, que de bueno,

ni pisaba la gramilla.

Paso la vida sencilla

como es la del pobre
peón,

madrugón tras
madrugón,

con lluvia, escarcha o
pampero;

a veces me duelen fiero

los hígados y el
riñón.

Hombre bronceado de ojos
zarcos[3]de mentón voluptuoso y nariz
aquilina[4]negro como el carbón o de piel
olivácea, de pupilas celestes y cabellos de oro, altos y
espigados, rechonchos y pequeños. No hay un prototipo de
físico del gaucho, ni existe una antropología que
los defina o circunscriba.

El poeta José Hernández, lo
describe en su obra "Martín Fierro", como símbolo
de la tradición nacional argentina y lo contrapone a la
tendencia europeizante de la ciudad y a la corrupción de
la clase política. El gaucho, héroe del poema, fue
reclutado para luchar contra el indio, pero se convierte en
desertor y fugitivo de la ley.

Los gauchos del sur eran indisciplinados,
en cambio, los del norte tuvieron un papel relevante en las
luchas por la independencia de España.

Tal fue la destacada actuación de
los Gauchos de Miguel de Güemes en Salta, que fueron
comparados por los historiadores con los Mamelucos que formaban
parte de las tropas de Napoleón Bonaparte.

El gaucho se caracterizaba por los
siguientes valores: valentía, lealtad y hospitalidad, de
allí proviene la frase tan usada: "hacer una
gauchada".

Los gauchos nacieron pensando que la tierra
era de todos, que no tenía dueño, no sabían
de la existencia de la propiedad privada. Vivían en forma
independiente y se iban demasiado jóvenes de al lado de
sus padres.

Eran jinetes libres que recorrían
las pampas, que llegaban hasta a dormir y comer montados en sus
caballos.

Fueron hombres muy discriminados y sufridos
en diferentes épocas de la historia argentina.

Cuando los campos comenzaron a alambrarse,
perdieron mucha de su libertad. Allí, en algunos de ellos,
hubo un cambio en su forma de vida, porque comenzaron a
transformarse en paisanos, cuando se aquerenciaron al afincarse
en una estancia. Accediendo así a una
semi-sedentarización.

Este gaucho o paisano, cuando caía
en desgracia, se convertía en
matrero[5]

Las actividades dominantes del gaucho eran
la de trasladar el ganado vacuno entre los campos de pastoreo o
hacia los mercados y puertos.

Participaban de la yerra, donde marcaban a
fuego con el signo del propietario, el ganado vacuno.

Domaban los potros, faenaban y
cuereaban.

Puede apreciarse que el gaucho fue un
trabajador del campo, aunque se diga de él que era el
portador de todos los vicios.

La verdad es que este hombre era el
engranaje más importante de una economía nacional
que sin él no hubiera podido existir.

Los estancieros o propietarios, eran
personas que habían obtenido las tierras, eran
extranjeros, no sabían de las tareas que debían
realizarse, tenían numerosos rebaños vacunos,
lanares y caballares, y tanto la administración del campo
como la realización de las tareas rurales, las
hacían los peones y los capataces.

La adaptación del gaucho a estar
subordinado y limitado, a vivir restringido a una
estancia, fue muy lenta y difícil, pues su instinto de
libertad, a veces le jugaba una mala pasada,
entonces con su silla y su pingo (toda su
pertenencia), abandonaba la estancia volviendo a su vida
anterior. Desde aquel momento, los gauchos pasaron a
ser unos peones mal pagados a cargo de los
rebaños de sus señores. Condenados a la
desaparición, se convirtieron en un
mito.

Aquellas hordas anárquicas,
indisciplinadas de jinetes son hoy objeto de leyenda
y veneración.

Al gaucho nunca se le dieron tierras, todo
el pago que recibían era parte de los cueros.

Quienes defienden la cultura gauchesca,
sostienen que si haberle sacado las tierras al indio, beneficiaba
a toda la República, era injusto, que siendo el gaucho el
que peleaba no se pudiera quedar con algunas tierras, que fueron
repartidas y vendidas a autoridades porteñas.

El gaucho fue señalado como el
representante de la barbarie, como un ser inferior e ignorante y
condenado a desaparecer, cuando en realidad debía ser
admirado por ofrecer su vida a la Patria.

Para reivindicar estas marginaciones y
discriminaciones es que el poeta José Hernández,
escribe "Martín Fierro", en su primera parte "El gaucho
Martín Fierro", expresa el dolor de la pobreza, la
persecución al diferente, y el hecho de ser culpable solo
por ser distinto; un ser que el progreso no requiere.

En la segunda parte "La vuelta de
Martín Fierro", el gaucho vuelve al seno de la sociedad,
sacrificando su preciosa independencia.

Hoy, en esta infinita llanura sin
horizontes, de una superficie total de unos 250 millones de
hectáreas, algo más de la mitad se aprovecha como
pasto para ovejas y ganado bovino. Los gauchos tienen que vigilar
los rebaños como meros peones, esquilar ovejas, cuidar
caballos, ordeñar vacas y, si es necesario, hasta conducir
un tractor.

Para ellos sólo queda la nostalgia y
los sueños, a los que se entregan cabalgando por la
Pampa.

Conclusión

El gaucho, una persona común, como
cualquiera de nosotros en el día de hoy, él era
manipulado por sus superiores y debía responder a lo que
el jefe quería. Obviamente, no en las mismas
circunstancias que las de ahora, pero nosotros debemos afrontar
muchas cosas similares.

El ser gaucho dependía de una
determinada mentalidad, de una visión del mundo,
de

una herencia de costumbres, sentimientos,
virtudes y vicios.

La independencia, el afán, la
libertad, la unión con el medio natural, la
valentía y resistencia física, la extraordinaria
habilidad sobre el caballo, la hospitalidad ofrecida al visitante
en el austero rancho, eran condiciones casi innatas de los
gauchos. Si éstos trabajaban lo hacían de aquello
que conocían y les gustaba.

Nosotros, que a pesar que somos casi todos
descendientes de españoles e italianos, sentimos que
tenemos en nuestras venas algo de ese gaucho, algo de su lucha,
de su rebeldía de su transgresión, de su defensa
por el que menos tiene, de su amor por esta tierra que nos
cobija.

A modo de final, les quiero regalar una
poesía que publiqué el año pasado, pensando
en mi barrio y en el monumento al Resero y en homenaje a todos
los gauchos de hoy,

Al Resero

Resero,

erguido en el barrio

te presentas.

Tu estampa de gaucho

acrecienta

el sentimiento patrio

que el verte

me ha forjado.

Resero,

cuantas tardes

de sol iluminadas

cobijaste sortijas

cantos y artesanos

al pie de las rejas

que hoy te cuidan.

Resero,

te escribo

porque siento muy fuerte

dentro de mi pecho

que sos el testigo viviente

de mi barrio,

Mataderos.

Laura Virginia
Fernández

2010

Bibliografía
Consultada

GCBA. Secretaría de Educación
Historia del Campo en la Ciudad  150 años, de
consignatarios, reseros, mercados y barrio de Mataderos.

  Ofelio Vecchio  Recorriendo Mataderos 
Tomo 1

Juan Cruz Jaime. Mercado y barrio
de Mataderos 
: Una relación
centenaria.  
Mercado de Hacienda S.A.  
Mi país, tu país  "El gaucho "
fasciculo N° 9  Enciclopedia argentina de la escuela y
del hogar . Murena, Héctor A.Visiones de Babel
Fondo de Cultura Económica. México. 2002.
Echeverría, Esteban. El matadero. La cautiva.
Editorial Kapelusz. Buenos Aires, 1965

Mansilla, Lucio V. Una excursión
a los indios ranqueles
. Tomo II. Centro Editor de
América Latina.S.A. Buenos Aires. 1967

José Pablo Feinman. Martín
Fierro
, hoy. En Página 12- Opinión
2-10-2005

José Gelman. Nuestros famosos
gauchos son personajes construidos
. Página 12-
Diálogos. 26-01-2009

Corbiere, Emilio. El gaucho desde su
origen hasta nuestros
días. Editorial
renacimiento.

Giberti, Horacio. Historia
económica de la ganadería argentina
. Editorial
Hachette

Luisi, Jacqueline. Rosas y la industria.
El primer saladero industrial
.

Aguirre, Máximo. José
Hernández y su "Instrucción del estanciero",

1972

Magariños Cervantes. Alejandro.
Las estancias y los gauchos- 1854

 

 

Autor:

Laura Virginia
Fernández

Monografias.com

"Valorar el Patrimonio es preservar nuestra
Identidad"

1810- BICENTENARIO DE LA REVOLUCION DE MAYO
– 2010

"I CONGRESO DE HISTORIA E INDUSTRIACARNICA
Y SUS DERIVADOS EN MATADEROS"

29, 30 y 31 de julio de 2010

CIUDAD AUTONOMA DE BUENOS AIRES

"Declarado de Interés Cultural por
la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
"

José L. Suárez 2658 –
Mataderos

Anexo Ludovico Macnab

2010

[1] Mestizo: Nacido de padres de raza
diferente.

[2] Criollo: Blanco nacido en las colonias;
españoles nacidos en América; negro nacido en
América.

[3] Zarco: Que tiene un ojo blanco. Hombre de
raza blanca.

[4] Aquilina: Aguileña.

[5] Matrero: Delincuente perseguido que
merodeaba en la noche y se escondía en los montes.

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