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La Iglesia Católica de Bayamo. Nuevos retos a inicios de la República (1900-1925)



  1. Soluciones
    recurrentes a las puertas del siglo XX en
    Bayamo
  2. Coexistencia del
    catolicismo con otras manifestaciones
    religiosas
  3. Bibliografía

El caso de Cuba no fue una excepción, bajo los
influjos colonizadores España impulsó el llamado
Derecho Castellano a través de normas jurídicas
especiales, capaces de regular la nueva realidad, para lograr
este propósito la iglesia ocupó un rol fundamental
a través de la entrada de misioneros dispuestos a
cumplimentar la campaña de catequización
indígena y al unísono esparcir las exigencias
católicas hacia todos los ámbitos de la vida
social. Bayamo constituyó la segunda de las villas
fundadas por la metrópoli, desde entonces el auge de la
empresa colonizadora intervino en todos los ámbitos de la
vida sociocultural, donde sin dudas la religión de origen
hispano acaparó el sentido de la vida entre las nuevas
generaciones de cubanos.

La Iglesia Católica vino a constituir en la Cuba
colonial la base de la vida espiritual y cultural en el
desarrollo de la sociedad criolla, por lo que contribuye a la
conformación de la identidad nacional, su influencia marco
hacia todos los sentidos (económico, social, cultural,
político).

A pesar de la existencia probada de otros tipos de
religiones de carácter afrocubano y fundamentalmente el
espiritismo de cordón, el sentido generalizado de la
religión católica predominó con fortaleza en
toda la comarca. Muchos de los especialistas en el tema afirman
que Bayamo resultó uno de los pueblos donde mayormente se
afianzó el significado católico. Sugerente
constituye la explicación de Leví Marrero cuando
plantea que en las villas de Bayamo y Santiago de Cuba muchos de
sus habitantes más acaudalados económicamente y
distinguidos miembros de la oligarquía, afianzaban sus
ganancias en tributos religiosos.

Las instituciones de orden católico que fueron
erigidas en la demarcación de la ciudad tuvieron
propósitos determinados: el afianzamiento
socioeconómico, político, y lógicamente de
tipo religioso; sin embargo, el sentido de tales signos
ocupó otra interpretación entre los grupos sociales
independientemente del tipo de estrato social, el pensamiento
cotidiano se afianzaba en la necesidad de salvar el alma y
congeniar todo tipo de acciones que reafirmaran la
posición definida ante Dios y de los hombres que
cumplimentaban las doctrinas bíblicas.

En una visita eclesiástica que realizara el
Obispo Morell de Santa de Cruz a mediados del siglo XVIII,
describe el crecimiento devocional que tomó fuerza en la
villa, se conocen nueve iglesias a demás de otras
iniciadas:

  • 1- La Parroquial.

  • 2- San Juan Evangelista.

  • 3- Santísimo Cristo del Buen
    Viaje.

  • 4- Nuestra Señora de Regla.

  • 5- Señora de Santa Ana.

  • 6- Nuestra Señora de la Luz.

  • 7- Nuestro Señor osé.

  • 8- Asunción de Nuestra
    Señora.

  • 9- Nuestro Señor Francisco.

Además de la presencia de setenta
eclesiásticos, veinticinco ordenantes tonsurados, treinta
y uno presbítero, diáconos, santos,
subdiáconos y notarios instruidos con conocimientos de
gramática, filosofía y teología. En la misma
medida se fomenta la construcción de escuelas de frailes,
así como la construcción de colegios religiosos,
privados distinguidos para hembras y varones; entre otros que se
conocen el de San José, La Divina Pastora, Santa Ursula,
Santa Filomena, San Antonio, el Salvador, la Caridad y el
Rosario.

En el espacio cultural bayamés, la
funcionabilidad religiosa mantenía sólidas
columnas, que lejos de individualizarse básicamente en el
orden eclesiástico, se imbricaban poderosamente como parte
de la cultura popular; de hecho, en la cotidianidad de la comarca
eran inviolables los festejos, ceremonias y todo tipo de
solemnidades a favor de los principales días de la santa o
santos patronos, además del vinculo continuo en cada
aspecto de la vida emocional: bautismos, bodas,
cumpleaños, funerales y entierros; e incluso para decretar
herencias y propiedades.

En la misma medida la estructura social estuvo
acompañada por una economía ceñida por la
explotación de haciendas ganaderas, el auge azucarero en
menor medida y la actividad agrícola, lo que evidencia que
la dimensión económica no tuvo drásticos
cambios que repercutieran en la infraestructura social, si a ello
se le suma, las características de la época basada
en los preceptos morales y religiosos la defensa de la pulcritud
y las costumbres tradicionales cargadas de fantasías,
mitos y supersticiones podrá comprenderse que las
peculiaridades de ese momento histórico, favorecen de
manera directa el surgimiento y desarrollo de tales
prácticas religiosas.

Para C. S. Peirce la creencia en la realidad de Dios es
un producto de la abducción como un instinto educado,
racional, en el que el juego de la mente contempla el universo,
siendo un peculiar estado de la mente y del corazón que
van de una cosa a otra de manera libre, y en el curso de esta
actividad surge tarde o temprano la idea de Dios, atrayendo al
hombre de tal forma que nace una creencia instintiva en su
realidad. Cuanto más la ponderan más respuestas
encontrará en cada parte de su mente porque proporciona un
ideal de vida. Esto explica la manera de actuar en una
época determinada de los colectivos o grupos, en que lo
esencial para ellos era la fe en Dios, su vida gira en torno a la
creencia.

A pesar de existir el conocimiento sobre una probable la
existencia de sectas cristianas no católicas en el siglo
XVI, es a partir de las últimas décadas de la etapa
colonial en que se produce la entrada frecuente, denominada por
otros investigadores como intensa, de otras corrientes del
cristianismo, como es el caso del protestantismo con una fuerte
influencia de las iglesias matrices norteamericanas.

Este fenómeno comenzó a verse de forma
prejuiciosa por la Iglesia Católica considerada la oficial
a pesar de haber cedido terreno en este sentido, pues va
perdiendo preponderancia por parte del gobierno colonial de la
isla, de manera que favorece a las condiciones propicias para el
asentamiento del protestantismo, entre otras cuestiones
también fue desfavorable a la Iglesia Católica la
intervención de algunas escuelas que administraba pasando
a formar parte de instituciones públicas en manos de la
administración colonial. Los acontecimientos
bélicos ocurridos en Cuba en las guerras de independencia
de 1868 y 1895 arrojaron consecuencias devastadoras a la
institución para la cual el gobierno no con consideraba
esta como una prioridad.

Se iniciaba el declive del catolicismo de una manera
irreversible. La secularización de las órdenes
religiosas, franciscanos y dominicos, establecidas en Bayamo,
dejaban reducido el clero católico en la región,
resultando abandonadas las misiones en los campos y los pobres en
las ciudades. Vinculados a este proceso comenzó a ser
desfavorable el curso de las relaciones Iglesia- Estado , sobre
todo a lo largo de más de 30 años de guerra
independentista en que el apoyo político del que gozaba el
clero, les fue retirado por la administración colonial
acusándolos de apoyar las luchas emancipadoras. De esta
manera la iglesia se fue deteriorando material y espiritualmente
en las nuevas condiciones de una ciudad que, a diferencia de
otras, había quedado doblemente arrasada y
empobrecida.

Ante estos factores objetivos desfavorables para el
catolicismo, se inicia lo que llamaría Jorge
Ramírez Calzadilla, una temprana sincretización
entre elementos del santoral católico y de las
mitologías africanas con ingredientes particulares de las
religiones precolombinas, que al coexistir con valores de otras
culturas van formando parte del entramado socio religioso
bayamés. Es asumido como una alternativa espiritual sobre
todo en las capas populares y zonas rurales de la región,
en busca de soluciones a los problemas, preocupaciones y
aspiraciones.

Soluciones
recurrentes a las puertas del siglo XX en
Bayamo

El advenimiento de la república neocolonial, a
partir de la intervención norteamericana, generó un
conjunto de cambios y contradicciones que se acentuaron en el
periodo de 1900 a 1925. Frente al proyecto de dependencia
quedaban laceradas las aspiraciones del clero criollo en torno a
la formación de una iglesia nacional cubana, para
adentrarse en un proceso de redefinición de su
posición.

Al concluir el gobierno colonial español
ponía fin a la unión existente entre este y la
iglesia. La ocupación norteamericana prohibía todo
tipo de subvención estatal a las actividades con fines
religiosos, aunque le retribuido con indemnizaciones los
daños ocasionados por el gobierno colonial español
en el proceso de desamortización de sus propiedades, pues
a pesar del predominio del anticlericalismo en el país
sobre todo entre la intelectualidad, todavía
ejercía su influencia en las sectores populares muestra de
ello eran las celebraciones de la Virgen de la Caridad del Cobre
y su declaración como patrona de Cuba.

Con el cambio de siglo comienza a legitimarse una nueva
corriente religiosa denominada protestantismo, proveniente de los
Estados Unidos con prácticas y conceptos propios que
distinguen a cada una de sus denominaciones. La
intervención norteamericana dejaba a la iglesia cubana
subordinada a un delegado apostólico de la iglesia
anglosajona que garantizaba el control de este espacio social que
sin dudas había ganado la fe católica bajo su
compromiso público en cada comunidad cubana y que ahora
estaba siendo hábilmente aprovechado por otras
manifestaciones religiosas.

A partir de ese momento

En 1900 la ciudad de Bayamo afectada por los rigores de
la guerra solo quedaron en pie la Capilla de los Dolores y la
Iglesia de la Luz (actualmente sala teatro José
Joaquín Palma) ocupada por una familia que en ella
encontró refugio, otras iglesias y ermitas desaparecieron:
la de Santa Ana, la Iglesia Parroquial de San Juan Evangelista
(destruida por el incendio durante la insurrección),
así como la Iglesia de San Salvador. El antiguo Convento
de Santo Domingo fue convertido en escuela pública, la
iglesia que pertenecía a Nuestra Señora de Regla
estaba transformada en cuartel de la Guardia Rural. De las
antiguas iglesias ubicadas en zonas rurales quedaban solamente
algunos restos y solares de la iglesia del Dátil, de San
Pablo del Horno, San Miguel, un solar con las propiedades de la
iglesia de Barrancas, otro en Guisa, Veguitas y Cauto
Embarcadero, así como una casa cultos en Santa
Rita.

Frustradas las aspiraciones de crear una nación
moderna, Cuba quedaba supeditada al nacionalismo expansivo que
durante algún tiempo sustentaban los Estados Unidos de
América y, que desde el punto de vista ideológico,
buscaba manipular la historia oficial y tergiversar de la memoria
colectiva, sobre la base de un discurso con marcados intereses
injerencistas. Entre las cuestiones urgentes a realizar por el
gobierno interventor, estaba la convocatoria a una Asamblea
Constituyente que dejara redactada la constitución de la
futura república. No era difícil desentrañar
las intenciones de su proyecto nacional que por demás
implicaba cambios políticos, económicos y
sociales

Paralelamente a este proceso, en Bayamo, hacia 1901, se
organizaron varios grupos sociales y movimientos con vista al
proyecto de la Carta Magna en la que trataban de ver reflejadas
sus aspiraciones mediante leyes. Durante largas jornadas de
sesiones fueron debatidas algunas propuestas, el clero era
partidario de la creación de una iglesia libre
independiente del Estado lejos de limitaciones sobre la base del
respeto a la moral cristiana y por supuesto al orden
público.

Los católicos, aunque no lo lograron,
pedían incesantemente privilegios, entre ellos:
solicitaban fuerza legal para el matrimonio eclesiástico
equiparada a la fuerza legal que tenía un abogado,
así como la impartición de clases de
religión católica en las escuelas públicas
para el que las solicitase. Finalmente la Carta Magna de 1901 en
su artículo 26 declaraba su carácter laico al
establecer la definitiva separación entre esta
institución y el Estado

Por lo pronto era preciso ocuparse de la
restauración espiritual e ir cerrando las fisuras
ocasionadas en las etapas precedentes. Entre las primeras
gestiones estaba dotar al pueblo de un clero católico para
lo cual Tomas Estrada Palma(entonces Presidente de la
República) solicitó a los superiores de la Orden de
los Capuchinos la presencia de algunos padres, que luego de
haberse retirado más de medio siglo retornan a tierra
cubana. A partir de entonces comenzaría nuevamente a
predominar el clero español en Cuba. De esta manera llegan
a Bayamo, en 1905, los primeros clérigos que
tomarían posesión de las diferentes parroquias en
los términos municipales.

El Padre Rionegro fue el comisionado por los superiores
y con el consentimiento del señor Arzobispo de Santiago de
Cuba para la toma posesión de la Parroquia de San Salvador
de Bayamo, con el propósito de contribuir al sostenimiento
de los cultos y las asociaciones piadosas establecidas en la
región.

La iglesia fuera de los posibles proyectos
modernizadores de los sucesivos alcaldes municipales
comenzó a organizar un grupo de acciones dirigidas a la
actividad educativa de la enseñanza cristiana, que
condujeran la formación de una conciencia
vico-religiosa en las nuevas generaciones
independientemente de las clases sociales y los grupos
étnicos; que fuera capaz de mantener vivo los
hábitos, el sistema de valores y normas cristianas. Fue
facilitada la antigua iglesia de La Luz para un colegio
católico de extraordinaria aceptación, pero
opositores de la religión católica consiguieron
desacreditarlo y se les entrega a maestros de la localidad. Los
Padres Predicadores Capuchinos piden que intervengan las
Religiosas Terciarias Capuchinas de la Divina Pastora residentes
en Cataluña con el propósito de crear un colegio en
Bayamo. La petición tomada les fue concedida, quedando
ubicado el colegio en la antigua residencia del Convento de San
Francisco, para ese entonces orgullo de Bayamo, contando con 9
religiosas y 25 profesores católicos que atendían
la formación intelectual y moral de más de 400
alumnos de ambos sexos.

Se establecieron en la parroquia diversas
cofradías y asociaciones como parte de la Acción
Católica que agrupaba a mujeres y hombres en las ligas de
damas y caballeros católicos y a jóvenes de ambos
sexos en federaciones. Al frente de este movimiento
Católico en la Parroquia se hallaban 4 Padres Capuchinos y
dos Hermanos Coadjutores que persistían en la asistencia a
la Santa Misa, a las procesiones y cultos católicos para
mantener viva la moral cristiana en la ciudad.

Un gran número de muchachas aspirantes formadas
en el colegio de la Divina Pastora se establecieron en la
parroquia de otras asociaciones piadosas:

  • Las Hijas de María,

  • El apostolado de la Oración,

  • La Pía Unión de San
    Antonio,

  • La Cofradía de la Virgen de la
    Caridad,

  • La Cofradía de Santa Teresita del niño
    Jesús.

Coexistencia del
catolicismo con otras manifestaciones
religiosas

A pesar de los proyectos emprendidos por la iglesia
continuaba descuidada la labor de los misioneros en las zonas
rurales, mientras que allí fluían de un barrio a
otros las peticiones de autorizo para las sesiones de
espiritismo, tal es el caso de la comunicación enviada en
1903 al alcalde municipal de Bayamo Ambrosio Frutos en el que
trataba la existencia de un centro espiritista en Veguitas que se
denominó Los hijos del Evangelio, y sesionaba con
autorización del Gobierno Civil de la
República.

En este fenómeno convergen varios factores
coyunturales, que favorecen el avance de las nuevas
prácticas espiritistas insertadas socioculturalmente, de
una manera espontánea, en la vida cotidiana. La
población disminuye considerablemente en los primeros
años de la República, la muerte en la guerra y el
exilio fueron indicadores notables, quedando unos 3022
habitantes, aproximadamente, de los cuales la mayor parte emigra
a las zonas rurales de la región en busca de sustento
familiar. Fue un marco propicio pues en estas zonas se
instituyeron, según el Registro de Asociaciones, un gran
número de centros de estudios psicológicos bajo el
precepto del amor a Dios y respeto a las leyes, la moral y el
orden.

Años más tarde, también se
comenzaron a registrar solicitudes de permiso al alcalde
municipal para la realización de sesiones espiritistas en
casas particulares, ubicadas en calles principales de la ciudad.
La celebración de la fiesta de la de la Virgen de la
Caridad del Cobre constituyó un acontecimiento religioso y
cultural tanto para la Iglesia católica como para los
centros espiritistas, aunque asumido desde normas y
prácticas diferentes, unas relacionadas al catolicismo
europeo y otras al kardecianismo francés, devenido en
algunas variantes, que constituyeron rasgos autóctonos
como resultado del contexto histórico de la
región.

No se trataba exclusivamente de una práctica
religiosa de los sectores humildes de la sociedad bayamesa, sin
distinción de razas, sino que había penetrado en la
mediana y alta burguesía local que discretamente
frecuentaban los centros espiritistas, aunque en apariencia se
autodenominaban católica, prejuiciada por la
denominación pastoral del espiritismo como una
práctica satánica, lejos de las aceptadas
costumbres sociales. Quizás por su creencia en lo
sobrenatural, les atraía la manera de percibir la
energía frente a un altar diferente, las invocaciones,
santiguaciones o sencillamente los cantos, movimientos danzarios
y el toque de los tambores en sus celebraciones. Esta
situación no dejaba de ser una preocupación para el
clero pues, entre otras razones, la burguesía formaba
parte de sus fieles privilegiados.

Por otra parte el protestantismo también fue
considerado un peligro de gran magnitud para la iglesia
católica como denominación del cristianismo
protestantizado. La celebración de la Primera
Convención de Iglesias Evangélicas de Cuba en 1902,
estableció entre los principales acuerdos la no
celebración de las misiones en poblados que estuvieran por
debajo de los 6000 habitantes. Bayamo se encontraba en una
situación similar, es por esta razón que no es
hasta 1905 en que se constituye y organiza la primera iglesia
protestante de la ciudad en su denominación bautista,
exactamente el 17 de mayo en que también celebra su primer
culto en el inmueble que funcionaba como correo y
telégrafos (actualmente Casa Natal de Carlos Manuel de
Céspedes).

Los enfrentamientos y competencias entre los
católicos y protestantes fueron reales durante el periodo,
los primeros eran vistos como fieles defensores del colonialismo
borbónico y los segundos como practicantes de una doctrina
opuesta a la fe católica que formaba parte de la cultura
angloamericana. Las diferencias entre ambas manifestaciones
generó la resistencia al respeto del espacio social que
ocupaban.

Algunas de estas
contradicciones ocurrieron entre el vicario foráneo Fray
Froilán de Rionegro y el movimiento anticlerical que
incluía al director de la revista cultural "Hojas y Flores
"Francisco Lavernia (protestante), al acusar al vicario
foráneo de robo de los fondos de las instituciones
eclesiásticas, delitos en la emisión de
certificados matrimoniales y estafas con el fin de legitimar los
hijos obtenidos antes del matrimonio, administración de
Santo Bautismo en Cacocum, fuera de la jurisdicción,
explotación al pueblo, entre otras cuestiones por lo que
solicitaba la expulsión de esta orden del municipio. Como
respuesta el clero exigió al Arzobispo de Santiago de Cuba
la comprobación de dichas acusaciones.

A partir de estos momentos D. Francisco de Paula Barnada
y Aguilar, Arzobispo Metropolitano de la Archidiócesis de
Oriente, otorga, en 1911, el Poder Especial # 523 al Sr. Vicario
Foráneo de Bayamo Fray Froilán de Rionegro,
perteneciente a la orden de los Capuchinos, y al Abogado Sr.
Mariano Vilá Mestre para que representasen los derechos y
acciones de la Iglesia Católica Apostólica y
Romana, confiriéndoles facultades de comparecer ante los
jueces del partido judicial de Bayamo en juicios verbales aun y
cuando se relacionaran con negocios civiles, criminales, procesos
contenciosos o gobernativos con facultad de apelación, si
afectasen los intereses de la misma. También la
inscripción en el Registro de la Propiedad de las
capellanías como bienes de la Iglesia les proporcionaba el
cobro de los réditos que ingresarían a sus
fondos.

De esta manera la iglesia comenzó a proceder
conforme a lo establecido, el poder especial le ofrecía
algunas armas en el plano legal para enfrentar las
campañas de los anticlericales, libre pensadores y
protestantes que como objetivo pretendían la
expulsión de los predicadores capuchinos

Independientemente a estas situaciones contradictorias
todavía la iglesia católica contaba con el apoyo
económico de la burguesía local, de esta recibieron
importantes sumas de dinero para contribuir a la
reconstrucción de la Parroquial Mayor de la ciudad y otros
inmuebles. Fue recaudada la suma de $1238.10 pesos. Entre los
principales contribuyentes se relacionan: el New Orleans National
Bank de 150.00 dólares por mediación del Licenciado
Elpidio Estrada; la Señora Martha Abreu de Cienfuegos con
un donativo de $100.00 pesos, de Puerto Príncipe el
señor Betancourt $100.00, Banco Industrial de Cuba
dirigido a demás por Martha Abreu $ 10.00, Casas Hill
$10.00, los RRPP Capuchinos de Bayamo $100.00. Una parte de estos
donativos se empleó en la compra de madera y
tejas.

En 1920 a pesar de los esfuerzos realizados por la
recuperación y el fortalecimiento de la iglesia era
inevitable el ambiente de desánimo existente en la
población religiosa. No fueron alentadoras las impresiones
que sobre la vicaria de Bayamo tuvo la comisión del
Concilio de Roma en visita de inspección, señalando
el insuficiente trabajo desarrollado hasta el momento por el
ministerio de los predicadores capuchinos. Mientras se
incrementaba la asistencia a los templos protestantes
existía una disminución en la participación
de los fieles al culto católico.

Como manifestación de la cultura, la
religión en la región se interrelaciona con los
diversos factores y procesos cambiantes que han tenido lugar en
todas las etapas de la sociedad en que el hombre ha sido su
centro, teniendo en cuenta la existencia de modelos
socioculturales diversos (español, africano,
norteamericano, entre otros) que van haciendo heterogéneo
el cuadro religioso, a la vez resultado del sincretismo y por
supuesto del proceso de transculturación.

Al respecto es preciso tener en cuenta algunas
consideraciones de Jorge Ramírez Calzadilla, al plantear
que por la acción de otras influencias se han sumado al
cuadro religioso cubano formas religiosas portadas por
inmigrantes judíos, haitianos, chinos a demás de
algunas vertientes de origen africano, así como
denominaciones con características de la sociedad
anglosajona en la que se incluye el espiritismo surgido en
condiciones pragmáticas, pero una vez recibidas se
perciben cubanizadas.

En el periodo republicano bayamés, las
manifestaciones religiosas forman parte de las raíces
culturales del pueblo asociado a su identidad en la medida que se
construyen los ideales que atañen a los grupos y clases
sociales que lo componen, en que por sus características
hace que su comportamiento sea diferente al resto de las regiones
de Cuba. La fuerte carga de subjetividad como existencia objetiva
de lo sobrenatural, la sostienen en la profunda lealtad a una
verdad que los acerca al bien supremo.

En todo el país se produjo el avance de las
denominaciones protestantes con cierta regularidad, de acuerdo a
determinados contextos que pudieron ser favorables o no. El
proceso de inserción de las manifestaciones religiosas en
el término municipal Bayamo estuvo marcado por el
espiritismo como expresión que ocurre de manera
simultánea en sus variantes junto al catolicismo y el
protestantismo. Incidieron en las creencias, costumbres y
tradiciones que fueron conformando una conciencia religiosa a
partir de la conciencia cotidiana en la medida de sus
representaciones, juicios, símbolos, sentimientos y
estados de ánimo. Este proceso es interpretado desde de la
evolución histórica y sociocultural que tiene sus
raíces en etapas precedentes y se legitiman en los
primeros años de la neocolonia asociados también a
factores económicos y políticos.

Bibliografía

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    República en Bayamo.1898-1925.Ediciones Bayamo
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    Sociedad y Religión. Selección de lecturas
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    Editorial Ciencias Sociales, La Habana, 1998.

Fuentes
Documentales:

Archivo Histórico Provincial.
Fondo Gobierno Municipal Neocolonia. Alcaldía.

Leg. 81, Exp. 2565, Protocolo Notarial
1868,1871

Archivo Histórico Provincial.
Libro de Acta No. 1de Ayuntamiento1869-1871

Archivo Diocesano: Resumen
histórico religioso de la ciudad de Bayamo. Octubre
1953

– Serie: Parroquias, Subserie: Catedral,
Caja: 22; Serie: Vicaria, Subserie: Bayamo, caja41; Serie:
Religioso, Subserie: Capuchino, caja39; Sección: Gobierno
Civil, Subserie: Certificación, caja8, Archivo Diocesano.
Sección; Justicia, Series: Capellanías y Obras
Pías. Informe del Cura Ecónomo de Bayamo sobre las
propiedades de la iglesia.

Centro de Información. Casa de la
Nacionalidad Cubana
: Fondo Gobierno Municipal
República. Leg 113, Exp. 1078, Leg 46, Exp 393, 394, 395.
Fondo José Maceo Verdecia Leg: 1, Exp: 6, Libro de
Acuerdos de Ayuntamiento.

Fondo Documental de la Iglesia Bautista
de Bayamo:
Libro de Acta No.1 Bayamo 1905-1920.

 

 

Autor:

Lic. Damiana N. Pérez
Figueredo.

INSTITUCION: Casa de la Nacionalidad Cubana. Oficina del
Historiador de la Ciudad. Bayamo. Provincia Granma.
Cuba

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