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Los indígenas en México




Enviado por Alejandra Lozano



  1. El
    México indígena
  2. Proyectos realizados
    actualmente
  3. Vida
    Cotidiana
  4. Dificultades para los pueblos
    indígenas
  5. La
    población indígena
  6. Apoyos
    para la población indígena
    (INEGI)
  7. Tradiciones indígenas
  8. Sistema de información e indicadores
    sobre la población indígena de
    México
  9. Género en los pueblos
    indígenas
  10. Webgrafía

El México
indígena

En México habitan poco más de 10 millones
de personas que se identifican como indígenas, siendo la
mayor población indígena en términos
absolutos de los países de América Latina,
equivalente a la población total de Honduras, Nicaragua y
Costa Rica.

Parte de nuestra diversidad cultural se expresa en el
uso de cuando menos 62 lenguas diferentes y un elevado
número de variantes. Entre ellas existen amplios
contrastes: mientras el náhuatl es utilizado por
más de un millón de personas, para el ópata
sólo se registraron 12 hablantes; 17 lenguas tienen
más de 50 mil hablantes y sólo seis
(náhuatl, maya, zapoteco, mixteco, otomí y tzeltal)
son utilizadas por más de 250 mil personas que, en
conjunto, representan 61% del total de hablantes de lengua
indígena.

La indígena ya no es la población aislada
y aparentemente estática de los años cincuenta y
sesenta. Hoy estamos ante un conjunto de mexicanos que se
desplaza no sólo a lo largo y ancho del país en
busca de mejores oportunidades de trabajo e ingreso en las
ciudades y campos agrícolas, sino también, y cada
vez con mayor frecuencia hacia otros países como Estados
Unidos y Canadá.

La población indígena se concentra en el
centro y sur del país: Chiapas, Oaxaca, Veracruz, Puebla,
Guerrero, parte del Estado de México, Hidalgo y Tlaxcala.
Continúa hacia el sureste en la península de
Yucatán y hacia el norte recorre Michoacán, algunas
regiones de Nayarit, Durango, Chihuahua y Sonora.

Proyectos
realizados actualmente

En la actualidad la mayoría de las
personas no se han interesado en las necesidades de los
indígenas en México mas sin embargo un grupo de
jóvenes se ocuparon de algunos servicios como la luz, el
agua, sanitarios etc. También se hizo una campaña
para personas con necesidades de alimentación. Por ejemplo
les pusieron techos de lámina y los mantenían
limpios para poder reciclar la lluvia y usarla para
bañarse.

Estadística

La información estadística
refleja de manera clara su ubicación y
concentración en el territorio Nacional. De los 2,428
municipios que hay en la República Mexicana, 803 tienen,
cuando menos, 30% de población indígena, donde se
concentra 78% de la población indígena a nivel
nacional. El último censo registró la existencia de
más de 17 mil localidades eminente y medianamente
indígenas que muestran, por su tamaño y
dispersión, elevados grados de ruralidad y aislamiento,
carentes de servicios públicos y escasa
comunicación. De éstas, 44% están habitadas
por menos de 100 personas; 17% tienen entre 100 y 449 habitantes,
y 14% entre 500 y 2,500 habitantes. El 25% restante está
conformado por localidades urbanas de más de 2,500
habitantes Las condiciones de desigualdad y pobreza
también se reflejan en los niveles de escolaridad. De
acuerdo con el censo de 1990, en localidades con 30% o más
de población indígena, 26% de su población
de 6 a 14 años no acudía a la escuela, y entre la
población mayor de 15 años, sólo 59%
sabía leer y escribir. El sector más afectado fue
el de las mujeres, ya que 46% carecía de escolaridad: del
total de analfabetas indígenas, 70.5% correspondía
al sector femenil. Con estos indicadores socioeconómicos
la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos
Indígenas, antes Instituto Nacional Indigenista, responde
a una demanda fundamental para dar cuenta de las condiciones de
vida y la distribución en la República mexicana de
los más de 62 pueblos indígenas que conforman el
mapa de su diversidad étnica.

A través de información
estadística presentada a nivel municipal y de localidad
sobre su dinámica demográfica, aspectos educativos,
empleo e ingresos, religión y características de
sus viviendas, se ofrece una base indispensable para conocer e
identificar los principales asentamientos en que viven y para la
planeación de su desarrollo. Con el resultado de este
trabajo de construcción y análisis de
información socio demográfica el Instituto Nacional
Indigenista, con el apoyo del Consejo Nacional de
Población, una vez más da cuenta de su compromiso
con los pueblos indígenas de México.

Vida
Cotidiana

La extrema pobreza y la alta marginalidad permanecen
como signos estructurales de la vida de los pueblos
indígenas. A ello habría que agregar un racismo
semiculto que en el plano local y regional actúa bajo
diferentes formas políticas y nunca le falta
ocasión para volverse virulento.

A lo anterior, habría que añadir que en
prácticamente todas las zonas donde habitan los pueblos
indígenas, se resienten de manera grave las consecuencias
de la descapitalización del campo, la falta de
inversión productiva, la baja productividad, los altos
niveles de erosión del suelo y las escasas posibilidades
de agregar valor a sus productos.

Las carencias, postraciones y desigualdades de la
sociedad indígena nos refieren a promesas incumplidas del
desigual desarrollo mexicano, que se ubican más
allá de su emergencia en el escenario nacional debido a la
violenta irrupción del EZLN en 1994; los profundos y
complejos problemas de los pueblos y las comunidades
indígenas sólo pueden ser enfrentados mediante el
concurso de las diversas instituciones gubernamentales así
como con la participación de las propias comunidades,
mediante políticas claras e incluyentes que permitan poner
en marcha una práctica pública de la
pluriculturalidad y la diversidad, conciliando tradición y
modernidad, de suerte de ir tendiendo puentes sólidos
entre el mundo de lo local y el mundo de lo global.

En comunidades indígenas dispersas a
lo largo y ancho del país, los pueblos indios mexicanos
siguen practicando formas propias de autogobierno y
rigiéndose por sus sistemas normativos, que han
evolucionado desde los tiempos pre-coloniales conocidos como
"usos y costumbres". La clave de la persistencia de estos
sistemas normativos en las comunidades indígenas no radica
en su marginación ni en una falta de interés por
parte de las elites por integrarlos en el proyecto nacional.
Aunque estos elementos claramente existen, no bastan para
explicar la sobrevivencia de formas específicas de
gobierno indígena hoy, y mucho menos, su renovación
y resurgimiento. De fondo, existe una decisión consciente
por parte de los pueblos indígenas de conservar sus
propias normas –aun con altos costos— y de crear y defender su
identidad distinta. La fuerza actual de la identidad y
organización indígenas en nuestro país se ve
a través de la historia como un hilo continuo de
resistencia a la imposición de formas ajenas. Esta lucha
ha llevado a la plaza pública debates que antes se dieron
casi exclusivamente en los salones académicos. En aras de
defender o atacar a la autonomía indígena, entran a
la discusión viejos temas de la historia,
antropología, derecho y política. Al interior de
las comunidades indígenas, ha propiciado por un lado, una
mayor libertad de creencia y culto religioso, sin embargo, 
también se han desencadenado relaciones conflictivas y
violentas, que han convertido a la interacción cotidiana,
en una serie de relaciones complejas, que aún requieren
determinar modos de convivencia en tolerancia.Varios sectores de
poblaciones indígenas se han distanciado de la
institución religiosa del catolicismo que durante
años permaneció como única; su opción
por diferentes creencias y prácticas busca no sólo
satisfacer sus necesidades religiosas sino que ha encontrado en
ellas, opciones comunitarias en la solución de sus
problemas y una posibilidad de lograr mejorías
económicas, en la innegable situación precaria en
la que viven. La gente indígena presenten el mundo entero,
posee una amplia y diversa forma de ver la vida y por supuesto,
esto se refleja en una manera totalmente diferente y a veces
"incomprendida" para el resto de habitantes del
planeta.

Dificultades para
los pueblos indígenas

Los pueblos indígenas son de los primeros que
tienen que afrontar las consecuencias directas del cambio
climático por su dependencia del medio ambiente y de sus
recursos y su estrecha relación con ellos. El cambio
climático agudiza las dificultades que ya enfrentan las
comunidades indígenas vulnerables, como la
marginación política y económica, la
pérdida de tierras y recursos, las violaciones de los
derechos humanos, la discriminación y el desempleo. El
cambio climático constituye una amenaza y un peligro para
la supervivencia de los pueblos indígenas en todo el
mundo, pese a que los pueblos indígenas contribuyen muy
poco a las emisiones de gases de efecto invernadero. De hecho,
los pueblos indígenas son esenciales para los numerosos
ecosistemas que habitan sus tierras y territorios y forman parte
activa de ellos, por lo que podrían ayudar a mejorar su
resistencia. Además, los pueblos indígenas
interpretan los efectos del cambio climático, y reaccionan
ante ellos, de manera creativa, aprovechando los conocimientos
tradicionales y otras técnicas para encontrar soluciones
que pueden ayudar a la sociedad en su conjunto a hacer frente a
los cambios inminentes. Los pueblos indígenas que eligen o
se ven obligados a emigrar lejos de sus tierras tradicionales
suelen ser víctimas de una doble discriminación,
por migrantes y por indígenas. Los pueblos
indígenas, a causa de sus desplazamientos repentinos
provocados por incidentes climáticos, limitadas opciones
de migración legales y pocas oportunidades para tomar
decisiones con conocimiento de causa, pueden ser más
vulnerables a formas de migración irregulares, como la
trata y el contrabando de personas. La deforestación,
especialmente en los países en desarrollo, está
obligando a las familias indígenas a migrar por motivos
económicos a las ciudades, donde a menudo terminan
viviendo en barrios marginales.

La
población indígena

La población indígena se
concentra en el centro y sur del país: Chiapas, Oaxaca,
Veracruz, Puebla, Guerrero, parte del Estado de México,
Hidalgo y Tlaxcala. Continúa hacia el sureste en la
península de Yucatán y hacia el norte recorre
Michoacán, algunas regiones de Nayarit, Durango, Chihuahua
y Sonora. La extrema pobreza y la alta marginalidad permanecen
como signos estructurales de la vida de los pueblos
indígenas. Los pueblos indígenas de México
son las colectividades que asumen una identidad étnica
sobre la base de su cultura, sus instituciones y una historia que
los define como los pueblos autóctonos del país,
sucesores de las sociedades prehispánicas que se
desarrollaron en el actual territorio del país. El Estado
mexicano reconoce a los pueblos indígenas al definirse en
su Constitución Política como una nación
multicultural fundada en sus pueblos indígenas.1 De
acuerdo con un cálculo del Instituto Nacional Indigenista
(INI, actualmente Comisión Nacional para el Desarrollo de
los Pueblos Indígenas CDI), en 1998 la población
indígena era de aproximadamente doce millones de personas,
que correspondían a 11% de los mexicanos en
1995.2

En contraste con otros países de
América Latina, donde los pueblos indígenas
corresponden en su mayoría a un solo grupo
lingüístico, cuyo idioma ha sido elevado a la
categoría de cooficial en compañía del
español, en México existen alrededor de 62 pueblos
indígenas que hablan entre sesenta y dos y más de
una centena de lenguas diferentes (dependiendo de la fuente
consultada).

Como parte de las leyes de derechos
lingüísticos de los pueblos indígenas, que son
leyes reglamentarias del artículo 2º de la
Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, las lenguas de estos pueblos son reconocidas como
lenguas nacionales, en la misma categoría que el
español, pero en la práctica su uso oficial
está extremadamente limitado: publicación de
algunas leyes, educación bilingüe en los niveles
más bajos, publicación de materiales de
divulgación, ocasionalmente estaciones radiodifusoras
transmitiendo, parcial o totalmente, en lengua indígena y
algunos sitios de Internet.

Los pueblos indígenas de México son las
colectividades que asumen una identidad étnica sobre la
base de su cultura, sus instituciones y una historia que los
define como los pueblos autóctonos del país,
sucesores de las sociedades prehispánicas que se
desarrollaron en el actual territorio del país. El Estado
mexicano reconoce a los pueblos indígenas al definirse en
su Constitución Política como una nación
multicultural fundada en sus pueblos indígenas.1 De
acuerdo con un cálculo del Instituto Nacional Indigenista
(INI, actualmente Comisión Nacional para el Desarrollo de
los Pueblos Indígenas CDI), en 1998 la población
indígena era de aproximadamente doce millones de personas,
que correspondían a 11% de los mexicanos en 1995. En
México, la población indígena está
distribuida por toda la nación pero se concentra
especialmente en la sierra Madre del Sur, la Península de
Yucatán y en las zonas más remotas y de
difícil acceso, tales como la Sierra Madre Oriental, la
Sierra Madre Occidental y áreas vecinas a éstas, no
es numerosa la población indígena en México
debido al mestizaje, pero la presencia de los nativos mexicanos
dentro de la identidad nacional está muy presente por el
alto desarrollo de las culturas mesoamericanas; al igual que
sucede en el Perú, Bolivia y Guatemala, la
población mestiza y blanca de México se ve
fuertemente influenciada e identificada por el indigenismo a
diferencia de otras naciones americanas.

Los pueblos indígenas tienen una
forma muy diferente de relacionarse con las varias leyes y
costumbres actuales de la vida moderna en todo el mundo desde lo
que es Australia, Canadá, Nueva Zelanda, en los Estados
Unidos y en Latinoamérica.

Por lo regular, estas comunicadas
indígenas dispensas a lo largo y ancho del globo
terrestre, siempre se han visto afectadas por el desarrollo de
los países, afectadas por los sistemas normativos y por
ende, marginados por la falta de interés por parte de las
grandes elites sociales y gubernamentales en integrarles como eje
y elemento principal de los planes nacionales. Esto quiere decir
que hasta que los gobiernos no les tomen en cuenta y les
consideran como parte de la problemática al ser una
población mayoritaria el desarrollo no llegará y no
se expandiera en el territorio.

Apoyos para la
población indígena (INEGI)

México es un país caracterizado por una
gran riqueza histórica y cultural y una amplia diversidad
poblacional; en buena medida, la población indígena
confiere estas características, tanto por su trayectoria
histórica, como por su contrastante situación
socioeconómica. Por lo anterior, es importante brindar
información estadística que permita estimar el
volumen, localización y características de la
población indígena. Con esta publicación el
INEGI ofrece indicadores socioeconómicos básicos
sobre la población que habla alguna lengua
indígena, que es el criterio con el que los censos de
población han estimado tradicionalmente a la
población indígena; asimismo, se incluyen
además algunos indicadores sobre el auto
descripción indígena, criterio considerado en una
muestra censal que complementa el enfoque
lingüístico. La información brindada pone de
manifiesto la desigualdad y rezago de la población
indígena, la cual es importante para la planeación
de la política indigenista. La información se
deriva de los censos de población y vivienda y se presenta
mediante cuadros, gráficas y textos descriptivos; los
primeros doce capítulos se refieren a la población
que habla alguna lengua indígena; se analiza la
evolución de los indicadores en el tiempo
(básicamente de 1990-2000) y se comparan los indicadores
con los de la población total del grupo correspondiente de
edad (conviene mencionar que en este universo total está
incluida la población hablante); otra comparación
que se realiza sistemáticamente es la de los datos en el
ámbito estatal.

(INEGI), señala que la
población de 6 a 14 años que no asiste a la escuela
y que es hablante de lengua indígena representa el 8.3 %
de la población ubicada en este rango de edad, mientras
que el porcentaje correspondiente a quienes no hablan lengua
indígena es de 4.9%1. Es decir, por cada niño no
indígena que no asiste a la escuela hay dos niños
indígenas. Los niños indígenas
también son los que más desertan de la escuela. Si
bien la brecha del índice compuesto de retención
aprobación se va cerrando entre las escuelas
indígenas y las no indígenas, en el ciclo escolar
2004-2005, las escuelas indígenas reportaron
índices de retención aprobación de 89 %,
mientras que en las primarias generales el índice
correspondiente fue de 95 % (cálculos realizados a partir
de la Base de datos de fin de ciclo escolar
2004-2005 
de la Secretaría de Educación
Pública [SEP], 2007). Pero más grave aún, al
tomar como base el ciclo escolar 2000-2001, se observa que la
probabilidad de que un niño inscrito a los 6 años
de edad termine la educación primaria seis años
más tarde es de 0.71 en promedio, y de solo 0.51 para los
niños que asisten a escuelas indígenas.

Tradiciones
indígenas

 Los indígenas tienen
demasiadas tradiciones como la de la pirámide de la luna
se juntan en esa pirámide una cierta fecha una vez en un
tiempo y celebran con bailes y comidas.Otra es la de juego de
pelota que se juega con la cadera y es tratar de pasar una bola
por un aro colocado en la pared con cintura, hombros, muslos y
cabeza. La cultura tiene que ver con las relaciones entre
individuos, dentro de asociaciones, entre grupos y entre ideas y
perspectivas. La cultura atañe a la identidad de las
personas, sus aspiraciones, la forma como establecen sus
intercambios simbólicos y estructuran sus relaciones y
prácticas, dentro de las cuales se encuentran los
significados compartidos, las normas sociales, las creencias y
las identidades. Se refiere a un conjunto de atributos en
permanente cambio, que influyen y son influenciados por los
comportamientos económicos y sociales de la
interacción humana.

Sistema de
información e indicadores sobre la población
indígena de México

Los lazos de parentesco y de afectividad
más fuertes están en el hogar y es mediante su
influencia que se desarrollan sistemas de identidades, se
comparten decisiones y recursos y se tejen redes territoriales o
extra-territoriales, mediadas con el colectivo
comunal.

En el hogar se toman las decisiones acerca
del consumo, producción y participación en el
trabajo, la formación de patrimonio material y capital, el
uso de los recursos familiares y es la entidad mediadora en los
procesos reproductivos y de transmisión de los patrimonios
simbólicos de una generación a la otra.

El papel del hogar en la
socialización de los individuos y en la transmisión
cultural permite suponer que en aquellos hogares en los que una o
más personas son indígenas (tienen ciertas
características indígenas) existan ciertos
códigos (lingüísticos o no) e identidades
compartidas.

Por lo antes mencionado, la Comisión
Nacional Para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de
México (CDI) considera población indígena
(PI) a todas las personas que forman parte de un hogar
indígena, donde el jefe(a) del hogar, su cónyuge
y/o alguno de los ascendientes (madre o padre, madrastra o
padrastro, abuelo(a), bisabuelo(a), tatarabuelo(a), suegro(a))
declaro ser hablante de lengua indígena. Además,
también incluye a personas que declararon hablar alguna
lengua indígena y que no forman parte de estos
hogares

Con el uso del criterio de "hogar" se
trasciende una concepción del desarrollo que supone
sólo factores económicos como los únicos
determinantes, para complementar una concepción
sistémica, más integral, que comprende a la red de
relaciones entre ancestros-descendientes y permite considerar no
solo a los individuos, sino a los otros niveles de complejidad en
esa red de relaciones: familias, comunidades, municipios,
regiones, etc. Con este criterio incorporamos en la
población indígena al universo de personas que
aún no siendo hablantes de lengua indígena
comparten modos de vida y relaciones activas en el marco de las
identidades étnicas.

Género en
los pueblos indígenas

La Conferencia Internacional sobre la
Población y el Desarrollo, celebrada en El Cairo en 1994,
puso especial énfasis en el peso de las relaciones de
género, en el empoderamiento de las mujeres y en el
desarrollo de políticas tendientes a alcanzar la equidad
de género como requisitos indispensables y previos para
lograr el desarrollo sustentable. Esta conferencia exhortó
a los gobiernos participantes a realizar los cambios necesarios
para lograr la equidad de género y para asegurar el acceso
de las mujeres a los programas sociales y económicos en
condiciones de igualdad con el hombre, para lo cual acordaron,
entre otras acciones, que los países deberían
elaborar un enfoque integrado de las necesidades especiales de
las mujeres, así como adoptar medidas para habilitar a la
mujer atribuyendo especial importancia a la eliminación de
la pobreza. Sobre la generación de información y
análisis de los datos se acordó prestar la debida
consideración a su desglose por sexo, con el fin de
mejorar el conocimiento sobre su situación
socioeconómica, el papel de las mujeres y los hombres en
los procesos socio demográficos y definir con mayor
precisión el carácter de la condición social
y laboral de la mujer, de manera que sirva de base para la toma
de decisiones en políticas y programas.

Sobre la población indígena
en especial, la citada Conferencia señaló, entre
otros aspectos, el deber de reconocer la perspectiva singular de
las comunidades indígenas en materia de población y
desarrollo y de atender sus necesidades concretas, en consulta
con las propias comunidades indígenas y con apoyo a las
organizaciones no gubernamentales. Asimismo, se estableció
que los gobiernos deberán respetar las culturas de las
poblaciones indígenas y aumentar el conocimiento en las
cuestiones relacionadas con su cultura. El informe más
reciente sobre desarrollo humano destaca que la libertad de las
personas se traduce en que puedan elegir libremente, contar con
alternativas. Al mismo tiempo, sostiene que cultura,
tradición y autenticidad no son sinónimos de
libertad cultural y que no existen razones aceptables que
permitan prácticas que nieguen a los individuos la
igualdad de oportunidades y violen sus derechos humanos, como
negar a las mujeres el mismo derecho a la educación.
(PNUD, 2004.) En el terreno de los pueblos indígenas y la
perspectiva de género se plantean muchas preguntas sobre
la forma en la cual interactúa la cultura con factores de
índole socioeconómica y se producen inequidades
étnicas y de género. Entre los pueblos
indígenas convergen múltiples rezagos, exclusiones
y discriminación que provienen de prácticas
sociales y culturales, donde la exclusión
étnico-racial ha jugado un papel preponderante. Como en
muchas sociedades donde la preservación de la cultura ha
ido de la mano con la conservación de comportamientos
tradicionales, entre los pueblos indígenas los roles de
género son lineamientos básicos para
desempeñar y entender los comportamientos sociales. Los
papeles femeninos, como en casi todas las sociedades,
están íntimamente ligados a la maternidad y operan
de manera primordial en la esfera doméstica/familiar. Las
normas que gobiernan los roles de género y los derechos de
hombres y mujeres forman parte del orden moral de una comunidad.
Por otro lado, también están presentes las
influencias de otras instituciones, incluyendo las del Estado,
donde el sistema legal y la provisión de bienes y
servicios juegan un importante papel en el reforzamiento de los
roles y derechos de etnia y de género. Ante la
indiferencia al reconocimiento de las diferencias "las mujeres
indígenas reivindican su derecho a la diferencia cultural
y a la vez demandan el derecho a cambiar aquellas tradiciones que
las oprimen o excluyen. Ante el Estado, las mujeres
indígenas han cuestionado los discursos hegemónicos
que siguen planteando la existencia de una identidad nacional
monocultural, pero a la vez de frente a sus propias comunidades y
organizaciones han ampliado el concepto de cultura al cuestionar
visiones estáticas de la tradición y trabajar en la
reinvención de la misma", también "están
dando la pauta de cómo repensar el multiculturalismo y la
autonomía desde una perspectiva dinámica de la
cultura, que a la vez que reivindica el derecho a la
autodeterminación, lo hace a partir de una
concepción de la identidad como construcción
histórica que se está formando y reformulando
cotidianamente". (Hernández, octubre de 2001)

Las mujeres indígenas enfrentan una
doble desventaja en su capacidad de decisión, el acceso a
los recursos y la capacidad de acción: ellas son
indígenas y mujeres. Así, por ejemplo, los
indígenas tienen menos acceso a la educación que
los no indígenas y las diferencias de género en la
escolaridad son mayores entre la población
indígena.

Webgrafía

www.un.org.com

www.wikipedia.com

www.inegi.com

http://www.cdi.gob.mx/index.php?option=com_content&task=view&id=244&Itemid=54

Programa de televisión: IMX
(Iniciativa México)

 

 

Autor:

Alejandra Lozano,

Denisse Martínez.

Fecha: 06/10/2011

Hora: 5:13 p.m

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