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El miedo en la infancia (página 2)



Partes: 1, 2, 3

Entre 4 y 8 años resultan frecuentes los miedos
relacionados con seres imaginarios y fantásticos en
actitud amenazante. Se considera que alrededor del 20% de los
miedos infantiles no tienen base real (criaturas imaginarias,
fantasmas, brujas). El niño a esta edad tiene una gran
creatividad respecto a seres extraños, monstruos, ogros…
unidos a que, como ya hemos apuntado, no tiene todavía muy
clara la distinción entre objetos y hechos reales e
imaginarios. Tales miedos son fomentados en ocasiones por
películas, cuentos e historias productoras y estimuladoras
de situaciones de miedo (Valles Arángida, 1991). Otros
miedos están más relacionados con objetos reales
que se viven como amenazantes: perros, arañas, agua,
fuego.

En niños pequeños es rara la existencia de
un solo miedo, resulta más frecuente que el niño
presente varios a la vez. Más allá de los 6
años la frecuencia de los miedos disminuye según
han mostrado numerosas investigaciones.

EDAD

SITUACIONES
ATEMORIZANTES

0-6 meses

Ruidos fuertes, pérdida
súbita de apoyo y soporte.

7-12 meses

Miedo a extraños, a la
separación de los padres, a objetos que surgen
bruscamente.

1 año

Personas extrañas,
separación de la padres, heridas.

2 años

Ruidos fuertes, animales,
separación de los padres.

3 años

Mascaras, oscuridades,
separación de los padres, animales.

4 años

Ruidos, oscuridad, separación
de los padres, animales.

5 años

Lesiones corporales, ruidos,
oscuridad, separación de los padres,
animales.

6 años

Oscuridad, seres sobrenaturales,
lesiones corporales, separación de los padres,
ruidos fuertes.

7- 8 años

Estar solo, seres sobrenaturales,
oscuridad, lesiones físicas, hacer el
ridículo.

9 -12 años

Exámenes escolares, lesiones
corporales, aspecto físico, truenos y
relámpagos, muerte, oscuridad.

12 – 18 años 

Temores relacionados con la
autoestima personal (capacidad intelectual, aspecto
físico, temor al fracaso) y con las relaciones
sociales.

DESCRIPCIÓN Y EVOLUCIÓN DE MIEDOS EN
LAS DISTINTAS ETAPAS

Miedos durante los 2 primeros años de
vida.

Los miedos se producen más frecuentemente en
respuestas a acontecimientos como caídas, o
desplazamientos repentinos e inesperados, fogonazos de luz,
así como también a objetos animales, que han sido
previamente asociados por el infante con miedo (Mussen, 1982). El
aprendizaje de estos miedos puede explicarse por condicionamiento
clásico en que se tienen inicialmente dos
estímulos, (EN y EI), uno neutro y otro incondicionado
(perro y fuerte ladrido, respectivamente), que produce una
respuesta neutra (RN) y otra incondicionada (RI). (ej: curiosidad
y miedo, respectivamente), tras un emparejamiento del EN y del
EI, el EN puede desencadenar la RI (perro- miedo) cuando sucede
esto el EN pasa a llamarse Estímulo condicionado y la
respuesta RI pasa a llamarse Respuesta condicionada (Klein,
1994). En el segundo año, los miedos anteriormente
señalados persisten, aunque el miedo a persona animales u
objetos asociados a dolor aumenta (Mussen ,1982)

Miedos en la edad preescolar (2 a 5
años).

A esta edad muchos de los miedos anteriormente
mencionados desaparecen, y según estudios solo un tercio
de ellos persisten en la forma original, detectándose
numerosos casos de la modificación de la forma como la
generalización de estímulos. Es importante
señalar que los miedos a peligros previsto, imaginarios o
sobrenaturales aumentan; al parecer, esto se explica por el
desarrollo cognitivo del niño (su mayor comprensión
del mundo y su uso mayor de representaciones y símbolos)
lo que influye en sus reacciones emocionales. Además,
parece ser que los niños más inteligentes son
capaces de reconocer el peligro potencial en comparación
con otros niños, por lo que experimentan miedo a mayor
cantidad de estímulos (Mussen, 1982). Existe una notable
tendencia a que los niños adopten los temores de uno de
los padres, esto a través de la identificación o
del aprendizaje por observación (Mussen, 1982) el que
consiste en la adquisición, a través de la
observación, de la capacidad de un EC para provocar una
RC. Un ejemplo de esto es el miedo hacia las arañas, donde
el niño percibe las reacciones de miedo hacia ésta
y aprende a temerles (Klein, 1994).

Miedos y fobias en la niñez intermedia (6 a 10
años)

Muchos de los miedos a esta edad son "irrealistas" y
tienen por objeto motivos imaginarios, la oscuridad y quedarse
solos. El miedo "irrealista" puede ser simbólico de una
previsión de castigo o del rechazo de los padres, miedos
que el niño no puede reconocer ante sí mismo
directamente (Mussen, 1982). En esta edad las pesadillas tienen
su punto culminante y se explican en base a las teorías
psicodinámicas. Los "malos sueños" pueden deberse a
que los niños no tienen bien desarrollados los sistemas de
defensa y por lo tanto se derrumban fácilmente ante
tensión. En la oscuridad y somnolencia el niño
puede ser más vulnerable a los deseos y preocupaciones de
ansiedad que cuando están despiertos, por lo tanto estos
temores reprimidos aparecen en pesadillas (Mussen,
1982)

En este periodo los niños aprenden a leer y
pueden centrar su atención a las noticias que difunden los
medios de comunicación, por lo cual se desarrolla un miedo
en relación a los desastres naturales, ladrones,
terroristas etc. (Papalia, 1998)

Miedos en la pre-adolescencia (11 a 14 años
aprox.)

La pre-adolescencia lleva asociada la aparición
de temores comprometidos con el ámbito de relaciones
interpersonales, competencias personales, porvenir profesional y
obesidad como también miedo al fracaso escolar (Moreno,
1992). Estos temores pueden explicarse por aprendizaje
observacional y condicionamiento operante en el que al ejecutar
una respuesta se recibe un refuerzo que tiende a mantener la
conducta – si fumo me aceptarán en el grupo – o un castigo
que tiende a disminuir la tasa de respuesta – si me sigo
vistiendo como niñita jamás se fijarán en
mí. (Klein, 1994)

Capítulo 3

Fobias

INTRODUCCION

Las fobias son un problema que sufren muchos miembros de
la sociedad, y muy pocos se atreven a expresarlo, por temor a ser
rechazados y catalogados como "Locos", pudiendo ser este uno de
los tantos mitos que existen dentro de nuestro entorno
social.

El término de fobia, puede ser una palabra no muy
conocida en su significado, es muy importante saber diferenciar
entre el miedo y la fobia ya que se pueden confundir estos
conceptos. Hay gente que expresa este término por el
simple hecho de temerle a un objeto, situación o animal,
entre otras cosas, lo cual pudiera llevar a que las personas por
si solas se diagnostiquen con este trastorno.

Una fobia no es cualquier temor. Es normal que los
niños sientan temor frente a determinadas situaciones:
rendir una prueba difícil en la escuela, pasar junto a un
perro que está gruñendo en la calle o escuchar un
trueno ensordecedor.

Una fobia es diferente, porque es un temor
extremadamente intenso frente a una situación o algo
determinado. Es también un tipo de temor que no
desaparece. Un niño que sufre una fobia sentirá
temor de algo cada vez que vea o experimente eso. No
sentirá ese temor sólo una o dos veces. Los
niños que padecen fobias suelen evitar la situación
o aquello que los atemoriza. En ocasiones, cuando un niño
padece una fobia y se ve obligado a enfrentarse con aquello que
le produce temor, puede ponerse muy nervioso y sufrir un ataque
de pánico.

Cabe destacar algunas fobias  restringidas a
situaciones muy específicas tales como a la proximidad de
animales determinados, las alturas, los truenos, la oscuridad, a
viajar en avión, a los espacios cerrados, a tener que
utilizar urinarios públicos, a ingerir ciertos alimentos,
a acudir al dentista, a la visión de sangre o de heridas o
al contagio de enfermedades concretas, etc. Estas fobias suelen
presentarse por primera vez en la infancia o al comienzo de la
vida adulta. El grado de incapacidad funcional que producen
depende de lo posible que resulte para el enfermo evitar la
situación fóbica. El temor a la situación
fóbica tiende a ser estable, al contrario de lo que sucede
en la agorafobia.

HISTORIA

Las fobias no son heredadas ni innatas, sino más
bien expresiones de tendencias sexuales. Simplemente las fobias
son aprendidas. Todos nacemos con la capacidad de sentir miedo,
pero esos miedos que se desarrollan son puramente una manera de
cómo y qué aprendemos.

Las fobias, miedos irracionales, en este sentido no son
diferentes de los miedos normales adaptativos. Durante el curso
de desarrollo y maduración cada quien aprende a tenerle
miedo a ciertas cosas u objetos, tal vez por instinto natural. La
única diferencia entre el desarrollo de un miedo normal y
el desarrollo de una fobia es irracional e
inapropiada.

Las fobias han sido estudiadas en la psicología
desde sus inicios. Freud (1929) maneja las fobias desde dos fases
del proceso neurótico. "La primera es la represión
de la libido y su transformación en angustia, fase que
queda ligada a un peligro exterior. Durante la segunda se van
constituyendo todos los medios de defensa destinados a impedir un
contacto con este peligro, que queda como un hecho
exterior.

La fobia es un tipo de miedo que es desproporcionado
respecto al peligro de la situación, es involuntario, y
lleva a evitar la situación temida. Las reacciones
fóbicas persisten a lo largo de un periodo de tiempo
considerable, son desadaptativas y no corresponde a la edad o al
estado evolutivo.

El miedo es considerado una conducta psicológica
normal para el ser humano y especialmente en los niños. De
esta manera se ve normal que los niños tengan miedo a
ciertas situaciones y objetos. Durante la infancia se dan muy
pocas reacciones de miedo, probablemente por razones adaptativas,
ya que los pequeños todavía no tienen las
habilidades motoras para protegerse de las situaciones
peligrosas, ya que confían en las personas adultas para
que los cuiden.

En resumen, "las primeras reacciones de miedo son el
resultado combinado de varios factores interactuantes, la
adaptabilidad de la respuesta del miedo, el contexto situacional
y las capacidades cognoscitivas que se estén desarrollando
en el niño". También se puede decir que se trata de
un grupo de padecimientos caracterizados por la presencia de un
temor irracional provocado por ciertos objetos, animales,
actividades o situaciones, la cual va a ser que la persona
presente una conducta de evitación. El temor es
injustificable dado el tipo de objeto, actividad o
situación que se está evitando.

El temor irracional se acompaña de una ansiedad
cuando se está frente al estímulo fóbico. De
esta manera, "las personas que sufren de algunas fobias se dan
cuenta que sus respuestas son irracionales".

Por lo tanto, podemos decir que la fobia es un miedo
intenso y persistente hacia un objeto, situación o
actividad específica, debido al cual el individuo lleva
una vida limitada. La ansiedad que se sufre suele ser
desproporcionada con las situaciones reales, y las
víctimas son conscientes de que su miedo es
irracional.

Sin embargo, las fobias a los espacios (abiertos,
cerrados, etc.) y a ciertas situaciones (multitudes, calles,
plazas, etc.) no terminan de ligar la angustia. Las fobias
amplían pues los límites del campo analítico
y, por lo mismo, las operaciones posibles en el marco de la
transferencia.

Por último la diferencia principal entre una
fobia y un miedo común es: Aunque su raíz
psicológica es semejante, se diferencian fundamentalmente
en su intensidad y sus repercusiones. El miedo común
guarda relación con el peligro que se corre. Por el
contrario la persona que sufre fobias además de sentir un
miedo más intenso, se caracteriza por la incongruencia de
sus temores.

CAUSAS Y SINTOMAS

Para poder entender el gran problema que son las fobias,
primero hay que entender las causas de estas. Es importante
mencionar que las fobias no son heredadas, sino que son
aprendidas. Como humano, se tiene la capacidad de sentir miedo,
mas sin embargo este miedo desarrolla una manera de cómo y
que se aprende. Un miedo y una fobia no difieren en mucho, pero
si hay una diferencia importante, y es que las fobias son
irracionales. La fobia es un tipo de miedo que "…es
desproporcionado con respecto al peligro de la situación,
es involuntario y lleva a evitar la situación temida. El
miedo siempre está acompañado de algo concreto,
mientras que la fobia no se puede reconocer el objeto temido, es
un miedo indefinido".

Se puede decir que una fobia puede ser adquirida, y para
que esto suceda se necesitan ciertos factores. Una fobia o miedo
irracional, se puede adquirir por medio de la asociación
de una experiencia temerosa con un objeto o situación en
particular. También se puede adquirir por evitar
constantemente el miedo irracional, para no enfrentarse con un
objeto o situación temida.

Las causas que originan las fobias están
asociadas a altos niveles de estrés los cuales
están acompañados de cierta vulnerabilidad
biológica. Hay individuos más resistentes a la
angustia que otros. En estos casos también es determinante
un umbral de ansiedad más bajo. Las fobias son muy
frecuentes en personas con muchas responsabilidades, preocupadas
sólo por la productividad o que tienen obsesión con
la fama y el éxito y dejan de lado la vida. Junto con la
presión económica y profesional están las
demandas típicas, familiares, de tiempo,
etcétera.

Las fobias tienen motivaciones profundas más
lejos que el objeto mismo de miedo. "En la mayoría de los
casos, la fobia no es más que la punta del iceberg de
algún problema que arrastra el individuo desde su
infancia". También puede tratarse de aprendizajes
erróneos que ha sufrido el individuo y que en un momento
determinado se activan. Si el modelo de vida de la persona ha
estado marcado por el deseo de agradar a cualquier precio o ha
sido sometida a la desaprobación de las figuras de
autoridad, es casi natural que transpole eso al organigrama de la
empresa. Sin embargo, cada caso tiene motivaciones
diferentes.

Los pacientes fóbicos sienten como un sudor
frío recorre su espalda, y en pocos minutos todo su cuerpo
está empapado, las manos comienzan a temblarles y no hay
forma de controlarlas. De repente un tic nervioso no cesa de
molestarlos y sienten una punzada en el estómago. La
mirada se nubla, el individuo tiene problemas para respirar, su
ritmo cardíaco aumenta considerablemente; está
fuera de control. Se trata de los síntomas reales de
angustia que experimenta una persona frente a un estímulo
fóbico.

La vida de un paciente fóbico es muy
difícil, ya que su comportamiento es desproporcionado y
todos los pensamientos que se le atribuyen así como los
que tiene no lo ayudan a confrontar su situación. El
paciente fóbico siempre tiene miedo a que el medio no lo
comprenda ya que este no experimenta el mismo estado emocional
que él ante situaciones fobógenas. Así mismo
la falta de armonía entre la razón y la
emoción es fuente de dificultades.

Todo el comportamiento familiar, social, de relaciones
interpersonales, al igual que el desempeño profesional se
adaptará a la fobia padecida. Algunos pacientes llegan
incluso a cambiar su modo de vida para adaptarse mejor a su
fobia. Así, un paciente que tenía fobia a conducir
su automóvil, se cambió de la casa que ocupaba con
su familia después de haber pedido un cambio de puesto en
una empresa a fin de poder disfrutar de un alojamiento dentro de
la misma, lo que le evitaba todo desplazamiento en
automóvil.

Ante el temor de enfrentarse a la incomprensión
de su problema por parte de su familia y de sus compañeros
de trabajo o amigos, el paciente fóbico se verá
obligado a esconder sus dificultades. En ocasiones, el paciente
adopta una actitud falsa para ocultar su fobia (actitud
incorrecta, agresiva), otros pacientes adoptan una actitud
manipuladora a fin de incluir a quienes los rodean en su propio
sistema fóbico.

Como los pacientes fóbicos se sienten anormales
piensan que son culpables de ser diferentes y creen que causan un
perjuicio a su medio. Para evitar burlas, regaños o
conductas desagradables, el paciente fóbico se verá
obligado a recurrir al mecanismo de defensa,
racionalización que consiste en buscar pretextos o excusas
para justificar la conducta de manera socialmente
aceptable.

La característica del paciente fóbico
consiste en la gran capacidad que tiene para prever todas las
situaciones que pudiesen interferir con su fobia. Así el
fóbico tendrá sus pertenencias organizadas a manera
que aminoren sus temores.

Las situaciones que resultan triviales para una persona
normal, para el fóbico pueden ser muy problemáticas
y debido a esto el individuo jamás podrá aceptar de
golpe una proposición sin estar seguro de que todos los
elementos contra fóbicos estén reunidos.

El comportamiento fóbico es variable en un mismo
paciente dependiendo de su estado de ánimo, pero esta
variación tiende a perturbar más al paciente, ya
que éste no comprende la razón por la cual algunas
veces puede soportar la situación y otras no, lo que causa
una sensación de desequilibrio y pérdida de
confianza en sí mismo. A causa de todo esto, el paciente
sufrirá por sus fracasos al no poder afrontar ciertas
situaciones y por su incapacidad de razonar con el medio, estos
fracasos provocarán depresión y será
más difícil encontrar la solución a su
problema. Es necesario indicar que esta situación
depresiva se encuentra en los agorafóbicos o en los
fóbicos sociales y es mucho más rara en las fobias
simples.

Cabe mencionar que los hombres tienen más
dificultades con su fobia pues se sienten muy opacados con
relación al ideal masculino, fuerte, viril, valeroso, que
no teme a nada, etc., y las mujeres, aunque les afecte mucho su
fobia, se sentirán protegidas por el estereotipo cultural
según el cual ellas son más frágiles,
necesitan estar protegidas y necesitan ayuda, etc.

En cuanto a la vida familiar, la familia del
fóbico hará todo lo posible por evitarle las
situaciones que puedan incomodarlo y en ocasiones toda esta
gentileza puede hacerlo sumamente dependiente y no se
atreverá a rechazar o pedir tal o cual favor o tal
actitud. Además, debido a su fobia, el paciente
evitará muchas situaciones de relaciones interpersonales y
verá que su campo de acción será
limitado.

Algunos de los síntomas que presentan los
pacientes fóbicos consisten en ansiedad, fatiga, ataques
de pánico, crisis encubiertas de ansiedad, insomnio,
palidez, sudoración, taquicardia, ganas de evacuar,
tartamudez, entre otros.

CATEGORÍAS DE LAS FOBIAS

Las fobias se dividen en categorías según
la causa de la reacción y de la evitación, las
más frecuentes son:

Crisis de angustia:

Se caracteriza por la aparición súbita de
síntomas de aprensión, el miedo pavoroso o terror
acompañados habitualmente de sensación de muerte
inminente. Durante estas crisis también aparecen
síntomas como falta de aliento, palpitaciones,
opresión o malestar torácico sensación de
atragantamiento o asfixia y miedo a "volverse loco" o perder el
control. Para diagnosticar a una persona de crisis de angustia se
deben cumplir una serie de criterios.

Criterios para el diagnóstico de la crisis de
angustia: La persona siente palpitaciones y sacudidas del
corazón, se presenta sudoración, temblores,
sensación de ahogo, sensación de atragantamiento,
opresión o malestar torácico, náuseas o
molestias abdominales, inestabilidad o desmayo, sensación
de irrealidad, miedo a perder el control, miedo a morir,
sensación de entumecimiento u hormigueo, y
escalofríos o sofocaciones.

La aparición temporal y aislada de miedo o
malestar intenso acompañada de 4 ó más de
los anteriores síntomas que se inician bruscamente y
alcanzan su máximo apogeo en los primeros 10 minutos,
será diagnosticado como crisis de angustia.

Agorafobia:

Se caracteriza por la aparición de ansiedad o
comportamiento de evitación en lugares o situaciones donde
escapar resulte difícil o embarazoso o bien donde sea
imposible encontrar ayuda en el caso en el que aparezca en ese
momento una crisis de angustia o síntomas
similares.

Criterios para el diagnóstico de agorafobia:
Aparición de ansiedad al encontrarse en lugares o
situaciones sea especialmente difícil escapar o en el caso
de que aparezca una crisis de ansiedad inesperada que esté
relacionada con una situación entre las que podemos
destacar: estar solo fuera de casa, mezclarse con la gente o
hacer colapsar por un puente, viajar en autobús, tren o
coche. Estas situaciones se evitan (limitación de numero
de viajes) se resisten a costa de un malestar por temor a que
aparezca una crisis de angustia o se hace indispensable la
presencia de un conocido para soportar los síntomas. Esta
ansiedad o comportamientos de evitación no pueden
explicarse mejor por la presencia de otro trastorno mental como
fobia social (evitación limitada a situaciones sociales
por miedo a ruborizarse), fobia específica
(evitación limitada a situaciones aisladas como los
ascensores).

Fobia específica:

Se caracteriza por la presencia de ansiedad muy marcada
como respuesta a la presencia de situaciones u objetos concretos
temidos por la persona que pueden dar lugar a comportamientos de
huida.

Criterios para el diagnóstico de fobia
específica: Temor acusado y persistente que es
excesivo o irracional que aparece por la presencia o
anticipación de un objeto o situación concreta
(volar, precipicios, animales o sangre.) La exposición al
objeto o situación fóbica provoca casi siempre una
respuesta inmediata de ansiedad que puede tomar la forma de
crisis de angustia situacional relacionada con una
situación determinada. La persona reconoce que este miedo
es excesivo o irracional. La situación fóbica se
evita o se soporta a costa de una gran ansiedad. Los
comportamientos de evitación, anticipación ansiosa
o malestar provocado por el objeto o situación temida
interfieren acusadamente con la vida cotidiana de la persona. En
los menores de 18 años la duración de estos
síntomas debe haber sido de 6 meses como mínimo. La
ansiedad, la crisis de angustia, los comportamientos de
evitación fóbica asociados a objetos o situaciones
concretas no pueden explicarse mejor por la presencia de otro
trastorno mental, como la fobia social (evitar comer en
público) o agorafobia (evitar las salidas del
hogar).

Para saber si una persona padece fobia específica
es necesario diferenciar entre los siguientes subtipos que
indican el objeto del miedo o evitación:

  • Tipo animal.- El miedo hace referencia
    a insectos o animales.

  • Tipo ambiental.- El miedo hace
    referencia a situaciones relacionadas con la naturaleza y los
    fenómenos atmosféricos, como tormentas,
    precipicios o agua.

  • Tipo sangre-inyecciones-daño.-
    El miedo hace referencia a la visión de la sangre o
    heridas, o a recibir inyecciones u otras intervenciones
    médicas.

  • Tipo situacional.- El miedo hace
    referencia a situaciones concretas como a vehículos,
    túneles, ascensores, aviones o recintos
    cerrados.

  • Otros tipos.- El miedo hace referencia
    a otro tipo de situación entre las que se incluyen
    aquellas que pueden llevar al atragantamiento, vómito
    o la adquisición de una enfermedad.

Fobia social:

La fobia social es un miedo intenso de llegar a sentirse
humillado en situaciones sociales, especialmente de actuar de tal
modo que se coloque uno en una situación vergonzosa frente
a las demás personas. Comienza al principio de la
adolescencia o aún antes.

La Fobia Social es un problema de ansiedad que presenta
entre el 3 y el 13 % de la población aunque es probable
que estas cifras sean más elevadas ya que se trata de un
problema por el que las personas no suelen acudir a la consulta
de un psicólogo.

Consiste en un miedo persistente y acusado (que la
persona reconoce como irracional o inapropiado) a situaciones
sociales o actuaciones en público por temor a que resulten
embarazosas. Cuando la persona con fobia social se encuentra en
las situaciones sociales temidas experimenta una
preocupación constante y teme que los demás la vean
como una persona ansiosa, débil, rara o tonta.
Además, estas personas pueden tener miedo a realizar
cualquier tipo de actividad ante los demás (p. ej., hablar
en público, escribir, comer, beber, o incluso cruzar una
sala) porque creen que éstos se darán cuenta de su
nerviosismo (p. ej., que les tiemblan la voz o las manos), y/o
porque harán algo tonto o inapropiado (como equivocarse al
hablar, tropezarse, o no saber qué decir).

Las personas con fobia social experimentan casi siempre
síntomas de ansiedad en las situaciones que temen. Los
más corrientes son palpitaciones, temblores,
sudoración, sentir el estómago revuelto, falta de
aire, rubor y confusión.

En muchas ocasiones, el temor es tan intenso que las
personas evitan completamente las situaciones sociales que temen.
En otras, las soportan pero con considerable angustia y malestar.
En cualquier caso, tanto el miedo como la evitación
limitan las posibilidades de desarrollo personal y afectan a la
calidad de vida en general, al interferir en las distintas
áreas (laboral, ocio, relaciones con los demás,
rendimiento académico, etc.) del funcionamiento cotidiano
de la persona.

Generalmente, la fobia social suele aparecer a mediados
de la adolescencia y no es raro que la persona diga tener durante
años una gran timidez o inhibición social. Algunas
personas, no obstante, indican que el problema lo presentan desde
niños, la fobia social puede aparecer a consecuencia de
una experiencia estresante, humillante, o de ridículo, o
bien puede haber ido consolidándose de forma lenta e
insidiosa.

Que el problema se manifieste o no puede depender,
además, de las demandas que se le presentan a la persona a
lo largo de su vida. Es decir, la fobia social puede pasar
inadvertida hasta que se produce un cambio en la situación
vital (p. ej., un divorcio o un traslado que supongan tener que
conocer gente nueva) laboral (p. ej., un ascenso que implique
asistir a reuniones) o académica (p. ej., hacer
presentaciones orales ante la clase) de la persona.

Como se ha comentado anteriormente, muchas personas
creen que "son así" y que no hay nada que puedan hacer
además de resignarse a vivir con este problema y adaptarse
a las limitaciones que supone.

Una fobia social es un tipo especial de miedo. Todos
tenemos miedos a cosas como las serpientes venenosas, los perros
rabiosos, las infecciones, los accidentes, aunque este miedo se
traduce en un comportamiento de simple cautela frente a las
situaciones de peligro y además el miedo ayuda a estar
alerta en la vida cotidiana en vez de interferir en ella de forma
limitante y negativa.

Hablamos de fobias cuando la intensidad con la que
experimentamos el miedo frente a los distintos peligros
es:

  • injustificado por la objetividad del
    peligro

  • inoportuno (no lo sentimos en el momento
    apropiado)

  • desmesurado (sentimos más de lo que
    deberíamos)

  • interfiere nuestra vida normal de forma innecesaria,
    y nos reduce nuestra capacidad de acción y
    goce.

Aunque algunas fobias son muy conocidas, como el miedo
irracional a coger el ascensor, nadar, las ratas y cucarachas,
por ejemplo, en cambio en la fobia social el miedo se centra en
situaciones más complejas y sorprendentes, y además
altera totalmente nuestra vida ya que nos vemos obligados a vivir
en sociedad.

Todos solemos experimentar incertidumbre, ansiedad e
inseguridad al conocer a personas nuevas, pero una vez roto el
hielo, la mayoría logra convertir esos encuentros en una
experiencia agradable.

En cambio las personas con fobia social experimentan un
grado de ansiedad mucho más elevado en estas
situaciones.

Puede ser tanto el grado de ansiedad o vergüenza
que se produzcan señales físicas delatadoras
(sudor, temblor muscular y de voz, rubor, etc.) que nos hacen
más vulnerables e inseguros y la situación social,
en vez de convertirse en un tiempo aceptable en algo agradable se
transforma en algo cada vez más desagradable, con lo que
nos desanima a pasar esos malos tragos y utilizar subterfugios de
evitación y control de estas penosas situaciones. El deseo
que solemos tener todos de formar parte de los grupos sociales,
ser valorados y apreciados se ve gravemente disminuido, con la
consiguiente baja autoestima y complejo de
inferioridad.

Elementos más importantes de la fobia
social:

  • Preocupación por llegar a ser el centro de
    atención cada vez que nos encontramos con
    alguien.

  • Temor a propósito de que alguien nos mire y
    observe lo que estamos haciendo.

  • Temor a que nos presenten.

  • Temor a propósito de comer o beber en
    público.

  • Dificultad para manejarse en comercios y relaciones
    administrativas.

  • Terror a dirigirse a un público o grupo de
    amigos.

  • Aversión a realizar llamadas
    telefónicas y realizar gestiones.

  • Dificultad para confrontarse en el trabajo o hacer
    reclamaciones (incluso si se tiene la razón y el
    derecho de hacerlo).

  • Las fiestas y reuniones son una pesadilla y el
    comportamiento de la persona que tiene fobia social consiste
    en ponerse cerca de la puerta o encargarse de discretas
    tareas que le permitan huir de la
    situación.

  • Tendencia a rehuir espacios cerrados donde hay
    gente.

  • Sensación de que todos nos miran y nos
    desvalorizan.

  • Temor a que nuestras intervenciones parezcan
    ridículas, pobres o inadecuadas. Miedo a "quedarnos en
    blanco".

Algunas personas con fobia social tienden a beber
alcohol para ganar así valor y
desinhibición.

La fobia social puede ser algo que -a diferencia de la
fobia a las serpientes- se nos haga presente cada vez que nos
vemos obligados a ser el centro de atención, o si nuestra
profesión implica estar expuestos a personas desconocidas
con frecuencia (vendedores, actores, músicos, maestros,
etc.)

También nos podemos ver obligados a hablar en
público (en la escuela, reuniones de trabajo, amigos
-cuando son un grupo grande-).

Algunas fobias sociales acentúan el miedo a
tratar con el otro sexo a extremos que producen graves
dificultades para conseguir pareja.

El miedo no es un estado emocional inmóvil, como
un estado de tristeza o alegría. Se alimenta
de:

  • Los estímulos temidos (estar en algún
    tipo de situación social que nos produce
    miedo)

  • La anticipación (imaginar las situaciones que
    podrían suceder y sentir el miedo "como si" estuvieran
    sucediendo los acontecimientos temidos)

  • los mecanismos de evitación (aunque sea una
    paradoja el alivio de subir por las escaleras aumenta el
    miedo a coger el ascensor de una persona con fobia al
    ascensor). Por lo tanto las conductas de precaución
    como ponerse en un rincón, hablar poco, cruzar la
    acera, etc. hacen que sintamos más miedo la
    próxima vez.

  • Los pensamientos auto-críticos (del estilo
    "pareceré tonto/a", "debería hablar pero no se
    me ocurre nada". "estoy haciendo el ridículo",
    "parezco torpe", "me consideran inferior", etc.).

  • La falta de práctica en expresión
    verbal (igual que la falta de ejercicio nos entumece) el
    expresarse demasiado poco, dificulta la facilidad y
    creatividad de comunicación.

  • El circulo vicioso que producen las experiencias
    negativas: como lo hemos pasado mal una vez tememos que la
    siguiente será igual o peor, con lo esta creencia hace
    de profecía que se auto-cumple y nos induce a estar
    más amedrentados e ansiosos la próxima vez, con
    lo que de nuevo alimentamos el temor para la siguiente
    ocasión.

  • La costumbre de "repasar" y "rumiar" lo sucedido: el
    no haber sido capaces de actuar con la soltura de los
    demás (el fóbico puede fijarse en la persona
    más popular y maravillosa para compararse con ella)
    nos genera desasosiego y ácida incomodidad personal,
    recordando cada uno de los pequeños detalles de
    impotencia y comportamiento penoso con la precisión de
    un latigazo, y de pronto aparecen iluminadas como por un foco
    las palabras y las cosas que deberíamos haber dicho o
    hecho.

  • La propaganda negativa que hacemos sobre la imagen
    de nuestro Yo. A base de vernos torpes, inseguros,
    empobrecidos, poco interesantes, etc. un número
    elevado de veces, entramos en la "secta" de los "no valgo
    nada", con lo que ya ni nos atrevemos a aspirar a las cosas
    sanas y bonitas que los demás nos parece que sí
    tienen derecho a tener (amor, admiración, amistad).
    Esto puede influir poderosamente en nuestras decisiones
    (aspiraciones laborales, proyectos, el tipo de pareja que nos
    parece adecuada, los derechos que creemos que nos merecemos,
    etc.). 

  • Nos angustiamos por la posibilidad de sentir
    angustia y al percibir que nos estamos angustiando
    sólo por pensarlo sentimos que es una angustia
    incontrolable. La angustia se convierte por sí misma
    en el peor enemigo -más allá incluso de las
    situaciones que empezaron a provocar. Tenemos miedo de tener
    miedo, y que además ese miedo sea visible y nos delate
    como miedosos dignos de desprecio.

SÍNTOMAS FÍSICOS

Los síntomas de la ansiedad que aparecen en la
persona que tiene fobia social cuando se expone a lo temido
pueden llegar a ser el símbolo de "lo peor" que le
sucede:

  • Sequedad de boca (junto a la idea de que uno se
    atrabancará, tartamudeará, toserá, no
    podrá hablar, etc.)

  • Palpitaciones (el corazón parece correr
    demasiado deprisa o irregularmente y eso producir desmayos,
    ataques cardíacos, mareos, o algún tipo de
    colapso)

  • Temblores de manos, pies o voz que pueden ser
    rápidamente observados y delatarnos como inferiores o
    penosos o impresentables.

  • Sudor (en las manos que luego puede que tengamos que
    presentar en un saludo; sudor corporal que traspasa la ropa y
    nos avergüenza haciendo nos aparecer como indeseables o
    repugnantes)

  • Rubor (angustia + sentimientos intensos de
    vergüenza)

  • Falta de concentración (que nos haga olvidar
    datos que queríamos decir o desorganice el curso del
    pensamiento de modo que no sepamos de dónde
    veníamos o a donde queríamos llegar)

¿Cómo afecta nuestras vidas la fobia
social?

Nos empobrece reduciendo a la mitad nuestra vida social,
nuestras posibilidades de ocio y progreso profesional.

La frustración que todo ello implica puede
reflejarse indirectamente en forma de desánimo general (a
veces es causa de caer en un depresión tras un larga etapa
vital de sufrimiento) e irritación descontrolada con el
círculo familiar íntimo.

Las relaciones que exigen iniciativa, sostén y
aportación por nuestra parte se pueden llegar a ver
gravemente resentidas y romperse.

Elimina aquellas oportunidades que suelen provenir de la
actividad social (hacer amigos en el colegio o en el trabajo,
participar en los equipos, promocionarse en el trabajo, etc.).
Puede ocurrirle a un fóbico social que rechace un buen
trabajo solamente por el miedo que tiene a las nuevas
responsabilidades, especialmente si tiene que tratar con muchas
personas y hacer reuniones.

Trastorno de ansiedad generalizada:

Se caracteriza por la presencia de ansiedad o
preocupaciones excesivas y persistentes al menos durante 6
meses.

Criterios para el diagnóstico de ansiedad
generalizada: Ansiedad y preocupaciones excesivas sobre una
amplia gama de acontecimientos que se prolongan durante al menos
6 meses. Al individuo le resulta difícil controlar este
estado de constante preocupación. La ansiedad o
preocupación se asocia a 3 ó más de los
siguientes síntomas:

  • Inquietud o impaciencia

  • Se fatiga con facilidad

  • Dificultad para concentrarse

  • Irritabilidad

  • Tensión muscular

  • Alteraciones del
    sueño

La ansiedad, la preocupación o los
síntomas físicos provocan malestar médico o
un deterioro importante en áreas importantes de la
actividad del individuo (trabajo, familia, aficiones). Estas
alteraciones no se deben a los efectos fisiológicos
directos de una sustancia (fármaco, droga), o por una
enfermedad médica, y no aparecen exclusivamente en un
trastorno del estado de ánimo o un trastorno de
carácter sicótico.

Fobias más comunes

Existen alrededor de 248 fobias reconocidas y algunas de
ellas fueron recogidas en 1942 por Henry Jay, semiólogo
francés. Las más comunes son las
siguientes:

  • Temor a los animales
    (zoofobia).

Cinofobia: miedo a los perros.Entomofobia:
miedo a los insectos.Gelofobia: miedo a los gatos.Ofidiofobia:
miedo a las serpientes.Muridofobia: miedo a los
ratones.

  • Temor a elementos o situaciones de la
    naturaleza

Acrofobia: miedo a lugares
altos.Agorafobia: miedo a lugares abiertos.Aigmofobia: miedo a
objetos puntiagudos.Brontofobia: miedo a los
truenos.Claustrofobia: miedo a lugares encerrados.Criptofobia:
miedo a espacios pequeños.Neofobia: miedo a lo
nuevo.Nictalofobia: miedo a la noche.Tanatofobia: miedo a la
muerte.

  • Temor a las enfermedades
    (Nosofobia)

Algofobia: miedo al dolor.Bacteriofobia:
miedo a los insectos.Cardiopatofobia: miedo a los
infartos.Fobofobia: miedo a la angustia.Hematofobia: miedo a la
sangre.Misofobia: miedo al contagio.Traumatofobia: miedo a los
accidentes. 

Capítulo 4

Técnicas
para la eliminación del miedo basado en las teorías
del aprendizaje

MODELOS CONDUCTISTAS

Conceptos fundamentales

La terapia de conducta asume una serie de supuestos
fundamentales que podemos agrupar en los cinco siguientes:
(1º) La terapia de conducta se centra en los procesos
conductuales más cercanos a la conducta manifiesta (salvo
en el caso de los conductistas cognitivos); (2º) La terapia
de conducta se centra en el aquí y ahora y presta menos
atención a los sucesos históricos; (3º) La
terapia de conducta asume que la conducta anormal es adquirida en
gran parte a través del aprendizaje (clásico,
operante y por moldeamiento).

El paradigma del condicionamiento clásico se
refiere al aprendizaje basado en la asociación de un
estimulo neutro, que posteriormente adquirirá poder para
felicitar la conducta (estimulo condicionado) al asociarse con un
estimulo incondicionado. Aunque el condicionamiento
clásico supone que el estimulo condicionado antecede por
lo general al incondicionado; también existe el caso
inverso donde el estimulo condicionado sigue al estimulo
incondicionado, es el llamado condicionamiento hacia
atrás.

El condicionamiento clásico ha sido propuesto
para explicar y tratar diversos fenómenos
neuróticos. La llamada Teoría de los dos factores
(Mowrer, 1946) propone que la respuesta de ansiedad se condiciona
a un estimulo neutro (primer factor) y que la respuesta de escape
o evitación es reforzada por la reducción de la
ansiedad, como respuesta operante (segundo factor). Eisenach
(1982) desarrolla su teoría de incubación del miedo
donde el estimulo condicionado de carácter fuerte puede
adquirir las características del incondicionado, aunque
este no termine presentándose, manteniéndose la
respuesta ansiosa sin extinguirse (la llamada paradoja
neurótica).

El paradigma del condicionamiento operante se basa en
que una conducta en presencia de un estimulo particular (estimulo
discriminativo) se hace más probable si es seguida de una
consecuencia o contingencia reforzante. En este paradigma la
conducta no está controlada por sus antecedentes (no es
una E- R) sino por sus consecuencias (R-C).Si una conducta
aumenta su probabilidad de producirse si es seguida por una
determinada consecuencia se denomina a este proceso reforzamiento
positivo. Si esa conducta aumenta su probabilidad de
producción si es seguida por la retirada de un estimulo
aversivo, se denomina a ese proceso como reforzamiento negativo.
Si la probabilidad de esa conducta se reduce como consecuencia de
la presentación de un estimulo aversivo o la retirada de
uno positivo, se denomina al proceso como castigo. Si esa
conducta deja de producirse como consecuencia de la no
presentación de sus consecuencias re forzantes (positivas
o negativas) se denomina al proceso como
extinción.

Los principios del condicionamiento operante han sido
propuestos para explicar y modificar diversas conductas anormales
como la depresión (Lewinsohn, 1974), evitación o
"defensas" de los trastornos neuróticos (Mowrer, 1949),
conducta histriónica (Ulmén y Krasner, 1969),
esquizofrenia (Ulmén y Krasner, 1975), problemas de la
pareja (Lineman y Rosenthal, 1979), toxicomanías (Kepner,
1964), etc.

El tercer paradigma es el llamado condicionamiento
vicario o aprendizaje por moldeamiento o imitación. Las
personas no solo adquieren su conducta por la asociación
de experiencias o los resultados de sus acciones sino
también por observación de cómo
actúan otras personas reales o actores simbólicos
(historias, relatos, etc.). Gran parte de la conducta humana es
mediada culturalmente por diversidad de modelos familiares y
sociales en el llamado proceso de socialización o
aprendizaje social. Las habilidades sociales para relacionarse
con los demás y muchos temores y prejuicios que dan lugar
a conductas patológicas están mediados por este
proceso.

También los conductistas más actuales han
destacado no solo el papel del aprendizaje y la cultura social en
la conducta humana sino también la importancia de los
factores biológicos. Por ejemplo, tanto Eisenach (1967)
como Gray (1975) postulan bases biológicas para las
diferencias de personalidad entre los sujetos; y Solimán
(1971) desarrolla su teoría de las fobias preparadas
biológicamente.

Otro aspecto destacable son las teorías del
autocontrol y el interaccionadme reciproco. Aunque la persona
está en gran parte controlada por sus contingencias
ambientales y su historia de aprendizaje, su propio repertorio
conductual le permite ejercer cierto autocontrol sobre su propia
conducta y sobre el entorno, de modo que este y ella (la persona
y el entorno) se modifican recíprocamente (Skinner, 1975;
Bandura, 1984).

Queda claro que el conductismo actual está lejos
de ser una simple teoría Estimulo – Respuesta.

Método terapéutico

Básicamente la terapia de conducta comienza
mediante un proceso de diagnostico denominado Análisis
Funcional o Conductual. Consiste en "traducir" el problema
presentado a categorías conductuales operativas (conductas
manifiestas y encubiertas por lo general clasificadas como
"cogniciones", "emociones" y "conductas") y en determinar las
variables que las mantienen (organismicas-mediacionales,
antecedentes estimulares y contingencias de refuerzo)
(Cónfer y Saslow, 1967).

El anterior proceso determina de qué variables es
función la conducta estudiada y guía el proceso de
selección de las técnicas terapéuticas. En
la mayoría de los casos el terapeuta comparte con su
cliente o paciente los resultados de tal análisis y como a
partir del mismo es deseable intervenir.

También hay que destacar que la misma
Relación Terapéutica puede ser analizada por el
mismo procedimiento, cuando esta es relevante para la terapia en
curso (colaboración del paciente). Cuando la conducta del
paciente presenta una escasa colaboración para la terapia,
se puede intentar modificarla para lograr niveles mejores de
relación terapéutica analizando su función
(Edelstein y Yoman, 1991).

El terapeuta de conducta suele manejar un amplio abanico
de Técnicas terapéuticas para diversidad de
problemas. El empleo de las mismas más adecuado es cuando
deriva en análisis funcional del problema en
cuestión. De manera resumida podemos agrupar estas
técnicas mediante el paradigma de aprendizaje en el que se
basan:

  • 1. Técnicas basadas en el
    condicionamiento clásico:
    La más conocidas
    y utilizadas son los métodos de Exposición y de
    De sensibilización Sistemática que consisten en
    enseñar al sujeto a enfrentarse más o menos
    gradualmente a las fuentes estimulares de su ansiedad,
    miedos, vergüenzas y otras emociones de modo que dejen
    de responder con ansiedad ante las mismas. La de
    sensibilización conlleva el aprendizaje previo de
    habilidades de relajación.

  • 2. Técnicas basadas en el
    condicionamiento operante:
    Básicamente se dividen
    en procedimientos encaminados a aumentar conductas
    adecuadas(Reforzamiento, Moldeamiento por aproximaciones
    sucesivas, etc.) y aquellos otros encaminados a reducir
    conductas inadecuadas(Extinción y Castigo), así
    como aquellos que combinan las dos finalidades anteriores
    (Reforzamiento diferencial, Contrato de conducta, Control de
    estímulos, etc.).

  • 3. Técnicas basadas en el
    modelamiento:
    A través del modelado del terapeuta
    o grupo se presenta al paciente diversos procedimientos de
    manejo de problemas relacionales, el paciente las observa e
    imita el modelo y el terapeuta le proporciona
    información correctora. También se utilizan
    como técnicas para expresar no solo nuevas conductas,
    sino también para expresar deseos y emociones
    diversas. Las técnicas más conocidas en este
    terreno son el Entrenamiento en Habilidades Sociales y el
    Entrenamiento en Afectividad.

  • 4. Técnicas basadas en los principios
    del autocontrol:
    Se suele utilizar en combinación
    con las anteriores, y en cierto sentido las intervenciones
    anteriores se proponen al paciente como vías de
    autocontrol o aprendizaje de manejo de problemas. Las
    más utilizadas son el autor registros a través
    de los cuales el paciente aprende a observar su propia
    conducta y a modificarla y las técnicas cognitivas
    mediante las que se aprende a manejar la relación
    entre los acontecimientos, su interpretación
    Valoración subjetiva y sus efectos emocionales y
    conductuales. Estos procedimientos se utilizan con mayor
    énfasis y extensión por los terapeutas
    cognitivos y de una manera más particularizada por los
    terapeutas cognitivos-Conductuales o conductistas
    cognitivos.

Un aspecto a resaltar es que para el terapeuta
conductual la terapia es mucho más que la
utilización de un determinado elenco de técnicas
sino un modo de entender a la persona y su conducta basado en los
principios del Conductismo clásico (Pavlov, Watson),
moderno (Skinner, Bandura) y actual (Eysenck, Staats, Ardila,
Meichenbaum).

Los desarrollos actuales del conductismo y la terapia de
conducta se mueven entre dos polaridades más o menos
extremas, los que defienden los principios conductistas
más radicales (Conductismo Radical de Skinner), los que
combinan principios conductistas y cognitivos (Psicólogos
Cognitivos-Conductuales (Beck, Ellis) y aquellos que se
consideran ajenos al conductismo, aunque conectados
históricamente al mismo (Psicólogos
Cognitivos-Constructivistas como Mahoney y Guidano). Estos tres
grupos a su vez suelen ser denominados en la psicoterapia como
pertenecientes a la Modificación de Conducta. Aunque sus
objetivos filosofías y métodos suelen ser diversos,
por lo general son complementarios, al intervenir sobre distintos
niveles, áreas o dominios conductuales.

Desensibilización
sistemática

INTRODUCCION

La desensibilización sistemática es uno de
los métodos para contrarrestar gradualmente los
hábitos neuróticos de la respuesta de ansiedad. Se
induce en el paciente un estado fisiológico inhibidor de
la respuesta de ansiedad por medio de la relajación
muscular y, luego es expuesto a un débil estimulo
excitador de la respuesta de ansiedad. Luego se van presentado
estímulos sucesivamente más "fuertes", que son
tratados en forma semejante, este método nos ha dado el
poder de superar un gran número de hábitos
neuróticos, a menudo en un poco tiempo. Nos ha capacitado
para tratar estos hábitos en cualquier orden que queramos.
El empleo de una emoción contractuante para superar paso
por paso un habito emocional indeseable tiene un precedente en un
método milenario: a un niño se le acostumbra
gradualmente a una situación que teme exponiéndolo
a pequeñas dosis de la situación en circunstancias
en que también están presentes otras situaciones,
por ejemplo cuando un niño teme bañarse en una
piscina, el padre lo lleva primero hasta el borde del mismo, lo
hace sentar en la orilla de la piscina, cuando el niño se
habitúa cómodamente a esto, el padre lo alienta
para que meta uno de sus pies, luego los dos pies, luego que
empiece a jugar con sus dos manos en la piscina, luego se pare y
así sucesivamente. Después de haber vencido
gradualmente su miedo, el niño llega a ser capaz de jugar
dentro de la piscina con alegría. Además de ser
agentes inadvertidos en esta terapia espontánea, muchas
veces los padres tratan "instintivamente" los miedos establecidos
de sus niños de un modo esencialmente semejante,
(deliberada y muy sistemáticamente). El primer ejemplo
conocido en que se usaron deliberadamente respuestas
contractuantes para superar las respuestas neuróticas de
ansiedad acercando gradualmente él estimulo.

ANALISIS FORMAL DE LA DESENSIBILIZACION
SISTEMATICA

Tiene sus raíces en el laboratorio experimental,
(Wolpe, 1948, 1952, 1958), el trabajo con gatos,
creándoles una neurosis experimental, encerrados en una
pequeña jaula mediante el proceso de administración
de choques eléctricos de alto voltaje, y un estimulo
auditivo que les precedía, se vio que las respuestas de
ansiedad se daban ante estos estímulos y otros relativos,
y que eran extremadamente resistentes al proceso de
extinción normal, ni la exposición prolongada ni
repetida disminuían la respuesta neurótica, aunque
nunca se les volviera a suministrar los choques a los animales,
además por muy hambrientos que estuvieran, no era posible
incitarlos a comer pedazos de carne fresca que regaban en el piso
de la jaula, o sea la respuesta de ansiedad era capaz de inhibir
totalmente una respuesta tan básica y adaptativa como la
de comer en un animal muy hambriento. Por supuesto esta falta de
extinción se presenta regularmente en las neurosis
humanas, ahora bien los animales presentaban menos respuesta de
ansiedad en el laboratorio experimental y aun menos en otros
lugares, de acuerdo con el grado de semejanza del laboratorio,
hasta que las manifestaciones de ansiedad desaparecían y
el gato comía, ahora en forma ascendente con un cuarto que
se asemejara cada vez al laboratorio experimental hasta que la
conducta de comer llegaba a restablecerse en la propia jaula
experimental, eliminando totalmente la respuesta de
ansiedad.

Estas observaciones llevaron a la búsqueda de
métodos que pudieran conducir a eliminar los
hábitos neuróticos de los humanos, Jacobson (1938),
describía una respuesta inhibitoria de la respuesta de
ansiedad que no le pedía al paciente ningún tipo de
actividad motora hacia la fuente de su respuesta de ansiedad. Se
empezó a dar entrenamiento de relajación a los
pacientes que padecían neurosis y que no se les
podía aplicar asertividad. Sin embargo era necesario un
enorme potencial de relajación para inhibir la respuesta
de ansiedad provocada por un estimulo fóbico de la vida
real, Paul (1969), ha demostrado que la relajación
muscular produce efectos opuestos a los de la respuesta de
ansiedad en el ritmo cardiaco, la frecuencia respiratoria y la
contundencia de la piel, estudios similares son los que hicieron
posible el avance hacia la aplicación de la terapia de
desensibilizacion sistemática.

Una vez que un estimulo productor de una respuesta de
ansiedad débil a cesado de excitar la respuesta de
ansiedad, es posible presentar otro estimulo un poco "más
fuerte" al paciente totalmente relajado, y este estimulo
"más fuerte" provocara ahora menos respuesta de ansiedad
de la que habría provocado antes.

TÉCNICA DE LA DESENSIBILIZACIÓN
SISTEMÁTICA

Como terapeuta siempre hay que estudiar cuidadosamente
los problemas planteados por el paciente antes de decidirse por
alguna técnica en particular, la primera tarea es la
corrección de los errores de concepto, luego si se
requiere un cambio de conducta en situaciones sociales, sexuales
u otras de la vida diaria, será lo que atacara enseguida,
la mayor parte de las veces por medio del entrenamiento asertivo,
si la desensibilización sistemática es lo adecuado,
se inicia tan pronto sea posible y puede llevarse a cabo al mismo
tiempo que se aplican otras medidas que puedan haberse prescrito
para la situación de la vida diaria. La técnica
implica 4 conjuntos de operaciones diferentes:

  • 1. Adiestramiento en relajación muscular
    profunda.

  • 2. Establecimiento del uso de una escala que
    mida la respuesta de ansiedad subjetiva en métodos
    cuantitativos.

  • 3. Construcción de jerarquías de
    los estímulos provocadores de respuestas de
    ansiedad.

  • 4. Contraposición de la
    relajación y los estímulos provocadores de
    respuesta de ansiedad que constituyen las
    jerarquías.

ADIESTRAMIENTO EN RELAJACION MUSCULAR
PROFUNDA

No hay ninguna secuencia necesaria para entrenar a los
diversos grupos musculares en la relajación, pero la
secuencia adoptada debe ser ordenada. Se debe comenzar con los
brazos ya que es conveniente para hacer una demostración y
porque es fácil revisar la relajación lograda,
después se procede con la región de la cabeza,
porque generalmente los efectos inhibidores de la respuesta de
ansiedad más notables se obtienen relajando esa zona. Las
sensaciones comunes son hormigueos, entumecimiento o calor,
principalmente en las manos, el terapeuta debe palpar los
músculos relajados, con la práctica se aprende a
distinguir diversos grados gruesos de tensión muscular. La
tercera lección corresponde a los maceteros y temporales,
lengua, músculos faringeos, globo ocular. En la cuarta
lección nos dedicamos al cuello y los hombros, donde lo
principal lo constituyen los músculos posteriores que
normalmente mantienen la postura erecta de la cabeza. La quinta
lección se ocupa de los músculos de la espalda,
abdomen y tórax. La sexta lección toca la
relajación a los músculos inferiores.

CONSTRUCCION DE JERARQUIAS

Una jerarquía de respuesta de ansiedad es una
lista de estímulos referentes a un tema, ordenados de
acuerdo con la intensidad de la respuesta de ansiedad que
provocan, ya sea en forma ascendente o descendente, la
construcción de las jerarquías empieza al mismo
tiempo que el entrenamiento de relajación, y está
sujeta a alteraciones o adiciones en cualquier momento, el
periodo de recolección de datos y la organización
se hacen en la entrevista y no en el periodo de
relajación, se deben de clasificar por temas.

Jerarquía descendente a un examen:

  • 1. Camino a la universidad en el día de
    examen.

  • 2. Mientras esta contestando una hoja de
    examen.

  • 3. Esta ante las puertas cerradas del cuarto de
    examen.

  • 4. Espera a que se distribuyan las hojas de
    examen.

  • 5. Las hojas del examen se encuentran cara
    abajo ante el paciente.

  • 6. La noche anterior al examen.

  • 7. Un día antes del examen.

  • 8. Dos días antes del examen.

  • 9. Tres días antes del
    examen.

  • 10. Cuatro días antes del
    examen.

  • 11. Cinco días antes del
    examen.

  • 12. Una semana antes del examen.

  • 13. Dos semanas antes del día del
    examen.

  • 14. Un mes antes del examen.

Escala de ansiedad subjetiva: La escala se presenta al
paciente diciéndole lo siguiente: piense en la peor
respuesta de ansiedad y asígnele el número 100,
ahora piense en la calma absoluta y llame a esto cero, ahora como
se evalúa en este momento.

Es posible emplear la escala para pedir al paciente que
evalué los ítems de la jerarquía de acuerdo
con la cantidad de respuesta de ansiedad que sentiría al
ser expuesto a ellos.

PROCEDIMIENTO DE DESENSIBILIZACION

CONTRARRESTAR LA RESPUESTA DE ANSIEDAD MEDIANTE
RELAJACION

La escena esta lista para aplicar el procedimiento de
desensibilización cuando el paciente a adquirido la
capacidad de calmarse mediante la relajación, muchos de
los pacientes se calman adecuadamente cuando el entrenamiento de
relajación esta a la mitad, o antes, aunque para el
programa de desensibilización es muy aconsejable que el
paciente logre un sentimiento de calma, por ejemplo, una negativa
respuesta de ansiedad, no es obligatorio y uno puede darse por
satisfecho con cero unidades subjetivas de ansiedad.

Mientras que el paciente está sentado o acostado
cómodamente con los ojos cerrados, el terapeuta procede a
producir un estado de relajación tan profundo, como sea
posible usando palabras como: "Ahora todo su cuerpo se hace cada
vez más pesado, y todos sus músculos se relajan.
Relájelos más y más, daremos a sus
músculos atención individual, relaje los
músculos de la frente, (pausa) 5- 10 segundos, relaje los
músculos de maxilares y lengua, (pausa), relaje los
músculos de los globos oculares, mientras más
relajados más tranquilo estará, (pausa), relaje los
músculos del cuello, (pausa), que todos los
músculos de sus hombros se relajen, simplemente
déjese ir, (pausa). Ahora relaje sus brazos, (pausa),
relaje todos sus músculos del tronco, (pausa). Relaje los
músculos de los miembros inferiores. Déjese ir
más y más. Se siente cada vez más relajado y
más cómodo."

En la primera sesión de desensibilización,
que siempre, es en parte exploratoria, el terapeuta procura tener
alguna retroalimentación sobre el estado del paciente y le
pide que declare con la escala subjetiva cuanta respuesta de
ansiedad presenta. Si el paciente continua teniendo alguna
respuesta de ansiedad a pesar de sus mejores esfuerzos de
relajación directa, pueden utilizarse diversas escenas
particularmente relajantes, las que se emplean comúnmente
son las siguientes:

  • 1. "Imagine que en un tranquilo día de
    verano usted yace boca arriba sobre un prado mullido y mira a
    las nubes moverse lentamente hacia usted".

  • 2. "Imagine un punto luminoso brillante e
    intenso que se encuentra frente a usted, a unos 50
    cm.

  • 3. "Imagine que junto a la orilla de un
    río se ve una hoja que se mueve erráticamente
    formando pequeñas ondas".

Hay unas manera sistemática de llevar a cabo la
presentación de las escenas en la primera sesión de
desensibilización las observaciones que hace el terapeuta
en esta sesión llevan a menudo a modificar la
técnica para que encaje con los requisitos particulares
del paciente. La primera escena es un control es neutro en el
sentido de que no se espera que el paciente tenga alguna
respuesta de ansiedad ante ella. Hay dos razones para utilizar la
escena de control, primero proporciona información general
sobre la capacidad del paciente para visualizar material
desprovisto de ansiedad, segundo: da indicaciones sobre ciertos
factores contaminantes: el paciente puede sentir ansiedad por
abandonar el control de sí mismo o por lo desconocido, de
cualquier modo hay una ansiedad presente que no tiene nada que
ver con el objetivo, de la desensibilización y esto tiene
que ser abordado si la terapia ha de tener
éxito.

CONSIDERACIONES CUANTIATIVAS

Hay grandes variaciones respecto a cuantos temas,
cuantas escenas de cada uno, y cuantas presentaciones se hacen en
una sesión de desensibilización, generalmente se
tratan de hasta cuatro jerarquías en una sesión
individua, y no muchos pacientes tienen más de cuatro. Es
común hacer tres o cuatro presentaciones de una escena
para llevar a cabo la respuesta, pero pueden necesitarse diez o
más. El número total de escenas está
limitado principalmente por el tiempo disponible.

Usar solamente estímulos provocadores de
respuesta de ansiedad débiles ha sido hasta ahora
él principió aceptado en la
desensibilización sistemática. Aunque
evidentemente, esto es prudente cuando uno depende de la
inhibición reciproca para producir el cambio, no
necesariamente es siempre lo más
económico.

ALGUNOS OBSTACULOS O FALLAS

  • 1. Dificultad en la relación: Se puede
    tratar de mejorarla administrando dosis de meprobanato,
    cloropromacina o codeina, u otro tranquilizante, una hora
    antes de la entrevista.

  • 2. jerarquías erróneas o no
    pertinentes: Aun cuando las jerarquías que el
    terapeuta ha obtenido no tengan ninguna de las fallas de
    concepción o de construcción que pueden
    imputarse a errores elementales hay ocasiones en que el
    terapeuta encuentra que no está haciendo ningún
    progreso.

  • 3. Imaginación inadecuada: La
    mayoría de los pacientes puede proyectarse a
    situaciones imaginarias provocadoras de respuesta de ansiedad
    de una manera que evoca algo de la realidad de las
    situaciones, y una cantidad correspondiente de respuesta de
    ansiedad.

El
modelado

INTRODUCCIÓN

El estudio de la imitación en Psicología
se omitió casi totalmente hasta la aparición del
trabajo pionero de Miller y Dollard (1941). Estos autores
revisaron las teorías que existían por entonces y
formularon su propio concepto de imitación utilizando un
contexto básicamente conductista. Tuvieron que pasar
veinte años antes de que la importancia del aprendizaje
por imitación para el desarrollo de la personalidad y el
aprendizaje social se pusiera claramente de manifiesto en un
libro de Bandura y Walters (1963). Desde entonces el nombre de
Bandura se ha convertido casi en sinónimo del estudio del
aprendizaje por observación y sus efectos en la conducta
social. El término "modelado" ha sustituido al de
imitación como expresión genérica que
engloba a una variedad de procesos de aprendizaje por
observación. A pesar de que existen diversas
teorías sobre la naturaleza y los procesos que tienes
lugar en el modelado, la postura defendida por Bandura parece ser
la que goza de mayor aceptación en la actualidad (Kanfer y
Goldstein, 1987).

FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA

Cormier y Cormier (1994) definen el modelado como "el
proceso de aprendizaje observacional donde la conducta de un
individuo o grupo -el modelo- actúa como estímulo
para los pensamientos, actitudes o conductas de otro individuo o
grupo que observa la ejecución del modelo".

Los rasgos básicos de la fundamentación
teórica del modelado, propuestos por el propio Bandura,
son presentados de forma concisa y concreta por Olivares y
Méndez (1998) en los siguientes
términos:

  • 1. Supuesto Básico: La mayor parte de la
    conducta humana se aprende por observación mediante
    modelado.

  • 2. Premisa Fundamental: Cualquier
    comportamiento que se pueda adquirir o modificar por medio de
    una experiencia directa es, en principio, susceptible de
    aprenderse o modificarse por la observación de la
    conducta de los demás y de las consecuencias que se
    derivan.

  • 3. Procesos de Mediación
    Simbólica: El sujeto adquiere representaciones
    simbólicas de la conducta modelada y no meras
    asociaciones específicas E-R.

  • 4. Procedimiento General de Aplicación y
    Efectos del Modelado: El sujeto observa la conducta del
    modelo y la imita con el objetivo de:

  • a) Adquirir nuevos patrones de
    respuesta.-

  • Efecto de Adquisición: Aprendizaje de nuevas
    conductas o patrones de conductas que no constaban
    inicialmente en el repertorio conductual de la
    persona.

  • b) Fortalecer o debilitar
    respuestas.-

  • Efecto Inhibitorio: El observador constata la
    carencia de consecuencias positivas o la contingencia de
    consecuencias negativas tras la realización de la
    conducta por parte del modelo.

  • Efecto Desinhibitorio: Desinhibición de una
    conducta del observador después de constatar que el
    modelo la realiza sin experimentar consecuencia negativa
    alguna.

  • c) Facilitar la ejecución de respuestas
    ya existentes en el repertorio del sujeto.-

  • Efecto de Facilitación: Facilita la
    ejecución de patrones conductuales aprendidos con
    anterioridad como consecuencia de la observación de un
    modelo.

PROCESOS BÁSICOS IMPLICADOS EN EL
MODELADO

Bandura y Jeffery (1973) distinguen cuatro procesos
básicos implicados en cualquier proceso de
modelado:

  • 1. La Atención. La actividad del
    observador consiste en concentrarse en lo que se
    modela.

  • 2. La Retención. Hace referencia a la
    codificación simbólica o
    lingüística, organización cognitiva y
    ensayo encubierto del modelo presentado.

  • 3. La Reproducción. La capacidad del
    observador para reproducir, ensayar o practicar la conducta
    cuyo modelo se ha observado.

  • 4. La Motivación. Predisposición
    favorable del observador para asumir como propios los
    objetivos propuestos a través del uso de las
    técnicas de modelado.

Todos y cada uno de estos procesos básicos,
comunes en todos los procedimientos de modelado, se encuentran
profundamente interrelacionados y son factores esenciales
(prerrequisitos) para el éxito de cualquier proceso
terapéutico que utilice el modelado como estrategia
básica de intervención.

PROCEDIMIENTO GENERAL PARA LA APLICACIÓN DEL
MODELADO

Si bien, el modelado es susceptible de ser utilizado a
través de múltiples variantes técnicas, es
posible ofrecer a partir del trabajo de diversos autores
(Cruzado, 1995; Olivares y Méndez, 1998) una secuencia
básica en su aplicación que incluiría los
siguientes nueve pasos elementales:

  • 1) Establecimiento de los objetivos
    terapéuticos, a corto, medio y largo plazo.

  • 2) Jerarquización (dificultad
    progresiva), en caso necesario, de las conductas a
    modelar.

  • 3) El terapeuta proporciona instrucciones
    específicas al cliente sobre los aspectos clave a los
    que debe atender durante el proceso de modelado:

3.1 Estímulos situacionales
presentes.

3.2 Dimensiones relevantes de la conducta
del modelo.3.3 Consecuencias que se derivan tras la
realización de la conducta.

  • 4) El modelo ejecuta las conductas previamente
    establecidas y describe verbalmente qué está
    haciendo y las consecuencias anticipadas de su
    comportamiento.

  • 5) El terapeuta solicita al cliente que
    describa la conducta realizada por el modelo, sus
    antecedentes y sus consecuentes.

  • 6) Instruir al cliente para que lleve a la
    práctica lo observado en la sesión.

  • 7) Apoyar al cliente durante la
    realización (señales verbales o guías
    físicas) y proporcionar feedback positivo.

  • 8) Realizar los ensayos de conducta necesarios
    hasta la consolidación de la conducta.

  • 9) Planificación de tareas
    terapéuticas entre las sesiones.

CLASIFICACIÓN DE LAS TÉCNICAS DE
MODELADO

El modelado presenta un gran número de variantes
técnicas, clasificables en función de una serie de
dimensiones básicas:

1. La conducta del observador:

  • Modelado Pasivo.- El sujeto únicamente
    observa la conducta del modelo, sin reproducirla durante la
    sesión de entrenamiento.

  • Modelado Activo.- El sujeto observa la
    ejecución del modelo y a continuación reproduce
    la conducta modelada en la misma sesión de
    tratamiento.

  • La presentación del modelo:

  • Modelado Simbólico.- El modelado es realizado
    a través de una grabación en video,
    película, casete o en cualquier otro soporte
    audiovisual.

  • Modelado en Vivo.- El modelo lleva a cabo la
    conducta en presencia del observador.

  • Modelado Encubierto.- El sujeto debe imaginar la
    conducta del modelo.

  • La adecuación de la conducta del
    modelo:

  • Modelado Positivo.-Modelar la conducta apropiada o
    conducta-meta.

  • Modelado Negativo.- Modelar las conductas no
    deseadas.

  • Modelado Mixto.-Utilización del modelado
    negativo seguido del modelado positivo.

  • El grado dificultad de la conducta a
    modelar:

  • Modelado de Conductas Intermedias.-La conducta
    terminal es descompuesta en conductas intermedias que van
    siendo modeladas y asimiladas por el sujeto de forma
    progresiva.

  • Modelado Conductas-Objetivo.-En los casos en que la
    conducta-objetivo no sea excesivamente compleja, es modelada
    directamente.

  • El número de observadores:

  • Modelado Individual.-El modelado se realiza ante un
    único observador, generalmente en contextos
    terapéuticos.

  • Modelado Grupal.-El modelado se produce ante un
    grupo, generalmente en contextos educativos.

  • El número de modelos:

  • Modelado Simple.-Presentación de un
    único modelo.

  • Modelado Múltiple.-Se utilizan diversos
    modelos, diferentes y semejantes al observador.

  • Auto modelado.-El modelo es el propio observador.
    Utilización de medios audiovisuales.

  • Modelado.-Modelo y observador son personas
    diferentes. La estrategia más habitual.

  • La naturaleza del modelo:

  • Modelado Humano.-El modelo es una persona que debe
    poseer características de semejanza y/o prestigio para
    el observador.

  • Modelado no Humano.-Dibujos animados, marionetas,
    muñecos o seres fantásticos son utilizados como
    modelos, preferentemente (aunque no en exclusiva) con
    niños.

  • Modelado Mastery.-El modelo dispone de las
    habilidades y recursos necesarios para manejar de forma
    efectiva la situación desde un principio.

  • Modelado de Afrontamiento.-El modelo muestra en un
    comienzo habilidades similares al observador y va demostrando
    progresivamente las habilidades necesarias para resolver la
    situación de una manera satisfactoria.

FACTORES CLAVE DE LA EFICACIA DEL
MODELADO

La simple observación de la conducta de un
tercero no garantiza necesariamente la obtención de
resultados psicoterapéuticos significativos. Existen una
serie de factores y variables clave que son necesarios tener en
cuenta a la hora de planificar, por parte del psicoterapeuta, un
procedimiento de modelado con ciertas garantías de
éxito:

A) Factores que mejoran la adquisición
(atención y retención)

A.1. Características del Modelo:

  • Semejanza (sexo, edad, raza y actitudes).

  • Competencia.

  • Cordialidad.

  • Prestigio.

A.2. Características del Observador:

  • Capacidad procesamiento y retención de
    información.

  • Incertidumbre.

  • Nivel de ansiedad.

  • Factores de personalidad.

A.3. Características de la forma en la que el
modelo es presentado:

  • Modelo real o simbólico.

  • Varios modelos.

  • Modelo de habilidades progresivas
    (afrontamiento)

  • Procedimientos graduados.

  • Instrucciones.

  • Comentario de características y
    reglas.

  • Resumen realizado por el observador.

  • Ensayo.

  • Minimización de estímulos
    distractores.

B) Factores que mejoran la ejecución
(reproducción y motivación)

B.1. Factores que suponen un incentivo:

  • Reforzamiento Vicario.

  • Extinción vicaria del miedo a
    responder.

  • Reforzamiento directo.

  • Imitación.

B.2. Factores que afectan a la calidad de la puesta en
práctica de la conducta:

  • Ensayo de conducta.

  • Modelado participativo.

B.3. Factores que afectan al transfer y la
generalización de los resultados:

  • Semejanza situación entrenamiento-ambiente
    natural sujeto.

  • Práctica de respuestas.

  • Incentivos en el medio natural.

  • Principios de aprendizaje.

  • Variaciones en la situación de
    entrenamiento.

PRINCIPIOS FUNDAMENTALES DEL MODELADO
EFECTIVO

Tomando como referencia lo expuesto anteriormente y a
partir de las aportaciones realizadas por diversos autores
(Cormier y Cormier, 1994; Gavino 1997; Kanfer y Goldstein 1987;
Muñoz y Bermejo, 2001; Olivares y Méndez,1998) en
relación a la aplicación efectiva del modelado en
un contexto psicoterapéutico, es posible extraer una serie
de principios-guía, tanto con respecto al modelado en
sí mismo como al propio proceso de ensayo de conducta y a
la retroalimentación, necesarios en todo proceso de
modelado efectivo:

  • a) Principios del Modelado.

  • Optimización del modelo utilizado en el
    proceso. Características similares al observador,
    prestigio, competencia similar – competencia de afrontamiento
    o énfasis en los componentes afectivos.

  • Partes: 1, 2, 3
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