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La niñez hoy




Enviado por sonia loza



  1. Introducción
  2. El Niño de
    Antes
  3. El niño de
    Hoy
  4. El Niño y la
    Familia
  5. El Aprendizaje en
    el Niño de Hoy
  6. Tipos de
    Niños
  7. Los niños
    con problemas de conducta
  8. Los niños de
    la calle

Introducción

Estamos acostumbrados a pensar en la infancia como un
estado biológico que tiene atributos psicológicos
definidos, sin embargo existen diferencias entre el niño
de antes y el de hoy.

Hasta aproximadamente el siglo XVII, el arte medieval no
conocía la infancia o no trataba de representarla, cuesta
creer que esta ausencia se debería a la torpeza o
incapacidad, ya que el niño ha sido desvalorizado,
marginado, reprimido y hasta ha sido considerado un ser
extraño dentro de un mundo que no le concedía
ningún papel y le negaba su existencia, se puede pensar
que en esa sociedad de características y culturas
diferentes no había espacio para la infancia.

Tiempo después, en el ambiente familiar se
comienza a detectar un sentimiento hacia el niño, y se lo
trata como una especie de criatura divina que hay que
civilizar.

Actualmente en el siglo XXI, la niñez se
desarrolla en medio de profundas transformaciones que afectan a
todos los niveles de la cultura, se dice que los niños de
hoy no son como los de antes; ya que los niños de antes
jugaban mas y con menos objetos, vestían con ropa que sus
padres elegían, temían al reto, a la penitencia y a
las malas notas; frente a todo esto es posible sostener que la
noción tradicional de infancia como un tiempo de inocencia
y dependencia del adulto se ha debilitado por el acceso que
tienen los niños a la cultura popular, este acceso
infantil al mundo adulto los ha convertido en "Pequeños
Consumidores" que piden cada vez mas y juegan menos, ya que pasan
mayor tiempo frente a la televisión, computadora e
internet. Estos son los chicos sobre-estimulados, que "saben
todo", se creen capaces de arreglársela solos sin ayuda de
los adultos.

El Niño de
Antes

Antiguamente no se conocía la infancia, por esta
razón no se trata de representarla. En la sociedad, los
infantes no existían, ni se les otorgaba ningún
papel; hasta finales del siglo XIII no aparecen niños
caracterizados por una expresión particular, sino como
hombres de tamaños reducidos, ya que cumplían las
mismas funciones que el adulto, como por ejemplo salir a trabajar
para tener su propio sustento; en este periodo el niño ha
sido desvalorizado, marginado y reprimido.

"La causa de los niños está mal definida,
"porque se toma al niño como un objeto de estudio y no
como un sujeto en todo el sentido de la palabra".

La niñez como la etapa de desarrollo de la
personalidad es una invención reciente, que nace como
producto de los cambios en el modelo de producción,
organización y división del trabajo, de los nuevos
valores y creencias.

Durante la Edad Media la niñez abarca un periodo
muy breve, desde el nacimiento y poco tiempo después,
según los casos, el niño se incorpora al mundo del
adulto. Podemos decir, que no existe la idea de desarrollo del
niño y una concepción clara acerca de la
educación para ser incorporados a este mundo. En este
sentido, la alfabetización de los niños, solo
estaba reservada para sectores privilegiados.

Mientras que en los sectores vulnerables, los
niños eran desprotegidos y sobre ellos recaían los
castigos corporales, el abandono institucionalizado.

En la Edad Moderna aparecen los primeros escenarios de
la infancia, hospitales, orfanatos, escuelas; y dentro del
ambiente familiar se manifiesta un sentimiento hacia el
niño y se los considera como a una criatura a la que hay
que civilizar y educar. Por esta razón, los hijos de las
clases populares son enviados a instituciones donde se les
enseña la doctrina cristiana y aprenden oficios. Los
niños sin familias son albergados en casas de
expósitos, hospicios, asilos.

En la Edad Contemporánea el niño deja de
ser un adulto en miniatura y obtiene un status propio como grupo
social. Podemos destacar también, que en este periodo se
aleja la infancia del mundo del trabajo y se expresa cierto
afecto hacia los niños y con más exigencias y
ambiciones con respecto a su futuro, donde se acuerdan actitudes
de tolerancia e indulgencia con otras de severidad e
intransigencia.

Los espacios de la niñez, comienzan a tomar
cierta distinción y especialización, donde se
plantean los principios y mecanismos de la educación
actual y socialización de la infancia; el niño es
un alumno escolar, es hijo que convive en una familia nuclear y
es un niño que juega con su grupo, y comparte juegos y
juguetes específicos para la edad del desarrollo. Aunque,
podríamos decir que, los niños de antes jugaban
más y con menos objetos, como por ejemplo: una latita
podría ser un carro, las muñecas no necesitaban
hablar, no habían mundos virtuales; se vestían como
sus padres querían, no sabían de marcas y
temían al reto y a la penitencia.

El niño de
Hoy

Las transformaciones más generales de las
relaciones entre adultos y niños, la importancia de la
socialización que proponen los medios, no solo en sus
contenidos sino en las formas en que construyen espectadores,
usuarios o jugadores, y en los discursos mediáticos que
ven una infancia en peligro o una infancia peligrosa, subrayando
la violencia como forma de constitución de
identidades.

Los niños se parecen al tiempo, esto evidencia
que las características que cada niño tiene es
propia a la época en la que vive, esto lleva a
confrontarlos con determinados problemas, con instituciones
particulares, con tecnologías y modos de entender la
cultura que los moldearon y ayudaron a devenir
adultos.

Los niños de Hoy son muy diferentes a los de
Antes en varios aspectos; tienen otra conciencia de sí
mismos, ya no se perciben como entidades inexpertas y
dependientes de los adultos, sino que se asumen como individuos
independientes y capaces en muchas situaciones de
arreglársela solos.

"Equiparar el niño con el adulto tiende a
descartar la fragilidad infantil y a dejar de lado la
cuestión de la responsabilidad de los mayores". Los
niños asumen rápidamente este nuevo posicionamiento
y se comportan como "Grandes", esto despierta las quejas de los
padres, quienes los consideran como desafiantes, casi
incontrolables, incapaces de respetar nada ni a nadie, en
definitiva son tan distintos a los de antes.

El trasfondo de la niñez moderna presenta un
dibujo de " Niño Grande" que parece autoabastecerse sin
depender de otros; esto ocurre porque los niños ya no se
perciben a sí mismos como seres pequeños que
necesitan del permiso del adulto y dependen absolutamente de
ellos para actuar, si bien es cierto que no todos los
niños reaccionan del mismo modo ante la nueva realidad y
algunos pueden seguir manteniéndolas pautas de conductas
esperadas; lo cierto es que la nueva actitud, los nuevos
niños no son como los de antes y no dudan en imponerse
frente a adultos que han perdido su autoridad, esta autoridad que
les otorgaba el poder de saber cosas que los niños
desconocían.

Hoy los adultos y los niños se encuentran en pie
de igualdad respecto de la información que manejan e
incluso hay sectores en los que los infantes aventajan a los
mayores, por ejemplo en computación, internet y manejo de
aparatos electrónicos, etc. Con todo esto no se trata de
decir que la infancia ha desaparecido, que ya no hay
niños, porque no sería verdad, lo que se puede
decir es que existe una decadencia de la infancia moderna, que ha
cambiado hasta dar lugar a esta "Nueva Infancia".

La infancia moderna que podía ser caracterizada
como la "espera de ser adultos", la preparación para la
llegada de la adultez ha desaparecido, en su lugar se presentan
"nuevas infancias" que son infancias posmodernas que se
distinguen por la demanda de inmediatez acrecentada por la
cultura mediática de satisfacción consumista, la
idea de espera y de iniciación a la adultez ha terminado;
la infancia hoy, es un periodo que debe atravesarse lo más
rápido posible, son niños que con el control remoto
en la mano se convierten en "todopoderosos" capaces de recorrer
los cientos de canales de la televisión por cable sin
dudar ni un instante y crecen adueñándose de
experiencias y saberes que a los adultos les costó tiempo
procesar, son chicos curiosos que "saben todo" y con cinco
años enseñan a sus padres como usar una
computadora.

La vida de la nueva infancia se juega detrás de
una pantalla donde no hay que esperar, donde todo está
cuando y donde se quiere, canales infantiles en los que los
dibujitos ya no se trasmiten de cinco a seis de la tarde
solamente, por lo que no es necesario esperar hasta la hora de la
merienda para verlos ya que están todo el día al
servicio del niño televidente.

Son también los niños de la
"adolentizacion temprana", aquellos que ingresan
rápidamente en el mundo "teen" con lo cual no dudan en
vestirse, maquillarse y comportarse como adolescentes aun cuando
están iniciando la escolaridad.

La escuela tuvo mucho que ver con la delimitación
de la infancia, tanto por la difusión de un discurso
psicológico que estableció de manera
específica que debía esperarse de los niños,
como por la expansión de una idea de minoridad,
incompletud, inmadurez que coloca a la infancia en un lugar
subordinado.

La pluralidad de infancias es un elemento a destacar, en
contra de la visión escolar que tendió a encerrar
las experiencias infantiles en un armazón rígido
que excluyo formas de ser niño o niña que no
encajaban en estos parámetros; pero además hay que
destacar que en el último tiempo se suceden discursos
alarmantes, implacables sobre la infancia; la infancia en peligro
por las nuevas tecnologías; la infancia en crisis por la
irrupción de los medios electrónicos y la
transformación de las familias. Cabe resaltar que si bien
esta faceta de la infancia posmoderna es lo que parece
predominar.

No podemos olvidar que hay "otros niños" y "otras
infancias" que son las infancias autónomas, independientes
pero porque sus protagonistas viven en la calle porque trabajaban
desde muy pequeños y porque en ellos la figura del adulto
no tiene vislumbres de protección, a estas infancias se
las considera; la infancia abandonada, "La Infancia de La
Calle".

En la misma vertiente se encuentran los "chicos y chicas
de la noche", estos que han construido una serie de
códigos que les dan cierta autonomía
económica y cultural; son niños pero no infantes;
no son dependientes sino independientes en la negociación
diaria para lograr el sustento. Podríamos decir que no es
la infancia de la realidad virtual, de las redes de
computación y de los canales de cable sino "La Infancia de
la Realidad Real"; aquella sobre la que pesa la exclusión
(física-institucional); son los nuevos analfabetos
digitales.

Es la infancia "Sospechosa", considerada altamente
peligrosa por la sencilla razón de que se sospecha de su
carácter infantil y se afirma que detrás de su
máscara a la que se debe ternura por ser niños
biológicos, se encuentran los adultos pequeños
dispuestos a todo, incluso a robar o matar.

Todas las figuras que aparecen investidas de una falta
de futuro y una falta de presente, son infancias difíciles
de asimilar para la institución escolar

El Niño y
la Familia

Las instituciones sociales se ven atravesadas por las
constantes transformaciones que se dan con el desarrollo de las
ciencias y la tecnología.

Después de la segunda mitad del siglo XX, la
familia tradicional parece estallar y nuevas conformaciones la
van reemplazando; familias ensambladas; familias unipersonales;
madres jefas de familia; padres que se hacen cargo de tareas
antes relegadas solo a las madres; parejas homosexuales aceptadas
socialmente.

Los niños de hoy suelen integrarse en distintas
redes sociales y así queda tempranamente ligada a
estímulos de gran diversidad, aun la pertenencia familiar
llega a multiplicarse ya que a partir del divorcio el niño
puede formar parte de dos grupos familiares.

La desintegración familiar manifiesta por la
precariedad habitacional, ocupacional, o las exigencias de la
supervivencia velan que hay otras formas de
des-integración más sutiles.

Muchas familias tienen tendencias a la pérdida de
asimetría propia del vínculo entre padres e
hijos.

Los padres encuentran frecuentes dificultades para
sostener su saber, para contener y regular a los hijos por el
empleo de modalidades horizontales.

Las familias simétricas adjudican al niño
un saber intuitivo e innato que parece liberar a los padres de
las responsabilidades propias de la crianza.

Al mismo tiempo, merece ser valorado el respeto por el
niño como sujeto, que es propio de estas nuevas formas
vinculares; el problema adviene en su exceso o distorsión
cuando el niño es idealizado como portador de un saber que
superaría al del adulto, lo que provoca un cambio en el
rol de posiciones, esto puede dar lugar a formas de abandono y
desprotección no percibidos como tales.

La familia ha de ofrecer al niño una pertenencia
inicial que requiere asimetría, fusión, amparo
extremo, luego, las formas de pertenecer podrán ligarse a
aspectos más discriminados.

El Aprendizaje en
el Niño de Hoy

La situación del niño hoy es diferente a
la de antes, en cuanto a la educación, el niño es
un ser preocupado por la aplicación futura de lo que
aprende. Los niños- alumnos quieren tener un lugar en el
futuro; en la cadena de producción.

Las familias y por lo tanto los niños no tienen
claramente definidos sus objetivos, ni tienen las ilusiones que
tenían las generaciones anteriores de lograr cosas
extraordinarias.

Los niños tienen muchos intereses intelectuales
que no manifiestan en la escuela porque están desplazados
a la televisión o a internet; reciben una gran cantidad de
información, pero no la pueden elaborar y
organizar.

La web de la familia y la comunidad es el ancla del
niño para el desarrollo temprano.

Las familias son la influencia primera y más
poderosa en el aprendizaje temprano de los niños y el
desarrollo.

Las familias viven en, y pertenecen a las comunidades
múltiples que pueden apoyar a frustrar su capacidad para
el desarrollo optimo de los niños
pequeños.

Las relaciones entre la configuración de la
primera infancia y las familias y sus comunidades; los
niños se benefician cuando esas relaciones son respetuosas
de la estructura familiar, la cultura, los valores, el lenguaje y
el conocimiento.

El aumento de la participación de las familias en
el aprendizaje de sus hijos y desarrollo temprano obtiene
beneficios de gran alcance, ya que estas proporcionan el
aprendizaje y la atención.

La atención y el aprendizaje no pueden separarse
realmente ya que la atención de alta calidad incluye el
aprendizaje y el aprendizaje de alta calidad depende de la
atención.

'"Aprender"' comienza en la infancia y buscar modelos
para empezar a reconocer las voces y caras familiares de miembros
de la familia, a su vez, las respuestas a las señales del
infante ponen en marcha un sistema de aprendizaje
dinámico. La capacidad de respuesta casual y sensible a
las señales de los niños es una forma natural de la
enseñanza y el aprendizaje. Los niños crecen y las
familias pueden ofrecer oportunidades de aprendizaje que se basan
en el profundo conocimiento que tienen de sus hijos. Esto puede
tomar la forma de las conversaciones en el hogar, la lectura
compartida, paseos, actividades recreativas y otras experiencias
significativas de momento a momento.

La Participación de la familia en la infancia
temprana beneficia a los niños y multiplica las
oportunidades para el aprendizaje.

Los padres quieren entender cómo sus hijos se
desarrollan y aprenden. Se benefician de las observaciones y la
información sobre cómo apoyar el aprendizaje y
reconocer lo que hacen sus hijos.

Las familias que participan tienen más
probabilidades de establecer redes de intercambio con otras
familias y tener más información sobre la escuela
de sus hijos; la participación de la familia en las
escuelas incluye la crianza, la comunicación, el
voluntariado, el aprendizaje en el hogar, la toma de decisiones y
colaboración con la comunidad.

Tipos de
Niños

Los Niños Índigos

Un niño índigo es aquél que muestra
una serie de atributos psicológicos con un patrón
de comportamiento no documentado aún que tiene factores
comunes y únicos que sugieren a quienes interactúan
con los niños (los padres en particular) que deben cambiar
la forma de tratarlos y de criarlos para poder lograr un
equilibrio adecuado. Ignorar estos nuevos patrones de
comportamiento es crear desequilibrio y gran frustración
potenciales en la mente de estos preciosos
niños.

Podemos decir, que existen cuatro tipos diferentes de
niños índigos, cada uno con un
propósito:

El humanista: está destinado a trabajar con las
masas; serán los médicos, abogados, profesores,
comerciantes, ejecutivos y políticos del mañana,
son niños muy sociables, no saben cómo jugar con un
juguete; son del tipo de persona al que hay que recordarles las
cosas permanentemente.

El conceptual: están más interesados en
proyectos que en personas serán los ingenieros,
arquitectos, diseñadores, astronautas, pilotos y militares
del mañana, son niños muy atlético, son
controladores y la persona que más tratan de controlar es
a su madre si son niños, y a su padre si son niñas.
Este tipo de Índigo tiene tendencia a la adicción,
especialmente a drogas durante la adolescencia. Sus padres deben
vigilar estrechamente sus patrones de comportamiento.

El artista: es mucho más sensible y su cuerpo a
menudo es más pequeño, aunque eso no es una regla
general. Están más inclinados hacia el arte, son
muy creativos y serán los profesores y artistas del
mañana.

El interdimensional: es mucho más grande que los
demás índigos, desde el punto de vista de la
estatura. Entre los 1 y 2 años ya no les podrá
decir nada. Ellos dirán: "Yo ya lo sé" o "Yo puedo
hacer eso", o "Déjame sólo". Son ellos quienes
traerán nuevas filosofías y espiritualidad a este
mundo.

Los niños índigos se caracterizan de la
siguiente manera:

  • Tiene gran sensibilidad

  • Tiene energía en exceso

  • Se distrae fácilmente o tiene bajo poder de
    concentración.

  • Necesita adultos emocionalmente estables y seguros a
    su alrededor

  • Se resiste a la autoridad si ésta no
    está democráticamente orientada

  • Prefiere otras formas de aprendizaje -para la
    lectura y las matemáticas en particular.

  • Puede frustrarse fácilmente porque tiene
    grandes ideas pero pocos recursos o personas dispuestas a
    ayudarle a realizarlas

  • Aprende a un nivel exploratorio, y se resiste a
    memorizar mecánicamente o a ser un mero
    oyente.

  • No dura mucho tiempo sentado a menos que esté
    absorto en un tema de su interés.

  • Es muy compasivo y tiene muchos miedos, tales como a
    la muerte y a la pérdida de sus seres
    queridos.

  • Si experimenta fracasos o decepción a edad
    muy temprana, puede desistir y desarrollar un bloqueo
    permanente.

Los niños
con problemas de conducta

La violencia es el tema dominante en todas las notas
periodísticas que involucran directa o indirectamente a
niños, niñas y adolescentes.

Uno de los factores que influyen en la emisión de
la conducta agresiva es el factor sociocultural del individuo, ya
que es el responsable de los modelos a que haya sido expuesto,
así como de los procesos de reforzamientos que haya sido
sometido. Si en el abundan modelos agresivos, la
adquisición de estos modelos desadaptados será muy
fácil.

La familia es, durante la infancia, uno de los elementos
más importantes del ámbito sociocultural del
niño. Las interacciones entre padres e hijos van moldeando
la conducta agresiva mediante las consecuencias reforzantes
inherentes a su conducta.

El niño probablemente, generalice lo que aprende
acerca de la utilidad y beneficios de la agresión a otras
situaciones, en estas circunstancias, el pone a prueba las
consecuencias de su conducta agresiva. Las familias que permiten
el control de las conductas mediante el dolor, tienen una alta
probabilidad de producir niños que muestren altas tasas de
respuestas nocivas. La conducta agresiva del niño acaba
con gran parte de la estimulación agresiva que
recibe.

Dentro de la familia, además de los modelos y
refuerzos, son responsables de la conducta agresiva el tipo de
disciplina a que se le someta, se ha demostrado que una
combinación de disciplinas relajadas y pocos exigentes con
actitudes hostiles por parte de ambos padres fomenta el
comportamiento agresivo en los hijos. El padre poco exigente es
aquel que hace siempre lo que el niño quiere, accede a sus
demandas, le permite una gran cantidad de libertad, y en casos
extremos lo descuida y lo abandona.

El padre que tiene actitudes hostiles, principalmente no
acepta al niño y lo desaprueba, no suele darle afecto,
comprensión o explicación y tiende a utilizar con
frecuencia el castigo físico, al tiempo que no da razones
cuando ejerce su autoridad. Incluso puede utilizar otras
modalidades de agresión como la que ocurre cuando
insultamos al niño por no hacer adecuadamente las cosas, o
cuando lo comparamos con el amigo o con el hermano, etc. Tras un
largo periodo de tiempo, esta combinación produce
niños rebeldes, irresponsables y agresivos.

Tratar la conducta agresiva no implica simplemente su
reducción o eliminación, sino que también es
necesario fortalecer comportamientos alternativos a la
agresión. Por lo tanto hablar de cómo tratar la
agresión, resulta imprescindible hablar también de
cómo incrementar comportamientos alternativos.

Para prevenir el comportamiento agresivo la mejor
estrategia consiste en disponer el ambiente de modo que el
niño no aprenda a comportarse agresivamente, y por el
contrario, si lo disponemos tiene que ser de modo que le resulte
accesible el aprendizaje de conductas alternativas a la
agresión.

En ningún caso y bajo ningún pretexto, hay
dejar que desde pequeño el niño consiga lo que
desea cuando patalea, grita o empuja a alguien, hay que esperar a
dárselo cuando lo pida de forma calmada. Si aun el
niño no ha tenido la oportunidad de aprender cómo
se pide calmadamente las cosas, hay que darle instrucciones
acerca de cómo debe hacerlo.

Los niños
de la calle

Sabemos que la pobreza y el desempleo de los adultos es
fuente de desesperanza, que complica las relaciones padres-hijos
creando situaciones límites en la configuración
familiar.

Podemos decir que la problemática de los
niños de la calle aparece ante la sociedad como un hecho
critico en aumento. Ellos se deben a que los niños
deambulan de un lado a otro, pasando la mayor parte del tiempo en
la calle; existen niños que solo pasan parte de este
tiempo, ya que tienen algún soporte familiar por lo que
vuelven a sus casa en la noche, en este ámbito es
necesario el soporte material para el funcionamiento de la
familia; mientras que en otros casos, existen niños que
pasan el día y la noche en la calle y están
funcionalmente sin soportes familiar ,en este contexto de
pobreza, el fenómeno de abandono aparece como un
componente de la geografía social, desde el cual no es
posible atribuir responsabilidad primaria a los padres
abandonantes del hijo gestado.

El lugar marginal y la poca solución que se les
da a la sociedad les permite (o les obliga) a elaborar
estrategias de urgencia que les proporcionan algún recurso
económico, como por ejemplo: limpieza de parabrisas,
ventas de estampitas, y en casos extremos robos, etc., a estas
actividades se les suele llamar "Trabajo Infantil", pero que en
realidad no puede llamarse trabajo, ya que son actividades
destinadas a la supervivencia.

Hoy podemos pensar a estos niños de la calle como
un excluido más del mercado.

La consistencia imaginaria de la infancia (niñez
como inocencia, fragilidad y docilidad) concebida en el mundo
burgués persiste hoy, y por lo tanto hay un desajuste
entre este discurso y lo que ocurre en la realidad, ya que ha
habido un cambio histórico, ya sea desde los modelos de
acumulación, como en el mundo del trabajo, la
heterogeneidad de la pobreza, la vida cotidiana, etc.

Los niños pobres, la marginalidad en que
están sometidos los chicos de la calle, y las situaciones
violentas que ellos mismos protagonizan son un síntoma del
agotamiento de las instituciones que forjaron la infancia, la
escuela, la familia, el juzgado de menores, las instituciones de
asistencia a la familia, por lo cual estas ya no producen su
objeto: la infancia.

Los chicos en y de la calle son un síntoma social
principalmente de la falta de trabajo que ha pasado a ser en la
sociedad actual un bien escaso y precario.

La permanencia en la calle, las estrategias para
sobrevivir, la violencia e incluso la droga misma, son
componentes de esta vida en la calle y, pese al daño que
muchos de estos elementos causan a los niños, cumplen la
función de integrar y dar sentido a este grupo.

De ahí que, actualmente, cada vez más
programas busquen formas para abordar a los niños de la
calle de manera que este sistema de relaciones en el que se
insertan sea modificado y reconstruido paulatinamente, se oriente
hacia fortalecer una identidad diferente a la que los mantiene en
la calle y no termine por reforzarla.

Si bien desde esta perspectiva se van construyendo
modelos y revisando los actuales, existen evidencias de que hay
modelos que terminan por reforzar la estancia en la
calle.

Conclusión:

En la edad media los niños Vivian mezclados con
los adultos desde que se los consideraba capaces de desenvolverse
sin ayuda de sus madres entraban a la comunidad de los hombres y
compartían las mismas actividades (trabajo, conversaciones
y juegos cotidianos), es decir no se lo veía como
niño en el sentido de la palabra ya que se le asignaba
otras funciones y responsabilidades.

En la edad moderna, dentro del ambiente familiar se le
comenzó a dar un sentido al niño y se lo
consideraba como a una criatura que hay que civilizar y educar.
Este niño moderno era un ser indefenso que necesitaba del
amor, cuidado y enseñanza de los adultos, a los que les
debía obediencia porque su razón era incompleta y
sus conocimientos no eran útiles en la sociedad
adulta.

En la actualidad los niños son los que gozan del
"Saber" (virual-informatico); su, mundo es tan legitimo como el
mundo adulto; consumen y luego existen; y si no consumen, emergen
con violencia cuando los adultos no satisfacen sus demandas.
Estos niños son cada vez "Mas Adultos" por su capacidad de
elección y su independencia tecnología, pero
paradójicamente, cada vez más indefensos frente a
la influencia mediática y la compulsión al
consumo.

La importancia de esta sociedad se enfoca
básicamente en el "Consumir", ya que estos es una
exigencia para no ser excluidos del mercado y del contexto
social, obligando a los niños que no tienen ningún
sustento económico ni soporte familiar a tomar
alternativas, como el robo, para conseguir la permanencia en la
sociedad.

Lo que nos compete hoy, es ver como todas estas
estructuras nos permiten elaborar intervenciones con los
niños, más humanizadas, que no olviden que el
niño es sujeto de derechos y sobre todo un ser humano como
cualquier otro (aunque más vulnerable por su
condición de niño). Saber que el niño de la
calle se vio obligado a forjar su subjetividad e identidad en la
calle o en la miseria, y lo cual es un proceso muy difícil
de revertir.

Entonces nos hallamos ante un desafío (pertinente
también al trabajo social) de que para brindarle
protección, comprensión, afecto y mejores
condiciones de vida, estás serán necesidades que
deberemos volver a crear en el niño, en
contraposición a la identidad elaborada en la calle. Sin
olvidar rescatar la historia de los niños que estos tienen
un origen que merece ser contado por más que provenga de
condiciones extremas de miseria, tratando de establecer
vínculos con su familia, comunidad, por que en cierta
manera son parte de él y no penalizarlo y encerrarlo por
un destino que seguramente él no eligió.

 

 

Autor:

Sonia Loza

 

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