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Fundamentos sociopolíticos del desarrollo sustentable. Estructuras, Dimensiones y Barreras (página 2)




Enviado por Cruz García Lirios



Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6

Se trata de heurísticos que orientan las
intenciones del ser. Es decir, ante una situación de
incertidumbre, los individuos parecen preferir arriesgarse a
ganar grandes cantidades que a preservar mínimas reservas.
En el caso del balance recursos-necesidades, los individuos
parecen orientarse a comercializar sus residuos que a preservar
los escasos recursos. En una situación de incertidumbre,
los riesgos definen las acciones humanas. Es seguro que las
reservas naturales se agoten pero las políticas
públicas, las iniciativas privadas y las innovaciones
tecnológicas se especializan en optimizar, regular o
moderar la explotación de los recursos en lugar de
preservarlos y asumir nuevas formas de consumo y estilos de
vida.

Precisamente, los estilos de vida actuales,
quizás influidos por los símbolos, significados y
sentidos del pasado dispendioso, son objeto de estudio de Bauman
(1998; 2002; 2005; 2008) quien afirma la liquidación de la
naturaleza y junto a ella: la humanidad.

La vida consumista

La sustentabilidad ha sido estructurada a partir de
decisiones y acciones improvisadas, heurísticas y
creativas pero no por ello innovadoras o transformadoras de las
relaciones inequitativas entre la naturaleza y la humanidad. La
sobrexplotación de los recursos naturales ha sido en
función de las necesidades, deseo y expectativas humanas
más que de su distribución equitativa entre las
especies animales y vegetales.

A decir de Bauman (1998) el desequilibrio entre la
disponibilidad de recursos y el consumo humano, evidenció
un contexto en el que la humanidad estructuró su historia
a partir de presupuestos modernistas, materialistas y
consumistas. En este contexto, las sociedades se estructuraron
bajo los presupuestos de la modernidad.

Sin embargo, las sociedades no terminaron su
estructuración moderna cuando ya presentaban
síntomas posmodernos (Bauman, 2002). Si la
estructuración moderna de la sociedad consistió en
la ideas de progreso, crecimiento, utilidad, explotación,
producción, expansión, identidad, seguridad,
éxito, confianza, lealtad y felicidad, la
estructuración posmoderna de la sociedad ahora consiste en
la incertidumbre, riesgo, ubicuidad, frustración,
desapego, miedo, terror, estrés e infelicidad. Se trata de
una nueva estructuración: una pos-estructuración
líquida o bien, una desestructuración sólida
(Bauman, 2005). En este sentido, la estructuración de la
sustentabilidad es líquida al ser desestructurada de sus
fundamentos modernos de identidad, seguridad y progreso.
También, es una pos-estructuración sólida al
aparentar estar anclada en el hedonismo y el nihilismo. Sin
embargo, la sustentabilidad parece estar más estructurada
en función del consumismo. Precisamente, es en la
noción de consumismo en la que Bauman (2008) explora los
fundamentos estructurales de una sociedad posmoderna. En tal
sentido, la sustentabilidad esta anclada a la noción de
mercado y sus correspondientes fundamentos de maximización
de ganancias y minimización de costos, reducción de
incertidumbre y amplificación de riesgos.

De este modo, el dasein heideggeriano se aferra a la
oferta y la demanda. La racionalidad instrumental weberiana ahora
se le conoce como competencias de consumo, la racionalidad
limitada simoniana ahora se llama crédito al consumo, la
conciencia practica giddensiana se presenta como oferta de
temporada, la racionalidad comunicativa habermansiana es
sólo una adquisición en barata y la decisión
prospectiva kahnemaniana es un remate de
mercancías.

Desde el contexto de la sustentabilidad, la
estructuración de las sociedades se lleva a cabo a
través de mercados de extracción,
transformación, distribución, acaparación y
reutilización. A medida que los recursos escasean, las
sociedades intentan desestructurar sus estilos de vida modernos
en formas de convivencia posmodernas. Una disminución en
las reservas de energéticos tiene su correspondiente
incremento de mercancías sin utilizar sólo
consumidas una vez para ser reutilizadas. El ciclo de vida de los
recursos naturales parece determinar la estructuración de
las sociedades. Si los recursos naturales se convierten en
mercancías desechables, la humanidad parece tener ese
mismo fin al acelerar el desequilibrio entre el ahorro y el
dispendio.

Un límite que se observa en los planteamientos
esgrimidos, es el referido a sus concepciones de
estructuración. Heiddeger, Weber, Simon, Giddens,
Habermans, Kahneman y Bauman parecen enfocar sus planteamientos
en una racionalidad externa a los individuos los cuales parecen
estar determinados por las normas, valores y creencias de sus
antecesores. En este sentido, otro límite de los
planteamientos expuestos, es el relativo a la trascendencia del
ser en el pasado, reforzando la idea de que los límites de
la sustentabilidad estarían en las decisiones y acciones
actuales, pero no en las futuras (ver tabla 1).

Tabla 1. Las estructuraciones de la
sustentabilidad

Autor / racionalidad

Estructuración de la
Sustentabilidad

Heidegger (Dasein)

El ser trascendiendo su momento y
eternizándolo sin referencia al entorno o la
sociedad

Weber (racionalidad
instrumental)

La conciencia que separada del ser lo
trasciende especializando sus acciones en sociedades
industriales y entornos devastados

Simon (racionalidad
limitada)

La conciencia que acepta su finitud y
la del ser en un entorno y una sociedad
agotables.

Guiddens (conciencia
práctica)

La acción que trasciende a la
conciencia y al ser en sociedades normativas y entorno
prescriptivos.

Habermans (racionalidad
comunicativa)

Los símbolos que trascienden a
la conciencia y al ser con base en el entorno y su
relación con la sociedad

Kahneman (decisión
prospectiva)

Las acciones de riesgo que
trascienden a la conciencia y al ser volviendo incierto al
entorno y a la sociedad

Bauman (vida consumista)

Los dispendios que trascienden a la
conciencia y al ser comercializando el entorno y la
sociedad

Sin embargo, esta en la racionalidad, cualquiera que
esta sea, la posibilidad de volver al balance entre las necesidad
de la humanidad y la disponibilidad de recursos. Los conceptos
racionales expuestos abren un puente entre nuestras decisiones y
acciones de consumo, entre nuestras costumbres, valores,
creencias y motivos para el ahorro y el dispendio. Un incremento
de la racionalidad en la humanidad seria inversamente
proporcional al agotamiento de los recursos.

Si la humanidad recupera su dasein tendrá una
oportunidad de estructurar nuevas formas y estilos de vida
austeros. La implementación de la racionalidad
instrumental en el cuidado de los recursos, propiciaría un
consumo optimizado. La información, procesada mediante la
racionalidad limitada, podría utilizarse para develar los
límites de la sustentabilidad. Un aumento en la conciencia
práctica de los individuos aceleraría el dispendio,
pero al mismo tiempo, evidenciaría la opción de
ahorro. La humanidad necesita de un universo expansivo de
símbolos para producir ideas creativas e innovadoras como
alternativas de sustentabilidad y sólo la racionalidad
comunicativa haría posible tal decisión
prospectiva: incrementar la incertidumbre para asumir nuevos
riesgos de austeridad.

Introducción

Los efectos del crecimiento económico de las
generaciones actuales sobre el desarrollo sustentable de las
generaciones futuras han sido moderados por tres entidades: el
Estado, la comunidad y el individuo.

La primera entidad moderadora es el Estado y sus
correspondientes políticas públicas, ejecutadas por
sus correspondientes instituciones, han sido estudiadas
principalmente desde disciplinas como la sociología, la
economía y la ciencia política.

La formación del Estado moderno inició
durante el Renacimiento en la Europa del siglo XIV, las ciudades
se consolidaron como ejes económicos con sus
correspondientes migraciones de campesinos que se transformaron
en comerciantes o proletarios con más obligaciones de
explotación que de derechos civiles, políticos y
laborales.

La consecuente producción masiva de
mercancías y subsiguiente expansión del comercio
tuvo en el Absolutismo, al principal sistema político
sustituto de los sistemas feudales latifundistas: el poder se
concentró en el monarca.

Sin embargo, el incremento de la actividad industrial
implicó el tráfico de mercancías entre
entidades de consumo claves. Estos eran los estamentos (formas de
organización feudal) que a finales del siglo XVII
perdieron su poder de legitimidad y utilidad para la naciente
burguesía. El trabajo del agricultor se expropió y
se liberó junto con los productos agrícolas. Ambos
fueron distribuidos como mercancías cotizados, comprados y
vendidos como cualquier producto industrial del siglo
XVIII.

Una nueva forma de producción industrial
sustituyó a los talleres artesanales con la
contratación de oficiales para la creación de
excedentes que superaron la demanda local y global
posteriormente. Con base en una normatividad mercantil, se
garantizó la producción y el trabajo en las
ciudades.

La descripción de la formación del Estado
moderno inicia con los principios iusnaturalistas del Estado
monárquico. El Iusnaturalismo es un conjunto de supuestos
que tratan de justificar la pertinencia de un Estado que ordene
el desorden en que vive la humanidad gobernada por la ley del
más fuerte. Al estar en guerra de todos contra todos,
causada por deseos que hacen antisociales a las personas, debe
imponerse la voluntad de un monarca para conservar la seguridad
de un grupo desunido por sus intereses particulares. Los
individuos pactan un acuerdo para formar una sociedad estable
siendo la renuncia a sus derechos naturales el principal costo
que deben pagar. Una vez formado este Leviatán debe
formarse, para conservar su coerción, un ejército
lo suficientemente poderoso para evitar, y si es el caso, calmar
posibles rebeliones. La monarquía absoluta considera que
el monarca debe asumir toda la responsabilidad de conciliar a
cualquier precio y con cualquier medio los intereses de los
habitantes. Más adelante, con la monarquía mixta
(parlamentaria y constitucional) el monarca no podría
delegar el poder ni siquiera al parlamento, salvo con el
único límite que tendría una recién
formada constitución. Esto indicaba que el poder del
monarca se regulaba mediante un conjunto de leyes estatuidas que
quizá no le permitieron actuar como lo haría el
ente más fuerte en el Iusnaturalismo.

Esta descripción de una humanidad irracional, la
cual debe someterse a un orden supremo que la lleve a la buena
convivencia, está instaurada en dos elementos muy
importantes; se trata de la constitución y la voluntad del
monarca.

Precisamente, surge la necesidad de equilibrios entre
los poderes ejecutivo (monarca), legislativo (parlamento) y
judicial (magistrados). No se concibe un poder mayor a otro,
más bien el poder dividido y a la vez moderado entre estos
tres elementos.

En contraste, al plantearse un contrato social, se
reflexiona sobre la propiedad privada y el peligro que se
corría al vivir en una sociedad donde todos eran
dueños de todo porque sus derechos naturales los
justificaban. Es así como al no haber las garantías
básicas, se plantean tres principios de desigualdad
económica, política y social, siendo la
obtención y reconocimiento de una propiedad el primer
indicador de diferencia en la sociedad. La segunda desigualdad
humana sería la política que no le asistía a
los súbditos, sólo al monarca. Es así como
en un Estado despótico las garantías de propiedad,
al ser exclusivas de la familia monárquica, constituyen la
tercera desigualdad de la humanidad: la libertad cuando menos
económica.

Se necesitaba un contrato social para evitar esas tres
desigualdades. Dicho contrato social fue el bosquejo de un Estado
democrático y la supresión del despotismo en
Francia. Los acuerdos y las coincidencias como la
expresión de las voluntades individuales fueron el
contenido de este contrato. De esta forma, la soberanía
popular tuvo tres características: unicidad,
indivisibilidad e inalienabilidad.

Sin embargo, si a lo irracional le correspondía
la naturaleza humana entonces a lo racional, la
civilización humana. En consecuencia, la suma de
racionalidades individuales devendría en una racionalidad
objetiva: el Estado monárquico representado por un
individuo racional y representante de los individuos racionales.
La irracionalidad quedó excluida del poder
político, después económico y se
adentró en la cultura para después resurgir como
estructura recuperable en la comprensión de los procesos
comunitarios que se contraponen a la racionalidad
económica o al homus economicus que tomaba las decisiones
a partir de un cálculo de probabilidades
consecuentes.

De este modo se justifica una desigualdad humana: La
razón no es para todos, su ausencia deslegitima todo
sistema político alterno. Sólo la libertad se
garantiza en un Estado racional. Lo racional legitima el poder
sea político y económico. Esto implica un paradigma
precursor que orientó a la humanidad hasta el contexto
actual en el que deviene un paradigma alternativo orientador de
un proyecto que a la humanidad le permitirá crear las
instituciones necesarias para moderar el efecto del crecimiento
económico reflejado tanto en la extinción de los
recursos naturales energéticos, como en el bienestar
subjetivo. Dicho proceso implica la concepción de un
proyecto favorable a la humanidad y a su entorno: El Desarrollo
Sustentable.

Antes bien, las relaciones y los modos de
producción son los fundamentos socio históricos
para develar el proceso de acumulación del capital como
proceso contradictorio, en el que una burguesía acumulaba
la riqueza usurpando el trabajo de los proletarios y deteriorando
el medio ambiente. En consecuencia, la supresión del
Estado como moderador de los efectos del sistema económico
sobre el comportamiento humano y su entorno. Esto es un error
porque los sistemas al configurarse por una relación
indirecta de elementos exógenos sobre endógenos
requiere de elementos moderadores que les permitan dicha
relación. Es decir, un modo de producción requiere
de una entidad reguladora de esas relaciones. Un modo de
producción no se impone directamente, se legitima
indirectamente a través de leyes, creencias, conflictos y
negociaciones. Esto significa un proceso en el que una
racionalidad económica se confronta con una irracionalidad
afectiva en un escenario que se ha estado desgastando.

La historia de la formación del Estado moderno,
tiene dos vertientes: la primera indica que el Estado ha sido una
entidad que regula y hace compatibles los intereses humanos: la
segunda vertiente denuncia que el Estado ha sido un instrumento
para ejercer el poder político y económico. El
ejercicio de dicho poder se ha centrado en la explotación,
deterioro y extinción tanto de los recursos naturales como
de los recursos humanos. En tal sentido, el Estado ha sido lo
suficientemente conciliatorio para retardar la extinción
de la biodiversidad y con ella la muerte de la humanidad como la
conocemos hasta hoy.

El crecimiento capitalista implicó la
división de lo público (rubros administrados por el
Estado) y lo privado (rubros administrados por las personas). En
efecto, lo público tuvo que ver con actividades
económicas que pretendían determinar el destino de
las personas. En tanto, lo privado, fue una concepción
para explicar la agencia del individuo ante la estructura social
que el Estado comenzaba a administrar. Lo publico, fue un
escenario en el que el Estado monopolizó los derechos
civiles para modificar el conflicto o lucha de clases y el
consecuente cambio social como lo planteó el
estructuralismo marxista.

El Estado liberal como regulador de la vida social,
política y económica subordinó el
interés comunitario al interés particular, esto
implicó a una naciente ideología liberal. El Estado
otorgó a los individuos las herramientas y las
oportunidades para organizar el progreso de un país
garantizando los procesos que favorecen la propiedad privada. La
razón implicó el progreso y la fe significó
el atraso social. Por lo tanto, el Estado sólo
resguardó los derechos a la libertad de los
individuos.

Las clases trabajadoras se movilizaron (huelgas,
mítines, plantones, marchas y manifestaciones) para exigir
su bienestar social al Estado liberal. Las asambleas proletarias
discutieron la pertinencia de crear instituciones para subsanar
los problemas de justicia social.

El Estado liberal se transformó en el Estado
social benefactor que promovió la justicia social. La
ideología liberal también se trasformó en
una ideología de beneficencia social: un pensamiento
liberal fue justo cuando no benefició a la
mayoría.

Precisamente, durante los gobiernos de Ronald Reagan en
los Estados Unidos y Margaret Tacher en el Reino Unido durante la
década de los ochenta, sus programas tuvieron seis ejes
principales; privatización de empresas públicas,
recorte a las prestaciones sociales, combate a la ineficacia
pública, reducción de impuestos, incentivo a la
eficiencia y a la eficacia y límites a los privilegios de
los sindicatos.

Posteriormente, durante el gobierno de Tony Blair en el
Reino Unido, el Estado liberal plantea una tercera vía a
partir de un programa de cuatro contenidos; aligerar la
regulación de las actividades empresariales, aliviar las
cargas sociales impuestas a los empresarios, reducir los costes
de la seguridad social y privatización de los servicios
públicos.

En esencia, el Estado liberal plantea como principal
factor de crecimiento económico a la ventaja competitiva
estructurada a partir de creencias y percepciones de libertad de
elección, conocimientos y habilidades técnicos
productivos. En contraste, la burocracia estatal inherente a la
ausencia de competencia sería el principal
obstáculo de la prosperidad social al restringir los
derechos de crecimiento económico individual. Estas
consecuencias pueden observarse en tres sectores; sanitarios,
educativos y laborales.

En el sentido sanitario. Los resultados del
programa liberal en el Reino Unido y los Estados Unidos
implicaron el cobro de los servicios de salud o el subsidio a
quienes pudieran costear una cuenta de seguro personalizada. El
esquema de pensiones solidario característico del Estado
social fue sustituido por el sistema de administradoras de fondos
de retiro en cuentas individuales. La solidaridad
característica entre las cuotas de trabajadores que
consistía en pagar más si los ingresos eran
mayores, fue desplazada por el esquema de cuotas personalizadas
en las que los trabajadores aportaban según un
parámetro mínimo.

En el sentido educativo. Las universidades
públicas compitieron con las universidades privadas por el
reclutamiento, selección, formación y
titulación de estudiantes en áreas
científico tecnológicas más que en las
áreas sociales y humanidades. Se privilegió un
pensamiento deliberado, planificado y sistemático en la
solución de necesidades ante el pensamiento lateral,
heurístico e improvisado. Este primer tipo de pensamiento
impacto en el desarrollo tecnológico sin prever las
consecuencias en el medio ambiente y con ello en las futuras
generaciones. En contraste, el segundo tipo de pensamiento social
humano que consistía en la contemplación de la
naturaleza más que en su transformación, fue
estigmatizado como globalifóbico y con ello se ocultaron
los cuestionamientos al progreso humano y su correspondiente
crecimiento económico.

En el sentido laboral. Los sindicatos fueron
los principales afectados en sus privilegios enunciados en los
fondos de pensión colectiva sustituidos por fondos de
retiro individuales. Los salarios bajos y la consecuente
disminución del poder adquisitivo propiciados por las
políticas publicas inflacionarias en detrimento del pleno
empleo.

La globalización es parte del proceso expuesto en
el que la localización es su complemento
antagónico. Esto significa a los flujos económicos
y humanos concentrados en las ciudades desarrolladas al mismo
tiempo que quienes se quedan en sus lugares de origen se arraigan
identificándose con el mundo global a través de los
medios masivos de comunicación. Internet como la principal
ventana a las imágenes y discursos, promueve ideas y
sentimientos de pluralidad como libertad de elección y
competencia. En contraste, en las zonas comunitarias se gestan
sentimientos de solidaridad. Ambos son consecuencias de lo global
y lo local que se ubican en cinco dimensiones.

Las consecuencias de la globalización definida
como la consolidación de mega empresas líderes en
tecnología y la maximización de la
producción en un mercado mundial simultáneo, han
sido identificadas en la calidad ambiental y la calidad de vida.
De este modo, Singapur destaca como el país más
globalizado, Norteamérica sobresale como la zona con mayor
poder de compra, México se encuentra en el primer lugar de
inmigrantes e Irlanda repunta con un crecimiento sustentable
aunque se proyecta que en el 2100 aumentará 88
centímetros el nivel del mar.

La dicotomía entre la globalidad, principalmente
económica y tecnológica, y la localidad,
esencialmente la decisión a partir de sentimientos,
implica a los dos fundamentos de justicia humana: la igualdad y
la libertad. Precisamente, son cinco las consecuencias que
subyacen a este proceso de globalización y
localización.

De la territorialidad hacia la
extraterritorialidad
. En el sentido de lo territorial, la
migración a las zonas desarrolladas económicamente
propicia la erosión de las identidades locales. Los
espacios urbanos se fragmentan en barrios disgregando las
comunidades y sus procesos de cooperación y solidaridad.
El poder sobre los espacios públicos que el Estado
expropió para legitimarse ahora la iniciativa privada lo
utiliza como estrategia para su crecimiento económico. Por
tal motivo, en el sentido de lo extraterritorial, los espacios
geográficos son sustituidos por los espacios
geopolíticos. La política comercial externa y la
política comercial interna tienden a asemejarse. Los
espacios públicos son sustituidos por los espacios
privados. El Estado invierte en la infraestructura necesaria para
facilitar la inversión en zonas turísticas y zonas
maquiladoras más que en la infraestructura educativa para
redistribuir los beneficios económicos.

De la seguridad hacia la inseguridad. En el
sentido de la seguridad, el mercado político se encarga de
vigilar y establecer las mejores condiciones para que se
desarrolle el mercado económico. En las democracias
liberales, las personas votan por aquellas opciones que les
prometen acabar con la delincuencia y consecuentemente, les
presentan escenas de operativos y subsiguientes capturas de
personajes supuestamente peligrosos para la sociedad, redes de
traficantes que amenazaban con el estado de derecho o bien
funcionarios que fueron corrompidos. De este modo, en el sentido
de la inseguridad, se construye una ideología del castigo
no a los responsables directos que son quienes diseñan y
aplican las políticas públicas, sino a los
responsables indirectos, aquellos que su situación
socioeconómica les orilló a delinquir. Esta
ideología del castigo, ha sido más severa con el
delincuente común que con los banqueros prófugos de
la justicia.

De la movilidad hacia la inmovilidad. En el
sentido de la movilidad, una consecuencia y evidencia del nulo
poder del Estado frente a los flujos financieros es la capacidad
que tienen de transferirse y devastar las economías de los
países como las de América Latina e incluso de las
regiones económicas como las de los tigres
asiáticos. Consecuentemente, en el sentido de la
inmovilidad, las bases de datos son utilizadas para vigilar a las
personas, sus intereses o necesidades, sus ingresos y su consumo
actual y futuro.

De la inclusión hacia la
exclusión
. En el sentido de la inclusión, los
medios de comunicación, Internet como el principal
escenario, son el sinóptico moderno es el principal
instrumento y escenario de libertad de decisión y la
consecuente pluralidad o voluntad mayoritaria. Es el lugar donde
los locales observan a los globales. Precisamente, en el sentido
de la exclusión, las personas marginadas
económicamente, pagan para acceder al sinóptico,
las personas pagan para poder informarse no de política,
sí de las peripecias de los políticos que
demostrarán su incompetencia con iniciativas, no de
economía, sí de las consecuencias de la
inflación, no de la ciencia, sí de la ética
distorsionada de algunos científicos que pretenden
más progreso con más inventos, no de
tecnología, sí del último invento que
será obsoleto y aumentará los residuos en el
planeta, no de cultura, sí de imágenes y discursos
dominantes que se impondrán en la
educación.

De la satisfacción hacia la
insatisfacción.
En el sentido de la
satisfacción, las necesidades motivan a las personas a
buscar, seleccionar, comprar y utilizar productos o servicios.
Este proceso trato de asemejarse a la realidad comercial mediante
modelos económicos que predecían el comportamiento
del consumidor. Se trataba de un comportamiento lineal en el que
las personas eran consideradas como clientes racionales,
deliberados y sistemáticos. Sin embargo, las empresas
pronto advirtieron que el comercio reflejaba a una sociedad
afectiva. Es así como en el sentido de la
insatisfacción, se plantea que las necesidades de los
consumidores son creencias, percepciones y valores
heurísticos e improvisados. Este proceso emocional es
interminable y cíclico al derivarse de sentimientos que
funcionan como analogías de una sociedad adversa a su
futuro.

En estas cinco consecuencias de la globalización
pueden observarse su decantación de lo general a lo
particular y su relación inversa de este a aquel. Esto
implica una menor igualdad en lo social y una mayor libertad en
lo individual. Este desequilibrio caracteriza a las democracias
liberales más globalizadas y localizadas. Estas sociedades
abiertas que responsabilizan a los individuos desintegrando sus
grupos, sus comunidades, sus sociedades y sus culturas presentes
y futuras.

La globalización al ser reversión de las
sociedades cerradas que aumentaron la igualdad de resultados y
disminuyeron las libertades individuales por la ausencia de sus
derechos y los regímenes autoritarios. Implica a un nuevo
sistema social, económico y político diferente
puede construirse a partir de la concatenación de sus
consecuencias. Es decir, que independientemente de la igualdad y
la libertad, la consecuente afectividad y racionalidad, las
subsiguientes solidaridad y competencia, son los factores para
revertir un sistema injusto para las minorías marginadas
económicamente.

Consecuentemente, los países de América
Latina, al retomar los fundamentos del Estado moderno permitieron
la sobreexplotación, contaminación,
destrucción, escasez y extinción de los recursos
naturales (principalmente agua, petróleo, gas y
electricidad), así como la desocupación, el
desempleo, el subempleo, la abismal diferencia en el ingreso
entre ricos y pobres, el aumento de la deuda tanto externa como
interna, sus correspondientes altas tasas de intereses y la
inflación permanente.

Por lo tanto, un recorrido socio histórico
económico y político de las problemáticas
más sentidas en la sociedad crisis económicas por
efectos dominó y fuga de capitales, consecuente
desequilibrio en la balanza comercial, subsiguiente desempleo,
subempleo, desocupación y el consiguiente deterioro en la
calidad de vida, demuestra la moderación del Estado en el
impacto del crecimiento económico sobre la naturaleza y la
humanidad. Se evidencia la necesidad de una política
económica ajustada a una racionalidad ambiental para
conservar la estructura de poder económica,
política y social. Se hace imprescindible la necesidad de
innovar, modelar, analizar y predecir un comportamiento que
gestione una política económica para garantizar
satisfactores básicos tales como salud, empleo y
educación, la explotación estratégica de los
recursos naturales, la transferencia de tecnología a las
comunidades y a las generaciones venideras.

La segunda entidad moderadora del impacto del
crecimiento económico de las generaciones actuales sobre
las generaciones futuras son las comunidades, con su
correspondiente innovación, autogestión y
transferencia de información, los cuales pueden ser
estudiados desde las ciencias de la salud, la
antropología, la sociología y la
psicología.

La comunidad plantea la construcción social de la
identidad hacia un barrio y el apropiamiento de un espacio como
las calles, los parques y las plazas.

Los procesos colectivos que modulan y transmiten el
impacto del crecimiento económico sobre las entidades
comunitarias se han soslayado. En principio, el Estado al ser un
instrumento de poder, lleva a cabo una política
económica que beneficia a un grupo tanto financiero como
energético y desfavorece las necesidades comunitarias. De
este modo, los estudios se avocan a las políticas
públicas y los procesos psicológicos desatendiendo
las estrategias que la comunidad ha sentido, ha innovado, ha
gestionado y ha transferido de una generación a
otra.

En consecuencia, la función moderadora de la
comunidad ante el impacto del crecimiento económico en
dichos ámbitos locales es explicada desde los paradigmas
(principalmente el paradigma crítico constructivista) a
partir de la contingencia de una problemática. Es decir,
el proceso
conceptuación–método–intervención
se establece ontológica y epistemológicamente
sólo si la naturaleza de la problemática permite la
concatenación de los paradigmas en la parte intermedia del
proceso.

Su énfasis en los procesos comunitarios soslaya
los procesos institucionales. Su esencia interventora es derivada
de un enfoque en el que se plantea que a las comunidades no hay
que conceptuarlas para probar inferencias decididas de antemano
sino más bien hay que involucrarse con ellas en la
consecución de sus demandas y luchas, lo cual implica la
aprensión de estrategias, observación y
cuestionamientos que llevan al investigador a sensibilizarse con
las necesidades comunitarias y a través de ellas a
enriquecer las técnicas de recopilación y
análisis de información.

El investigador se convierte, entonces, en un elemento
integrante del objeto que eligió estudiar, de tal forma
que adquiere conocimientos con la comunidad y los construye por
la vía de la interpretación compartida.

El contexto socio histórico, incluye necesidades
que están representadas en símbolos, significados y
sentidos trasladados del pasado al presente en marcos de
recuerdos compartidos, que al significarse dan forma a una
vertebración de afectos delimitados a espacio generados y
difundidos desde el interior de la comunidad.

Es así como las necesidades comunitarias de las
minorías se diferencian de las necesidades institucionales
de las clases medias. Con base en dicha diferenciación
surge un conflicto expresado en la influencia social inconsciente
y consciente al interior de las entidades comunitarias en el que
se ejerce un poder económico y político para
legitimar el dominio de las instituciones y la
desligitimación consecuente de las comunidades. Dicho
conflicto tendría cinco indicadores: la competencia, la
evitación, el ajuste, el compromiso y la
colaboración determinados por los valores, las necesidades
y las preferencias comunitarias.

Ambas, legitimidad y deslegitimidad se han estado
guardando como recuerdos en la gente para auto representarse como
diferentes respecto de otras comunidades en el transcurrir de la
historia de los pueblos. Y para solucionar el conflicto, es
menester la formación de una identidad de grupo y su
innovación para solucionar las necesidades, con su
consecuente y posterior difusión y transferencia en las
generaciones consecuentes.

El desarrollo comunitario se ha relacionado con el
desarrollo sustentable. Ambos Implicaron un paradigma ambiental
discrepante: globalizar los hábitos comunitarios o
globalizar las tecnologías favorables al medio ambiente.
El desarrollo sustentable estuvo estructurado por tres
elementos:

Acción sobre el entorno. "Las personas,
los grupos y las comunidades transforman el espacio, dejando su
impronta e incorporándolo en los procesos cognitivos y
afectivos de manera activa y actualizada. Dotan al espacio de
significado individual y social a través de los procesos
de interacción." (Vidal, Pol, Guardia y Peró, 2004:
35).

Identificación simbólica. "Las
personas y el grupo se reconocen en el entorno y mediante
procesos de categorización del yo, las personas y los
grupos se auto atribuyen las cualidades del entorno como
definidoras de la propia identidad." (Vidal, Pol, Guardia y
Peró, 2004: 35).

Apropiación del espacio. "Un proceso
dialéctico que vincula a las personas con los espacios,
dentro de un contexto social, desde los niveles individual,
grupal y comunitario hasta el punto de vista de la sociedad."
(Vidal, Pol, Guardia y Peró, 2004: 35).

En el Estado liberal, los tres elementos
determinarían una política ambiental sustentable
que limitaría tanto los valores egoístas de los
individuos, su libertad e igualdad como los valores
biosféricos de las comunidades, la identidad y la
solidaridad en su interior.

Finalmente, la tercera entidad moderadora del impacto
del crecimiento económico de las generaciones actuales
sobre las generaciones futuras son los individuos y sus
correspondientes percepciones, valores, creencias, motivos,
conocimientos, actitudes, habilidades, competencias, conductas y
participación estudiados desde la psicología y la
economía.

Sin embargo, la afectividad indicada por
símbolos, significados y sentidos configura entidades
colectivas contrapuestas a las organizaciones. Es decir, los
discursos estéticos contrastan con los discursos
dominantes que individualizan, legitiman y sustentan el poder
principalmente político económico.

En este sentido, los procesos sustentables se han
explicado a partir de dos psicologías: una afectiva y otra
cognitiva en las que se establece la relación entre las
emociones, los valores, las percepciones, las creencias y las
actitudes, así como los motivos, las habilidades, la
creatividad, las competencias, las intenciones y los
comportamientos deliberados.

De este modo, las variables cognitivas explican la
relación entre los determinantes de un proceso sustentable
deliberado. En contraste, los factores afectivos describen los
procesos sustentables improvisados. Ambos procesos, serían
esenciales para llevar a cabo más un desarrollo que un
crecimiento sustentable.

El desarrollo sustentable implicó afectos que
activaron cogniciones. Los individuos, los grupos, las sociedades
y las culturas exploraron, comprendieron y construyeron
descripciones de sí mismas como parte de un entorno
omnipotente. Son entidades que conservaron el equilibrio entre
sus necesidades y la disponibilidad de los recursos
naturales.

En contraste, el crecimiento sustentable se lleva a cabo
a partir de la necesidad de controlar los procesos naturales que
afectan directa o indirecta, negativa o positiva y
significativamente al comportamiento humano. Es así como
la explicación, la predicción y la
intervención en el entorno son esenciales para la
humanidad actual y futura. Este tipo de ciencia explicativa,
predictiva y tecnológica-interventora es la suma de
cogniciones: razonamientos y planificaciones
sistemáticas.

En efecto, la humanidad es parte de un entorno, ha
explicado más que explorado, y ha modificado más
que conservado, los efectos de lo natural sobre lo
humano.

Precisamente, a continuación se exponen con
más detalle las consecuencias sociales y económicas
del pensamiento liberal en el Desarrollo Sustentable de
América Latina.

Desarrollo

En las ciencias sociales, las aproximaciones que
describen las funciones del Estado son tres:

Instrumentalistas. Conciben al Estado como un
anexo de la burguesía en el que las políticas
económicas públicas favorecen el crecimiento
económico e impiden el Desarrollo Sustentable. En la
sociedad actual, para colocar un ejemplo, los organismos
financieros tales como el Fondo Monetario Internacional, el Banco
Mundial y la Organización Mundial de Comercio, al
condicionar el préstamo de dinero solicitando cambios
estructurales que permitan la libre circulación,
especulación, fuga y acumulación del capital,
determinan dicho crecimiento económico.

Ideologistas. Estudian cómo está
representado el Estado por las personas. Sugieren que se ha
mistificado en demasía la función del Estado como
promotor y conciliador de un crecimiento económico. Esta
vertiente resulta interesante en su aproximación porque se
adentra en los aspectos psicológicos que
fundamentarían por qué las personas prefieren
crecer económicamente aunque esto sea sólo
exclusivo de grupos económicos que tienen el control
financiero.

Esta escuela plantea que tanto el Estado totalitario
como el Estado autoritario son concentradores de poder
ideológico; político, social, cultural y
económico. Tales son los casos de la ex Unión de
Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y la
República Popular China.

En la ex URRS el poder se concentraba en sus secretarios
generales que utilizaban al partido único comunista para
ideologizar, controlar o reprimir tanto a simpatizantes como a
disidentes.

El partido comunista fue un conglomerado que aglutinaba
grupos de simpatizantes en cada región y localidad. Estos
grupos asistían a congresos cada cinco años para
definir los programas sociales.

Sin embargo, la realidad del sistema giraba en torno a
los intereses de los secretarios particulares. Un ejemplo fue
Stalin quien durante 31 años se mantuvo en el poder
reprimiendo a disidentes, definiendo las políticas
internas y externas, proyectando una ex URSS más
totalitaria. Esto implicó la necesidad de flexibilizar al
sistema político ex soviético. Una vez muerto
Stalin, cada uno de sus sucesores fueron allanando el camino
hacia una apertura con los regímenes políticos
occidentales. Gorvachov fue quien culminó este proceso de
flexibilización al proyectar la fragmentación del
sistema totalitario. Es así como el sistema ex
soviético fue rígido en sus decisiones
políticas, sociales y económicas, impidió
todo tipo de expresión alternativa o disidente,
concentró el poder en Rusia, en su capital Moscú,
en el partido comunista y en el secretario general.

Sin embargo, el sistema ex soviético
necesariamente fue flexibilizado por cuestiones más
económicas que políticas al no sustentarse la
competencia armamentista contra los Estados Unidos de
América (EUA).

Por su parte, el sistema político chino, a
diferencia del ex soviético, fue rígido y flexible
según las contingencias económicas. Aunque el
autoritarismo chino eliminó a un millón de
disidentes, fue flexible al crear zonas capitalistas en Hong Kong
y Taiwan combinando ambas políticas durante los 50
años del régimen. Mao Zedong a diferencia de
Stalin, proyectó un liderazgo carismático que le
permitió la aplicación de una política
interna autoritaria y una política externa
flexible.

El partido comunista chino tuvo una función
ideológica similar al partido comunista ruso. Sin embargo,
estableció alianzas con los disidentes al promover un
nacionalismo comunista y capitalista. Estas diferencias
políticas fueron derivadas de las diferencias culturales.
Mientras que en la ex URSS hubo zonas y grupos
heterogéneos, en la República Popular China hay
grupos y zonas homogéneas dispuestas a obedecer a las
autoridades para el beneficio colectivo. Por lo tanto, los
líderes son esenciales para el control de las multitudes a
través del partido comunista. Los líderes al ser
carismáticos pudieron seducir a los simpatizantes al mismo
tiempo que reprimían a los disidentes. Es así como
la burocracia china al estar determinada y sometida por los
líderes políticos, permitió el desarrollo de
instituciones que legitimaron el sistema político
chino.

De este modo el sistema político chino, mezcla de
autoritarismo y democracia republicana se consolida como una
opción, sobre todo de crecimiento económico, frente
a las democracias liberales que al día de hoy se plantean
la exclusión o inclusión de las
minorías.

En efecto, las diferencias entre los sistemas
políticos de occidente y los sistemas políticos de
oriente son culturales, políticas y sociales, aunque en
términos económicos, la libertad de
elección, la consecuente toma de decisión, la
subsiguiente potenciación indicada en la innovación
y la competencia, son los paradigmas del crecimiento y el
progreso.

Estructuralistas. Analizan las funciones del
Estado como moderador (promotor) del crecimiento
económico. Dicha promoción se inicia reformando los
estatutos constitucionales y su adecuación para garantizar
la venta de paraestatales, la inversión extranjera en la
extracción, sobreexplotación y distribución
de recursos energéticos. Esto implica el crecimiento de la
propiedad privada (con su consecuente monopolización), la
competencia de capitales en sectores claves de la
economía, la mano de obra liberada, abundante, barata y
disponible, y el deterioro de los recursos naturales inherentes a
los recursos energéticos.

Esta aproximación considera que el Estado
democrático liberal implica a una oposición que ha
ganado alguna vez las elecciones municipales a presidenciales. De
este modo, quién (es) han ganado las elecciones han
arribado al poder recientemente. Por lo tanto, hay un pluralismo
en la elección que significa la voluntad de la
mayoría. En tal sentido, las opciones partidistas compiten
por la preferencia del electorado. En dicha competencia
electoral, los institutos encargados de organizarlas lo han hecho
con autonomía y legitimidad. Para tal propósito,
ele electorado, ha tenido una diversidad de fuentes de
información en torno a candidatos, plataformas
políticas y propuestas de campaña. Finalmente, una
vez efectuadas las elecciones, se reconoce en un lapso de tiempo
corto al ganador otorgándole su constancia de
mayoría correspondiente.

En tal sentido, dos formas de gobierno configuran las
democracias modernas: el parlamentarismo y el presidencialismo.
Se trata de la legitimidad política versus la eficacia
económica.

Mientras que en el presidencialismo los países
latinoamericanos que lo adoptaron han sufrido crisis
políticas observadas por la ausencia de liderazgo, es en
los regímenes parlamentaristas quienes se han consolidado
con una democracia estable, incluyente y de contrapesos. En los
sistemas parlamentarios las personas conocen debidamente a los
que probablemente estarán en el gabinete. En contraste, en
los sistemas presidenciales, el votante desconoce quién
será incluido en el gobierno. Más aún, la
propensión al autoritarismo en los Estados presidenciales,
sugiere otra desventaja respecto a los Estados parlamentarios.
Esto es significativo porque la ineficiencia de un presidente que
su pueblo tendrá que soportarlo durante los años de
elección, en los sistemas parlamentarios, el voto de
censura será más que suficiente para que el primer
ministro renuncie si es igual de ineficiente.

De este modo, el debate tiene como trasfondo los
postulados de la igualdad versus la libertad en ambas
democracias. En el presidencialismo se fundamenta el sistema a
partir de la libertad principalmente económica como ocurre
en los EUA. En el parlamentarismo se contempla la
inclusión de minorías y su reconfiguración
como en la Unión Europea (UE).

El Estado democrático presidencial es un sistema
con bases constitucionales y metaconstitucionales dividido en dos
tipos; estadounidense y mexicano, siendo el extremo, conocido
como hiperpresidencialismo. Las diferencias giran en torno a los
atributos metaconstitucionales que tuvo el sistema mexicano. El
presidente elegía a su sucesor, quitaba y ponía
candidatos a gobernaturas y municipios controlando al poder
legislativo a través del partido hegemónico. En
contraste en el modelo norteamericano, el partido republicano al
tener una hegemonía, ha apoyado las decisiones del
presidente sin necesidad de los poderes metaconstitucionales. La
segunda forma es el Estado democrático parlamentario, que
tiene como principal problema la propensión a convertirse
en asambleas hegemónicas que pueden imponer o destituir
primeros ministros. Los líderes legislativos son
promovidos como primeros ministros y los sub líderes como
ministros del gabinete.

En Italia el sotogoverno tiene una mayor influencia que
el mismo sistema parlamentario. Debido a la ideosincracia, la
tradición italiana de relajamiento político y la
corrupción social en todas las esferas, el sistema
político italiano no tendría una estructura
definida en su influencia con las políticas
públicas. Esto significa que hasta la operación
"manos limpias" sólo el poder judicial tenía la
credibilidad que al ejecutivo y al legislativo les faltaba. En
tal sentido, la representación proporcional que
favorecía la subsistencia de múltiples partidos
coludidos con grupos de mafias, fue poco a poco sustituida por un
sistema de mayoría simple que otorgó el poder a
partidos con un alto presupuesto económico y un
consecuente poder mediático. Tal fue el caso del partido
"Forza Italia" de Silvio Belrrusconi quién sin embargo, no
terminó su periodo de seis años y dimitió
ante la evidencia electoral no favorable.

Sin embargo, el sistema político italiano ha
consolidado un crecimiento económico en el que sólo
tuvo que intervenir en la libertad, la iniciativa y la
innovación. El pueblo de Italia ha trascendido el plano
político; parece estar de acuerdo en tener un sistema
político inestable, un primer ministro efímero, un
parlamento impotente y un poder judicial eficiente.

Este sistema político italiano contrasta con el
sistema político español principalmente en su
estructura de elección parlamentaria. Mientras Italia
abandona la representación proporcional para excluir a
grupos políticos non gratos, España adoptó
la representación proporcional para configurar un sistema
político incluyente, para cohesionar diversos grupos
minoritarios que se disputaron el poder después de la
muerte del dictador Francisco Franco. Esto implicó no
sólo el progreso económico de España, sino
sobre todo, la configuración de un régimen
parlamentario que coexiste con una monarquía.
Consecuentemente, las diferencias son que en Italia las
iniciativas son diseñadas y llevadas a cabo por el
parlamento. Así misma, su evaluación
(aceptación o rechazo) no puede ser vetado por el primer
ministro. En contraste, en España el primer ministro puede
vetar una iniciativa del parlamento y además, como en
Italia, disolverlo para convocar a elecciones
anticipadas.

En Francia el sistema parlamentario impedía su
desarrollo. Por tal motivo De Gaulle proyecto "La Grandeur". Sin
embargo, el presidencialismo no sería pertinente al
aproximarse al autoritarismo. Consecuentemente, un sistema
semipresidencial fue el idóneo para los intereses de
Francia.

La quinta república se caracteriza por otorgarle
un alto porcentaje de poder al presidente elegido por voto
popular de la mayoría absoluta a dos vueltas. El
parlamento, no tendría la facultad de destituirlo durante
el periodo de siete años y mucho menos en sus eventuales
reelecciones. Es así como el poder de veto del presidente
y sus facultades legislativas conllevan la estabilidad
política que los sistemas parlamentarios con
representación proporcional no tienen. Tendría la
posibilidad de compartir el poder (cohabitación) con la
oposición que los sistemas presidenciales
adolecen.

En esta perspectiva, el semipresidencialismo ha sido un
sistema que no sólo incluye al presidencialismo y al
parlamentarismo, sino que puede constituirse en una opción
evolucionada de las democracias. La clave de dicha
evolución es que controla los defectos del
presidencialismo (poder limitado del presidente en el parlamento)
y los defectos del parlamentarismo (poder limitado del
legislativo en el gobierno). A través del equilibrio de
poderes, el semipresidencialismo ha logrado estabilidad
política traducida en legitimidad, eficiencia y
eficacia.

Legitimidad. Se debe a que la elección
del presidente es popular y la elección del primer
ministro parlamentario también, aunque
indirectamente.

Eficiencia. Es el gobierno que puede entregar
cuentas a quién los ha elegido y ha depositado su
confianza en ellos.

Eficacia. Indica la estabilidad que se
traduciría en la reelección posible sin que el
parlamento obstaculice el proceso de consolidación de
alguna política pública.

Esto implica; Iniciativas más presidenciales que
parlamentarias, la alternancia prolongada del poder, la
concentración del poder en un sistema no en una persona o
grupo, la compartición del poder reflejada en un
presidente y un ministro del interior, el poder de veto
innecesario si el parlamento pertenece al mismo partido del
presidente, la rápida toma de decisiones del presidente,
La disolución innecesaria del parlamento cuando el
presidente es legitimo, eficiente, eficaz y en los casos
necesarios cohabitable con el ministro del interior y un gabinete
que es monitoreado por el parlamento al que no puede pertenecer
en la misma legislatura.

A partir de este modelo, Giovani Sartori
desarrollará una propuesta que llama presidencialismo
alternativo en la que el presidente podrá llegar al poder
si el parlamento resulta ineficaz. Esta situación
haría dimitir al primer ministro y su lugar sería
ocupado por el presidente hasta que demuestre su ineficacia.
Tenemos entonces una propuesta en la que los líderes y
sublíderes de los partidos compiten por el poder. Dicha
competencia, no tendría otro motor más que la
ineficacia de un primer ministro o de un presidente. Esta
propuesta de semipresidencialismo avanzado tendría como
principal obstáculo la indisciplina de los partidos porque
requiere de ellos no sólo los votos sino sus funciones de
coalición para compartir el poder.

Por lo tanto, el Estado al ser moderador de los efectos
del crecimiento económico sobre el comportamiento humano y
su entorno se encuentra ante dos opciones: propone reformar la
constitución o pospone dichos cambios, permite el libre
fluir financiero o lo regula, maximiza el desempleo y el
subempleo o lo abate, limita al empobrecimiento o lo extiende a
las clases medias, tolera la extinción de los recursos
naturales o lo retarda.

Sin embargo, en Asía, Latinoamérica y
Europa, los efectos económicos "dominó" definidos
como los choques bursátiles de un mercado accionario con
otro en economías emergentes como las de Singapur, Corea,
Malacia Hong Kong y Taiwán (efecto dragón), Brasil
(efecto zamba), México (efecto tequila), Argentina (efecto
tango) y Rusia (efecto vodka), se han explicado desde cuatro
teorías:

Rezago Informativo. Plantea la diferencia de
uso horario que explica por qué las operaciones de los
mercados accionarios poderosos influyen en las operaciones de los
demás.

Precio del arbitraje. Establece la convergencia
de la misma cotización de activos en todos los mercados.
Por lo tanto, se genera el entrelazamiento constante de las
acciones a largo plazo de dos o más
economías.

Choques exógenos. Conocido como fuga de
capitales especulativos (retiro de activos financieros con altos
rendimientos) por parte de bancos, casas de bolsa, fondos de
inversión, fondos de pensiones y tesorerías de las
empresas.

Movimientos comunes. Identifica los flujos de
capital a corto plazo que responden al balance fiscal en cuenta
corriente, tasa de inflación y tamaño de la deuda
externa.

Las cuatro teorías refieren procesos
económicos y psicosociales en las decisiones de transferir
los capitales entre las bolsas de valores. En tal sentido, los
indicadores macroeconómicos y geopolíticos
expuestos pueden complementarse con los indicadores socio
psicológicos. Consecuentemente, la globalización
implicaría efectos derivados de la igualdad de
oportunidades en un sentido social y la libertad de
elección en un sentido individual.

Precisamente, a continuación se exponen los
fundamentos del pensamiento liberal, su estructuración en
el Estado liberal y sus implicaciones en el crecimiento
económico; sanitario, educativo y laboral conocido como
Desarrollo Sustentable.

El liberalismo fue una visión de la realidad en
la que las sociedades fueron consideradas como un conjunto de
individuos aislados por sus derechos, problemas, necesidades,
percepciones, valores, creencias, sentimientos, actitudes,
habilidades, decisiones y comportamientos en torno a cuatro
formas de Estado.

John Rawls desarrolló una teoría de la
justicia que demostró las insuficiencias del intuicionismo
(ideología que consideraba a las personas selectoras de lo
que es bueno y lo que es malo) y la pertinencia de complementar
una disyuntiva histórica: la libertad versus la igualdad
para solucionar la problemática de la injusticia social
generada por el Estado liberal.

La estructura social del Estado benefactor
promovió la justicia social a través de
instituciones que dieron por hecho una equidad social (las
personas nacen con las mismas oportunidades).

Esta problemática fue resuelta por John Rawls a
partir de tres fundamentos; toda persona posee igual derecho a la
más amplia libertad compatible con una libertad igual para
todos. Las desigualdades son inaceptables a menos que sea
razonable esperar que actúen en beneficio de todos. Por lo
tanto, las posiciones y oficios deben estar abiertos para
todos.

La libertad era la conciencia de la necesidad, en
consecuencia, la desigualdad implicó oportunidades
exclusivas para unos cuantos individuos.

John Rawls concibió al Estado liberal como
inmoral e injusto y propuso una teoría con su
correspondiente método que desvanecieron y superaron una
falsa dicotomía: la libertad versus la igualdad. El
planteamiento de John Rawls consistió en la
conciliación de ambos valores materializados en un
contrato social. Se trató de la configuración de
dos formas de Estado (benefactor y liberal) con base en una
síntesis moral.

Una teoría de la justicia social y un
método de equilibrio reflexivo surgieron de las
reflexiones de Joh Rawls sobre las problemáticas de la
inmoralidad del Estado liberal mínimo. Su propuesta
consistió en valores comprensivos de tolerancia y
pluralidad de visiones morales orientadas a demandas compatibles.
Es en este sentido que la teoría de la justicia social
estableció los fundamentos morales y jurídicos,
políticos y sociales, liberales y democráticos para
una sociedad democrática liberal justa. Por lo tanto, es
un acercamiento interpretativo y heurístico (asume
críticas y ajusta sus planteamientos) a los sistemas
políticos.

Son siete los fundamentos de John Rawls en torno al
Estado liberal justo; la percepción de libertad, las
subsiguientes creencias en torno a la equidad de oportunidades,
los consecuentes valores de igualdad, el necesario individuo
moral que busca el bien social a partir de establecer un punto de
equilibrio reflexivo entre los valores de la igualdad y las
percepciones de libertad, la obvia cooperación y la
posterior participación, la resultante sociedad
democrática justa; cooperativa, ordenada y estable y la
inevitable redistribución de la riqueza del Estado liberal
para una vida plena.

Posteriormente, John Rawls planteó el principio
del maximin (elección racional de un sistema
político de menores costos frente a mayores beneficios a
través de un contrato social). De este modo, la libertad e
igualdad como principios de justicia, en un nivel institucional,
fueron criterios que orientaron las decisiones
ciudadanas.

Los principios de igualdad tuvieron en los principios de
diferencias sus contrapesos. Dichas desigualdades sociales,
políticas y económicas beneficiaron a los menos
aventajados. Consecuentemente, surgió la equidad
(oportunidades abiertas en la obtención de
oficios).

Ambos principios, develaron la improcedencia del
pensamiento utilitarista que justificó las ventajas
sociales, políticas y económicas en los individuos.
Enmarcados por el concepto de equilibrio reflexivo entre la
estructura social y las decisiones individuales, cada ciudadano
acepta los dos principios de justicia para construir una sociedad
ordenada con individuos moralmente libres e iguales.

De este modo, el Estado fue planteado como un
redistribuidor de la riqueza. A través de sus
instituciones, se enfrentaría a los intereses
hegemónicos que apelan al principio de libertad para
lucrar con los servicios públicos. En tal sentido, la
libertad de consenso como la capacidad que tienen los individuos
para elegir, hacer y ser fue el principal instrumento en la
concepción del Estado justo.

En tal sentido, Robert Nozick planteó el impacto
social del Estado liberal radical y lo comparó con el
Estado liberal clásico de Rawls. Concibió una forma
de Estado mínimo como el único permisible y
justificable para una sociedad liberal. Esta forma mínima
de Estado fue rechazada por Rawls al considerar que violaba los
derechos individuales. Sin embargo, en la concepción de
Nozick los derechos humanos, sobretodo los de libre pensamiento y
propiedad determinaron la función protectora del Estado.
Nozick argumentó que la diferencia entre las necesidades
individuales coartó la cooperación entre las
personas. Es decir, cada miembro autónomo, es igual en sus
derechos más no en sus obligaciones de solidaridad.
Moralmente, la decisión de cada individuo implicó
su responsabilidad.

La función del Estado mínimo es compatible
con el concepto de maximin. Es decir, se busca un sistema que
afecte lo menos posible a aquellos que han sido marginados o
excluidos. Tanto el Estado mínimo como el principio del
maximin son opciones que según Nozick y Rawls, no
producirían desigualdades sino precisamente, libertades de
elección racional, misma que es indispensable para
construir un Estado de justicia social, sólo posible en la
democracia liberal.

En este sentido, el Estado benefactor al entrometerse en
las libertades de los individuos afectó directa, negativa
y significativamente el funcionamiento y la estructura social,
los derechos políticos y mercantiles de las personas. Es
así como Nozick planteó un Estado mínimo que
sólo debiera garantizar el derecho a la propiedad y la
seguridad correspondiente.

Por lo tanto, el Estado liberal fue una opción
pertinente porque promovió los derechos individuales. Sin
embargo, Rawls advirtió que históricamente el
Estado ha expropiado propiedades para transferirlas a una elite.
El estado ha transferido propiedades a personas particulares que
no han probado merecer dichos bienes. Por lo tanto, el Estado es
inmoral.

En contraste, Nozick consideró al Estado
máximo como ilegitimo por usurpador y redistribuidor.
Ambas funciones le pertenecerían a la racionalidad de los
individuos quienes pueden decidir cotizar, comprar, vender,
intercambiar o regalar sus bienes. El Estado fue ilegitimo porque
restringió estas iniciativas en las personas. Por lo
tanto, la pobreza y la exclusión social, fueron
consecuencias de la inmoralidad e impertinencia del Estado.
Más aún, el Estado ha sido ineficaz en la
distribución de la riqueza. Finalmente, la solución
a la injusticia social es impulsando una nueva moralidad en la
sociedad civil. En el Estado mínimo pueden enmarcarse las
utopías de cambio moral: los derechos civiles. Sin
embargo, bajo el Estado liberal no fue posible cambiar la
moralidad humana individualista a una moralidad colectivista.
Además, fue indispensable cambiar el marco jurídico
para activar el cambio moral. Por lo tanto, la sociedad
también debió cambiar en sus hábitos
más que en sus valores.

En los planteamientos de John Rawls y Robert Nozick se
enfatizaron los conocimientos decisorios y las habilidades
comunicativas que llevarían a la construcción de
una entidad (Estado, grupo o individuo) moral líder.
Precisamente, es en las democracias gobernadas por la
representación de voluntades mayoritarias y
minorías proporcionales más que por
oligarquías, dictaduras o tiranías, donde ambos
planteamientos liberales son pertinentes. Sin embargo, esta
estructura liberal democrática fue incompatible tanto para
el crecimiento individual como para el desarrollo
comunitario.

En este sentido, Milton Friedman plantea la igualdad de
oportunidades es diferente a la igualdad de resultados. El Estado
social al promover la equidad también restringe la
libertad de crecimiento económico al planificar la
producción y regular la oferta y la demanda.

El Estado igualitario en regímenes autoritarios y
tiránicos, concentró el poder político,
económico y social a través de instituciones
sanitarias, educativas y laborales.

Esta problemática implicó al Estado
liberal como arbitro social que estableció las condiciones
de competencia social; económica, política,
sanitaria, educativa y laboral.

La racionalidad orientada al progreso, en América
Latina se ha manifestado en cinco modalidades de política
económica; estabilizadora, conciliadora, ortodoxa,
heterodoxa y neoliberal determinadas por el Fondo Monetario
Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM), la
Organización Mundial de Comercio (OMC), el Banco
Interamericano de Desarrollo (BID) y la Comisión
Económica para América Latina (CEPAL).

Los supuestos teóricos del monetarismo y el
intervencionismo son los principales argumentos de la
política económica en América Latina
(Huerta, 2005). Los monetaristas plantean que el libre juego de
las fuerzas del mercado establece una economía
próxima al pleno empleo y, por consiguiente, la
intervención del Estado se debe reducir a lo mínimo
posible: en esencia, a controlar estrictamente la cantidad de
dinero. Es decir, las economías tienden a largo plazo
hacia el pleno empleo de los recursos productivos y el gasto
público debe limitarse en lo posible para equilibrar el
presupuesto público anualmente. En contraste, los
Intervencionistas sostienen que el Estado mediante una
política fiscal debe estabilizar la economía, ante
una recesión motivada por una demanda agregada de forma
insuficiente. El sector público debe intervenir
manipulando los gastos y los impuestos. Por lo tanto, el
presupuesto se debe equilibrar cíclicamente.

En este sentido, la política económica
estabilizadora ha sido definida como la interpretación del
desarrollo (apertura al comercio exterior, valuación
adecuada de la moneda, incentivos al ahorro interno,
estimulación de la inversión extranjera y
compensación de la balanza de pagos) a partir de programas
e instrumentos de estabilidad fundamentados por la teoría
monetarista y la practica tecnócrata que favorecen un
oligopolio en el financiamiento, producción y
comercialización.

Dichos programas, son a nivel:

Monetario. Plantea el proceso inflacionario
como el efecto de una demanda neutralizada mediante restricciones
monetarias, emisión y circulación mínima de
dinero, regulación del crédito, eliminación
de déficit fiscal, supresión de subvenciones,
eliminación de déficit paraestatal y ajuste de los
salarios en función de la productividad.

Comercial externo. Implica al Banco Central
como corrector de desniveles entre precios nacionales e
internacionales, control de la inflación y desajustes en
la balanza de pagos (diferencial entre importaciones y
exportaciones) mediante un tipo de cambio fijo o
fluctuante.

Social. Se considera como ineludible y
transitoria la sobreexplotación de los recursos naturales,
el límite al empleo, la insuficiencia de oferta y el alza
de precios.

Estos programas incluyen seis instrumentos.

  • Reservas internacionales sanas en un mercado de
    capitales que respaldan la inversión
    productiva.

  • Devaluación de la moneda para ajustar la
    balanza comercial (la demanda de las importaciones en
    función de los niveles de exportación y la
    variación de divisas) e incentivos al consumo y ahorro
    interno.

  • Un sistema bancario eficiente en el control de
    crédito y la cantidad de los medios de pago, control
    inflacionario y adecuada oferta monetaria.

  • Subsidios, exoneraciones fiscales y crédito
    con bajos intereses al sector manufacturero para incentivar
    la exportación y la competitividad.

  • Ajustes salariales periódicos en referencia
    al aumento de los productos y servicios.

  • Reformas tributarias simples y de rápido
    rendimiento para vender las paraestatales y algunos elementos
    de la seguridad social, reducir el gasto público, la
    inversión y subsidios, así como el aumento de
    tarifas por servicios públicos para abatir el
    déficit fiscal al nivel de gobierno central y
    local.

Por su parte, la política económica
conciliadora auspiciada por la CEPAL ha sido definida como el
ejercicio pragmático del poder para contrarrestar el
proceso inflacionario en el corto, mediano y largo plazo, el cual
es causado por:

  • El predominio de una población rural y
    producción de productos agrícolas.

  • El bajo nivel de ingreso per
    cápita.

  • La inadecuada transferencia del diseño,
    financiamiento y aplicación de programas
    macroeconómicos en y para los países
    económica, tecnológica, técnica y
    profesionalmente desarrollados.

  • El proteccionismo, incompetencia, estancamiento y
    monopolización en la producción que limitan las
    exportaciones y desequilibran la balanza
    comercial.

  • Los esquemas de integración económica
    entre países con diferencias en salarios, desempleo,
    deuda externa y reformas agrarias, laborales, fiscales y
    tributarias.

Durante las décadas de los 40`s hasta los 60`s
ambas modalidades estuvieron en discordancia, la
producción agrícola disminuyó, la industria
se estancó y hubo escasa exportación manufacturera
y la balanza de pagos se desequilibró. Debido a que se
financió el fracaso de la industrialización del
mercado interno con deuda externa, su amortización
propició un nuevo endeudamiento. En consecuencia,
América Latina no sólo se endeudó, sino
además su integración regional se
obstaculizó.

Finalmente, tanto la política económica
ortodoxa como la heterodoxa se definen y fundamentan a partir de
la inflación inercial (hiperinflación).

En la primera modalidad, la hiperinflación se
genera por un desequilibrio fiscal (se gasta más de lo que
se recauda) y plantea su abatimiento mediante la apertura a la
inversión extranjera y la liberación del sector
financiero a partir de un reajuste en la estructura y finanzas
públicas.

En la segunda modalidad, se plantean dos tipos de
mercados: fijo y fluctuante. En el primero, el Estado controla el
tipo de cambio, el incremento salarial y el aumento de productos
agrícolas. En el segundo, deja fluctuar a la alza los
productos no agrícolas. Sin embargo, la
descoordinación del Estado en el mercado fijo y los
sectores productivos en el segundo, propiciaron más
hiperinflación.

América Latina ha resultado afectada directa,
negativa y significativamente por este proceso de
centralización y desvalorización, el cual se ve
reflejado en la incesante desvalorización de la moneda,
bajos precios internacionales de las materias primas,
supeditación en el funcionamiento de los sistemas
financieros nacionales, descapitalización y desequilibrios
intersectoriales.

En tal sentido, la política económica ha
oscilado entre la prevención, evitación y auspicio
de la estabilidad de precios y el crecimiento económico,
la conservación de una estructura económica,
política y social mediante el ejercicio, regulación
y control del poder, así como la comprensión y
explicación de los determinantes sociales. La
política económica se ha planteado como centro y
mecanismo de decisión para destinatarios sociales con
objetivos determinados.

En consecuencia, las modalidades de políticas
económicas develan que los Estados latinoamericanos
adquieren formas, tales como;

Absolutos. Representación
autónoma abstracta y general de la sociedad, sus procesos
económicos y valores.

Autónomos mínimos.
Representación de intereses concretos y una imagen
mínima de libertad en el ejercicio del poder.

Autónomos relativos.
Representación indirecta de los intereses particulares,
conciliación e intervención en disputas a favor de
un sector financiero energético.

De esta forma, se han consolidado tres tipos de Estados
a través de la historia: equilibrio estable con
autonomía plena, equilibrio inestable con autonomía
relativa y autonomía mínima con desequilibrio
permanente.

El desequilibrio, entre la igualdad y la libertad puede
revertirse a partir de sus consecuencias concentradas en la
solidaridad y la competencia. Esto sugiere excluir a la
burocracia estatal, permitir la auto gestión comunitaria y
el desarrollo de un auto sistema educativo.

Precisamente, es en las democracias gobernadas por la
representación de voluntades mayoritarias y
minorías proporcionales más que por
oligarquías, dictaduras o tiranías, donde ambos
planteamientos liberales son pertinentes. Sin embargo, esta
estructura liberal democrática fue incompatible tanto para
el crecimiento individual como para el desarrollo
comunitario.

Conclusión

El Desarrollo Sustentable es expuesto en tres fases. En
la primera fase, se describen las entidades que moderan el
impacto de las problemáticas que impiden a la humanidad
desarrollarse ambientalmente. En la segunda fase, se revisan las
teorías sociales que se han utilizado para aproximarse a
las problemáticas ecológicas. Finalmente, en la
tercera fase, se plantean los alcances y límites de las
propuestas biosféricas.

Tres factores humanos impidieron el desarrollo de la
justicia social: los sentimientos de comunidad, el pensamiento
políticamente correcto y la intención de
contacto.

La igualdad no pudo promoverse en un sistema que impide
la solidaridad. Por su parte, la libertad fue copiada por el
pensamiento que se mostró escéptico del programa
liberal. El pensamiento políticamente correcto
cuestionó el fundamento del estado mínimo: la
eficiencia protectora y la consecuente credibilidad del Estado.
La seguridad social que proporcionó el Estado liberal fue
representada como innecesaria al ser el menos injusto.

En tal sentido, la relación entre las actuales y
las futuras generaciones implica intereses más divergentes
que convergentes. Ambas son esenciales tanto para el crecimiento
económico como para el desarrollo sustentable de la
humanidad. A partir de las situaciones derivadas por el cambio
climático, se ha planteado un sistema de desarrollo
equilibrado entre lo que en la naturaleza se encuentra disponible
para el consumo humano y lo que la humanidad está
dispuesta a consumir. Es en este sentido que la alianza entre las
generaciones actuales y futuras es indispensable para vislumbrar
nuevas formas de desarrollo: Valores, creencias, actitudes,
motivos, habilidades, conocimientos, intenciones, creatividad y
comportamientos. Igualmente, deben plantearse nuevas formas de
crecimiento: Investigación, explotación,
transformación, distribución, venta,
promoción y consumo de productos y servicios.

El Desarrollo Sustentable implica la convergencia de los
intereses de las actuales y las futuras generaciones para la
exploración, descripción, explicación y
predicción de un nuevo sistema competitivo y en equilibrio
con la disponibilidad de los recursos naturales.

Antes bien, las incompatibilidades entre el desarrollo
sustentable, el Estado liberal democrático, la justicia
social (equilibrio entre libertades e igualdades), los
sentimientos de comunidad, el pensamiento políticamente
correcto y la intención de contacto develan una
problemática de estudio exclusiva de la filosofía
política que se podrá extender a las ciencias
sociales.

La justicia social como indicador de un desarrollo
sustentable y un Estado liberal demanda la aportación de
áreas especializadas de las ciencias sociales tales como
la sociología política, la psicología
ambiental, el urbanismo, el derecho ambiental, la economía
de la sustentabilidad, la mercadotecnia social y la
pedagogía comunitaria. Estas ínterdisciplinas
describirían, explicarían y propondrían,
junto con la ciencia política y la psicología
social, una nueva forma de Estado que desarrolle los fundamentos
de la justicia social planteados por la filosofía
política.

La justicia social fue debidamente explicada por la
filosofía política. Sin embargo, las propuestas de
John Rawls necesariamente deberán desarrollarse desde
ínterdisciplinas para lograr la reflexividad humana, la
solidaridad comunitaria, la moralidad del Estado y el desarrollo
sustentable.

Por lo tanto, la sustentabilidad implica la
construcción de una racionalidad, igualdad e
inclusión social. En tal sentido, La racionalidad
estructura individuos con una propensión a la competencia.
La igualdad estructura grupos con una propensión a la
solidaridad y la inclusión estructura sociedades con una
propensión a la equidad. Estos serían los elementos
esenciales para el desarrollo sustentable de la
humanidad.

Introducción

La problemática del agua en el mundo esta
interconectada climática y económicamente. Por
ejemplo

  • El 97.5% es salada, 2.24% es dulce y solo 1% esta
    disponible en ríos, lagos y acuíferos para el
    consumo humano.

  • 113000 km3 de agua, se precipitan anualmente. En el
    mundo, 7100 km3 se evapora, 42000 km3 regresa a los
    océanos y se filtra a los acuíferos.

  • Anualmente, el 70% entre 9000 y 14000 km3 mantienen
    los ecosistemas y sólo 4200 km3 (30%) está
    disponible para irrigación, industria (23%) y uso
    domestico (8%). Se estima que en el 2025 el 80% de la
    población mundial estará en alta escasez
    (Toledo, 2002).

En el mundo las principales problemáticas en
torno al recurso agua son su abasto irregular e insalubre. Se
estima que una quinta parte de la población mundial sufre
escasez del vital líquido y que cinco millones de personas
mueren cada año por beber agua contaminada (Sartori y
Mazzoleni, 2003). Dicha situación esta determinada
indirectamente por el sistema económico y político
Neoliberal a través de: (1) el aumento exponencial de la
población en 6000 millones de personas y sus patrones de
consumo, (2) la construcción de infraestructura para la
sobreexplotación, distribución y
comercialización de productos y servicios
energéticos, (3) la excesiva producción
agrícola y (4) la consecuente contaminación del
suelo, agua y aire (Organización de Naciones Unidas,
2003).

En este sentido, se estima para el año 2025 una
crisis mundial de abasto irregular e insalubre de agua en la que
2000 millones de individuos no dispondrán de agua
bebible.

En México esta problemática se
acentúa al ser el onceavo país con más
población en el mundo (101,7 millones de personas), con
una densidad de 52 personas por Km2 en promedio, una
población menor de 15 años que es el 33% la cual
contrasta con el 5% que son mayores de 60 años, el 74%
vive en zonas urbanas y su ingreso per cápita al
año es de 8,790 dólares norteamericanos.
Además, su población crece anualmente a un ritmo de
2,1 millones y se espera que en el 2050 aumente 48%, estimando su
población para el 2025 de 131,7 (INEGI, 2000).

Al respecto, se estima:

  • El 28% del agua disponible es consumida por el 77%
    de la población que contribuye con 84% del Producto
    Interno Bruto (PIB)

  • En contraste, el 72% del agua disponible es
    consumida por el 23% de la población que contribuye
    con el 16% del PIB.

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6
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