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La manipulación genética y los problemas eticos de la biotecnologia




Enviado por Braian RV



  1. Introducción
  2. La
    clonación
  3. La
    persona como valor absoluto
  4. Problemas éticos de la
    biotecnología
  5. Conclusiones
  6. Bibliografía

En el desarrollo de este informe si bien se
hablará de ciencia, se centralizará particularmente
en la ingeniería genética. Tratando temas como la
clonación de humanos, la utilización de la
clonación terapéutica, los problemas éticos
de la biotecnología, la posición que tiene la
Iglesia acerca de este tema y una conclusión grupal acerca
del trabajo realizado y del tema estudiado

Introducción

INGENIERIA GENETICA

Todo organismo, aún
el más simple, contiene una enorme cantidad
de información. Esta información se encuentra
almacenada en una macromolécula que se halla en todas
las células: el ADN. Este ADN está
dividido en gran cantidad de sub-unidades (la cantidad
varía de acuerdo con la especie) llamadas genes.
Cada gen contiene la información necesaria para
que la célula sintetice una proteína.
Así, el genoma va a ser la responsable de las
características del individuo. Los genes controlan
todos los aspectos de la vida de cada organismo, incluyendo
metabolismo,
forma, desarrollo y reproducción.

Vemos entonces que
la carga genética de un determinado
organismo no puede ser idéntica a la de otro, aunque se
trate de la misma especie. Sin embargo, debe ser en
rasgos generales similar para que la reproducción se pueda
concretar. Y es que una de las propiedades más
importantes del ADN, y gracias a la cual fue posible
la evolución, es la de dividirse y fusionarse con el
ADN de otro individuo de la misma especie para lograr
descendencia diversificada.

Otra particularidad de esta molécula
es su universalidad. No importa cuán diferente sean dos
especies: el ADN que contengan será de la misma
naturaleza: ácido nucleico. Siguiendo este razonamiento, y
teniendo en cuenta el concepto de gen, surgen
algunas incógnitas: ¿Son compatibles las
cargas genéticas de especies distintas? ¿Puede
el gen de una especie funcionar y manifestarse en otra
completamente distinta? ¿Se puede aislar y manipular el
ADN?

La respuesta a todas estas preguntas se
resume en dos palabras: Ingeniería
Genética.

La Ingeniería Genética es una
rama de la genética que se concentra en
el estudio del ADN, pero con el fin su
manipulación. En otras palabras, es la manipulación
genética de organismos con un propósito
predeterminado.

La ingeniería genética puede
definirse como "La manipulación deliberada de la
información genética, con miras al análisis
genético o al mejoramiento de una especie". Con el
descubrimiento de la estructura del material genético, en
1953, nace la biología molecular y con ello se inicia una
nueva etapa en la historia de la biología. El año
de 1970 marca otra etapa importante: el comienzo de la
manipulación enzimática del material
genético, y por consiguiente, la aparición de la
ingeniería genética molecular, que constituye la
más reciente evolución de la manipulación
genética.

Beneficios de la Ingeniería
Genética

La ingeniería genética tiene
un gran potencial. Por ejemplo, el gen para la insulina, que por
lo general sólo se encuentra en los animales superiores,
se puede ahora introducir en células bacterianas mediante
un plásmido o vector. Después la bacteria puede
reproducirse en grandes cantidades constituyendo una fuente
abundante de la llamada insulina "recombinante" a un precio
relativamente bajo. La producción de insulina
"recombinante" no depende del, en ocasiones, variable suministro
de tejido pancreático animal. Otros usos de la
ingeniería genética son el aumento de la
resistencia de los cultivos a enfermedades, la producción
de compuestos farmacéuticos en la leche de los animales,
la elaboración de vacunas, y la alteración de las
características del ganado.

Un caso de enorme utilidad es, por ejemplo,
el de los cerdos, cuya sangre ha sido modificada al introducir en
ella genes humanos, produciéndose así cerdos cuyos
órganos al ser transplantados a seres humanos
producirían menor rechazo que si no se hubiera efectuado
esta modificación transgenética. Mediante
procedimientos similares se ha logrado también la
producción de salmones de crecimiento rápido en
beneficio de una mejora en la alimentación de la
humanidad. La producción, ya lograda en octubre de 1997,
de embriones de ranas sin cerebro, facilita la obtención
de órganos para el transplante, mejorando así la
calidad y cantidad de vida del ser humano.

Se ha trabajado tanto en este campo que
actualmente ya se han producido 10,000 especies de animales
transgenéticos como por ejemplo ratones sensibles al
cáncer o a la obesidad o a la enfermedad de Alzheimer cuyo
objetivo es precisamente lograr curar estas enfermedades en los
seres humanos.

La tecnología transgénica
también se está usando de manera intensiva para
producir en la leche de los animales proteínas humanas
terapéuticas. Estas proteínas son extraídas
de la leche de los animales, filtradas y empleadas como productos
farmacéuticos. Se obtienen de una hembra escogida por su
habilidad para producir en su leche altas concentraciones de
proteínas específicas y esta habilidad se ha
logrado al introducir genes de otra especie los cuales han tenido
como efecto una mayor producción de las glándulas
mamarias.

Las pruebas comenzaron primero en ratones y
después de ver el efecto positivo se hicieron con otros
animales como las ovejas. Esto se origina también en
Escocia cuando en 1987 se introdujo un gen en el material
hereditario de un ratón hembra y se constató que
dicho gen era activo únicamente en las glándulas
mamarias; así se abrió el campo de lo que ahora se
denomina el ordeño de medicamentos.

Precisamente Dolly es clon de una oveja
especializada en dar en su leche altas cantidades de
proteínas humanas terapéuticas. La
producción de proteínas terapéuticas en la
leche de las ovejas se logró introduciendo genes humanos
en el animal.

Proyecto de Genoma Humano

El Proyecto Genoma
Humano (PGH) fue un proyecto internacional de
investigación científica con el objetivo
fundamental de determinar la secuencia de pares de bases
químicas que componen el ADN e identificar y
cartografiar los aproximadamente
20.000-25.000 genes del genoma humano desde un punto de
vista físico y funcional.

El Genoma Humano es la secuencia
de ADN de un ser humano. Está dividido en 24
fragmentos, que conforman los 23 pares
de cromosomas distintos de la especie humana
(22 autosomas y 1 par de cromosomas sexuales). El
genoma humano está compuesto por aproximadamente entre
25000 y 30000 genes distintos. Cada uno de estos genes
contiene codificada la información necesaria para la
síntesis de una o varias
proteínas (o ARN funcionales, en el caso de
los genes ARN). El "genoma" de cualquier persona (a
excepción de los gemelos idénticos y los organismos
clonados) es único.

Conocer la secuencia completa del genoma
humano puede tener mucha relevancia en cuanto a los estudios de
biomedicina y genética clínica, desarrollando el
conocimiento de enfermedades poco estudiadas, nuevas medicinas y
diagnósticos más fiables y rápidos. Sin
embargo descubrir toda la secuencia génica de un organismo
no nos permite conocer su fenotipo. Como consecuencia, la ciencia
de la genómica no podría hacerse cargo en la
actualidad de todos los problemas éticos y sociales que ya
están empezando a ser debatidos. Por eso el PGH necesita
una regulación legislativa relativa al uso del
conocimiento de la secuencia genómica, pero no
tendría por qué ser un impedimento en su
desarrollo, ya que el saber en sí, es
inofensivo.

La
clonación

La clonación humana consiste en la
creación artificial de embriones humanos, con patrimonio
genético idéntico al de otro ser humano. Se trata
de una técnica de reproducción asexual y
agámica, encaminada a producir individuos
biológicamente iguales al individuo que proporciona el
patrimonio genético. Se puede hacer de varias formas, de
entre las cuales aquella a la que se hace mayor referencia
consiste en sustituir el núcleo de un ovocito
(célula reproductora femenina) y transferirle un
núcleo con el material genético del individuo que
se quiere clonar. Se hace con dos finalidades fundamentales:
reproductiva y "terapéutica".

La clonación humana reproductiva
persigue el objetivo de obtener un hijo con un genoma
idéntico al donante del núcleo.

La clonación humana llamada
"terapéutica" pretende curar enfermedades mediante la
generación de un embrión humano al que se deja
desarrollar sólo hasta el estadio de blastocito, para
tomar células de su masa interna, ocasionando la muerte
del embrión, para obtener las llamadas células
estaminales. Se llama "terapéutica" porque a partir de
estas células estaminales embrionarias se pueden obtener
diversos tejidos que se querrían utilizar para
múltiples finalidades terapéuticas. Incluso se
piensa que se puedan llegar a "fabricar" órganos que
sirvan para realizar trasplantes en individuos adultos evitando
el problema del rechazo inmunológico, pues el
órgano dañado se podría reparar a partir de
células estaminales obtenidas de un embrión clon
del individuo adulto al que se quiere hacer el
trasplante.

La iglesia y la clonación
humana

DECLARACIONES sobre la cuestión de
la clonación humana del presidente de la
Subcomisión de Familia y Defensa de la Vida de la
Conferencia Episcopal y obispo de Salamanca, monseñor
Braulio Rodríguez:  

«Puede que desde la
ingeniería genética se puedan combatir
enfermedades, 
pero lo que es imposible para las
personas es hacer seres humanos sin lo 
que el ser
humano es: ese compuesto de cuerpo y
espíritu». 
  «Aunque
una persona pudiera ser igual a otra en sus cromosomas y genes,
lo 
que es imposible es poder crear un ser humano
igual a otro, porque eso no 
está en el poder
de los hombres».

 «Se pretende que se hagan
estudios cara una posible
investigación 
terapéutica en favor
del ser humano. Pienso que existe siempre ahí
detrás 
una especie de mito de Prometeo. Se
trata en el fondo de querer llegar a 
las fuentes de
la vida, sabiendo que la vida se nos da y nos
supera».

«Es querer saltar unas barreras
que nos pueden llevar a terribles 
consecuencias.
Eso ya se está diciendo y eso no lo digo yo, que no
soy 
autoridad, sino los mismos científicos.
Uno puede entrar en fronteras que 
está muy
bien abrirlas en teoría, pero luego la práctica
lleva a 
consecuencias inauditas y, desde luego, muy
terribles. No creo que eso sea 
bueno para la
humanidad».

«En el fondo, en medio de ese
deseo de los avances científicos y de
la 
tecnología, que cada vez es mejor,
está un poco ese manipular al hombre por 
el
hombre».

La persona como valor
absoluto

La vida humana encierra un valor
inconmensurable, prácticamente divino, desde su comienzo
hasta su natural término. La sacralidad de la vida humana
hace acto de presencia al menos por tres razones: la razón
del origen, de la naturaleza y del destino.

En la primera página del
Génesis, bajo un ropaje en apariencia ingenuo y
mítico, se narran acontecimientos históricos: la
creación del universo y del hombre. El hombre no es
cabalmente un producto de la materia, aunque la materia sea uno
de sus componentes; goza de alma espiritual, irreductible a lo
corpóreo. Las almas son creadas directamente por Dios, sin
intermediarios. Por esto cabe decir con todo rigor que cada vida
humana es sagrada, pues desde su comienzo, es decir, compromete
la acción del Creador. Pero ya desde el momento de la
concepción, el alma rige todo el desarrollo del
embrión y, salvo accidentes o atentados, lo llevará
a la relativa perfección que cabe alcanzar en la
tierra.

¿Qué resulta de la
acción creadora de Dios con la participación de los
padres, en la generación? Una imagen de Dios. Esta es la
gran revelación sobre la naturaleza humana: Dios
creó al hombre a su imagen y semejanza. Para Dios, todos y
cada uno de los seres humanos poseen un valor excepcional,
único, irrepetible, insustituible.

Al plantearse la hipótesis de la
clonación de un ser humano, nacen importantes
interrogantes: ¿Es un clon persona con valor en
sí mismo? ¿Tienen alma los clones? ¿Permite
Dios la manipulación de la vida? ¿Qué
determina que es lo Bueno?

Con respecto al primer interrogante, se
puede decir que cierta posición niega la calidad de
personas a los eventuales clones, fundándose en la
característica única e irrepetible, necesaria para
al Ser Humano. Califica a la persona como "un ser integral, vivo,
psico-social único, espiritual, con trascendencia", y
establece que su origen es la concepción,
mediante la unión de óvulo y esperma. En base a
esta definición, intentan descifrar todas las
prerrogativas de la persona, diciendo que es un ser único,
integral, e irrepetible, sujeto de derechos y obligaciones, capaz
de autodeterminarse, llamado a comunicación y a la
vivencia social. Bajo la exclusiva lógica de este
pensamiento, niegan la posibilidad de conferir personalidad a un
ser clónico, porque no es ni único, ni singular ni
irrepetible: no es sujeto (sólo le confieren
el extraño status de "un individuo
dentro de la generalidad"); como derivado de ello, al no ser
persona no podrá ser sujeto de derechos ni de
obligaciones, ni será capaz de autodeterminarse.
Además, sostienen que se debería prohibir la
clonación, por los inconvenientes que de realizarse, se
presentarían.

Todo individuo posee una dignidad que le
viene dada por el solo hecho de ser persona. La dignidad de hijo
hace que toda persona tenga un valor absoluto en sí mismo
más allá de cualquier diferencia o deficiencia. Por
este motivo no puede ser utilizado como medio de nada ni
reducirse a algo objetivamente medible, cuantificable ni como un
objeto moralmente neutro a entera disposición de la
ciencia.

El científico que hace un "clon
humano" produciría, no crearía un ser humano. El
único que crea es Dios. Y, como producir personas no es lo
mismo que producir objetos, no se puede aceptar sin más
que esté en las manos de un científico el traer
hombres al mundo. El ser humano, según el orden de la
naturaleza debe ser engendrado, de ninguna manera producida. En
ese sentido se puede decir que el científico, si rompe el
curso natural de la concepción de una vida humana, se
apropia un poder sobre la persona que nadie ni nada le puede
conceder… En un alarde de poder tecnológico éstos
jugarían a ser Dios, lo cual es sumamente peligroso. La
misma naturaleza, salida de las manos de Dios, podría
tarde o temprano pasar la factura, como generalmente
sucede.

El ser clonado, si no es persona
debería asignársele cierta naturaleza
jurídica, que, por cierto, no será la de "individuo
dentro de la especie". Si no son personas, y bajo el
régimen jurídico actual, correspondería
decir que son cosas muebles semovientes, ya que se
trataría de entes vivos, animales. Aquí encontramos
otra contradicción, qué surge evidente al analizar
el texto legal: "Las cosas son muebles e inmuebles por su
naturaleza, o por accesión, o por su carácter
representativo" (Art. 2313 del Código Civil). Para
determinar los elementos que debemos tener en cuenta al fijar la
naturaleza, recurrimos a su definición: "naturaleza:
esencia y propiedad característica de cada ser". Los
elementos definitorios y característicos de la naturaleza
de los clones serán coincidentes con los de la persona:
serán entes que presentarán las
características genéricas de la Humanidad, con los
idénticos caracteres físicos y síquicos,
parecerán seres humanos, hablarán como seres
humanos, tendrán pasiones y deseos humanos… No podremos
sino concluir que son personas. De otra forma, se caería
en la desgracia de considerarlos cosas, a pesar del hecho de ser
integrantes del género humano, y consiguientemente nos
ubicaríamos bajo el mismo fundamento que sirvió
para, de alguna forma, "legitimar" la esclavitud.

En conclusión: de llegar a
presentarse el caso de la concreción de un clon humano, no
existirá otra alternativa más que aceptar su
condición de integrante del Género Humano y en
virtud de ello reconocer su personalidad, absolutamente
equiparada y dotada de los atributos, derechos y garantías
concedidos a resto de los hombres.

La segunda pregunta dice: ¿Tienen
alma los clones? El alma (ÁNIMA = ALIENTO VITAL) es
aquello que anima y da vida y es común a todos los seres
creados. Como mencionamos anteriormente, las almas son creadas
directamente por dios, sin intermediarios. El origen de cada
persona humana es muy singular, pues aunque en su génesis
intervienen los padres, poniendo la base material,
biológica, a la vez Dios interviene produciendo de la nada
el alma espiritual y la infunde en el minúsculo cuerpo
engendrado por los padres. La espiritualidad del alma distingue
esencialmente al hombre de las demás criaturas de este
mundo, hace que el cuerpo humano no sea como los demás
cuerpos, sino un cuerpo personal, con características
específicas muy netas, apto para ser convertido por la
gracia santificante en templo del Espíritu Santo.
Según esta caracterización, los clones no
tendrían alma, ya que no están hechos a imagen y
semejanza de Dios.

En cuanto a la ciencia, los
científicos coinciden en que un clon humano y su donante
de ADN serían personas separadas, es posible deducir
teológicamente que cada uno de ellos tendría, con
su propio cuerpo, un alma, infundida por Dios, evidentemente. Si
supusiéramos que son simples fabricaciones de
maniquíes no tendría razón tanta defensa de
los "clones humanos".Muchas personas se preguntan
¿cómo puede permitir Dios esa manipulación
de la vida? Esa pregunta suena un poco a reclamo, algo así
como "dónde está Dios cuando los hombres hacen
eso". Dios deja al hombre a que obre con libertad y
responsabilidad. Por eso el "progreso" de la biotecnología
no puede ir por donde le plazca, porque cuando menos se lo espera
uno, se devuelve violentamente contra los seres humanos, en
formas de armas biológicas, químicas,
atómicas, de tristes recuerdos. El clamor a la "libertad"
en esos ambientes cerrados de laboratorios alcanza unos extremos
insospechados, hasta el abuso caprichoso y prepotente de
manipular la vida humana en el momento mismo de mayor fragilidad.
La libertad del hombre es infinita y usada de manera responsable
y orientada al bien le permite a este realizarse y ser
feliz.

Ahora bien, ¿Qué nos
determina que es lo que está bien y lo que está
mal? Esta pregunta puede ser amplia en algún sentido, ya
que es subjetivo de cada persona. Sin embargo, podríamos
decir que es nuestra conciencia lo que nos permite diferenciar lo
bueno de lo malo y optar por uno de ellos. La conciencia es la
parte más subjetiva del hombre, más espiritual.
Toda conciencia es indicativa, evaluativa y normativa. Eliminar
la conciencia del hombre es reducirlo a un ente meramente
biológico.

Problemas
éticos de la biotecnología

La lectura interpretativa del significado
antropológico de la clonación humana, nos conduce a
las siguientes valoraciones:

La clonación querida con fines
reproductivos es contraria a la dignidad de la persona humana,
pues despersonaliza el acto de la generación, vacía
de significado humano la procreación humana y sustituye el
diálogo y donación esponsal por una técnica.
El hijo no es querido por sí mismo, sino tan sólo
como medio para saciar los deseos de los padres. Se somete a la
persona humana a un dominio despótico de otros seres
humanos, quienes determinarían arbitrariamente incluso su
identidad biológica y los fines de su existencia, con lo
cual se lesionan sus derechos humanos fundamentales.
Además valen para este caso, todos los juicios morales
negativos a la aplicación de las técnicas de
fecundación extracorpórea, y las condenas a sus
derivaciones, como son la maternidad subrogada, la
crio-conservación de embriones, la destrucción de
embriones, etc.

La clonación querida con fines
terapéuticos, es también contraria a la dignidad de
la persona, pues además de lo que tiene en común
con la clonación reproductiva, tiene el agravante de
concebir una persona humana con la intención deliberada de
manipularlo, utilizándolo como residuo biológico
para suministro de órganos y tejidos de repuesto. La
finalidad aparentemente "humanista" de la clonación no es
coherente con el medio usado: manipular a un ser humano en sus
primeras fases vitales a fin de obtener material biológico
necesario para la experimentación de nuevas terapias,
llegando así a matar a ese ser humano, contradice
abiertamente el fin que se busca: salvar una vida (o curar
enfermedades) de otros seres humanos. El valor de la vida humana
fuente de igualdad entre los hombres, hace ilegítimo un
uso meramente instrumental de la existencia de uno de nuestros
semejantes. No existe diferencia entre este uso del ser humano y
el que se conoció en los campos de concentración
del siglo pasado.

Debemos resaltar que la clonación,
independientemente de las finalidades que se persigan, ya sean
reproductivas, terapéuticas o experimentales, siempre
implica la generación de individuos humanos destinados a
ser destruidos. Se trata, pues, de una acción deliberada
que implica un homicidio voluntario.

Por tanto, con base en las razones
antropológicas y morales que se han expuesto: DECLARAMOS
QUE LA CLONACIÓN DE SERES HUMANOS QUERIDA CON UNA
FINALIDAD REPRODUCTIVA, TERAPÉUTICA O MERAMENTE DE
INVESTIGACIÓN, ES SIEMPRE OBJETIVA, INTRÍNSECA Y
GRAVEMENTE INMORAL, PORQUE ATENTA CONTRA LA DIGNIDAD DE LA
PERSONA HUMANA QUE ES ÚNICA E IRREPETIBLE, QUE HA DE SER
QUERIDA COMO FIN EN SÍ MISMA, Y A LA CUAL SE HA DE
RECONOCER UN VALOR ABSOLUTO Y SE HA DE ACOGER COMO UN DON CUYO
PRIMER Y FUNDAMENTAL DERECHO ES A SU PROPIA VIDA.

Siendo pues, inmoral e ilícita, nos
manifestamos por la prohibición legal global de toda
clonación humana, contra toda experimentación con
embriones o células embrionarias que no esté
orientada al bien del mismo embrión o feto, y contra toda
experimentación que no respete las exigencias
éticas fundamentales para la experimentación con
seres humanos, ya que la vida humana no puede ser objeto de
destrucción, manipulación o
comercialización. En este caso, la destrucción de
un embrión humano es un homicidio directo y procurado de
un inocente, el más frágil y la más bella
creación de Dios.

Por ello, tampoco es lícito ni puede
ser objeto de una legislación justa el permitir la
utilización o importación de células
estaminales embrionarias ya obtenidas, eventualmente, por otros
investigadores o disponibles en el comercio. Esta posibilidad
recuerda el trágico comercio de esclavos, en que los seres
humanos eran arrancados de sus familias y de su medio ambiente
para ser llevados a realizar trabajos forzados,
prácticamente con poder de vida y muerte sobre ellos. Por
otro lado, esto implicaría una injusticia muy grande, el
hecho de que unos países se convirtieran en "maquiladores"
de embriones humanos para exportarlos a otros países en
donde está prohibido hacerlo. Incluso se podría dar
el caso de que países que cuentan con grandes recursos
económicos subsidiaran a instituciones de países
menos desarrollados para tener las instalaciones y los medios
técnicos necesarios para esta "maquila". Esta absurda
posibilidad de crear "embriones humanos para exportación"
es tan contraria a la dignidad humana, que se impone un "no"
rotundo. No queremos que ningún país, y mucho menos
el nuestro, ni sus instituciones, caigan en un atentado semejante
al consentir un tráfico de seres humanos inocentes e
indefensos.

En el penoso caso de que se llegase a
aprobar una legislación que pretendiera hacer legal la
clonación humana, la producción y
utilización de células estaminales embrionarias o
la investigación en células estaminales
embrionarias obtenidas mediante importación, los
científicos y biotécnicos católicos tienen
el grave deber de oponer objeción de conciencia para no
participar en dichas investigaciones y procedimientos. Urgimos
una vez más al Estado a reconocer dicho derecho de los
ciudadanos.

Los científicos "no pueden
considerar el rechazo moral de la clonación humana como
una ofensa; al contrario, esta prohibición devuelve la
dignidad a la investigación, evitando su
degeneración demiúrgica. La dignidad de la
investigación científica consiste en ser uno de los
recursos más ricos para el bien de la
humanidad."

¿Aunque se pueda realizar podemos
permitirlo? ¿Todo lo posible es éticamente
permisible?

Como punto de partida, es posible: 1)
la clonación de seres humanos (que
implicaría exclusivamente la generación de un nuevo
ser humano a partir de células extraídas a
otro); y 2) la aplicación de técnicas de
clonación en seres humanos (más
amplia que la anterior, implica la utilización de estas
técnicas con diferentes fines). Puede sostenerse que las
técnicas de clonación podrían aportar muchos
y provechosos beneficios, siendo aceptable la
clonación en seres humanos. Sin
embargo, debería evitarse la
clonación de seres humanos, por los siguientes
motivos.

En primer lugar, la utilidad o necesidad de
llegar a recurrir a la clonación de un ser humano parece
poco probable. Las hipótesis elaboradas diciendo, por
ejemplo, que "podría crearse un clon para obtener la
médula ósea necesaria para su transplante a un
enfermo de leucemia, dada la imposibilidad de encontrar donante
compatible…" no pasa de mera especulación sobre algo que
sí es posible, pero es simplemente inconveniente: debe
imaginarse el tiempo necesario para el desarrollo del clon
impediría la concreción del transplante.

Además, sería infinitamente
más conveniente clonar sólo las células de
la médula, proceso que podría requerir unos pocos
días, ahorrando tiempo cuya prolongación resulta
fatal. Idénticas especulaciones podrían hacerse con
otras patologías que precisen transplantes, e
idéntico fundamento servirá en contra. Es cierto
que en la actualidad sólo se puede lograr el desarrollo
artificial de piel y algunos tejidos diferentes, y la ciencia no
puede desarrollar artificialmente ciertos órganos. Pero no
es menos cierto que desde la década de 1950 se experimenta
exitosamente en el desarrollo de tejidos complejos, como ser
corazón, músculos, hígado y tejidos
conjuntivos, lográndose incluso que cumplan relativamente
con sus funciones orgánicas. El vertiginoso avance de la
ciencia permite esperar resultados positivos a mediano
plazo.

Otro de los factores que nos llevan a ser
contrarios a la clonación, es la posibilidad aberrante de
la utilización de clones humanos como fuente de
"repuestos", es decir, como fábricas vivientes de
órganos destinados a ser transplantados, para luego
desechar las porciones anatómicas no deseadas. El
sólo planteamiento de la posibilidad de destinar a los
clones para tales fines, causa una inmediata repulsión.
Aquí, la calidad del ser humano sería por completo
dejada de lado. El hecho de aceptarlo implicaría echar por
la borda toda construcción racional acerca de la persona,
el ser humano, la vida, y el derecho.

Conclusiones

La clonación de seres humanos debe
ser considerada como extremadamente mala, al separar la
procreación de la unión sexual, y al hacer de la
llegada al mundo de nuevos hombres una producción
técnica. También se tiene que tener en cuenta que
cada ser humano clonado que tenga deformidades o extremidades
suplementarias, seguiría el mismo camino que los ratones
deformes la eliminación de los mismos o mejor dicho
la muerte. Y nosotros como sociedad "civilizada" no podemos
concebir esto. Por mas clon o no que sea sigue siendo un ser
humano, y no se puede matar a la gente por sus defectos
físicos. Por eso creo que no hay que intentar clonar a las
personas, porque si lo realizamos estamos aprobando que se maten
personas por solo ser deformes y diferentes a nosotros, por el
solo hecho de buscar una raza mejor o tratar de ser
inmunes a ciertas enfermedades o quien sabe que cosas se le puede
cruzar a un loco que tenga el poder de realizar este tipo de
cosas. La verdad que uno no sabe la magnitud que puede tener esto
en la sociedad y las consecuencias de toda esta
manipulación genética. Por eso repruebo la
clonación de seres humanos, para que no se mate gente
indiscriminadamente, pero tampoco me gustaría que los
clones deformes vivan, por que como es la sociedad mundial,
tendría un nuevo tipo de discriminación en
la lista, y ese seria "el clon", seguramente al ser
"diferente" de nosotros lo discriminaríamos, como lo
hacemos con tantas otras personas que son diferentes a
nosotros(por que casi todos tienen dos brazos, dos piernas o una
o son de otro color.etc) pero aquí estaríamos
hablado de encotrarnos a una persona con 5 brazos, dos cabezas y
la verdad que por mas ser humanos que sea lo estaríamos
marginando y discriminando mas que a cualquier otra cosa,
así que aquí tenemos además de un problema
ético, político y económico, uno
sociológico "la discriminación" y la
"marginación" de estos "clones".

La cuestión no es tanto si se
está a favor o en contra de la ciencia y la
tecnología en términos generales, sino con
qué tipo de ciencia y tecnología estamos de
acuerdo. Nosotros estamos a favor de aquellas aplicaciones
médicas que contribuyan a la curación de personas
que han enfermado, para corregir las anomalías y detener
el progreso de la enfermedad.

El nacimiento de la oveja Dolly, hace unos
años, ha creado una polémica entre los
científicos y la sociedad, ya que en un futuro se especula
de que estas técnicas podrían llegar a ser
aplicadas en humanos.

En nuestra opinión creemos que ya no
es solo el hecho de aplicar esta técnica sobre los
hombres, sino el motivo de porqué se hace. Se
podría decir que se desarrollan por meros motivos
económicos o que se realiza por poner en práctica
todos los conocimientos que se han obtenido hasta ahora. Por
ello, se debe imponer un límite para la utilización
de estas técnicas, porque no todo lo que se sepa debe de
ser llevado a cabo sin tener en cuenta una mínima de
moralidad.

Otra cuestión sería
quién debe imponer ese límite, si el gobierno, el
paciente o los científicos. Pero todo esto es muy relativo
y complejo para imponer unas leyes para todos los casos. La
respuesta no es algo precisa puesto que deberíamos tener
en cuenta el caso, que tipo de paciente y las circunstancias que
le rodean.

Bibliografía

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  • "INGENIERIA GENETICA" <
    http://www.monografias.com/trabajos5/ingen/ingen>

EN LINEA [CONSULTA : 20/11/10]

 

 

Autor:

Braian RV

 

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