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Principio de Razón de Estado, Seguridad y Terrorismo. El caso argentino desde la Inteligencia Estratégica



  1. Objetivo del Trabajo
    Práctico
  2. Introducción
  3. Desarrollo
  4. Conclusiones

Objetivo del Trabajo
Práctico

Aplicar los elementos teóricos adquiridos en el
desarrollo del seminario a cargo de los Profesores Tello y
Campos
, al análisis de la experiencia histórica
de la Argentina en los temas de Razón de Estado, Seguridad
y terrorismo desde la Inteligencia Estratégica, como
así también en el contexto regional y global,
basándonos en el material visto durante el desarrollo de
la cátedra y aportando los elementos teóricos de
otras materias de la especialización.

Introducción

El contexto internacional

Para comenzar a abordar el tema
específico, deberemos retrotraernos a la década del
70, donde la Argentina estaba viviendo una etapa de grandes
conflictos internos. Estos conflictos, que se enmarcaban en
categorías varias, se acentuaron en forma de violencia
extrema a partir del retorno del Gral. Perón al
país en la primera mitad de la década de
1970.

Dentro de la concepción de seguridad
vigente en ese momento histórico, el accionar de
determinadas organizaciones dentro del territorio de la
Nación Argentina, pudo bien encuadrarse en el concepto de
amenaza.

Aún no había culminado la
guerra fría y el Consejo de Seguridad Nacional de los
EEUU, en su documento Nº 68 (NSC 68), concluía que
los soviéticos eran más agresivos de lo que se
esperaba, por lo que debían ser contenidos en todos los
lugares donde quisieran expandirse.

En este lado del globo, el gobierno de
nuestro país, alineado ideológicamente con
occidente, consideró que determinados grupos operantes en
el territorio del país estaban encuadrados dentro de la
categoría de Subversivos, y por lo tanto, eran
una amenaza y de hecho fue así, habida cuenta de que el
PEN, con el decreto "S 262/75", le declaró la guerra a la
subversión en todo el territorio nacional. Comenzando por
la Provincia de Tucumán a través del Operativo
Independencia y trasladándose luego a todo el espacio
soberano argentino.

En el contexto internacional, los
teóricos Keohane y Nye redefinieron como trasnacional a:
"todo movimiento de elementos a través de las fronteras de
los estados, en donde al menos un actor era no
estatal".

Desde el discurso de la iglesia
católica, la encíclica Populorum Progressio
sostuvo, entre otras cosas, que el desarrollo está
íntimamente ligado a la paz. Enunciaba la
encíclica, que ciertas condiciones de pobreza y malas
condiciones de vida, generaban el caldo de cultivo para probables
manifestaciones de violencia que podrían servir como
disparador del accionar terrorista trasnacional.

En nuestro país y, siguiendo la
línea del pensamiento imperante en ese momento a escala
mundial en temas de seguridad, el poder militar tuvo un marcado
énfasis en su crecimiento y esto se vio reflejado en la
compra de material bélico, en la actualización de
la operatividad militar y en el desarrollo autóctono de
nuevos sistemas de armas de origen nacional (TAM, Pucará,
Martín Pescador, Cóndor, submarinos, etc.), con el
objeto de privilegiar y fortalecer el "poder duro" que era
sinónimo de seguridad.

Paralelamente y, antes del cambio de
gobierno argentino en el año 1976, los grupos armados
guerrilleros producían la mayor ola de atentados y
violencia que castigó al país hasta esos
momentos.

En Tucumán, grupos armados del ERP y
Montoneros operaban en la provincia con sus
compañías de monte, en abierto desafío al
gobierno nacional y pretendieron crear una zona liberada en esa
jurisdicción.

En el contexto enunciado, el gobierno
argentino ordenó el inicio de las operaciones en el
Tucumán bajo la denominación de "Operativo
Independencia".

Desarrollo

De la lectura y análisis del
material del Oficial del Ejército Sr. Breid Eusebio, surge
a priori que, en el discurso de este profesional, puede
percibirse una clara alineación de su pensamiento
estratégico que coincide con la apreciación que
desde los EEUU se tenía en ese momento histórico
del conflicto Este-Oeste o guerra fría.

Esto no es casual, sino que se enmarca en
la modalidad de consumo de pensamiento estratégico que
caracterizó a los dirigentes argentinos en determinado
momento de la historia.

La falta de producción
autóctona de pensamiento estratégico fue una
característica de nuestras clases dirigentes a
través de la historia y la concepción
ideológica imperante marcaba que lo militar era la premisa
básica de la seguridad.

En concordancia con lo expresado, el empleo
del "poder duro" en el teatro de operaciones de Tucumán
obedeció a esta consigna. El ejército Argentino fue
la herramienta básica del empleo del poder duro en ese
conflicto.

El poder político definió
como necesario el empleo de sus fuerzas armadas para afrontar el
conflicto de la guerrilla en Tucumán dentro del marco
legal vigente en la Argentina en ese momento.

El desplazamiento y operación de
bandas subversivas, si bien era considerada una amenaza para la
nación, hoy en día estaría catalogada como
una "nueva amenaza". Concepto de por sí erróneo ya
que estas nuevas amenazas no son nuevas, sino que después
de la guerra fría lo que se evidenció fueron las
nuevas manifestaciones de estas amenazas.

Estas amenazas o conflictos latentes en
realidad siempre habían existido salvo que ahora se
evidenciaron en otro grado de dimensión.

En el caso del Operativo Independencia,
podemos percibir que el conflicto se produjo entre dos actores
principales: Por un lado, el estado argentino a través de
sus instituciones democráticas que movilizaron
operativamente a las FFAA y, por otro, un actor no estatal: el
ERP.

Se pudo percibir que los grupos
guerrilleros operantes en la zona habían tenido apoyo
ideológico, instrucción y logística
proveniente de Cuba.

Si nos atenemos a lo visto en el desarrollo
de la especialidad, el "santuario" de esas fuerzas guerrilleras
era Cuba ya que ésta proveía de material y
adoctrinamiento a los guerrilleros. Esto sería así
ya que en algún momento y dentro del contexto enunciado,
el accionar de los grupos guerrilleros en la provincia tucumana
podría haber sido enmarcado en una amenaza con contenido
trasnacional.

Era claro que, al menos en es época,
dichas organizaciones guerrilleras no pertenecían a
ninguna estructura de crimen organizado ya que su fin
último no era obtener lucro alguno sino que su finalidad
era política. Aunque en ciertos casos se vio que algunos
miembros de grupos terroristas producían secuestros y
actos intimidatorios para obtener dinero. Pero sería un
error considerar que esas organizaciones perseguían el
dinero como fin en sí mismo ya que ese no era el objetivo
de las organizaciones, sino que era un medio para obtener
recursos que le permitieran a los grupos subversivos seguir
operando a fin de conseguir concretar sus fines
políticos.

Dentro de la concepción actual,
estas organizaciones guerrilleras que operaron en
Tucumán
tampoco podrían haber sido denominadas
terroristas, ya que en Tucumán solo
combatían contra las Fuerzas Armadas y de Seguridad de la
Nación.

Prácticamente no ocurrieron hechos
de violencia de estos grupos contra la población
civil.

La definición de Terrorismo de los
EEUU es clara al respecto: la define como violencia a blancos no
combatientes por grupos clandestinos con el objeto de influenciar
al público y al poder político.

Los guerrilleros del Tucumán
combatían contra las fuerzas del ejército
comandadas por el Gral. Bussi, no contra civiles de la provincia
hacia los cuales trataban de ganar su simpatía.

Distinta era la metodología con que
la guerrilla operaba en los centros urbanos importantes, con
atentados, bombas, secuestros y desapariciones de personas (Tte.
Cnel. Larrabure).

Esta última forma de actuar en el
ámbito urbano, sí pudo haber sido considerada
terrorismo Habida cuenta de la metodología empleada en las
zonas urbanas, pero no fue ello lo que motivó la puesta en
marcha del Operativo Independencia a través del Decreto
Secreto 262/75.

Las desigualdades sociales imperantes en la
provincia tucumana en ese momento (y aún existentes hoy en
día), pudieron ser vistas por los grupos guerrilleros
dentro de su concepción de guerrilla rural, como una
violencia estructural del sistema de clases hacia la clase
trabajadora de la provincia, históricamente explotada y
empobrecida dentro de un modelo de economía de
supervivencia, y pasibles de ser explotadas con el fin de atraer
a la población al movimiento insurreccional de
masas.

Si nos atenemos al hecho de que la
guerrilla busca el control del territorio, lo ocurrido en
Tucumán se enmarca en el accionar guerrillero en su
más acabada expresión.

En concordancia con lo expresado
anteriormente, "un guerrillero solo no hace guerrilla", pero un
grupo guerrillero sí.

Los grupos operativos en el monte tucumano
estaban organizados en compañías, patrullas y
comandos propios de una organización militar de avanzada
estructura y formación. Su fin último era el
control de una zona geográfica delimitada o "zona
liberada" para luego obtener reconocimiento internacional y
utilizar el territorio como base de operaciones con el objeto de
actuar en el resto de Sudamérica.

Definimos entonces, por lo anteriormente
expresado y a fin de circunscribir el análisis del
conflicto, el funcionamiento del ERP en Tucumán como
modalidad de guerrilla rural.

En cuanto a la consideración del
marco legal vigente en la zona de operaciones del Tucumán,
estimo que jamás podría haberse encuadrado el
conflicto interno dentro del concepto de "área sin ley",
ya que en modo alguno, en todo el tiempo del desarrollo del
Operativo independencia, dejó de imperar la ley del Estado
Argentino en dicha zona.

Más aún, en las zonas rurales
donde operaba la guerrilla y donde era muy difícil llegar
para las instituciones de la Nación, las organizaciones
guerrilleras tenían una muy sólida normativa
interna que intentaban manifestar a la sociedad rural en la que
operaban. Incluso, en determinadas ocasiones, trataron de
realizar tareas "sociales" de ayuda y asistencia a la comunidad
rural con un incipiente aporte de insumos como ser alimentos y
medicamentos para los trabajadores rurales a fin de conseguir
adhesiones y apoyo de los habitantes de la zona, todo ello en un
marco de una propia y auto impuesta regulación interna
para la guerrilla.

Por lo tanto, a los fines de este
análisis, el área geográfica con compromiso
de la guerrilla era un área con ley.

En la concepción actual de los
conflictos emergentes en este momento histórico, lo
acontecido en el monte tucumano en la década del 70, tiene
las características de la Disimetría: se
enfrentaron dos actores con fuerzas de fuego y poder militar muy
diferentes.

Si bien las organizaciones guerrilleras que
operaban en la provincia estaban regularmente bien equipadas
habida cuenta de todo el armamento capturado a las FFAA en
distintos hechos y atentados en el país, además del
aporte externo de Cuba en cuanto a instrucción y
adoctrinamiento de los cuadros guerrilleros como ya se
mencionó, también es cierto que la operatividad y
capacidad de los grupos insurgentes jamás podría
haber sido comparada con la capacidad y logística que
poseía el Ejército Argentino en operaciones en
Tucumán.

Todo el potencial de la Provincia y de la
Nación fue puesto a disposición de las FFAA para la
consecución del objetivo y la misión impuesta:
aniquilar la subversión.

Por lo anteriormente expresado, definimos
el conflicto como disimétrico en su más pura
expresión.

También es cierto que los actores
enfrentados en ese momento tenían distintas reglas y leyes
con las que operaban. Esto se evidenció en la dificultad
que enfrentaron las fuerzas del Ejército Argentino para
comprender y descifrar el accionar de los grupos guerrilleros.
Las fuerzas armadas argentinas tenían sus reglamentos y
leyes (que aún poseen) y con las cuales operaron. Los
grupos del ERP tenían sus propios reglamentos y
códigos particularmente diferentes del Ejército
Argentino inclusive hasta manuales de entrenamiento militar
propios.

Por lo expuesto, puede afirmarse que el
conflicto tenía características de
"Asimétrico", ya que ambos contendientes operaban con
reglas y lógicas diferentes.

Si bien lo ocurrido en Tucumán fue,
por sus características, un conflicto intra estatal, no
pueden negarse los componentes trasnacionales del mismo habida
cuenta de la influencia de Cuba en la formación
ideológica de los guerrilleros que operaban en la zona
como así también, el entrenamiento militar recibido
por algunos de los líderes guerrilleros en la isla
caribeña. Gran documentación capturada a los
cuadros guerrilleros así lo demostró.

Desde la concepción actual de
Seguridad, podríamos arriesgar una definición del
conflicto en Tucumán y la posterior ejecución del
Operativo Independencia:

Fue un conflicto asimétrico,
disimétrico, sin áreas sin ley, intra estatal con
contenido trasnacional, contra organizaciones guerrilleras y no
contra el crimen organizado.

Pero ¿cómo se definiría este
conflicto desde la óptica vigente en el momento que
éste ocurrió?:

como "una doctrina insurreccional dentro de la
concepción de guerra popular y prolongada
" (La
guerrilla en Tucumán" de Breard Eusebio cap. 1:
"Génesis y evolución del proceso subversivo",
página 16).

El autor de la obra, menciona que: "a partir de
1965, Cuba hace un replanteo de su estrategia subversiva y
establece la doctrina que busca la conformación de una
base guerrillera, núcleo de una zona liberada
"
(Página 20). Lo anteriormente expresado coincide con el
hecho de que el conflicto pudo haber tenido una
connotación trasnacional teniendo como "base santuario" a
Cuba.

Llama la atención el hecho de que, desde lo
político, no se hayan tomado acciones diplomáticas
contra el gobierno dado su accionar e ingerencia en los estados
latinoamericanos y de las innumerables vidas de ciudadanos
argentinos que el conflicto se cobró.

Si bien, desde el plano militar la
guerrilla operante en la Argentina sufrió una derrota
aplastante en el monte tucumano, el devenir histórico
posibilitó que surjan nuevas manifestaciones de hechos de
violencia y de conflictos antes no manifestados.

Pero, cabe preguntarnos nuevamente:
¿Era realmente una amenaza para la nación el hecho
de que grupos guerrilleros operaran en la provincia del
Tucumán? ¿Fue necesario asignar al Ejército
Argentino la misión de aniquilar la subversión a
través del Operativo Independencia? La respuesta
podría ser que un concepto considerado vital en ese
momento para la integridad y supervivencia del estado, estaba en
juego:

La soberanía.

Este atributo pudo bien ser considerado en
peligro por la clase dirigente del momento. La autoridad y
legalidad, en ese período y en esa provincia, debía
ser impuesta por el estado sin ningún poder por encima de
éste.

Cabe preguntarse cuál era la
normativa internacional vigente que avalaría esta
intervención militar intra territorial en el
Tucumán.

La ONU, en su resolución 3314/74
expresa claramente que agresión es el uso de la fuerza
armada por parte de un estado contra la soberanía
integridad territorial o independencia política de otro
estado, o en alguna forma contraria a la Carta de la
entidad.

Si bien el agresor en el Tucumán no
era otro estado, podía interpretarse como alguna forma
contraria a la Carta de la entidad.
Además,
podría considerarse la trans territorialidad de la
ingerencia cubana en el país, a través del
adoctrinamiento e instrucción militar recibido en la isla
caribeña de los cuadros guerrilleros del ERP. No debemos
olvidar, según manifiesta el Sr. Bartolomé en su
obra, que una variante de la doctrina de Seguridad Internacional
asociaba este concepto, a la protección estatal contra
la violencia organizada causada por extranjeros
armados
.

En último de los casos, la
gobernabilidad del país podría haber estado en
riesgo porque se estuvo a punto de perder, por parte del estado
argentino, el uso del monopolio de la fuerza en el Tucumán
y el control territorial por la casi creación de una zona
liberada que hubiera respondido a intereses que no eran
precisamente argentinos.

Dentro del marco enunciado, el operativo
Independencia fue algo que el gobierno argentino de entonces
debió hacer a fin de mantener el orden
democrático y la soberanía de la voluntad del
pueblo. Todas las acciones de aniquilamiento de la guerrilla
fueron concebidas en el ejercicio de la legalidad imperante y
para el mantenimiento de la Soberanía Nacional y del poder
ciudadano debidamente constituido. Eso no merece, a mi criterio,
mayores cuestionamientos.

Después del golpe de estado de marzo
del 76, todas las operaciones tendientes a aniquilar la
guerrilla, si bien consiguieron resultados parciales,
carecían de la legalidad constitucional necesaria para el
ejercicio de tamaña empresa.

No puede invocarse la ilegalidad de un
gobierno de facto no representativo (como el de Videla), para
mantener y preservar una gobernabilidad, ya que esto de por
sí acarrea una contradicción en sí
misma.

Inclusive este accionar de ilegalidad en
las acciones anti guerrilleras o anti subversivas desatado
durante el gobierno militar, le restó legalidad y dio por
tierra con todo el sacrificio y el esfuerzo que las fuerzas
legales desarrollaron en Tucumán durante el desarrollo del
Operativo Independencia.

Esto posibilitó que, a la luz de las
nuevas generaciones, tanto el accionar del ejército antes
del 76 como después de ese período, fue tildado de
igual: un accionar de terrorismo de estado.

Conclusiones

La dinámica del devenir de la
historia haría casi imposible que hoy en día, un
hecho como el manifestado por la clase dirigente argentina,
frente a una amenaza, ponga en marcha otro Operativo
Independencia. ¿Pero eso es tan así? Entonces nos
preguntamos:

¿Cuál sería hoy en
día, la amenaza que produjera una respuesta del estado
argentino frente a un actor que constituyera un peligro contra su
existencia, de tal magnitud, cuya respuesta fuera la
utilización del poder militar para
contrarrestarla

Nos remitimos al autor de uno de los libros
tomado como fuente, el Oficial Breard: "Existe en el marco
nacional una tendencia de las organizaciones subversivas para
obtener personería jurídica a fin de contar con
estructuras legales y políticas para obtener los
beneficios de los partidos políticos vigentes. Esta
actitud, responde a la metodología de Estrategia de
aproximación no armada. De las antiguas organizaciones
terroristas de mayor peligrosidad como el PRT y Montoneros,
quedan aún grupos residuales radicalizados que llevan
adelante una campaña de agitación en el
ámbito político social. Esto debe considerarse cono
algo transitorio y no debe pensarse que hayan abandonado la lucha
armada, que podría estar postergada. La tarea de
agitación es llevada a cabo por grupos radicalizados como
Corriente Nacional Patria Libre y el Movimiento Popular
Revolucionario-Quebracho, donde se agrupan los residuales del ERP
y Montoneros. Escudados en las reales necesidades sociales, estos
grupos las aprovechan en un intento de iniciar una protesta
masiva con fines desestabilizadores al gobierno, con la
metodología insurreccional como es el corte de rutas en
lugares estratégicos por los grupos piqueteros.
Después del ataque a la Embajada de Israel el 17 de marzo
de 1992, el país entró de lleno en el mapa del
accionar del terrorismo internacional con apoyo local. Esto
último signa el peligro latente de las reales
posibilidades de nuevos atentados en el marco de la
concepción de terrorismo molecular" La guerrilla en
Tucumán" de Breard Eusebio cap 1 pag.59.

La definición del Sr. Breard es muy
clara. Desde su propia percepción y marco teórico,
basados en su vasta experiencia en el tema, este oficial arriesga
una hipótesis a tener en cuenta y presupone el
génesis de nuevos actores que producirán
situaciones de conflicto con la Nación
Argentina.

En función de lo expresado y tomando
como base lo enunciado por el Sr. Bartolomé en el cap. 4
de su obra, tenemos un conjunto de circunstancias que integradas
constituyen un factor potencial de daño cierto y que bajo
ciertas condiciones puede producirse. Además, siguiendo la
línea de lo expresado por el oficial Breard, existe la
intención por parte de ciertos actores de generar
daño o influir sobre el estado argentino, por lo tanto, se
distingue la existencia de la categoría de riesgo a tal
efecto y una amenaza a un orden legal pre-existente.

El concepto de subunidades e individuos
enmarca a lo enunciado por el oficial Breard dentro del accionar
piquetero y de la evolución de la noción
de Seguridad Internacional. Encuadrado en esta definición
nueva de micro región, el accionar de estos grupos
piqueteros en el conurbano bonaerense y en la Capital Federal,
involucran a este actor dentro de un territorio geográfico
bien definido.

El desarrollo del contexto donde se
posibilita el maniobrar de estas organizaciones o actores que
podrían tener protagonismo en un conflicto con el estado
argentino, vería un santuario o zona gris donde puedan
desarrollar sus actividades. Esta zona gris, podría ser la
Triple Frontera Argentino-Paraguayo-Brasileña, donde los
grupos terroristas u organizaciones armadas se vinculan con las
poblaciones locales con total libertad de movimientos. En la zona
de la Triple Frontera, el límite cultural difuso, la trans
territorialidad de los actores y un escaso o difícil
control del accionar de los grupos delictivos (por las
características geográficas de la zona), hacen de
ésta un santuario y un lugar desde donde podrían
operar con facilidad grupos guerrilleros o fundamentalistas
terroristas.

Dadas las dificultades enunciadas y las
características del conflicto, no podría
descartarse la intervención de una autoridad supra estatal
para controlar la zona gris de la Triple Frontera.

Esto coincide con el concepto de neo
medievalismo
de los estados donde se postula que los estados
delegarían parte de su autoridad hacia instituciones
políticas supra estatales si su seguridad estuviera en
juego (ONU). En esta línea de pensamiento, el oficial
Breard, en su obra citada, pag. 264, refiere que, respecto del
PRT ERP: Su activismo da una respuesta parcial de cuales
hubieran sido los resultados para el futuro inmediato del
país de haberse consolidado el frente rural del ERP en
Tucumán. Buscaban el reconocimiento de una zona liberada
para continuar con su estrategia de expansión de la Guerra
Revolucionaria en el plano continental. No cabe duda que la ayuda
exterior de la ex URSS y de Cuba se habría volcado
masivamente para consolidar este bastión del marxismo
poniendo en peligro el sistema democrático continental y
la seguridad de los ËEUU. Frente a este escenario, suponemos
la intervención armada de los EEUU en defensa de su
interés continental
.

El escenario planteado por el Sr. Breard es
claro. La experiencia histórica de la guerra de Irak
demostró que si la ONU no interviene en un conflicto
armado que afecte los intereses de los EEUU, éste actor
interviene por arriba de lo normado por esa institución,
sin tener en cuenta la normativa internacional actualmente en
vigor.

En el esquema mundial vigente y siguiendo
este proceso de razonamiento, los actores estados nacionales
asegurarían su supervivencia sometiéndose a el
Nuevo Orden Mundial y a las autoridades supra nacionales que
emergen en este contexto. En concordancia con lo manifestado por
el Sr. Bartolomé en su obra Pag. 151, la observancia de
las reglas de juego internacional guarda estrecha relación
con la legitimidad que el orden mundial le otorga a los estados
nacionales.

No solo es prioritario para un estado el
mantener la autoridad dentro de su territorio, sino mantener un
carácter no disruptivo del orden mundial
vigente.

Siguiendo esta línea de pensamiento,
puede inferirse que el conflicto entre nuestro país y el
Reino Unido de Gran Bretaña por las Islas Malvinas, fue
una suerte de "patear el tablero" a nivel mundial por parte de la
Argentina que no redundó en consecuencias positivas para
el país.

Como corolario de lo expresado, se deduce
que la soberanía de los estados nacionales sufriría
una suerte de internacionalización y que estos estados
estarían monitoreados en su comportamiento hacia otros
estados, en función del respeto y del mantenimiento de ese
orden mundial establecido.

Concluimos que si bien, en la década
del 70 la Argentina tuvo una cierta cuota de decisión para
ejercer el poder militar frente a un conflicto interno, como fue
el Operativo Independencia en Tucumán, también es
cierto que los tiempos cambian y los estados nacionales deben ir
adaptándose a los cambios en una suerte de homeostasis de
supervivencia.

Hoy en día, esta modalidad operativa
de intervención militar sería sumamente improbable
habida cuenta de las transformaciones mundiales surgidas en el
devenir del proceso histórico.

Hoy en día, el país
vería acotada y monitoreada toda suerte de
intervención militar inclusive dentro de su propio
territorio. Aún así, de llegar el caso de necesitar
de ese tipo de intervención para hacer frente a una
amenaza interna y de no poder utilizar sus propias fuerzas
armadas, o ser superado el Ejército Argentino por un
enemigo como el ERP, el estado Argentino podría contar con
los mecanismos legales de intervención internacional para
abordar un conflicto de esas características.

Esto siempre y cuando su postura sea la de
respetar el orden mundial vigente y de no dejar de observar
jamás la normativa internacional.

Este nuevo orden tendría marcadas
características de pseudos feudalismo o neo medievalismo
mundial.

Para concluir, hemos definido que un actor
o estado nacional, frente a una amenaza tanto externa como
interna, vería una suerte de defensa de su integridad si
respeta el orden mundial dominante.

Este resguardo surgiría de la
normativa internacional vigente que posibilitaría la
intervención de fuerzas de seguridad supra nacionales para
la imposición del orden interno si esa necesidad llegara a
producirse.

 

 

Autor:

Eugenio Martín
Ganduglia

Analista de Inteligencia

Monografias.com

Trabajo Práctico

Fecha: Noviembre de 2007

Curso de Analista en Inteligencia
Estratégica

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