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Simón Bolívar, el hombre, el mito o la realidad




Enviado por Rubén Contreras



  1. El
    sentido de oportunidad en Simón
    Bolívar
  2. El
    sentido de oportunidad para demostrar magnanimidad y
    benevolencia
  3. Bibliografía
    utilizada

Discurso Pronunciado el 17 de
Diciembre de 201, en la Sede de La Bolivariana de Venezuela en
ocasión de conmemorarse el 181 Aniversario de la muerte de
Simón Bolívar, El Libertador.

Por el hecho circunstancial de estar hoy en este magno
recinto, uno de los altares de la patria, pudiéramos
expresar que es otra oportunidad para tratar de conocer y
comprender un poco más, el tránsito de el hombre
grande de América, Simón Bolívar, El
Libertador, dado que la vida, personalidad y su actuación
en los distintos escenarios en que actuó nos muestran
diversas facetas que pareciesen una rica veta minera que espera
al gambusino con su pico para abrir las venas
diamantíferas que nos van a enriquecer con las cosas y
elementos que vamos a encontrar.

En tal sentido, podemos decir que aprovechamos esta
motivación para seguir ahondando en el ideario bolivariano
y nos decidimos a repasar y revisar algunos textos de los cuales
sacamos varios elementos para elaborar este discurso

El sentido de
oportunidad en Simón Bolívar

Hay una pregunta común en el colectivo imaginario
de la gente, en relación a como se hacen y se forman los
líderes, y para algunos o para muchos eso es una pregunta
sin respuesta, aunque para otros la respuesta está dada
cuando el hombre aprovecha las circunstancias que se le presentan
y demuestra su sentido de oportunidad. Eso es lo que apreciamos
cuando Alejandro Magno rompe el Nudo Gordiano en su paso a
Persia, ó cuando Julio Cesar cruza el Rubicón sin
esperar la decisión del Senado Romano, y en Simón
Bolívar cuando emite su primer discurso político en
la Sociedad Patriótica, la noche del 3 de julio de 1811,
cuando le hace un llamado al soberano Congreso de Venezuela
instalado el 2 de marzo el mismo año, acerca de su
decisión de declarar la independencia de
Venezuela.

Es el mismo sentido de oportunidad que apreciamos cuando
se produce el terremoto del 26 de marzo de 1812, y desaloja a un
clérigo de la iglesia católica de un túmulo
de escombros, en el centro de Caracas, que estaba dando una
arenga a los ciudadanos, expresándoles que el infausto
terremoto era un castigo divino por desobedecer las
órdenes del rey y romper las relaciones con la
metrópoli española; cuestión que
rebatió el futuro Libertador, explicando que los
movimientos telúricos son circunstanciales e inesperados y
la decisión asumida por los patriotas de independizarse
nada tenía que ver con el irrespeto a las creencias
religiosas.

Es también el momento del 15 de junio de 1813,
cuando en la ciudad de Trujillo emite una de sus proclamas
más estudiadas y discutidas. La Proclama de guerra a
muerte, la cual podemos estudiar y conocer con acuciosidad en el
libro de Rufino Blanco Fombona "Bolívar y la Guerra a
Muerte".

Es menester entender estos momentos, dado que, ante los
problemas, confusiones, aciertos y desaciertos ocasionados por
los cambios suscitados por la acción bélica llevada
a cabo por el rompimiento con la madre patria, cualquier duda,
falta de liderazgo o vacío en la conducción del las
huestes republicanas, podría crear desconciertos y
desmotivar a los patriotas, por lo que se hacía necesario
la fortaleza del líder que sembrara esperanzas y
motivación para no flaquear en el cometido emprendido.
Pero en el caso del decreto o proclama de guerra a muerte, aparte
de las circunstancias señaladas, está
también la acción desatada por los seguidores de
Monteverde que estaban haciendo de Venezuela tierra arrasada,
tanto con los pueblos, sembradíos y ciudadanos, y a eso
había que darle una respuesta contundente y también
la importancia de decirle y demostrar a los venezolanos que la
guerra emprendida no era una guerra civil entre grupos de
venezolanos, sino que era una guerra entre dos nacionalidades,
dos países, por eso es que hace énfasis cuando
expresa "venezolanos contad con la vida aun cuando seáis
indiferentes, españoles y canarios contad con la muerte
aun cuando no seáis culpables".

Es decir, era necesario hacerle entender a los
venezolanos y americanos que no era una retaliación, o un
deseo imperativo de acabar con los españoles residentes en
Venezuela, sino que era necesario sembrar y motivar el respeto y
la equidad entre ambas partes, a fin de crear las condiciones
para una lucha entre iguales, entender tal como lo explicó
Juan Jacobo Rousseau en su obra "El Contrato Social", que todos
tenemos derechos, pero para exigir los mismos debemos cumplir con
nuestros deberes, ya que hasta ese momento, los seguidores del
rey seguían actuando de acuerdo a las creencias mantenidas
por casi todos los emperadores en la historia de la humanidad, de
ser designados por el máximo creador y estaban amparados
por el derecho divino y eso les daba una delegación
especial ante dios y la potestad de actuar impunemente,
desconociendo al ciudadano. Cuestión que era menester
aclarar para hacerle entender al hombre del pueblo su poder de
decisión basado en la organización social.
Cuestión que fue muy estudiado en nuestro país,
gracias a la acuciosidad e inteligencia del prócer civil,
a nuestro juicio el más importante de la época
republicana, el jurisconsulto guariqueño Juan
Germán Roscio, quien nos dejó su obra "El triunfo
de la Libertad sobre el Despotismo", como un legado en la lucha
por la independencia y libertad y en el respeto a los derechos
humanos de los ciudadanos.

Ese sentido de oportunidad en Simón
Bolívar no es solamente en la acción bélica,
sino en la acción programática cuando pronuncia su
Discurso ante el Congreso de Angostura el 15 de febrero de 1819,
en el cual hace énfasis en la primacía de la
organización de la república y desarrolla conceptos
y teorías acerca de la importancia democrática de
las naciones, y el respeto mutuo entre los gobernantes y los
ciudadanos. En el desarrolla un serie de planteamientos
ratificando la importancia de la educación como la viga
maestra para el desarrollo de la nación y de los pueblos
del mundo, los cuales son reiterativos.

Afortunadamente los mismos quedaron escritos y siempre
leemos cuando vamos a un centro educativo esas frases que se
mantienen como un latigazo que nos recuerda su importancia, y que
en variadas oportunidades no son asumidas con la integridad del
mensaje. Como son entre otras: "Las Naciones Marchan hacia el
Término de su Grandeza de la misma forma que marche su
Educación" ó aquella otra, "Moral y Luces son
nuestras primeras necesidades", "Moral y Luces son los polos del
desarrollo", y otra que es muy dura, pero la consideramos un
llamado de conciencia y una exhortación en cuanto a
entender el rol a jugar el ciudadano común en el trajinar
de su vida, "Un ser sin estudios es un ser incompleto", dado que
sin estudios se ha podido comprobar que el ciudadano es un ser
preso de las realidades en las que se desenvuelve y no puede
actuar con la libertad que genera la riqueza de poseer
conocimiento. Recordemos el concierto dado por nativos de la
etnia Pemón, en el teatro Teresa Carreño, gracias a
la iniciativa propuesta por el promotor de la teoría para
"El Desarrollo de la Inteligencia", El Dr. Luis Alberto Machado,
lo que nos indicó que con estudios podemos cambiar el
mundo, tal como lo expresó Arquímedes cuando dijo
"dadme una palanca y moveré el mundo".

Va a ser una prédica constante en su trajinar,
razón por la cual en sus diversas administraciones desde
Venezuela hasta Perú va a proponer la creación de
escuelas en diversas modalidades, las escuelas para mujeres, y
las artesanales, lo que demuestra su fortaleza y sentido de
pertinencia en el tema planteado, y eso lo lleva a traer a
Venezuela después de los años de 1820, al educador
Joseph Lancaster, a quien conoció en su viaje como
diplomático a Londres en 1810. Y este viene con ideas
reformadoras en la búsqueda de desarrollar planes y
proyectos para el desarrollo educativo, los cuales a juicio de
algunos estudiosos y de quienes administraban la república
no fueron entendidos e implementados tal como proponía el
educador.

Pero también es incisivo y crítico cuando
plantea que la democracia es el sistema más cercano a la
perfectibilidad,

"Solo la democracia, en mi concepto, es susceptible de
una absoluta libertad; pero, ¿Cuál es el Gobierno
Democrático que ha reunido a un tiempo, poder, prosperidad
y permanencia? ¿Y no se ha visto por el contrario La
Aristocracia, La Monarquía cimentar grandes y poderosos
Imperios por siglos y siglos? ¿Que gobierno más
antiguo que el de China? ¿Qué república ha
excedido en duración a la de Esparta, a la de Venecia?
¿El imperio Romano no conquistó la tierra?
¿No tiene la Francia catorce siglos de Monarquía?
¿Quién es más grande que la Inglaterra?
Estas naciones, sin embargo, han sido o son Aristocracias y
Monarquías. A pesar de tan crueles reflexiones, yo me
siento arrebatado de gozo por los grandes pasos que ha dado
nuestra república al entrar en su noble carrera. Amando lo
más útil, animada de lo más justo, y
aspirando a lo más perfecto al separarse Venezuela de la
Nación Española, ha recobrado su independencia, su
libertad, su igualdad, su soberanía nacional.
Constituyéndose en una República
Democrática, proscribió la Monarquía, las
distinciones, la nobleza, los fueros, los privilegios,
declaró los derechos del hombre, la libertad de obrar, de
pensar, de hablar y de escribir. Estos actos eminentemente
liberales jamás serán demasiado admirados por la
pureza que los ha dictado. El Primer Congreso de Venezuela ha
estampado en los anales de nuestra legislación con
caracteres indelebles, la majestad del pueblo dignamente
expresada, al sellar el acto social más capaz de formar la
dicha de una nación".

Ante estos conceptos y reflexiones, sobreviene la
inquietud para llevar a cabo el ejercicio de la gobernabilidad,
de enrumbar a su patria hacia derroteros de grandeza, de futuro,
debe existir una formula real, que no sea mágica ni sacada
del sombrero del mago Merlín, sino producto de la
vergüenza de los hombres y de su creatividad y
entendimiento, para encontrar como deben ser los gobiernos
democráticos, cuestión que nos propone de la
siguiente manera:

"Un gobierno republicano ha sido, es, y debe ser el de
Venezuela; sus bases deben ser la soberanía del pueblo, la
división de los poderes, la libertad civil, la
proscripción de la esclavitud, la abolición de la
monarquía y de los privilegios. Necesitamos de la igualdad
para refundir, digámoslo así, en un todo, la
especie de los hombres, las opiniones políticas, y las
costumbres públicas. Luego extendiendo la vista sobre el
vasto campo que nos falta recorrer, fijemos la atención
sobre los peligros que debemos evitar. Que la historia nos sirva
de guía en esta carrera".

Pero no se queda en estas concreciones, sino que se
explaya como el meandro cuando abre cauces ante la crecida de los
ríos, y nos sigue orientando en cuanto a cómo debe
ser la actuación del llamado a ejercer dicho gobierno, con
sus colaboradores de una manera muy clara, precisa, cuando nos
expone:

"Cualquiera que sea el ciudadano que llene estas
funciones se encontrará auxiliado por la
constitución. Autorizado para hacer bien, no podrá
hacer mal, porque siempre que se someta las leyes, sus ministros
cooperarán con él, si por el contrario pretende
infringirlas sus propios ministros lo dejarán aislado en
medio de la república, y aún lo acusarán
delante del senado. Siendo los ministros los responsables de las
transgresiones que se cometan, ellos son los que gobiernan,
porque ellos son los que las pagan".

También revisa con su bitácora de estudios
los diversos gobiernos conocidos hasta ese momento, los compara y
nos explica cómo han sido los ejercidos por
déspotas a fin de no cometer esos errores:

"En el régimen absoluto, el poder autorizado no
admite límites. La voluntad del déspota, es la Ley
Suprema ejecutada arbitrariamente por los subalternos que
participan de la opresión organizada en razón de la
autoridad de que gozan".

Pero también nos deja entrever los argumentos o
argucias utilizadas por estos para mantenerse en el
poder

"La esclavitud es la hija de las tinieblas; un pueblo
ignorante es instrumento ciego de su propia destrucción;
la ambición, la intriga, abusan de la credulidad y de la
inexperiencia, de hombres ajenos de todo conocimiento
político, económico, o civil: adoptan como
realidades las que son puras ilusiones; toman la licencia por
libertad, la traición por el patriotismo, la venganza por
la justicia. Semejante a un robusto ciego que instigado por el
sentimiento de sus fuerzas, marcha con la seguridad del hombre
más perspicaz, y dando en todos los escollos no puede
rectificar sus pasos".

Y como el fanal que alumbra el camino para abrir los
cauces del entendimiento, nos dedica una perla que debemos tener
presente para no caer en cuentos chinos, o escuchar gastados
cantos de sirena como se decía en otros tiempos, y que
algunos déspotas del mundo actual pretenden imponer,
razón por la cual los ciudadanos formados en democracia no
pueden comprar ese paquete chileno, porque no tiene fondos,
credibilidad y se le pasó su oportunidad:

"La continuación de la autoridad en un mismo
individuo frecuentemente ha sido el término de los
gobiernos democráticos. Las repetidas elecciones son
esenciales en los sistemas populares, porque nada es tan
peligroso como dejar permanecer largo tiempo en un mismo
ciudadano el poder. El pueblo se acostumbra a obedecerle, y
él se acostumbra a mandarlo; de donde se origina la
usurpación y la tiranía. Un justo celo es la
garantía de la Libertad Republicana, y nuestros ciudadanos
deben temer con sobrada justicia que el mismo Magistrado que los
ha mandado mucho tiempo, los mande perpetuamente".

Con estos señalamientos encontrados en ese
célebre Discurso ante el Congreso de Angostura,
pudiéramos expresar que la riqueza intelectual de
Simón Bolívar demostró su talante y
capacidad creadora. Estamos ante un ciudadano curtido en la
guerra y en la conducción del estado, dando lo mejor de
sí en la consolidación de su obra, la libertad de
Venezuela y de la mayoría de los pueblos de
Suramérica, que no cesa en el esfuerzo y en el
ánimo de ver cristalizada la meta propuesta, razón
por la cual el historiador L.S. Rowe, quien se
desempeñó como Director General de la Unión
Panamericana se expresó de nuestro personaje de la
siguiente manera en la obra " Antología
Enciclopédica Bolivariana":

"Bolívar combinó en un grado tan
extraordinario el genio militar con el pensamiento del
filósofo y con la visión del hombre de estado, que
las enseñanzas de sus vida nos hacen penetrar a casi todos
los campos de la actividad nacional. No obstante ser reconocido
como uno de los genios militares más insignes de la
historia, los fines que él tuvo en mira fueron más
bien civiles que militares. La fuerza de las armas sólo
fue para él un instrumento pasajero del cual se
sirvió para alcanzar fines todavía más
amplios como son el establecimiento sobre bases perdurables de
los derechos civiles y políticos del individuo, y el
mantenimiento de la integridad política de los Estados que
acababan de constituirse(…) Bolívar fue más
bien un hombre civil que un militar, y que consideró
siempre la intromisión de los elementos militares en la
vida política como uno de los peligros más graves
que podrían presentarse en contra de la estabilidad de las
instituciones y especialmente en contra de los derechos
civiles".

Coincide con el planteamiento de Rowe ese insigne
antropólogo e historiador venezolano, Miguel Acosta
Saignes, en su obra "Bolívar, Acción y
Utopía del Hombre de las dificultades", cuando nos
señala lo siguiente:

"Bolívar sintetiza históricamente el
esfuerzo de miles y miles de combatientes a quienes él
condujo, pero de quienes aprendió, y sin los cuales nada
hubiera podido hacer. Pardos, mestizos, negros, indios, blancos
constituyeron los ejércitos de Sucre, de Páez, de
Mariño, de Piar, de Urdaneta, de Flores, de Montilla; y a
ellos se añadieron durante algunos años,
legionarios de otras sociedades, venidos de Europa a sufrir y a
luchar en tierras tremendas, a veces por la paga del mercenario,
a veces por el convencimiento del inconforme.

Sin el ejército de Mariño y sus negros y
mulatos antillanos, junto a los esclavos de Paria, poco
habría logrado Bolívar después de La
Campaña Admirable de 1813, ni habría podido volver
a tierra firme, e internarse en Guayana, después de su
fracaso en Ocumare. Sin Piar no habría obtenido el dominio
de la Guayana: sin Páez no hubiera podido cruzar los Andes
para libertar a La Nueva Granada de Boyacá. En las
constituyentes y en los congresos estuvieron militares, pero de
manera muy decisiva casi siempre, civiles como Revenga, Roscio,
Zea, Unanue, Olmedo y otros tantos dedicados a la
economía, la política, la diplomacia, a la
legislación, guardianes de los intereses de su
clase".

Y para demostrar que durante ese esfuerzo compartido
entre civiles y militares se logró el cometido de la
independencia, nos refiere también, que El Libertador tuvo
que aprender a congeniar y conciliar tanto con los militares como
los civiles, y aunque él nos hable de que los civiles
defendían los intereses de su clase, pudiéramos
decir nosotros que defendían la integración de
todas las clases sociales representadas en la patria que se
estaba construyendo y además era algo normal ante la
situación vivida; los militares y luchadores en general
estaban dando la vida por la patria en los campos de batalla,
entonces otros debían encargarse de la
administración de la misma, de la preparación de
los códigos, leyes, normas y reglamentos necesarios para
que la misma funcionase y les permitiese a sus ciudadanos
espacios para la vida, su desarrollo y convivencia, tal como lo
expresa Acosta Saignes expresa a continuación:

"En altos cargos directivos lo acompañaron
Urdaneta, Santander, Soublette, Gual y varios que a veces, como
los tres primeros fueron militares de la primera fila. No fueron,
ni los militares ni los civiles, compañeros sumisos, ni
áulicos sin ideas, ni marionetas complacientes. Esos y
muchos otros fueron con frecuencia sus opositores, a veces hasta
sus adversarios, pero todos en conjunto realizaron la gran tarea
política de emancipación y contribuyeron unos a las
grandes victorias cívicas de las constituyentes, los
congresos, las municipalidades, las magistraturas y otros a los
episodios bélicos de complejísima contienda.
Conformaron naciones, vencieron a los poderosos colonialistas del
imperio español y sentaron bases para las transformaciones
que en medio de otras amenazas, de otros colonizadores y neo
colonizadores fueron creciendo".

Ese aprendizaje permanente con sus colaboradores, le
permitió abundar sociológicamente y también
en lo político, en cuanto al conocimiento de las
características de las diversas personalidades, y
fortaleció su espíritu y su grandeza, razón
por la cual tuvo que actuar con realismo cuando
desempeñó labores de gobierno y eran necesarios
todos los talentos y las capacidades de los mismos, razón
por la cual llegó Bolívar a emitir opiniones como
las siguiente:

"Para ejercer un buen gobierno hay que buscar a los
mejores talentos, aun cuando estos sean enemigos" y "Cuando se es
gobernante hay que aprender a escuchar las más duras
verdades".

El sentido de
oportunidad para demostrar magnanimidad y
benevolencia

También comprendió que dadas las
circunstancias especiales de ser el líder independentista
que busca a través de todos los medios, el camino para
lograr la libertad de la patria, no podía cerrar caminos,
cauces, senderos, que facilitasen ese tránsito,
había que ser audaz en la estrategia, pero
magnánimo y benevolente en el trato, razón por la
cual cuando se plantea la realización del encuentro con el
pacificador Don Pablo de Morillo, designa un equipo de trabajo
compuesto por el General de Brigada Antonio José de Sucre,
Coronel Pedro Briceño Méndez y el Teniente Coronel
José Gabriel Pérez, para que conjuntamente con los
designados por el bando español, redacten el Armisticio o
Tratado de Regularización de La Guerra, el cual fue
firmado el 26 de noviembre de 1820.

Este tratado fue el testimonio fiel de las intenciones
mas pleclaras por situar a nuestra patria Venezuela en el
concierto de las naciones del mundo. Con La Proclama de Guerra a
Muerte se pretendía hacerle entender a los ciudadanos que
la guerra era entre dos naciones y ahora se estaba ratificando
plenamente la soberanía de Venezuela, dado que la firma
del mismo era entre representantes opuestos que representaban
cada uno una nación diferente. Además, el contenido
del mismo es tan importante, que se va a convertir en el
referente inicial de toda la América Hispana y del mundo
para la época en cuanto al respeto de los derechos humanos
del ciudadano, especialmente en cuanto a las naciones que estaban
bajo conflictos bélicos.

Ese espíritu esclarecido de Bolívar, de
Sucre y de quienes le acompañaron en la redacción
de ese primer tratado se va a mantener en los Armisticios
firmados después de las batallas del Lago de Maracaibo en
1823 y de Ayacucho en 1824, en los cuales se resalta la bondad
del Almirante Prudencio Padilla y del Mariscal Antonio
José de Sucre, ya que en ambos, las concesiones otorgadas
a los vencidos, merecieron los elogios de los gobiernos de los
países en pugna y también de los observadores y
críticos que entendieron la importancia de los mismos,
debido a que aun cuando se estaba protagonizando una guerra, esta
era realizada por seres humanos, por ciudadanos, que
debían entender la dimensión de la misma y era
menester buscar una solución al conflicto en el
entendimiento racional de acuerdo a la inteligencia de los
hombres, y para eso había un sin número de
antecedentes que servía de base de apoyo para lograr el
acuerdo, mediante el cual las partes en pugna salieran con menos
resentimientos, pero con soluciones favorables para ambas
partes.

Debemos destacar que ambos armisticios en la actualidad
son la base doctrinal para la resolución de conflictos de
países en confrontación bélica, así
como para el intercambio humanitario de los rehenes tomados en
batalla.

Dados los resultados obtenidos en la Batalla de Ayacucho
y la importancia del armisticio, esto va despertar el imaginario
de Simón Bolívar, de quien creemos buscó a
través de las lecturas y de su conocimiento en las
más importantes gestas de la humanidad para compararlas,
lo cual le permitió que brotaran nuevamente algunas de sus
cualidades humanísticas resaltando su magnanimidad y lo
plasmó en elogios para el general Sucre de la siguiente
manera:

"Este tratado es digno del alma del general Sucre: la
benignidad, la clemencia, el genio de la beneficencia lo
dictaron: él será eterno como el más bello
monumento de la piedad aplicada en la guerra: el será
eterno como el nombre del vencedor de Ayacucho".

Y la vena humanista y poética del libertador va a
concebir en ese momento una obra escrita para resaltar y dar a
conocer la vida del Mariscal Sucre, la cual fue publicada en Lima
en 1825, la cual en su párrafo final describe al
cumanés de la siguiente manera:

"El General Sucre es el Padre de Ayacucho: es el
redentor de los hijos del sol; es el que ha roto las cadenas con
que envolvió Pizarro el imperio de los incas. La
posteridad representará a Sucre con un pie en el Pichincha
y el otro en el Potosí, llevando en sus manos la cuna de
Manco Capac y contemplando las cadenas del Perú rotas por
su espada".

Esa actuación magnánima de Simón
Bolívar la vamos a observar también en su
última proclama y en su testamento, en los cuales destaca
el desprendimiento y el perdón, y era lo natural del ser
que se está despidiendo de lo terrenal, está
consciente que su tránsito en su intenso trajinar dio lo
mejor por lograr sus postulados y ahora, esa obra debe perdurar
como testimonio de lo realizado, pero recuerda que a pesar de
tener detractores de su obra, también tuvo benefactores
que se desvivieron en elogios por lo inédito de lo
realizado y construido, como José Domingo Choquehaunca,
quien el 2 de agosto de 1825, a los pies de megalítico
Peñón de Pucará en el Alto Perú, le
dedicó en la visita realizada por El Libertador a esas
tierra, la siguiente Arenga:

"Quiso Dios de Salvajes hacer un imperio y creo a Manco
Capac; pecó su raza y mandó a Pizarro.
Después de tres siglos de expiación ha tenido
piedad de la América, y os ha enviado a vos. Sois, pues un
hombre de un designio providencial. Nada de lo hecho antes de vos
se parece a lo que habéis hecho, y para que alguno pueda
imitaros, será preciso que haya un mundo por libertar.
Habéis fundado tres repúblicas que en el inmenso
desarrollo a que están llamadas, elevarán vuestra
grandeza a donde ninguna ha llegado. Vuestra fama crecerá,
así como aumenta el tiempo con el transcurso de los
siglos, y así como crece la sombra cuando el sol
declina".

Esa obra grande va a encontrar caminos en el Olimpo de
la eternidad, tal como lo describe el General Rafael Urdaneta en
su condición de Presidente de La Gran Colombia, quien al
enterarse del deceso del héroe, va a emitir una proclama
en Bogotá el 9 de enero de 1831, anunciando a los pueblos
del mundo la desaparición el Sol de Colombia:

"Colombianos! Agobiado por el peso del dolor, me
esfuerzo, no obstante por cumplir con el más triste de mis
deberes como magistrado. Os anuncio que ha cesado de existir el
más ilustre entre todos los hijos de Colombia, El
Libertador, el fundador de tres repúblicas, el inmortal
Simón Bolívar. Después de haber agotado
hasta las últimas heces del cáliz de amargura que
le ofreció la suspicacia de algunos ciudadanos suyos, ha
pasado a la región de las almas, dejando un vacio inmenso
en Colombia, en América, y en el orbe
civilizado.

Colombianos! Las pasiones contemporáneas,
aún las más encarnizadas, deben darse ya por
satisfechas. Bolívar no pertenece de hoi más, sino
al dominio de la historia; y mientras ella le asigna en sus
páginas el prominente lugar que le han hecho acreedor sus
relevantes servicios a la causa de la humanidad, nosotros, los
que tenemos la desgracia de sobrevivirle, debemos reunirnos en
torno a su tumba helada, a llorar la pérdida que hemos
hecho, a meditar sobre la situación de Colombia, y
prestarle los auxilios que necesita la patria para
vivir".

De igual manera el Prefecto de Cartagena, Sr. Juan de
Francisco Martín, había emitido un parte
conmovedor, al anunciar la muerte del Libertador el 21 de
diciembre de 1830:

"Penetrado del más acerbo dolor, lleno hoy el
más triste deber: ¡El padre del patria ya no
existe…las calamidades públicas y la horrible
ingratitud de sus enemigos le han conducido al sepulcro el 17 del
corriente a la una de la tarde! (…) Ciudadanos: El
Libertador os ha consagrado hasta los últimos instantes de
su preciosa existencia. Oíd su voz y respetemos con santo
recogimiento, sus postreros deseos, estos deseos que deben ser
una ley sagrada para nosotros y desgraciados si llegamos a
violarla, la ruina nacional sería el más infalible
resultado, y Colombia terminaría su existencia con la de
su ilustre fundador.

Ciudadanos: El Libertador, al dejarnos para siempre, nos
encarga que nos unamos, que trabajemos todos por el bien
inestimable de la unión, y obedezcamos al actual gobierno
para liberarnos de la anarquía".

Y Alfonzo Rumazo González, en su biografía
de Simón Bolívar, nos narra lo
siguiente:

"Tres cañonazos, disparados desde la vieja
fortaleza del Morro de Santa Marta, anunciaron al espacio que el
genio había desaparecido.

A las ocho de la noche fue llevado el féretro a
Santa Marta y puesto en Velación. Dos días
más tarde, el cadáver del Libertador fue guardado
en una de las bóvedas del templo, de donde se trasladaron
a Caracas en 1842.

¿Después? El Libertador comenzó a
erguirse poco a poco, lentamente irrevocablemente en su gloriosa
tumba. Y le vieron las generaciones crecer, desorbitarse y
alumbrar su palabra desde una altura que domina todo el
hemisferio. Fue entonces cuando los hombres de América
empezaron a escucharle de veras y a poner en ejecución la
sabiduría de sus grandes normas, democracia, unidad
continental, fe en la paz. Bolívar continúa de
Libertador el Nuevo Mundo".

Así es, el genio y la figura de Simón
Bolívar da para todos; de su figura y legado han
pretendido algunos imitarlo y hay quienes han querido
posesionarse de él, sin importarle a cualquier
mandón de turno que esa propiedad sea espuria. Así
se han querido formar partidos políticos con su nombre y
gobiernos también, pero a pesar de eso no han podido
usurparlo del corazón del pueblo y por eso es que resuena
en los anales de los tiempos, como testimonio y doctrina para
seguir los parámetros democráticos de una
acción de gobierno en que impere como norte la equidad y
él altruismo, el siguiente testimonio citado en el
discurso del Congreso de Angostura:

"Para formar un gobierno estable se requiere la base de
un espíritu nacional, que tenga por objeto una
inclinación uniforme hacia dos puntos capitales, moderar
la voluntad general y limitar la autoridad pública: los
términos que fijan teóricamente estos dos puntos
son de una difícil asignación; pero se puede
concebir que la regla que debe dirigirlos es la
restricción, y la concentración recíproca a
fin de que haya la menos frotación posible entre la
voluntad y el poder legítimo. Esta ciencia se adquiere
insensiblemente por la práctica y por el estudio. El
progreso de las luces es el que ensancha el progreso de la
práctica, y la rectitud el espíritu es la que
ensancha el progreso de las luces".

Señoras y Señores.

Bibliografía
utilizada

Acosta Saignes, Miguel

Bolívar, Acción y Utopía del Hombre
de las Dificultades

Caracas, EBUCV, 1983.

Blanco Fombona

"Bolívar y a la Guerra a Muerte"

Caracas, Fondo Editorial Ipasme, Caracas,
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Ediciones de La presidencia de La República.
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Choquehuanca y la Contrarrevolución

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Ediciones de La Presidencia de La República,
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Visión y Revisión de
Bolívar

Monte Ávila Editores, Caracas, 1990.

Villanueva, Laureano

Sucre, Vida del Gran Mariscal

(Bicentenario del Nacimiento de Antonio José de
Sucre)

Reedición Homenaje de La Presidencia de La
República, Caracas 1995.

 

 

Autor:

Rubén Contreras

Historiador

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