Monografias.com > Computación > Programación
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Hacking: intervención política en la frontera electrónica




Enviado por Gustavo Roig


Partes: 1, 2

      

    ABSTRACT

    Esta ponencia se plantea como un viaje a través
    de los recursos
    literarios, políticos e ideológicos sobre los que
    se ha conformado la nueva generación de activistas
    políticos que, desde mediados de los 90, hacen de la
    tecnología
    un instrumento de intervención social. Sobre la base de
    estos recursos, del análisis de contenido del discurso y de
    su relación con otras redes sociales, se esboza
    una introducción al universo de
    activismo técnico-político (hacking) en el Estado
    español.

    Palabras clave:

    · ciberespacio

    · cultura

    · hacker

    · historia social de
    internet

    · movimientos sociales

    Sapiens sapiens:
    supervivencia,
    poder y
    cambio
    tecnológico

    Gaudemar. El orden y la producción

    ¿Dejará el cuerpo productivo la
    férula patronal para situarse bajo la del Estado?. O,
    por el contrario, ¿aprenderá a trabajar y a
    producir libremente? ¿a vivir, tras siglos de
    traumatizante disciplina,
    la indisciplina creadora?

    La tecnología atraviesa todos los planos de la
    vida. Media en la relación comunicativa del hombre con sus
    iguales, de ahí que lo técnico sea parte de
    lo social y lo político. Lo hace
    también en la relación del ser humano con su propio
    cuerpo mediante el
    conocimiento y el cuidado de sí mismo. [NOTA]1) De
    igual manera, la relación del hombre con el mundo
    físico es fundamentalmente tecnológica hasta el
    punto de que la antropología desarrolla el concepto mismo de
    cultura íntimamente relacionado con el de
    técnica: la sapientización de los
    prehomínidos se explica, en parte, por las ventajas
    adaptativas que experimentan los sapiens arcaicos al
    desarrollar tecnologías más eficientes de caza y
    recolección de alimentos

    [NOTA]2).

    La revolución
    más profunda en la historia y en la
    organización social de la humanidad, la
    revolución neolítica [NOTA]3), tiene una base
    eminentemente tecnológica. La agricultura,
    la domesticación (de no homínidos) o el dominio de la
    metalurgia
    permiten al hombre salir de su estadio de nomadismo salvaje para
    pasar, con todas sus consecuencias, al sedentarismo, la
    estratificación social y el desarrollo de
    la organización [técnica] del Estado.
    La guerra y la
    coerción política como tecnologías del poder
    y del dominio son la base de la civilización

    [NOTA]4). Así, es fácil entender que la
    aventura de la humanidad es la aventura de la cooperación
    (la base de lo social) y el mando político de la mano del
    conjunto de técnicas o
    disciplinas que doblegaron el medio físico (y el propio
    cuerpo) y permitieron la supervivencia, garantizando el
    orden
    y la disciplina social.

    La naturaleza
    social de lo técnico, entendida como estrategia de
    supervivencia del hombre frente al medio físico, se
    despliega a lo largo de la historia en los diversos modos de
    producción y propiedad
    sobre lo producido y sus materias primas. Se explica en la
    esclavitud
    cómo técnica de producción y dominio de los imperios
    hidráulicos [NOTA]5)de Mesopotamia,
    en Grecia y en
    Roma [NOTA]6). En
    la servidumbre feudal y tras la revolución
    industrial (esa revolución del vapor, del acero, de la
    química y
    la electricidad), en
    la alienación del proletario liberado de su
    condición de medio de producción privado (ya no es
    el siervo vinculado como una árbol o una mula a la tierra),
    reconvertido en trabajador social "libre": dispositivo vivo
    integrado en el complejo productivo de la cadena de montaje,
    componente humano de la máquina productiva
    contemporánea.

    Hoy, una vez que el proletariado ha sido expulsado como
    un cuerpo extraño de la cadena de montaje (condenado al
    paro y a la
    precariedad estructural) y el capitalismo se
    rearticula sobre la producción y gestión
    de información, dominio militar de recursos
    naturales y automatización informática de cada vez más espacios
    de la producción mercantil, cobra forma un nuevo
    territorio definido por la técnica y redimensionado por la
    naturaleza política de la vida humana. A la
    mutación (técnica) en la forma (económica)
    de producir, se solapa un proceso de
    redefinición de las condiciones de vida y de las
    concepciones que sobre el mundo han utilizado tradicionalmente
    los actores sociales contemporáneos: las clases
    (objetivas), los movimientos (la conciencia en
    acción), sus estructuras de
    intervención política (la voluntad de poder
    organizada en forma de partidos) y su imaginario, reaccionario, o
    insurgente. Un nuevo escenario, un nuevo sujeto, un nuevo
    conflicto se
    esboza en un contexto de producción y vida que nace sobre
    un paradigma
    tecnológico emergente que impone el desarrollo de las
    telecomunicaciones y la representación
    digital de lo real.

    El ciberespacio [NOTA]7): zona en la que se
    cruzan, digitalizados, los eventos y las
    relaciones sociales que fluyen desde todos los planos o campos de
    la realidad humana, de lo social. Un sitio inmaterial y
    real a un tiempo,
    ubicado entre miles de máquinas
    interconectadas, espacio de comunicación entre dispositivos más
    o menos automatizados, diseñados y administrados por
    personas, que es territorio de acción y por tanto de
    conflicto. En él se compra, se vota, se vende, se opina,
    se conspira, se pierde y se gana dinero, se
    investiga, se escribe, se lucha. Se generan códigos
    e identidades compartidas, se estructuran movimientos sociales y
    se traslada el conjunto de la actividad social, a la que dada la
    especificidad del medio, se le superpone un conjunto elementos
    característicos, novedosos o incluso novísimos, que
    lo convierten es un fascinante objeto de estudio en cada una de
    sus dimensiones. De la misma manera que la fábrica y la
    metrópoli escenificaron en los últimos doscientos
    años buena parte de la conflictividad social
    contemporánea, este nuevo territorio se configura como
    [un] nuevo escenario para la creación política, la
    organización y extensión de la protesta.
    ¿Sobre qué presupuestos?,
    ¿cómo?, ¿quienes?, ¿diciendo
    qué?. Sobre ello hablaremos en este
    artículo.

    La lecturas del
    hacker

    "Yo tengo una teoría similar que desarrollé
    cuando estaba en matemáticas: la anarquía es un
    límite matemático, en el que la variable es el
    individuo
    tendiendo a la solidaridad, y
    la ecuación o expresión matemática de la que queremos calcular el
    límite es la sociedad"
    [genis, en
    hackmeeting[arroba]listas.sindominio.net

    En 1983 William Gibson escribe su primera gran novela sobre la
    vida en las redes de ordenadores, la circuitería electrónica y los flujos de datos
    digitalizados que soportan la estructura de
    la civilización contemporánea. El Neuromante
    [NOTA]8), el clásico del ciberpunk y la generación
    de ciberactivistas que se crea en los noventa y es objeto de
    investigación de este trabajo.
    Cuando Gibson inventa la palabra ciberespacio [NOTA]9) lo
    hace con la intención de dar forma a la metáfora
    futurista del mundo moderno en el que la concentración del
    poder en las manos de unas pocas familias empresariales,
    sólo es posible sobre la base del dominio y desarrollo de
    las tecnología digitales de la
    comunicación y la automatización de la
    producción. Gibson acuña un nuevo término
    para dar salida a la crítica
    de la tecnología en manos de un puñado de grandes
    corporaciones empresariales que convierten al mundo en su dominio
    sobre un basural de chatarra mecánica y humana. En el universo
    desolado en el que las máquinas (sería mas correcto
    decir el software que las gobierna), consiguen unificarse
    en una inteligencia
    artificial global (Wintermute junto a Neuromante, la IA
    global) que lo controlará TODO, los protagonistas
    sobreviven individualmente y a duras penas en el negocio del
    crimen
    organizado y el tráfico de datos. El resquicio a
    través del cual es posible la vida autónoma lo
    proporciona la capacidad de supervivencia (basada en la inteligencia,
    la pericia técnica y el acceso ilegal a los datos
    corporativos) en un escenario de acelerada degradación
    psíquica y violencia
    generalizada. Ese es el escenario en el que el protagonista,
    Case, desempeña sus labores de vaquero de consola,
    operador que sobrevive desviando o robando
    información protegida tras el ICE, intrusión
    countermeasures electronics, el hielo que protege las
    estructuras de datos de grandes empresas o
    instituciones
    militares.

    Lo paradójico de la historia del término
    ciberespacio es que tiene un origen marcadamente
    literario, metafórico y crítico, no hace referencia
    a una realidad material, objetiva, histórica, sino
    que recurre a la construcción de un modelo de
    ficción
    sobre el que proyectar los rasgos
    fundamentales del mundo en que vivimos: el poder
    hegemónico de la economía capitalista,
    la depredación del medio ambiente
    y la progresiva dominación de la tecnología
    de la comunicación sobre todos los ámbitos de
    la producción y de la vida. El ciberespacio de
    Gibson es desolador y una advertencia acerca del rumbo que toman
    la cosas en el planeta en el último cuarto del siglo XX.
    Él mismo lo cuenta:

    " […] Supongo que el libro
    plantea esas preguntas, pero no las contesta. Yo no las puedo
    contestar […] pero, gente como ésta de Autodesk [y del
    Media Lab de MIT] que están construyendo el ciberespacio
    – me cuesta creerlo, y ya casi lo tienen -, simplemente no se
    enteran. Mi percepción de lo que estaba haciendo era
    intentar llegar a algún tipo de metáfora que
    expresara mi profunda ambivalencia respecto de los medios de
    comunicación en el siglo 20. Y tuve la
    satisfacción de conseguirlo en cierto modo, y entonces
    estos cerebritos llegan y dicen, "¡Demonios, esto es una
    buena idea! ¡Vamos a ponerlo a funcionar!" Pero, sabes,
    me deja pensando, "¿Qué es esto?". Esto es
    incluso más raro que tener a gente haciendo tesis sobre
    tu trabajo: tener a gente construyendo esta mierda demencial
    que tú has soñado, cuando estabas intentando
    hacer una cierta crítica de la sociedad industrial. Es
    una cosa bastante rara."

    [NOTA]10)

    La pregunta que habría que responder para
    despejar lo que de paradójico tiene el caso debería
    ser: ¿cómo pudo haberse convertido esta advertencia
    apocalíptica sobre los peligros de la recombinación
    entre poder y tecnología en una de las referencias
    literarias del activismo tecnológico de los 90?
    ¿como pudo construirse, técnica y culturalmente el
    ciberespacio en el imaginario hacker sobre la
    base de una anticipación tan descarnada de lo que puede
    ser el mundo sometido a una racionalidad tecnológica
    extrema?

    Habría que empezar aclarando que un vaquero en la
    obra de Gibson es un pirata (eminentemente solitario que coopera
    tácticamente con otros vaqueros o bandas organizadas de
    traficantes de datos) que practica el corso informativo al
    servicio de
    algún cliente al que en
    más de una ocasión, tarde o temprano, acaba
    traicionando. En el conjunto de pautas o premisas
    ideológicas sobre las que vive un vaquero como Case, el
    cuerpo es un lastre, un saco de carne sujeto a necesidades
    elementales, tales como el hambre, el deseo o el sueño,
    todas ellas prescindibles en la inmaterialidad de las relaciones
    sociales que se dan en la red. Conectada a la
    matriz

    mediante neurotransmisores o trodos, la mente se desprende
    del cuerpo y fluye por los múltiples escenarios y
    realidades que existen en el ciberespacio. Sus limites
    (los de la mente) se establecen en su propia capacidad de
    trabajo, en la inteligencia operativa del vaquero, en la
    capacidad de producir o aprovechar el producto del
    trabajo de otros operadores empeñados en saltar las
    barreras del hielo, superar las pruebas mas
    arriesgadas, llegar más lejos.

    "Case tenía veinticuatro años. A los
    veintidós, había sido vaquero, un cuatrero, uno
    de los mejores […] Operaba en un estado adrenalínico
    alto y casi permanente, un derivado de juventud y
    destreza, conectado a una consola de ciberespacio hecha por
    encargo […]. Ladrón, trabajaba para otros: ladrones
    más adinerados, patrones que proveían el
    exótico software
    requerido para atravesar los muros brillantes de los sistemas
    empresariales, abriendo ventanas hacia los ricos campos de la
    información"

    [NOTA]11)

    Un vaquero, pues, es un pirata individualista, un
    corsario que vive en el limite de la legalidad, en
    el borde frágil de la materialidad y por lo tanto en un
    espacio novedoso respecto a la realidad social. En ese espacio su
    cuerpo no le sirve:

    "Esto era lo que él era. Olvidó
    comer….] A veces se resistía a tener que dejar el
    tablero para utilizar el inodoro químico que
    habían instalado en un rincón de la buhardilla.
    […] Un laberinto multicolor de puntos electrónicos fue
    lo primero que vio al despertar. Iría directamente al
    tablero sin molestarse en vestirse, y se conectaría.
    Estaba entrando. estaba trabajando. Perdió la cuenta de
    los días"

    [NOTA]12)

    Como veremos más adelante, nuestro trabajo aborda
    el universo político de un tipo de activista que define su
    ámbito de acción en el cruce de planos entre
    determinadas redes sociales urbanas y telemáticas. Una
    concepción de lo tecnológico en relación a
    lo social desde dónde se definirá una
    praxis
    , se articulará un discurso y
    tomará cuerpo un proyecto político: el
    ciberactivismo, el hacking político social de la
    última década. Pero ¿que relación hay
    entre este nuevo modelo de
    militancia electrónica y el anti-héroe, vaquero
    delincuente, de Neuromante? Podríamos pensar que
    ninguna si nos limitáramos a extraer de la trama la
    figura del vaquero que si bien puede representar el tipo ideal de
    free-rider o bad boy de las redes
    telemáticas, poco tiene que compartir con el activista
    ideologizado, con un discurso y universo conceptual modelado en
    los espacios de producción identitaria de las redes
    sociales. Poco o nada en comúnsalvo el
    medio
    . Sobre la base de sus limitados
    conocimientos técnicos, Gibson intuye, imagina e inventa
    un nuevo escenario para la vida, un nuevo medio que comunica a
    las máquinas y junto con ellas a las personas. Una
    dimensión inmaterial de la relación social en la
    que es perfectamente posible ser algo y sobre todo ser
    alguien
    , disponer de una identidad, y
    experimentar sensaciones reales. El ciberespacio de Gibson
    es un terreno de lucha y conflicto entre sujetos sociales que
    articulan relaciones de mando, dominio y poder como
    proyección de las que existen ya en el mundo material, que
    instituyen incluso nuevas (por virtuales) formas de
    relación y control social;
    por lo tanto, espacio óptimo para las resistencias,
    para la guerrilla informacional, la reapropiación
    tecnológica como estrategia de liberación y la
    superación del paradigma mercantilista sobre la
    producción de conocimiento
    [NOTA]13). En este medio y en este plano del imaginario ciberpunk
    cristaliza la corriente de activismo político
    tecnológico que nace en los primeros grupos de
    hackers
    [NOTA]14) del MIT [NOTA]15) y se despliega con su potencia
    máxima en el fenómenos del software libre
    [NOTA]16)y las prácticas tecnicopolíticas de los
    últimos años. El vínculo entre el escenario
    originario y las prácticas actuales lo percibe con
    claridad alguno del los activistas más destacados del
    hacking sevillano para el que Gibson es referencia
    obligada:

    "Mientras la mayor parte de la población vive una existencia bastante
    previsible entre los concursos de la tv, el trabajo
    burocrático, el consumo
    estandarizado y el turismo de masas, los
    zapatistas desde un rincón de la selva centroamericana
    proponen una interpretación de los procesos
    globales radicalmente nueva; dos hackers en un
    garaje de California diseñan el primer ordendor personal; un
    grupo de
    investigadores y comerciantes diseñan desde Seattle las
    herramientas
    para habitar el ciberespacio que usarán el 95% de los
    internautas; una banda de hackers y activistas que se
    encuentran en Evian producen un agenciamiento de
    tecnologías con el potencial de revolucionar el uso y la
    apropiación de las imágenes; otra banda de mediactivistas
    construye un puente virtual para unir a la multitud a ambos
    lados del Estrecho de Gibraltar… Este mundo y este orden de
    deseos es el que recrea la ficción de
    Gibson."

    [NOTA]17)

    La disutopia de Gibson alcanza y sostiene el imaginario
    de la acción colectiva. Pero el salto entre el
    ciberespacio que anticipa el Neuromante y las redes
    sociales de activismo tecnicopolítico de finales de los 90
    no se da sobre el vacío. Hakim Bey [NOTA]18), visionario,
    poeta y militante de la cultura y la
    política underground en los 80-90, hace de puente e
    imprime al activismo la impronta libertaria y un alambicado
    imaginario poético y político, liberando el
    concepto de ciberespacio de su base estrictamente
    literaria y sus reminiscencias cibepunks para colocarlo en el
    plano del análisis y las estrategias del
    conflicto político. A partir de Bey, analizar el
    ciberespacio y las prácticas posibles es hablar, de
    alguna manera, de teoría política, de programa
    político.

    Bey redefine el espacio de actuación, lo delimita
    y lo reduce a una dimensión fundamentalmente
    política: transforma la percepción del
    ciberespacio como una definición genérica de
    un nuevo mundo para la interacción social (el plano de Gibson), y
    lo eleva a la categoría de territorio para la fuga
    conspirativa, para la liberación de zonas ocultas e
    intangibles al poder del Estado, móviles,
    nómadas y especialmente bien pensadas para la
    experimentación colectiva de utopías presentes,
    "aquí y ahora". Es la base de su teoría sobre la
    TAZ o Zona Temporalmente Autónomas [NOTA]19). Las
    utopías piratas son las primeras referencias
    históricas que de las que disponemos para imaginarnos una
    TAZ:

    "Los contrabandistas y corsarios del siglo XVIII
    crearon una red de
    información que abarcaba el mundo entero: primitiva y
    entregada fundamentalmente a siniestros menesteres, la red
    funcionaba en todo caso de manera portentosa. Diseminadas a lo
    ancho de la red había islas, remotos escondites donde
    las naves podían ser aprovisionadas de agua y
    víveres o usadas como botín a cambio de lujos y
    necesidades. Algunas de estas islas sostenían
    'comunidades liberadas', completas sociedades
    en miniatura viviendo conscientemente al margen de la ley con la
    determinación de mantenerse, aunque sólo fuera
    por una corta pero venturosa vida"

    [NOTA]20)

    La "piratería informática", si pensamos
    en ella como en las múltiples experiencias de resistencia
    política y contra-cultural que hay en Internet, también se
    puede entender como una red y archipiélago de islas
    interconectadas, conjunto de "zonas liberadas". Para Bey, la
    tecnología de los 90 hacía posible el dominio
    total
    de manera que pensar en zonas del mapa fuera de control
    implicaba moverte en el plano de las utopías
    inalcanzables. "Hay que construir nuevos mapas" sobre
    el desarrollo de un nuevo tipo de tecnología liberadora
    con la que es posible la desaparición y la
    autonomía respecto del Estado. "¿Debemos
    quizá esperar a que el mundo entero haya sido liberado de
    todo control político antes de que incluso uno de nosotros
    pueda afirmar conocer la libertad?"
    [NOTA]21).21 La historia cuenta con la experiencia de "enclaves
    libres" y utopías que no sólo han sido posibles:
    son posibles, de hecho existen y nos permiten hablar de libertad
    aquí y ahora, sin nostalgias ni metarrelatos sobre el
    progreso (Marx) y su
    sistemático empeño por desplazar las utopías
    liberadoras siempre hacia adelante.

    Así, la TAZ es una línea de fuga, un plano
    diferente al de la la confrontación revolucionaria a vida
    o muerte. "La
    TAZ es una forma de sublevación que no atenta directamente
    contra el Estado, una operación de guerrilla que libera un
    área (de tierra, de
    tiempo, de la imaginación) y se disuelve para
    reconfigurarse en otro sitio/otro momento, antes de que el Estado
    pueda aplastarla"

    [NOTA]22).22 Es "la mejor de las tácticas
    posibles" en un momento de omnipresencia física,
    política y técnica del Estado, al que la TAZ puede
    habitar en sus fisuras, en sus grietas o en sus propias redes de
    datos. La TAZ "golpea y se defiende" rehuyendo del enfrentamiento
    directo, la violencia; se hace inalcanzable en la invisibilidad y
    el movimiento
    continuo. De ahí que en la TAZ se pueda representar un
    mapa de escala 1:1 fuera
    del mapa del imperio, fuera del mapa real. Es decir, sólo
    la TAZ puede inventarse otra realidad fuera de la que ya
    está definida por el mapa del poder y en la que no hay
    territorio sin dominar. Se trataría de encontrar espacios
    geográficos, sociales, culturales o imaginarios y se trata
    también de encontrar tiempos en los que este nuevo
    espacio se haga proyecto de vida,
    en el olvido del Estado y de los cartógrafos de la
    realidad:

    "Estos nómadas orientan su curso bajo estrellas
    extrañas, quizás luminosos racimos de datos en el
    ciberespacio, o quizás alucinaciones. Extiende un mapa
    del terreno; coloca sobre éste un mapa del cambio
    político; sobre este un mapa de la red, especialmente de
    la contra-red con su énfasis en logística y el flujo de
    información clandestina; y finalmente, encima de todo,
    el mapa 1:1 de la imaginación creadora, de la estética, de los valores.
    La trama resultante cobra vida, animada por remolinos y brotes
    de energía, coágulos de luz,
    túneles secretos, sorpresas"

    [NOTA]23)

    Dentro de la red del comercio y el
    ejército hay zonas de acceso público y otras de
    acceso restringido. En ese espacio público se ha creado
    una contra-red de usos clandestinos e ilegales, de
    rebeldía y piratería. La contra-red se
    levanta sobre una trama o estructura horizontal, no
    jerárquica y orientada al intercambio de datos. La TAZ
    puede ubicarse también en la trama y existir tanto
    en el mundo real como en el virtual. Para Bey, la capacidad de
    "comprimir tiempo y espacio" de los medios
    digitales y las redes telemáticas puede proporcionar a la
    TAZ algún "sustituto" del tiempo y espacio al que renuncia
    en el mundo material y en el que es posible una nueva vida
    invisible para el Estado. La trama suministra la
    épica a la TAZ, es su fuente de mitopoiesis:
    almacena información secreta y clave, sus leyendas, su
    ideario y sus sueños. La contra-red es imposible de
    cerrar, controlar o congelar [NOTA]24).

    Entre el mundo apocalíptico del
    ciberespacio de Gibson, dominado por la violencia y el
    control total que consigue la fusión de
    las inteligencias artificiales, las excitantes utopías
    autónomas de Hakim Bey representan un salto hacia
    adelante. La TAZ es una redimensión de lo adelantado por
    Gibson y una humanización, por politizada, del concepto.
    En Bey el ciberepacio se recupera para la vida en tanto
    que proyecto colectivo, libre e independiente del poder. De la
    misma manera que cuando el mapa del globo aún no
    había sido cerrado, Hakim Bey ve en 1990 que la redes
    telemáticas abren una nueva dimensión espacial para
    el hombre en
    las que es perfectamente aceptable trasladarnos con los elementos
    que necesitamos para emprender proyectos en
    nuestra vida material: la identidad, la voluntad, el
    espíritu de comunidad y la
    necesidad de autonomía y libertad. Con independencia
    de cuánto pueda haber aportado el trabajo de Bey a la
    teoría política

    [NOTA]25), nos interesa como fuente, como texto de
    referencia y dinamizador de buena parte del activismo
    telemático. Y lo hace por cuanto que Bey aporta a lo que
    comienza a configurarse como comunidades de hackers
    activistas
    en algunos espacios de la Red, la reflexión
    política (la naturaleza del poder y la necesidad de
    liberación) que descongela la fascinación "neutra"
    por la tecnología y la ficción ciberpunk que le da
    salida por vía literaria [NOTA]26).

    3. Tecnología: dominio
    o liberación?

    Bajo el gobierno de una
    totalidad represiva, la libertad se puede convertir en un
    poderoso instrumento de dominación.
    Marcuse.El hombre unidimensional

    La racionalidad científica permite la captura de
    la realidad objetiva recurriendo a operaciones
    intelectuales
    que la representan mediante algoritmos
    matemáticos, mediante construcciones mentales que hoy en
    día se encuentran bajo el dominio de la lógica
    binaria y la representación digital. Lo real es ahora una
    mera representación o mediación entre el sujeto y
    sus construcciones (mentales) lógico-matemáticas;
    se evapora del mundo objetivo, de
    desmasterializa en complejas fórmulas y conceptos que
    hacen pertinente afirmar que "la realidad científica
    parece ser una realidad ideacional" [NOTA]27). Se entiende pues
    que la lógica científica colocada en la base de la
    relación del hombre y la naturaleza permite una recreación
    imaginaria de lo real: la realidad ya no sólo es
    manipulable técnicamente en su materialidad, sino, sobre
    todo, definida en un proceso social de comunicación en
    tanto que dato procesado: hoy lo real es
    información
    .

    Si estiramos hasta el límite esta
    conclusión (crítica) de Marcuse y la solapamos con
    la reivindicación de la interacción comunicativa de
    Habermas [NOTA]28), en un contexto en el que el desarrollo
    científico técnico ha desbordado su
    condición de capital
    productivo y se desplaza al ámbito de relación
    social práctica (acción política) y
    comunicación de masas, quizá podamos reconstruir
    una crítica a la racionalidad
    técnico-científica en la que liberemos un espacio
    para el desarrollo de esa otra premisa que adelantaba Marcuse y
    la Escuela de
    Frankfurt: la que define a la tecnología como un elemento
    integrado en una lógica de dominio, al mismo tiempo que se
    ofrece como condición de posibilidad de toda estrategia de
    liberación [NOTA]29). Situemos el trabajo de ambos en los
    años sesenta y la necesidad de remozar el marco conceptual
    de análisis del modo de producción. Efectivamente
    las tecnologías productivistas difícilmente
    podrían ser percibidas como algo más que un
    mecanismo de integración física del hombre a la
    cadena de montaje y la producción masiva de
    mercancías. Cuarenta años después el
    despliegue técnico y el diseño
    productivo se han desarticulado (o rearticulado) en un proceso de
    descentralización fabril, de
    mecanización y automatización que, como resultado
    final, ha expulsado al hombre de la cadena de montaje y de buena
    parte del proceso productivo [NOTA]30). La fuerza humana
    entendida como presencia física en el proceso productivo
    se sustituye por inteligencia digitalizada, por procesos de
    dirección y administración de sistemas y por "nuevas"
    relaciones de producción que podrían entenderse
    como neo-decimonónicas y que van desde la
    precariedad del trabajo en las metrópolis occidentales a
    la esclavitud en la periferia de la opulencia desarrollada. Los
    microchips de los robots de la Renault pueden perfectamente ser
    manipulados por niños
    esclavos en Nueva Dheli y las mascarillas antiestáticas de
    los ingenieros de hardware en Silicon Valley
    pueden ser cosidas a mano por mujeres de las maquilas de México.
    Ese desequilibrio y desarrollo desigual (esa combinación
    de tecnología de última generación y trabajo
    manufacturado) es la base de la coherencia y estabilidad del
    capitalismo del siglo XXI. El desarrollo técnico
    científico de los últimos quince años ha
    centrado su ámbito de dominio preferente en las
    tecnologías de la comunicación para dar salida, por
    un parte, a las imposiciones funcionales y operativas de la
    producción mercantil, del complejo militar-industrial, y a
    la necesidad de nuevo espacio de socialización para el consumo y la
    asimilación política. Así, la
    comunicación pasa a integrarse en el dispositivo
    ideológico de control social en la misma medida que se
    convierte de inmediato en el terreno propicio para la resistencia
    al poder, para la lucha y el desarrollo de dispositivos
    ideológicos movilizados en clave de liberación
    .
    Mientras que la maquinaria automatizada y organizada en cadena de
    montaje, en la que se devora al hombre y su mundo como un
    elemento productivo más, es irrecuperable para la
    revolución y sólo se representa en el imaginario
    insurgente como herramienta de explotación a la que se
    debe atacar hasta desmontarla [NOTA]31)(aun a costa de romper con
    las premisas productivistas del progresismo marxista del XIX), la
    técnica digital comunicativa se despega de la materialidad
    de la producción y se hace accesible, autónoma y
    recuperable para la organización de la protesta, para la
    liberación subversiva. ¿Podría ser este un
    punto de partida para una redimensión política del
    potencial disrruptivo de la tecnología aplicada a la
    comunicación? La práctica del hacking (mucho
    más claramente que su discurso) aporta algo en esta
    dirección.

    4. La práctica del
    hacking: Metabolik BioHacklab de Bilbao
    [NOTA]32)

    "Yo creo que casi todo hacker de dentro del
    movimiento de hacklabs es multimilitante"
    Zert en
    #Metabolik

    Hoy en día existen varios hacklabs, o
    laboratorios de experimentación técnica y social
    que nacen de esta nueva cultura hacktivista y la
    consolidan como movimiento social articulado dentro y fuera de la
    red. Se reúnen físicamente fuera de Internet con la
    intención de trabajar en proyectos relacionados con el
    software
    libre, ciberderechos, privacidad, criptografía, redes wireles

    [NOTA]33)33en barrios o ciudades; fuera de su territorio
    convencional (la Red, que sigue siendo un espacio para la
    coordinación), bajando a tierra en
    contacto directo con las redes sociales.

    [NOTA]34)La mayoría utiliza, nace o se inserta en
    Centros Sociales Okupados como fue el caso de Kernel Panic de
    Barcelona, que se reunía en el Centro Social Les Naus.
    Enseñar, aprender, montar redes, compartir conocimiento y
    sobre todo difundir una imagen del
    hacking como cultura de la información libre.
    [NOTA]35)En el Gaztetxe de Udondo (Leioa), en Bilbao, se
    reúne como un grupo de trabajo del Centro Social, el
    Metabolik Bio Hacklab. Nace en el Hackmeeting [NOTA]36)de
    septiembre del 2001 y en su primer año despliega actividad
    en diversos frentes. Se presenta a través de un
    manifiesto rizomático [NOTA]37), en conexión
    evidente con la vanguardia
    posmoderna que nace años antes en algunos sectores del
    movimiento de okupación de Madrid y
    Barcelona, empeñados en la asimilación colectiva de
    algunos textos de Delueze y Guattari como base sobre la que
    superar el "estrecho horizonte de la vieja izquierda" y poder dar
    forma a un nuevo discurso alejado de las "representaciones
    binarias" de lo social [NOTA]38):

    "Me gusta ser libre, expandir mi código, compartirlo, difundirlo,
    copiarlo, enlazarme con otras páginas, otros proyectos,
    otros seres… disfruto al experimentar con diversos lenguajes
    y protocolos,
    aprender y ser aprendido, participar de los procesos
    tecnológicos y humanos que me constituyen, interactuar
    con mis entornos a través de mis diversos cuerpos para
    defender la autoorganización y la autonomía que
    me da la vida. Por eso uno de mis fundamentos
    autocatalíticos primarios (quizás es el
    más importante) es el [software libre], [generarlo],
    usarlo, difundirlo y disfrutarlo me permite compartir
    técnicas y materiales,
    conocimientos y prácticas, y crear así una fuente
    común de recursos colectivos, colaborar con una red
    autoorganizativa de conocimientos abiertos, libres y
    reutilizables que me alimentan, mientras alimentan a
    otras."

    [NOTA]39)

    El colectivo se suma en breve a las campañas
    contra la LSSI ("No queremos vivir así"

    [NOTA]40)), a la Campaña SOS Privacidad ("STOP
    1984"

    [NOTA]41)), a la difusión del software libre
    ("Nosotros hablamos de Software Libre"

    [NOTA]42))y a la campaña contra de las patentes de
    software de Proinnova ("No a las patentes de software"
    [NOTA]43)). Pone en marcha talleres sobre la LSSI, programación en Perl, PHP

    [NOTA]44),44 introducción al software libre,
    electrónica e introducción a GNU/Linux. En marzo
    del 2003 organiza unas Jornadas sobre wireless y
    redes ciudadanas libres junto a BilboWireless y MadridWireless
    [NOTA]45).

    En febrero del mismo año el colectivo decide dar
    respuesta desde una posición de crítica social a la
    tecnología y su modelo dominante, el modelo de la
    globalización capitalista, mercado y de las
    corporaciones transnacionales. La ocasión se la brinda el
    Congreso Internacional sobre la Sociedad de la Información
    IT4ALL que se celebra en Bilbao del 5 al 7 de febrero

    [NOTA]46). Promovido por el Gobierno Vasco en el marco
    de programas
    europeos, cuenta con el apoyo y la participación de la
    SGAE, la CNN, el BBVA, Petronor, Grupo ITP, Hewlet Packard y
    Microsoft.
    [NOTA]47). Un contramodelo que se levanta sobre claras
    dinámicas mercantiles y militaristas relacionadas con el
    cambio tecnológico, un contramodelo para la visión
    cooperativa,
    social y anticapitalista de los hacktivistas de Leioa. Frente a
    estos "señores del aire" los
    hackers recurren a la agitación, la denuncia y la
    acción directa, repertorio de acción compartido con
    otros movimientos. Su manifiesto denuncia:

    "La brecha digital la construyen día a
    día quienes patentan tecnologías de la
    comunicación, quienes monopolizan el software, quienes
    no respetan lo estándares consensuados, quienes exigen
    continuamente la renovación de máquinas
    útiles, quienes hacen de la tecnología un
    instrumento para la guerra, quienes comercializan con el saber,
    quienes esclavizan a sus clientes,
    quienes privatizan longitudes de onda, quienes prohíben
    compartir información, quienes crean leyes que
    favorecen los monopolios, quienes invierten en una educación hacia productos
    tecnológicos esclavizantes. Y, por supuesto, la brecha
    digital es la brecha del pan, la brecha de la pobreza. Una
    sociedad más tecnologizada con la tecnología de
    los señores del aire (cerrada, esclavizante, secreta, de
    mala calidad…),
    una sociedad informada por los señores del aire, una
    sociedad educada para consumir sus productos, no es una
    sociedad ni más avanzada, ni más informada, ni
    más comunicada, ni más libre."

    [NOTA]48)

    Esta carta se hace
    pública como parte de la campaña Money4them
    [NOTA]49) que incluye acceso a los media convencionales
    [NOTA]50), a los media independientes

    [NOTA]51) y acciones de
    calle frente al Palacio de Congresos [NOTA]52)reclamando otro
    modelo de comunicación posible basado en la
    creación de redes ciudadanas independientes, la
    difusión de herramientas basadas en software libre, la
    expansión de los hacklabs como centros de
    experimentación de base, el desarrollo de medias
    independientes y servidores de
    Internet organizados desde la autogestión de los recursos
    técnicos. [NOTA]53).

    Iniciativas dentro del mismo movimiento encontramos
    también en Bilbao en el hacklab de Sorgintxulo (CSOA de
    Santutxu), en Madrid, en pleno centro de la capital se
    reúne el Wau Holland 2001 [NOTA]54), el Pilab en el Barrio
    de Pilar [NOTA]55) y el Vallekas Hacklab [NOTA]56)que funciona
    como un grupo de trabajo dentro del Centro Social Okupado Seco
    [NOTA]57).En Zaragoza el Downgrade Hacklab [NOTA]58) se
    reúne en el Centro Social Autogestionado La Trama, en
    Santiago nació como un grupo de trabajo dentro de la Casa
    Encantada [NOTA]59) (Centro Social Okupado) ya desalojada y en
    Alicante se llama La CucaAlbina [NOTA]60)60 y se reúne en
    el Centro Autónomo Autogestionado El CAU

    [NOTA]61). Por fin, en Pamplona, el Hackresi [NOTA]62)
    nace en el Gaztexe del Casco Viejo [NOTA]63), y en Sevilla
    [NOTA]64), en fase inicial se organiza en torno a La Casa
    de la Paz [NOTA]65)

    Partes: 1, 2

    Página siguiente 

    Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

    Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

    Categorias
    Newsletter