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Porto Alegre: La insurrección armoniosa


    Original

    Datos a partir del 03.03.2004. Artículo en el
    OCS desde el 17/02/2005

    Después de 20 horas de vuelo desde Bogotá
    llegamos a Porto Alegre. Traíamos en la memoria
    imágenes de los foros anteriores y
    sabíamos que íbamos a entrar en lo que
    podría llamarse una gran revolución
    ciudadana. Armoniosa y pacifista. Un rescate de valores
    perdidos en medio de la publicidad y de
    la idea de un solo mundo, de un solo mercado, de una
    sola forma de vida.

    En el aeropuerto se vio desde la llegada que el Foro era un inmenso espacio
    intergeneracional, plural y diverso. Jóvenes y no tan
    jóvenes, mujeres, negros, indios, de todas las
    nacionalidades y de todos las tendencias iban y venían
    buscando información. Ropa de todo tipo, un arcoiris
    de colores
    cubría el vertiginoso cuerpo de esa serpiente humana que
    desfilaría durante siete días bajo el fuerte sol
    del verano de la ciudad. Una gran serpiente polifónica,
    policromática y alegre que con sus millares de pies camina
    buscando ese otro mundo en donde la libertad y la
    justicia
    ocupen el lugar que les ha sido negado. Todos en sus rostros
    expresaban el deseo intenso de hallar ese otro mundo
    posible.

    Ana Delia y Delfina sintieron que las cosas eran
    distintas a lo que habíamos imaginado y cuando hablamos
    sobre nuestra primera impresión coincidimos casi en todo.
    La amabilidad de la gente, la
    organización y el clima eran
    inmejorables. Los brasileños no podrían ser
    superados como anfitriones y la alegría parecía
    mostrar que acababan de ganar el campeonato mundial de
    fútbol o que el carnaval de Río fuese a
    empezar.

    No teníamos alojamiento y aunque nuestra
    disposición era la de instalar una carpa, el cansancio nos
    empujó a preguntar por un hotel. Fuimos al puesto de información
    y ellas miraron o admiraron casi lelas la belleza de un chico
    brasileño que era mitad negro, mitad blanco, mitad europeo
    mitad americano y en el que parecían haberse fusionado de
    manera exitosa todas las razas y todas las alegrías del
    mestizaje. Ellas, como dije, fueron encandiladas por tal
    aparición y casi sin esfuerzo le entendieron el
    portugués americano que yo apenas saboreé en su
    entonación.

    Solo había una opción en el centro de la
    ciudad, un cuarto para tres cuya reserva había sido
    cancelada. El hotel tenía por nombre Hollywood y quedaba
    en la calle Pinto Bandeira.

    En principio no teníamos muy claro de qué
    tamaño era la ciudad pero partimos de una idea equivocada
    al pensar que una ciudad en donde se había establecido el
    presupuesto
    participativo debía ser pequeña, así que
    entramos en ella creyendo que no llegaría a las quinientos
    mil habitantes y pensamos de forma equivocada que podría
    ser como Ibagué capital de
    departamento del Tolima en Colombia. La
    sorpresa por nuestra equivocación iría aumentando
    con los días, no solo con relación al tamaño
    de la ciudas, también con el estilo y el nivel de
    vida.

    Hollywood debía haber sido en una época
    lejana un buen hotel. Ya no le era. La recepción mostraba
    que sus propietarios estaban poco preocupados por la imagen y las
    alfombras raídas anunciaban un sitio difícil. Una
    copia deteriorada de la famosa foto de Marilyn en la que se le
    levanta el vestido, la foto que hizo que muchos nos enamoramos de
    la diva, colgaba envejecida en la pared principal del primer
    piso. Supimos que no era un buen hotel pero sin decirnos nada
    asumimos que aun siendo el peor era nuestro hotel, el
    único al que podríamos llegar. No nos
    importó mucho la calidad del
    lugar, lo que habíamos visto desde que aterrizamos
    anunciaba que en el íbamos a estar muy poco tiempo.

    Dejamos las maletas y en segundos estuvimos en la calle
    y como suele suceder apareció el turista alelado que
    llevamos dentro. No sabíamos para donde coger. Caminamos
    un rato largo, bajamos por la calle Pinto Bandeira hasta
    desembocar en la Rua da Praia en donde empezamos a hacer parte de
    la inmensa serpiente de colores. Estaba claro, que si otro mundo
    era posible, este estaba lleno de alegría y aquella
    sensación de asistir a un evento de académicos
    tratando de cambiar el mundo solo con los discursos
    desapareció y por el contrario la bandera de infinitos
    colores que se vería desde algún satélite
    espía era muestra
    fehaciente de que si otro mundo es posible el camino era una
    revolución también distinta, desarmada pero no
    ilusa, utópica pero no ingenua. Una hermosa
    insurrección armoniosa.

    Hay que entender que estando en Portoalegre el
    foro no es solo la oposición a Davos, es además una
    alternativa que intentará ser cooptada e integrada de la
    misma forma en que lo fue toda aquella maravillosa avalancha de
    movimientos culturales de los años sesenta con sus
    conciertos, manifestación y radicalismo pacifistas. Las
    miré y les comenté: la historia no se puede repetir
    ¿cual historia?, preguntó Delfina sin saber en que
    había estado
    pensando, le dije: la de los sesenta… ¡ni puel
    putas! dijo y su seguridad me hizo
    creer que podría tener razón, aunque al mismo
    tiempo me preguntó que si yo pensaba que allí
    habría espías de la CIA y cuando dije que claro,
    que ellos siempre estaban en las mejores fiestas para
    dañarlas, sentí una catarata de dudas sobre el
    éxito
    que habían tenido en ese entonces. La presencia
    norteamericana en nuestro continente fue siempre una presencia
    con objetivos
    claros: controlar cualquier tipo de desviación: la de los
    movimientos culturales de los sesenta y la de los movimientos
    revolucionarios.

    En el caso de Portolagre y el Foro Social, el enemigo
    mas eficaz es la comercialización de las ideas, de las
    imágenes y de la organización pero también la
    incredulidad de aquellos que por no hacer parte de la colorida
    serpiente despliegan todo tipo de críticas y aun
    compartiendo muchos de los ideales, por no haber ido a la fiesta,
    piensan que la fiesta estuvo mala. Bien, la mente iba y
    venía al ritmo de la samba que sonaba en pequeño
    café y
    creo que si Ana Delia no me tira del brazo habría llegado
    de la mano de mis anhelos al mayo del sesenta y ocho, a la
    revuelta de Berkeley, al concierto de Woodstock o mas allá
    a la marcha de Gandhi pidiendo la independencia
    de la India, a las
    canciones de Dylan o toda aquella trova de lo se llamo
    canción protesta o canción social.

    Buscamos con impaciencia y casi ansiedad el puesto de
    inscripciones. Nos indicaron que estaba en la Usina do Gasómetro.
    Llegamos al sitio y la serpiente se convirtió en una
    mancha grande en búsqueda de la programación. Eran las siete de la tarde y
    nos sentamos en el piso a mirar cual podría ser una
    posible estrategia para
    aprovechar al máximo el foro. La programación eran
    tres extensos periódicos que me obligaron a pensar que en
    Brasil, esta
    tendría que ser la programación mais grande do
    mundo.

    Ese Brasil en el que todo cabe estaba reflejado en la
    lista innumerable de eventos, de
    conferencias, de reuniones, de exposiciones, nos abrumó y
    decidimos salir para el concierto. Teníamos en mente a
    Manu Chau. Llegamos al auditorio a las nueve y treinta. Banderas
    de muchas partes ondeaban entre el público y a lo lejos un
    gran bandera de Colombia me hizo pensar en el patriotismo
    desgastado por el gobierno de
    Uribe. Escuchábamos a los lejos Lamento Boliviano en una
    versión de un grupo que
    nunca supimos cual era. Les dije que vendría Gilberto Gil,
    que eso habían dicho entre el público y el rumor me
    confirmó que tendríamos suerte en este Foro. Ver y
    escuchar a Gilberto Gil era algo que siempre había
    deseado. Hacía parte de la estirpe de grandes compositores
    y cantantes brasileños de los años sesenta, era uno
    de los mas ricos compositores y letrista del grupo que
    metió en el corazón
    del mundo el bossa nova, la samba. Saltaron a mi mente: Caetano,
    por supuesto, Jobin, Baden, Gilberto, Joao y Astrud, Torcuato,
    Maria Bethania, Touquinho, también Sergio Mendes y Roberto
    Carlos que hicieron parte de la música pop de brasil
    y que escuchamos por largos periodos en Colombia y América
    Latina.

    La voz de Gil y la letra de Capinan invadieron el
    escenario y los corazones:

    Soy loco por ti América,
    Yo voy a traer una mujer
    playera,
    Que su nombre sea Marta, que su nombre sea Marta,
    Soy loco por ti de amores,
    Tenga como colores la espuma blanca de Latinoamérica,

    La noche se lleno de aplausos y chiflidos y la
    emoción creció infinita en mi corazón, no lo
    podía creer, allí estaba Gil cantando lo que
    imagine podría ser el himno del foro.

    Y el cielo como bandera,
    Y el cielo como bandera
    Soy loco por ti, América
    Soy loco por ti, de amores

    La canción era perfecta para el lugar y la
    sensación me emborrachaba de recuerdos y deseos. Gil era
    una de esas paradas camino a la utopía. La música
    tenia que ser una vez mas el arma para desarmar a los violentos.
    Hacia esfuerzos por distanciarme de los sesenta pero no
    podía. El olor a macoña me hacia volver, la
    indumentaria alegre de hombres y mujeres de todas las edades
    también y el sentido final que yo le daba a la
    canción de Capinan me hicieron empecinarme en la idea de
    que esta insurrección armoniosa estaba conectada con
    aquella por la música y los ideales.

    Estou aquí de passagem
    Sei que adiante um dia vou morrer
    De susto, de bala ou vicio
    De susto de bala ou vicio
    Num precipicio de luzes
    Entre saudades, solucos, eu vou morrer de brucos,
    Nos bracos, nos olhos
    Nos brasos de uma mulher
    Nos brasos de uma mulher

    Cantó durante unas dos horas mientras yo
    seguía los recuerdos y las analogías de una
    época con otra al ritmo de canciones como Aquele Abraso, A
    paz y en un homenaje extenso canto a Bob Marley, No woman no cry,
    Could you be loved y también otro pacifista fue recordado
    cuando entonó Imagine de Lennon. No había lugar a
    la equivocación: el ambiente fue
    sesentero y mientras bajaba del sitio al que subí para
    poder ver,
    pensé con cierto optimismo nostálgico que no hubo
    derrota, solo aplazamiento y que en manos de todos los que
    provocaron este Foro había una responsabilidad de proporciones inconmensurables:
    No podría haber otra decepción, la humanidad no
    aguantaría otra postergación.

    El cansancio nos derrotó y apenas terminó
    Gil salimos sin esperar a Manu Chau, que según supimos el
    día siguiente, se había presentado a las tres de la
    mañana. De todas maneras no habríamos resistido y
    no tenia sentido lamentarnos.

    A la mañana siguiente nos levantamos a las siete
    y salimos del hotel a desayunar. Tomamos un taxi y llegamos al
    sitio de foro. Revisamos el extenso programa y fue
    difícil elegir: todos los temas sociales,
    políticos, culturales y económicos hacían
    parte de él y mucha gente famosa hacia parte de paneles y
    conferencias: estaba Eduardo Galeano, Saramago, Pérez
    Esquivel, Ramonet, Castells. También todas las organizaciones no
    gubernamentales de carácter progresista hacían
    presencia, Amnistia Internacional, Oxfam, Human Rights Watch,
    Greenpeace, la Asamblea Mundial Antiguerra, Movemento Sem-Terra,
    Attac, muchas organizaciones de América Latina y del
    Brasil hacían que este espacio fuese un bello reino de la
    diversidad y la pluralidad.

    Era tan amplia la oferta que
    decidimos iniciar la filmación de un documental
    experimental y que una de las mejores maneras de entender el foro
    era hablar con la gente, preguntar en las calles, ir de arriba
    abajo en búsqueda del sentido de toda la esperanza y de la
    fuerza de la
    serpiente de colores. Iríamos entonces por sus tripas
    hasta su corazón y dejaríamos la cabeza para
    más tarde. Las conferencias nos interesaban, pero elegir
    siempre es difícil así que ocupamos un alto
    porcentaje de nuestro tiempo filmando lo que creemos será
    un buen documental amateur. Quisimos construir una visión
    del foro desde dentro, desde sus mismas
    entrañas.

    Nuestro ejercicio empezó como suele hacerlo el de
    los que no son profesionales del asunto. Ana Delia que era la
    camarografa no podía encender el aparato y hubo que acudir
    a la bondad de un americano, que con un equipo de
    filmación profesional, tenía las mismas intenciones
    que nosotros. No supimos que hizo pero en un instante
    logró lo que no nosotros no habíamos podido en casi
    una hora de búsqueda del click de encendido. Decidimos
    hacer solo dos preguntas: la primera quería indagar sobre
    lo que la gente pensaba de este foro y la segunda sobre si cada
    uno de los entrevistados pensaba que otro mundo era
    posible.

    Los asistentes tenían bastante claro en donde
    estaban y podría decir sin temor a equivocarme, y a pesar
    de lo que piensan algunos, que no había turistas
    despistados tratando de encontrar diversión o curiosidades
    que los sacara del letargo y del aburrimiento. Hubo a los largo
    de todas las entrevistas un
    buen conocimiento
    de los alcances del foro y de la urgente necesidad de encontrar
    caminos a ese mundo vendido como único: El mundo
    occidental mercantilizado. Así como Davos es de cierta
    forma la vitrina principal o la promesa mas importante de los que
    sienten que el capitalismo
    actual es la mejor manera de lograr lo que los seres humanos
    queremos, el Foro Social Mundial es no solo oposición a
    esa visión, sino un inmenso proceso de
    construcción de opciones y alternativas
    diversas nacidas en los movimientos sociales y culturales de
    todas partes del mundo. La pregunta que nos hacíamos los
    tres era si podría lograrse y cual sería el camino.
    No es fácil responder a este interrogante pero solo
    después de ver todo el proceso lo podríamos
    intentar.

    La serpiente camina mas lento, el sol abrasa y
    el estomago nos pone a pensar en almorzar. Caminamos con el
    propósito de entrar en la tarde a alguna de las
    conferencias, habíamos elegido estar más activos en el
    grupo de Paz, desmilitarización y lucha contra la guerra, del
    que hacíamos parte. Cerca de la Usina un muy buen
    restaurante no hizo comparar la calidad de la comida vegetariana
    en Bogotá y la de Porto Alegre. Gozamos, disfrutamos, un
    excelente restaurante vegetariano por siete reales. Vida e Saude
    es un espacio al que no le falta nada ni tampoco le sobra. Buena
    comida, buena cantidad, buen precio y una
    gran variedad. La entrada, una ensalada y un tomate con
    ricota, de plato fuerte un lasaña y de postre unos
    pasteles inmejorables de piña con coco y un exquisito flan
    de naranja.

    Tomamos un café y después de dos horas
    largas de almuerzo caminamos hacia la zona G que estaba bastante
    retirada. Encendimos la cámara y mientras
    avanzábamos filmábamos. Una pareja de
    jóvenes con piercings en orejas y nariz fueron los
    primeros detenidos, fumaban macoña y en medio del calor sentimos
    los deseos de compartir con ellos su hierba. Lo
    hicimos.

    Hacían parte de un grupo cuyo campamento
    encontraríamos más adelante y que tenia como
    nombre: Nómadas Galácticos, un colectivo que sin
    conocer a fondo, me atrevería a decir que estaba cerca de
    las comunas de los sesenta. Por lo menos su imagen estaba anclada
    en aquellos años. Nos acercamos a una espacie de
    bohío o maloca en el que estaba un grupo de
    galácticos escuchando una charla sobre el cuerpo, su
    relación con la mente y la manera de hacer que esta
    relación fuera armoniosa. Todos parecían compartir
    el interés
    y el silencio era total. Filmamos unas imágenes y seguimos
    nuestro camino hacia el grupo G. Hacía rato había
    observado que el Che tenía una presencia fuerte. Estaba en
    camisetas, pancartas, afiches, parecía una
    resurrección y así lo compartí con ellas.
    También en los libros estaban
    presente Lennin, Trosky, Marx, Mao,
    había cierto reverdecer y para un ciudadano de Colombia
    sometido a la más cruel de las satanizaciones de la
    izquierda esto no era frecuente. Podría pareceer una
    paradoja pero entre la propaganda del
    régimen y una guerrilla militarizada el pensamiento de
    izquierda ha sido arrinconado al más hondo de los
    desprestigios. Esa sería la primera lucha a ganar, en eso
    estará Lucho, Gaviria, Petro en Colombia y por supuesto
    Lula en Brasil, pensé y seguí el camino
    preguntándome cosas sobre la Cumbre Mundial de Paz que fue
    la propuesta que llevamos al Foro. La izquierda lucha contra la
    eficacia que
    tienen que mostrar y contra ese desprestigio al que ha sido
    empujada.

    La tarde estaba ardiente, el calor llegaba a los 38
    grados y caminar era ya un esfuerzo. Adelante iban Ana y Delfina,
    alcanzaba a ver sus camisetas negras de Pacifistas Sin Fronteras
    y el letrero déjame en paz que traducido desde nuestra
    oficina
    había quedado estampado como nao me perturbe. Estuvimos a
    punto de retirar las camisetas porque nos habían dicho que
    no significaba lo mismo en portugués que en español
    pero después de confrontar con un brasileño
    decidimos dejar circular la idea. Equivocarnos no era tampoco un
    problema substancial. Como decía, el calor golpeaba con
    fuerza y los pensamientos empezaban a confundirse con la
    ilusión óptica
    que produce en el cemento el sol
    al estrellarse, era la canícula que había llegado
    para bienes y para
    males. El sudor caía a chorros por el cuerpo y los olores
    empezaban a dominar los encuentros. El agua de la
    botella que llevaba recorrió mi cuerpo de arriba a bajo y
    sentí el refresco que produce ese encuentro mágico
    entre la brisa y el agua
    fría. Una vez más habría de descubrir que el
    cuerpo ya adaptado al calor produce sus propias defensas y
    caminar se convierte en un goce.

    Caminamos en medio de una inmensa oferta de camisetas,
    libros, artesanías, todo tipo de souvenir del foro y
    puestos de gentes de todo el mundo. Nos detuvimos en el puesto de
    una pareja del Movimiento dos
    Sem-Terra, ella una mujer rubia de unos treinta años, el
    un hombre rubio
    un poco menor. En el piso había algunos carteles del
    movimiento, diversas artesanías y las fotos de
    Sebastiao Salgado, que habían recorrido el mundo como
    testimonio de la pobreza del
    país mas rico de América latina y décima
    potencia
    económica del mundo, de lo que se enorgullecen muchos
    brasileños y se sorprenden muchos más. La distribución de la riqueza es el resultado
    de un modelo
    económico que parece no encontrar la fuerza política para
    transformar esa realidad. Con los Sem-Terra hablamos un poco
    sobre Lula y notamos algo de inconformidad por como se conduce la
    política
    económica pero sobre todo creo que en el fondo
    existía para los dos una especie de decepción por
    el tipo de relación que el gobierno mantiene con la
    clase
    empresarial cuya responsabilidad en el problema de la
    distribución es bastante.

    Las fotos de Salgado trajeron de los recuerdos el disco
    de Chico Buarque Terra que me había llevado un amigo en su
    descubrimiento del Brasil, y de este, una composición de
    Buarque con Milton Nacimiento. El ritmo de la canción es
    el que debe acompañar al nómada desposeído y
    su letra un himno: Como entao? Desgarrados da terra? Como assim?
    Levantados do chao? Como embaixo dos pes uma terra?Como agua
    escorrendo da mao? Compramos dos fotos de Salgado y nos trajimos
    en la memoria la
    inconformidad de esa pareja con el gobierno de Lula y los
    organizadores del Foro.

    La razones para sus críticas al Foro estaban en
    su percepción de que a este estaban llegando
    más turistas de los necesarios y que lo hacía
    correr el peligro de perder el carácter de movimiento de
    lucha y resistencia.
    Hablamos con Ana y Delfina sobre este asunto y pensamos que
    deberíamos estar atentos a que eso no suceda, pero
    conscientes de que la imperfección de la idea de la
    democracia que
    ronda en todas partes limita la participación y la
    intervención de todos y todas en las decisiones. A esta
    altura éramos unos defensores radicales del foro como
    espacio de posibilidades y de creación o
    construcción de alternativas.

    La importancia de los del Movimiento Sem-Terra en todo
    este proceso que vive Brasil es fundamental aunque algunos digan
    que si y otros que no. Eso es el resultado de estar cerca o lejos
    de lo que sucede. Quedó en nuestra memoria la idea de que
    el Foro debe ser un modelo de nueva democracia en su
    organización y que el futuro de este podría estar
    sometido a una decisión colectiva. ¿Como hacerlo?
    Allí esta el dilema de la representación y el
    colectivo.

    Llegamos al área G del foro y a la carpa en donde
    se llevaría a cabo un diálogo
    sobre las campañas anti armas y
    anteguerra. Una joven francesa que había aprendido su
    español en Argentina y le daba ese tono sureño nos
    invitó a hacer parte de una campaña en la cada uno
    de los participantes se tomaba una foto con un letrero en el que
    expresaba su repudio a las armas. Hablamos un rato sobre esto y
    nos tomamos las fotos. Compartíamos la idea antia armas y
    teníamos en la mente hacer una campaña desde
    Colombia que ya habíamos nombrado como adiós a las
    armas en la que niños
    de todos las razas y orígenes son fotografiados con armas
    de juguete y con un mensaje de rechazo no solo al uso de las
    armas, sino del niño en la guerra. El diálogo
    estuvo bastante interesante, amigos de distintas partes de mundo
    fueron mostrando experiencias sobre este tipo de campañas
    en sus países. Nos interesó mucho una experiencia
    de Amnistía Internacional en Paraguay en la
    que se hace una invitación a niños a intercambiar
    sus juguetes
    bélicos por otro tipo de juguetes. Dejar las armas y dejar
    la idea de que ellas son un juguete son dos desafíos que
    la cultura
    occidental debe imponerse. Divagué otro rato por mi pasado
    y la infancia de
    millones de niños en Colombia. Nuestros héroes
    estaban todos armados, los regalos de navidad o
    cumpleaños fueron en gran parte armas y disfraces de
    vaqueros: Roy Rogers, Cisco Kid, el Llanero Solitario ocupan un
    buen lugar en la aceptación de las armas como salida a los
    conflictos.
    Cuantas veces en medio del fragor del juego deseamos
    con la mayor de las fuerzas matar al enemigo que no era otra cosa
    que el mejor amigo camuflado en otro disfraz. Pero
    ¿cómo luchar contra todo esto si el presupuesto
    para la guerra es tan grande que con su utilización para
    erradicar la pobreza esta
    sería una cosa del pasado en cuestión de meses o
    días? Acordamos con los amigos del Paraguay que
    estaríamos en contacto para intentar llevar esa
    campaña a Bogotá.

    Era tarde y el agotamiento nos invitaba al descanso. La
    noche fue de relajamiento y algo de rumba. El Bar Do Nito y la
    música brasileña nos arrullaron hasta que a las
    tres de la mañana el sueño nos obligo a retirarnos
    a Hollywood.

    Al día siguiente volveríamos a la zona G,
    era nuestra primera presentación. Habíamos llevado
    un material de divulgación y algunas camisetas de
    Pacifistas Sin Fronteras. Llegamos a la carpa con el
    número 601 con las expectativas aumentadas por el
    desconocimiento. Un auditorio para 600 personas y menos gente de
    la que pensamos. Diez de la mañana y el calor era
    especialmente fuerte. Afuera Ana Delia y Delfina promocionaban
    con plegables y camisetas la reunión.

    Porqué una cumbre mundial de paz, porqué
    en Colombia y cual era nuestra posición frente al conflicto y la
    guerrilla en Colombia fueron las cuestiones que se plantearon.
    Había amigos de Francia,
    Brasil, Argentina, Vieques en Puerto Rico,
    Estados
    Unidos, Pakistán, Colombia y Vietnam y el
    diálogo nos permitió avanzar en al idea de la
    cumbre.

    Fue una sesión interesante para nuestro proyecto y
    salimos para la carpa de solidaridad
    Cuba Venezuela.
    Tenía curiosidad por conocer la actitud de los
    venezolanos con nosotros después del conflicto generado
    por el caso Granda. Supieron que éramos colombianos y
    fueron especialmente amables. Tenemos tanto en común que
    cualquier conflicto, aún los generados por la insensatez
    política, se disuelven en esos lazos ocultos que unen los
    dos pueblos. Las diferencias parecen acercarnos. Estuvimos
    conversando largo rato con un amigo venezolano de la red de emisoras comunitarias
    que, si no estoy mal informado, es una bella idea de montar
    una red en
    América Latina. Nos entrevistaron a los tres así
    que seremos parte de la promoción de esa idea. Como nosotros
    estábamos haciendo nuestro documental la imagen del amigo
    venezolano y sus respuestas quedaron filmadas como una muestra de
    trueque de afectos.

    Hay un problema que quisiera destacar a estas alturas
    del Foro. Un problema ambiental de especial significancia no solo
    por ser extremo sino porque estaba en medio de este espacio de
    propuestas: el olor especialmente fuerte del Arroio Diluvio que
    muestra altos niveles de putrefacción. Los olores
    aumentaban con el calor y muchas de las carpas o mejor de los
    asistentes a ellas nos vimos afectados por la situación.
    En algunos momentos fue insoportable. Recomendación
    especial a los amigos de Porto Alegre y a su gobierno:
    descontaminar ese río sería un buen desafío
    para próximos foros.

    El entusiasmo creado y promovido desde la carpa
    habría de mostrar sus efectos en la inmensa cola que se
    hizo para ver y oír un día después la
    presentación de Chávez. Quisimos asistir pero fue
    imposible, después en los periódicos locales
    habría de reseñarse como un éxito del
    presidente venezolano ante un Gigantinho lleno. Zero Hora titulo
    Chávez conquista o Forum. No es posible abstraerse a lo
    que Chávez provoca y mirando la cola pensé, que la
    política corría el riesgo de
    volverse espectáculo y con ello ilusión o promesa.
    No se trata de ser prudente en momentos en que es imposible
    serlo, se trataría más bien de medir con
    precisión los alcances que puede tener para un movimiento
    el exceso de caudillismo. Como
    dice una canción de Pink Floyd, Skating on the Thin Ice.
    Es un riesgo. La cuerda floja o el filo de la navaja son
    peligrosos, para no caer uno podría cogerse de cualquier
    cosa.

    Caminamos acompañados de un inti ardiente hacia
    la carpa de información en donde nos habíamos
    quedado de encontrar con mi amigo Héctor Arenas. Le
    había traído unos libros que habían
    publicado sobre el movimento sem-terra. Una manifestación
    de coreanos y japoneses nos recibió con gritos en contra
    de Bush y su actitud bélica e imperial. El grupo era de
    unos cincuenta orientales. Coreanos en su mayoría. Los
    carteles, algunos del Democratic Labour Party de Corea fijaban su
    posición: Korean troops out of Irak, Stop the
    war, no to Korea_Japan FTA, Bush e o malor terrorista. La marcha
    iba a iniciarse y las consignas en contra del imperio y la guerra
    nos despertaron del sopor del calor. Hicimos tomas para nuestro
    documental y contactamos a los amigos del Grito de los Excluidos.
    Héctor no estaba y hablé con un amigo
    panameño, que se comprometió a entregarle los
    libros, así lo hizo ese mismo día.

    Salimos hacia el centro de la ciudad era la tercera
    noche en Portoalegre. Nuestro Hotel no ofrecía el servicio de
    teléfono así que fuimos al Plaza Sao
    Rafael. El azar que produce encuentros maravillosos nos
    ofreció la presentación del documental que sobre la
    película del Che Diarios de Motocicleta de Walter Selez,
    había realizado Gianni Mina. La noche estuvo llena de
    sorpresas. Primero un encuentro fugaz con Manuel Castells en el
    ascensor y su negativa a ser entrevistado, después la
    presencia de Frei Betto, Ignacio Ramonet y Pérez Esquivel
    premio Nóbel de Paz. Ellos presentarían el
    documental y un perfil de Ernesto Guevara.

    Fue durante la filmacion cuando sentí que era
    como la resurrección del Che. Las imágenes de
    Alberto Granados con unos 80 años, compañero de
    viaje de Guevara en la travesía por América,
    obligaban a imaginar que hubiese pasado si el legendario
    revolucionario estuviese vivo. Las palabras de Pérez
    Esquivel resaltando la pertinencia de la propuesta ética de
    Guevara son una buena forma de rescatar aquella hermosa voluntad
    de cambio que
    llevaba el argentino en su corazón. Permanece el mito y sus
    ideas? Acaba el tiempo con el mito o lo diluye entre banderines,
    camisetas, pancartas, plazas o como en este caso un almacén de
    ropa en Londres con un gran aviso luminoso: CHE.

    La idea de que todo se perdió no puede aceptarse,
    como tampoco, que los errores que se cometieron en aquella
    época, también fueron responsables de la
    postergación. Un ejercicio ético será
    reconocer que hubo gran responsabilidad de parte de aquellos que
    soñamos un cambio y que no supimos como hacerlo. Las
    imágenes de la película se confundían con
    las vividas en aquella época. Alberto Granados era un
    testimonio de que los sueños terminan no siempre en
    pesadillas pero muchas veces en frustración o decepciones.
    Allí sentado en esa sala de un hotel de cinco estrellas y
    mirando por el espejo retrovisor, intenté razonar sobre mi
    oposición a la lucha armada y a cualquier tipo de violencia. Sin
    embargo acababa de escuchar las palabras de Pérez
    Esquivel, premio Nóbel de Paz, que rescataba el proyecto
    ético de un revolucionario que participaba en esa lucha
    armada. Los seres humanos somos contradicción y de esa
    contradicción en no muy pocas ocasiones salen las
    respuestas a las angustias que nos agobian. Ni todo tiempo pasado
    fue mejor ni todo tiempo futuro será de
    progreso.

    La manifestación del primer día vino a la
    memoria como una marcha pacifista que cuestionaba una vez
    más la belicosidad del poder y la idea de que el estado
    tiene que ser un estado militar para que la democracia funcione.
    150.000 o 200.000 personas caminaron una vez más con la
    esperanza y la seguridad de que si no se producen giros
    sustanciales en la política de las potencias del mundo el
    planeta corre un riesgo fuerte de convertirse en un planeta en
    guerra permanente. El comienzo de este siglo anuncian, sin no nos
    oponemos colectivamente, cien años de guerra. Tendremos
    que apoyar las distintas manifestaciones que habrá por la
    paz en el mes de marzo.

    Esa noche discutimos sobre lo que entendí como
    una resurrección de las ideas de izquierda y con esto la
    condena que nacerá de ello. Abrir la mente en un momento
    de globalización tan potente es una
    obligación política. La mañana siguiente nos
    recibió con una marcha del movimento Sem-Terra,
    brasileña, por lo alegre y musical, que recorrió el
    lugar en medio de la música y pasó por nuestro lado
    como un fantasma culpable de los giros positivos que ha dado la
    política en Brasil. Lula, es una esperanza y el primer
    papel de los medios y los
    poderes de derecha es acabar con esta. La estrategia sigue siendo
    la misma: la propaganda. Ojalá no me equivoque.
    Éste fue intenso en filmación y testimonios.
    Intentamos ir a la reunión de ATTAC pero no alcanzamos a
    llegar. Queríamos hacerlo y compartir con ellos la idea de
    la cumbre mundial de Paz. No fue posible.

    Cerramos nuestra estadía en Portoalgre con un bar
    en donde la música volvió a ser la reina: Grito de
    Alerta cantada por Maria Bethania quedo en la memoria.
    Planeábamos ir a Rio. Sabíamos que
    acabábamos de vivir una de las más bellas
    experiencias de este momento.

    Guillermo Solarte Lindo

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