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Los imaginarios de Internet: una aproximación crítica a los discursos hegemónicos en el ciberespacio (página 2)



Partes: 1, 2, 3

 

-sin embargo, es de los pocos ámbitos que no
trasladan aspectos de su imaginario a la siguiente fase; por eso
no nos detendremos en él. Nos centraremos en su salto a
las universidades (norteamericanas), donde estudiantes de tercer
ciclo adaptan protocolos que
hagan posible compartir recursos entre
máquinas remotas y la puesta en
conexión de centros investigadores. Será el
pragmatismo,
aunque hay quien cetra la mirada en los años sesenta que
corren y en filosofías más libertarias, propias de
algunos de estos primeros hackers, el que
exija la puesta en común de los nuevos conocimientos y la
creacióncolectiva[NOTA]5). Volveremos a tener nuevamente
un mundo pequeño, elitista, en el que la difusión
manipulable del conocimiento
rige para un pequeño grupo de
expertos, con normas sociales
propias: una democratización controlada, justificada en
términos académicos, por el bien de la
humanidad.

-por fin, en la década de los ochenta entra en
escena el mercado. Receloso
inicialmente con el nuevo descubrimiento, acaba abandonando
reparos y precauciones, inaugurando una nueva era empresarial, la
dot com, y centrada en la pretensión de comercializar
hasta el último elemento necesario para la
navegación en red. Con él, la
expansión se hace un hecho, amparada en los mismos
presupuestos
mercantiles que rigen al resto del mercado: más información genera consumidores más
informados, que consumen más y mejor, la ley de oferta y demanda.
Se abre la esfera de beneficiarios del conocimiento, pero no se
explicitan sus reglas; la netiquette será la respuesta del
mundo universitario a la avalancha popular sobre la
Red.

Posiblemente, estemos ante el escenario que más
ha contribuido al desarrollo de
Internet.
También ante el que más lo impregna de sus fines.
La Red, en manos del mercado, fue y sigue siendo el escenario de
transacciones financieras, del ocio de pago, una maqueta con
dimensiones reales de una sociedad
mercantilizada: con sus mejores clientes, con sus
productos para
la clase media,
con una falsa promesa de emancipación a través de
la información para los insatisfechos, con sus
excluidos.

-serán los movimientos sociales quienes reviertan
esa falsa promesa de liberación tecnologizada merecedora
de todos los temores de la Escuela de
Frankfurt. Marcuse

[NOTA]6) reencuentra por fin, de mano de actores
sociales reconvertidos por Internet, un germen reactivo en los
usos políticos de las NTIC: la información como un
derecho, la igualdad como
un supuesto, la participación como un requisito de
integración, la democracia
como un fin en sí mismo.

-por último, el Estado,
empeñado en alcanzar a los demás en su viaje
tecnológico, pero atado a inercias institucionales que
arrancan cualquier elemento reinnovación: la democracia no
es otra que la formal; las NTIC son un medio para ese
fin.

¿Qué es lo que queda de unos y otros?
¿Cómo hemos llegado hasta aquí?

Por qué la noción de
democracia:
Optamos por definir el análisis que esta ponencia aborda a partir
de la noción de "democracia", en sentido amplio. Al margen
del desarrollo de las aplicaciones técnicas
que hacen posible la Red y su expansión, entendemos que la
noción "ideológica" que justifica la
"universalización" de Internet radica en una interpretación versátil, y ajustada
a cada esfera real implicada en la realización efectiva de
la Red, de democracia.

La posibilidad de interpretar este concepto en
función
de cada uno de sectores sociales implicados en el desarrollo de
Internet: mundo hácker universitario, mercado, estado y
movimientos sociales, se une en este devenir a la
condición de Internet como hijo predilecto de un contexto
general de democracia liberal y capitalismo
globalizado. En la medida en que la Red se gesta y generaliza en
un marco en el que se concreta como un producto de
mercado, en torno al cual se
sostienen algunos de los más importantes emporios
económicos (en el que el paradigma es
Microsoft), la
herramienta será no sólo uno de los recursos
comunicativos más cotizados[NOTA]7), sino que
también se plantea como el resultado, en su apariencia
final, de la búsqueda de tecnología funcional
al propio desarrollo del capitalismo. Sin embargo, no será
ésa la apariencia bajo la que se exporte: sus
orígenes académicos y libertarios, una vez superado
el escollo ideológico del ámbito militar de sus
primeros pasos, imponen cierto reparo a la hora de "vender" una
imagen de
marca
estrictamente mercantil. De la misma manera que el capitalismo se
extiende y se impone, vinculado en un mismo paquete a los
derechos
humanos (civiles y políticos), la democracia
será adaptada y desglosada en conceptos apropiados a los
usos que la Red permite:

libertad: en
dos vertientes defendidas y estrechamente vinculadas: la de
información, en la medida en que son paquetes de datos lo que
fundamentalmente vehicula Internet, pudiendo su estructura
nodal descentralizada sortear las barreras políticas
y otros sesgos arquetípicos[NOTA]8); y la libertad de
expresión, facilitada por la estructura
descentralizada y horizontal que aparentemente vertebra la Red, y
la multidireccionalidad facilitada por canales abiertos, foros,
wikis y el carácter instantáneo de la
comunicación.

-igualdad: inicialmente de acceso, facilitada por el
abaratamiento de los costes de conexión, del software y del hardware[NOTA]9),y extendida
rápidamente a la posición del usuario en la
estructura general de organización de la Red (un usuario
más en igualdad con los demás, en la medida en que
no hay jerarquías aparentes) y a la capacidad de
intervención en tomas de decisiones sectorializadas (en
foros, listas de correo, etc.).

-participación: en su condición de
tecnología interactiva (y a diferencia de otros grandes
medios de
masas, como la
televisión), que instituye una cierta necesidad de
dinamismo para el desarrollo óptimo de herramientas
cada vez más planteadas como construcciones colectivas:
páginas
web dinámicas (blogs) frente
a las estáticas, listas, foros, chats.

Serán, por tanto, éstos algunos de los
ejes en los que trataremos de localizar las causas discursivas e
ideológicas de la expansión de Internet.
Analizaremos la evolución de estos conceptos en cada etapa,
intentando establecer en qué medida conforman una
noción reconocible del concepto marco o cuándo y
por qué se dispersan. El objetivo
último es rozar levemente los cimientos
ideológicos, dispersos, coexistentes, que hacen posible el
desarrollo de la Red de redes.

3. Planteamiento teórico y
metodológico

Durante la historia del pensamiento
político y desde el inicio de las acciones
políticas y movilizaciones ha estado presente el
imaginario social de la democracia, sin embargo este imaginario
nunca ha sido homogéneo. En efecto, dependiendo de las
tradiciones teóricas desarrolladas y de los grupos de
interés
siempre ha primado más un elemento que otro, léase
la primacía del objetivo de la libertad y los derechos del individuo en
la tradición liberal versus la justicia y la
igualdad en la republicana-socialista.

Así se va a querer analizar los distintos
imaginarios sociales del concepto de democracia en cuatro
ámbitos diferentes: mercado, Estado, Universidad/hackers, y
movimiento
antiglobalización. El mejor marco
teórico y metodológico para esta
cuestión resulta ser el análisis del discurso. Hay
que señalar que en esta corriente existen muchas
variaciones internas, en nuestro caso se va a combinar la
teoría
del análisis del discurso de Laclau, E y Mouffe, C junto
con esquemas analíticos de Fairclough, N y Chouliaraki,
L.

En primer lugar trataremos el concepto de democracia
como un ‘floating signifier’ desarrollado por Laclau
y Mouffe, un floating signifier significa que los actores pueden
rellenarlo con diferentes contenidos que pueden servir como
indicadores de
ordenes del discurso. Planteamos la hipótesis de que los diferentes discursos que
se están apropiando de la red, intentan definir democracia
a su modo particular. El hecho de que un signifier esté
flotante indica que un discurso no ha vencido en fijar su
significado y que otros discursos están luchando por
apropiarse de él.

Con el fin de analizar las interrelaciones entre los
diversos elementos de los distintos imaginarios sociales y las
luchas por el floating signifier, debemos introducir los
conceptos de hegemonía y articulación de Laclau y
Mouffe. La articulación es definida como una
práctica que establece relaciones entre elementos de modo
que su identidad se
ve modificada como resultado de la práctica de
articulación (Laclau y Mouffe,1985:105). El área de
los significados no fijados es llamada el campo de discursividad
y este campo es la condición de posibilidad e
imposibilidad del discurso. En otras palabras, la
articulación es una combinación de elementos que
les da una nueva identidad[NOTA]10). En nuestro caso concreto vamos
a analizar como determinados grupos adquieren o mantienen
determinadas identidades a través de la red, según
cómo se combinen los diversos elementos de la democracia:
libertad, igualdad, participación, derechos, seguridad,
pluralismo (añadir más si se ve
necesario).

Por otro lado el concepto de hegemonía, se
entiende como la expansión de un discurso, o un set de
discursos, en un horizonte dominante de acción
social a través de la articulación de elementos no
fijados en momentos fijados parcialmente en un contexto lleno de
fuerzas antagónicas (Torfing,1999). El discurso así
es definido como consecuencia de las prácticas
hegemónicas de articulación. La hegemonía en
este caso nos lleva desde el terreno de lo undecidable (lo
indecidible)[NOTA]11 )

al terrero del establecimiento de un discurso como
natural. La decisión ético política construye
siempre una jerarquía que puede ser deconstruida y
demostrar como un discurso que en sus raíces es social y
político se ha convertido como natural. En el caso que
trataremos, el concepto de hegemonía nos servirá
para analizar como en diferentes momentos históricos de
Internet, han sido unos discursos democráticos más
fuertes que otros y cómo se articulan las luchas de
hegemonía discursiva en la actualidad. En el modelo de
Laclau y Mouffe, las articulaciones
hegemónicas incluyen el elemento de fuerza y
represión. Ello incluye la negación de la identidad
en el doble sentido de negación de significados
alternativos y la negación de la gente que se identifica
con estos significados y opciones. La negación de esta
identidad lleva a lo que se ha llamado el antagonismo social
(Torfing, 1999). Vamos a analizar cómo y en qué
momentos las luchas por el espacio dentro de la red (entre el
mercado, el Estado, universidad/hackers, y movimiento
antiglobalización) llevan antagonismos sociales en unos
casos y no en otros.

Para analizar la hegemonía de tales discursos
también resulta esencial, el concepto de punto nodal de
Laclau y Mouffe (1985:112). De acuerdo con estos autores, todo
discurso es constituido con un intento de dominar el campo de
discursividad expandiendo cadenas de significado las cuales
parcialmente fijan el significado del ‘floating
signifier’. Los puntos discursivos privilegiados que
parcialmente fijan el significado dentro de las cadenas de
significación son llamados los puntos nodales o en los
términos de Lacan (points de capiton). Los puntos nodales
también se han considerado significantes vacíos
(empty signifiers) que atraen el significado de los
‘floating signifiers’. En nuestro caso concreto
queremos averiguar cuáles son esos puntos nodales de cada
discurso sobre la democracia dentro de la red y observar sus
relaciones a través de las lógicas de la igualdad y
de la diferencia.

Es de destacar que, a diferencia de Laclau y Mouffe y
más cercanas a Fairclough, vamos a distinguir entre
prácticas sociales discursivas y no discursivas. Los
diferentes discursos los vamos a considerar como sistemas de
significado(lenguaje e
imágenes) diferenciándolo de las
posibles acciones colectivas o outputs que puedan resultar. Al
igual que Fairclough, utilizaremos los conceptos anteriormente
descritos (hegemonía, articulación y punto nodal)
pero siempre referidos a las prácticas sociales
discursivas. Consideramos que el discurso contribuye a la
construcción de: las identidades sociales,
las relaciones sociales, y los sistemas de conocimiento y
significado (Fairclough,1995)

[NOTA]12).

En cualquier análisis, dos dimensiones del
discurso son importantes como puntos focales: a) el evento
comunicativo, un ejemplo del lenguaje usado como un
artículo de periódico,
cine, video, un
discurso político (Faircloug,1995b),b) el orden del
discurso- la configuración de todos los tipos de discurso
que son usados dentro de una institución social o dentro
de un campo social.

Siguiendo el modelo de Fairclough, en cada ejemplo de
lenguaje usado, consiste en tres dimensiones: es un texto
(hablado, escrito,.imagen visual o combinación de ambas),
es una práctica discursiva que incluye la producción y consumo de
textos, y tercero es una práctica social. El
análisis que se pretende realizar siguiendo el modelo de
Fairclough(1995):

  1. algunos hechos lingüísticos del texto y
    donde también se muestran las articulaciones y los
    hechos sobre los puntos nodales. Dentro de los hechos
    lingüísticos del texto se tendrá en cuenta
    el modo (es decir interrogativo, imperativo o afirmativo), la
    modalidad (el grado en que el emisor del mensaje se compromete
    con lo comunicado, y el grado en que sus afirmaciones se
    comprometen con la verdad o simplemente con probabilidades), la
    transitividad de cómo los eventos y
    procesos
    están conectados (o no conectados) con los sujetos y los
    objetos, el grado de nominalización que reduce la
    agencia y enfatiza los efectos, el campo semántico
    utilizado y la complejidad de oraciones entre
    otros.
  2. procesos relacionados con la producción y el
    consumo de los textos (la práctica discursiva) donde se
    tendrá en cuenta los conceptos de interdiscursividad e
    intertextaulidad. El análisis de la práctica
    discursiva se centra en como los autores de los textos extraen
    de los existentes discursos y géneros para crear un
    texto y cómo los recibidores de los textos emplean
    discursos en el consumo y la interpretación de los
    textos. Se introducen así dos elementos claves, la
    interdiscursividad
    (Fairclough) entendida como cuando
    diferentes discursos y géneros están articulados
    juntos en un evento comunicativo y la intertextualidad
    (
    Fairclough) donde todo acto comunicativo se apoya en
    eventos anteriores, donde se utilizan palabras y frases que se
    han utilizado anteriormente. Siguiendo a Fairclough
    mantendremos que un alto grado de interdiscursividad indica
    implicitamente el deseo de un nivel alto de cambio,
    mientras que un bajo nivel de interdiscursividad está
    asociado con el mantenimiento del orden social.
  3. la amplia práctica social a la cual pertenece
    el evento comunicativo. La relación entre los textos y
    la práctica social en su totalidad es mediada por la
    práctica discursiva. Al hacer referencia a ello se
    señala como las prácticas discursivas y
    convenciones son dibujadas desde qué otros
    órdenes del discurso y como son articulados entre
    sí; todo ello depende de la naturaleza
    de la práctica sociocultural donde del que el discurso
    forma parte.

Aunque los niveles uno y dos están separados
analíticamente se realizarán en los análisis
de forma conjunta, enlazándolo finalmente con el nivel
tres. Ahora bien, el análisis también incluye
consideraciones acerca de si las prácticas discursivas
reproducen o reestructuran el existente orden del discurso y
qué tipo de consecuencias tiene para la práctica
social en su totalidad, que se observará especialmente en
las conclusiones.

4. Análisis de los discursos
de hackers/Universidad

Comencemos por una primera definición de hacker breve para
pasar posteriormente a un análisis del discurso. Un hacker
es un experto informático, un apasionado de la
tecnología, capaz de desarrollar software
rigiéndose por los principios
(establecidos por los propios hackers) que definen el software
libre: la libertad de los usuarios para ejecutar, copiar,
distribuir, estudiar, cambiar y mejorar el software. Esta idea se
concreta en cuatro libertades:

  • La libertad de usar el programa, con
    cualquier propósito (libertad 0).
  • La libertad de estudiar cómo funciona el
    programa, y adaptarlo a tus necesidades.(libertad 1). El acceso
    al código fuente es una condición
    previa para esto.
  • La libertad de distribuir copias, con lo que puedes
    ayudar a tu vecino (libertad 2).
  • La libertad de mejorar el programa y hacer
    públicas las mejoras a los demás, de modo que
    toda la comunidad se
    beneficie. (libertad 3). El acceso al código fuente es
    un requisito previo para esto[NOTA]13).

La noción de hacker suele aparecer vinculada al
ámbito de la informática, concretamente a los
desarrollos en programación, aunque reivindican

[NOTA]14) una expansión del fenómeno
aplicable a cuantas esferas del conocimiento que sean
susceptibles de elaboraciones creativas en torno a dos premisas
fundamentales: conocimiento compartido e individualismo
cooperativo.

Se han elegido una serie concreta de textos relevantes,
a partir de los cuales se quiere indagar el discurso de los
hackers, entre ellos se han seleccionado: Cómo
convertirse en un hacker, El manifiesto hacker,
Declaración de independencia
del
ciberespacio y Tod[arroba]s expert[arroba]s. A
partir de ello vamos a desglosar los seis conceptos de democracia
que deseamos analizar y cómo se interrelacionan para
configurar un concepto de democracia específico teniendo
en cuenta también análisis lingüístico,
pero vayamos primero a dos cuestiones de la práctica
discursiva: interdiscursividad e intertextualidad.

En todos los textos escogidos se observa un alto grado
de interdiscursividad, ya que junto el nivel de género de
manifiesto político, se incluye géneros
conversacional (lo podemos observar en el caso del manifiesto
hacker), mezcla de género de manifiesto político
con género de información pública y
conversacional (que se puede observar a lo largo de todo el texto
de Cómo convertirse en un hacker), y también
la mezcla de discurso público, manifiesto político,
discurso académico-científico y algunos rasgos de
discurso conversacional en el caso del texto de
Tod[arroba]s expert[arroba]s . De este modo
observamos como a nivel de discurso, el discurso hacker aboga por
un nivel alto de cambio social, siguiendo el modelo de Fairclough
(1995). Por lo que respecta a la intertextualidad, se observan
como se han usado ideas muy variadas que ya existían en
textos anteriores. Así en el texto de Tod[arroba]s
expert[arroba]s
se recoge citas de Herman Hess donde se
recoge la idea de que ningún conocimiento quede fuera de
la humanidad, también se observan citas e ideas de Willian
Gibson sobre la importancia del ser técnico frente a la
importancia del ser primitivo, también la mayoría
de textos sobre la producción de hackers se apoyan en
otros como es el caso de "Archivo de la
jerga hacker"; así mismo se señalan ideas populares
como la idea clásica de la ciencia
donde siempre van a existir problemas
fascinantes en el mundo exterior que esperan ser
resueltos[NOTA]15), otras ideas también populares acerca
del trabajo donde
se señala que el aburrimiento y el trabajo
rutinario son perniciosos, así mismo la idea de la
importancia de la competencia en
nuestros días[NOTA]16),al igual que ideas sobre el
lenguaje de
programación, la idea del sistema
identificado con Matrix. Por
último también nos gustaría señalar
que el discurso hacker recoge esa vieja de idea de la mitología y esferas diferentes de la vida
que se ha utilizado tantas veces para resaltar la especificidad a
la hora de la creación de la identidad de una comunidad
determinada, de ahí la alusión continua a "el mundo
hacker".

Esta último cuestión nos lleva a analizar
los límites
del discurso hacker y la creación de la identidad hacker a
través de la creación de su antagonismo social. En
efecto, observamos que al leer Cómo convertirse en un
hacker
y El manifiesto hacker un campo
semántico que se utiliza es referido a la magia, la
naturaleza inteligente, es decir todo aquello que pueda referir a
una esfera diferente de la realidad y a su vez superior:
espíritu, cultura, nuevo
mundo, juego,
habilidades, actitudes,
capacidad, construcción, medio particular, héroes,
inteligencia,
semidioses…

Junto a ello señalamos que los hackers construyen
su identidad (simbolizado con nerd y geek) no sólo a
través de la construcción de su elite, sino
también a través de la negación de otras
identidades como los crackers. De este modo tanto los crackers
como los que llaman críos, como los malditos profesores,
como el resto de los compañeros, los gobernadores
sádicos o apáticos, todo aquel que no tenga la
capacidad de ser un hacker pero se considera así mismo
como tal (trolls etc.), todo aquel que realice acción
política tradicional, todo aquel que se sitúe con
el sistema, todos aquellos disidentes del sistema que se
articulen en guettos, vanos ejercicios ideológicos, como
todos los Gobiernos del mundo Industrial que quieren agotar
nuevas formas de la política; todos ellos se sitúan
en una misma cadena de identidad negándoles su
reconocimiento por parte de los hackers[NOTA]17). De este modo
vemos como se crea un antagonismo social, creando un discurso
hegemónico sobre la superioridad intelectual del mundo
hacker frente al resto.

Después de ver cómo se construye el
discurso hacker en términos de identidad, vamos a ver
qué tipo de articulaciones se observan entre los seis
elementos de la democracia antes citados, partiendo de los textos
mencionados y de los puntos principales de la ética
hacker (Levy,1994; Rosteck,1994, Moody,2001). En primer lugar
la libertad hace referencia a la libertad de
información, donde la información fluya lo
más abiertamente posible para que se pueda utilizar de
forma versátil[NOTA]18). Junto a ello se señala la
libertad de acceso a los ordenadores, debe ser ilimitada para que
se puedan realizar todo tipo de modificaciones con el fin del
perfeccionamiento progresivo. Ahora, bien esta libertad de
información y su acceso va unido a la necesidad de
discusión en comunidad. De este modo, la libertad en el
mundo hacker, no se entendería como la libertad de los
modernos (libertad como liberación) sino más
cercana a la libertad de los antiguos, referida a una libertad
guiada siempre a la discusión en comunidad.

La alusión a este concepto de comunidad, nos
lleva en su articulación la concepción del concepto
de igualdad. La igualdad en este contexto siempre va unida
al rechazo al autoritarismo, manifestado en varios de sus textos
clave (La ética hacker, cómo convertirse en un
hacker y El manifiesto hacker). La igualdad en este aspecto va
referida a un sentido horizontal de la democracia, donde todos
debemos compartir una serie de conocimientos. Es la premisa del
conocimiento compartido que consiste en devolver a la comunidad
de programadores cuantos desarrollos se hayan realizado
individualmente[NOTA]19).

Ahora bien, este sentido de igualdad adquiere diversos
matices discutibles. Sin ir directamente a las prácticas
sociales vamos a observar ciertas contradicciones reflejadas en
rasgos lingüísticos del texto de Cómo se
aprende a ser un hacker
. Por ejemplo se señala en este
texto que la cultura hacker no tiene líderes sino
héroes culturales, para señalarse ese grado de
igualdad horizontal y nunca de superioridad; sin embargo se
observa que la estructura de las oraciones siempre tiene el
condicional de la siguiente forma: Si quieres convertirte en un
hacker (…), deberás, harás, entenderás
(…), todo de forma en un futuro y con sentido de
obligación. Así mismo en varias ocasiones se
utiliza el modo imperativo[NOTA]20[/NOTA20], prohibiciones (no
uses un nombre de usuario tonto, no te metas, no te llames (…),
no publiques en los foros con errores gramaticales) u oraciones
como "es casi una obligación moral para ti
el compartir….". Además pese a que la entrada se quiera
considerar como libre, siempre se ponen restricciones a
través de este tipo de condicionales ("Para transformarte
en hacker necesitarás: inteligencia, práctica,
dedicación y trabajo duro"). En la misma línea de
contradicciones observamos como en todo el texto de
Cómo convertirse en un hacker no presenta la forma
de diálogo
sino de monólogo, pese a dirigirse de forma directa hacia
un tú.

De este modo para llegar a la igualdad de ser un hacker
dentro de esta comunidad, primero se debe entrar en ella, por lo
que la libertad de la anteriormente hablábamos (libertad
de los antiguos) solo se consigue después de una selección.
La entrada por así decirlo no es libre, sino sólo a
la altura de los más capaces que logran mantenerse a
través de su esfuerzo. Junto a ello, en este mismo texto
siempre existe un elemento de autenticidad. Se intenta demostrar
en realidad lo que implica convertirse en un hacker, de
ahí que se observe en un texto tan importante como este
ese contenido moral y la existencia de la construcción de
"debe más infinitivo". " Para ser aceptado como un hacker,
deberás comportarte como si tuvieras esta actitud en tu
interior(referida a creer en la libertad y en la ayuda
mutua[NOTA]21)).
Y para comportante si tuvieras esta actitud,
deberás creerte de verdad dicha
actitud[NOTA]22)"

Ligado a los conceptos anteriores, la
participación en el mundo hacker aparece identificada
con los conceptos de ayuda mutua, trabajo duro y
dedicación compartida.

Estos hechos lingüísticos se traducen en
cuestiones de significado de los conceptos que estamos tratando,
de este modo los conceptos de igualdad, libertad y
participación crean una articulación precisa que se
resumiría el individualismo cooperativo de los
hackers. Existe una jerarquía no sólo con
respecto al resto de los usuarios de Internet o al resto de la
ciudadanía sino también dentro de la
propia comunidad. El reconocimiento y el status dentro de la
comunidad no es igual para todos, sino que depende de la
capacidad individual (habilidad en programación), su
capacidad de rendimiento y la demostración posterior de
tal conocimiento. Todos los novatos, principiantes y deseantes de
entrar en la comunidad, deben de demostrar unos mínimos de
habilidad y reconocimiento de las reglas sociales de juego para
que se encuentren aceptados dentro de la comunidad, de lo
contrario se les identifica con el antagonismo social del que
hablábamos anteriormente (trolls, crackers, simples
ilusos, seguidores del sistema…). De ahí que
también en el texto de Cómo convertirse en un
hacker
se creen contradicciones discursivas, donde se
señala que a través de la comunicación y de la ayuda se aprende,
posteriormente[NOTA]23)se señala que para ser un hacker
hay que tener la habilidad e iniciativa de educarte por ti mismo
(buscar en Google la
respuesta a una pregunta que ya fue planteada y respondida en una
lista, se supone que tienes que haber leído todo antes y
estar a la altura del interlocutor).

Después de conseguir una cierta altura por tus
meritos propios y a través de tu autodidactismo, se debe
de verter tu conocimiento en la comunidad y es ahí donde
se entiende la participación. Ahora bien, esta
presentación de "tus" conocimientos debe de compartir
nuevamente toda una serie de requisitos que únicamente el
mundo universitario cumple[NOTA]24 ).

Este discurso teórico nuevamente se ve reflejado
en el ámbito lingüístico cuando hablamos de
modalidad y transitividad. Es curioso observar que a pesar
de la insistencia en el éxito
de la comunidad hacker que se observa en varios de sus textos,
así como la autenticidad que se quiere manifestar de dicha
comunidad, en sus textos raramente se dirigen con el nosotros,
sino más bien se transmiten con la forma de: "tú
debes hacer para x para convertirte en un hacker" (caso del texto
Cómo convertirse en un hacker) o bien, a
través de nominalizaciones, oraciones impersonales y
pasivas todas muy presentes el texto de Tod[arroba]s
expert[arroba]s!.
Así por ejemplo se señala: "
se han constituido sujetos colectivos múltiples", " El
proceso de
apropiación individual de las competencias a
través de las estructuras
comunitarias ha superado la prueba, y sigue resultando en cierta
medida operativo", "la multiplicidad de prácticas hacking
que se han desarrollado en estos últimos veinte o treinta
años (…)". En cualquiera de los dos casos bien sea a
través de la segunda persona o de
oraciones impersonales, se podría decir que se infiere en
teoría una falta de responsabilidad o implicación por parte de
los comunicantes acerca de lo que se quiere transmitir, algo que
en cierta medida vuelve a demostrar incongruencias del discurso
hacker.

Finalmente cuando tratamos los conceptos de derechos
y seguridad pareciera como si fueran unidos entre sí.
Así nos encontramos con los cripto-rebeldes o
cripto-punks, los hackers especialistas en criptografía, donde la protección de
la autoría y todos los derechos de seguridad son
esenciales. Podríamos considerar que dentro del mundo
hacker, los norteamericanos se entablan en una batalla de
privacidad frente al Estado, de este modo la posibilidad de
criptar los propios mensajes constituye un derecho fundamental
del individuo, y para ellos toda intervención del Estado
en esta cuestión se considera ilegítima. Desde este
punto de vista consideran la criptografía como elemento
central de la
organización social. Se pretende crear un mecanismo en
el que el Estado ya no vigile a los ciudadanos. Esta herencia del
mundo hacker americano se diferencia del mundo hacker europeo,
donde existe una cierta tradición de intromisión
del Estado en la esfera privada. En el caso europeo la
articulación entre los conceptos de seguridad y de
derechos encaja más en la defensa de las normas del
ciberespacio (la creación de una nueva esfera
pública), más que defensa de la seguridad o
encriptación. En cualquier caso, los conceptos de
seguridad y de derechos no se constituyen como puntos
nodales[NOTA]25)de este discurso.

Por último una breve referencia al mundo
universitario relacionado con el mundo hacker vuelve a dar una
idea del tipo de democracia que se maneja en este discurso. El
mundo universitario, dotado por ARPA y NSF, tiene un discurso
similar al anterior, pero diferenciado con algunos matices: La
participación se entiende más como
cooperación en el mundo académico entre aquellos
que poseen unos mismos intereses. La libertad, va referida
especialmente a libertad de información y
circulación de ideas más que la libertad concreta
de los individuos de crear o manejar información o de
convertirse en un hacker. Por otro lado, a diferencia de los
hackers, la igualdad va ligada al sentido de
cooperación y de ayuda mutua desde el principio,
así la evaluación
también es realizada por colegas normales y no por
instancias legítimas (comunidades, revistas etc). Algunos
ejemplos de ello, son las Requests For Comments

[NOTA]26)de Arpanet o los newsgroups. El gran trabajo en equipo
desde el principio es quizá la diferencia con el proceso
de convertirse en un hacker; sin embargo, vuelve a compartir con
el mundo hacker ese imaginario de un mundo aparte separado del
resto de la sociedad.

Resumiendo, el concepto de democracia del mundo hacker y
universitario, se puede considerar cooperativista pero elitista,
donde se orienta a un fin concreto y determinado de generar un
mayor conocimiento pero únicamente para esa comunidad
más cerrada. De este modo mientras la cuestión del
pluralismo no aparece como central en el discurso hacker
quedándose reducida su importancia a las discusiones
internas dentro de la propia elite, el concepto de
libertad (tanto en el sentido de información,
conocimiento, como en el sentido de discusión en comunidad
de los antiguos), constituiría el empty signifier, o
punto nodal que transmite mayor significado a la
concepción de la democracia (el floating signifier) que en
este discurso se postula.

Tras el análisis de la práctica
discursiva, pasemos al análisis de la práctica
social en su totalidad. El problema de la articulación de
conceptos entre la libertad e igualad en la teoría se ve
plasmado en la práctica política dentro y fuera de
la red.

El mundo hacker nace en un entorno de profesionales de
la técnica, que se forman en programación en
línea de comandos a partir
de la necesidad de compartir recursos en un ambiente en el
que la información (el código fuente) viene cerrada
a la curiosidad del usuario y patentada por la empresa que lo
desarrolla.

En ese descubrimiento permanente se forman las
comunidades de expertos que hoy llamamos hackers. Sin embargo, la
continua generalización del acceso a las
tecnologías supone una incorporación de "nuevos
curiosos" que no sólo desconocen las normas sociales
internas a la comunidad primigenia, sino que acusan de manera
creciente el desfase en el plano del conocimiento
(técnico) entre los expertos y los neófitos.
Internet es el canal central en el que no sólo se
especializan los expertos informáticos, sino en el que
también se socializa el
conocimiento acumulado (weblogs,
listas de correo, FAQs

[NOTA]27) y RFC). Los hackers se forman en Internet y en
él se crean las llamadas"comunidades virtuales"[NOTA]28)a
partir de determinado nivel de conocimiento y de intereses
compartidos, siempre en red.

El problema principal se plantea a partir de la
capacidad de los recientemente incorporados para asumir
determinado nivel de conocimiento sin ayuda o formación
estructurada previa. Aunque se asumen las limitaciones de un
modelo de formación planteado de esta manera (sin que se
lleguen a desglosar los aspectos implicados: diferentes aptitudes
para la programación, diferente grado de interés en
la especialización técnica, distinta disponibilidad
temporal, personal o
familiar para ellos, sesgos de acceso, etc), se da por hecho un
cierto nivel de motivación
fundamental como factor que permitirá la
adquisición de soltura en la programación y en el
desarrollo de aplicaciones. Internet será nuevamente el
medio que facilite el acceso a los recursos necesarios, y el
anhelo en "convertirse" (alcanzar el nivel adecuado para) en
hacker hará el resto. Sin embargo, la existencia de
información es una condición necesaria pero no
suficiente para la entrada en la comunidad hacker. En la
práctica social, la voluntad, en su choque permanente con
la capacidad real, se plantea como un estímulo y no como
una meta trabada de obstáculos.

Otra de las cuestiones que se relaciona con la
práctica social, es la consecución del objetivo
último de esta comunidad: la inteligencia social,
también definida como inteligencia colectiva, que se nutre
de aportaciones individuales en una lógica
de cooperación. Mientras que algunos (como el autor de
todos expertos) la plantea como un proceso incompleto, pendiente
de la actualización de los todavía no integrados,
forma parte, al mismo tiempo, de las
características de la comunidad que se aspira a integrar:
un bucle cerrado, en el que el fin es a la vez una
precondición.

Un ejemplo real más concreto donde se vuelve a
ver la dificultad del funcionamiento de esta democracia elitista,
se encuentra en la comunidad de Sindominio

[NOTA]29). Constituida en 1999 a raíz de una
escisión del colectivo de contrainformación
Nodo50[NOTA]30), trata de "romper la división entre
técnicos y no técnicos" propia de un "esquema de
funcionamiento empresarial"

[NOTA]31). Se crea, por tanto, como una asamblea en la
que se superen las barreras del conocimiento técnico,
sobre la base de la formación espontánea,
autodidacta, de los miembros de la misma. Este ejemplo de
escisión pone de manifiesto las tensiones que supone una
democracia elitista, y ponen en cuestión la meritocracia,
apuntando más hacia la igualdad que hacia la
libertad.

En su caso la restricción en la entrada pasa por
otros medios. La incorporación en la asamblea de
Sindominio pasa por la lectura
obligatoria de al menos cinco textos fundamentales sobre software
libre, de cuya asimilación se debe dar pruebas en el
momento de la incorporación a la lista de correo. A partir
de ese momento, los textos fundamentales, los archivos
históricos de las listas técnicas y documentos en
páginas web se convierten
en el material de consulta ante el surgimiento de la
duda.

Sin embargo la opción de Sindominio de alejarse
de una jerarquía interna de modo empresarial le ha llevado
a otro tipo de problemas prácticos. Sindominio carece de
un servicio,
interno, de asistencia técnica a sus usuarios. En la vida
cotidiana, las organizaciones
que se suman a su asamblea carecen de la posibilidad de consulta
ante imprevistos lógicos en la actualización de sus
materiales de
trabajo en Internet. En concreto, las organizaciones más
institucionalizadas, con necesidades comunicativas relativamente
urgentes, se han visto obligadas a migrar a servidores
telemáticos con un servicio de asistencia técnica,
incapacitados como están de mantener un nivel de
formación costoso para sus responsables
telemáticos.

Sindominio apenas ha experimentado crecimiento interno
en los últimos cinco años, llegando a tener cien
organizaciones menores en su asamblea, frente al crecimiento
exponencial que han experimentado servidores que sí
disponen de servicios de
asistencia técnica.

Este constituiría un ejemplo de cómo los
problemas del individualismo cooperativo y de la meritocracia
crean escisiones y disputas dentro de esta comunidad.

5. El discurso del mercado

La salida de Internet del ámbito que lo crea, el
universitario y el de los expertos informáticos
aficionados (hackers) viene de la mano del mundo empresarial, del
mercado. Aunque en un primer momento la apuesta por las nuevas
tecnologías es recibida con desconfianza y cierto
recelo. Sin embargo, la rápida eclosión del
fenómeno de las empresas dot
com
, cuyo fenómeno más representativo se
concentra en Silicon Valley, desató una rápida
euforia que se plasma en dos tipos de fenómenos: el
monopolio
progresivo del mercado de Internet, en disputa, por parte de las
grandes empresa ya
dedicadas a la comercialización de software y que dejan de
desconfiar en el nuevo producto (Microsoft, Sun Microsystems), y
la aparición del fenómeno promotor de un nuevo
sistema de reglas de juego en el mundo empresarial: la New
Economy, impulsada por empresas de espectacular crecimiento y
gestión
informatizada, en las que la "empresas adoptan la red como
estructura organizativa[NOTA]32 )"

Nos interesa analizar el discurso del mercado desde dos
perspectivas, desde el mundo empresarial, cómo se vende el
producto y desde el punto de vista del consumidor,
cómo es percibido y utilizado por el consumidor/usuario.
Analizamos cuatro textos, extraídos de la revista de
ventas de
Microsoft en castellano: La
colaboración inteligente
de Executive Circle, De
Linux a
Microsoft: un giro hacia la productividad
de Javier
Palazón, El PC en los hogares, motor de despegue
empresarial,
de Jorge Lang, El valor del
negocio de la colaboración de
Ashin Pal. Por otro
lado, también analizamos desde el punto de vista del
consumidor una serie de textos que parecen relevantes donde se
muestra una
articulación específica de elementos de la
democracia (entre libertad, seguridad y derechos), entre ellos se
encuentra: ¿Por qué se compra en Internet? y
¿En qué sitios confían los usuarios?
Percepción de confianza y seguridad de los
usuarios en Internet, La diferente conducta de
compra en Internet y su impacto en las estrategias y
conceptos de venta
tradicionales
, todos ellos de Eduardo
Manchón.

La perspectiva del empresario

La noción de democracia que maneja el mundo
empresarial aparece aparentemente inscrita en los
parámetros fundamentales en que se sustenta la economía de mercado:
Internet es un producto más a comercializar, en un
escenario en el que la libre competencia exige que los
consumidores manejen el máximo de información
posible, no sólo en torno a los productos que vende la
Red, sino sobre cualquiera susceptible de ser comprado. Internet
sería, por tanto, la fuente de acceso fundamental por la
que el usuario se convierte en el consumidor perfecto.

Sin embargo, la fragmentación que caracteriza a
Internet, fenómeno visible también en el
ámbito de los movimientos sociales, por la que la
posibilidad de ganar una porción de visibilidad exclusiva
en la Red hace difícil la generación de espacios
compartidos, convierte la esfera mercantil de Internet en un
espacio disgregado. La libertad de información
desde las empresas se limita a la que ofrecen sobre sus propios
productos, en ejercicio de la libre competencia. El consumidor
tan solo encuentra una pugna entre artículos similares,
debiendo imaginar las causas finales de la disputa. El ejemplo
paradigmático aparece en el enfrentamiento ya legendario
entre Windows y
Linux. El principio de competencia (mercantil) prima sobre el de
tolerancia
(democrático), en intercambios no inocentes en los que
están en juego operaciones
financieras millonarias.

"Democratizar " Internet, por tanto, es una
operación de venta, por la que se trata de hacer
llegar el máximo posible de ordenadores, en una primera
fase, y de conexiones en una segunda, a los hogares, tanto a los
de los empleados de las empresas como a los de cualquier
"ciudadano", encubriendo bajo un discurso de necesario acceso a
la información la necesidad de "colocar" un producto
propio. Así, por tanto, la idea de democratizar
está referida fundamentalmente a la noción de
igualdad, pero una igualdad no entendida en
términos horizontales de justicia, sino más bien
como de igualdad de opción de consumo y compra.

En relación a la empresa y sus trabajadores, se
aplica la segunda fase de todo esquema fordista: si la
producción en cadena busca un abaratamiento de costes
ligado a la optimización del proceso productivo, la enorme
cantidad de excedente deberá ir acompañada de un
abaratamiento de costes que permita que los propios trabajadores
estén en condiciones de adquirir el producto que
fabrican.

La empresa busca evidenciar "facilidad, potencia y
rendimiento" en la esfera del ocio para convencer a los empleados
de la adquisición de un PC conectado, pero al mismo tiempo
explicita una segunda línea de criterios que le beneficia
de manera directa: "seguridad, fiabilidad y
garantía", sumados a la posibilidad de obtener
beneficios fiscales. Detrás de un lenguaje light en
el que se intuyen connotaciones de carácter
económico, encontramos una búsqueda de familiaridad
del empleado con las NTIC, destinada a evitar gastos en su
formación a la hora de trabajar. Se vende, por tanto, una
herramienta de ocio y una fuente de información
argumentada sobre el derecho al acceso a la información,
buscando en realidad una repercusión directa sobre el
funcionamiento de las empresas.

Al mismo tiempo, si se parte del presupuesto de
que Internet facilita el contacto interpersonal, sin necesidad de
previas mediaciones afectivas, personales, profesionales, etc, la
voluntad comunitarista implícita en estos intercambios es
contemplada desde la empresa en el sentido contrario;
exactamente, la difusión de Internet persigue la promoción de atenciones personalizadas,
individuales. El manejo de la Red persigue un traslado de
derechos, en esta ocasión derechos del consumidor en el
mercado, muy similar a la que promueve el Estado con los derechos
de ciudadanía: acceso y ejercicios personales que no
presentan modificaciones fuera de la Red salvo por el factor del
incentivo a través del abaratamiento de costes. De este
modo, la pluralidad que se manifiesta en estos ámbitos,
lejos de reproducir una versión comunitarista propia de
una red cerrada
de hackers, aparece como pluralidad de una red un tanto
más abierta que únicamente depende de la
posibilidad de compra, pero ciertamente más
individualista. Así por ejemplo se habla en este caso de
pluralidad en la utilización de distintas herramientas de
colaboración para diferentes tareas, aunque siempre dentro
de unos determinados cánones de estandarización
para esa productividad.

Por lo que respecta a la noción de
participación, nuevamente el papel asignado a los
consumidores se considera en sentido estricto. Hablamos de un
proceso establecido en torno a la libertad individual y concreta
de acceder a un producto por el que se paga. No se participa en
la elaboración de las aplicaciones del paquete (con
código fuente cerrado), estableciéndose un
modelo vertical de consulta y respuesta que contrasta
extraordinariamente con el modelo hacker. La gestión
de los contenidos es un proceso al margen del soporte, esta vez
sí considerado parte de la esfera privada del consumidor;
se presuponen sólo dos tipos de usos: los comerciales
(compras) y los
centrados en el ocio que, por su bajo perfil político, se
entienden diferenciados del medio (y del control sobre
él) que se realizan.

Sí que se incorpora, no obstante, la idea de
"colaboración", pero siempre entre trabajadores dentro de
la empresa, o entre responsables técnicos de una
aplicación. Nuevamente, se colabora para optimizar gastos
e incrementar la productividad, idea que permea del mundo
hácker, aunque con tintes mercantiles incorporados. La
posibilidad de compartir conocimiento genera ventajas: reduce
costes y tiempo, evitando dispersión y
descoordinación; sin embargo, se da por hecho que el
ámbito apropiado es dentro de una misma unidad
empresarial, ya que toda innovación sale al mercado protegida por
patentes cara a la competencia.

Esta almagama se traduce en el nivel
lingüístico en el análisis de la
interdiscursividad e intertextualidad. La interdiscursividad
incluye la mezcla de discurso científico-técnico
con discurso de marketing y la
existencia de gran estilo directo de las frases más que el
indirecto. Ello puede señalar que el principal objetivo
que sería vender una determinada idea, la necesidad de
cooperación y compartir información para la
eficacia
estaría representado por el género del marketing,
de ahí el formato de publicidad:
pregunta como título "¿por qué es necesario
compartir?" y explicación a continuación. Este
género del marketing quedaría enmascarado por ese
discurso científico-técnico que le daría una
mayor credibilidad para la venta de esta idea, junto a ello las
numerosas citas de estilo directo harían la función
de cercanía al receptor, contrastando así las
características de discurso
científico-técnico. De esta manera podríamos
concluir que, en concordancia con lo analizado acerca de la venta
de la idea de democratizar, el discurso del marketing, que es el
principal, se ve acompañado de otra serie de discursos
para su enmascaramiento.

Por lo que respecta al análisis de la
intertextualidad, observamos expuestas varias ideas ya conocidas,
como la necesidad de eficacia, rentabilidad
necesarias para el funcionamiento del sistema o la idea de
compartir entre unos mismos recursos para conseguir nuevamente
una mayor rentabilidad.

Es de destacar que para resaltar la importancia de la
necesidad de compra y acceso a al información para una
mayor eficacia, todas sus aseveraciones en estos textos
están escritos de forma afirmativa. Así mismo se
observa la existencia de muchas citas en las que se habla de un
nosotros, con una primera persona del plural. Se podría
considerar que esta gran abundancia de citas responde a la
necesidad de autenticidad de cara al nuevo trabajador y
consumidor, y también cercanía. Sin embargo, hay
que destacar que el grado de nominalizaciones es bajo,
sólo se observa de forma presente cuando se hace
referencia a cuestiones centrales de su discurso, cómo "el
modelo de colaboración también mejora" (…), "la
tecnología también ayuda…" (….), "la
compañía puede construir una mayor eficiencia"
(…). Ahora bien, este grado de nominalizaciones se extiende
más cuando estamos hablando de la inserción de la
tecnología en casa del trabajador para una mayor
eficiencia de la empresa; así, tenemos frases como "La
colaboración hace posible que el trabajador se concentre
más en sus tareas (…)", "el mercado está tomando
conciencia de la
importancia de la colaboración…" De este modo las
nominalizaciones están referidas fundamentalmente a los
procesos básicos de colaboración y de compartir
información, de lo que podríamos inferir que la
responsabilidad de los resultados que surjan quedan
oscurecidos.

Como resumen de todo este aspecto
lingüístico, podemos señalar que la
función principal de vender una nueva idea se realiza a
través de términos democráticos, mezclado
géneros y discursos y proponiendo términos que
sugieran la participación y la cooperación de todos
para la construcción de la mejor empresa.

La perspectiva del consumidor[NOTA]33

El papel desempeñado es muy similar al del
trabajador de las empresas que comercializan Internet, esta vez
sin mediación de obligatoriedad. Lo analizamos a partir
del desglose de términos que integran el general de
"democracia":

Uno de los principales elementos que resulta clave en el
discurso del mercado desde el punto de vista del consumidor, es
la percepción de la libertad, pero una
concepción de la libertad particular.

Así la libertad de comprar debe estar ligada a la
facilidad y comodidad de comprar, es decir, los usuarios se
sienten libres de la presión de
un vendedor porque son ellos mismos los que deciden qué
comprar y cuando hacerlo. De hecho como señala Eduardo
Machón en sus textos, los usuarios sólo compran un
5% del tiempo que visitan una página
web, el resto lo utilizan en tareas de búsqueda y
selección, lo que les da esa percepción de ser
libres.

Por otro lado la libertad también se equipara con
el deseo cumplido, de ahí que la compra inmediata de lo
que uno quiere y persigue se consigue de forma fácil e
inmediata. De ahí que se señale que una de las
razones fundamentales para comprar on-line son la rapidez, la
eficiencia y el placer

[NOTA]34)

En conexión con lo anterior, podríamos
señalar que la libertad en el mercado, a diferencia de los
hackers y quizá de los movimientos sociales, aparece
vinculada a la libertad de los modernos. Los usuarios no son
meramente pasivos, sino más bien activos, lo que
implica cierta libertad ligada a la toma de
decisiones sobre los sitios en los cuales e quiere navegar,
buscar y procesar información; a su vez esta libertad de
decisión supone una liberación con respecto a
cualquier canon que se quiera presentar para comprar, ellos, los
usuarios son libres de decidir qué producto satisface su
deseo.

Sin embargo, esa libertad de la búsqueda del
producto a la hora de realizar la compra cambia por la
percepción de la seguridad. La libertad debe estar
acompañada de la seguridad de sitios web donde la
simplicidad del diseño
y la claridad se convierten en las claves de la confianza. A su
vez esta seguridad se encuentra ligada a la capacidad de manejo
por parte de los usuarios. Otro de los elementos esenciales que
se entraña dentro del concepto de seguridad es la
seguridad de que a la hora de su compra no van a ser timados. Las
cuestiones que se unen a la libertad los certificados de
garantía específicos de Internet, los certificados
de uso de tecnología, la ausencia de enlaces rotos, los
gráficos de alta calidad y bajo
lenguaje promocional son todos signos de
confianza.

La seguridad también está ligada al
prestigio, así los enlaces a sitios web de prestigio
contribuyen a la confianza.[NOTA]35 )Así mismo es curioso
observar como la mayoría de los sitios web que gozan de
mayor confianza, no tienen una presencia en el mundo
físico únicamente en el virtual. De este modo
podríamos ver como la confianza y la seguridad van unidas
a una nueva libertad, la libertad de navegación en busca
del mejor producto.

Como vemos los conceptos de libertad y seguridad van
íntimamente unidos. Ahora bien, precisamente porque van
unidos, el concepto de derechos por parte de los usuarios
también ocupa su lugar. De ahí que dentro de los
efectos de la atención selectiva[NOTA]36)se fijan
determinadas reglas de comportamiento[NOTA]37); estas reglas de
comportamiento pueden suponer la base de la demanda de
nuevos derechos por parte de estos usuarios, de ahí que
según el Estudio General de medios en España
(1999) el 70% de los usuarios están a favor de
algún tipo de regulación del spamming, mediante la
prohibición legal o creación de listas restringidas
de envío.

Resultados de la articulación entre ambas
perspectivas

La confianza que genera un modelo cooperativo limitado
sólo se orienta al consumidor final, aunque concretamente
a los "grandes clientes", a los que se vende una idea de trabajo
en equipo que contrasta seriamente con la orientación
individualista que promueve el modelo. Finalmente, la posibilidad
de descentralizar tareas, muy explotada por los hackers y
movimientos sociales, se plantea en último término
como una garantía de control sobre el trabajo de toda la
plantilla; incorporan así la "vigilancia" a una estructura
micro de Internet (una Intranet), que
choca frontalmente con los esfuerzos de los otros tres
imaginarios analizados a la hora de garantizar privacidad en las
comunicaciones
y seguridad frente a las pulsiones verticalizantes de una
vertiente cerrada de la Red. De este modo y a diferencia de otros
discursos donde la delimitación del antagonismo social se
encuentra presente definida claramente, la ambigüedad y los
límites del orden del discurso y su campo de discursividad
parecen más amplios, donde en principio cabe toda
influencia de la importancia del término libertad. Sin
embargo, esa gran amplitud del orden del discurso
podríamos señalar que cierra su puerta a todos
aquellos discursos en donde no se encuentre la eficiencia y la
rentabilidad del mercado, no aceptaría así
discursos que señalaran la necesidad de compartir y de la
búsqueda de la igualdad si estos no van acompañados
de los beneficios que suponga toda nueva configuración de
perspectivas. De este modo su antagonismo social y la identidad
de este discurso, viene marcado por la negación de todos
aquellos discursos que no aceptan la eficacia y la rentabilidad
como principios fundamentales.

El hecho de que no aparezcan claros los límites
de esta discursividad queda manifiesto en la distribución de sus textos. En efecto no se
puede delimitar con claridad la forma de distribución de
tales textos, puesto que no existe por así decirlo una
página web común o áreas de encuentro, el
discurso de lo que aquí hemos llamado mercado se encuentra
distribuido de forma homogénea y prevaleciente a lo largo
de toda la red, especialmente desde la perspectiva del
consumidor. Por lo que respecta a la primera perspectiva casi
podríamos señalar las mismas conclusiones,
únicamente ahora dichos discursos se encuentran
especialmente localizados en las empresas, por ejemplo en los
grandes diseños web de Microsoft. En la misma línea
podríamos señalar que en este caso de
práctica social y de su ejemplo se puede reducir a
cualquier forma de compra que se realiza por parte de los
usuarios diariamente, así como las últimas
gestiones llevadas a cabo en las grandes empresas, como es el
caso de las nuevas operaciones de la
colaboración inteligente que se propone Microsoft.
Precisamente porque su discurso está tan extendido no es
posible hacer referencias a prácticas muy concretas como
en los casos anteriores.

Así en forma de pequeña conclusión,
podríamos señalar que existe una concepción
liberal de la democracia en este discurso del mercado. Ahora la
libertad en la navegación debe estar unida a un momento de
seguridad y esta seguridad la puede garantizar entre otros la
demanda de nuevos derechos. En cualquier caso, por parte de los
usuarios en el discurso del mercado, se puede considerar que
el concepto nodal fundamental es el concepto de libertad. Una
libertad que a su vez conlleva un cierto tipo de vigilancia y
control.

6. El análisis de los
Novísimos Movimientos Sociales

Los Novísimos Movimientos Sociales (NsMS) son, en
términos de contenidos, una continuación de los
Nuevos Movimientos Sociales de los años sesenta/setenta en
Occidente (feminismo,
antimilitarismo, ecologismo…), redimensionados por, y a
los que se suman novísimos temas derivados de, el contexto
de globalización capitalista, y desarrollados
a partir del manejo de Nuevas Tecnologías de la
Información y a Comunicación.

Los NsMS se empiezan a gestar a finales de la
década de los ochenta, aunque alcanzan su pleno apogeo de
la mano de las primeras dinámicas de contestación a
la hegemonía simbólica capitalista instalada tras
la caída del Muro de
Berlín, ya avanzada la década de los noventa. A
una etapa embrionaria, desde las primeras manifestaciones contra
el FMI y el BM en
Alemania hasta
la Cumbre de la Tierra de
la ONU en
Río, y a la época de cumbre paralela, que comprende
desde 1992 y la Cumbre de Río del GATT en 1994, hasta 1999;
sucede el llamado "ciclo de protesta"(como subciclo dentro de
todo el ciclo de movilización), que comprende desde la
primera contracumbre contra la Ronda del Milenio de la OMC en Seattle
(1999) hasta la contracumbre del G-8 en Génova en julio de
2001. Tras esta etapa se inicia el denominado "repliegue a lo
local" en la rama más movimentística o activista, y
la "era de los foros" sociales (mundial y regionales o
sectoriales) en la rama propositiva o reformista.

La irrupción en la Red por parte de los
movimientos sociales se da en paralelo a su actividad
política real: Internet se convierte en el medio de
coordinación por excelencia una vez
iniciadas las movilizaciones, y en el nexo que permite la toma de
contacto entre realidades y resistencias
similares, que son el germen del espíritu crítico
que explica la existencia del movimiento
antiglobalización.

Cuando los movimientos sociales de apropian de la Red lo
hacen sin embargo con varias intenciones: por un lado, el de
recuperar zona liberadas (o Zonas Temporalmente Autónomas,
en un herencia directa del discurso hacker y que encuentra un
correlato en la realidad social en manos del movimiento ocupa) en
las que poder llevar a
cabo el trabajo político que ha sido expulsado de la arena
pública. Por otra parte, la Red garantiza capacidad de
coordinación más allá de las referencias
espacialmente cercanas y en tiempo real. Si el acceso a la
información permite el primer gran paso, el de identificar
interlocutores globales en pleno proceso de adelgazamiento de los
márgenes del Estado, la coordinación de las
propuestas y de las protestas será el paso lógico
siguiente, en el que Internet sigue desempeñando un rol
fundamental.

Para analizar los discursos sociales en torno a
Internet, hemos utilizado cuatro textos: la FAQ de Nodo50[NOTA]
),38 la FAQ general de Indymedia[NOTA]39), la FAQ de Indymedia
Madrid[NOTA]40)y el texto Las calles de
Morfeo
de Luca Casarini[NOTA]41)41. Partiremos, para
comenzar, de una ya clásica definición de
contrainformación:

"Contrainformar es trabajar para legitimar los
discursos insurgentes frente al pensamiento único
neoliberal, destruir el mito de la
objetividad, servir de vocero de los movimientos sociales, dar
la palabra a quienes callan por falta de oportunidades para
hablar, combatir el ruido con
apariencia de música
que emana de los gigantes mediáticos. Contrainformar es
también hacerse con herramientas que permitan la
difusión horizontal de la información, construir
puentes que hagan circular contenidos con valor de uso, romper
el monopolio de la producción de discursos sobre el
mundo social, desbaratar la ilusión de una "opinión
pública libre". Contrainformar es también
romper la atomización que el capitalismo global
está generando, entrelazar realidades sociales
transformando la aventura individual en una relación
social comunicable y comunicada.

[NOTA]42)42"

El párrafo
recoge algunos de los elementos políticos que definen el
fenómeno contrainformativo: la intención de
visibilizar discursos silenciados por los medios de
comunicación convencionales, en lo que respecta a
contenidos; la voluntad asamblearia y horizontal en el modelo
organizativo (procedente de tradiciones ideológicas
previas, como la autonomía o el anarquismo, y que ensambla
con la propia estructura organizativa de la Red) y la
concepción de la información como una herramienta
política, la condición necesaria para el activismo
real.

La construcción de la propia identidad por
parte de las redes sociales que se articulan en el ciberespacio,
uno de los objetivos que
persigue la definición del trabajo compartido, pivota
igualmente en el antagonismo social, la reactividad,
concretamente en la negación de las características
de la comunicación convencional; por reacción,
promueven factores como la horizontalidad, subjetividad
política explícita y reivindicada, valor de uso
frente al valor de cambio, lucha contra globalización. El
modelo se construye inicialmente en base a una negación,
la del trabajo de los medios de
comunicación de masas, para ir evolucionando
progresivamente a una elaboración propositiva:

-En concreto, en lo que al plano organizativo se
refiere, los movimientos sociales encuentran en la Red un espacio
de estructuración inigualable para el traslado de los
propios modelos
organizativos y decisorios: Internet es un medio horizontal y
descentralizado, y así es como se organizan los
movimientos sociales en la Red; en Internet se multiplican las
herramientas para la explicitación de posiciones
enfrentadas que, aunque como dice Flitchy[NOTA]43), no es
precisamente el medio más adecuado para lograr consensos,
facilita un panorama general e inmediato.

  • Los medios contrainformativos niegan, en un discurso
    confuso, la objetividad pretendida por el periodismo
    clásico, exaltando los valores
    políticos que justifican la existencia de un proyecto como
    parte del atractivo del mismo. Sin embargo, y al mismo tiempo,
    pretenden eliminar las mediaciones entre emisor y receptor,
    invirtiendo, en las versiones telemáticas más
    modernas (a pesar de que se trata de un discurso de la era
    pre-Internet en la contrainformación sobre papel) la
    secuencia comunicativa clásica (emisor-mensaje-receptor)
    y favoreciendo herramientas que, en esa dinámica horizontal, permitan la
    aparición de la figura del activista reportero. Lo que
    no se elimina es la existencia de un artefacto técnico,
    con un diseño con implicaciones políticas, que
    determina la forma, el público y el carácter
    último del mensaje, por mucho que quien lo lea sea un
    potencia redactor.
  • Pese a todo, la importancia conferida a la
    información como contenidos, en torno al derecho al
    saber y una reiterada igualdad en el acceso, se
    concretará en una fórmula que pretende arrebatar
    al mercado la porción de valor que incorpora a la
    información como producto. El énfasis en la
    última fase del proceso (acceso a la información)
    se redacta sobre la limitación cualitativa de la parcela
    de poder que corresponde a la primera (la emisión de
    información), la que se ha mercantilizado. Se lleva a un
    extremo tal en el que el derecho de acceso[NOTA]44) a los
    medios y, con ellos, a la información, se convierte en
    un derecho fundamental[NOTA]45), prácticamente tal y
    como ya lo plantaban los hackers en su Declaración de
    Independencia.
  • El último nivel de generación de
    identidad compartida es de carácter
    intrínsecamente político: las NTICs se entienden
    como una herramienta de lucha contra el modelo de
    globalización neoliberal, una batalla que, siguiendo a
    Casarini, se da en su terreno, aunque desde la
    contrainformación quizás no con sus mismas
    reglas.

De hecho, no todos los discursos en torno a la
comunicación alternativa son democratizantes. El ejemplo
más relevante es protagonizado por un teórico y
activista italiano, Luca Casarini, portavoz de los
Desobedientes:

"El media no es democrático, no puede serlo. El
media sirve para disparar, para combatir, está con una
parte. Sin embargo, el conjunto de las acciones que contribuye
a crear puede conquistar elementos de nueva
democracia.[NOTA]46)"

. Esta premisa, la vieja consigna leninista por la que
el cambio de las condiciones objetivas se provocará por
parte del sujeto revolucionario de mano, entre otros medios, del
órgano de prensa, es
rigurosamente aplicado por algunos proyectos
políticos que rehuyen adscripciones ideológicas
"vinculadas al pasado". Si se trata de vencer a los medios
convencionales, en coherencia con el lema de Indymedia
"Don´t hate the media, become the media", argumenta
Casarini, es necesario jugar en su propio terreno, con sus mismas
reglas.

La pregunta reside en la verdadera vocación de
los medios alternativos o contrainformativos: ¿competir
con la comunicación de masas, o abrir fisuras, burbujas o
zonas liberadas en las que circule la información sesgada
en los convencionales?

En este párrafo no sólo encontramos los
elementos que caracterizan la propuesta contrainformativa, entre
los que cabe destacar la intención de visibilizar
discursos insurgentes, silenciados o precarios, especialmente los
de los movimientos sociales. El supuesto último de esta
reflexión se sustenta en el primer concepto que
manejaremos dentro del global de democracia: igualdad de
acceso a la información, tanto a la generada por otros,
como a la visibilidad de la emitida por uno mismo. La
sensibilidad política hacia la existencia de desigualdades
no desaparece en los discursos en torno a Internet: los sesgos
(económicos, técnicos, sociológicos) son
tenidos en cuenta, a la vez que se incorpora naturalizada la
desventaja en el monopolio de la Red frente a las grandes
multinacionales de la comunicación y de las
NTIC.

Por ello, tanto la igualdad en el acceso, como en la
expresión, son factores centrales de este subnodo en
el discurso democrático de los actores sociales: la
herencia hacker se ve en la exigencia de libertad para curiosear,
modificar y difundir, reforzada por la exigencia de que esa
posibilidad no conozca rangos o jerarquías, a la vez que
se crean herramientas técnicas en las que el acceso igual
está garantizado, y la expresión de opiniones se
rige por la misma lógica: orden cronológico de
aparición de las contribuciones en los blogs, en las
listas, en los foros. Del mismo modo, y aunando ambos elementos,
se tiende a facilitar el proceso técnico por el que el
usuario medio accede a los puntos de emisión de
información: formularios para
publicar, por ejemplo.

La noción de seguridad, más por
prudencia que por desinterés, no aparece mencionada
explícitamente en los discursos analizados sobre
movimientos sociales en la Red. Se percibe, sin embargo, en la
firma técnica de las herramientas empleadas (rechazo a
PHP Nuke porque
abre inseguros, por ejemplo).

En los modelos más cerrados, sin embargo, el
discurso aparece difuminado y en términos
políticos: concretamente en los blogs, en sus textos
fundacionales: en herramientas de publicación abierta, la
presencia de provocadores (trolls, generadores de ruido) es
planteada como un problema de seguridad para el mantenimiento del
proyecto político que rige el sitio. Insistimos en que
sólo los modelos más regulados, valga la paradoja,
son los que más énfasis hacen en problemas que
otros ni mencionan. El otro caso es el Informe Vigilando
a los Vigilantes, de Nodo50

[NOTA]47): la posibilidad de filtrar las direcciones
IP de los
usuarios que se conectan a las máquinas del proyecto
permite detectar espionaje policial. Sin embargo, la
reacción no es impedirlo, sino publicitarlo, bajo el
argumento de que la información que se muestra en esas
páginas es pública y por ello no se restringe el
acceso, aunque se advierte de posibles usos fraudulentos no
justificados. La libertad de y la igualdad en el acceso a la
información del usuario prevalecen, pero la libertad de
expresión sustenta el derecho al honor.

Pero es sin duda, la participación el
principio rector de los proyectos políticos
telemáticos y el punto nodal del discurso sobre el que se
sustenta la contrainformación.. Toda la Red Indymedia hace
pública una declaración de intenciones en la que
explicita que el sentido último de su propuesta se basa en
la posibilidad de que los usuarios se conviertan en verdaderos
protagonistas del sitio, a través de la publicación
abierta:

"La publicación abierta es un elemento esencial
del proyecto Indymedia en general (…): permite editar
instantáneamente noticias,
relatos o análisis en un sitio web accesible
globalmente, anima la creación de una comunidad abierta
y activa de usuarios que se convierten ellos mismos en medio de
comunicación alternativo, reinventa un periodismo
político sin especializaciones, a la altura de una
época en la que todos somos
expertos"[NOTA]48).

La interactividad en la que se diseñan gran parte
de las herramientas en manos de activistas políticos en
red exigen una implicación absoluta del usuario a
que van destinadas: las listas, los foros, el chat, el
correo o los weblogs no tienen sentido si no son
utilizados.

Esto conduce a una suerte de salto categorial, por el
que los medios de comunicación políticos en
Internet no acaban de distinguir su propia posición en el
proceso informativo: así, unas veces se consideran
"herramientas al servicio de los movimientos sociales", mientras
que en otras ocasiones son directamente "movimientos sociales en
una vertiente comunicativa". Ambas posiciones se relacionan
directamente con la implicación de la base social
potencial que los utilizará, pero se mantienen como una
opción equivalente, sin implicaciones ideológicas.
Y las tiene. Como herramientas, se consideran recipientes
vacíos, sin mediación ideológica. Como
movimientos sociales, la confusión entre acceso a la
información y capacidad de movilización
política se convierte en una pesada carga que nunca se
llega a verificar en resultados satisfactorios. Lo cierto es que
se ignora que, con la consiguiente mediación
ideológica impresa en el diseño y la gestión
de la herramienta, los medios son lo que llegan a ser a partir de
los usos políticos que los activistas hacen de
ellos.

Los contrainformativos son medios, con carga
ideológica expresa o tácita, utilizada por otros
activistas para fines políticos concretos. La
participación de los últimos decide el objetivo
final, pero no necesariamente el punto de partida.

Por otro lado la libertad se desglosa en lugares
comunes propios de la expansión de Internet: libertad de
acceso a la información, libertad de expresión, que
ya se han explicado en otros apartados. Quizás la
novedad resida en la extrapolación de estos principios,
basados en prácticas políticas muy sólidas
en las redes sociales hacia el mundo virtual.

La radicalidad democrática de esta propuesta
radica precisamente en la consideración de la libertad
como medio y como fin: es necesaria para acceder a la
información, a los contactos y redes, a los recursos para
impulsar programas de
lucha a favor de más libertad. Son cuestiones muy
recurrentes en algunos textos, y muy silenciadas (dados por
hecho) en otros, siempre planteados como reivindicaciones, en
tono imperativo ("los derechos no se piden, se toman"), seguidos
de una sólida argumentación en términos
éticos, con la noción de justicia en el fondo de la
misma.

Aunque todos los desgloses posibles de democracia se
planteen en realidad como derechos, pendulan sobre ellos una
nueva generación de derechos heredados del mundo hacker e
incorporados a los discursos sobre el medio (Internet): los
ciberderechos, que contemplan varios de los puntos ya tratados,
fundamentalmente dos: seguridad, en torno al derecho a la
privacidad de las comunicaciones (en el caso de los movimientos
sociales, con un tono paranoico trasladado directamente de la
militancia real: la posibilidad de que las comunicaciones sean
interceptadas por fuerzas de seguridad) y nuevamente del mundo
hacker, la libertad de circulación de los saberes o la
oposición férrea a la existencia de sistemas de
patentes que limiten la difusión de productos protegidos
por la propiedad
intelectual (véase el movimiento copyleft).

Son derechos de última generación o
novísimos derechos, que entran y salen de la Red (donde
nacieron muchos de ellos), adaptándose con éxito
cambiante a los condicionamientos de receptores distintos de los
iniciales (el caso de las patentes de
software, ampliado por el movimiento copyleft, es un buen
ejemplo de discursos forzados, de obligatoria
reformulación pendiente).

En lo que se refiere al lenguaje empleado en los textos
que analizamos, la juventud de
los textos y el incipiente desarrollo teórico,
todavía pendiente de nuevas aportaciones, llevan a un
predominio de las afirmaciones: "contrainformar es" y del modo
imperativo: "la contrainformación debe". Detrás del
propósito (hacer contrainformación) siempre existe
un "nosotros", que hace alusión al colectivo editorial o
la asamblea que gestiona el proyecto concreto, como sujetos
activos de una práctica. En algunos casos, en torno a los
mandatos éticos que deben regir la
contrainformación o el mediactivismo, encontramos un
referente difuminado, oculto tras el imperativo, en evidente
referencia a todos aquellos que, aventurándose en
prácticas informativas alternativas, deben cumplir unos
estándares de calidad mínimos.

La contradicción más latente en
este cambio de sujetos es la que se refiere al contraste
entre la importancia concedida en el discurso a la
participación de los usuarios, entendidos como el
soporte fundamental

[NOTA]49)de un uso político de las NTIC que prima
la construcción en primera persona de los relatos, y la
preeminencia del colectivo editorial en la afirmación
continua de los fundamentos en que se asienta el modelo. El
"nosotros" rara vez hace alusión al conjunto de los
usuarios, y sí a los promotores de la iniciativa de un
nuevo sitio web dinámico. Aunque el discurso se elabora
sobre el presupuesto de la participación, no sale en la
enunciación continua de los postulados más que como
referencias concretas a este aspecto, primando la
enunciación de las motivaciones y ubicación
ideológica del colectivo promotor en primera persona del
plural.

El discurso manejado presenta, además y como se
ha dejado entrever, una doble dimensión
político-técnica (mezcla de discurso
político y científico-técnico, su
interdicusrividad), que no necesariamente está
vinculada en un mismo sentido. Si partimos de la base de que el
propio diseño de la herramienta elegida es una
opción política (en un contexto en el que, como
hemos podido comprobar en este artículo, Internet
está connotado ideológicamente desde su
concepción y como consecuencia de su evolución por
distintos imaginarios), y el propio énfasis en la
construcción de nuevos modelos comunicativos sobre nuevos
soportes que permiten la subversión de modelos previos
así lo confirma, el discurso político no
debería ser considerado una dimensión separada
frente a la neutralidad esgrimida en el modelo
tecnológico. Rara vez se establece una conexión de
sentido entre una herramienta que hace posible y central la
publicación abierta, y el propio modelo de
publicación abierta en sí.

En el plano estrictamente ideológico, simplemente
mencionaremos la existencia de tres herencias
(intertextualidad), no necesariamente recientes, en la
conformación de los discursos en este ámbito: junto
con la noción de novedad en relación al desarrollo
de Internet y al de los propios usos políticos de la Red,
sobre el que se desarrolla la presunta neutralidad que evita
definiciones demasiado concretas. Se cruza además con
apuestas políticamente comprometidas con contenidos, en
las que los ejes temáticos de los Nuevos Movimientos
Sociales y los procedentes de la izquierda política
"tradicional" (sindicalismo,
mundo obrero) contrastan con la herencia –localizada en la
opción de Indymedia Madrid- postmoderna de última
generación, que rechaza posicionamientos
ideológicos ("falsa conciencia").

La difusión de estos textos se lleva a cabo
estrictamente a través de Internet: el activismo
comunicativo se gesta dentro de la red. La
contrainformación establece sus reglas de funcionamiento
en las páginas web de cada proyecto telemático; los
textos se agrupan en las "biblioweb" y en las recopilaciones de
materiales de sitios específicos. Todavía son
escasos los textos impresos sobre este género informativo.
El acceso a la información es bastante amplio, conectando
de forma más o menos fluida las redes sociales y las redes
telemáticas.

El mejor ejemplo de cuanto hemos mencionado es el
funcionamiento real de la Red Indymedia, surgida en 1999 en torno
a la contracumbre a la Ronda del Milenio de la OMC de Seattle.
Con posterioridad se extiende, hasta alcanzar más de 100
nodos en la actualidad. Basado en la existencia de un colectivo
editorial que escribe las editoriales ("columnas centrales"),
abren la posibilidad de participación, en la que centran
su funcionamiento, a través de una columna de la derecha
de publicación abierta, donde los usuarios publican sus
propias noticias:

"www.indymedia.org News Wire trabaja con el principio
de "publicación abierta", un elemento esencial del
proyecto Indymedia que permite a los periodistas y
publicaciones independientes publicar las noticias de forma
instantánea en un sitio web accesible globalmente. El
newswire Indymedia anima a la gente a convertirse en el medio
de comunicación, publicando sus propios
artículos, análisis e información.
Cualquiera puede publicar en el newswire, desde un ordenador
conectado a Internet, haciendo clic en la palabra "publish"
(publicar) en www.indymedia.org y siguiendo las sencillas
instrucciones. Indymedia confía en que la gente que
publica las noticias presente su información de forma
completa, honesta y exacta (…)".

[NOTA]50)

El objetivo perseguido es, como mencionábamos, el
de convertir el sitio web en un espacio gestionado por los
usuarios, potenciales periodistas y observadores de primera mano
de los fenómenos de interés activista. El proyecto
funciona sobre la base de un principio de confianza: la
mediación del colectivo editorial sólo está
prevista en caso de provocaciones que obstaculicen el buen
funcionamiento del proyecto.

El ejemplo que mayores contradicciones plantea respecto
de este modelo es el de Indymedia Madrid, con el colectivo
editorial más rígido de la historia de Indymedia,
establece un sistema de filtros a determinadas direcciones IP, y
exige un registro de
usuarios, que son los que pueden puntuar y decidir así la
visibilidad de las contribuciones:

"Pero Indymedia-Madrid/ACP se reserva también
el derecho a orientar ese caos que entra por la ventana de
publicación abierta, a filtrarlo, a extraer lo que su
comunidad de usuarios juzga relevante, a separar, en fin, la
señal del ruido (…)

[NOTA]51)".

Se desvirtúan así los principios de
participación e igualdad en el acceso que caracterizan el
modelo, en claro beneficio del de "seguridad" en sentido
político más que técnico. El modelo de
confianza en la honestidad de los
usuarios se restringe:

"Es una especie de "llave", de interfaz, que el
colectivo editorial entrega a quien se comprometa a hacer un
uso constructivo y afirmativo del sitio, evitando todo uso
fraudulento o punitivo del sistema de puntuaciones. Por
supuesto, el colectivo editorial, como hace cualquier colectivo
con las llaves de su local, se reserva el derecho de
admisión (…)[NOTA]52)".

El modelo último corresponde al de herramienta
política en mano de un grupo de activistas con marcos
ideológicos definidos no explicitados, en el que el
Indymedia se convierte en un medio para "sabotear Matrix", al
más puro estilo Casarini:

"La autonomía del colectivo editorial se
expresa así: no queremos ni podemos ser un
"reflejo/altavoz/tablón de anuncios" de lo que hay en
Madrid, eso quizá bastaría si "lo que hay"
tuviese la potencia para reconstruir todos los días un
lazo social alternativo al intercambio mercantil, pero no
ocurre nada de eso. Matrix quisiera que las redes de
comunicación alternativas devolviesen a los sujetos
políticos que las contemplan una bella imagen de
sí mismos. Indymedia-Madrid/ACP no quiere colaborar en
nada de eso, no quiere "reflejar lo que hay" sino cuestionarlo
y ayudarlo a crecer, ponerlo en tensión con los envites
políticos globales, exigirle más y mejor
reflexión, más y mejor acción
pública, más y mejor imaginación
política, más y mejor consistencia militante,
más y mejor autoorganización e incidencia real
(…)[NOTA]53)".

Partes: 1, 2, 3
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