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Mercado, innovaciones tecnológicas y cambios organizacionales (página 2)



Partes: 1, 2

 

En la medida que el tamaño relativo de las
empresas
constituía una variable de importancia a controlar,
clasificamos el universo
según tamaño, tomando como indicador la
dotación de personal de los
establecimientos encuestados, si bien esta decisión no
desconocía los diferenciales de tamaños medios por
sector; la simplificación de la heterogeneidad productiva
constituyó un artificio metodológico, con el
propósito de ganar comparabilidad.

Así, se definieron empíricamente (por
cuartiles) tres categorías de establecimientos
según el número de personal empleado:
pequeños, de 5 a 30; medianos, de 31 a 170; y grandes,
más de 171 obreros y empleados2.

A partir de esta definición metodológica,
la población de la muestra
quedó constituida por 55 empresas medianas, 29 chicas y 27
grandes. Se observa que predominan las empresas medianas y de
capital
nacional.

Con respecto a la antigüedad de las empresas, la
mitad de las mismas (56) se crearon a partir del año 1970.
A su vez, entre ellas se encontraron 29 empresas creadas
después del año 1985, concentradas en las ramas de
actividad vehículos automotores, carrocerías y
repuestos, lo cual se correlaciona con la composición de
la muestra: fuerte predominio del sector de bienes de
producción y de consumo
durable.

En la medida que una de las temáticas centrales
de la investigación fue la identificación
del cambio
ocurrido en los últimos años en cuanto a la
cantidad y la calidad de los
"recursos
humanos" utilizados en las empresas
, las evidencias
halladas por la encuesta,
sobre la evolución de la variable empleo,
confirmaron las hipótesis originales. Vamos a presentar
aquí algunos cuadros que ponen de relieve las
tendencias más significativas.

• Disminución de la dotación de
personal
Los resultados confirman la existencia generalizada
de una tendencia a la disminución del personal empleado
por cada empresa, como
resultado de los procesos de
innovación
tecnológica y organizacional y de
racionalización, emprendidos básicamente con el
objeto de reducir los costos unitarios
y aumentar la productividad. En
los cinco años previos a la encuesta (1990- 1995), la
disminución se verificó principalmente en la
categoría personal estable o permanente, y las
proporciones de la disminución, fueron relativamente
elevadas, ya que un 82 % de las empresas declaró que
redujo su personal permanente en un porcentaje mayor al
16%.

También se observó que sólo algunas
de las firmas creadas desde el año 1985 (29 empresas) son
las que aumentaron en términos absolutos la
dotación de personal.

* Causas de la disminución del personal
estable o permanente

Entre las causas de la disminución del personal
estable o permanente, las empresas señalan en el siguiente
orden: primero, los despidos, que es el motivo más
frecuente en más de la mitad de los casos; en segundo
lugar las renuncias, y en el tercero, los retiros
voluntarios
. Exceptuando las jubilaciones ordinarias, se
constata también que las demás causas de la
disminución se refieren, aunque con menor importancia
relativa, a variantes de despido encubierto, como retiros
voluntarios, cierre de establecimientos, etc.

La disminución se dio principalmente y en orden
decreciente, en los sectores de producción, de
administración y de mantenimiento. En los
dos primeros casos, la reducción de personal se puede
atribuir a la caída de la demanda
efectiva como resultado de la recesión, y a los cambios
tecnológicos y organizacionales introducidos en dichos
sectores, mientras que en el sector mantenimiento,
se puede vincular su disminución con un proceso de
externalización, o tercerización
ya que, una
buen cantidad de empresas de la muestra subcontrataban el
mantenimiento.

La disminución de los planteles se observó
sin excepción en todas las categorías del personal,
sin excepción, inclusive en los niveles
jerárquicos
, pues también en las
categorías del personal de gerencia y de
dirección, se experimentó una
disminución importante.

• Relación laboral del
personal empleado

Las empresas tenían en el momento de la encuesta
un alto porcentaje de su personal en situación estable
o permanente
(el 86 % de las mismas tenían más
del 90 % de su personal contratado en forma estable). Como esto
contradecía la hipótesis inicial
acerca de la tendencia a la precarización (contratos de
duración determinada, pasantías y empleos temporarios, etc.), se
cruzaron las respuestas de las empresas proveedoras y
subcontratistas con las entrevistas
realizadas en las "empresas madre" y se concluyó
que:

1º) a partir de la recesión iniciada con
anterioridad a la
administración de las encuestas, los
cambios tecnológicos y organizacionales, la
reducción de la producción por efecto de la
caída de la demanda y la búsqueda de disminuir los
costos, condujeron a un achicamiento de las dotaciones de
personal, que comenzó por el personal no permanente, cuyo
despido requería menos formalidades y era poco costoso, y
luego siguió con el personal permanente.

Un 63 % de las empresas (sobre 60 casos válidos)
había contratado personal no permanente en el
período 1991-1995, principalmente bajo las formas de
contrato de
trabajo temporario o eventual y contrato de
trabajo a
plazo fijo o de duración determinada.

2º) Es evidente que, en el momento de la encuesta,
las dotaciones de personal en las empresas estudiadas, se
hallaban reducidas al mínimo necesario.

2. Crisis y
rearticulación de los mercados.

2.1. Orientación predominante del
mercado

Sobre este punto la encuesta suministró varias
informaciones interesantes.

En relación con el destino de los productos, un
resultado novedoso, o al menos contrario a cierta expectativa
creada, fue la orientación mercado-internista de la producción, ya que
el porcentaje de productos cuyo destino es predominantemente el
mercado interno fue de 95%.

Resulta significativa la gran cantidad de productos que
no se destinan directamente a la exportación, y esto parecería
contradecir la hipótesis de que se habría producido
de manera generalizada un vuelco importante de la
producción hacia el exterior. Pero esto debe relativizarse
teniendo en cuenta que las respuestas no hacen referencia al
destino final del producto
ensamblado por las empresas contratantes, sino al destino
inmediato del producto de los proveedores y
subcontratistas. En efecto, en muchos casos se trataría de
productos, tales como insumos intermedios, piezas, y subconjuntos
considerados técnicamente como autopartes3, que
integran un producto final que se exporta en una alta
proporción, dada la política industrial
aplicada en función
del Mercosur.

Con respecto al destino geográfico de los
productos exportados, los países que se encontraban en
primer lugar, eran los que componían en ese entonces el
Mercosur, luego Chile, seguido por el resto de América
(exceptuando EE.UU).

2.2. Nuevos bienes y modalidades
productivas

Uno de los aspectos que interesaba indagar era la
aparición de "nuevos productos", como un indicador de la
tendencia a la diversificación productiva de las empresas.
Se verificó que sobre un total de 313 productos, el 30%
comenzó a fabricarse desde fines de la década
pasada. Sobre los 95 "nuevos productos" (denominados así
por haber sido lanzados al mercado a partir del año 1989,
una gran mayoría de ellos pertenecen al sector automotriz,
tratándose principalmente de autopartes. En este aspecto
debe señalarse que, dentro de este sector, la
noción de "nuevos productos" implica no sólo a los
productos totalmente originales; también incluye la
producción llevada a cabo en empresas que se crearon en
1989 o con posterioridad, y comprende toda la gama de nuevos
modelos o
variantes de productos ya existentes, introduce pequeñas o
grandes mejoras en el diseño,
los materiales y
la calidad, situación característica propia del
sector automotriz.

El proceso de
trabajo predominante en la mayoría de las empresas es la
fabricación a pedido (ya sea de clientes
individuales o de empresas), y la producción en series
cortas de productos homogéneos
. Esta situación
indica en primer lugar que se produce en pequeña escala, y en
segundo lugar, que en principio sólo se produce lo que se
vende, y se evita acumular stocks.

Es decir, se ha comenzado lenta pero progresivamente un
proceso de adaptación de la producción a la
demanda, que podría ser una primera etapa hacia la
flexibilización de la producción: adaptar
rápidamente los medios de producción y dotarse con
personal polivalente, que produzca, incluso en mayor escala, pero
en series cortas de productos heterogéneos.

2.3. Cambios en la estructura de
los mercados: redes y
vinculaciones

Uno de los ejes de mayor interés de
la investigación consistía en la
identificación y caracterización de las diferentes
modalidades de vinculaciones productivas existentes o en desarrollo,
entre las empresas. Para reducir los costos derivados de la
integración vertical y los costos de
transacción, las empresas recurrirían cada vez
más a la subcontratación de tareas y a la compra de
piezas o subconjuntos a los proveedores.

Para registrar las demás vinculaciones
productivas, la encuesta exploró en las empresas de la
muestra, la existencia a su vez de relaciones de
subcontratación de terceros, distinguiendo la
subcontratación de partes del proceso productivo,
por un lado, y de servicios, por el otro.

Los resultados confirmaron la hipótesis inicial,
indicando que el 53 % de las empresas producían en ese
entonces en calidad de subcontratistas, y para algo más de
un tercio de ese subconjunto, comprendía al 100 % de su
producción.

Se observa que el 80% de las empresas subcontratistas
trabajaban para más de una empresa, y
dentro de ese subconjunto, 48% lo hacían para más
de seis empresas, posiblemente con el propósito de reducir
los riesgos.

Hay que destacar que al analizar cuáles son las
partes del proceso productivo que estas empresas realizan como
proveedoras, resultó que consiste principalmente en la
fabricación de productos terminados, y en la
fabricación de piezas de repuesto o partes a
ensamblar
en los establecimientos de las empresas terminales.
En cuanto a la comercialización del resto de la
producción, que no se destina a las empresas terminales,
las empresas utilizaron diversas modalidades, pero la
preponderante es la venta directa a los clientes dentro de sus
propios locales
, mientras que las formas de
comercialización por distribuidores y por
intermediarios
, no son tan significativas.

Una evidencia que no había sido prevista en la
formulación original de las hipótesis, fue que las
empresas estudiadas (proveedoras y subcontratistas) subcontratan
a su vez a terceros. Las partes del proceso productivo
(excluyendo servicios),
consisten principalmente en tareas específicas, referidas
por ejemplo a la terminación de piezas, pintura,
zincado, etc. que son delegadas a otras empresas, y en menor
medida, la fabricación de piezas o subconjuntos
terminados.

Con respecto a la subcontratación de servicios,
la mayoría de las empresas analizadas, subcontrataban:
transporte,
seguridad
(vigilancia), comedor del personal, limpieza de los locales y
mantenimiento.

Por lo general, las empresas estudiadas subcontratan una
parte pequeña de su proceso completo de producción:
los resultados de la encuesta indican que el 67 % de las empresas
subcontrata entre el 1 y el 10 % de su propio proceso
productivo.

Un hecho sorprendente fue que las firmas subcontratadas
por las empresas, no son sólo microempresas
de menor dimensión, sino que se observa también
la subcontratación de una importante cantidad de
empresas pequeñas y medianas, de igual o inclusive
dimensión superior que las subcontratantes
.

Esto apoyaría la hipótesis de que cada vez
más existen vinculaciones transversales entre empresas que
operan en la misma rama o sector de actividad.

3. Proceso de innovación tecnológica:
heterogeneidad y adaptación flexible y selectiva

Una de las variables
centrales que se deseaba investigar era la introducción de innovaciones
tecnológicas, como elemento decisivo del proceso de
reconversión y reestructuración productiva, y su
impacto sobre la
organización empresaria. Cuando se realizó la
encuesta, en la mitad de las empresas, entre el 50% y el 99 % de
su equipamiento era de tipo convencional.

Este dato no fue interpretado como si dicho equipamiento
no fuera moderno o estuviera totalmente obsoleto, sino como un
equipamiento estándar para el nivel tecnológico
medio del sector productivo al que pertenecía la firma y
que funcionaba adecuadamente
.

En términos generales hemos confirmado la
hipótesis de que en el período estudiado, la
variable tecnológica tuvo un rol muy importante en las
transformaciones productivas: el 74 % de las empresas estudiadas
declararon haber incorporado alguna tecnología
automatizada o con base en la microelectrónica en los
últimos cinco años previos a la encuesta
(1991-1995). Pero este dinamismo tecnológico estaba lejos
de ser homogéneo y abarcaba situaciones y procesos
productivos muy diversos según el tamaño de
la empresa,
sector de actividad, etapa del proceso productivo, etc.
Más específicamente, es útil destacar dos
aspectos:

3.1. Características del
equipamiento

En términos generales conviene distinguir dos
tipos de modalidades de introducción de equipamiento. Una,
que consiste en la introducción de nuevos bienes de
producción y equipos informatizados o dotados de automatización microelectrónica, y
otra, en la incorporación de dichas tecnologías
automatizadas a los medios de producción y equipos ya
existentes, para modernizarlos y hacer más eficaz su
funcionamiento.

En la primera de esas modalidades, la tecnología
depende básicamente de las necesidades de las industrias
según sus procesos productivos: de proceso

continuo o de fabricación en serie. Las máquinas
herramientas
de control
numérico (MHCN) son predominantemente usadas en la
industria
metalmecánica, mientras que las de procesos continuos
automatizados se utilizan principalmente en la industria química,
refinerías de petróleo, del papel, etc.

La segunda modalidad consiste en la incorporación
de mecanismos de automatización en maquinarias
convencionales ya existentes en la empresa.

En la muestra estudiada, el 45 % de las empresas
declaró que incorporaron algún tipo de mecanismo de
automatización en el equipamiento preexistente, lo cual
puede considerase como un indicador de actualización y
modernización en el período considerado.

El alto porcentaje de establecimientos que tenían
la mayor parte de sus maquinarias y equipos de tipo convencional,
convalida la evaluación
que hacían las mismas empresas del equipamiento productivo
disponible en función de la producción demandada.
La mayoría de ellas consideraban que su equipamiento
era adecuado o incluso que estaba sobredimensionado con
relación a la demanda
.

La conclusión a la cual se llegó es que no
sólo hay una cierta capacidad productiva ociosa a
raíz de la crisis del mercado interno, sino que las
innovaciones introducidas por las empresas innovadoras
significaban el esfuerzo imprescindible como para mantenerse en
el mercado con los niveles de volumen de
producción y de calidad que el mismo exigía en esa
coyuntura.

En síntesis,
consideramos que la dotación de medios de
producción y equipos no pueden ser evaluados utilizando
como indicadores el
grado de informatización o de automatización
microelectrónica. Por el contrario, en primer lugar, estas
innovaciones en tecnologías "duras" no se implantaron y
distribuyeron de manera homogénea en todas las ramas de
actividad, ni en el interior de una misma empresa o planta, y en
segundo lugar, el tipo de tecnología utilizado debe
referirse a las condiciones específicas del
mercado.

En suma, es equívoco, o al menos ambiguo, hablar
en abstracto de "un nivel tecnológico
adecuado".

3.2. Capacidad de adaptación del
equipamiento

Otro aspecto importante a evaluar en cuanto a este tipo
de innovación tecnológica, reside en la capacidad
de las empresas para adaptar rápidamente su equipamiento
disponible al fabricar un nuevo producto o al hacer frente a un
cambio importante en la cantidad o calidad de los productos
demandados.

El resultado – respuesta afirmativa en el 82 % de las
empresas- podría considerarse un indicador de que
existiría potencialmente una flexibilidad productiva. Sin
embargo, en varios casos las empresas plantearon que les
resultaba más difícil adaptar rápidamente el
equipamiento cuando la demanda exigía cambios en la
calidad, que cuando debían responder a cambios en la
cantidad.

Esto último se correlaciona con lo indicado
anteriormente acerca de la existencia de una cierta capacidad
productiva ociosa, lo cual explicaría que existe una mayor
posibilidad de hacer frente a un incremento de la demanda, sin
disponer nuevas inversiones.

En síntesis, en las empresas estudiadas hemos
verificado que existe un grado importante de capacidad adaptativa
a los cambios en la demanda, y que estas "informaciones" en
cuanto al comportamiento
del mercado, impactan en las decisiones de los empresarios,
provocando más rápidamente una reacción para
adecuarse en términos de cantidad que de
calidad.

4. Dinámica de los cambios organizacionales:
¿nuevo lenguaje o
búsqueda de un nuevo modelo de
calidad y productividad?

Un resultado muy destacado del estudio estuvo referido a
la importancia, magnitud y profundidad de los cambios
organizacionales.

Estas transformaciones se verificaron de manera
sustantiva en todos los estratos de tamaño de las
empresas, incluso en las más pequeñas. Nuestras
hipótesis de trabajo iniciales no nos hacían
esperar en el caso de las PyME, semejante
generalización e impacto de las innovaciones
organizacionales.

Para caracterizar esta observación nos limitaremos a destacar
cuatro aspectos:

4.1. Mejoramiento de la calidad y capacitación de recursos
humanos

La inmensa mayoría de las empresas ha iniciado un
proceso orientado a mejorar sustancialmente la calidad de sus
productos, y además de utilizar nuevos métodos y
técnicas, han redistribuido la responsabilidad del personal en esta materia; Los
cambios en cuanto a la exigencia de la demanda, las innovaciones
tecnológicas y los cambios introducidos en la organización del trabajo, han requerido
acompañarse con modificaciones en las calificaciones
profesionales, dando lugar a la formación profesional o
calificación de todas las categorías del personal
de las empresas; pero además de involucrar
lógicamente a técnicos y supervisores, y al
personal de dirección, se ha encarado la formación
profesional de la categoría operarios directos, en un
porcentaje significativo.

Los cambios mencionados tuvieron un efecto "en cascada"
y requirieron el desarrollo de actividades de formación
profesional del personal de las empresas proveedoras o
subcontratistas de las firmas encuestadas.

4.2. Participación en el control de la
calidad

Un dato sorprendente por su alta difusión es
la intervención de los operarios en el proceso de
gestión
y control de la calidad de su propia
producción
.

Sólo de manera complementaria se recurre
internamente a otro personal o a la intervención de la
empresa contratante para hacer ese control.

4.3. Las tecnologías
"japonesas"

Existe una aplicación relativamente elevada de
tecnologías "japonesas" como el just in time y/o
reducción de stocks, y el TQC, o técnicas de
calidad total,
aún cuando las características de la encuesta no
permiten evaluar con precisión de qué manera son
implementadas estas técnicas y cuáles son
finalmente sus resultados.

4. 4. Las nuevas formas de organización del
trabajo

Es importante la aplicación de nuevas formas de
organización del trabajo como "rotación planificada
de trabajadores entre distintos puestos" y la "ampliación
o enriquecimiento de tareas sobre un mismo puesto de
trabajo".

La hipótesis de que se habían comenzado a
introducir las nuevas formas de organización del trabajo
(NFOT) en las empresas, se verificó, y en una
proporción mayor a la esperada. Se usan efectivamente – o
se están haciendo los estudios para implantar- cada vez
más los métodos y técnicas de
rotación de manera planificada de los trabajadores entre
diversos puestos de trabajo, ampliar y enriquecer el contenido de
su tarea, y constituir grupos compactos
o de trabajo en módulos o islas. La forma más
avanzada, que consiste en organizar la producción en
grupos semiautónomos, se usa en pocas empresas aún
pero por el contrario, es el método que
más está siendo estudiado por las
mismas.

5. Comentarios finales

Nos proponemos comentar aquí, de manera
sintética, las tendencias y transformaciones recientes de
la estructura de la industria argentina, estudiada en el nivel
regional, que sugieren las evidencias empíricas que
acabamos de exponer.

Esas reflexiones sólo se proponen identificar
núcleos del debate e
indicar problemas que
requieren, dada su fluidez, investigaciones
más minuciosas y abordajes metodológicos
complementarios.

Un primer eje de reflexión pivotea sobre las
transformaciones operadas en el mercado. Las evidencias
indican claramente tendencias muy importantes y seguramente
duraderas hacia una creciente heterogeneización, segmentación, diversificación,
desregulación, incorporación de inversiones
extranjeras directas, y una rápida adaptación a un
mercado globalizado.

Creemos que estos cambios están condicionando e
influyendo seriamente sobre las estrategias
productivas de las empresas, y en consecuencia sobre los
criterios y las formas de gestión de los factores de
producción, en la medida en que, para ser competitiva, la
industria argentina se ve fuertemente inducida a internalizar
estándares internacionales, de productividad, costos y
calidad.

Un segundo eje de reflexión, central en nuestras
preocupaciones, es el rol de las innovaciones
tecnológicas
. Sobre este tema las evidencias halladas
son incontestables, en un doble sentido. En primer lugar, cabe
destacar que nuestra observación se realizó en una
fase expansiva del ciclo de innovación tecnológica
(tecnologías de la información y comunicaciones, nuevos materiales, etc.), y en
segundo lugar, que recientemente se están introduciendo en
el sector más dinámico de la economía, en mayor o
menor medida, innovaciones organizacionales que se combinan y
complementan con las primeras, con fuerte impacto en la
organización empresaria, la programación y administración de la producción, la
organización del proceso de trabajo, las nuevas formas
gestión de la mano de obra y la adopción
de nuevos criterios en la búsqueda de la competitividad.

Sin embargo, este impacto se manifiesta
asimétricamente según las regiones, los sectores
productivos, las distintas ramas de actividad y las empresas, lo
cual remite a problemas fácticos y de interpretación que nuestra encuesta
ciertamente no puede resolver. No obstante, vamos a
señalar algunos emergentes de los datos que nos
parecen interesantes:

• tal vez asistimos a un proceso incremental de
incorporación de modernos equipamientos productivos (que
involucran, o se apoyan en tecnologías "duras"), pero
están lejos de alcanzar los más altos
estándares internacionales. Este proceso parecería
estar orientado más bien a revertir un largo ciclo de
estancamiento tecnológico. Los datos nos sugieren que en
las empresas- redes de sectores productivos de punta (por ejemplo
la industria automotriz y la electrónica) esta modernización se
acerca a la frontera
tecnológica internacional: robótica, automatización
microelectrónica, centros de mecanizado, procesos
continuos automatizados, etc. En cambio, en las pequeñas y
medianas empresas "locales", que actúan como proveedoras o
subcontratistas, la preocupación central es llevar a cabo
una modernización del equipamiento, condición para
hacer efectiva su inserción en el mercado y mantener de
manera estable su relación con las primeras. Todas las
empresas procuran organizar su producción de manera
flexible, para adaptarse rápidamente a los cambios en la
demanda.

• en cuanto a las tecnologías
organizacionales, la lectura de
los datos debe ser muy cuidadosa. En principio, esta
transformación parece monolítica y ampliamente
generalizada (gestión de la calidad total, sistemas
just-in-time y kan ban, organización del trabajo en
módulos, etc.). Sin embargo, no es fácil discernir,
dada la metodología utilizada, cuánto de
esta presencia obedece a verdaderos y permanentes cambios de
mentalidades y de cultura
empresarial, cuánto a un proceso adaptativo a un contexto
productivo singular (búsqueda de la competitividad
mediante el incremento de la productividad, mejoras en la
calidad, reducción de costos y formación
profesional para asegurar la polivalencia y la movilidad de la
fuerza de
trabajo), y cuánto a la presión
que desciende como condicionante desde las empresas vinculadas a
corporaciones transnacionales. Estas tecnologías
involucran asimismo a las pequeñas y medianas empresas, y
lo que es más sugestivo, atraviesan las diversas
categorías socio-profesionales operativas de la
producción (por ejemplo, nos ha sorprendido la progresiva
difusión de la presencia activa de los mismos operarios en
el proceso de gestión y control de la calidad de su
propia producción
).

En cuanto al impacto cuanti-cualitativo de la
innovación tecnológica sobre el empleo, las
evidencias confirman, en general nuestras
hipótesis:

• la tendencia generalizada a la disminución
de la dimensión de las empresas medida según la
dotación de personal, resultado de la descentralización y de la
terciarización-tercerización, y del ahorro de
fuerza de trabajo como consecuencia de la introducción de
las innovaciones tecnológicas y
organizacionales;

• una creciente flexibilidad, interna y externa, de
la fuerza de trabajo.

Estas dos constataciones son pertinentes para todas las
categorías socioprofesionales, incluso los niveles
jerárquicos.

Otras evidencias, en cambio, han resultado
inesperadas:

• el porcentaje (86%) notablemente alto de empresas
cuyo personal estable representa el 90% o más, de la
dotación total,

• la demanda de formación profesional
generalizada en todos los niveles operativos, jerárquicos
y directivos sin excepción, y que se transmite en cascada
desde las empresas más grandes hacia las empresas
proveedoras y/o subcontratistas. Sin duda los factores
productividad, calidad, costos y variedad que constituyen la base
de la competitividad y se perciben como exigencias del mercado,
están dinamizando y modelando dicha demanda.

Es posible que en la Argentina el mercado de trabajo
industrial se encuentre en un ciclo de transición con
comportamientos muy sensibles a la coyuntura económica y a
cambios drásticos en las formas de regulación
(privatizaciones, apertura al comercio
exterior, desregulación, reformas laborales,
etc.).

Un tercer eje de reflexión se focaliza sobre
cambios importantes referidos a las vinculaciones productivas
interempresarias
(acuerdos de subcontratación,
concentraciones y fusiones, redes
de proveedores, etc.):

• se constatan modificaciones importantes en la
estructura y la naturaleza de
las vinculaciones horizontales entre empresas donde los
vínculos de cooperación prevalecen, sin excluirlos,
sobre los de competencia;

• son muchos los emergentes que sugieren una
verdadera crisis del modelo "fordista" de integración
vertical clásico, tal se diera en Argentina; pero la
heterogeneidad de las situaciones y la fluidez del proceso, no
permiten aún identificar redes claramente
institucionalizadas, si bien hemos encontrado casos puntuales que
apuntan incipientemente en esa dirección.

Aquí se detiene el examen de los datos de nuestra
encuesta, es decir, el ejercicio empírico inductivo y,
como no podía se de otra manera, brotan transparentes los
nuevos interrogantes, y con ellos los déficits o
insuficiencias del instrumental analítico.

A la hora de la síntesis final, entonces,
queremos agregar simplemente dos reflexiones:

a) el progreso en el análisis demandaría a nuestro
juicio, la construcción de un modelo de
interpretación y articulación de las
transversalidades entre los ejes arriba mencionados;

b) en nuestro estudio han surgido tres núcleos
temáticos "duros" (sobre los cuales tenemos más
dudas que evidencias) y que pueden resumirse así: el
proceso de transformación industrial reciente en el
área bajo estudio está ordenado por estos tres
clivajes:

centralidad dominante de la lógica
de mercados
segmentados;

– emergencia de estrategias productivas
sistémicas
y flexibles;

– emergencia de redes de coordinación (incipientes). Creemos
haber puesto en evidencia la emergencia de "nuevas maneras de
producir" post-tayloristas, y también y principalmente, la
manifestación de un durísimo proceso de
adaptación de la industria argentina a un entorno de
crisis socialmente inédito.

Finalmente, este escenario confirma en líneas
generales, con matices, otros estudios sobre la evolución
reciente del desarrollo industrial en la Argentina, y su
creciente incorporación al mercado globalizado.

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SPYROPOULOS G. (1991): Sindicalismo y Sociedad.
Problemas actuales del sindi – calismo en el mundo
,
PROIITE/SECYT, CEIL/CONICET, ARIA, Hvmanitas.

STANKIEWICZ F. (1991): Las estrategias de las
empresas frente a los recursos hu – manos. El postaylorismo
,
PROIITE/SECYT, CEIL/CONICET, Hvmanitas.

Anexo: Aspectos
metodológicos

1. Características de la
muestra

A partir de la clasificación de los sectores
productivos de la Clasificación Internacional Industrial
Uniforme (CIIU 3), última versión, las empresas se
agruparon en tres sectores. El sector I comprende bienes de
consumo no durables; el sector II corresponde a los bienes
intermedios; y finalmente el sector III abarca los bienes de
consumo durable y bienes de capital.

La verdadera unidad de análisis consistió
en un conjunto articulado de unidades productivas, una especie de
"tejido" de empresas vinculadas entre sí por distintas
relaciones, que adoptaba la forma de una "red" constituida por
una empresa "madre" (generalmente una gran empresa) con sus
principales contratistas y proveedores, ya que resultaba de gran
interés proceder a la descripción empírica de las nuevas
modalidades de vinculación actualmente vigentes entre las
empresas.

La muestra de empresas proveedoras y subcontratistas fue
obtenida con el método de "bola de nieve": a partir de la
información brindada por las diez empresas "madre" fueron
registradas y relevadas las principales empresas vinculadas a
ella. Por lo tanto la muestra, que se compone de 111 empresas, se
diferencia de la que se habría obtenido utilizando un
diseño estadísticamente representativo y
estratificado de manera directamente proporcional al universo; el
resultado fue una "muestra construida racionalmente", en la cual
se produjo finalmente una sobrerrepresentación de un
sector y de algunas ramas de actividad, por el simple hecho de
que son aquellas en las cuales está más
desarrollado el sistema de
trabajo con proveedores y subcontratistas, como es el caso
paradigmático de la rama de vehículos automotores,
carrocerías y repuestos.

Los subsectores, según los códigos de la
CIIU-3 relevados en cada uno de los sectores, se presentan a
continuación:

I. Bienes de consumo no durables

15. Elaboración de productos alimenticios y
bebidas.

16. Elaboración de productos de tabaco.

17. Fabricación de productos textiles.

19. Cuero,
artículos de marroquinería y calzado.

II. Bienes intermedios.

21. Papel y productos de papel.

24. Sustancias y productos químicos.

25. Productos de caucho y
plástico.

27. Fabricación de metales
comunes.

III. Bienes de consumo durables y bienes de
capital.

28. Productos metálicos excepto máquinas y
equipos.

29. Máquinas y equipos.

30. Fabricación de maquinas de oficina, contabilidad e
informática.

31. Máquinas y aparatos
eléctricos.

32. Equipos y aparatos de radio, televisión
y comunicación.

34. Vehículos automotores, carrocerías y
repuestos.

Para clasificar las empresas y establecimientos
según su tamaño se desecharon los criterios
más usuales del valor del
capital y del monto de la facturación y se adoptó
el referido al número de personal ocupado. Por otra parte,
el tamaño de las empresas de la muestra se
estableció a partir de la dotación de personal de
los establecimientos encuestados, y no de la firma o empresa en
general, puesto que en muchos casos una misma firma podía
comprender varios establecimientos.

A través de la distribución en cuartiles, la
dotación de personal de las firmas encuestadas se
agrupaba en las siguientes categorías:

• 1-33 personas.

• 34-98 personas.

• 99-213 personas.

•214-1400 personas.

Si se observa la distribución de las empresas
según la dotación de personal del
establecimiento
(en cuartiles), se observaba una
agrupación algo diferente:

• 1-30 personas.

• 31-88 personas.

• 89-170 personas.

• 171-1083 personas.

En tanto no se pretendía hacer una
definición a priori de las categorías de
tamaño, debido principalmente a que la muestra
comprendió un conjunto muy heterogéneo de
empresas
, con diversos tamaños medios según
fuera el sector, se optó por trabajar con los datos
registrados, observando la distribución empírica
real. Fue así que se establecieron los estratos por
tamaño y, a partir de esta definición, se
delimitaron tres categorías de establecimientos en la
muestra:

• pequeños: 5 a 30 personas, éstos
representan el 25 % de la distribución.

• medianos: 31 a 170, que representan el 50
%.

• grandes: 171 a 1083, que representan el 25
%.

2. El trabajo de
campo y la encuesta

El estudio de campo se llevó a cabo implementando
una combinación de técnicas cuantitativas y
cualitativas.

Las diez grandes empresas "madre" fueron estudiadas por
medio de visitas guiadas y de entrevistas a informantes
calificados, que llevaron a cabo investigadores "senior" y
becarios de investigación del CONICET y de la UBACYT con
sede en el PIETTE. Para ejecutar de manera homogénea
dichas actividades, se utilizó una guía de entrevista,
para pautar la información y facilitar la
comparación posterior. Esta guía de entrevista
estaba compuesta por varios módulos, dirigidos a distintos
informantes calificados de la misma empresa: gerentes de
producción, de comercialización, de recursos
humanos, etc., según fuera el tema.

A partir de las entrevistas mantenidas en las diez
grandes empresas, y de las consultas a informantes calificados,
se obtuvo información acerca de los establecimientos
integrantes de las mismas, y/o las empresas vinculadas, que
actuaban en calidad de proveedoras y subcontratistas.

Sobre un total de 111 empresas ( todas aquellas a las
cuales se pudo tener acceso) se realizó un relevamiento de
tipo cuantitativo, por medio de una encuesta, con alternativas de
respuesta prefijadas para facilitar su codificación y procesamiento. La encuesta
fue llevada a cabo por estudiantes avanzados de la Carrera de
Sociología en calidad de pasantes, a
través de un Convenio suscrito por el PIETTE con la
Facultad de Ciencias
Sociales de la Universidad de
Buenos Aires,
para la iniciación y entrenamiento en
investigación social de estudiantes del
último año de la Carrera de
Sociología.

La encuesta se denominó: "Encuesta sobre
reestructuración productiva e innovaciones
tecnológicas y organizacionales en la industria". No fue
del tipo "autoadministrada", de manera que no fue completada
directamente por el respondente, sino que fue complimentada
personalmente por el encuestador durante una o varias entrevistas
llevadas a cabo en la empresa. Constaba de 66 preguntas, y el
cuestionario
se dividió en 6 secciones:

I. Información de carácter general sobre la
empresa.

II. Actividades productivas.

III. Destino de la producción e inserción
en el mercado.

IV. Equipamiento productivo actual.

V. Utilización de métodos y
técnicas de organización del trabajo y de la
producción.

VI. Personal, modalidades de contratación y de
negociación.

Por su complejidad, contenido y extensión, el
cuestionario debió ser respondido, al menos por tres
informantes calificados designados por la empresa en
función de su disponibilidad y competencias.
Para los investigadores encargados de hacer las
monografías sobre las empresas "madre" y su "red", y que
debían obtener la vital información sobre la
nómina
actualizada de los proveedores y subcontratistas, el respondente
podía ser un Gerente de
Compras, o de
Asistencia a Proveedores, o personas en un cargo
similar.

El material para redactar el tema I fue recogido a
partir de las informaciones suministradas por el primer contacto
obtenido y por el sistema de relaciones inter-institucionales o
de relaciones
públicas de las empresas. Para los temas II y III, los
informantes más adecuados fueron Gerentes Comercial,
Gerentes de Producto, Gerentes de Ventas, o de
Marketing,
etc., dependiendo de la denominación propia de cada
empresa. Para obtener la información correspondiente al
tema IV, se entrevistó preferentemente a un Jefe de
Planta, un Gerente de Producción, un Ingeniero de Manufactura, o
a una persona
calificada responsable del equipamiento tecnológico. Los
módulos V y VI fueron respondidos por el Gerente de
Recursos Humanos, Gerente de Relaciones Industriales, Jefe de
Personal, o personas con un cargo similar.

Notas

(*) El Programa , con
sede en el Centro de Estudios e Investigaciones Laborales (CEIL)
fue creado oficialmente el 19 de mayo de 1992, mediante
Resolución del Directorio del CONICET, N° 594/92. El
actual Director es el Dr. Julio César Neffa, Investigador
Principal del CONICET en el CEIL y del CNRS en el CREDAL (Centre
de Recherches et Documentation sur l’ Amérique
Latine, URA N° 111 au CNRS, Universidad de París
III).

El Programa concentra su actividad en el estudio
sistémico de las interrelaciones generadas entre las
innovaciones tecnológicas –derivadas de la
investigación cien – tífica básica y sus
aplicaciones- y las innovaciones organizacionales dentro de las
empresas productoras de bienes y de servicios. El objetivo es
facilitar una gestión eficiente y competitiva de las
unidades de producción así como condiciones ade –
cuadas para el uso y reproducción de la fuerza de trabajo. Esta
delimitación del campo temático comprende
naturalmente las articulaciones
entre los sistemas cien – tífico, productivo y educativo
en lo que se refiere a las clasificaciones y califica – ciones
profesionales.

El PIETTE tiene sede en el Centro de Estudios e
Investigaciones Laborales (CEIL) del CONICET y trabaja en
estrecha colaboración con el Centre de Recherche et
Documentation sur l’Amérique Latine (CREDAL) URA
Nº 111 au CNRS. Saavedra 15 P.B. 1083 Capital Federal. Tel.
4953 7651 – fax 4953 9853
Dirección postal: Casilla de Correo 950 – Correo Central.
1000 – Buenos Aires.

1. La investigación se desarrolló como el
Subproyecto Nº 7, dentro del PID-CONICET (1996- 1998) :"La
crisis del sistema productivo y del régimen de
acumulación en Argentina", un análisis del proceso
de industrialización sustitutiva de importaciones y
sus crisis. El marco
teórico utilizado fue el de la "Teoría de la
Regulación", desde una perspectiva de largo plazo
(1880-1996). El trabajo de campo consistió en el estudio
de aproximadamente 10 grandes empresas de diversas ramas de
actividad que se consideraron de interés
estratégico a partir de la investigación arriba
mencionada, realizado mediante la aplicación de un
conjunto de 111 encuestas a sus principales empresas proveedoras
y subcontratistas, todas ellas ubicadas en la región
conformada por la Capital Federal, los 19 partidos del Gran
Buenos Aires, el Gran La Plata y ocho partidos del Eje Noroeste
de la provincia de Buenos Aires.

2. El estrato de empresas grandes comprendió
entre 171 y 1083 obreros y empleados.

3. Para analizar este rubro, se estimó que un
producto está predominantemente (pero no única y
exclusivamente) orientado al mercado interno, cuando más
del 50 % del mismo se produce con ese destino.


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Raúl Bisio; Silvia Korinfeld; Julio C.
Neffa.

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