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Plan nacional de prevención y control del tabaquismo (página 2)



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PREVALENCIA DEL CONSUMO DE
TABACO EN
ESPAÑA

Como se ha comentado anteriormente en España,
según los datos de la ENSE
2001, la prevalencia del tabaquismo en la
población española de 16 y
más años, fue del 34,4%. Comparando con los
resultados obtenidos en la ENSE 1987, en la que la prevalencia
fue del 38,4%, se observa un ligero descenso del consumo de
tabaco en España (figura 2).

Los patrones de consumo de tabaco varían
considerablemente según el género y
la edad. En la ENSE 2001, el porcentaje de hombres fumadores fue
del 42,1% y del 27,2% en las mujeres.

Al analizar la evolución del tabaquismo en España
de 1987 a 2001, podemos observar que el consumo de tabaco en los
hombres ha descendido sensiblemente (de 55% a 42,1%), en
contraposición al aumento que ha experimentado el consumo
en las mujeres, de 23% a 27,2%. Este aumento de mujeres fumadoras
tendrá repercusiones sanitarias a medio y largo plazo en
la mortalidad por cáncer, enfermedades
cardiovasculares y respiratorias (figuras 3 y 4).

Por grupos de edad,
el porcentaje de población fumadora más alto se
observa en el grupo de 25 a
44 años (48,2%) seguido del grupo de 16 a 24 años
(41,7%).

Observando la tendencia durante este periodo, en cada
uno de los dos géneros, se comprueba que en los hombres la
prevalencia del consumo de tabaco ha disminuido en todos los
grupos de edad, produciéndose en las mujeres el
fenómeno contrario. Por grupos de edad, la prevalencia del
consumo es mayor en los hombres, excepto en el grupo de 16 a 24
años (40,8% hombres, 42,7% mujeres) en el que el consumo
de tabaco es mayor en las mujeres jóvenes. (tabla
1).

Un grupo de especial importancia es la población
adolescente y joven. Según la ultima Encuesta sobre
Drogas en la
Población Escolar, 2000 (Plan Nacional
sobre Drogas), el 30,5% de los escolares de 14-18 años han
fumado en el ultimo mes y el 5% se definen como exfumadores. Las
chicas tienen una prevalencia de consumo mayor que los chicos,
35,8% frente al 25,2%.

El consumo medio de cigarrillos en jóvenes de 14
a 18 años es de 7 (el 47,5% consume 1-5 cigarrillos al
día). La edad media de
inicio al consumo se sitúa en los 13,2
años.

Tanto por su función
modélica dentro de la sociedad como
por su actuación profesional, se ha de resaltar la
importancia del consumo de tabaco entre los profesionales
sanitarios. En 1998, el 38,9% de los sanitarios (personal
médico y de enfermería) eran fumadores, el 34,7% en el
personal médico y 43,2% en el de enfermería (figura
5).

Según el género, la prevalencia de
fumadores en los hombres sanitarios fue del 34,4% y del 42,2% en
las mujeres (figura 6).

 EFECTOS DEL TABACO SOBRE LA
SALUD

Morbilidad

 El consumo de tabaco se relaciona con
más de 25 enfermedades y es el
principal factor causante del 30% de todos los cánceres:
cáncer de pulmón (se estima que en un 85% de los
casos es provocado por el tabaquismo), cáncer de la
cavidad oral (labios, boca, lengua y
garganta), y el cáncer
de laringe, faringe, esófago, vejiga y
riñones.

También enfermedades respiratorias como la
bronquitis crónica, enfisema y asma, son
atribuibles al tabaquismo o se ven exacerbadas por él.
Así mismo, el consumo de tabaco es un importante factor de
riesgo que
contribuye a las enfermedades cardiovasculares.

Además de los riesgos
generales asociados al tabaquismo, las mujeres fumadoras tienen
unos riesgos adicionales para la salud específicos de
su género. El tabaquismo contribuye a una reducción
de la fertilidad e incrementa el riesgo de menopausia precoz,
contribuye a la pérdida de calcio óseo y a la
osteoporosis en
las mujeres en fase postmenopáusica. El consumo de tabaco
cuando se combina con el uso de anticonceptivos orales incrementa el riesgo de
desarrollar enfermedades cardiovasculares. Se ha asociado el
consumo de tabaco durante el embarazo con
un mayor riesgo de aborto
espontáneo, complicaciones durante el embarazo, muerte fetal,
partos prematuros, bajo peso al nacer y muerte del
neonato.

La exposición
involuntaria al humo del tabaco está provocando un serio
problema de salud
pública. Esta exposición supone un riesgo
considerable para la población no fumadora. La
población expuesta tiene un riesgo aumentado de padecer
cáncer de pulmón, enfermedades respiratorias y
cardiovasculares.

La población infantil que está sometida al
aire contaminado
por humo de tabaco, presenta una mayor incidencia de infecciones
de las vías respiratorias altas, otitis media, sinusitis,
bronquitis, neumonías, asma y muerte súbita del
lactante.

Mortalidad

En España, se estima que el consumo de tabaco ha
ocasionado la muerte de
621.678 personas de 35 y más años, durante el
periodo 1978-1992, lo que significa el 14% de la tasa de
mortalidad global anual.

Sólo en el último año (1992) de
este mismo periodo, las muertes atribuibles al consumo de tabaco
en ese grupo de población, han pasado de 37.259 a 46.226,
lo que representa un 24% de aumento en la mortalidad debida al
consumo de tabaco. Un tercio de estas muertes fueron prematuras
con la consiguiente pérdida de años potenciales de
vida (entre 10 y 20 años por persona).

Aunque la mayoría de estas muertes ocurrieron en
hombres (93,4% en 1992), hay que destacar que la mortalidad en
las mujeres ha experimentado un aumento considerable entre 1978 y
1992, siendo el incremento anual promedio del 6%, frente a una
disminución promedio de -0,2% en los hombres.

Por último señalar, que la mortalidad
atribuible al tabaquismo en España en 1998, se ha estimado
en 55.613 muertes, que representan el 16% de todos los
fallecimientos ocurridos en población de 35 o más
años. El 92,5% de estas muertes se produjeron en hombres
(51.431), y el 7,5% en mujeres (4.182). De todas estas muertes,
26,5% se debieron a cáncer de pulmón, 20,9% a
enfermedad pulmonar obstructiva crónica, 12,8% a
cardiopatía isquémica, y 9,2% a enfermedad
cerebrovascular.

COSTES SANITARIOS Y SOCIALES DEL
CONSUMO DE TABACO

El Banco Mundial
ha evaluado los gastos directos e
indirectos de las muertes prematuras y de la morbilidad
atribuibles al tabaquismo, estimando que un aumento de 1.000
toneladas en el consumo de tabaco representa 2,6 millones de
dólares de beneficios y 29,8 millones de costes. Esto
supone una pérdida neta de 27,2 millones de
dólares.

En 1988, se estimó que la sola reducción
del consumo de tabaco en un 10% evitaría costes
equivalentes al 0,18% del PIB en
España.

Según un estudio realizado en el año 2001
por la Universidad
Pompeu Fabra, los costes sanitarios directos generados por el
consumo de tabaco, en seis enfermedades (cáncer de
pulmón, enfermedad pulmonar obstructiva crónica,
asma, enfermedades cardiovasculares, accidentes
cerebrovasculares y bajo peso al nacer), en España en el
año 2001 se estimaron entre 437.000 y 604.000 millones de
pesetas (según las distintas fracciones atribuibles al
consumo de tabaco en las enfermedades estudiadas).

MARCO INTERNACIONAL

En la Primera Conferencia
Europea sobre Política del Tabaco,
celebrada en Madrid en
1988, se adoptó una Carta Europea
contra el Tabaco en la que se reconocía el derecho de la
población a ser protegida, no sólo de las
enfermedades causadas por el tabaco, sino también de
la
contaminación creada por el humo del tabaco. Se
recomendaron diez estrategias a
seguir para posibilitar los derechos establecidos en
la Carta,
así como las medidas a tomar para desarrollar cada
estrategia.

Las principales estrategias propuestas en la Carta de
Madrid han sido ratificadas en la II Conferencia Europea y I
Iberoamericana sobre Tabaco o Salud celebrada en Canarias en
1999, y en el I Congreso Nacional sobre la Prevención y el
Tratamiento del Tabaquismo celebrado en Sevilla en
2001.

La recomendación de la
Organización Mundial de la Salud (OMS) es contundente:
deben ponerse en marcha programas de
disminución del tabaquismo que integren acciones
educativas, legislativas y asistenciales. Desde la Oficina Regional
Europea se destaca que una reducción en el consumo de
tabaco es la más importante medida de Salud Pública
que los países pueden adoptar para beneficio de su salud y
su economía.

La Oficina Regional Europea de la OMS incluyó
entre los objetivos de
la estrategia «Salud para Todos 2000» la
reducción del hábito de fumar (Objetivo 16).
En el documento Salud 21, la OMS vuelve a incorporar entre sus
prioridades las intervenciones para reducir el consumo de tabaco
y los daños para la salud que se derivan del tabaquismo.
En su objetivo 12, propone: reducir los daños derivados
del alcohol,
las drogas y el
tabaco; y en particular el objetivo 12.1 señala que para
el año 2015, el porcentaje de no fumadores debe ser, al
menos, el 80% entre las personas mayores de 15 años y
prácticamente el 100% de los menores de 15
años.

En la 52 sesión del Comité Regional
Europeo de la Organización Mundial de la Salud celebrada
en Copenhague en septiembre de 2002, se acordó mediante
Resolución, la «Estrategia Europea para el
Control del
Tabaquismo»
, que establece un marco estratégico
referencial para el control del tabaquismo en la región
Europea, con una serie de medidas que deben ser contempladas en
los correspondientes planes nacionales, según sus
necesidades y realidades, para continuar intensificando su tarea
y seguir explorando acciones innovadoras. Tiene en
consideración los tres anteriores Planes de
Actuación para una Europa sin Tabaco
y sus evaluaciones, los principios
rectores de la Declaración de Varsovia y es acorde con la
estructura y
contenido del Convenio Marco para el Control del
Tabaco.

El Convenio Marco para el Control del Tabaco
representa un instrumento jurídico internacional para el
control mundial del tabaquismo y complemento global a los
programas y planes de control del tabaquismo a nivel nacional,
que surge en 1996 con la resolución WHA49.17 ante la
necesidad de dar una respuesta mundial a este problema que no
tiene fronteras, y que liderado por la OMS el proceso de su
desarrollo
desde la resolución EB103.R11 de la Asamblea Mundial de la
Salud, se adoptará en el año 2003 por los 192
Estados miembros, al objeto de hacer progresar
sinérgicamente las políticas
nacionales de salud pública.

Además del firme apoyo a las políticas de
la OMS, la Unión Europea promueve acciones de
protección de la salud y control del tabaquismo mediante
Recomendaciones a los Estados miembros, y desarrolla su
capacidad legislativa a través de la promulgación
de Directivas que deben ser transpuestas a las respectivas
normativas nacionales.

Cada año, los productos del
tabaco son responsables de 1,2 millones de muertes (14% de todos
los fallecimientos) en la Región Europea de la OMS. Se
prevé que, a menos que se adopten medidas más
estrictas, estos productos serán responsables de 2
millones de muertes anuales (20% de todos los fallecimientos)
para el año 2020. Además de enfermedad y muerte,
provocan unas pérdidas económicas netas en el mundo
de al menos 200.000 millones de dólares (USD) al
año.

Para conseguir disminuir la elevada prevalencia
(más del 30% en población adulta), se precisa
reducir la accesibilidad tan extendida de los productos de
tabaco, y poner especial atención en jóvenes y
mujeres.

En España, desde la publicación del Real
Decreto 192/1988 del 4 de marzo, sobre limitaciones en la
venta y uso
del tabaco para protección de la salud de la
población, se han venido incrementando las actividades
dirigidas a disminuir el consumo de tabaco en todos los
ámbitos sociales del Estado, de las
Comunidades Autónomas y los Ayuntamientos, y a fomentar
una cultura sin
tabaco. El Plan Nacional de Prevención y Control del
Tabaquismo
pretende impulsar y coordinar todas las acciones
encaminadas a prevenir y controlar el tabaquismo en
España.

CONCLUSIONES

En los últimos 15 años las diferentes
administraciones y en especial los distintos gobiernos
autonómicos, han desarrollado programas de
actuación para la prevención del tabaquismo. Aunque
su grado de desarrollo es heterogéneo y los recursos
empleados muy desiguales, estas iniciativas suponen sin duda
oportunidades que favorecen e impulsan las políticas para
la prevención y el control del tabaquismo que constituyen
los objetivos prioritarios del Plan Nacional de Prevención
y Control del Tabaquismo.

La mayoría de las Comunidades y Ciudades
Autónomas están realizando intervenciones que
tienen básicamente los mismos objetivos y proponen
fundamentalmente las mismas líneas de
actuación.

Es por tanto de gran utilidad,
aprovechar la experiencia acumulada por todas las
administraciones públicas en el desarrollo de este tipo de
intervenciones y especialmente los logros de aquellas Comunidades
que han podido llevar a cabo programas más
sistemáticos de actuación, siendo a la vez
necesario reforzar las políticas de control del tabaquismo
en España, y aumentar los recursos
humanos y materiales
destinados a la prevención del consumo de tabaco y a
reducir su prevalencia, para lograr desarrollar este Plan
Nacional.

La preocupación y actividad de numerosas sociedades
científicas y la progresiva implicación de las
asociaciones sociales en las actuaciones destinadas a la
prevención del tabaquismo, es sin duda otro instrumento de
incuestionable valor que el
Plan Nacional contempla.

Un ejemplo de la importancia de estos movimientos
asociativos lo representa el Comité Nacional de
Prevención del Tabaquismo (CNPT). Actualmente lo
constituye 33 organizaciones,
principalmente asociaciones de profesionales sanitarios, que
mantiene vínculos con otras organizaciones implicadas e
interesadas en la prevención del tabaquismo.
Además, forma parte de la Red Europea de
Prevención del Tabaquismo, que agrupa a coaliciones
similares de los diversos países de la Unión
Europea.

Desde su fundación, el CNPT ha trabajado para
ampliar la prevención del tabaquismo en España y ha
desarrollado acciones de educación e información dirigidas a la
población, de formación y trabajo con
los profesionales de la salud, de colaboración con las
autoridades sanitarias, y de contacto con los representantes
políticos de la población.

La existencia de la Estrategia Europea para el Control
del Tabaquismo y el Convenio Marco para el Control del Tabaco, de
la Organización Mundial de la Salud, así como las
iniciativas legislativas de la Unión Europea, son
también aspectos que propician, refuerzan y favorecen el
desarrollo del Plan Nacional.

El objetivo principal del Plan Nacional es conseguir la
armonización entre las diferentes Administraciones para
afrontar globalmente el control y prevención del
tabaquismo, evitando la dispersión de competencias, la
insuficiente difusión sistemática de las acciones
realizadas, la escasez de
recursos disponibles para afrontar un problema de salud
pública de tal magnitud, la falta de homogeneidad en
algunos criterios de seguimiento y evaluación
del control del tabaquismo, o las dificultades para realizar un
seguimiento eficaz del cumplimiento de la normativa que regula la
venta, el consumo, y la publicidad del
tabaco.

Es necesario impulsar programas que eviten la
incorporación al consumo (o al menos retrasen la edad de
inicio) y también actividades destinadas a disminuir la
prevalencia del tabaquismo, facilitando la deshabituación
de la población fumadora. Este descenso en la prevalencia
es el único mecanismo para reducir un gran número
de enfermedades y muertes, en su mayoría prematuras,
atribuidas al tabaquismo. Conviene que estas intervenciones,
incluyan acciones especificas por género para evitar que
la prevalencia del consumo de tabaco siga aumentando entre las
mujeres.

Es fundamental que las intervenciones sean
multisectoriales y de amplio alcance, para garantizar su
máxima eficacia.
También es necesario que sean sólidamente
mantenidas, sabiendo que la reducción del consumo se
refleja en el tiempo como
una disminución de las enfermedades y muertes asociadas al
tabaquismo.

Se pone de manifiesto de manera constante en foros
nacionales e internacionales, la necesidad de incrementar las
actividades informativas y educativas, los desarrollos
normativos, ampliar las restricciones para la venta, el consumo y
la publicidad del tabaco, aumentar los recursos destinados a la
deshabituación de la población fumadora,
incrementar la investigación para mejorar nuestro conocimiento
sobre los factores que determinan el inicio y la
consolidación del consumo de tabaco (especialmente en la
población joven y entre las mujeres).

La gravedad del problema y la posibilidad de obtener
ganancias de salud, mediante políticas estables y
comprometidas, obligan a intervenir decididamente. Es un gran
reto, como grande debe ser el esfuerzo ante la existencia de
poderosos obstáculos.

BIBLIOGRAFÍA

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Statistical Manual of Mental
Disorders. 4th edition (DSM-IV). Washington: American Psychiatric
Association; 1995.

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7. Ministerio de Sanidad y Consumo. Encuesta Nacional de
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12. Comité Nacional para la Prevención del
Tabaquismo. Libro Blanco
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13. Organización Mundial de la Salud. Salud 21:
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Organización Mundial de la Salud; 2002.

17. Organización Mundial de la Salud: Los
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19. Rovira J, Escribano M. Estimación del impacto
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consumo de tabaco. Madrid: Ministerio de Sanidad y Consumo;
1989.

20. World Health Organization. International Statistical
Classification of Diseases and Related Health Problems, 10th
revision. Geneva: World Health Organization; 1992.

PRINCIPIOS DEL PLAN NACIONAL DE
PREVENCIÓN Y CONTROL DEL TABAQUISMO

Principios fundamentales:

 — Responde a un compromiso
institucional
.

— Está liderado por las autoridades
sanitarias
para promover y coordinar todas las acciones que
se desarrollen en este campo.

— Participa de las orientaciones y estrategias
internacionales
de la Organización Mundial de la Salud
y de la Unión Europea.

— Cuenta con un enfoque global del problema,
promoviendo la colaboración intersectorial y estableciendo
medidas graduales para disminuir las desigualdades.

— Pretende promover la salud, la calidad de
vida, y la participación social.

OBJETIVOS DEL PLAN NACIONAL DE
PREVENCIÓN Y CONTROL DEL TABAQUISMO

Objetivos Generales y
Específicos:

 1. Disminuir la prevalencia
tabáquica

1.1. Prevenir la incorporación de nuevos
fumadores y fumadoras.

1.2. Retrasar la edad de inicio del hábito
tabáquico.

1.3. Facilitar el abandono de la dependencia
tabáquica.

2. Proteger la salud de la población del aire
contaminado por humo de tabaco (ACHT)

2.1. Evitar la exposición de la población
al aire contaminado por humo de tabaco.

2.2. Potenciar los espacios sin humo

2.3. Fomentar la norma social de no fumar

3. Potenciar la coordinación y la
participación

3.1. Coordinación institucional

3.2. Coordinación intersectorial

3.3. Coordinación internacional

3.4. Participación social.

Para alcanzar cada uno de estos objetivos
específicos, se han definido diversas actuaciones,
agrupadas en estrategias (informativa, educativa y formativa,
asistencial, legislativa, coordinación y
participación, e investigación y
evaluación).

Objetivo General 1: Disminuir la prevalencia
tabáquica

Para el año 2007, el número de fumadores y
fumadoras de 16 y más años se habrá reducido
en 6 puntos porcentuales, situando la prevalencia por debajo del
28%.

Objetivos Específicos:

1.1. Prevenir la incorporación de nuevos
fumadores y fumadoras

En el año 2007, la proporción de personas
fumadoras en el grupo de 16 a 24 años, habrá
disminuido 6 puntos porcentuales, situándose por debajo
del 36%.

1.2. Retrasar la edad de inicio del hábito
tabáquico

Para el año 2007, la edad media de inicio en el
hábito tabáquico se habrá retrasado a los 14
años.

1.3. Facilitar el abandono de la dependencia
tabáquica

Para el año 2007, la proporción de
población ex fumadora aumentará al menos en 6
puntos, situándose por encima del 23%.  

Objetivo General 2: Proteger la salud de la
población del aire contaminado por humo de
tabaco

Para el año 2007, al menos el 65% de la
población considerará que está protegida de
la exposición al aire contaminado por humo de
tabaco

Objetivos Específicos: 

2.1. Evitar la exposición de la
población al aire contaminado por humo de
tabaco

Para el año 2004, se habrán desarrollado
normativas que regulen el consumo de tabaco en todos los
ámbitos públicos

2.2. Potenciar los espacios sin humo

Para el año 2005, al menos el 70% de las empresas
dispondrán de espacios libres de humo

2.3. Fomentar la norma social de no
fumar

Para el año 2005, el 75% de la población
considerará que el tabaco es menos aceptado en su entorno
social.  

Objetivo General 3:Potenciar la coordinación y
la participación

En el plazo de tres meses, tras la aprobación del
Plan, se constituirá la Comisión Intersectorial de
Dirección, que se reunirá con una
periodicidad al menos anual, durante el quinquenio
2003-2007

Objetivos Específicos:

3.1. Coordinación Institucional

El Comité Ejecutivo del Plan Nacional
elaborará las memorias
anuales del periodo 2003-2007, presentando un informe global
del quinquenio y las líneas de continuidad para el
siguiente Plan, al finalizar el año 2007.

3.2. Coordinación
Intersectorial

Antes de finalizar el año 2003, todas las
Comunidades y Ciudades Autónomas deberán contar con
un Plan de Prevención y Control del Tabaquismo.

3.3. Coordinación Internacional

El Plan estará representado en foros
internacionales de control del tabaquismo, en el plazo de un
año a partir de la aprobación del Plan.

3.4. Participación Social

Al menos el 1% del presupuesto
global del Plan, se destinará anualmente a incentivar la
participación social.  

 

 

ESTRUCTURA, FUNCIONES Y
RECURSOS

El Plan Nacional de Prevención y Control del
Tabaquismo dependerá orgánica y funcionalmente del
Ministerio de Sanidad y Consumo, y contará con una
Comisión Intersectorial de Dirección y un
Comité Ejecutivo. Este último integrado por el/la
Coordinador/a General, la Secretaría Permanente y los/las
Coordinadores/as Autonómicos.

1.Comisión Intersectorial de
Dirección

 Composición

 – Titular del Ministerio de Sanidad y
Consumo, que actuará de Presidente/a.

– Dos representantes del Pleno del Consejo
Interterritorial del SNS.

– Director/a General de Salud Pública del
Ministerio de Sanidad y Consumo.

– Dos representantes de la Comisión de Salud
Pública del Consejo Interterritorial del SNS.

– Coordinador/a General del Plan Nacional
(PNPyCT).

– Un representante de cada uno de los Departamentos de
Educación Cultura y Deporte, Trabajo y Asuntos
Sociales, Economía, Hacienda e Interior.

– Un representante del Comité Nacional para la
Prevención del Tabaquismo.

– Un representante de la Secretaría Permanente
del Plan Nacional (PNPyCT) (con voz y sin voto).

Funciones

Actuará como órgano de carácter colegiado, se reunirá al
menos una vez al año y tendrá las siguientes
funciones:

1. Ser el foro de encuentro de los distintos
sectores interesados en la prevención y control del
tabaquismo en España, para el consenso de las actuaciones
en esta materia.

2. Establecer el seguimiento y desarrollo del
Plan.

3. Establecer la coordinación de las actuaciones
de los distintos sectores representados, canalizando la
participación comunitaria.

4. Asegurar la financiación adecuada y distribución de los recursos para el
desarrollo del Plan Nacional de Prevención y Control del
Tabaquismo.

2. Comité Ejecutivo

Estará formado por el/la Coordinador/a General
del Plan, los/as Coordinadores/as Autonómicos y la
Secretaría Permanente y tendrá las siguientes
funciones:

1. Establecer las prioridades del Plan y las propuestas
de líneas de actuación.

2. Elaboración de los presupuestos,
acordando los criterios de distribución de los mismos
entre los distintos órganos del Plan asegurando que los
fondos asignados se destinan a las prioridades
establecidas.

3. Realizar el seguimiento de las actuaciones
acordadas.

4. Elaboración de los informes y
memorias anuales de actividades tomando como referencia los
informes y memorias realizadas en las respectivas Comunidades y
Ciudades Autónomas.

5. Establecer los sistemas de
información y evaluación del Plan Nacional de
Prevención y Control del Tabaquismo.

2.1. Coordinador/a General del Plan

Adscrito a la Subdirección General de Promoción de la Salud y
Epidemiología de la Dirección General de Salud
Pública del Ministerio de Sanidad y Consumo, con
dedicación exclusiva, tendrá las siguientes
funciones:

1. Actuar de Secretario Ejecutivo del Plan.

2. Presentar propuestas para el desarrollo de las
estrategias recogidas en el Plan Nacional de Prevención y
Control del Tabaquismo.

3. Velar por el cumplimiento de los acuerdos.

4. Presentar a la Comisión Intersectorial de
Dirección los presupuestos y los criterios de
distribución de los mismos entre los distintos
órganos del Plan.

5. Localizar y recabar financiación de otros
organismos nacionales e internacionales.

6. Dinamizar los órganos de coordinación y
las actuaciones del Plan.

7. Ostentar la representación del Plan Nacional
de Prevención y Control del Tabaquismo en los foros
técnicos nacionales e internacionales.

8. Difundir la información generada en esta
materia.

2.2. Coordinadores/as
Autonómicos

Cada Comunidad y
Ciudad Autónoma dispondrá de un técnico de
referencia como coordinador/a del Plan Nacional en su
ámbito territorial, que formará parte del
Comité Ejecutivo y tendrá las funciones asignadas
al mismo.

2.3. Secretaría Permanente

Dependerá de la Subdirección General de
Promoción de la Salud y Epidemiología, de la
Dirección General de Salud Pública. Estará
dirigida por el/la Coordinador/a General del Plan, y formada, al
menos, por tres técnicos (jefes de servicio) de
la Subdirección General de Promoción de la Salud y
Epidemiología, y tres administrativos.

Sus funciones serán:

1. Dar soporte técnico al
Coordinador/a.

2. Participar en la Comisión Intersectorial de
Dirección.

3. Mantener la
comunicación permanente y elaborar propuestas en
colaboración con la red de coordinadores técnicos
de las Comunidades y Ciudades Autónomas.

4. Participar en los grupos de trabajo que se creen en
el seno del Comité Ejecutivo.

5. Elaborar informes periódicos y la memoria
anual de actividades.

6. Aplicar progresivamente los mecanismos de
evaluación recogidos en el Plan.

Asesorías técnicas

El Plan Nacional de Prevención y Control del
Tabaquismo, a través de su Secretaría Permanente,
podrá recabar cuando estime oportuno, el asesoramiento
técnico de expertos en las diferentes materias
relacionadas con el tabaquismo.

Inicialmente, durante el periodo de implantación
del Plan, el Grupo de Trabajo de Tabaco (Ponencia de
Promoción de la Salud de la Comisión de Salud
Pública del Consejo Interterritorial del SNS, constituido
por técnicos de las Comunidades Autónomas de
Andalucía, Aragón, Canarias, Extremadura, Galicia,
Navarra, Valencia, y de la Subdirección General de
Promoción de la Salud y Epidemiología del MSC),
continuará su función técnica y
asesora.

Recursos económicos

La Administración General del Estado
aportará para su estructura y funcionamiento, el
equivalente a un porcentaje de lo recaudado por los impuestos
especiales de los productos de tabaco, que anualmente
determinará la Comisión Intersectorial de
Dirección, en función de las actuaciones que se
programen para cada año de vigencia del Plan
Nacional.

Para el primer año, el Ministerio de Sanidad y
Consumo aportará 3,6 millones de euros.

Cada CCAA y CA deberá contar con un presupuesto
finalista, dedicado a la prevención y control del
tabaquismo, equivalente al menos a 0.25 euros per capita y
año.

La aplicación del Plan Nacional de
Prevención y Control del Tabaquismo está
condicionada a la existencia en cada CCAA y CA de un Plan
Autonómico por lo que éstas, deberán
además dotar a sus respectivos territorios de los recursos
humanos y financieros necesarios. Como mínimo se
deberá contar con un/a Coordinador/a Autonómico y
un técnico de referencia por área de salud u otra
demarcación geográfica en función de la
realidad de cada Comunidad o Ciudad Autónoma.

  

EVALUACIÓN

Sistema de información y
evaluación

La evaluación del Plan Nacional de
Prevención y Control de Tabaquismo 2003-2007
constituirá una valoración de la puesta en marcha
del Plan y su pertinencia, estimando necesaria una
aplicación progresiva de los mecanismos de
evaluación. dada la imposibilidad de actuación
simultánea e inmediata de todas las intervenciones
estratégicas definidas por el Plan, los flujos,
frecuencia, tipos de información y otros indicadores se
irán estableciendo a medida que se progrese en el
desarrollo del Plan, ya que estamos hablando de un proceso que
consume tiempo, dedicación a la organización,
desarrollo y gestión.

Anualmente la Secretaría Permanente y los
Coordinadores Autonómicos del Plan realizarán una
evaluación que contemplará:

* Estructura del Plan; órganos de
coordinación y su funcionamiento, recursos humanos (RRHH)
y materiales (RRMM), desarrollo presupuestario y aquellos
elementos que favorecen o condicionan la continuidad de la
estructura del Plan.

* Proceso: planificación y desarrollo de las
estrategias básicas y de las actividades del Plan para la
consecución de los objetivos operativos.

* Resultados: que permitan contemplar el grado de
cumplimiento de los objetivos generales y específicos
establecidos en el Plan.

Se realizará una evaluación externa del
Plan en dos tiempos:

1. Al finalizar el segundo año de la puesta en
marcha del Plan, esta evaluación contemplará el
diseño
del Plan y la formalización y funcionamiento de los
órganos de coordinación.

2. Al finalizar el Plan se evaluará,
además de los ámbitos descritos en el punto
anterior, el nivel de consecución de los objetivos
generales y específicos.

Para el desarrollo de la evaluación del Plan se
contará con una dotación presupuestaria
específica.

La Secretaría Permanente y los/as
Coordinadores/as Autonómicos del Plan elaborarán la
memoria anual
que contemplará el grado de cumplimiento alcanzado de los
objetivos previstos y el grado de ejecución
presupuestaria. Esta memoria se presentará a la
Comisión Intersectorial de Dirección, para su
elevación al Pleno del Consejo Interterritorial del
SNS.

Indicadores de estructura

En el primer trimestre de 2003 se habrá publicado
la norma que regule la creación, composición y
funciones de los órganos de coordinación y
participación así como los medios de
financiación del Plan Nacional de Prevención y
Control del Tabaquismo
.

En el plazo de tres meses tras la aprobación del
Plan, se habrán constituido los órganos de
coordinación previstos en el Plan Nacional de
Prevención y Control del Tabaquismo y todas las
Comunidades y Ciudades Autónomas dispondrán,
además del técnico responsable en materia de tabaco
(Coordinador/a Autonómico), de al menos un técnico
de referencia por el ámbito territorial que se determine,
para el desarrollo de las actuaciones que se prioricen desde el
Plan Nacional de Prevención y Control del
Tabaquismo.

Indicadores de proceso

Se determinarán en función a las
actuaciones que se prioricen anualmente condicionadas por los
recursos asignados.

Indicadores de resultados

Incluir fuentes de
información que se utilizarán como referencia
(ENS, EDIS, Encuesta en escolares de 14 a 18 años
PND).

1. Prevalencia

– % de fumadores por género y grupos de edad. (FD
+FO)

Número de fumadores / número de personas
> 16 años

– % de fumadores habituales por género y grupos
de edad. (FD)

– % de fumadores ocasionales por género y grupos
de edad. (FO)

– % de ex fumadores por género y grupos de edad.
(EF)

– % de nunca fumadores por género y grupos de
edad. (NF)

– %s en población menor de 16 años por
género.

– % de abandono. EF/(FD+FO+EF)

– Edad de inicio: Edad media de inicio del consumo de
tabaco por género y grupo de edad (experimentación
primer cigarrillo / consumo diario).

2. Mortalidad

– Tasa de mortalidad atribuible al consumo de tabaco
global, por género y grupo de edad.

– Tasa de mortalidad atribuible al consumo de tabaco por
enfermedades y género y grupo de edad.

3. Morbilidad

– Número de consultas especializadas por
diferentes patologías.

4. Centros sanitarios

– % de Hª clínicas que recogen el
hábito tabáquico.

– % de Hª clínicas que recogen la
aplicación del consejo/intervención
mínima.

– % de Hospitales acreditados como Hospital sin tabaco.
Categoría bronce.

– % de Hospitales acreditados como Hospital sin tabaco.
Categoría plata.

– % de Hospitales acreditados como Hospital sin tabaco.
Categoría oro.

– Número de unidades de deshabituación
tabáquica.

5. Profesionales Sanitarios (personal
médico, de enfermería y
farmacéutico)

– % de profesionales sanitarios que FD por grupo de edad
y género.

– % de profesionales sanitarios que FO por grupo de edad
y género.

– % de profesionales sanitarios que EF por grupo de edad
y género.

– % de profesionales sanitarios que NF por grupo de edad
y género.

6. Espacios sin humo

– % de centros sanitarios.

– % de centros docentes.

– % de centros administrativos.

– % de empresas sin humo

Cronograma de la elaboración del
Plan nacional y control del tabaquismo

Isabel Saiz Martínez-Acitores (1),
Jesús Rubio Colavida (1), Isabel Espiga López (1),
Begoña Alonso de la Iglesia (2),
Javier Blanco Aguilar (3), Mercedes Cortés Mancha (4),
José Domingo Cabrera Ortega (5), Pepa Pont Martínez
(6), José María Saavedra Rodríguez (7),
Javier Toledo Pallarés (8)


(1) Ministerio de Sanidad y
Consumo
(2) Comunidad Autónoma de Galicia
(3) Comunidad Autónoma de Andalucía
(4) Comunidad Autónoma de Extremadura
(5) Comunidad Foral de Navarra
(6) Comunidad Valenciana
(7) Comunidad Autónoma de Canarias
(8) Comunidad Autónoma de Aragón

Partes: 1, 2
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