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RESUMEN: Las neoplasias vesicales en
caninos representan menos del 1% de los tumores presentes en esta
especie. El tratamiento quirúrgico se indica en tumores
benignos y como complemento de la quimioterapia y radioterapia.
Para la quimioterapia se emplean más frecuentemente la
doxorrubicina, el 5-fluorouracilo, la ciclofosfamida, la
vincristina y cisplatino. La asociación de la
doxorrubicina-ciclofosfamida por vía sistémica en
asociación con el cisplatino intravesical, sería un
tratamiento recomendable, en particular en los casos de carcinoma
de células de
transición.
SUMMARY: The canine urinary bladder tumors
represent less than 1% of all tumors present in this species.
Surgical treatment is indicated in benign tumors and combined
with chemotherapy or radiotherapy. Doxorubicin, 5 fluorouracil,
cyclophosphamide, vincristine and cisplatin are the drugs mostly
used for chemotherapy. Systemic Doxorubicin-ciclophosphamide
therapy in association with intravesical cisplatin therapy are
recommended, particularly in transitional cell
carcinoma.
INTRODUCCIÓN
Las neoplasias del segmento urinario inferior son poco
frecuentes en el canino y a causa de las manifestaciones
clínicas inespecíficas, constituyen un dilema
diagnóstico y terapéutico. Los
tumores y pólipos vesicales son causa común (al
igual que los urolitos, pielonefritis y prostatitis) de
uropatías infecciosas (UI) (Brown, 1992; Grauer, 1995). La
diversidad en los métodos
diagnósticos disponibles en medicina veterinaria y
las terapias estudiadas hasta el momento para el tratamiento de
los tumores de vejiga en el perro, exigen la búsqueda
permanente y la evaluación
de los existentes para lograr un mayor porcentaje de eficacia
terapéutica.
El presente artículo tiene por objeto la
revisión de las técnicas
terapéuticas disponibles para el tratamiento de los
tumores vesicales en el perro.
Etiología y clasificación de los
tumores vesicales. La neoplasia vesical en el perro
representa el 0.5 al 1% de todos los cánceres caninos. La
etiología del cáncer primario de vejiga en perros es
desconocida.
Los carcinógenos endógenos,
exógenos, la inflamación crónica y los virus han sido
indicados como causal, aunque los metabolitos
amino-aromáticos del triptofano que son excretados en
grandes cantidades en la orina del perro, están
considerados entre los principales agentes (Jubb y Kennedy, 1982;
Brown, 1992; Caywood y col., 1993; Stuart y col., 1994; Weller,
1994). El tumor vesical ha sido inducido en perros por la
administración oral de 2-naftilamina durante 2 a 24
meses, por la formación de compuestos naftilenos o
relacionados derivados del metabolismo de
las anilinas (Jubb y Kennedy, 1982; Brown, 1992; Weller,
1994).
La mayor parte de los tumores de vejiga en el perro y el
gato son malignos, primarios y de origen epitelial (Brown, 1992;
Weller, 1994). En un estudio histopatológico de 110 casos
de tumores de vejiga, uretra o ambos, 107 correspondieron a
carcinomas primarios y tres a tumores mesenquimáticos
(Valli y col., 1995). De 115 caninos con neoplasias en el tracto
urinario inferior, la mayoría de los tumores fueron
malignos (97%) y de origen epitelial (97%). Los tumores fueron
más frecuentes en perros viejos con pesos corporales de
más de 10 kg. (Norris y col. , 1992). En un estudio
realizado por Weller, R (1979), el 77% de los tumores primarios
de vejiga en el perro eran de origen epitelial, siendo el
carcinoma de células de transición (CCT) el de
presentación más frecuente. Este tumor fue
utilizado como modelo
experimental del cáncer invasivo de vejiga en el hombre
(Knapp y col., 1996). El CCT se ha reportado en caninos
después del tratamiento con ciclofosfamida oral (Jubb y
Kennedy, 1982; Weller, 1979).
Las neoplasias secundarias son raras en el perro y
representan el 4.6% del cáncer urinario canino (Bjorling y
Petersen, 1990).
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