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- Nuevas tendencias en la
prevalencia del tabaquismo - Cigarrillos
light y género - Tabaco y
peso: el miedo a engordar - Agradecimientos
- Bibliografía
RESUMEN: A lo largo de las
últimas décadas, la prevalencia del tabaquismo ha
seguido en la Unión
Europea tendencias diferentes según el sexo. Mientras
que entre los varones la prevalencia ha disminuido notablemente,
entre las mujeres se ha incrementado o se ha estancado. En
algunos países en que estos cambios se iniciaron
más precozmente, la prevalencia del tabaquismo es hoy
mayor entre las mujeres que entre los varones. Este documento
cuantifica estas tendencias, con referencia a la situación
española. En 1995, fumaban 60 millones de hombres y 42
millones de mujeres en la Unión Europea. El 48% de las
fumadoras consumían cigarrillos light, lo que
supone veinte millones de mujeres que los utilizan. Hay documentos de la
industria del
tabaco que
indican que la promoción de cigarrillos light tiene
como intención tranquilizar a sus clientes y frenar
a quienes se preocupan por el mantenimiento
de su salud y se plantean dejar de fumar. Hay datos que
confirman que esta política consigue sus
objetivos y
que las concepciones erróneas de los fumadores sobre los
cigarrillos light puede hacerles persistir en el consumo.
Existen datos que indican que el tabaco puede jugar un papel en
el control del peso.
Las mujeres están más preocupadas por su peso que
los hombres, y para las mujeres jóvenes la imagen corporal
es muy importante. Éstas tienen a menudo la percepción
de tener exceso de peso. Aunque es más común el
miedo al sobrepeso que el exceso de peso real, la evidencia
sugiere que el temor a ganar peso puede mantener a las mujeres en
el hábito de fumar, y que las consideraciones sobre
cómo mantener el control del peso influyen en las mujeres
jóvenes al comenzar a fumar. El consejo sobre cómo
controlar el peso debería formar parte de los programas de
tratamiento del tabaquismo dirigidos a las mujeres.
Además, cualquier intervención preventiva sobre
mujeres adolescentes
fumadoras debería abordar la cuestión del aumento
de peso.
Palabras clave: Mujer y salud. Tabaco.
Unión Europea.
ABSTRACT: Women and Tobacco in the European
Union. Over the last decades, the prevalence of smoking in
the European Union has followed different trends by sex. While
the prevalence has declined for men, it has increased or is
stable for women. In some countries where these changes took
place earlier, the prevalence of smoking is now higher among
women than among men. This document provides quantitative data
for these trends in the European Union, with special reference to
the situation in Spain. In 1995 there were 60 million men and 42
million women smokers in the European Union. Up to 48% of female
smokers used light cigarettes, that is 20 million women. There
are documents from the tobacco industry showing that the goal of
the promotion of light cigarettes is to reassure their clients
and to keep as smokers those concerned about their health who are
considering the possibility of quitting. There is evidence
confirming that this policy is successful, and that the
misconceptions of smokers about light cigarettes deter them from
quitting. There is evidence on the role of smoking in weight
control. Women are more concerned than men about their weight,
and for young women body image is very relevant. Young girls
often have the perception that they are overweight. Although fear
of being overweight is more common than actual overweight, the
evidence suggests that being afraid of gaining weight plays a
role in keeping women as smokers, and that young girls begin
smoking taking into consideration weight issues. The advice on
how to maintain weight should be included in any smoking
cessation program for women. Any preventive action for teen age
smokers should include weight control issues.
Key words: Woman and health. Tobacco. European
Union.
INTRODUCCIÓN
A lo largo de las últimas décadas la
prevalencia del tabaquismo ha seguido, en la Unión Europea
(UE), tendencias diferentes según el sexo. Mientras que
entre los varones la prevalencia ha disminuido notablemente,
entre las mujeres se ha incrementado o se ha estancado. En
algunos países en los que estos cambios se iniciaron
más precozmente, la prevalencia del tabaquismo es hoy
mayor entre las mujeres que entre los varones. Este documento
cuantifica estas tendencias, con especial referencia a la
situación española, y presenta datos detallados
sobre dos aspectos clave en la dinámica del tabaquismo entre las mujeres:
los cigarrillos light, y la relación entre fumar y
el miedo a ganar peso.
Nuevas tendencias en la prevalencia
del tabaquismo
En todas las sociedades,
los primeros en iniciar masivamente el consumo de tabaco fueron
los hombres de las clases
sociales más privilegiadas. Un par de décadas
después, les siguieron los hombres de las otras clases
sociales. Sólo cuando el consumo se había extendido
por toda la población masculina, las mujeres empezaron
a consumir tabaco. De nuevo, este proceso
comenzó por las mujeres pertenecientes a las clases
sociales más favorecidas y después se
extendió a las de todos los grupos
socioeconómicos (1).
La progresiva aceptación social del consumo de
tabaco por parte de las mujeres contribuyó a su incremento
entre la población femenina. Esta aceptación social
se debió en parte a la liberalización general de
las normas que
afectaban al comportamiento
esperado de las mismas, que reflejaban un aumento de la igualdad entre
sexos (2). A finales de la Segunda Guerra
Mundial el porcentaje de mujeres adultas fumadoras en
diversos países de Europa Occidental
se disparó. En la actualidad, en algunos países de
la UE, la proporción de mujeres y hombres que fuman es
bastante similar, y en todos los países de la UE ha
disminuido la diferencia entre hombres y mujeres. Sin embargo,
las mujeres no fuman de la misma manera que los hombres (tablas 1
y 2): fuman menos cigarrillos per capita que los hombres,
prefieren los cigarrillos manufacturados a los de liar, los que
tienen filtro, y se decantan por marcas de tabaco
rubio y bajo en nicotina. Además, no suelen fumar puros ni
pipas (3,4). En mujeres jóvenes, estas diferencias son
menores.
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