La prevención cardiovascular en España. Promoviendo el uso de las recomendaciones
- 1. Situación
cardiovascular en el mundo - 2. Situación
cardiovascular en España
4. Estrategias de
salud
5. Estrategias y recomendaciones internacionales
de salud cardiovascular
6. Recomendaciones cardiovasculares en EEUU
7. Recomendaciones cardiovasculares en
Europa
8. Recomendaciones cardiovasculares en
España
9. adaptación española de la guía europea
de prevención cardiovascular
10. Consideraciones finales
11. Bibliografía
1. Situación cardiovascular en
el mundo
Las enfermedades
cardiovasculares constituyen un problema de salud de primer
orden en todo el mundo, ya que a su importancia capital en los
países desarrollados se une su creciente relevancia en los
países en vías de desarrollo, en
los que tienen una «doble carga» al sumarse a la
persistente amenaza de las enfermedades transmisibles
la aparición de las enfermedades no transmisibles. En todo
el mundo 16,7 millones de muertes se deben a las enfermedades
cardiovasculares1. Además, cinco de las diez
principales amenazas mundiales para la salud están
relacionadas con las enfermedades no transmisibles, como la
hipertensión arterial, el tabaquismo, el
consumo de
alcohol, la
hipercolesterolemia y la obesidad o el
sobrepeso.
En Europa las
enfermedades cardiovasculares son la principal causa de
muerte2, tienen una alta incidencia3, son
una fuente muy importante de discapacidad y
tienen una gran repercusión en los costes de la asistencia
sanitaria. Además, los principales factores de riesgo
cardiovascular son muy prevalentes en los países
europeos4.
2. Situación cardiovascular en
España
Del mismo modo, en España, la
relevancia de las enfermedades cardiovasculares viene dada por su
elevada mortalidad (produce el 35% de todas las defunciones,
causando cerca de 125.000 cada año) y morbilidad
(más de 560.000 enfermos dados de alta y de cinco millones
de estancias hospitalarias al año), la alta prevalencia de
sus principales factores de riesgo en la población española y su elevada
repercusión socioeconómica (la atención a las enfermedades
cardiovasculares es responsable del 15% de los costes sanitarios
totales)5.
En España, aunque comparativamente con otros
países las enfermedades cardiovasculares tengan una
morbilidad y mortalidad más bajas, son la primera causa de
muerte. El
riesgo de morir por las enfermedades del aparato circulatorio
está disminuyendo en España desde mediados de los
años setenta, sobre todo debido al descenso de la
mortalidad cerebrovascular. Sin embargo, a causa fundamentalmente
del envejecimiento de la población, el número de
muertes por coronariopatía ha aumentado. Por ello, el
impacto demográfico, sanitario y social de estas
enfermedades aumentará a lo largo de las próximas
décadas.
En España hay importantes diferencias
geográficas en la mortalidad cardiovascular,
presentándose los valores
más altos en Canarias y en las regiones peninsulares del
sur y levante6. Asumiendo que una parte importante de
las mismas se deben a factores ambientales, estas diferencias
geográficas sugieren un importante potencial de
prevención de las enfermedades cardiovasculares, que
incluso puede alcanzar el 50%.
En nuestro país la prevalencia de los principales
factores de riesgo cardiovascular es elevada. El 34% de los
españoles mayores de 16 años fuma. Además,
el tabaquismo muestra una
tendencia desfavorable en mujeres jóvenes. No hay que
olvidar que el tabaco produce
aproximadamente 52.000 muertes al año en España
(16% de todas las defunciones)7 y que es la primera
causa de enfermedad, discapacidad y muerte prematuras y evitables
en la población española. Al igual que otros
países desarrollados, España está
experimentando una epidemia de obesidad, tanto en adultos como en
niños.
En la actualidad aproximadamente 28.000 muertes cada año
(8,5% de todas las defunciones) son atribuibles a la obesidad.
Aproximadamente la mitad de la población española
presenta valores de
colesterol en sangre elevados
(más de 200 mg/dl), y la mayoría de las personas
desconoce este hecho, e incluso la mayor parte de las personas
que tienen alto riesgo cardiovascular no recibe tratamiento
hipolipemiante. El porcentaje de población con
hipertensión arterial es aproximadamente el 40%, el cual
aumenta con la edad y alcanza el 68% en las personas mayores de
60 años. En España el porcentaje de adultos que
dedican más de 5 horas a actividades físicas cada
semana es, tras Portugal, el más bajo de la Unión
Europea. Estos datos son de
extraordinaria importancia porque la actividad física regular es
probablemente, junto a la abstinencia del tabaco, la medida
más beneficiosa para la promoción de la salud, en particular para
el control de la
epidemia de obesidad, que además conduce a la
elevación de otros factores de riesgo cardiovascular, como
la dislipemia, la hipertensión arterial y la diabetes. En
España el porcentaje de población con diabetes se
estima en un 6% para los grupos de edad
30-65 años, y del 10% para los grupos de 30-89
años. También la frecuencia de diabetes está
aumentando y una parte muy importante de las personas
diabéticas desconoce que lo son. Igualmente, la dieta de
los españoles ha experimentado cambios asociados al
desarrollo
económico, aunque todavía se ajusta, en
general, al patrón de dieta mediterránea
considerada saludable5.
Además, el grado de control de la
hipertensión arterial y de las dislipemias, aunque ha
mejorado en los últimos años, es todavía
bajo. En la actualidad sólo el 16% de la población
hipertensa española tienen controlada su presión
arterial de forma óptima. En las personas con enfermedad
cardiovascular previa el control de los factores de riesgo
cardiovascular es deficiente y claramente mejorable, tanto en el
ámbito hospitalario como en el de la atención
primaria de salud. Además el progreso realizado en los
últimos años en el control de dichos factores en
pacientes hospitalizados ha sido escaso o incluso ha empeorado
para algunos factores, excepto para la dislipemia, que ha
mejorado sustancialmente.
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