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Virus de inmunodeficiencia bovina (página 2)



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AGENTE ETIOLÓGICO

Es un lentivirus exógeno y no oncogénico.
Posee una ribonucleoproteína helicoidal rodeada por una
cápside icosaédrica y envoltura.

Según Carpenter y col. (1992) el VIB replica en
células
embrionarias de bazo, pulmón, timo, testículo
y riñón derivados de bovino. La infección y
producción viral son detectados,
principalmente, por la formación de sincicios (Gonda y
col., 1987; Muluneh, 1994). También fue reportado que el
VIB puede infectar persistentemente células diploides y
anaploides de cuatro especies diferentes: bovino, canino, ovino y
hurón (Bouillant y col., 1989). Sobre su
replicación, se asume que es similar a los otros
lentivirus: luego de la adsorción y penetración, el
ARN se libera en el citoplasma y es copiado a ADN por la
transcriptasa reversa. El ADN doble cadena penetra al
núcleo, se convierte en circular y se integra al ADN de
la
célula hospedera, denominándose provirus. Este
sirve como molde para el ARNm viral (Fenner y col., 1992). Los
provirus no son infectivos y pueden permanecer latentes por
años, o durante toda la vida, no siendo afectados por el
"clearance" inmunológico (Brownlie y col.,
1994).

El VIB fue clonado en 1988 y su secuencia
nucleotídica se determinó en 1990 (Liu y col.,
1992). El genoma mide aproximadamente 9 kb y contiene genes
estructurales comunes a otros retrovirus tales como el gag, que
significa antígeno específico de grupo y
codifica proteínas
del núcleo vírico; el gen pol que codifica
la transcriptasa reversa y el gen env encargado de
codificar los peplómeros de la envoltura. Posee
también tres genes adicionales no estructurales: vif, tat
y rev implicados en la regulación de la expresión
genética
(Archambault y col., 1993). Además contiene dos fragmentos
de apertura de lectura (ORF):
W e Y, en localización análoga a los ORF: R, V y X
del VIH y VIS (Oberste y col., 1991). La
organización genómica (fig. 1) sugiere que
múltiples transcripciones son expresadas durante el ciclo
de replicación (Oberste y col., 1991). Estos mismos
autores identificaron cinco clases de ARNm viral, uno de 8.5 kb
correspondería a la totalidad de las secuencias del genoma
viral y las particularidades que sirven a la transcripción
de genes gag y pol (Archambault y col.,
1993).

Los productos de
los genes gag y pol son trasladados desde el ARN
viral y se cree que se sintetizan como precursor gag y un
gran precursor poliproteína gag-pol. El precursor
gag es procesado en tres proteínas mayores,
representando dominios funcionales MA, CA y NA (Battles y col.,
1992), dando por clivaje tres productos: p16, p26 y p13,
respectivamente.

La secuencia de aminoácidos de la proteína
CA del VIB, VIS, VAIE y VIH-1 revela un dominio altamente
conservado, que abarca 10 aminoácidos (Battles y col.,
1992). Es oportuno mencionar que el gen de la transcriptasa
reversa es altamente conservado en la evolución de los retrovirus (Jacobs y col.,
1992). El dominio final 5’ del gen pol presenta la
mayor homología en la secuencia de ácidos
nucleicos entre los retrovirus; así la homología de
esta región entre el VIB y otros lentivirus es mayor al
60%, mientras que con el virus de la
leucosis bovina (VLB) es de 37% (Gonda y col., 1987).

Por otra parte, el gen tat en el VIH-1 es un
importante gen regulador que incrementa la tasa de
iniciación de la transcripción y la eficiencia de la
misma (Liu y col., 1992). Estos mismos autores demostraron que el
VIB-tat es muy similar al del VIH, así como
posiblemente sus mecanismos de acción.

Varias proteínas han podido ser identificadas y
algunas comunes a otros lentivirus, entre ellas, la p26 que es la
proteína mayor a nivel de la cápside (Gonda y col.,
1987; Bouillant y Archambault, 1990).

TRANSMISIÓN E INFECCIÓN
VIRAL

La transmisión del VIB es probablemente por
contacto entre individuos de la misma especie (bovino-bovino) y
quizás entre diferentes especies (bovino-ovino),
según informaran en 1990 Bouillant y Archambault.
Whetstone y col. (1990) en un trabajo
experimental infectan bovinos a partir de transfusiones
sanguíneas con donantes VIB positivos, incluso antes de la
aparición de anticuerpos detectables en suero del donante.
Este hecho permite sostener un estado de
viremia pre-desarrollo de
anticuerpos, tal como sucede con el VIH. Como consecuencia
directa se deduce que las agujas hipodérmicas, de
frecuente uso en prácticas veterinarias, pueden
constituirse en un potencial diseminador del agente.

 

Figura 1.
Representación esquemática de la ORFs gag del VIB y
VIH-1, precursores Gag y los productos de clivaje.

A) ORF-gag del VIB: codifica el precursor Gag -Pr53- que
se procesa en al menos tres proteínas Gag maduras:
p16(MA), p26 (CA) y la p13 (NC).

B) ORF-gag del VIH: codifica el precursor Gag -Pr55-,
posteriormente procesado en cuatro proteínas maduras: p17
(MA), p24 (CA), p7 (NC) y p6.

Extraído de Battles y col., 1992 Schematic
representation of the BIV and HIV-1 gag ORFs, Gag precursors and
cleavage products.

A) The BIV ORF-gag encodes Pr53, the Gag precursor,
which is predicted to be processed into   
at      least   three mature
Gag proteins: p16 (MA), p26 (CA), and p13 (NC).

B) The HIV-1 gag ORF encodes Pr55, the Gag precursor,
which is further processed into four mature Gag proteins: p17
(MA), p24 (CA), p7 (NC), and p6.

Mediante la aplicación del "Inmuno-Western-blot",
Whetstone y col. (1990) dilucidaron la cinética de
producción de anticuerpos posinfección (pi)
experimental en terneros. El primer anticuerpo en manifestarse, a
las tres semanas pi, fue el anti-p26, seguido por los anticuerpos
contra la gp 100/110, p55, p18. p15 y p13. Los anticuerpos contra
la p26 persistieron y pudieron ser detectados por más de
dos años después de la inoculación,
considerándose la proteína inmunodominante. Como se
mencionara, la p26 es la proteína interna mayor y la
presencia continua de anticuerpos contra ella se corresponde con
su producción, lo que implica una continua
multiplicación viral, a menos que las células
infectadas liberen sólo la p26 en lugar de producir
viriones completos (Archambault y col., 1993).

Los anticuerpos específicos de la gp 100/110,
perteneciente a la envoltura del virión, pueden ser
detectados en el suero de la mayoría de los animales por 5 a
16 meses pi (Whetstone y col., 1990).

Los resultados obtenidos por Whetstone y col. (1990)
demuestran que el VIB causa una infección prolongada,
probablemente conduciendo a la muerte del
animal infectado, tal como sucede con otras infecciones por
retrovirus, ya sea lentivirus u oncovirus.

La patogénesis del VIB en los bovinos aún
no está bien definida. Van Der Maaten y col. (1972), en el
primer caso reportado de VIB, describieron una linfocitosis no
atribuida a la infección por el VLB. Inoculaciones
experimentales con la cepa R29 a terneros privados de calostro
indujeron una leve linfocitosis y
linfoadenopatía.

Braun y col. (1988) en un seguimiento de dos años
de bovinos infectados con virus molecularmente clonado derivado
del VIB-R29 y nuevos aislados de campo demostraron el desarrollo
de una linfoadenopatía persistente. Recientemente, Gonda
(1994)* comunica en un rodeo de Louisiana con 80% de
seroprevalencia de VIB varios signos de
enfermedad, incluyendo linfoadenopatía y
linfosarcoma.

El VIB puede aislarse de un animal experimentalmente
infectado durante los primeros dos meses, resultando muy
difícil su aislamiento con posterioridad a los cuatro
meses postinfección. Debido a ello, se deduce la
existencia de una fase aguda, semejante a lo acontecido con otros
lentivirus. Estudios de Carpenter y col. (1992), en este sentido,
señalan la existencia de moderados cambios
linfoproliferativos en los primeros 45 días pi, incluyendo
hiperplasia folicular en nódulos linfoideos,
hemáticos y bazo, con incremento de linfocitos en sangre
periférica. Esta hiperplasia, más frecuente en
nódulos secundarios, es semejante a la ocasionada por
VIH-1, VIS y VIF. En esta misma experiencia, asociado a los
cambios citados, se observaron períodos transitorios de
fiebre y
neutropenia. Sin embargo, hay que mencionar que los
inóculos empleados se encontraban contaminados con cepas
no citopáticas del virus de la diarrea viral
bovina (VDVB), cuya infección cursa con fiebre
bifásica y neutropenia en las dos primeras semanas. Por
ello no siempre fue posible determinar si los cambios hallados
eran propios de VIB, VDVB o de ambos.

La hiperplasia folicular causada por VIH y VIS se debe,
en parte, a la formación de complejos
antígeno-anticuerpo y atrapamiento de antígenos en
el folículo linfoideo. Sin embargo, en el trabajo de
Carpenter y col. (1992), utilizando hibridización in
situ
no detectaron células infectadas en centros
germinales del folículo hiperplásico de terneros
experimentalmente infectados con el VIB, sugiriendo entonces que
dicha hiperplasia no fue resultado directo de la
replicación viral. Esto coincide con lo reportado para
VIS; sin embargo, el número de células infectadas
con VIS incrementa durante estados posteriores de
depleción folicular.

En todos los trabajos de inoculación experimental
del VIB la magnitud de los cambios clínicos y
patológicos fue menos pronunciada que la reportada por Van
Der Maaten y col. (1972) en infección natural. Si bien una
variedad de factores podrían explicar estas diferencias,
Carpenter y col. (1992) mencionan al menos tres como importantes:
a) tiempo
requerido para la aparición de las manifestaciones
clínicas, considerando que el aislamiento original se
efectuó de una vaca de ocho años de edad, b) la
posibilidad que la virulencia del VIB depende de cofactores
adicionales presentes en animales naturalmente infectados, y c)
los stocks del VIB pueden tener menor virulencia, como resultado
de prolongados cultivos in vitro.

INMUNODEFICIENCIA

Existen escasos trabajos sobre los efectos
inmunológicos de la infección por VIB en bovinos.
Stott y col. (1989) comunican dos terneros con depleción
selectiva de células CD4+, tres a cuatro meses
después de la inoculación con cepa original de
VIB-R29. Mientras Martin y col. (1991) asocian la
infección de VIB con disminución de la
blastogéneis inducida por mitógenos, seis meses
pi.

Trabajos más recientes de Flaming y col. (1993)
indican que la infección por VIB es capaz de inducir
alteraciones en el sistema inmune
bovino, después de los cuatro meses de infección,
donde la citotoxicidad mediada por células anticuerpo
dependiente y/o independiente, disminuyó
significativamente mientras se incrementó la
blastogénesis a mitógenos. Esto último
refuerza las observaciones previas que mencionan la
infección por VIB como causante de proliferación
linfoide más que de una depleción (Van Der Maaten y
col., 1972; Carpenter y col., 1992).

Un estudio de Carpenter y col. (1992), con terneros
infectados experimentalmente, pesquisó menos del 0,03% de
células mononucleares de sangre periférica que
presentaban niveles detectables de ARN del VIB.

A pesar de todos estos reportes, el significado
biológico de las alteraciones registradasen la función
inmune aún no está claro. Sumado a ello, los
inóculos empleados se hallaban coinfectados con VDVB y
habían sufrido múltiples pasajes en cultivos
celulares. Varios autores reportan en bovinos infectados con VDVB
una disminución similar de la citotoxicidad mediada por
células anticuerpo dependiente, así como en
animales tratados con
dexametasona. Tanto la infección con VDVB como el
tratamiento con dexametasona se asocian al incremento de la
incidencia de diversas enfermedades (Flaming y
col., 1993).

El efecto de la infección puede llegar a ser
más marcado a medida que transcurre el tiempo, similar a
lo acontecido en otras infecciones por lentivirus. Así,
por ejemplo, Torten y col. (1991) informan cambios en subgrupos
de linfocitos T y deficiencia en la respuesta proliferativa a
mitógenos en gatos VIF positivos, después de los
seis meses pi. La infección por lentivirus en ovinos
ocurre por transmisión por calostro, sin embargo, la
neumonía asociada con Maedi/Visna
comúnmente no se observa hasta los 2-3 años de
edad. Algo similar ocurre con el VIH y con el VAEC, en contraste,
el VAIE es capaz de inducir enfermedad clínica pocos
días pi.

Alrededor de un 4% de bovinos seleccionados
aleatoriamente del sur de Estados Unidos de
Norteamérica poseen anticuerpos contra el VIB.

INFECCIONES MÚLTIPLES

 En bovinos de leche parecen
ser más comunes las infecciones por VIB que en rodeos de
carne. Esto quizás pueda ser atribuido a prácticas
de manejo de los rodeos, así como a una mayor vida
productiva de los animales lecheros, lo que aumenta el riesgo de
exposición. Por su parte, Van Der Maaten
(1986) observó que la primoinfección con VIB
predispone a una mayor respuesta serológica luego de la
superinfección con VLB.

Gonda y col. (1987) sostienen que VLB es una
infección secundaria, en ciertos casos, a la
infección por el VIB. Esto resultaría semejante a
lo ocurrido con pacientes VIH positivos e infecciones con virus
linfotrófico T humano (VLTH-1), infecciones con VIS y
VLTS. Mientras que en felinos la primoinfección parece ser
por el virus de la leucemia felina y luego por el VIF.

Amborski y col. (1989) informan que la infección
retroviral simple, más común en vacas lecheras, es
por VLB, en tanto el VIB aparece como una superinfección.
Sin embargo, Jacobs y col. (1992) trabajando sobre dos rodeos
lecheros con historia de problemas de
enfermedades crónicas informan de una alta frecuencia
(69.25%) de infecciones retrovirales basados sobre pruebas
serológicas. Más comúnmente se hallaron
infecciones simples, predominantemente con virus sincicial bovino
(VSB); casi con igual frecuencia se encontraron infecciones
dobles VLB/VSB y VIB/VSB. Esta mayor ocurrencia de infecciones
por VSB puede ser adjudicada a su transmisión
congénita.

SEROPREVALENCIA

Hasta el presente toda la información serológica de
infecciones por VIB ha sido obtenida usando cepa original R-29
como antígeno. Sólo recientemente con trabajos de
Suárez y col. (1993) se estudiaron nuevos aislados de
campo del VIB, los que resultaron muy relacionados,
serológicamente, a la cepa original.

La presencia de anticuerpos específicos
contra el VIB puede ser determinada mediante: a)
inmunofluorescencia indirecta (Whetstone y col., 1990) empleando
como antígeno líneas celulares persistentemente
infectadas; b) inmunodifusión en gel, utilizando
sobrenadante de cultivos celulares (Archambault y col., 1993); c)
ELISA, usando como antígeno al virión disociado con
Triton x100; d) análisis de "Western blot", luego de la
migración y transferencia de un VIB
purificado o lisado celular y, e) radioinmunoprecipitación
realizado sobre células infectadas con VIB radiomarcadas
(Archambault y col., 1993). Recientes estudios
seroepidemiológicos sobre prevalencia de VIB sugieren que
la infección viral está ampliamente diseminada en
el mundo, existiendo informes en
Estados Unidos de Norteamérica, Holanda, Suiza,
Canadá, Costa Rica,
Venezuela,
Nueva Zelanda, Francia, Gran
Bretaña y Australia (Brownlie y col., 1994). Estos mismos
autores citan prevalencias entre un 1% y 5% en rebaños
sanos, mientras que en rebaños con antecedentes de
enfermedades crónicas -no diagnosticadas- tales cifras
alcanzan un 30% a 50%. También estos autores
señalan que vacas de bajo rendimiento, en los
rebaños citados en último término,
presentaron hasta un 95% de prevalencia. Muluneh (1994)
señaló un 6.6% de seroprevalencia entre 380
muestras de bovinos de rebaños lecheros del este de
Alemania, los
que fueron clínicamente sanos y libres del VLB y de
anticuerpos contra VDVB.

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