Publicación original: |
- Descripción
de casos - Principales
hallazgos macroscópicos - Principales
hallazgos microscópicos - Bibliografía
RESUMEN: Se describen tres casos de
linfosarcoma en cerdos de planteles de crianza industrial, dos de
los cuales tenían un peso vivo de 60 kg y el tercer caso
correspondió a una hembra reproductora de 280 kg de peso
vivo. Los animales no
presentaban signos ni
síntomas clínicos específicos atribuibles a
la enfermedad. A la necropsia se observó: aumento de
tamaño de los ganglios linfáticos, bazo,
hígado y placas de Peyer; presencia de un puntillado o
nodulaciones blancas de tamaño variable en hígado y
riñón. Histopatológicamente estos tejidos
tenían infiltraciones de células de
origen linfoide, y de aspecto de linfosarcoma.
Palabras claves: linfosarcoma, tumor, cerdos,
tumor linfático.
SUMMARY: Anatomopathological aspects of
lymphosarcoma in pigs
Three cases of lymphosarcoma in industrially-bred pigs
are described, in which two of the pigs had a live weight of 60
kg, and the third, a reproductive female, had a live weight of
280 kg. The animals did not present any signs, nor specific
clinical symptoms attributable to the disease. During the
necropsy, an enlargement in the size of the lymphatic nodes,
spleen, liver, and Peyer’s Plate was observed, as was the
presence of white spots or nodules of various sizes on the liver
and kidney. The histopathology carried out on the tissue revealed
the presence of cells of lymphoid origin, and of a histological
aspect of lymphosarcoma.
Key words: lymphosarcoma, pigs tumors, lymphoid
tumors.
INTRODUCCIÓN
Las neoplasias en el cerdo son poco frecuentes, debido a
su corta vida, siendo además poco variadas. Schifferli y
col. (1995) al revisar las neoplasias de cerdos en 10 años
encontraron 13 tipos de tumores en cerdos de la provincia de
Río Cuarto, Argentina. Uno de ellos fue el linfosarcoma,
neoplasia semejante a la que se describe en el curso de la
leucosis, enfermedad que afecta a muchas especies
domésticas y en las que puede tener un origen viral (Dahme
y Weiss, 1989; Moulton, 1990). El cerdo no está ajeno a
este tipo de neoplasias. Es así como desde el primer
reporte de linfosarcoma en cerdo descrito por Leisering’s
en 1865 (citado por Head y col., 1974) se han descrito numerosos
casos de linfosarcomas en el cerdo (Mc Taggart y col., 1979;
Moulton, 1990), calificándose a este cuadro incluso como
leucosis (Zettl y Folker, 1981).
La principal característica de este cuadro es la
presentación de tumores o de linfosarcomas, especialmente
en los tejidos linfáticos, precedido de una
proliferación desordenada de leucocitos a nivel mieloide
que casi siempre corresponden a la serie linfocítica. El
incremento de estas células en circulación o
linfocitosis se puede detectar en hemogramas de rutina (Moulton,
1990) y en la actualidad se emplean técnicas
inmunohistoquímicas para diferenciar los distintos tipos
de linfocitos que participan en los tumores (Gotoh y col., 1984;
Nakajima y col., 1988; Kadota y col., 1990).
El linfosarcoma del cerdo se ha asociado a diferentes
causas, destacándose entre ellas la posibilidad de
infección viral (Busse y col., 1978) o su
asociación a un gen recesivo autosomal, que afecta a
cerdos de ambos sexos y principalmente animales jóvenes
(Mc Taggart y col., 1971; Head y col., 1974; Mc Taggart y col.,
1979; Moulton, 1990).
La enfermedad se presenta en forma esporádica y
con casos aislados, observándose en los animales ataxia o
parálisis, aumento de tamaño de los ganglios
linfáticos periféricos, particularmente los ganglios
submandibulares y preescapulares. También se observa
anorexia,
emaciación, disnea, taquicardia y muerte
súbita. En estados terminales es común una fase
leucémica, pero los exámenes hematológicos
pueden ser normales o mostrar una linfocitosis poco marcada (Head
y col., 1974; Leman y col., 1984).
Dependiendo de la localización primaria de los
tumores se le ha dado los siguientes nombres a la
enfermedad:
1. Linfosarcoma
multicéntrico: en esta forma hay aumento de
tamaño de los ganglios linfáticos superficiales y
una infiltración variable de linfocitos en vísceras
(Anderson y Jarret, 1968; Zettl y col., 1981; Saito y col.,
1982).
2. Linfosarcoma tímico:
puede ser también diseminado, pero el tumor se origina o
nace en el área del timo, extendiéndose luego a los
ganglios linfáticos mediastínicos. Los linfomas
malignos están constituidos por células T, o por
stem cell de la médula ósea (Kadota y col., 1990a,
b).
3. Linfosarcoma del tracto
digestivo: se afecta la mucosa del estómago e
intestino causando un gran engrosamiento de la pared. Las placas
de Peyer son reemplazadas por proliferación de
células tumorales que igualmente invaden la submucosa.
También son afectados los ganglios mesentéricos,
las superficies serosas, el hígado y el bazo (Kashima y
col., 1990).
4. Linfosarcomas de la piel: es
un linfosarcoma diseminado que provoca una infiltración
linfoide en la piel y el subcutáneo, con pérdida de
las cerdas (Leman y col., 1984).
En el cerdo, en la mayoría de los casos,
incluyendo los linfosarcomas hereditarios, se presenta la forma
multicéntrica y el resto son tumores tímicos
especialmente en cerdos jóvenes (Leman y col., 1984;
Moulton, 1990). En estas dos fases de presentación es
común que exista infiltración tumoral del
hígado, bazo y riñones, pero también puede
haber infiltración en el pulmón, páncreas,
ovarios, corazón,
músculo esquelético y médula ósea
(Head y col., 1974; Fisher y Olander, 1978; Zettl y Folker, 1981;
Saito y col., 1982).
Los ganglios linfáticos afectados son muy grandes
con una superficie de corte convexa y homogénea que impide
reconocer su corteza y médula debido a la gran
infiltración de células neoplásicas que
invaden todo el órgano. Además, muchos ganglios
presentan simultáneamente hemorragias focales (Head y
col., 1974; Allsup y col., 1981; Leman y col., 1984).
Cuando el bazo está comprometido, aumenta
considerablemente de tamaño, es de color rojo
grisáceo y de consistencia friable. Contiene numerosos
nódulos esféricos, pálidos y de unos pocos
milímetros de diámetro que corresponden a
corpúsculos de Malpighi infiltrados con células
tumorales (Bostock y Owen, 1973).
Las lesiones del hígado pueden estar
representadas por numerosos nódulos pálidos
pequeños o infiltraciones difusas. También es
característica la infiltración masiva y selectiva
del tejido periportal que da un patrón lobulillar muy
acentuado de hasta 2 mm de diámetro (Head y col., 1974;
Leman y col., 1984).
Los riñones pueden tener nódulos grandes
especialmente en la corteza, produciendo irregularidades en su
superficie. Algunas veces no se aprecian tumores
macroscópicos pero histológicamente hay
infiltraciones intersticiales en especial en la corteza (Head y
col., 1974; Allsup y col., 1981).
A nivel intestinal, las células tumorales
infiltran las placas de Peyer, observándose un
engrosamiento de hasta 5 mm de ellas. La submucosa también
puede estar comprometida (Head y col., 1974).
La médula ósea a nivel de la
diáfisis de los huesos largos se
presenta roja y translúcida, con algunas áreas
más opacas y focos blancos de hasta 25 mm.
Histopatalógicamente se producen acúmulos de
células tumorales y hematopoyéticas (Head y col.,
1974).
Página siguiente |