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Contusión miocárdica: ¿es una verdadera entidad clínica?


Partes: 1, 2

    Publicación original:
    Colombia Médica, 1996; 27: 16-20 – ISSN
    1657-9534,
    Reproducción autorizada por:
    Corporación Editora Médica del Valle,
    Universidad del Valle, Cali,
    Colombia

    RESUMEN: No existe un examen
    paraclínico que tenga la suficiente sensibilidad y
    especificidad para diagnosticar la contusión
    miocárdica (CM); el parámetro más importante
    es el criterio clínico, si se tiene en cuenta la severidad
    del trauma, los antecedentes cardiovasculares y la
    sintomatología del enfermo. Ante cualquier individuo con
    sospecha de CM la pregunta más importante que se debe
    responder, es si necesita monitoría continua en la unidad de cuidados
    intensivos (UCI). Los criterios para la admisión en la UCI
    deben ser: inestabilidad hemodinámica, arritmias de
    difícil manejo y necesidad de ventilación mecánica por causas pulmonares. Los
    pacientes que no presenten criterios de inclusión en UCI
    se deben monitorear de modo ideal por 24 horas en unidades de
    cuidado intermedio. Si no presentan complicaciones
    hemodinámicas o arritmias se podrán dar de alta. La
    severidad del trauma medida por el índice de trauma
    revisado (IRT) >15 y la insuficiencia de un sistema se
    correlaciona con el diagnóstico de CM y con el riesgo de
    mortalidad.

    Palabras claves: Contusión. Miocardio.
    IRT.

    *****

    En la actualidad no hay una definición clara de
    contusión miocárdica (CM); tal vez la más
    aceptada es que la CM es un trauma donde el daño al
    corazón
    no se produce directamente por el mecanismo de la lesión,
    sino por la energía transmitida a través de las
    estructuras
    vecinas1. Aunque el trauma cardíaco lo
    consideraban los clínicos desde el siglo
    XVIII2, sólo ahora con la gran incidencia de
    accidentes
    automovilísticos y el uso del cinturón de seguridad, se le
    ha prestado atención. A pesar de que hay en la literatura múltiples
    informes que
    describen los procedimientos
    diagnósticos para documentar CM, ninguno ha logrado las
    características del método
    ideal3. Además, en muchos de estos pacientes no
    se sospecha la CM. Parece ser que la monitoría invasiva en
    cuidado intensivo, los complejos estudios diagnósticos y
    los protocolos para
    el manejo de infarto del
    miocardio no son necesarios en todos los pacientes con CM. El
    propósito del presente estudio es revisar la frecuencia,
    manejo, complicaciones y mortalidad de los enfermos que
    ingresaron al Hospital Universitario del Valle (HUV), Cali,
    Colombia, con
    sospecha de CM.

    MATERIALES Y MÉTODOS

    Se revisaron en forma retrospectiva las historias de 712
    pacientes que ingresaron al HUV con trauma cerrado de
    tórax, desde febrero, 1982 a agosto, 1994, con sospecha
    clínica de CM. Sólo 33 se incluyeron en el estudio,
    por cumplir los criterios de inclusión que fueron la
    sospecha clínica y tener algún estudio
    diagnóstico positivo para CM: electrocardiograma al
    ingreso con taquicardia sinusal, depresión
    o elevación del segmento ST > 5 mm, inversión de la onda T, anormalidades de la
    conducción, arritmias ventriculares y supraventriculares;
    CPK-MB > 15 U/l, relación de CPK-MB: CPK > 5%;
    ecografía con hallazgos patológicos: hipocinesia de
    la pared, efusión pericárdica, lesión
    valvular, trombo apical y edema del miocardio y/o hemorragia. Se
    excluyeron pacientes con trauma penetrante. La CPK y la CPK-MB se
    midieron en unidades internacionales por litro (U/l) en el
    laboratorio
    del HUV. Se midió el índice revisado de trauma
    (IRT), el puntaje revisado de trauma (PRT), y el puntaje de
    gravedadde lesiones (PGL) de acuerdo con el protocolo de la
    unidad de cuidados intensivos (UCI) del HUV. El
    electrocardiograma lo interpretó el servicio de
    cardiología del HUV. Se utilizó el c2
    como variable de significancia estadística para establecer predictores de
    morbilidad y mortalidad.

    RESULTADOS

    De las 712 historias revisadas sólo 33 cumplieron
    los criterios de inclusión. La distribución por sexo fue:
    hombres, 30 (90.9%); mujeres, 3 (9.1%); con una relación
    de 10:1. A su ingreso, 2 (6.1%) pacientes presentaban choque. De
    los individuos que se incluyeron en el estudio sólo 2
    tenían antecedentes de enfermedad cardiovascular: uno con
    historia de
    infarto de miocardio en la pared inferior, 2 años antes
    del trauma y otro con historia de angina de pecho estable. La
    edad de los pacientes osciló entre los 16 y 81
    años, con un promedio de 41 años.

    Los mecanismos de trauma fueron: accidente en moto, 8
    (24.2%); peatón, 8 (24.2%); caídas, 7 (21.1%);
    accidente en vehículo automotor, 7 (21.1%); aplastamiento,
    2 (6.1%); y golpes producidos por animal, 1 (3.1%).

    Las lesiones torácicas se presentaron en 31
    (93.9%) pacientes, las más comunes fueron: fracturas
    costales > 4, 19 (57.5%); contusión pulmonar, 16
    (48.4%); enfisema subcutáneo, 8 (24.2%); hemotórax,
    7 (21.2%); pneumotórax, 6 (18.1%); fracturas costales <
    4, 3 (9.1%); fractura de escápula, 3 (9.1%); fractura de
    clavícula, 2 (6%); y ruptura de diafragma, 1
    (3.1%).

    Las lesiones extratorácicas asociadas se
    presentaron en 29 (87.8%) casos: trauma craneoencefálico,
    17 (51.5%); fractura de miembros inferiores, (27.2%); fractura de
    pelvis, 6 (18.1%); fractura de miembros superiores, 5 (15.1%);
    trauma abdominal, 5 (15.1%); trauma raquimedular, 1 (3.1%); y
    otros, 4 (12.1%).

    A su ingreso al servicio de urgencias los pacientes
    presentaron: IRT entre 7 y 24; PRT entre 3.18 y 8.43; PGL entre 1
    y 50. No se encontró correlación entre ISS >10 y
    la presencia de CM. A su ingreso a la sala de operaciones en
    los pacientes que requirieron laparotomía, el ATI
    osciló entre 2 y 21.

    Las mediciones de la CPK oscilaron entre 68 U/l y 12375
    U/l; las mediciones de la CPK-MB variaron entre 15 U/l y 442 U/l.
    Las relaciones entre CPK: CPK-MB simultáneas oscilaron
    entre 2.6 y 76.5 y el porcentaje de CPK-MB: CPK varió
    entre 1.3% y 38.5%. En este estudio 23 pacientes presentaron CPK.
    MB >15 U/l y en 2 hubo un porcentaje de CPK-MB: CPK >
    5%.

    Los cambios electrocardiográficos se vieron en 17
    casos (51.5%) (Cuadro 1). De los pacientes con cambios
    electrocardiográficos 4 murieron, todos en las primeras 72
    horas de hospitalización: uno tenía trauma
    craneoencefálico severo con bradicardia sinusal; en 2 hubo
    trastornos de repolarización y politraumatismo; el otro
    paciente que mostraba trauma abdominal, se llevó a
    cirugía y se evidenció un ritmo idioventricular, un
    bloqueo A-V completo y una disociación electromecánica.

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