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Apropiación de los derechos sexuales y reproductivos en los adolescentes: una experiencia desde la teoría de la acción razonada (página 2)



Partes: 1, 2

 

TEORÍA DE ACCIÓN
RAZONADA

La Teoría
de Acción
Razonada9,10 fue el marco conceptual de la investigación. Esta teoría supone
que casi todas las conductas están determinadas por
creencias ocultas que se derivan de y están sostenidas por
el patrón cultural y social de las sociedades en
las que se vive. Además propone que las personas se
comprometen con una conducta
según sus intenciones de vincularse a tal conducta, y que
su intención a la vez depende de:

· La percepción que tenga el individuo de
lo que es importante para él o ella sobre su
conducta.

· La actitud del
individuo hacia la conducta.

· La norma subjetiva del individuo, esto es, la
creencia que tiene de lo que las personas que le son
importantes desearían que él hiciera.

De acuerdo con esta teoría la intención de
adoptar una conducta saludable está determinada
por:

· La creencia del individuo sobre si la
conducta de enriquecimiento de la salud le será
personalmente beneficiosa.

· Su interpretación de lo que percibe que la
gente importante en su vida desearía que él
hiciera con respecto a la conducta saludable.

Como ejemplo se podría decir que un(a)
adolescente considerará la posibilidad de no empezar sus
relaciones
sexuales y que depende de su intención de no
iniciarlas. Para entender las variables
claves que influirán en la decisión de un(a)
adolescente de no principiar relaciones sexuales, los autores de
la teoría sugieren que el (la) adolescente
equilibrará estos factores:

· Su actitud hacia posponer sus relaciones
sexuales. Si la actitud es positiva, el (la) adolescente
pensará que no tener relaciones sexuales es "estar en la
onda", "gracioso", "formidable", "retador"; si la actitud es
negativa, el(la) adolescente pensará que no tener
relaciones sexuales es para los niños
y es "horrible", "despreciable" o "apestoso",

· Su interpretación de lo que cree que
la gente importante en su vida desearía que
él(ella) hiciera (gente importante podrían ser
sus padres).

De acuerdo con lo anterior, es necesario hablar con los
(as) jóvenes para comprender sus intenciones, sentimientos
y tratar de conducir una estrategia de
comunicación atractiva y que les comprometa
en el desarrollo de
conductas sexuales y reproductivas saludables.

DERECHOS SEXUALES Y
REPRODUCTIVOS

Los Derechos Sexuales y
Reproductivos que han tenido su principal sustento en la Conferencia sobre
Población y Desarrollo de El
Cairo11, en la plataforma de acción de
Beijing12, y en Colombia a partir
de la Constitución Política de
199113, constituyen en esta investigación, una
propuesta desde la perspectiva de género.
Como referente para el presente trabajo se
consideró el planteamiento que hace
Londoño14 en relación con los derechos
sexuales y reproductivos, pero de los 15 derechos que la autora
indica sólo se consideraron aquellos que dependían
de la capacidad volitiva del individuo. Esos derechos se
consignan en la escala
psicométrica EMIDARES8 y son:

1. Derecho al ejercicio autónomo de la sexualidad,
a gozarla con o sin finalidad de coito, y según las
propias preferencias.

2. Derecho a una sexualidad placentera y lúdica
independiente de la reproducción. A decidir y usar anticonceptivos.

3. Derecho a conocer, respetar y amar el cuerpo y los
genitales

4. Derecho al amor, a la
sensualidad y al erotismo, a buscar afecto y relación
sexual.

5. Derecho al orgasmo y a ser libres en la
intimidad.

6. Derecho a la relación sexual
independientemente de la edad, estado civil
o modelo
familiar, exenta de violencia,
abuso o acoso.

7. Derechos de hombres y mujeres a participar con
iguales responsabilidades en la crianza, reasumiéndola
creativamente y a construir identidades propias más
allá de los papeles de género.

8. Derecho a una educación
sexual oportuna, integral, laica, gradual,
científica, y con enfoque de género.

9. Derecho a no tener actividad sexual.

Cada uno de los enunciados de los derechos sexuales y
reproductivos indicados se incorporaron en la escala
psicométrica; para cada uno de ellos se tuve en cuenta la
intención de ejercerlos, la actitud hacia los mismos y la
creencia que tiene el individuo en torno a cuanto
las personas, que le son importantes, desearían que
él hiciera.

METODOLOGÍA

La presente investigación se desarrolló de
junio de 2003 a junio de 2004 y correspondió a un estudio
de series de
tiempo donde se compararon muestras pareadas antes de la
intervención y dos veces después de terminarla
(tres y seis meses, respectivamente).

Población y área de estudio.
La población objeto de estudio estuvo conformada por
adolescentes
escolarizados de ambos sexos de dos instituciones
educativas públicas del municipio de Jamundí, Valle
del Cauca, que cuenta con 62.845 habitantes aproximadamente; su
actividad económica principal la constituyen la agricultura,
ganadería
y minería;
en su infraestructura básica dispone de servicios
públicos, 11 colegios, 69 escuelas, bancos, hospital,
seguro social,
correo y estadio. Se encuentra a una distancia de 24 km de
Santiago de Cali12.

La muestra para el
estudio se hizo por conveniencia y correspondió a los(as)
estudiantes que estuvieran matriculados en los grados 8 y 9, con
un rango de edad entre 12 y 19 años y que quisieran hacer
parte de la investigación (previa autorización bajo
formato de consentimiento informado de los adolescentes y de los
padres). Además, los(as) adolescentes debían
asistir por lo menos a 80% de las horas programadas para los
talleres realizados en la intervención
educativa.

Las autoras explicaron a estudiantes, profesores y
directivos de las dos instituciones, en qué
consistía la investigación con énfasis en
los objetivos, la
descripción de la estrategia educativa, la
metodología para recolectar la información y los beneficios y posibles
incomodidades que podría ocasionar a los(as) adolescentes
el participar en el estudio. Los(as) adolescentes que desearon
participar se contactaron personalmente para explicar de nuevo lo
anterior y obtener su consentimiento informado. Se
identificó a los y las participantes mediante un código
que se asignó desde el principio de la
investigación para garantizar la confidencialidad de la
información.

Debido a que algunos de los estudiantes salieron de la
institución por cambio de
residencia o por decisión propia, el tamaño de la
muestra inicial (144) descendió en 7% para la segunda
medición y 4.2% más para la tercera
medición, quedando una muestra definitiva de 128
adolescentes.

El proceso y el
análisis de la información obtenida,
se hicieron con el paquete estadístico SPSS 2001. Para las
series pareadas en las tres mediciones, se aplicó la
prueba no paramétrica de Friedman15.

Las intenciones de los y las adolescentes frente a sus
derechos sexuales y reproductivos se midieron con la escala
psicométrica Emidares8, que tiene una validez
de contenido de 90%, valor
aceptable que indica cómo los distintos puntos que
componen el instrumento representan a cada uno de los derechos
sexuales y reproductivos, en cuanto a relevancia y claridad de
los enunciados y además mide internamente los conceptos de
"intención, conducta actitudinal y conducta normativa". El
instrumento es útil para aplicarlo a adolescentes
escolares de ambos sexos entre los 12 y 19 años.
Está compuesto por 121 enunciados y permite obtener tres
medidas distintas: "intención, conducta actitudinal y
conducta normativa". Las opciones de respuesta están de
acuerdo con una escala que va desde "Nada probable", "Poco
probable", "Probable" y "Muy probable". Para el análisis
de la información se determinaron como indicadores
del ejercicio del derecho los puntos que tuvieran como resultado
"Muy probable" y "Probable". Para el indicador de no ejercicio
del derecho, se consideraron los punto que tuvieran como
resultado "Poco probable" o "Nada probable".

La dinámica de los talleres fue la
metodología pedagógica utilizada para abordar el
tema de los derechos y deberes sexuales y reproductivos.Los
talleres permitieron reflexionar sobre los determinantes sociales
y culturales que inciden en la asimilación o no de los
derechos y deberes sexuales y reproductivos, tomar conciencia que la
participación de hombres y mujeres es indispensable para
construir una sociedad
más equitativa y democrática y hacer parte de un
proceso de cambio que debe considerar diversos actores y espacios
como padres y madres, maestros y maestras, y
adolescentes.

RESULTADOS Y
DISCUSIÓN

Del total de los adolescentes del estudio, 54.9% eran
mujeres; los(as) adolescentes tenían un rango de edades
entre 12 y 18 años; estaban en mayor proporción los
que tenían 15 y 16 años, con 39.8% y 22.7%,
respectivamente.

Los resultados del estudio mostraron que hubo
diferencias estadísticamente significativas en las
intenciones de los(as) adolescentes en los distintos aspectos de
los derechos sexuales y reproductivos.

Derecho al ejercicio autónomo de la sexualidad, a
gozarla con o sin finalidad de coito, y según las
preferencias propias.

Orientación sexual. Antes de la
intervención educativa, 19.5% de los(as) adolescentes
respondieron que darían a conocer su orientación
sexual en caso de ser homosexuales, en contraste con 28.8% a los
tres meses y 33.5% a los seis meses. Estos hallazgos pueden
indicar que después de la intervención un
porcentaje de adolescentes identificó el ser homosexual
como un derecho, para desmitificar así el concepto de
anormalidad, lo que les facilita manifestarlo como parte del
ejercicio del derecho. Por otra parte, la proporción de
los adolescentes que consideró que el hecho de manifestar
esa atracción les haría sentir mejor consigo
mismos(as), aumentó de manera significativa después
de la intervención (antes, 25.7%; tres meses, 47.7%; y
seis meses, 57.8%), lo cual puede indicar que después de
la intervención un número mayor de adolescentes
considera que esta actividad les permite aceptarse tal como son
y, además, así ser capaces de compartir ese aspecto
de sí mismos con otras personas.

En cuanto a percibir la aprobación ejercida por
los grupos
sociales frente a la homosexualidad, se encontró que en la
primera medición sólo 18.8% de los adolescentes
consideraron que sus padres aprobarían la decisión
de no ocultar la homosexualidad, en caso que ésta fuera su
orientación sexual mientras que, en la segunda
medición lo hicieron 24.2% y en la tercera medición
28.1% (Friedman significancia asintótica de 0.001). Para
el mismo caso, la percepción de aprobación de los
amigos en la primera medición fue 11.1% en contraste con
31.8% de la segunda medición y 34.4% en la tercera
(Friedman significancia asintótica de 0.000). Estos
hallazgos pueden evidenciar que la intervención produjo en
los(as) jóvenes una actitud, intención y
percepción normativa positiva frente al ejercicio del
derecho aunque es muy probable que los cambios no fueron mayores
por la gran influencia que tienen conceptos machistas acerca de
la homosexualidad y que se manifiestan en diversos sectores de la
sociedad (familia, amigos,
medios de
comunicación, religión entre
otros).

Masturbación. En la primera
medición se encontró que 26.7% de los(as)
adolescentes consideran que la acción de masturbarse es
placentera, en contraste con 38.6% de la segunda medición
y 43.4% de la tercera (Friedman significancia asintótica
de 0.000). En efecto, 9% de los(as) adolescentes consideraron en
la primera medición que sus padres aprobarían que
se masturbaran, en contraste con 15.2% y 21.1% en la segunda y
tercera mediciones, lo que es una variación
estadísticamente significativa para el total de la muestra
(Friedman significancia asintótica de 0.000). De modo
similar la intención de masturbarse aumentó de 9.8%
en la primera medición a 18.9% en la segunda y a 29.7% en
la tercera (Friedman significancia asintótica de 0.000).
Los hallazgos muestran que después de la
intervención quizá algunos(as) adolescentes
desmitificaron las concepciones negativas frente a la
masturbación, lo que facilita que el (la) adolescente
pueda experimentar sin temores el placer sexual obtenido del
autoerotismo, hecho que se convierte en un factor protector
frente a las situaciones derivadas del
ejercicio de la sexualidad sin responsabilidad y sin preparación para la
misma. Sin embargo, es probable que muchos prejuicios conserven
su influencia en algunos(as) de los(as) adolescente por lo cual
el aumento porcentual no fue mayor.

Relación genital. En la primera
medición 15.3% de los(as) adolescentes expresaron la
intención de tener relaciones sexuales sin necesidad de
penetración del pene, en contraste con 58.3% de la segunda
medición y 48.4% de la tercera medición (Friedman
significancia asintótica de 0.000). También 27.8%
de los(as) adolescentes consideraron en la primera
medición que el hecho de tener sexo sin
necesidad de penetración del pene permitiría
manifestar otras formas de sexualidad, en contraste con 58.3% de
la segunda y 70.9% en la tercera mediciones (Friedman
significancia asintótica de 0.000).

Derecho a una sexualidad placentera y lúdica,
independiente de la reproducción, a decidir y usar
anticonceptivos. Antes de la intervención se
encontró que 76.4% de los(as) adolescentes manifestaron la
intención de usar anticonceptivos cuando tuvieran una
relación sexual. Esta proporción aumentó de
modo significativo después a: 91.7% y 93.7% en la segunda
y tercera mediciones (Friedman significancia asintótica de
0.000). Asimismo, 84.8% de los adolescentes consideraron, durante
la primera medición, que el uso de anticonceptivos en caso
de tener relaciones sexuales evitaría un embarazo, en
contraste con 100% en la segunda y 97.7% en la segunda y tercera
mediciones (Friedman significancia asintótica de 0.000).
Estos hallazgos indican que después de la
intervención aumentó el número de
jóvenes que posiblemente evitarían un embarazo o
una ITS cuando tuvieran relaciones sexuales.

La creencia que sus padres aprobarían la
decisión de utilizar métodos
anticonceptivos en la primera medición fue 84.6% en
contraste con la segunda y tercera que fueron 96.2% y 96.1%,
respectivamente (Friedman significancia asintótica de
0.000). En cuanto a percibir la aprobación de la pareja en
el uso de anticonceptivos, 86.4% de los(as) adolescentes en la
primera medición expresaron que la pareja aprobaría
esta decisión, 94.7% en la segunda y 95.3% en la segunda y
tercera mediciones (Friedman significancia asintótica de
0.000). Estos hallazgos pueden indicar que los jóvenes, en
un gran porcentaje antes y después de la
intervención, tienen la intención de ejercer su
sexualidad independientemente de la
reproducción.

En la primera medición 85.5% de los(as)
adolescentes, manifestó tener la intención de
consultar a un profesional de salud sobre los anticonceptivos que
más le convendrían y su correcto uso frente a 91.6%
encontrado en la segunda medición y 96.9% en la tercera
(Friedman significancia asintótica de 0.018).

La percepción de la aprobación de la
pareja en cuanto a consultar a un profesional de salud acerca de
los métodos
anticonceptivos en la primera medición fue 86.8% de los
adolescentes ante al resultado de la segunda medición,
99.9%; y 97.7%, en la tercera medición (Friedman
significancia asintótica de 0.002). La percepción
de la aprobación por parte los padres en la primera
medición fue 91.7% en contraste con la segunda, 95.4 y
98.5% en la segunda y tercera mediciones (Friedman significancia
asintótica de 0.002). Estos hallazgos indican que la
mayoría de los adolescentes conoce la importancia de
utilizar anticonceptivos a pesar de la baja cobertura en los
programas de
salud que hay en salud sexual para jóvenes.

Derecho a conocer respetar y amar el cuerpo y los
genitales.
En la primera medición, 72.9% de
las(os) adolescentes manifestaron tener la intención de
explorar su cuerpo en contraste con 83.4% de la segunda
medición y 78.1% de la tercera medición (Friedman
significancia asintótica de 0.205). Por otra parte, 41.6%
de los(as) adolescentes, consideraron en la primera
medición que este hecho daría como resultado
conocer su cuerpo, aceptarlo y obtener placer sexual, mientras
que 88% lo hicieron en la segunda medición y 76.6% en la
tercera (Friedman sign. asintó. de 0.000). Se
observó en la primera medición que en este aspecto
existía una tendencia mayor en los hombres en cuanto a
explorar su cuerpo (64.6%) que en las mujeres (43.2%); para la
segunda medición se obtuvo una diferencia porcentual
ligeramente mayor en mujeres (78.3%) que en hombres (77.6%), y
por último en la tercera medición el resultado
nuevamente fue mayor en hombres (80.7%) que en mujeres
(73.3%).

En el caso de explorar específicamente los
genitales, 52.8% de los(as) jóvenes tuvieron la
intención de hacerlo durante la primera medición y
63.7% y 63.3% durante las mediciones segunda y tercera (Friedman
significancia asintótica de 0.002). La intención de
explorar los genitales fue mayor en los varones en todas las
mediciones. Sin embargo, después de la
intervención, el rango de diferencia entre hombres y
mujeres fue menor, lo que puede evidenciar que las mujeres
disminuyeron sus tabúes en este aspecto de la
sexualidad.

Durante la intervención se hizo énfasis en
concientizar, principalmente a las mujeres, sobre la importancia
del conocimiento
del propio cuerpo como un acto natural y placentero, que le
permite a la mujer
liberarse de sentimientos ancestrales de vergüenza y asco
frente a su corporalidad, y de esta forma facilitar su
relación y aceptación consigo misma y
después con los demás.

Durante la primera medición, 56% de los(as)
jóvenes consideró que su pareja aprobaría su
decisión de explorar su propio cuerpo, en contraste con
62.9% de la segunda medición y 51.6% de la tercera
(Friedman significancia asintótica de 0.000). En cuanto a
la creencia de que su pareja aprobaría explorar
específicamente los genitales, en la primera
medición el resultado fue 52.7%, frente a 64.4% y 68% de
la segunda y tercera mediciones, respectivamente (Friedman
significancia asintótica de 0.000).

En la primera medición, 85.5% de los adolescentes
consideró que observarse desnudos en el espejo
daría como resultado conocerse mejor, en contraste con
95.4% de la segunda medición y 90.6% en la tercera
medición (Friedman significancia asintótica de
0.044). Los resultados en cuanto a considerar que el hecho de
observar los genitales frente a un espejo daría como
resultado conocer mejor esta parte del cuerpo fueron similares.
Los hallazgos reflejan que una proporción alta de hombres
y mujeres jóvenes fueron capaces de reconocer la
exploración de su cuerpo como un acto natural, lo que les
permite eliminar el pensamiento
que explorar su cuerpo es algo indebido y por tanto no aceptado o
rechazado por los demás. Los resultados igualmente
permiten evidenciar que la intervención ayudó para
que los(as) adolescentes tomaran conciencia de la necesidad de
conocerse y reconocerse como seres sexuados, aparte de las
concepciones de género y dejando de lado el pensamiento
morboso frente a estos temas que muchas veces influye en que los
adolescentes tengan vergüenza o dudas frente a su
sexualidad.

Derecho al amor, a la sensualidad y al erotismo; a
buscar afecto y relación sexual.
En la primera
medición, 59% de los(as) adolescentes consideraron, que el
hecho de comunicar a su pareja que tiene deseo sexual
daría como resultado una mayor expresión de su
sexualidad. Esta proporción aumentó
considerablemente en la segunda medición (81.1%) y la
tercera medición (83.5%) (Friedman significancia
asintótica de 0.000). Los resultados fueron similares
sobre percibir la aprobación de la pareja y la
decisión de expresarle su deseo sexual: 70.9%, en la
primera medición; 91.7%, en la segunda; y 88.3% en la
tercera (Friedman significancia asintótica de 0.000).
Estos hallazgos muestran que después de la
intervención, un mayor número de adolescentes
reconoció su derecho al amor, la sensualidad y el
erotismo, a buscar afecto y relación sexual, lo que les
facilita ser capaces de reaccionar de forma oportuna ante los
estímulos tanto internos como externos que inducen el
deseo sexual, y en este momento sopesar el deseo de experimentar
placer sexual frente a llevar a cabo una relación sexual
independientemente de la reproducción, momento en el que
la sexualidad permite escoger entre una amplia variedad de
opciones.

Derecho al orgasmo y a ser libres en la
intimidad.
Aquí 65.2% de los(as) adolescentes
expresaron la intención de tener una relación
sexual y buscar la máxima sensación de placer en la
primera medición, frente a 81.8% de la segunda y 85.1% de
la tercera mediciones (Friedman significancia asintótica
de 0.000).

El porcentaje de adolescentes que expresó la
intención de tener una relación sexual sin buscar
un orgasmo en la primera medición fue 29.1%; esta cifra
aumentó en contraste con la segunda (47.7%) y tercera
(42.2%) mediciones (Friedman significancia asintótica de
0.000). Por otra parte, se observó que en la primera
medición 39.6% consideraron que tener una relación
sexual sin buscar un orgasmo, daría como resultado
vivenciar otros aspectos de su sexualidad, en contraste con 60.7%
y 61.7% en la segunda y tercera medición (Friedman
significancia asintótica de 0.001). Además, 32.4%
de los(as) adolescentes expresaron en la primera medición
que su pareja aprobaría el hecho de no obtener orgasmos
durante la relación sexual, mientras que en la segunda
medición fue 47.7% y 41.4% en la tercera medición
(Friedman significancia asintótica de 0.000). Esto puede
indicar que después de la intervención los(as)
adolescentes dejaron de considerar el orgasmo como el factor
más importante de la relación sexual.

Derecho a la relación sexual exenta de violencia,
abuso o acoso. La mayoría de los(as) adolescentes,
manifestó la intención de separarse de su pareja
ante cualquier forma de maltrato sexual, durante las tres
mediciones (66.7%, 77.2%, y 84.4%) (Friedman significancia
asintótica de 0.000). Apartarse de la pareja ante
cualquier forma de maltrato sexual daría como resultado
mejorar la calidad de
vida para 68.7% de los(as) adolescentes en la primera
medición, 72.7% en la segunda medición, y 82% en la
tercera medición (Friedman significancia asintótica
de 0.001). En la primera medición 82.6% de los(as)
adolescentes, manifestaron que sus padres aprobarían esta
decisión, en contraste con 84.8% en la segunda
medición y 93% en la tercera medición (Friedman
significancia asintótica de 0.000).

En la primera medición 85.7% de los adolescentes
manifestaron la intención de denunciar cualquier forma de
violencia sexual, en contraste con la segunda medición,
97%; y 96.9% en la tercera (Friedman significancia
asintótica de 0.021). La denuncia de cualquier forma de
violencia sexual daría como resultado hacer valer sus
derechos, por el respeto y la
dignidad
humana para 90.3% de los adolescentes en la primera
medición, en contraste con la segunda medición,
98.5%; y 98.5% en la tercera medición (Friedman
significancia asintótica de 0.001). Asimismo, 82.6% de los
adolescentes en la primera medición creen que sus padres
aprobarían la decisión de denunciar a su pareja por
maltrato tanto físico como psicológico al tener una
relación sexual, en contraste con la segunda y tercera
mediciones, 97.8% y 97.7%, respectivamente (Friedman
significancia asintótica de 0.006).

Derecho de hombres y mujeres a participar con iguales
responsabilidades en la crianza, reasumiéndola
creativamente y a construir identidades propias más
allá de los papeles de género. En relación
con este derecho, se observó que hombres y mujeres,
expresaron intenciones positivas. Tradicionalmente se ha visto
que la responsabilidad de la crianza y de las labores
domésticas recae primordialmente sobre la mujer. Este
derecho, por tanto, hace referencia a la igualdad de
responsabilidades y a superar los estereotipos de género
encajados en la cultura
patriarcal. El Cuadro1 muestra cómo en las tres
mediciones la intención de desarrollar tareas
domésticas, escolares y recreativas de los hijos
aumentó significativamente en los adolescentes sobre todo
en los del sexo masculino.

Igualmente percibir la aprobación de la pareja
tuvo resultados altos hacia el ejercicio positivo del derecho,
resultados que aumentaron con diferencias estadísticamente
significativas después de la intervención. Estos
aumentos en la mayoría de los puntos fueron más
notorios en los hombres que en las mujeres. Se sugiere así
que un mayor número de adolescentes hombres
desmitificó el concepto de género que no
está bien visto que el varón realice actividades
que han sido designadas como "femeninas" lo que le permite ser
autónomo y tomar una decisión por convicción
propia acerca de efectuar o no este tipo de actividades
(Cuadro 2). 

Derecho a una educación sexual
oportuna, integral, laica, gradual, científica, y con
enfoque de género. Los hombres y mujeres adolescentes del
estudio expresaron intenciones positivas frente a la educación sexual
de sus hijos. Como se observa en el Cuadro 3, la
intención de los(as) adolescentes en hacer valer este
derecho se fundamenta en estar dispuesto a aclarar dudas de los
hijos relacionados con su sexualidad, brindar educación de
manera amplia y respetuosa, aceptar que se ofrezca a los hijos
educación sexual y en participar con la pareja en
programas de educación sexual. Los diferentes aspectos
relacionados con la intención muestran cómo, en la
medida que se realizaban las mediciones, aumentó
posi-tivamente la intención de brindar y respaldar una
educación integral. A pesar de encontrar diferencias
numéricas importantes algunas no fueron
estadísticamente significativas. Por tanto, se puede
deducir que los(as) adolescentes después de la
intervención consideraron importante la orientación
sexual, lo que se puede convertir en un factor protector frente
al ejercicio de sus derechos sexuales y reproductivos.

Se observa congruencia en la intención y la
actitud de brindar educación sexual oportuna a los hijos,
y se aprecia un ejercicio positivo de este derecho. Las cifras se
aumentaron entre la primera, segunda y tercera medición
con diferencias estadísticamente significativas
después de la intervención (Cuadro
4
).

Derecho a no tener actividad
sexual
. En la primera medición 52.8%
de los(as) adolescentes manifestaron la intención de no
tener relaciones sexuales en forma ocasional; esta cifra
aumentó en la segunda y tercera mediciones (72.7% y 79.7%,
respectivamente. Friedman significancia asintótica 0.000).
Por otra parte, 75% de los(as) jóvenes consideraron, en la
primera medición, que el hecho de no tener relaciones
sexuales ocasionalmente con su pareja daría como resultado
que ésta respete, comprenda y acepte sus decisiones; en la
segunda y tercera medición esta cantidad aumentó de
modo considerable (87.9% y 95.3%, respectivamente. Friedman
significancia asintótica 0.001). Durante la primera
medición 54% de los adolescentes percibieron que su pareja
aprobaría la decisión de no tener relaciones
sexuales con ella, en contraste con 76.5% de la segunda y 76.1%
de la tercera medición (Friedman significancia
asintótica 0.032). Estos hallazgos sugieren que
después de la intervención un mayor número
de adolescentes reconoce su derecho a no tener relaciones
sexuales de manera ocasional, y dejan de lado el concepto que
tenerlas se convierte en una obligación para con la
pareja.

La intención de no tener pareja porque no desea
tener relaciones sexuales fue positiva para 34% de los
adolescentes en la primera medición, en contraste con la
segunda medición, 43.2%; y 63.9%, respecto a la tercera
medición (Friedman significancia asintótica 0.005).
En la primera medición, 45.2% de los adolescentes opinaron
que no tener pareja porque no deseaban tener relaciones sexuales,
daría como resultado afirmar su autonomía frente al
ejercicio o no de la sexualidad; después de la
intervención, este porcentaje subió en la segunda y
tercera mediciones: 57.6% y 64.1%, respectivamente. Esto muestra
que después de la intervención un mayor
número de adolescentes consideró, como una buena
alternativa, no tener pareja, si no se desea tener relaciones
sexuales, lo que se puede volver un factor protector frente a
dificultades derivadas del ejercicio de la sexualidad sin
responsabilidades.

En la primera medición, 58.3% de los adolescentes
respondieron que sus padres aprobarían su decisión
de no tener pareja, en contraste con 59.8% en la segunda
medición y 62.5% en la tercera medición. Con
respecto a aceptar que su pareja no desee tener relaciones
sexuales, 63.2% de los adolescentes respondieron que
respetarían esa dedición en contraste con 88% en la
segunda medición y 62.5% de la tercera (Friedman
significancia asintótica 0.724).

Un alta proporción (81.2%) de adolescentes
consideró, en la primera medición, que el hecho de
aceptar que su pareja no desee tener relaciones sexuales
daría como resultado una mayor comprensión y
respeto hacia él o ella; la cifra aumentó
después de la intervención (90.2% y 90.6%,
respectivamente).

Por último, la mayoría de los(as)
adolescentes en la primera medición consideró que
su familia aprobaría que su pareja no tenga relaciones
sexuales (55.6%, 72.7% y 77.3%). Estos hallazgos sugieren que
después de la intervención un mayor número
de adolescentes conocía su derecho tanto a tener
relaciones sexuales como a no tenerlas, lo que les permite ser
autónomos y ejercer la sexualidad con libertad y sin
presión
alguna.

CONCLUSIONES Y
RECOMENDACIONES

La realización de la estrategia para el
suministro de poder sobre
los derechos sexuales y reproductivos, logró un efecto
positivo en los adolescentes objeto del estudio, lo que se
representa en sus intenciones y actitudes
frente al ejercicio de estos derechos. Las intenciones y
actitudes positivas se convierten así en factores
protectores frente a los riesgos que
implica el ejercicio de la sexualidad sin responsabilidades. Por
tanto, se considera de crucial importancia que estrategias
similares se desarrollen con el apoyo de los entes comprometidos,
en distintos escenarios a fin de que se conviertan en un ejemplo
para las instituciones educativas en las cuales se deben
desarrollar programas estructurados de educación sexual
por niveles de acuerdo con la Política Nacional de
Educación Sexual.

El desarrollo de la estrategia educativa también
generó cambios significativos en la percepción de
los patrones culturales respecto a la sexualidad. Algunos de
estos patrones se identificaron como factores de riesgo, pero
después de la intervención hubo resultados que
evidenciaron el
conocimiento de los derechos sexuales y reproductivos, en los
que tradicionalmente las mujeres o los hombres tienen
estereotipos asignados de acuerdo con el
género.

Los(as) adolescentes aceptaron y manifestaron la
necesidad de la educación sexual y reproductiva, lo que se
refleja en los porcentajes altos obtenidos frente a su
proyección como futuros padres comprometidos con la
educación sexual de sus hijos. Estos resultados sugieren
que se debe buscar estrategias que permitan ampliar la cobertura
frente a la necesidad de educación sexual y reproductiva,
lo que puede traer múltiples beneficios en la salud
pública, como disminución en las tasa de
embarazos tempranos, embarazos indeseados, abortos, mortalidad
materna, ITS, entre otros.

Los cambios que se produjeron en algunos derechos como
al ejercicio autónomo de la sexualidad a gozarla de
acuerdo con las propias preferencias y el derecho al orgasmo y a
ser libres en la intimidad, no fueron mayores debido a la fuerte
influencia de las tradiciones y al machismo, aún tan
acentuado en la cultura nacional. Esta influencia se manifiesta
desde distintos sectores que comprometen al adolescente (familia,
amigos, medios de
comunicación, religión entre otros) y por estas
razones se sugiere que para modificarlos, se deben abordar estos
derechos y comprometer en mayor proporción a los sectores
que influyen en los adolescentes.

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Martha Lucía Vásquez, Enf. Ph.D.1, Luz Ángela
Argote, Enf. Mg Enf.1, Edelmira Castillo, Enf.
Ph.D.1, María José Cabrera2,
Danilo Gonzalez2, María Elena Mejía,
Enf. Mg. Enf.3, María Eugenia
Villaquirán, Enf. Mg S.P.3

1. Profesora Titular, Escuela de
Enfermería, Facultad de Salud, Universidad
del Valle, Cali, Colombia.
2. Estudiante, Escuela de Enfermería, Facultad de Salud,
Universidad del Valle, Cali, Colombia.
3. Profesora Asistente, Escuela de Enfermería, Facultad de
Salud, Universidad del Valle, Cali, Colombia.

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