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Educación en derechos sexuales y reproductivos: una perspectiva integral con adolescentes escolarizados (página 2)



Partes: 1, 2

 

De otra parte, la teoría
de la Acción
Razonada5,6 distingue entre las actitudes
hacia una enfermedad o condición, como VIH/SIDA, embarazo, y
actitudes hacia conductas recomendadas para enriquecer la
salud como el uso
de condones o pastillas anticonceptivas. Los autores encontraron
que la actitud hacia
una conducta de
enriquecimiento de la salud pronostica mejor la adopción
de esa conducta, que la actitud hacia la enfermedad o la
condición de salud. Por tanto, una joven
considerará la posibilidad de no iniciar sus relaciones
sexuales y depender de su intención de no
iniciarlas.

Fishbein y Azjen7 resumen las variables
subyacentes en la adopción de conductas enriquecedoras de
salud e indican que una persona lleva a
cabo cierta conducta si uno o más de estos criterios
están presentes:

1. La persona debe haberse formado una fuerte
intención positiva (o haber adquirido un compromiso) de
ejecutar tal conducta.

2. No hay restricciones ambientales que imposibiliten la
realización de esa conducta.

3. La persona tiene las habilidades necesarias para
ejecutar la conducta.

4. La persona cree que las ventajas (beneficios,
resultados positivos anticipados) resultantes de la
ejecución de esa conducta son mayores que las desventajas
(costo, resultados
negativos anticipados).

5. La persona percibe más presión
social (normativa) para ejecutar la conducta que para no
ejecutarla.

6. La persona percibe que la ejecución de la
conducta es más consistente que inconsistente con su
auto-imagen.

7. La reacción emocional de la persona hacia la
ejecución de la conducta es más positiva que
negativa.

8. La persona percibe que tiene la capacidad para
ejecutar la conducta bajo diversas condiciones.

Estas teorías
permitieron comprender lo que motiva a los jóvenes a
adoptar o no conductas saludables y, en el caso particular de los
derechos y
deberes sexuales y reproductivos, a proponer una manera de
conocer y hacer valer tales derechos y a cumplir con los deberes
que cada uno de ellos genera.

METODOLOGÍA

La intervención educativa consistió en una
serie de talleres que se hicieron con los(as) jóvenes de
los grados 8, 9 y 10 de las instituciones
educativas en relación con la SSR en la adolescencia,
talleres dirigidos a asignar poder a los
adolescentes
en los derechos y deberes sexuales y reproductivos para el
ejercicio responsable de la sexualidad.
Esta intervención se validó a través de la
investigación «Impacto de una
Estrategia
Educativa en el Apoderamiento de los Derechos Sexuales y
Reproductivos en Adolescentes Escolarizados».

Durante el año que duró la
intervención, simultáneamente con los talleres se
desarrollaron otros dirigidos a padres de familia y
docentes. Se
brindó además un espacio para orientación en
SSR, también se acompañó a los
jóvenes a los servicios de
salud y otras instituciones de protección cuando lo
requirieron; se formaron jóvenes multiplicadores(as) y por
último se llevó a cabo un certamen lúdico,
«la Feria de la Salud Sexual y Reproductiva», donde
los adolescentes pudieron recrear lo aprendido.

Antes de la intervención hubo reuniones de
coordinación con los directivos de la
Secretaría de Salud y Educación y con los
de las instituciones educativas seleccionadas del Municipio de
Jamundí. Una vez obtenido el visto bueno para el desarrollo de
los talleres se efectuaron encuentros de sensibilización
con docentes y padres de familia de las instituciones educativas
a fin de presentarles el proyecto, y
conseguir su apoyo para la participación de los(as)
jóvenes.

Talleres vivenciales para las(os) adolescentes.
Los talleres tuvieron lugar en un espacio amplio, rodeado de
naturaleza y
tranquilidad, distinto al ambiente
rutinario, aulas y espacios físicos de las instituciones
educativas, donde permanecían los estudiantes. Cada
grupo de
alumnos, en cada una de las instituciones, se subdividió
al azar en dos subgrupos, conformados en promedio por 25
participantes (hombres y mujeres). Este número
facilitó un desarrollo dinámico y eficaz en los
talleres, pues además de crear un medio de confianza y de
respeto,
permitió aclarar dudas, confusiones, reforzar ciertos
informes y
atender la opinión de la mayoría de los(as)
jóvenes.

Al iniciar los diversos talleres se entregó a
cada adolescente una escarapela con su nombre, en cuyo reverso
estaba la lista de los derechos sexuales y reproductivos. Las
escarapelas se caracterizaron por la variedad de colores y
diseños de figuras. Las orientadoras de los talleres
también llevaban escarapelas.

Luego, a los participantes se les recordaron las
«reglas de juego» o
normas que
estaban fijas en una cartelera visible y que guiarían la
dinámica de grupo en el desarrollo de los
talleres. Las normas se orientaban a incentivar la tolerancia, el
respeto por el grupo, la confidencialidad de la información compartida en el grupo, el
anonimato, la aceptación y la franqueza, entre todos. De
igual manera, antes de entrar en el desarrollo de los temas de
cada taller se efectuó una actividad
«rompe-hielo» para propiciar un ambiente de
distensión.

También se tenían listos todos los
materiales que
se iban a utilizar en las actividades, a saber: carteleras,
videos, hojas de trabajo,
recortes de periódico
y un buzón para recibir preguntas de los participantes, lo
que permitía mantener el anonimato de los(as) alumnos que
tuviesen vergüenza de hacer alguna pregunta.

La metodología de los talleres tuvo como
objetivo
principal ofrecer una experiencia formativa, no tradicional, de
preparación para la vida, centrada en el principio de
autonomía, que estimulara en los(as) jóvenes la
resolución de problemas, la
reflexión, la creatividad y
la responsabilidad.

Los temas seleccionados para los talleres permitieron no
sólo conocer los derechos y deberes sexuales y
reproductivos, sino también cómo buscar el
fortalecimiento de la autoestima,
consolidar estilos de vida saludable y regular la fecundidad
dentro de un proyecto de vida con referencia a la promoción de la salud sexual y
reproductiva.

La secuencia temática facilitó el trazado
de un camino, desde lo individual a lo grupal y de lo vivencial a
lo conceptual, partiendo de la vida y hechos cotidianos para
romper con la irreflexión de las repeticiones y así
instalar un espacio para pensar y comprender los hechos, a fin de
evidenciar aquello que no se ve.

Una gran gama de actividades se tuvieron en cuenta para
el desarrollo de los talleres, entre ellas, dinámicas
de grupo, análisis de lecturas, reflexiones
individuales y grupales, exhibición y análisis de
videos, bailes, socio-dramas, y juego. El énfasis de estas
actividades era permitir la participación activa de
los(as) adolescentes. En el contexto de los talleres de derechos
y de deberes sexuales y reproductivos, el juego es un escenario
al que se llevan situaciones de la vida cotidiana para
reinventarlas, cambiar puntos de vista habituales, evitar la
repetición y estrenar una nueva mirada hacia lo que nos
rodea. Se puede decir por último, que el juego
sirvió como puente entre lo que se conocía y lo
nuevo.

Al finalizar cada taller, el grupo de estudiantes hizo
la evaluación
del mismo en forma escrita pero anónima; así se
pudo identificar oportunamente si los objetivos del
taller se cumplieron, la participación del grupo y los
conocimientos que la temática les había
aportado.

Talleres vivenciales con las madres y padres de los(as)
jóvenes. La formación de los(as) adolescentes en su
enfoque integral de la SSR, debe comprometer la
participación de sus madres y sus padres. Ellas(os) se
constituyen en los primeros adultos significativos para sus
hijos(as) en su proceso de
socialización y educación. En
consecuencia, se diseñaron talleres para fomentar en las
madres y padres la reflexión sobre su propia sexualidad
con el fin de ayudarles a tomar conciencia de las
características y necesidades de sus hijos(as)
adolescentes con respecto a su salud sexual y
reproductiva.

El consejero orientó los talleres en un
salón de clases y los temas abordados fueron: Nuestras
actitudes sexuales. Qué es sexualidad. Los derechos
sexuales y reproductivos. Desarrollo psicosexual y Autoestima en
la adolescencia. Comunicación no verbal. Comunicación verbal y Asertividad.
Responsabilidad de los(as) adolescentes en la sexualidad y la
reproducción. Y, para terminar,
Alternativas para ejercer la sexualidad en la
adolescencia.

Con el grupo de madres y padres se concretaron el
día y la hora más adecuados para asistir a los
talleres. Como estrategias para
aumentar la presencia de los acudientes se efectuaron llamadas
telefónicas, envío de circulares, invitaciones por
radio,
televisión y periódico locales.
También se decidió, junto con las coordinadoras
académicas de las instituciones educativas, hacer
coincidir la entrega de los informes escolares con los talleres
de SSR, de tal forma que después de concluir el taller los
padres asistían al informe
académico de sus hijos(as).

A los talleres también se invitaron a las madres
y los padres de los(as) adolescentes de otros grados de
secundaria de las instituciones educativas en las que se puso en
marcha el proyecto, pues en esos grados se replicaron los
talleres con los(as) jóvenes en los cuales participaron
como facilitadores(as) no sólo los docentes capacitados
para ello, sino también el grupo de jóvenes
multiplicadores.

Cabe mencionar que la mayoría de asistentes a los
talleres fueron mujeres (madres, hermanas, abuelas o
tías). Entre las razones que hubo para explicar la
inasistencia de los padres están las de cumplir
compromisos de trabajo y descansar luego de la actividad laboral. Se
podría creer que esto se debe a la persistencia de la
actitud machista en lo concerniente a la educación de sus
hijos(as), donde la responsabilidad del hombre
está relacionada con proveer el dinero para
los gastos que
demanda el
estudio de los hijos mientras que es compromiso de la madre el
velar por el cumplimiento de los deberes escolares e implica
asistir a la institución educativa a fin de participar en
las actividades programadas por la misma (entrega de informes,
reuniones, talleres, etc.).

Talleres vivenciales relacionados con la sexualidad en
la adolescencia con los(as) maestros de los(as) jóvenes.
Otro aspecto relevante contemplado en la estrategia educativa
consistió en capacitar al grupo de educadores para
el trabajo con
adolescentes, en relación con la salud sexual y
reproductiva.

Este propósito se sustenta en el hecho que son
los(as) docentes, luego de las madres, los padres y otros
miembros de la familia,
los adultos más significativos que participan en el
proceso de socialización y educación de los(as)
jóvenes. En consecuencia, se realizaron talleres
vivenciales con la asistencia de profesores(as) de las
instituciones educativas. El consejero del proyecto
facilitó los talleres que incluyeron varios de los temas
que se mencionaron antes. Con estos talleres se ofreció un
espacio para la reflexión personal y
colectiva con respecto a la forma como los(as) docentes vivencian
su sexualidad, sus creencias y actitudes hacia su experiencia de
ser hombres o mujeres, la relación de pareja, las comunicaciones
interpersonales, entre otras circunstancias. No se puede olvidar
que la relación que se establece entre profesor(a) y
alumno(a) adolescente está inmersa en un trasfondo de
significados sociales, culturales y psicológicos que se
asocian con la sexualidad.

Cabe resaltar que las y los profesores que fueron
capacitados replicaron los talleres en algunos cursos de la
secundaria de las dos instituciones educativas participantes.
Además, en esa réplica se contó con la
presencia activa del grupo de adolescentes que se formó
para cumplir la función de
multiplicadores(as).

Servicio de orientación en salud sexual y
reproductiva.
Otro aspecto importante de la estrategia
educativa fue suministrar a los(as) adolescentes el servicio de
orientación en SSR, con el propósito de promover
los derechos sexuales y reproductivos; y también propiciar
estilos de vida saludables y contribuir a modificar los que no lo
eran.

Durante la sesión de orientación el
consejero en SSR para adolescentes, a partir del motivo por el
cual el(la) adolescente solicitaba el servicio, le aclaraba dudas
e interrogantes relacionados con la sexualidad, ITS, VIH-SIDA,
adolescencia, derechos sexuales y reproductivos, relaciones
intrafamiliares, entre otros.

Se dispuso de un espacio para dar privacidad y
tranquilidad al o la joven; también se brindó
confidencialidad en el manejo de la
información.

El consejero se dirigía a los salones de clases
con el objeto de recordar y promocionar el servicio, con
énfasis los beneficios del mismo. Se emplearon palabras,
refranes y situaciones propias de los(as) adolescentes para
llamar su atención. Además, asignaba los
turnos a fin de que los(as) adolescentes que solicitaban el
servicio pudiesen acudir sin evitar las responsabilidades
académicas. En este momento también se verificaba
la asistencia del o la consultante que había separado su
cita para ese día. Si ésta era afirmativa el
orientador informaba al profesor de turno acerca de la ausencia
temporal del(la) joven. Si el(la) adolescente no había
asistido a clases esa mañana se adelantaba la
sesión según el turno asignado a otro(a) joven.
Luego el consejero y el(la) consultante iban al lugar donde se
realizaría la sesión. Para que los(as) adolescentes
supieran o recordaran el día, hora y lugar del servicio de
orientación, en cada sala de clases se fijaba una circular
con los datos
respectivos.

El servicio de orientación en SSR también
se ofreció a las madres y los padres, de los(as)
jóvenes, que lo requirieran. Asimismo, los(as)
profesores(as) de los(as) adolescentes comprometidos(as)
podían remitirlos(as) a orientación si lo
consideraban necesario.

El consejero dirigía al joven, si el caso lo
ameritaba, a los servicios de salud y otras instituciones de
protección al menor a través de la enfermera que
participó en el proyecto.

Los motivos de consulta más comunes en los
jóvenes durante las sesiones de orientación fueron:
dificultades en las relaciones intrafamiliares, preguntas sobre
métodos
anticonceptivos, información referente al comienzo de
las relaciones genitales, preocupaciones con respecto de la
menstruación, expresar experiencias de abuso sexual,
baja autoestima, inquietudes acerca de la orientación
sexo-afectiva,
entre otros.

Durante estas sesiones, el consejero, utilizó
como material didáctico un portafolio sobre derechos
sexuales y reproductivos, un pendón de métodos
anticonceptivos, láminas de los
órganos reproductores masculinos y femeninos y una amplia
variedad de folletos educativos relacionados con la sexualidad en
el(a) adolescente.

El servicio de orientación comprendió
también un proceso de seguimiento para cada caso.
Éste se relacionaba con algunos aspectos que
dependían de la decisión que tomara el(la)
consultante, por ejemplo: citar a la madre o al padre para
esclarecer dificultades intrafamiliares, remisión a
consulta medica, conocer lo ocurrido en la cita médica
(diagnóstico, tratamiento), entre
otros.

Formación de jóvenes multiplicadores(as).
También se contribuyó a la formación de un
grupo de jóvenes multiplicadores(as), que se convirtieron
en referentes autóctonos para sus pares en la
promoción de la salud sexual y reproductiva.

El perfil para identificar a un(a) adolescente que
pudiera cumplir el papel de multiplicador(a), incluyó las
siguientes características que se observaron durante los
talleres que hacían parte de la estrategia educativa:
hacer preguntas con aportes y comentarios pertinentes a los temas
tratados; la
claridad conceptual demostrada en las respuestas; la actitud de
escucha y respeto hacia sus compañeros, y mostrar un
liderazgo
positivo al interior del grupo.

Además de haber participado en los talleres, el
grupo de adolescentes multiplicadores(as) también lo hizo
en algunas actividades de la programación del certamen denominado
«La Feria de la Salud Sexual y Reproductiva» como
socio-dramas acerca de la «abstinencia sexual» y,
«la postergación del principio de las relaciones
genitales como alternativa para asumir la sexualidad en la
adolescencia»; «el embarazo en la adolescencia y sus
consecuencias»; y en «Olimpiada del Saber»
(concurso de preguntas y respuestas sobre los temas vistos en los
talleres).

De otra parte, se entregaron también a los(as)
multiplicadores(as) folletos educativos sobre la SSR en la
adolescencia con el objeto de reforzar conocimientos. Los textos
cubiertos por estos folletos fueron: Uso correcto del
condón. Derechos sexuales y reproductivos.
Prevención del embarazo en jóvenes. Juventud y
sexualidad. Cómo prevenir las ETS. ¿Qué es
el SIDA?
Métodos anticonceptivos. Temas de orientaciones
sexuales.

Feria de la salud sexual y reproductiva.
Como actividad final se realizó la Feria de la Salud
Sexual y Reproductiva en el Coliseo Municipal, con el
propósito de socializar y reforzar los conocimientos
adquiridos a través de los talleres y el servicio de
orientación en SSR. De ella compartieron todos los(as)
jóvenes participantes, así como los alumnos de los
grupos donde
se replicó la estrategia.

Se contó con la presencia de algunas de las
autoridades del gobierno
municipal; también concurrieron las directivas y un grupo
de docentes de secundaria de las instituciones educativas que
tomaron parte en el proyecto.

Luego de finalizar los talleres, con el grupo integrante
de la investigación, se trabajó con los(as)
jóvenes para planear y organizar las actividades que
hicieron parte del programa de la
feria. La contribución voluntaria en las actividades, el
permitir la propuesta de ideas sobre las mismas, el trabajo en
grupo, la asignación de responsabilidades, el apoyo del
cuerpo docente, así como el de las directivas de las
instituciones de educación y del grupo investigador,
influyeron en la
motivación de los(as) adolescentes, como uno de los
factores que tuvo un papel favorable en su éxito.

Las actividades que constituyeron el programa se
relacionaban con los talleres, por ejemplo, la abstinencia
sexual, el embarazo en la adolescencia y sus consecuencias,
además del concurso Olimpiada del Saber.

RESULTADOS Y
DISCUSIÓN

Los objetivos señalados en los talleres
vivenciales para los(as) jóvenes se pudieron alcanzar a
partir de las actividades propuestas y muestran cómo la
estrategia educativa fue positiva. Permitió a los
jóvenes comprender aspectos específicos de su
autoestima, de los derechos y deberes sexuales y reproductivos,
de su proyecto de vida, la regulación de la fecundidad y
cómo tener estilos de vida saludables que hasta ese
momento no se habían detenido a analizar.

Respecto a la autoestima, los jóvenes pudieron
observar y apreciar cualidades de sus compañeros y en
sí mismos, que no conocían, lo que confirma la
intensa necesidad que tienen los adolescentes de separarse del
modo de pensar y sentir de sus padres y de recibir la
aprobación y afirmación de su conducta por parte de
los compañeros y amigos. Estas expresiones de los
estudiantes también reflejan la toma de conciencia de los
jóvenes a través de la construcción de una autoimagen y de la
confianza en sí mismos. También, demuestran que el
grupo es la experiencia ideal de trabajo con jóvenes,
debido a que durante esta etapa los adolescentes reciben
gratificación, apoyo y reafirmaciones a través de
sus amigos y compañeros. Los estudiantes con el taller de
derechos sexuales y reproductivos conocieron la existencia de
estos derechos y deberes y les fue posible apropiarse de
ellos.

Con relación al proyecto de vida se
encontró que los estudiantes tenían dificultades
para establecer metas, sobre todo a largo plazo; sin embargo,
captaron la importancia que tenía su
establecimiento.

Además, los(as) adolescentes lograron identificar
algunos factores de riesgo y factores
protectores relacionados con el género que
pueden aparecer durante la adolescencia; así como
reexaminar sus ideas sobre el significado de masculinidad y
feminidad y su relación con los derechos y deberes
sexuales y reproductivos.

Lo anterior confirma como plantea De Sousa7
que el desarrollo del concepto de la
toma de poder implica la ampliación del coeficiente de
autonomía de los(as) jóvenes, pues propicia el
entendimiento de sus propios cuerpos, de sus riesgos, de
sus relaciones con el medio social y en consecuencia la capacidad
de instituir normas que le brinden mejores condiciones de
vida.

Por último, el material ofrecido a los
jóvenes se pudo recrear en otros espacios, por ejemplo,
«La Feria de la Salud» certamen que se llevó a
cabo como cierre de la intervención. Fue un ejercicio que
permitió a los adolescentes expresar los conocimientos
adquiridos de acuerdo con la creatividad y experiencia de cada
uno de los grupos con los que se trabajó.

Los talleres facilitaron el intercambio de ideas,
integrar conocimientos, animar el desahogo grupal, respetar la
singularidad, favorecer la reciprocidad entre los grupos y
estimular el pensamiento
crítico de los(as) participantes. Los talleres, entonces
se convirtieron en espacios que permitieron la
cooperación, el diálogo,
la reflexión, la creatividad colectiva como bases
fundamentales del proceso de aprendizaje. Las
técnicas participativas del juego, buscaron
trabajar sobre los vínculos entre los estudiantes y su
entorno social.

Por otra parte, en la evaluación de los talleres
ofrecidos a las madres y los padres de los jóvenes
participantes, estos expresaron que la propuesta educativa,
además de novedosa e importante, les ayudó a
entender un poco más la vivencia de la sexualidad durante
la adolescencia. Es importante resaltar que la apropiación
de los derechos sexuales y reproductivos por parte de sus
hijos(as) contribuye de un lado, a que como padres sean
partícipes de una educación integral que prepare a
los hijos para asumir con responsabilidad las consecuencias de
sus decisiones y conductas en el ejercicio de su sexualidad y de
otro lado, confirma que es un mecanismo por cuyo medio las
personas, las organizaciones, y
la comunidad
adquieren dominio sobre sus
propios asuntos.

De igual manera, sobre todo las madres de los
jóvenes consideran de importancia que las mujeres conozcan
y se apropien de los derechos sexuales y reproductivos, sin
desconocer la participación de los hombres, pues han
estado sumisas
o relegadas a la opinión de ellos, tanto en lo sexual como
en otras muchas situaciones y circunstancias de la vida. Asimismo
piensan que estos derechos influirán para que desaparezcan
actitudes machistas, y reafirman que la toma de poder es un
proceso que permite cambiar su distribución tanto en las relaciones
interpersonales como en las relaciones con la sociedad,
según lo plantea Stronquist9.

Los padres ven algo importante en que las instituciones
educativas sigan la programación, en el calendario
escolar, de estos talleres pues les ayudan a formar a sus
hijos(as) para la vivencia responsable de su sexualidad.
Concluyen que la continuidad de este tipo de propuestas es algo
obligatorio que deben cumplir las instituciones educativas con lo
cual se garantizaría a sus hijos(as) su derecho a una
educación
sexual integral y que también se requiere idear
estrategias que posibiliten un mayor compromiso y asistencia
tanto de los padres como de las madres a los talleres.

En este mismo sentido, los(as) maestros(as) que pudieron
intervenir en los talleres expresaron que les fue de valor y
novedoso conocer y reflexionar acerca de los derechos sexuales y
reproductivos, porque les brindan herramientas
conceptuales y prácticas para desarrollar su proyecto
institucional de educación sexual. Consideran que se les
sensibilizó sobre la gran responsabilidad que implica ser
educadores(as) sexuales a través de las actitudes y
conductas que reflejan a diario en la interacción con sus alumnos(as)
adolescentes.

Otra parte importante para los(as) maestros(as) fue
recordar o incluso enterarse acerca de los principales cambios
psicológicos y físicos que se presentan en la
adolescencia, pues esto les permite una mayor comprensión
de la forma de pensar, sentir y actuar de sus
estudiantes.

Además, los maestros consideraron necesario
continuar con la realización de esta propuesta educativa
como parte básica de su proyecto institucional de
educación sexual y de escuela para
madres y padres.

Lo anterior muestra la
necesidad de brindar herramientas a los maestros(as) que les
permitan llevar a cabo proyectos
educativos dirigidos a potenciar el desarrollo de los
jóvenes y de los colectivos a partir de procesos
creativos y críticos de los sujetos, a la
reconstrucción del sentido de las acciones que
se han de realizar para transformar las condiciones de vida y
salud, conforme sugiere Evans10.

Respecto al servicio de Orientación en Salud
Sexual y Reproductiva llamó la atención que la
mayoría de consultantes pertenecía al género
femenino. Lo anterior permite pensar que es probable que los(as)
adolescentes crean que la salud sexual y reproductiva sólo
atañe a las mujeres, quizá como reflejo de
actitudes machistas. Además, los adolescentes no se
arriesgaron a solicitar orientación por temor a ser objeto
de burlas del resto de sus compañeros(as), pues persiste
la creencia que las personas que acuden al psicólogo
tienen problemas mentales.

Los(as) adolescentes que asistieron a la
orientación expresaron haberse sentido comprendidos(as) y
escuchados(as) en un medio de confianza, libertad y
seguridad, que
les permitió «desahogarse» de dudas, temores,
emociones y
sentimientos relacionados con su vida sexual, familiar, escolar y
social. Esto confirmó que la orientación en SSR es
una estrategia eficaz para que los(as) jóvenes asuman con
mayor libertad sus emociones y sentimientos con respecto de su
sexualidad bajo una guía profesional y
responsable.

Se debe enfatizar que la formación del grupo de
jóvenes multiplicadores permitió replicar los
talleres sobre salud sexual y reproductiva en la adolescencia.
Esto se incorporó como un ingrediente del Proyecto
Institucional de Educación Sexual, en otros grados de
secundaria de las instituciones que compartieron en el proyecto,
e incluyó la participación de los(as)
jóvenes identificados(as) como multiplicadores(as). Esto
ha producido entre los alumnos una mayor participación y
compromiso en los talleres, así como la
manifestación de actitudes de respeto, solidaridad y
camaradería, no sólo en su vida escolar sino en sus
contextos familiar y social.

Por último, la actividad de cierre de la
estrategia educativa, bajo el nombre la «Feria de la
Salud», permitió la apropiación, por parte de
los(as) adolescentes, de elementos lúdicos que
hacían parte de danzas (bailes típicos de la
región del Pacífico, regae), socio-dramas, coros y
canciones de «rap» para socializar y reforzar los
conocimientos sobre SSR en la adolescencia. En este contexto
algunos(as) jóvenes descubrieron en sí mismos(as)
cualidades y habilidades que no pensaban tener. De igual manera,
los(as) profesores(as) reconocieron en sus alumnos un gran
potencial de talentos insospechados y en algunos casos
subvalorados. La situación llevó al grupo de
docentes a reflexionar en la importancia de apoyar la continuidad
de este tipo de actividades como una estrategia que puede incidir
de modo favorable para prevenir embarazos no deseados, ETS,
VIH/SIDA, consumo de
sustancias psicoactivas, maltrato y violencia
intrafamiliares.

El gozo, las risas, el entusiasmo, la fe, la confianza,
la música,
y el derroche de alegría contribuyeron a un intercambio de
ideas y pensamientos en un contexto distinto al aula de
clases.

CONCLUSIONES Y
RECOMENDACIONES

El desarrollo de la estrategia educativa para la
conciencia del poder acerca de los derechos sexuales y
reproductivos tuvo un impacto cierto e indudable, tanto en los
adolescentes participantes como en los padres y
maestros.

La metodología de talleres lúdicos
permitió a los estudiantes expresar sus ideas y
sentimientos frente a los temas tratados y sensibilizarlos hacia
la responsabilidad que deben asumir en el ejercicio de la
sexualidad. Algunos de ellos lograron vencer diversos mitos sobre la
sexualidad y la reproducción y las percepciones negativas
que sobre sí mismos tenían.

Asimismo, se logró que los adolescentes aceptaran
y manifestaran la necesidad de la educación sexual y
reproductiva sobre todo para cambiar algunas de las
manifestaciones culturales en las que subyace la desigualdad de
género a favor del hombre.

Sin embargo, es necesario continuar la
sensibilización de los padres y maestros a partir de sus
propias vivencias acerca de las realidades y las perspectivas de
los jóvenes y aprender a animarlos para que acudan a los
servicios de salud y soliciten ayuda cuando la
necesiten.

Para lograr el apoderamiento colectivo de los
jóvenes se requiere no sólo de espacios sociales o
interinstitucionales libres, que faciliten a los miembros del
grupo desarrollar un sentido independiente de autoimagen y
confianza, sino también se necesitan modelos de
personas que rompan con los patrones tradicionales de pasividad,
además de contar de manera continua con una amplia
red de
comunicación y amistad que
permita a los jóvenes tener una visión positiva del
futuro.

Se considera de crucial importancia que estas
intervenciones se sigan gestando en todas las instituciones
educativas, con el apoyo de las entidades comprometidas, que en
teoría deben desarrollar programas
estructurados de educación sexual, por niveles,
según la Política Nacional de
Educación Sexual. Sin embargo, en la realidad estas
actividades se encuentran restringidas. Lo anterior impone crear
procesos de apoderamiento en los grupos de jóvenes para
que de esta manera puedan alcanzar bienestar, acceso, toma de
conciencia, participación y control y
así crear nuevas visiones de la salud y de la
vida.

REFERENCIAS

1. Ministerio de Protección Social de Colombia.
Política Nacional de Salud Sexual y Reproductiva.
Bogotá: Ministerio de Protección Social de
Colombia; 2003.

2. Caro C, Vásquez ML. El empoderamiento de y con
enfermería. En: III Seminario
Internacional de Cuidado. Retos de enfermería para el
nuevo milenio. Bogotá: Facultad de Enfermería
Universidad
Nacional de Colombia; 1999.

3. León M. Empoderamiento en la teoría y
práctica del feminismo. En:
Poder y empoderamiento de las mujeres. Bogotá: Tercer
Mundo Editores, Universidad Nacional de Colombia, Facultad de
Ciencias
Humanas; 1998.

4. Bandura A. Social learning theory. New Jersey:
Prentice Hall, Englewood Cliffs; 1997.

5. Azjen I, Fishbein M. Understanding attitudes and
predicting social behavior. New Jersey: Prentice Hall, Englewood
Cliffs. 1980.

6. Fishbein M, Azjen I. Belief, attitude, intention and
behavior: An introduction to theory and research. Reading MA:
Addison-Wesley; 1975

7. De Sousa G. Consideraçoes sobre a arte e a ciencia da
mudança: Revolução das coisas e reforma das
pessoas. O caso da saúde. En: Inventando a mudança
na saúde. São Paulo: Hucitec; 1994.

Martha Lucía Vásquez, Enf. Ph.D.1, Luz Ángela
Argote, Enf. Mg. Enf.1, Edelmira Castillo, Enf.
Ph.D.1, María Elena Mejía, Enf. Mg.
Enf.2, Robinson Tunjo, Psicol.3,
María Eugenia Villaquirán, Enf. Mg.
S.P.2
1. Profesora Titular, Escuela de
Enfermería, Facultad de Salud, Universidad del Valle,
Cali, Colombia.
2. Profesora Asistente, Escuela de Enfermería, Facultad de
Salud, Universidad del Valle, Cali, Colombia.
3. Psicólogo, Consejero en Salud Sexual y Reproductiva de
Adolescentes.

Partes: 1, 2
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