Efectos tóxicos de los insecticidas clorpirifos y teflutrina sobre la lombriz de tierra (Lumbricus terrestris L.)
Publicación original: ISSN 0365-2807 – Reproducción autorizada por: |
ABSTRACT: In order to evaluate the
ecotoxicity of chlorpyrifos and tefluthrin on the earthworm
Lumbricus terrestris L., a laboratory test was carried
out based on the guidelines of the International Organization of
Biological Control (IOBC).
The earthworms were collected by handsorting from a soil free of
pesticides of the Agronomy Faculty, University of Buenos Aires,
Argentina and placed in sterilized soil, in complete darkness, at
12ºC for five days, and fed with dry white clover
(Trifolium repens L.) leaves. Earthworms larger than 1.5 g
without clitelum were placed in a Daniel's funnel with ten dry
leaves of white clover on the surface. The treatments were: 1)
control, unchlorinated water; 2) chloroacetamid solution (97.37%)
30 mg L-1; 3) chlorpyrifos (emulsifiable concentrate,
EC, 48%) 5 L ha-1 or 50 mg L-1; 4)
tefluthrin (EC 5%) 2 L ha-1 or 20 mg L-1. A
completely randomized experimental design with ten replicates was
used. During 15 days of the assay the variables
analyzed were: live weight change, individual activity and
earthworm survival. The increase of earthworm weight was 0.285,
0.280 and 0.300 g in the 15 days of treatments 1, 3 and 4,
respectively, with no significant differences between treatments,
as well as the number of leaves withdrawn per day 0.61, 0.369,
0.555, and 0.425, respectively. The survival rates were: 100, 20,
100 and 90%, in treatments 1, 2, 3 and 4, respectively, being
only effected by chloroacetamid. Chlorpyrifos and tefluthrin were
not toxic for L. terrestris at the current dose (P <
0.05).
Key words: ecotoxicology, earthworms,
pesticides.
RESUMEN: Para evaluar la ecotoxicidad de
clorpirifos y teflutrina sobre Lumbricus terrestris L., se
realizó una prueba de laboratorio,
basado en el protocolo de
la
Organización Internacional de Control Biológico
(IOBC). Las lombrices fueron recolectadas a mano en un suelo libre de
plaguicidas, en el campo de la Facultad de Agronomía,
Universidad de
Buenos Aires, Argentina y colocadas en suelo esterilizado, en
condiciones de oscuridad y 12°C durante cinco días,
alimentadas con hojas secas de trébol blanco (Trifolium
repens L.). Se colocó una lombriz mayor a 1,5 g sin
clitelo por embudo de Daniel, con diez hojas secas de
trébol blanco sobre la superficie. Los tratamientos
fueron: 1) testigo, agua no
clorada; 2) 30 mg L-1 de solución de
cloroacetamida (97,37%); 3) clorpirifos (EC 48%) 5 L
ha-1 o 50 mg L-1; 4) teflutrina (EC 5%) 2 L
ha-1 o 20 mg L-1. El ensayo tuvo
diseño
completamente aleatorizado con diez repeticiones. Durante los 15
días de ensayo las
variables analizadas fueron: variación de peso, actividad
individual y supervivencia de lombrices. El incremento de peso de
las lombrices fue 0,285; 0,280 y 0,300 g en 15 días en los
tratamientos 1, 3 y 4 respectivamente, y no hubo diferencias
significativas entre los mismos así como en la cantidad de
hojas retiradas al día, que fue de 0,61; 0,369; 0,555 y
0,425, respectivamente. La supervivencia fue de 100; 20; 100; y
90% en los tratamientos 1, 2, 3 y 4, respectivamente, siendo
afectada sólo por cloroacetamida. Clorpirifos y teflutrina
no fueron tóxicos a las dosis evaluadas (P <
0,5)
Palabras clave: ecotoxicología, lombriz de
tierra,
plaguicidas.
INTRODUCCIÓN
La lombriz de tierra, Lumbricus terrestris L.
(Oligochaeta, Lumbricidae), cumple un importante papel en los
agroecosistemas al promover el desarrollo de
las raíces (Edwards y Lofty, 1980), y conducir a una mayor
capacidad de infiltración de agua (Hoogerkamp et al.,
1983; Edwards et al., 1988). También, la actividad de las
lombrices y sus desechos contribuyen a la estabilidad del suelo,
lo que dependerá del origen de éste y de su
composición (Schrader et al., 1997). Por su actividad,
estos organismos producen cambios fisicoquímicos y
biológicos en el suelo y pueden causar variaciones en la
densidad,
diversidad, estructura y
actividad de los microorganismos, y en la comunidad de la
fauna presente
alrededor de su hábitat
(Brown, 1995). Organismos pequeños con limitada habilidad
para moverse dentro del suelo pueden beneficiarse con los largos
desplazamientos de las lombrices. Las interacciones
benéficas entre éstas, la microflora y fauna pesan
más que los efectos negativos potenciales (Brown,
1995).
L. terrestris vive aproximadamente 4 años,
es hermafrodita, en comparación con otras lombrices es
poco prolífica, y habita preferentemente en terrenos cuya
humedad varía de 40 a 45% de agua útil y temperatura
entre 10 y 12°C (Ferruzzi, 1986). Su población es afectada por prácticas
agrícolas como labranzas, rotación,
retención de rastrojos, drenaje, aplicación de
fertilizantes, encalado, uso de plaguicidas, etc. (Baker et al.,
1994).
Se ha investigado la toxicidad de distintos productos
fitosanitarios sobre las lombrices. Se han registrado cambios
significativos en el comportamiento, en la biomasa y en la
reproducción de L. terrestris producidos por el
insecticida paratión. En contraste, en el mismo estudio,
el herbicida diurón no evidenció efecto alguno
sobre lombrices terrestres (Bauer et al., 1997). Bajas a
moderadas concentraciones del herbicida terbutilazina y del
insecticida carbofurano indujeron alteraciones
fisiológicas sobre L. terrestris, Eisenia fetida
Savigny y E. andrei Bouché (Viswanthan et al., 1997). En
Iowa, EE.UU., al evaluar la toxicidad de diferentes insecticidas
granulados aplicados al suelo, estudios en laboratorio y en campo
mostraron que clorpirifos fue menos tóxico que terbufos,
fonofos, carbofurano y forato para L. terrestris, siendo el
carbofurano el producto
más tóxico (Culy y Berry, 1995). Ebing y Haque
(1983) estudiaron el efecto del fungicida benomil y del
insecticida carbofurano sobre lombrices, y encontraron mayor
toxicidad para L. terrestris en comparación con
E. fetida.
Clorpirifos y teflutrina son insecticidas ampliamente
usados en Argentina en el control de gusanos de suelo.
Clorpirifos (concentrado emulsionable, EC, 48%) se recomienda
para el control de gusanos alambre (Conoderus spp. L.) y
gusanos blancos (Diloboderus abderus Sturm.) en cereales
cultivados en la región pampeana, a dosis de 4 a 6 L de
producto comercial (p.c.) ha-1, aplicado al suelo y
luego incorporado con rastra de discos. El insecticida teflutrina
(EC 5%) se usa para controlar los mismos insectos de suelo,
así como para mosca de la semilla (Delia spp.),
larvas de gorgojos (Pantomorus spp.), y orugas cortadoras
(Agrotis spp.), aplicado a dosis de 2 – 3 L p.c.
ha-1 (CASAFE, 2001).
El objetivo del
presente ensayo fue determinar si los insecticidas clorpirifos y
teflutrina producen efectos tóxicos sobre la lombriz de
tierra (L. terrestris) aplicados al suelo a las dosis
recomendadas habitualmente para el control de insectos del
suelo.
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