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Factores de riesgo en niños en observación del Hospital Central de San Cristóbal y medicina familiar (página 2)



Partes: 1, 2

 

RESULTADOS

Se puede apreciar en forma global que el mayor
porcentaje lo ocupan los lactantes con un 46%, seguidos de los
preescolares en un 34.5% y los escolares con un 19.5%. En el
grupo 1 los
lactantes ocupan el mayor porcentaje (50%), en el grupo2 los
preescolares con el 46%. En el grupo control se
mantiene un equilibrio
entre los lactantes (47.6%) y preescolares (49.2%), se aprecia un
porcentaje muy bajo en los escolares en el grupo
control.

Fig. 1. Distribución por edad según grupo 1,
grupo 2 y grupo control, porcentaje.
Fuente: Encuestas
realizadas en observación pediátrica del hospital
y en la unidad II de Medicina
Familiar.

En la Fig. 2 se aprecia en cuanto a la
distribución por sexo que el
masculino ocupa el mayor porcentaje (52,5%) y el femenino el
47,5%, esto en forma general.

En cuanto a los diferentes grupos, en el
grupo 1 el sexo masculino ocupa el 53% y el femenino 47%, en el
grupo 2 el masculino 56,8% y femenino 43,24%, en el grupo control
se mantiene casi igual el 49,2% para el masculino y 50,8%
femenino.

Fig. 2. Distribución por sexo
según grupo 1, grupo 2 y grupo control, porcentaje.
Fuente: Idem.

En la Fig. 3 se aprecia en forma general que el mayor
porcentaje en cuanto al motivo de consulta lo ocupan las enfermedades prevenibles
(64,3%) las enfermedades no prevenibles ocupan un 35,7%. En
cuanto a los diferentes grupos, en el grupo 1 se observa que las
enfermedades prevenibles el 45%, en el grupo 2 las enfermedades
prevenibles ocupan el 89.2% y las no prevenibles sólo el
10.8%.

Fig. 3. Motivo de Consulta Agrupados en
Enfermedades Prevenibles y no Prevenibles, Según grupo 1,
grupo 2.
Fuente: Idem

En la Fig. 4 se observa en cuanto a las diferentes
enfermedades prevenibles que las que se puede prevenir por
control del ambiente
físico son las que ocupan el mayor porcentaje siendo del
39.7%, en 2do. lugar la desnutrición en un 28.4%, accidentes e
intoxicaciones, e infecciones prevenibles por
diagnóstico temprano ocupan un 14.8%, y por
control de inmunizaciones el 2.3%. En cuanto a los diferentes
grupos, en el grupo 1 las enfermedades prevenibles por control de
ambiente físico, el mayor porcentaje se aprecia en el
grupo 2 con 54.4% y en el grupo 1 30.9%, los accidentes e
intoxicaciones en el grupo 1 ocupan un 23.6% y no se aprecio
ninguno en el grupo 2, la desnutrición en el grupo 2 ocupa
el 36.5% y en el grupo 1el 23.64%, las infecciones prevenibles
por diagnóstico temprano ocupan el 18,24% en el grupo 1 y
en el grupo 2 el 9.1%.

Fig. 4. Enfermedades Prevenibles,
Según grupo 1, grupo 2.
Fuente: Idem.

En la Fig.5 se aprecia en forma general que el mayor
porcentaje de enfermedades no prevenibles con un 65.3% y las
infecciones ocupan el 34.7%. En el grupo 1 se encuentra en mayor
porcentaje otras enfermedades no prevenibles diferentes a las
infecciones como son: Asma bronquial,
apendicitis, etc. En el grupo 2 se mantienen en igual
porcentaje.

Fig. 5. Enfermedades no Prevenibles,
Según grupo 1, grupo 2 . Porcentaje.
Fuente: Idem.

En la Fig. 6 se aprecia que entre las primeras causas de
consulta en los grupos 1 y 2, seis de ellas son prevenibles como
son: diarreas,
gastroenteritis, accidentes e intoxicaciones,
desnutrición, parasitosis e infecciones
respiratorias, las enfermedades no prevenibles ocupan el
menor porcentaje en ambos grupos.

Fig. 6. Motivo de Consulta por causa
agrupadas según grupo 1, grupo 2.
Fuente: Idem.

En forma general en la Fig. 7 se aprecia que el estado
nutricional es normal (eutrófico (62.5%). En el grupo 1 y
2 se aprecia un porcentaje de desnutrición leve del 21 y
32.4% respectivamente. Desnutrición moderada del 9% en el
grupo 1, mientras que en el grupo control no se encuentra
desnutrición sólo un mínimo en riesgo
(6.4%).

Fig. 7. Estado
Nutricional según grupo 1, grupo 2 y grupo control.
Porcentaje.
Fuente: Idem.

En la Fig. 8 se aprecia en forma general que la
duración de la lactancia
materna fue inadecuada (<de 6 meses en un 57%). En los
diferentes grupos se observa lo siguiente: grupo 1: <de 6
meses 65%, >de 6 meses 29% y un 6% se encontraba lactando para
el momento del estudio. Grupo 2: 70.3% <de 6 meses,
sólo un 18% >de 6 meses, lactando 10.8%. En el grupo
control se aprecia que el mayor porcentaje recibía en
tiempo
adecuado la lactancia materna por más de 6 meses, 46% un
36.5% <de 6 meses y se encontraba lactando un
17.5%.

Fig. 8. Duración de la Lactancia
Materna según grupo 1, grupo 2 y grupo control.
Porcentaje.
Fuente: Idem.

En la Fig. 9 en general se aprecia que el esquema de
inmunizaciones es casi completo en el grupo 1 y 2 (87 y 91.9%),
se aprecia aunque muy bajo (13 y 8%) un porcentaje de
inmunizaciones incompletas. En el grupo control se aprecia 100%
de inmunización completa.

Fig. 9. Esquema de Inmunizaciones
según grupo 1, grupo 2 y grupo control. Porcentaje.
Fuente: Idem.

En la Fig. 10 se observa que en los 3 grupos se
presentan factores de riesgo, siendo más elevadas las
necesidades básicas insatisfechas (37,2%), el bajo nivel
de alarma (22,7%) y la situación crítica
familiar en los grupos 1 (23,9%) y 2 (15,8%). En el grupo control
son más elevadas la situación crítica
familiar (53,5%) y necesidades básicas insatisfechas
(34,8%).

Fig. 10. Factores de Riesgo según
grupo 1, grupo 2 y grupo control. Porcentaje.
Fuente: Idem.

En la Fig. 11 se aprecia que en los 3 grupos el
porcentaje de hacinamiento es bastante elevado (43.5%), casi la
mitad de los grupos estudiados viven en hacinamiento.

Fig. 11. Hacinamiento según grupo
1, grupo 2 y grupo control. Porcentaje.
Fuente: Idem.

En cuanto al trabajo de la
madre en los diferentes grupos se aprecia que el mayor % lo
ocupan las madres que trabajan fuera del hogar 53%, en el Hogar
47%. (Fig. 12).

Fig. 12. Trabajo de la Madre según
grupo 1, grupo 2 y grupo control. Porcentaje.
Fuente: Idem.

En la Fig. 13 se observa que en forma general el mayor
porcentaje corresponde a clase III
43.5% seguido de 28% clase IV, 15% clase II y 13.5% clase V. En
el grupo 1 la clase III y IV ocupan un 59%, en el grupo 2 la
clase III y IV un 83.7% y en el grupo control el 84.1%
corresponden a clase III y IV.

Fig. 13. Estratificación social de
acuerdo con graffar según grupo 1, grupo 2 y grupo
control. Porcentaje.
Fuente: Idem.

En cuanto al test de APGAR
familiar se aprecia que existe disfunción familiar, en los
3 grupos de estudio, dada por un 37.5% en forma general. El 62.5%
presenta alta funcionalidad en los diferentes grupos, se aprecia
que en el grupo 1 casi la mitad 45% presenta disfunción
familiar, en el grupo 2 el 32.4 % y menor porcentaje de
disfunción en el grupo control con 28.6% (Fig.
14).

Fig. 14. Apgar Familiar según
grupo 1, grupo 2 y grupo control. Porcentaje.
Fuente: Idem.

DISCUSIÓN

Si bien es cierto que existe información útil respecto al
presente tema, no se encontró ningún estudio donde
se comparan los factores de riesgo en niños a
nivel hospitalario y ambulatorio. En cuanto a la
distribución por edad según los grupos 1, 2 y
control, predominaron los lactantes (46%) y preescolares (35%),
en los grupos 1, 2, mientras que en el grupo control se mantuvo
un equilibrio entre lactantes (47,5%) y preescolares (49,2%),
siendo altamente significativo estadísticamente (X2 =27.5
P <0.01). Hernández y Salinas (1992), encontraron
resultados diferentes, en un estudio realizado en 507 pacientes
pediátricos que ingresaron al H.U.L.A., donde el mayor
porcentaje corresponde a niños en edad preescolar.
Wasertreguer y col. (1987) encontraron resultados similares donde
el mayor número de pacientes hospitalizados en el hospital
de niños de San Isidro corresponde a niños menores
de 2 años, es decir, Lactantes. En el grupo control se
aprecia un bajo porcentaje (3.2%) en los escolares lo cual puede
ser debido a que en esta edad no consultan por control, sino
acuden cuando presentan alguna patología.

Se pudo apreciar que el sexo masculino ocupa el mayor
porcentaje de los niños en los grupos 1 y2, no así
en el grupo control donde se aprecia un equilibrio entre el sexo
masculino y femenino, por lo tanto no se apreció
diferencia estadísticamente significativa. (X2 = 0.4).
Hernández y Salinas (1992) encontraron resultados
similares.

Más de la mitad de los diagnósticos
realizados en los niños estudiados del grupo 1 y 2
están representando por enfermedades que pudieron
prevenirse. En el trabajo de
Wasertreguer y col. (1987) se apreciaron resultados similares,
sustentando la hipótesis sobre las consecuencias sociales,
culturales, económicas y físicas sobre el comportamiento
o estilo de
vida, así como de los factores demográficos,
esto muestra que
cuando se trabaja con poblaciones de alto índice de
pobreza, es
necesario tomar en cuenta factores de riesgo familiares y
sociales que puedan ocurrir en la producción de enfermedades. Comparando
ambos grupos se apreció una diferencia estadística altamente significante (X2=
0.13 P <0.01) Entre las enfermedades no prevenibles se
aprecian las del aparato
respiratorio como Asma Bronquial, entre otras infecciones no
prevenibles se presentó Apendicitis en porcentaje del 8%.
Entre los primeros motivos de consulta por causas agrupadas se
encuentran los que pudieron prevenirse por control del ambiente
físico como son: Síndrome Diarreico Agudo,
Gastroenteritis, infecciones respiratorias, Parasitosis, en un
alto porcentaje se encontró Desnutrición y
accidentes e intoxicaciones. Similares a estos resultados se
observaron en los trabajos de Hernández (1989),
Wasertreguer y col (1987) y Delgado (1988).

En cuanto al estado nutricional según los
diferentes grupos se apreció que en líneas
generales se encontraban eutróficos, sin embargo en los
grupos 1 y 2 se apreciaron porcentajes considerados elevados de
desnutrición leve y en los tres grupos se encontraron
niños en riesgo de sufrir desnutrición. La
diferencia entre los grupos fue estadísticamente
significante (P < 0.1). García (1986) reconoce que el
estado nutricional de una población es el reflejo del estado de
salud de sus
habitantes y por lo tanto de su nivel de vida.

En cuanto a la lactancia materna una cantidad
considerable de las madres encuestadas destetaron tempranamente a
sus hijos al tercer mes, con una cobertura insuficiente a esta
edad, e introducción temprana de la
ablactación. Es de hacer notar que en el grupo control la
duración de la lactancia materna (más de 6 meses)
tuvo porcentaje más elevados, esto puede ser debido a que
al asistir al control se les informa y estimula a las madres para
la lactancia materna. Se obtuvo una diferencia estadística
significante (X2 =29.5 P<0. 1). Resultados diferentes
encontró Granadillo y col (1989).

En cuanto a las causas de destete se observó un
alto porcentaje debido al trabajo de la madre y la falta de
educación
de ésta en cuanto al conocimiento
de la lactancia materna, esto en los grupos 1 y 2. En el grupo
control fue debido a causas diferentes, ya que al asistir a los
controles se les informa la importancia y la forma de mantener la
lactancia aún teniendo que ir a trabajar.

Vega (1985) indica tres argumentos que pueden explicar
la razón por la cual las madres abandonan la lactancia
materna, la primera propone que se debe a un proceso
cultural, el segundo que la madre adopta la determinación
de alimentar a su hijo, el tercero que la disposición de
amamantar a los niños depende del grado educacional de la
madre. Se observó una diferencia estadísticamente
significante, los resultados confirman que un alto porcentaje de
los niños recibieron cereales en forma temprana. No se
observó la utilización de lactancia materna
exclusiva, ya que se combinaba la lactancia con leches
maternizadas y entera.

En cuanto al esquema de inmunizaciones en los
niños estudiados, se observó un alto porcentaje con
esquema completo. Sin embargo se aprecia un porcentaje aunque
bajo en los grupos 1 y 2, esto presenta un factor de riesgo
importante para presentar enfermedades que se pueden prevenir por
medio de las inmunizaciones. En el grupo control hubo una
diferencia estadísticamente altamente significativa.
Resultados similares encontró Granadillo y col
(1992).

En cuanto a la estructura
familiar se apreció un alto porcentaje ocupado por 4 – 8
personas lo que demuestra un alto índice de hacinamiento
ya que según las características de la vivienda no
contaban con espacio para tal cantidad de personas.

Entre los factores de riesgo estudiados los hallazgos
más significativos fueron: El 37,7% presentan necesidades
básicas insatisfechas (NBI) es decir que carecen de los
recursos
suficientes para llevar una vida minimamente decorosa. El bajo
nivel de alarma ocupa un porcentaje significativo en los 3
grupos. La situación crítica familiar
representó otro factor de riesgo en la población
estudiada, representando porcentajes más bajos se
encuentran antecedentes de hermanos fallecidos y
vacunación incompleta comparando los tres grupos se
aprecia diferencia significativamente estadística.
(P<0. 1).

El método de
estratificación social de acuerdo a la escala de Graffar
modificado por Méndez Castellano
(1986), demuestra en este estudio que en los tres grupos las
clases
sociales pertenecen a los estratos III y IV (media baja y
obreros). Esto demuestra la confrontación de problemas
básicos con características de subdesarrollado. No
hubo diferencia estadísticamente significativa en los tres
grupos.

En el estudio de test de APGAR familiar (Smilktein,
1982) para investigar el grado de funcionalidad familiar, se
detectaron altos porcentajes de disfunción familiar
moderada y algunos, severa, lo que desestabiliza el cuadro
familiar. La presencia de situaciones críticas dentro de
un núcleo familiar altera su dinámica, produciendo inestabilidad
emocional y social. En esta investigación se demostró que existe
una relación directa entre los factores de riesgo y la
presencia de enfermedades prevenibles la pobreza y la
privacidad son determinantes en nuestro medio de morbilidad
infecciosa, desnutrición y retardo en el desarrollo del
niño.

Cabe destacar que las mejoras en la salud y la
corrección de la pobreza, condiciones íntimamente
relacionadas, son necesarias para lograr el desarrollo
nacional.

CONCLUSIONES

– La distribución de pacientes pediátricos
por edad y sexo tanto en los grupos de estudio 1 y 2 como los de
control están constituidos en casi el 50% por niños
menores de 2 años, es decir lactantes, seguido de un
porcentaje de aproximadamente el 30% de preescolares (2-6
niños). Predomina el sexo masculino en ambos
grupos.

– En este período de edad predominan las
enfermedades prevenibles y medianamente prevenibles.

– Se demostró en el estudio la presencia de estas
enfermedades en un mayor porcentaje en ambos grupos, por lo que
se concluye que un alto porcentaje de hospitalizaciones pudo
haberse evitado.

– Entre los 5 primeros motivos de consulta en ambos
grupos se encontraron: Diarreas, accidentes e intoxicaciones,
enfermedades respiratorias, parasitosis y
desnutrición.

– El porcentaje de niños que recibieron lactancia
materna fue baja en ambos grupos aunque se observaron porcentajes
más aceptables en el grupo control – Es evidente la falta
de información y motivación
de las madres con respecto a la lactancia materna.

– La introducción temprana de la
ablactación fue una de las formas de alimentación
observada en ambos grupos, esto puede explicar que una de las
primeras causas de enfermedades fueron las diarreas y
gastroenteritis.

– El hacinamiento y la deficiencia en las condiciones
sanitarias, se consideran factores de riesgo en la mayor
incidencia de enfermedades infecciosas.

– Las familias procedentes de estratos sociales bajos,
con un grado de instrucción deficiente presentaron: Bajo
nivel de alarma y mayor porcentaje de situaciones
desestabilizantes en el grupo familiar.

– La vacunación en ambos grupos fue
satisfactoria, aunque hubo algún porcentaje con
vacunación incompleta en el grupo 1.

– La estratificación social según el
método de Graffar modificado, arrojó resultados de
familias pertenecientes a clase media baja (III) y clase obrera
(IV).

– Las situaciones criticas en el núcleo familiar
producen inestabilidad en el mismo, causando disfuncionalidad
familiar.

– En líneas generales se puede concluir que
existe una relación directa entre los factores de riesgo y
la producción de enfermedades prevenibles y medianamente
prevenibles.

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Nora Araujo de Dávila1, Dervis
Granadillo Vera2, Pedro José
Salinas3
1. Maestría en Medicina
Familiar. Universidad Nacional Experimental del Táchira,
San Cristóbal, Venezuela.
2. IPAS-ME. San Cristóbal, Táchira Venezuela,
3Postgrado de Medicina, Facultad de Medicina, Universidad de Los
Andes. Mérida. Venezuela.

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