Ovinos Alimentados con Raciones que Incluyen Tagasaste (Chamaecytisus proliferus subsp. palmensis) en Reemplazo de Heno de Alfalfa
Publicación original: ISSN 0365-2807 – Reproducción autorizada por: |
(I. Consumo y
Variaciones de Peso Vivo)
ABSTRACT: The objective of this
experiment was to evaluate intake and live weight (LW) variations
of young rams of one year of age average, fed with tagasaste
(Chamaecytisus proliferus subsp.
palmensis) and alfalfa. Young Suffolk Down rams with an
initial LW of 38 kg were fed with increasing quantities of
tagasaste soiling – 0, 30, 60 y 90% – as a replacement for
alfalfa (Medicago sativa L.), hay which originated four
treatments. The total intake of DM was 1,880; 1,745;
1,374; and 1,033 g DM animal-1 d-1 in the
four treatments, respectively; the LW gains were lower as
tagasaste was incorporated into the rations (354, 270, 120 and
134 g animal-1 d-1 in the whole
experimental period). The animals fed with rations that included
tagasaste increased its consumption as the experiment advanced,
with the consequent increment in the daily LW gains in the
treatments with 60 and 90% tagasaste.
Key words: young rams, intake, ration efficiency,
Medicago sativa L.
RESUMEN: El experimento tuvo como objetivo
evaluar el consumo y variaciones de peso vivo (PV) de carnerillos
de un año de edad promedio, alimentados con tagasaste
(Chamaecytisus proliferus subsp.
palmensis) y heno de alfalfa. Se utilizaron carnerillos
Suffolk Down, con un PV promedio inicial de 38 kg, los que fueron
alimentados con cantidades crecientes de soiling de tagasaste –
0, 30, 60 y 90% – en reemplazo de heno de alfalfa (Medicago
sativa L.), lo que originó cuatro tratamientos. El
consumo total de MS fue de 1.880; 1.745; 1.374; y 1.033 g MS
animal-1 d-1 en los cuatro tratamientos,
respectivamente; las ganancias de PV fueron menores a medida que
se incorporó tagasaste en las raciones (354; 270; 120; y
134 g animal-1 d-1 en todo el
período experimental). Los animales
alimentados con raciones que incluyeron tagasaste aumentaron el
consumo de éste a medida que avanzaba el experimento, con
el consiguiente incremento en las ganancias diarias de PV en los
tratamientos con 60 y 90% de tagasaste.
Palabras clave: carnerillos, consumo, eficiencia de las
raciones, Medicago sativa L.
INTRODUCCIÓN
En zonas mediterráneas la producción pecuaria está basada en
el forraje producido por la pradera natural anual, cuyo
crecimiento es nulo en el período verano – comienzos de
otoño, debido a la falta de humedad del suelo. Los
requerimientos de los animales en este período son
cubiertos por pasto maduro de las praderas naturales, rezagado en
el potrero para ser usado en pastoreo ("heno en pie"), por
rastrojos de cereales y leguminosas, y ramoneo de espino
(Acacia caven). Esta disponibilidad no es
suficiente para lograr una buena productividad
animal, pues se deben tener reservas para cinco o más
meses, situación que se agrava cuando el inicio de las
precipitaciones es tardío en otoño (Ovalle et al.,
1993).
Por lo anterior, se necesitan especies que subsistan a
las condiciones de sequía estival, y que puedan ser
utilizadas como forraje verde en este período
crítico, que puedan integrarse a sistemas
silvopastorales, y que además aporten sombra y fijen
nitrógeno. Se realizó un programa de
investigación, búsqueda y selección
de arbustos y árboles
forrajeros que cumplan este objetivo, siendo tagasaste
(Chamaecytisus proliferus subsp.
palmensis) la especie que mejor respondió a estos
requerimientos (Ovalle et al., 1993).
El tagasaste ha sido incorporado con excelentes
resultados en sistemas de
producción animal en algunas zonas de Australia, Nueva
Zelanda y otros países (Radcliffe, 1985; Snook, 1986;
Ovalle et al., 1993).
La planta es capaz de producir grandes cantidades de
fitomasa aérea consumible, sobre todo en áreas
donde otras especies forrajeras presentan serias limitaciones;
así es como Ovalle et al. (1996) obtuvieron producciones
de 4.275 kg MS ha-1 en plantaciones de cinco años en la
zona de Cauquenes, y 6.275 kg MS ha-1 en la zona de Lebú.
Las hojas permanecen en la planta por largos períodos de
tiempo
pudiendo utilizarse como alimento de reserva (Borens,
1986).
En relación a ganancias de peso vivo (PV), en
corderos consumiendo tagasaste, se han informado incrementos
entre 81 a 95 g animal-1 d-1. Los mismos
animales al consumir Bromus catharticus y alfalfa
(Medicago sativa L.) obtuvieron una ganancia de 151 y 265
g animal-1 d-1, respectivamente (Borens,
1986). Otros antecedentes reportados por Moate (1989), indican
que ovejas consumiendo 580 g MS animal-1
d-1 de tagasaste, durante dos semanas, ganaron 95 g
animal-1 d-1 .
En el presente artículo se informa sobre el
consumo y las variaciones de PV de ovinos alimentados con dietas
que incluyen cantidades crecientes de soiling de tagasaste en
reemplazo de heno de alfalfa a la forma de pellet.
MATERIALES Y MÉTODOS
El estudio se desarrolló en el fundo "El Boldo"
(35º58´ lat. Sur; 72º47´ long. Oeste), del
Centro Experimental Cauquenes perteneciente al Instituto de
Investigaciones Agropecuarias (INIA), entre junio
y agosto de 1995.
Se utilizaron 24 carnerillos de raza Suffolk Down, con
PV inicial entre 37 a 40,9 kg, y edad promedio aproximada de un
año. La alimentación fue heno
de alfalfa peletizado y tagasaste fresco, obtenido de
plantaciones de tres años, con una altura promedio de 1,8
m y rezagado del año anterior. Se cortaron ramas
día por medio; en el galpón de alimentación
se preparó el material, ofreciendo a los animales los
tallos de tagasaste con todas sus hojas, picado con tijera
podadora a un tamaño aproximado de 5 cm de largo y con un
diámetro no superior a 0,5 cm.
Las determinaciones de nutrientes se realizaron en el
Laboratorio de
Nutrición
Animal del INIA, Centro Regional de Investigaciones Quilamapu,
Chillán; para la proteína se uso el método de
Micro-Kjeldahl (AOAC, 1970); para la fibra detergente
ácido (FDA) y la lignina, se hizo el análisis por el método de Van Soest
(Van Soest, 1963). La energía metabolizable (EM) se
calculó según fórmula de predicción
usada por el laboratorio mencionado (Jahn, E., 1995. Instituto de
Investigaciones Agropecuarias, Centro Regional de
Investigación Quilamapu, Chillán, Chile. Comunicación personal). El
contenido de cenizas se determinó por medio de la
calcinación de las muestras en una mufla a 540ºC y
por diferencia con la MS, se cálculo el
contenido de materia
orgánica (MO) de las muestras (AOAC, 1970). Para la MS se
secaron las muestras en un horno con ventilación forzada a
65ºC durante 48 h.
A cada ración se le adicionaron 5 g
animal-1 d-1 de una mezcla mineral
(ANASAL-Standard, ANASAC, Chile), que contenía 10% de P,
15% de Ca y 20% de NaCl. Además, contenía Mg, Cu,
Fe, Zn, I, Mn, K, Co y Se.
Los animales se mantuvieron en galpón de material
ligero (madera y techo
de zinc) y piso de tierra. Dentro
de éste se ubicaron 24 jaulas de 1,4 m de largo y 0,5 m de
ancho para la alimentación individual, los comederos
fueron de dos tipos, uno fijo para el pellet de alfalfa, con una
capacidad aproximada de 12,5 L, y otro móvil, con un
volumen
cercano a 27 L, que se utilizó para ofrecer el tagasaste
picado. El agua se
entregó diariamente en bebederos metálicos
individuales, de una capacidad aproximada de 4 L. La cama de la
jaula consistió en una cubierta de aserrín o
viruta, que se renovaba periódicamente para mantener el
piso lo más seco posible .
Las raciones ofrecidas se pesaron diariamente, y cada 24
h se retiró y pesó el alimento rechazado por los
animales.
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