Producción de carne bovina utilizando tagasaste (Chamaecytisus proliferus subsp. palmensis) y praderas naturales en la provincia de Arauco, Chile
Publicación original: ISSN 0365-2807 – Reproducción autorizada por: |
ABSTRACT : The variation of the
liveweight of calves grazed on Tagasaste (Chamaecytisus
proliferus subsp. palmensis) during fall-winter was
studied for the first time in Chile. Sixteen Holstein x Aberdeen
Angus or Hereford bull calves, 7.5 months old and 197 kg
liveweight, were pastured on 4.6 hectares of 3 year-old tagasaste
planted on natural pasture. The following treatments were studied
during fall-winter season: a) Tagasaste grazing (T), and b)
Tagasaste grazing plus 2 kg of oats calf/day (TA). In the spring
and summer, all yearling steers grazed 6 ha of natural damp
pasture consisting of berry clover (Trifolium fragiferum)
and grass. The evaluation included availability and chemical
composition of forage, variation of liveweight and carcass
weight. The winter liveweight gains of the bull calves grazing on
tagasaste reached 0.38 kg/bull calf/day. This value increased to
0.72 kg/ bull calf/day with the addition of oats. In the animals
grazing spring and summer damp natural pasture, the daily
liveweight gains were 0.9 and 1.1 kg/yearling steer for T and TA,
respectively. The steers finished with 428 and 444 kg of
liveweight at 17 months age and the liveweight production per ha
reached 348.6 and 371.3 kg in T and TA, respectively. The carcass
parameters did not differ significantly (P>0.05),
however, the difference in carcass fat was significant at
P<0.1, which is an important economic consideration. It
is concluded that tagasaste is an acceptable resource for autumn
and winter grazing.
Key words: tagasaste, winter grazing, weight
gain, steers.
RESUMEN : El experimento tuvo como objetivo
evaluar las variaciones de peso vivo (PV) de terneros en pastoreo
otoño-invierno de tagasaste (Chamaecytisus
proliferus subsp. palmensis), establecido sobre
pradera natural, y estudiar el efecto al suplementar estos
forrajes con avena grano. Se usaron 16 terneros enteros mestizos
Holandés Europeo x Aberdeen Angus o Hereford, de 7,5 meses
de edad y 197 kg de PV, los que pastorearon en 4,6 ha de
tagasaste de 3 años de edad, plantados sobre pradera
natural. Se estudiaron durante el invierno los tratamientos: a)
Pastoreo de tagasaste (T), y b) Pastoreo de tagasaste más
2 kg diarios de avena grano/animal (TA). En primavera-verano
todos los novillos pastorearon 6 ha de pradera natural de vega de
trébol frutilla (Trifolium fragiferum) y
gramíneas. Se evaluaron la disponibilidad y
composición química del forraje,
variaciones de PV y características de las canales. Los
terneros que pastorearon tagasaste alcanzaron ganancias
invernales diarias de 0,39 kg/animal, valor que
aumentó a 0,72 kg/animal en terneros suplementados con
avena. Las ganancias diarias en praderas naturales de vega
fluctuaron entre 1,1 y 0,9 kg/animal para T y TA, para el ensayo de
primavera-verano, respectivamente. Los animales
finalizaron con 444 y 428 kg PV a los 17 meses de edad, y la
producción anual de PV por hectárea
alcanzó a 349 y 371 kg en los tratamientos T y TA,
respectivamente. Las características de las canales no
difirieron significativamente (P>0,05), sin embargo la
diferencia de la grasa de cobertura fue significativa
(P<0,10), aspecto importante de considerar en la
evaluación económica de los
tratamientos.
Palabras claves: tagasaste, pastoreo invernal,
ganancias de peso, novillos
INTRODUCCIÓN
La producción animal en las zonas
mediterráneas se ve limitada por el bajo crecimiento de
las praderas en el período estival e invernal (Ovalle et
al., 1993). Los requerimientos de los animales en estos
períodos son cubiertos por el escaso forraje de las
praderas y el uso de forrajes conservados, pero esta
última práctica eleva los costos en los
sistemas
ganaderos. Lo anterior ha llevado a buscar especies vegetales que
aporten forraje de calidad en
períodos en que la pradera natural detiene su desarrollo,
que contribuyan a controlar la erosión de
los suelos del
sector, y en lo posible que sean capaces de fijar N para mejorar
las características nutricionales de los
suelos.
En este contexto, el tagasaste (Chamaecytisus
proliferus subsp. palmensis) surge como una
alternativa interesante. Es un arbusto forrajero de la subfamilia
Papilionáceas, leguminosas, originario de las Islas
Canarias, que crece en áreas donde la pluviometría
anual es de 500 a 700 mm, con 4 a 5 meses de sequía en
verano, similares a las áreas de secano de las regiones
VII y VIII del país (Ovalle et al., 1992). El tagasaste es
una planta perenne que vive normalmente entre 20 y 30
años. Puede alcanzar 5 m de altura si no es talado o
pastoreado, se desarrolla mejor en suelos con buen drenaje, de
pH 5 a 7, e
incluso en arenas. Posee raíces profundas que facilitan su
establecimiento y sobrevivencia en suelos degradados. Contribuye
al mejoramiento de la fertilidad del suelo a
través de la fijación de N, y es una herramienta de
conservación de suelos en zonas con fuertes pendientes
(Ovalle et al., 1996). Tiene un buen comportamiento
productivo con aportes de hasta 6.275 kg MS ha-1 en árboles
de 5 años plantados a 4 x 1 m, es decir, 2.500
árboles ha-1 (Ovalle et al., 1996); posee una buena
calidad de sus componentes: hojas y tallos consumibles menores a
7 mm (Mathew, 1989, Moate, 1989; McGowan y Mathews,
1994).
Tanto en las Islas Canarias como en Australia y Nueva
Zelandia es utilizado en pastoreo para satisfacer las necesidades
de forraje en los períodos críticos de fines de
verano e invierno, cuando el crecimiento de la pradera se ve
limitado. En bovinos produce las mayores ganancias de peso vivo
(PV) entre los períodos de invierno y primavera. En verano
y otoño, los animales tienden a mantener su PV, lo que se
atribuye a una disminución en el contenido de
proteína cruda y energía metabolizable de la planta
(Snook, 1982; Tudor et al., 1997), y a un posible aumento en las
concentraciones de alcaloides y fenoles que hacen disminuir la
palatabilidad y digestibilidad del forraje (Muzquiz et al.,
1996).
En Australia, a fines del verano, terneros de 250 kg PV
a pastoreo con tagasaste, en plantaciones de alta densidad, sin
estrata herbácea, y suplementados con cebada (Hordeum
vulgare L.) a razón de 1,5% del PV, con una carga de 4
terneros/ha, lograron ganancias cercanas a los 0,52 kg/animal, y
los no suplementados, con una carga de 2 terneros/ha, ganancias
diarias de 0,21 kg/animal (Standing et al., 1994).
En Chile no existen publicaciones relacionadas con
utilización del tagasaste en sistemas de
recría_engorda de bovinos. Por lo tanto, se realizó
el presente estudio con el objetivo de evaluar la
utilización de este arbusto bajo condiciones de pastoreo
en la zona centro sur de Chile.
MATERIALES Y MÉTODOS
El experimento se realizó en la Provincia de
Arauco, VIII Región, sector Quiapo, fundo Ranquil
(37°39’ lat. Sur; 73°39’long. Oeste), 15 km
al norte de Lebu, en suelos de la serie Curanipe, con pH 5,2 a
5,5 (Carrasco et al., 1993). El clima es
mediterráneo perhúmedo con pluviometría que
alcanza a 1200 mm anuales, concentrándose entre marzo y
agosto (Di Castri, 1968).
Se utilizaron 16 terneros enteros mestizos Holando
Europeo x Aberdeen Angus o Hereford, destetados a los 7,5 meses
de edad, con un PV promedio de 197,5 kg/animal, los que
ingresaron al ensayo el 25
de abril de 1996. Los animales recién destetados fueron
sometidos a una fase de acostumbramiento al consumo de
tagasaste por 8 días. Para este efecto se mantuvieron
encerrados en corrales con piso de tierra, donde
se les suministró heno de trébol rosado
(Trifolium pratense), tagasaste ad libitum, sales
minerales y
agua. Los
terneros fueron vacunados contra las principales enfermedades de la zona y
desparasitados contra distoma hepático y parásitos
gastrointestinales. La castración de los animales se
efectuó a los 10,5 meses de edad.
El estudio consideró dos etapas: Etapa I:
período otoño – invierno, de recría,
alimentación con tagasaste 25 abril – 8
agosto); y Etapa II: período primavera-verano de engorda
(9 agosto – 3 septiembre), pastorearon praderas naturales de
vega. En la Etapa I, los animales fueron sometidos a dos
tratamientos: 1) Pastoreo de tagasaste (T), y 2) Pastoreo de
tagasaste más suplementación con 2 kg avena grano
entero/ternero/día (TA). Se dispuso de 4,6 ha de tagasaste
de tres años de edad, en lomajes típicos del
sector, plantados sobre praderas naturales, donde predomina la
chépica (Agrostis spp.), especies anuales y
perennes de los géneros Lolium, Holcus, Medicago,
Taraxacum y otros. La distancia de plantación del
tagasaste fue de 4 x 1 m, lo que determinó una densidad de
2.500 árboles/ha. El tagasaste rezagado de la temporada
anterior se manejó en franjas para controlar el pastoreo
de los arbustos.
Se evaluó la disponibilidad de materia seca
(MS), MS consumible desaparecida, y composición
química de los forrajes, muestreando arbustos y pradera
antes del ingreso de los terneros a cada franja, y después
del pastoreo de las mismas. Se utilizó una submuestra para
determinar el material consumible por árbol y por
hectárea, es decir, hojas y tallos tiernos menores a 7 mm
de diámetro.
Los animales de ambos tratamientos invernales
pastorearon juntos la plantación de tagasaste, disponiendo
en el potrero de bebederos y sales minerales, siendo cambiados a
una nueva franja cuando se determinaba visualmente una notable
baja de disponibilidad de forraje aportado por el tagasaste; es
decir cuando el arbusto estaba prácticamente desfoliado y
los animales habían consumido hasta las ramillas de
pequeño diámetro. El tagasaste se manejó con
cerco eléctrico, proporcionando franjas de 0,27 ha
promedio y los días de pastoreo fluctuaron entre 11 y 18
días por franja, desde el inicio del ensayo hasta el 6 de
junio, para posteriormente disminuir a 6 – 9 días, entre
junio y agosto. En cada cambio de
franja se controlaba el PV de los terneros, previo destare de 14
a 15 horas. Los terneros del tratamiento TA se separaban
diariamente en la mañana en corrales con comederos
techados, de los terneros del tratamiento T, para suplementar la
avena grano; posteriormente continuaban pastoreando con los
animales no suplementados.
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