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Producción de carne bovina utilizando tagasaste (Chamaecytisus proliferus subsp. palmensis) y praderas naturales en la provincia de Arauco, Chile


Partes: 1, 2

    Publicación original:
    Agric. Téc.. [online]. abr. 2001, vol.61,
    no.2 [citado 03 Noviembre 2006], p.151-161.
    Disponible en la World Wide
    Web:
    <>.

    ISSN 0365-2807 – Reproducción autorizada por:
    Revista Agricultura Técnica,

    ABSTRACT : The variation of the
    liveweight of calves grazed on Tagasaste (Chamaecytisus
    proliferus
    subsp. palmensis) during fall-winter was
    studied for the first time in Chile. Sixteen Holstein x Aberdeen
    Angus or Hereford bull calves, 7.5 months old and 197 kg
    liveweight, were pastured on 4.6 hectares of 3 year-old tagasaste
    planted on natural pasture. The following treatments were studied
    during fall-winter season: a) Tagasaste grazing (T), and b)
    Tagasaste grazing plus 2 kg of oats calf/day (TA). In the spring
    and summer, all yearling steers grazed 6 ha of natural damp
    pasture consisting of berry clover (Trifolium fragiferum)
    and grass. The evaluation included availability and chemical
    composition of forage, variation of liveweight and carcass
    weight. The winter liveweight gains of the bull calves grazing on
    tagasaste reached 0.38 kg/bull calf/day. This value increased to
    0.72 kg/ bull calf/day with the addition of oats. In the animals
    grazing spring and summer damp natural pasture, the daily
    liveweight gains were 0.9 and 1.1 kg/yearling steer for T and TA,
    respectively. The steers finished with 428 and 444 kg of
    liveweight at 17 months age and the liveweight production per ha
    reached 348.6 and 371.3 kg in T and TA, respectively. The carcass
    parameters did not differ significantly (P>0.05),
    however, the difference in carcass fat was significant at
    P<0.1, which is an important economic consideration. It
    is concluded that tagasaste is an acceptable resource for autumn
    and winter grazing.

    Key words: tagasaste, winter grazing, weight
    gain, steers.

    RESUMEN : El experimento tuvo como objetivo
    evaluar las variaciones de peso vivo (PV) de terneros en pastoreo
    otoño-invierno de tagasaste (Chamaecytisus
    proliferus
    subsp. palmensis), establecido sobre
    pradera natural, y estudiar el efecto al suplementar estos
    forrajes con avena grano. Se usaron 16 terneros enteros mestizos
    Holandés Europeo x Aberdeen Angus o Hereford, de 7,5 meses
    de edad y 197 kg de PV, los que pastorearon en 4,6 ha de
    tagasaste de 3 años de edad, plantados sobre pradera
    natural. Se estudiaron durante el invierno los tratamientos: a)
    Pastoreo de tagasaste (T), y b) Pastoreo de tagasaste más
    2 kg diarios de avena grano/animal (TA). En primavera-verano
    todos los novillos pastorearon 6 ha de pradera natural de vega de
    trébol frutilla (Trifolium fragiferum) y
    gramíneas. Se evaluaron la disponibilidad y
    composición química del forraje,
    variaciones de PV y características de las canales. Los
    terneros que pastorearon tagasaste alcanzaron ganancias
    invernales diarias de 0,39 kg/animal, valor que
    aumentó a 0,72 kg/animal en terneros suplementados con
    avena. Las ganancias diarias en praderas naturales de vega
    fluctuaron entre 1,1 y 0,9 kg/animal para T y TA, para el ensayo de
    primavera-verano, respectivamente. Los animales
    finalizaron con 444 y 428 kg PV a los 17 meses de edad, y la
    producción anual de PV por hectárea
    alcanzó a 349 y 371 kg en los tratamientos T y TA,
    respectivamente. Las características de las canales no
    difirieron significativamente (P>0,05), sin embargo la
    diferencia de la grasa de cobertura fue significativa
    (P<0,10), aspecto importante de considerar en la
    evaluación económica de los
    tratamientos.

    Palabras claves: tagasaste, pastoreo invernal,
    ganancias de peso, novillos

    INTRODUCCIÓN

    La producción animal en las zonas
    mediterráneas se ve limitada por el bajo crecimiento de
    las praderas en el período estival e invernal (Ovalle et
    al., 1993). Los requerimientos de los animales en estos
    períodos son cubiertos por el escaso forraje de las
    praderas y el uso de forrajes conservados, pero esta
    última práctica eleva los costos en los
    sistemas
    ganaderos. Lo anterior ha llevado a buscar especies vegetales que
    aporten forraje de calidad en
    períodos en que la pradera natural detiene su desarrollo,
    que contribuyan a controlar la erosión de
    los suelos del
    sector, y en lo posible que sean capaces de fijar N para mejorar
    las características nutricionales de los
    suelos.

    En este contexto, el tagasaste (Chamaecytisus
    proliferus
    subsp. palmensis) surge como una
    alternativa interesante. Es un arbusto forrajero de la subfamilia
    Papilionáceas, leguminosas, originario de las Islas
    Canarias, que crece en áreas donde la pluviometría
    anual es de 500 a 700 mm, con 4 a 5 meses de sequía en
    verano, similares a las áreas de secano de las regiones
    VII y VIII del país (Ovalle et al., 1992). El tagasaste es
    una planta perenne que vive normalmente entre 20 y 30
    años. Puede alcanzar 5 m de altura si no es talado o
    pastoreado, se desarrolla mejor en suelos con buen drenaje, de
    pH 5 a 7, e
    incluso en arenas. Posee raíces profundas que facilitan su
    establecimiento y sobrevivencia en suelos degradados. Contribuye
    al mejoramiento de la fertilidad del suelo a
    través de la fijación de N, y es una herramienta de
    conservación de suelos en zonas con fuertes pendientes
    (Ovalle et al., 1996). Tiene un buen comportamiento
    productivo con aportes de hasta 6.275 kg MS ha-1 en árboles
    de 5 años plantados a 4 x 1 m, es decir, 2.500
    árboles ha-1 (Ovalle et al., 1996); posee una buena
    calidad de sus componentes: hojas y tallos consumibles menores a
    7 mm (Mathew, 1989, Moate, 1989; McGowan y Mathews,
    1994).

    Tanto en las Islas Canarias como en Australia y Nueva
    Zelandia es utilizado en pastoreo para satisfacer las necesidades
    de forraje en los períodos críticos de fines de
    verano e invierno, cuando el crecimiento de la pradera se ve
    limitado. En bovinos produce las mayores ganancias de peso vivo
    (PV) entre los períodos de invierno y primavera. En verano
    y otoño, los animales tienden a mantener su PV, lo que se
    atribuye a una disminución en el contenido de
    proteína cruda y energía metabolizable de la planta
    (Snook, 1982; Tudor et al., 1997), y a un posible aumento en las
    concentraciones de alcaloides y fenoles que hacen disminuir la
    palatabilidad y digestibilidad del forraje (Muzquiz et al.,
    1996).

    En Australia, a fines del verano, terneros de 250 kg PV
    a pastoreo con tagasaste, en plantaciones de alta densidad, sin
    estrata herbácea, y suplementados con cebada (Hordeum
    vulgare L.)
    a razón de 1,5% del PV, con una carga de 4
    terneros/ha, lograron ganancias cercanas a los 0,52 kg/animal, y
    los no suplementados, con una carga de 2 terneros/ha, ganancias
    diarias de 0,21 kg/animal (Standing et al., 1994).

    En Chile no existen publicaciones relacionadas con
    utilización del tagasaste en sistemas de
    recría_engorda de bovinos. Por lo tanto, se realizó
    el presente estudio con el objetivo de evaluar la
    utilización de este arbusto bajo condiciones de pastoreo
    en la zona centro sur de Chile.

    MATERIALES Y MÉTODOS

    El experimento se realizó en la Provincia de
    Arauco, VIII Región, sector Quiapo, fundo Ranquil
    (37°39’ lat. Sur; 73°39’long. Oeste), 15 km
    al norte de Lebu, en suelos de la serie Curanipe, con pH 5,2 a
    5,5 (Carrasco et al., 1993). El clima es
    mediterráneo perhúmedo con pluviometría que
    alcanza a 1200 mm anuales, concentrándose entre marzo y
    agosto (Di Castri, 1968).

    Se utilizaron 16 terneros enteros mestizos Holando
    Europeo x Aberdeen Angus o Hereford, destetados a los 7,5 meses
    de edad, con un PV promedio de 197,5 kg/animal, los que
    ingresaron al ensayo el 25
    de abril de 1996. Los animales recién destetados fueron
    sometidos a una fase de acostumbramiento al consumo de
    tagasaste por 8 días. Para este efecto se mantuvieron
    encerrados en corrales con piso de tierra, donde
    se les suministró heno de trébol rosado
    (Trifolium pratense), tagasaste ad libitum, sales
    minerales y
    agua. Los
    terneros fueron vacunados contra las principales enfermedades de la zona y
    desparasitados contra distoma hepático y parásitos
    gastrointestinales. La castración de los animales se
    efectuó a los 10,5 meses de edad.

    El estudio consideró dos etapas: Etapa I:
    período otoño – invierno, de recría,
    alimentación con tagasaste 25 abril – 8
    agosto); y Etapa II: período primavera-verano de engorda
    (9 agosto – 3 septiembre), pastorearon praderas naturales de
    vega. En la Etapa I, los animales fueron sometidos a dos
    tratamientos: 1) Pastoreo de tagasaste (T), y 2) Pastoreo de
    tagasaste más suplementación con 2 kg avena grano
    entero/ternero/día (TA). Se dispuso de 4,6 ha de tagasaste
    de tres años de edad, en lomajes típicos del
    sector, plantados sobre praderas naturales, donde predomina la
    chépica (Agrostis spp.), especies anuales y
    perennes de los géneros Lolium, Holcus, Medicago,
    Taraxacum
    y otros. La distancia de plantación del
    tagasaste fue de 4 x 1 m, lo que determinó una densidad de
    2.500 árboles/ha. El tagasaste rezagado de la temporada
    anterior se manejó en franjas para controlar el pastoreo
    de los arbustos.

    Se evaluó la disponibilidad de materia seca
    (MS), MS consumible desaparecida, y composición
    química de los forrajes, muestreando arbustos y pradera
    antes del ingreso de los terneros a cada franja, y después
    del pastoreo de las mismas. Se utilizó una submuestra para
    determinar el material consumible por árbol y por
    hectárea, es decir, hojas y tallos tiernos menores a 7 mm
    de diámetro.

    Los animales de ambos tratamientos invernales
    pastorearon juntos la plantación de tagasaste, disponiendo
    en el potrero de bebederos y sales minerales, siendo cambiados a
    una nueva franja cuando se determinaba visualmente una notable
    baja de disponibilidad de forraje aportado por el tagasaste; es
    decir cuando el arbusto estaba prácticamente desfoliado y
    los animales habían consumido hasta las ramillas de
    pequeño diámetro. El tagasaste se manejó con
    cerco eléctrico, proporcionando franjas de 0,27 ha
    promedio y los días de pastoreo fluctuaron entre 11 y 18
    días por franja, desde el inicio del ensayo hasta el 6 de
    junio, para posteriormente disminuir a 6 – 9 días, entre
    junio y agosto. En cada cambio de
    franja se controlaba el PV de los terneros, previo destare de 14
    a 15 horas. Los terneros del tratamiento TA se separaban
    diariamente en la mañana en corrales con comederos
    techados, de los terneros del tratamiento T, para suplementar la
    avena grano; posteriormente continuaban pastoreando con los
    animales no suplementados.

    Partes: 1, 2

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