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Resultados del primer programa para la reducción del tabaquismo en los trabajadores del ayuntamiento de Salamanca, España (página 2)



Partes: 1, 2

 

 SUJETOS Y
MÉTODOS

El programa se
diseñó para ser realizado en dos fases. La primera
consistió en la realización de una encuesta
mediante un formulario autoadministrable entre los 1.160
trabajadores del Ayuntamiento de Salamanca, en la que
además de recoger los principales datos personales
se interrogaba a los trabajadores acerca de su hábito
tabáquico (fumar o no, número de cigarrillos,
deseos de abandono del hábito, demanda de
ayuda para dejar de fumar…). Los principales items de la misma
se recogen en el anexo 1.

En la segunda fase se ofertó a los trabajadores
que deseasen dejar de fumar un programa de tratamiento
especializado del tabaquismo. Para
la oferta y
presentación del programa a los trabajadores se
contó con el Comité de Empresa y con la
Concejalía de Salud
Pública del Ayuntamiento de Salamanca. El programa
consistió en un diagnóstico preciso de las
características de cada fumador (nivel de consumo, nivel
de dependencia mediante el test de
Fagerstrom10, nivel de motivación
para dejar de fumar,…)11 seguido de tratamiento
mediante apoyo psicológico individualizado de corte
conductual con entrega de material escrito, tratamiento
farmacológico con terapia sustitutiva con nicotina (TSN)
en los casos en que estuviese indicado según las
recomendaciones de la Sociedad
Española de Neumología y Cirugía
Torácica (SEPAR)12 y seguimiento a los 15, 30 y
90 días, así como a demanda si el trabajador lo
estimaba oportuno. Al año se realizó un nuevo
control para
verificar la abstinencia y por tanto el éxito
del programa.

En el anexo 2 se exponen las actividades que se
desarrollaron en cada una de las visitas. Las consultas se
realizaron en dependencias municipales, adaptando el horario de
las mismas a la jornada laboral de las
distintas categorías profesionales, con el apoyo
administrativo de la Concejalía de Salud Pública, que
realizaba las citaciones.

Como indicador de éxito en cada una de las
revisiones se consideró la abstinencia puntual, confirmada
mediante cooximetría, tomando como punto de corte 10 ppm
de CO en aire
espirado13. Al final del periodo de tratamiento (3
meses) se evaluó además la satisfacción de
los trabajadores con el programa, mediante una escala de 0 a 3.
Para valorar los resultados del programa al año de
tratamiento, se contactó telefónicamente con los
funcionarios abstinentes a los 90 días y se les
citó para realizar una cooximetría. Los datos
fueron recogidos en una hoja de
cálculo Excel,
codificados y analizados mediante el paquete estadístico
SPSS 6.0 para Windows,
utilizándose la prueba de Chi Cuadrado para comparar los
resultados entre sexos.

RESULTADOS

Respondieron a la encuesta el 33,1% de los trabajadores
(n=384), de los que 135 (35,6%) eran fumadores. La gran
mayoría de éstos fumaba más de 11
cigarrillos al día y más de la mitad lo
hacían en el medio laboral. Casi el 80% de los fumadores
deseaban dejar de fumar y al 80,5% de ellos les gustaría
recibir ayuda especializada para conseguirlo. En la tabla 1 se
exponen los principales resultados de la
encuesta. 

Decidieron iniciar el tratamiento de
deshabituación tabáquica 73 trabajadores
municipales, 53 varones y 20 mujeres, con una edad media de
41,40±6,8 años (37,95±4,2 años las
mujeres y 42,79±6,7 años los varones). Los
trabajadores que iniciaron el programa consumían
diariamente una media de 23±6,8 mg de nicotina,
17,3±5,3 las mujeres y 26,2±7,1 los varones. El
nivel medio de dependencia nicotínica medido mediante el
test de Fagerström fue de 4,38±2 (3,3±1,6 las
mujeres y 4,8±2,1 los varones). El nivel medio de CO en
aire espirado fue de 21 ppm, 24 ppm en varones y 16 ppm en
mujeres. El 65% de las mujeres y el 68% de los varones
habían hecho al menos un intento para abandonar el
tabaco

A los 15 días de iniciado el programa no fumaban
53 (72,6%) de los 73 trabajadores que lo iniciaron, 15 mujeres
(75%) y 38 varones (71,7%). A los 30 días no fumaban 47
(64,38%), 34 varones (64,15%) y 13 mujeres (65%). A los 3 meses
no fumaban 43 (58,9%), 31 varones (58,49%) y 12
mujeres (60%). Al año no fumaban 30 (41,09%), 22
varones (41,5%) y 8 mujeres (40%). No se encontraron diferencias
estadísticamente significativas entre los sexos
(p>0,05). En las figuras 2 y 3 se exponen gráficamente
los porcentajes de fumadores abstinentes en cada una de las
revisiones. 

Los valores
medios de CO
en los no fumadores fueron de 5 ppm a los 30 días (n=53),
4 ppm a los 90 días (n=43) y de 5 ppm al año
(n=30). En el grupo de
trabajadores que continuaban fumando y acudieron a los
respectivos controles, el consumo medio de cigarrillos fue de 12
a los 30 días, y 17 a los 90 días. El nivel medio
de CO en estos trabajadores fue de 16 ppm a los 30 días y
de 22 ppm a los 90 días.

Al finalizar los 3 meses del periodo de tratamiento la
satisfacción con el programa de quienes acudieron a todas
las revisiones, medida en una escala de 0 a 3 fue de una media de
2,90 en los trabajadores que no fumaban y de 1 en los
trabajadores que habían vuelto a fumar.

Para poder
determinar el éxito del programa al año de iniciado
el tratamiento se citó telefónicamente para una
entrevista y
una determinación de cooximetría a los 43
trabajadores que a los 90 días estaban abstinentes,
acudiendo a la citación 37 de ellos, de los que 30 no
fumaban (se declaraban abstinentes y presentaban niveles de CO en
aire espirado menores de 10 ppm). El nivel medio de CO en estos
trabajadores fue de 6 ppm.

DISCUSIÓN

Según la encuesta previa que se realizó
entre los trabajadores del Ayuntamiento de Salamanca, el
porcentaje de trabajadores que eran fumadores es similar al
observado en la población general en la última
Encuesta Nacional de Salud de 199714. Es posible que
el sesgo de selección
producido al no poder contar con la opinión de toda la
población de funcionarios municipales, sino
únicamente con la de los que voluntariamente contestaron
la encuesta, pueda enmascarar una mayor prevalencia de fumadores
en nuestro estudio. Sin embargo, lo que más llama la
atención es que la gran mayoría de
los fumadores (casi el 80%) deseaban dejar de fumar y recibir
ayuda especializada para conseguirlo, circunstancia ésta
muy favorable, pues aunque finalmente muchos de los que
declaraban que deseaban dejar de fumar no se incorporaron al
programa de tratamiento, son fumadores disonantes que
posiblemente se incorporarán a alguna de las sucesivas
fases del programa en los próximos años si se les
facilita la información suficiente y los medios
terapéuticos necesarios para que progresen a lo largo de
las sucesivas fases del proceso de
abandono del tabaco.

La prevención y tratamiento del tabaquismo en las
empresas o
instituciones
públicas ha demostrado ser útil y rentable para la
propia empresa o institución. Los costes laborales medios
generados por los trabajadores fumadores son superiores a los
producidos por los no fumadores. El incremento de los costes de
productividad
se produce fundamentalmente por el mayor número de
accidentes, la
pérdida de concentración y el absentismo laboral,
todos ellos mayores entre trabajadores fumadores que entre los no
fumadores. Ello ha movido a diversas empresas a ofrecer programas de
cesación tabáquica a sus empleados. En 1979 menos
del 15% de las empresas de Estados Unidos
ofertaban este tipo de programas a sus empleados15 y
este porcentaje se ha incrementado en los últimos
años, siendo del 36% en 199016. Recientemente
Nielsen y Fiore6 han publicado los resultados de un
programa de deshabituación tabáquica en el marco
laboral, realizando un análisis coste/beneficio desde la
perspectiva del empleador que permite concluir que,
independientemente de la terapia utilizada, siempre se
observó un beneficio neto.

La evaluación
comparada de este tipo de programas resulta difícil debido
a la gran variabilidad de situaciones y a las diferentes
metodologías empleadas, pero parece indudable que estos
programas resultan rentables y que permiten obtener una
disminución de la prevalencia del tabaquismo entre los
trabajadores17. La iniciativa por parte de las
empresas o instituciones puede deberse a distintas motivaciones,
desde las estrictamente económicas (mejorar el rendimiento
o disminuir el absentismo), como las legales (garantizar espacios
sin humo para cumplir las normativas de higiene y
seguridad en el trabajo) o
como respuesta a la demanda de empleados no fumadores o del
propio comité de empresa. En nuestro caso, la iniciativa
partió de la Concejalía de Salud Pública del
Ayuntamiento de Salamanca, con el convencimiento de que era un
programa beneficioso para todos los trabajadores y para la propia
institución, así como una obligación
moral, pues
los organismos encargados de velar por la salud de la
población deben ser pioneros y ejemplares en el
cumplimiento de la legislación oficial antitabaco,
objetivo final
a largo plazo de este programa.

El programa fue presentado en primer lugar al
comité de empresa del Ayuntamiento, que colaboró en
la difusión del mismo entre los trabajadores, hecho que ha
podido ser determinante en la gran acogida que ha tenido el
programa por parte de los trabajadores. Es muy posible que el
contemplar este aspecto en el desarrollo e
implantación de este tipo de programas pueda contribuir a
mejorar la percepción
y aceptación del mismo por los trabajadores y contribuir
así a mejorar al menos los resultados de
participación.

Las restricciones al consumo de tabaco en el lugar de
trabajo
también se asocian a mayores tasas de abandono, menores
tasas de recaídas en los fumadores que lo han abandonado y
mayor reducción del consumo por los que continúan
fumando18. Las medidas legislativas relacionadas con
la prohibición de venta y consumo
en el lugar de trabajo disminuyen el consumo un 10%19.
Sin embargo, no pueden implantarse bruscamente medidas
restrictivas sin esperar conflictos
cuando un elevado porcentaje de los sujetos de la
población diana no comparte la decisión. Si primero
se reducen los porcentajes de fumadores y después
progresivamente se introducen medidas restrictivas, éstas
contarán con mayor apoyo y surtirán los efectos
buscados. En la figura 4 se expone gráficamente nuestra
propuesta de intervención sobre tabaquismo en las
instituciones oficiales y empresas para lograr el objetivo final
de espacios libres de humo. 

Se eligió la abstinencia puntual como marcador de
éxito por considerar que se adapta mejor que la
abstinencia mantenida a la realidad de la deshabituación
tabáquica, jalonada en muchos casos de deslices durante
las primeras semanas. En nuestro programa la tasa de éxito
al año de tratamiento fue del 41%, porcentaje superior a
la mayoría de estudios de deshabituación
tabáquica realizados con TSN20-26. Aunque no
siempre es posible comparar estudios entre sí por la
diferente metodología empleada, creemos que los
excelentes resultados de nuestro programa se pueden deber a
factores como la buena acogida general del programa con el
consiguiente "corporativismo" y competitividad
que se genera entre quienes siguen el programa o al diseño
del mismo, que contemplaba aspectos como la flexibilidad de
horario, tratamiento individualizado y seguimiento
estrecho.

A pesar de las evidentes limitaciones
metodológicas que presenta este estudio, como son el
posible sesgo de selección debido a la inclusión de
los trabajadores fumadores más motivados para abandonar el
tabaco, o el hecho de no disponer de un grupo control que
permitiera atribuir los resultados obtenidos a la
intervención realizada, el programa ha presentado un
porcentaje de éxito al año superior al 40%. Sin
duda, la puesta en marcha en años sucesivos de las nuevas
fases del programa reducirán más aún el
porcentaje de trabajadores fumadores y facilitarán la
implantación de marcos legislativos más
restrictivos, acordes con los imperantes en los países
más avanzados.

Salvo excepciones27, la mayoría de las
empresas y organismos oficiales todavía no han asumido con
decisión la lucha contra el hábito tabáquico
de sus trabajadores y la defensa de los derechos de quienes no
desean verse expuestos al humo ambiental del tabaco. En este
aspecto existen claras diferencias entre Estados Unidos y los
países europeos, condicionadas sin duda por un lado porque
quien paga los costes de la asistencia sanitaria de los
trabajadores en el caso de Estados Unidos son las propias
empresas y en el caso europeo los sistemas
públicos y, por otra parte, por la diferente jurisprudencia
respecto a las demandas interpuestas por los fumadores pasivos en
el medio laboral. Sin embargo, en el caso europeo y especialmente
en España,
al menos las instituciones oficiales deberían ser pioneras
en el cumplimiento de la legislación antitabaco y en la
protección de los trabajadores, actuando como empresas
ejemplares al respecto. La valoración positiva de estos
programas por parte de los responsables políticos de Salud
Pública en las instituciones y su concienciación
adquieren especial importancia, como ha sucedido en el
Ayuntamiento de Salamanca que, en base a sus esfuerzos para
reducir la prevalencia del tabaquismo y para lograr el
cumplimiento efectivo de la legislación antitabaco,
actualmente es uno de los pioneros a nivel nacional en materia de
control del tabaquismo28.

La consecución de espacios e instituciones sin
humo redundará en una mayor calidad de
vida de toda la población. En conclusión,
más allá de los resultados concretos de este
estudio, los programas destinados a la información,
prevención y tratamiento del tabaquismo en el medio
laboral son bien acogidos por los trabajadores y constituyen una
herramienta útil para la consecución en el futuro
de nuevos espacios libres de humo.

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28. García Cirac J. Las administraciones
públicas y la prevención del tabaquismo. Prev Tab
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Miguel Barrueco Ferrero (1,2) Miguel Ángel
Hernández-Mezquita (1,3), Antonio Calvo Sánchez
(4), María José García Cirac (4), Montserrat
Rodríguez Calderón (4), Miguel Torrecilla
García (1,3), Mar González Bustos (1) y Carlos
Jiménez Ruiz (5).

(1) Asociación para la Prevención y Control del
Tabaquismo en Castilla-León.
(2) Hospital Universitario de Salamanca.
(3) Centro de Salud San Juan, Salamanca.
(4) Concejalía de Salud Pública del Ayuntamiento de
Salamanca.
(5) Unidad de Tabaquismo, Hospital de la Princesa, Madrid.
Correspondencia: Miguel Barrueco Ferrero. Servicio de
Neumología. Hospital Universitario de Salamanca. Paseo de
San Vicente 58-182. 37007 Salamanca.

Partes: 1, 2
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