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Uso de basuco en un barrio de Cali. El informante idóneo (página 2)



Partes: 1, 2

 

METODOLOGÍA

Este estudio preliminar con el II, se llevó a
cabo en un área definida de un barrio de estrato
socioeconómico bajo de Cali, a principios del
año 1991. El II para los países en desarrollo de
definió2 como una persona
que:

  • Ocupa una posición de respeto y
    confianza dentro de la comunidad.
  • Ha vivido dentro del área de estudio no menos
    de 4 años.
  • Tiene trabajo o ha
    tenido otras labores que lo han puesto en contacto permanente,
    bien sea con muchos miembros de una comunidad definida (p.e.,
    barrio), o con grupos de la
    comunidad, (p.e., niños, mujeres, trabajadores,
    otros).
  • Es competente y desea cooperar.

Una persona con estas características tiene
acceso potencial a muchos informes sobre
aspectos importantes de la comunidad. El presente estudio se
propone utilizar una metodología para identificar individuos con
problemas de
uso de droga, pues
estas personas no visitan voluntariamente una institución
y por lo general no son identificadas por otro medio. Si esto es
cierto, el método del
II puede llegar a ser una estrategia
útil para reunir información estadística sobre drogadicción en personas y comunidades a
las cuales es difícil llegar con otras técnicas.

Selección del área. Se eligió un
sector específico del área urbana de la ciudad de
Cali con agudos problemas socioeconómicos. El nombre del
área donde se llevó a cabo esta investigación se ha mantenido como
confidencial pues no interesa su seguimiento sino la posibilidad
de demostrar esta metodología en una población dada.

En muchas comunidades pobre de la región andina
donde se procesa el basuco, su disponobilidad es muy grande, se
sigue fácilmente y compromete a muchas personas de la
comunidad que obtienen importantes ganancias de ese proceso. Son
comunidades a las cuales los servicios de
salud tienen
difícil acceso y que no son muy receptivas a las
influencias externas; la única forma para lograr esa
acción
es por medio de funcionarios de salud, voluntarios de la
comunidad que viven en el sector y saben quiénes sufren de
diversos problemas físicos o mentales.

Toda la información se ha conservado como
confidencial, pues el objetivo ha
sido claramente la prevención y el tratamiento
médico a cargo de un equipo del centro de salud que cubre
el área donde se hizo el estudio.

Selección. Se invitó a un grupo de 25
individuos de la comunidad. Todos mostraban algún
vínculo con el centro de salud del área, p.e., el
haber tenido experiencia previa como voluntarios en la comunidad.
Finalmente, se escogieron 16 informantes que mostraron la
más alta motivación
para el trabajo que
se debería realizar.

Programa de entrenamiento. El
programa de
entrenamiento incluyó información básica muy
sencilla sobre salud, así como algunos síndromes
clínicos psiquiáticos comunes (depresión,
ansiedad, epilepsia, alcoholismo y
abuso de otras drogas). Los
II en grupos de 8, participaron en sesiones de 2 horas de
entrenamiento una vez a la semana, durante 12 semanas.

El programa incluyó una sesión inicial
donde se informaron los objetivos del
programa de entrenamiento para ingresar el equipo de
participantes, y determinar la
motivación y el interés
por el entrenamiento, así como la duración del
curso, los temas, etc. La segunda sesión se dedicó
a afianzar en los informantes las nociones que tienen acerca de
salud en general, las condiciones necesarias para obtener y
conservar buena salud, y un conocimiento
preliminar acerca de salud mental. La
tercera sesión incluyó los principios de la entrevista,
una visita a un hogar y una descripción de las experiencias en las
áreas de salud y trabajo
social.

Las sesiones siguientes incluyeron la discusión
de los síndromes psiquiátricos más comunes
encontrados en la comunidad. Durante estas sesiones el trabajo
fue intenso y se discutió acerca del conocimiento que cada
II tenía sobre estos síndromes. Para identificar
claramente los síntomas de cada síndrome fueron
entrenados utilizando un cuestionario
(Anexo 1).

Para cada síndrome se les pidió describir
lo que había observado acerca del comportamiento
o características de estos individuos y se hizo una lista
resumen en el tablero. Con esta información se dieron
explicaciones adicionales sobre cada punto. Una vez que el
síndrome fue claro para el grupo se hicieron algunas
recomendaciones básicas, de tal manera que el informante
podía dar una primera aproximación del manejo al
paciente y su familia y, de ser
necesario, referirlo al centro de salud u hospital.

Mezclados entre los síndromes médicos y
psiquiátricos estuvieron los temas sobre abuso de drogas.
Es importante subrayar que la razón de incluir
entrenamiento sobre este punto entre los temas médicos y
psiquiátricos fue para restar énfasis a los
aspectos de abuso de drogas, y de esta manera disminuir la
resistencia de la
comunidad hacia posibles elementos que estuvieran más
interesados en el uso de drogas que los problemas
mentales.

Se utilizó para este propósito la serie
Paltex 1 editada por la Fundación Panamericana para
la
Educación en Salud en
Washington3.

Todo el proceso, desde la identificación del II
hasta la sección de la muestra y
corroboración de casos, tomó 12 meses, desde
comienzos de 1991 hasta febrero de 1992.

Corroboración. Como la evaluación
de la habilidad del II para identificar individuos en la
comunidad fue motivo de preocupación, el SRQ (cuestionario
estandarizado que se emplea en atención primaria en salud mental) se
incluyó para propósito de
corroboración4.

RESULTADOS

El Cuadro 1 muestra los datos
sociodemográficos de los 16 II; la edad promedio fue 41
años; casi todos católicos, 12 (75%) y apenas 4
(25%) protestantes; su educación promedios
era escuela primaria.
Todos habían vivido más de 10 años en la
comunidad y el promedio de familias que conocían era 60.
Esta información claramente indica el
conocimiento que los informantes tenía de sus
comunidades. Es importantes agregar que estas personas trabajan
como voluntarios de la comunidad en diferentes actividades
sociales y de salud.

Cuadro 1.
Datos sociodemográficos de los 16 II. Cali,
1991

 Educación

%

Primaria incompleta

4

25.0

Primaria completa

5

31.2

Bachillerato incompleto

4

25.0

Bachillerato completo

1

6.3

Ninguno

2

12.5

Total

16

100.0

Tiempo de residencia en el
área

Menos de 10 años

0

0.0

Entre 10 y 15 años

7

43.7

Más de 16 años

9

56.3

Nº promedio de familias conocidas en su
área

60

El Cuadro 2 muestra la distribución de los casos según los
datos obtenidos por los informantes. Como es evidente, hay una
gran diferencia en el número de casos que cada uno de los
16 II identificó. Esta diferencia radica en su
interés y motivación por su trabajo con la comunidad,
y no en otros factores. Para el grupo que tuvo a su cargo la
selección del personal, fue
evidente desde el principio que, como en todos los grupos que
inician una capacitación, hay personas más
interesadas en el tema que otras; quienes mostraron más
interés desde un comienzo tenían un mayor
cubrimiento de las zonas asignadas, conocían más a
fondo sus comunidades e identificaron un mayor número de
casos en esa comunidad.

Cuadro 2 .
Distribución de los casos según informe del II.
Cali, 1991

II

Usuarios de droga

1

8

2

16

3

10

4

3

5

18

6

0

7

1

8

3

9

17

10

8

11

9

12

0

13

2

14

0

15

3

16

0

Total

98

El Cuadro 3 muestra los datos sociodemográficos
de quienes usaban drogas. Los 98 usuarios que no habían
sido identificados por ningún otro sistema de Salud
lo fueron por los II. Hubo buena proporción de hombres; su
promedio de edad fue 32 años y casi todos eran solteros o
vivían en unión libre. Con respecto de oficio, 20%
eran trabajadores de la construcción, 27% conocidos como personas
con problemas serios que los enfrentaban a su comunidad y a la
ley, 9.2%
empleados marginales y 4% eran pordioseros.

Cuadro 3.
Datos Sociodemográficos de los Usuarios de Droga. Cali,
1991

Usuario de
droga

 Sexo

%

Masculino

77

78.6

Femenino

21

21.4

Edad promedio

32 años

Estado civil

Unión libre

40

41.0

Solteros

36

37.0

Separados

11

11.0

Viudos

1

1.0

Menores

2

2.0

Sin datos

8

8.0

Estado civil

Unión libre

40

41.0

Solteros

36

37.0

Separados

11

11.0

Viudos

1

1.0

Menores

2

2.0

Sin datos

8

8.0

Ocupación

Problemas con la ley

28

28.6

Trabajador de la construcción

20

20.4

Indefinido

17

17.4

Desempleado

12

12.2

Otros

10

10.2

Limosneros

4

4.0

Oficio doméstico

4

4.1

Sin datos

3

3.1

Es evidente que este tipo de usuarios de droga no es
fácil de identificar en un estudio epidemiológico
tradicional. Es necesario subrayar que estos datos se obtuvieron
por la información que el II tenía y que
corresponde a todo lo que la comunidad en general conoce pero que
no aparece dentro de los estudios tradicionales.

El Cuadro 4 resume la información sobre tipos de
droga utilizados por los drogadictos.

Cuadro 4.
Información Obtenida por el II Acerca del Tiempo de
Droga Utilizada por los Usuarios. Cali, 1991

%

Basuco

56

57.2

Alcohol

13

13.3

Basuco y alcohol

12

12.2

Basuco y marihuana

11

11.2

Solvente

3

3.1

Basuco y solvente

2

2.0

Analgésicos

1

1.0

Total

98

100.0

La cocaína
pura no la utilizaba esta población; 82% de los usuarios
usaban basuco solo o en combinación con otros productos.
Esta característica parece ser una constante en los grupos
socioeconómicos más bajos.

Con respecto al basuco, la tendencia es a usarlo solo
(57.2%); su combinación con alcohol es rara (12.2%). La
amplia disponibilidad y el bajo costo del basuco
en las áreas urbanas de Colombia hacen
muy fácil su consumo en
grandes cantidades; de hecho el precio carece
de importancia si la persona está implicada en la
distribución del producto.

El consumo de alcohol se encontró en 13.3% de los
casos. El proceso de corroboración fue difícil pues
casi todos los drogadictos eran desempleados o empleados
marginales, o estaban al margen de la ley. Algunos de los lugares
donde viven los drogadictos son muy inseguros; las autoridades
del gobierno no
tienen acceso, en consecuencia, carecen de la adecuada
protección.

Por la circunstancia de alto riesgo para la
vida del auxiliar de investigación, el seguimiento con
propósito de corroboración de los hallazgos
iniciales del II, fue posible solamente en 34.1% de los
casos.

La visita al hogar estuvo rodeada de ciertas
expectativas por parte de los miembros de la familia,
pero ninguna de las familias en las cuales se logró llevar
a cabo el seguimiento, rehusó cooperar. El auxiliar de
investigación que hizo la corroboración se
presentó como trabajador del centro de salud cercano y fue
bien aceptado por la comunidad, como persona útil en
asuntos relacionados con la salud.

Datos de prevalencia. El barrio de donde se tomó
la población de estudio tiene alrededor de 60,000
habitantes. El grupo conocido por el II fue de 7,664 personas, de
las cuales 3,415 estaban entre 15 y 55 años, rango de edad
definido para este estudio; el número de usuarios de droga
dentro de esa edad fue de 98 (2.9%). Estos individuos nunca han
estado en
contacto con servicios de salud y no hay registro de ellos
en ninguna de las estadísticas disponibles.

Tales cálculos corresponden a los casos obvios
(para el II, no para cualquier extraño). Si los II se
comprometieran en una búsqueda sistemática en sus
comunidades se podrían identificar más usuarios de
basuco en estas áreas.

Restricciones. Se deben mencionar varias restricciones a
este método:

  • La capacidad del II para descubrir usuarios de droga
    en una comunidad específica, está limitada a los
    casos evidentes, a menos que se diseñe una
    búsqueda sistemática por el II.
  • Este método probablemente es más
    significativo para poblaciones pequeñas rurales con
    intercambio social estrecho y conocimientos de sí
    mismas, que para grandes áreas urbanas.

CONCLUSIÓN

Se encontró que el basuco es la droga preferida
entre los usuarios de esta población. Se puede concluir,
de manera preliminar, que el II es capaz de dar
información valiosa sobre las circunstancias de esas
familias.

Ninguno de los drogadictos identificados por este
método ha contactado a trabajador alguno de la salud para
solicitar ayuda, como tampoco el sistema de salud lo había
identificado previamente. La confiabilidad para efectos de
identificación de casos parece alta, pues todo los
individuos que fue posible identificar y a quienes se les hizo
seguimiento en visita posterior a sus hogares, fueron
corroborados por persona de investigación. Si estos se
pueden validar, podría tener consecuencias importantes,
pues la información obtenida corresponde a datos no
disponibles por ningún otro método. Adicionalmente,
si es posible una identificación más temprana, una
acción preventiva se podría poner en efecto
también en un estadío más temprano del
problema. Se podría aconsejar a los individuos para que
inicien su tratamiento en el centro de salud más
próximo. Esto abriría también la posibilidad
de un tratamiento más efectivo para los pacientes y sus
familias. Sin embargo, hay que tener en cuenta las serias
limitaciones de este sistema, que tiene que ver con el riesgo del
personal de salud que intente penetrar en comunidades vigiladas
por grupos de comerciantes de estos productos.

AGRADECIMIENTOS

Los autores desean expresar su reconocimiento a
FundaVida por el apoyo económico que hizo posible la
realización de este trabajo. A Inés Vásquez
por su colaboración en el trabajo de campo. A Marlene Vera
por su valiosa colaboración en la
organización y presentación de este trabajo. A
los informantes idóneos por su motivación y
dedicación en el trabajo de campo.

REFERENCIAS

1. Galvis-Torres Y de, Murrelle L. Consumo de sustancias
que producen dependencias en Colombia. Bol Of Sanit Panam 1989;
107: 485-93.

2. Wig NN, Suleiman MA, Routledge R, et al. Community
reactions to mental disorders. A key informat in three developing
countries. Acta Psychiat Scand 1980; 61: 111-26.

3. Clement CE, Arango MV de. Manual de
psiquiatría para trabajadores de atención primaria.
Pan American Health Education Foundation (PAHEF), Washington,
1983.

4. Climent CE, Harding TW, Ibrahim HH, Ignacio L, Wig N.
El cuestionario de síntomas para la detección de
problemas en adultos. Acta Psiquiatr Psicol Am Lat 1989; 35:
124-31.

Anexo 1

Cuestionario para identificación
de casos

Centro de salud ______________ Vivienda N°
_______

Familia _______________ Nombre de la persona
_________________

Edad ______ Sexo ____
Ocupación ________ Estado civil _________

Conoce usted alguna persona en su sector
que:

No

1. Sufra de los nervios (angustia)

2. Sufra de tristeza, ánimo
decaído (depresión).

3. Use drogas. Especificar:

4. Tenga conductas raras asociadas con el uso de
drogas

5. Tenga conductas raras no asociadas con el uso
de drogas

6. Sufra de ataques con caída al suelo
pérdida del conocimiento

¿A qué servicio de
salud asiste o ha asistido? __________

Entrevistador ____________________

INSTRUCTIVO DEL CUESTIONARIO DE
IDENTIFICACION DE CASOS

Este cuestionario se diseñó para evaluar
al II capacitado para la identificación y el riesgo de las
personas de la comunidad que a su juicio sufrían problemas
mentales, entre los cuales se menciona la
farmacodependencia.

Este cuestionario es realizado por el II, no es
necesario visitar los hogares para llenarlo, pues solamente a
través de su conocimiento de la comunidad lo pueden
completar.

La primera parte del cuestionario contiene los datos de
identificación de la persona: nombre de la persona,
número de la casa, familia, edad, sexo, ocupación,
estado civil. En seguida hay 6 preguntas que se deberán
contestar con sí o no. La primera pregunta se refiere a si
ellos conocen a alguien que sufra de angustia; la segunda
está asignada a depresión; la tercera a
comportamientos relacionados con el uso de drogas; la cuarta a
otros comportamientos extraños no relacionados con el uso
de drogas; la quinta registra la clase de
drogas que las personas usan y la sexta pregunta hace referencia
a la epilepsia. Al final del cuestionario se pregunta si la
persona identificada ha recibido o recibe tratamiento y, por
último, el nombre del entrevistador.

Carlos E. Climent, M.D.1, Lida V. de
Aragón, Enf.2

1. Profesor
Titular, Departamento de Psiquiatría, Facultad de Salud,
Universidad del
Valle. Director Ejecutivo, FundaVida, Cali, Colombia.
2. Profesora Asistente, Departamento de Psiquiatría,
Facultad de Salud, Universidad del Valle, Cali,
Colombia.

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