Productividad, consumo y eficiencia biológica en vacas Frisón Neozelandés y F1 (Jersey-Frisón Neozelandés) paridas a fines de invierno en la X Región, Chile
Publicación original: |
Summary: At Oromo Experimental
Station, University of Chile, Xth Region, Chile
(41º08’ S; 73º09’ W), 47 primiparous cows,
23 New Zealand Friesian (NZF) and 24 Jersey-NZF (F1),
were used to estimate productivity, intake and biological
efficiency, under grazing conditions. The information was
obtained in 3 experimental periods (21 days each one), at which
the cows were at 66, 126 and 220 days of lactation, respectively.
The animals were weighed daily in order to estimate mean live
weight (LW) and live weight changes. Milk production (MP) was
measured 9 times each period, and weekly, a sample of milk was
used to measure fat and protein content. Pasture dry matter
intake (PDMI) was estimated relating metabolizable energy
requirements (MER) and pasture ME content (PMEC); then PDMI =
MER/PMEC. MER values were estimated by means of the equations
described by AFRC (1993). Pasture was sampled at each period and
PMEC, gross energy and crude protein content were measured. A
factorial experimental design, with repeated measures, was used
for statistical analysis. The MP was similar, with 18.2 and 17.6
kg/cow in F1 and NZF, respectively (P = 0.3581).
F1 had 45.8 g/kg fat content, exceeding NZF in an 8.3%
(P = 0.0094). Also F1 was better than NZF (P ≤
0.0156) in fat (12.1%) and protein production (6.6%); energetic
content per kg of milk (4.9%); energetic content in total daily
MP (8.3%); 4% fat corrected MP (8.3%) and solids corrected MP
(8.3%). LW of NZF was 435.6 kg/cow, being 45 kg higher than
F1 (P = 0.0001). In terms of productions per LW units,
differences between both strains were highly significant (P =
0,0001), favoring F1 cows. The largest differences
were found in fat production (24.6%) and 4% fat corrected MP
(20.5%). PDMI values were not significantly different (P =
0.1642). However, if the values are expressed in relation to 100
kg of LW, F1 tended to have a higher pasture
consumption (P = 0.0615). Milk and solids production differences
per unit of PDMI were highly significant (P≤0.0284), favoring
F1. The highest superiority was obtained in fat
production (17,4%); in this case F1 reached a value of
63.88 g/kg of PDMI. The relationship between protein production
and crude protein intake had values of 32.70 and 29.33% (P =
0.0003), in F1 and NZF, respectively. Net energy of
daily MP in F1 was 37.13% of the metabolizable energy
intake; increasing to 41.38% if a correction by the use of
corporal reserves was considered. These percentages were lower (P
≤ 0.0002) in NZF. It was concluded that due to higher milk
solid production, lower LW, and a better crude protein and
metabolizable energy utilization, F1 showed a greater
biological efficiency than NZF. The aforementioned abilities
confer crossbred cows comparative advantages in systems where
production and contents of milk solids are rewarded.
Keywords: dairy cattle, breed evaluation,
grazing.
Resumen: Con la finalidad de evaluar productividad,
consumo y
eficiencia
biológica en vacas Frisón Neozelandés (FN) y
F1 Jersey-Frisón Neozelandés a pastoreo,
se emplearon 23 vacas FN y 24 F1, primíparas,
paridas entre el 23/7 y el 27/9 de 2001, en la Estación
Experimental Oromo, Universidad de
Chile, X Región. La información se recopiló en tres
períodos, de 21 días cada uno. Al inicio de estos,
las vacas se encontraban en 66, 126 y 220 días de lactancia. Los
animales
fueron pesados diariamente con el fin de obtener el peso vivo
(PV) promedio y la tasa de variación del peso. La producción de leche (PL) se
midió nueve veces por período, obteniéndose
semanalmente una muestra para
determinar contenido de grasa y proteína. El consumo de
materia seca
de la pradera (CMS) se estimó relacionando los
requerimientos totales diarios de energía metabolizable
(RTEM) y el contenido de ésta en la materia seca ingerida
(CEMP); por tanto CMS = (RTEM/CEMP). RTEM se estimó
empleando las ecuaciones
descritas por AFRC (1993). La materia seca ingerida en cada
período se caracterizó mediante el análisis de una muestra, compuesta de 30
submuestras, obtenidas manualmente. En cada muestra se
determinó CEMP, energía y proteína bruta. Se
utilizó un diseño
factorial, con los efectos tipo racial y período y
observaciones repetidas en el tiempo. La PL
fue similar llegando a 18,2 y 17,6 kg/vaca en F1 y FN;
respectivamente (P = 0,3581). El F1 tuvo un tenor
graso de 45,8 g/kg, superando al FN en 8,3% (P = 0,0094). Las
F1 aventajaron a las FN (P = 0,0156) en
producción de grasa (12,1%), producción de
proteína (6,6%), contenido energético del kg de
leche (4,9%), energía contenida en la producción
total diaria (8,3%); PL corregida a 4% de materia grasa (8,3%) y
PL corregida por sólidos (8,3%). El PV del FN fue de 435,6
kg/ vaca, valor que
superó en 45 kg al F1 (P = 0,0001). En las
producciones por unidad de PV vivo, las diferencias entre ambos
biotipos fueron muy significativas (P = 0,0001) en favor de
F1. Las mayores diferencias se observaron en
producción de grasa (24,6%) y PL corregida a 4% de materia
grasa (20,5%). Los valores de
CMS no difirieron significativamente (P = 0,1642). Sin embargo,
al expresarlos en relación a 100 kg de PV el valor de
F1 tendió a ser de mayor magnitud (P = 0,0615).
La PL y sólidos lácteos
por unidad de CMS fueron altamente significativas (P = 0,0284) a
favor del F1. La mayor superioridad se obtuvo en
materia grasa (17,4%), donde el F1 alcanzó un
valor de 63,88 g/kg de CMS. El cuociente entre la
producción de proteína láctea y
proteína cruda ingerida arrojó valores de
32,70 y 29,33% (P = 0,0003). En F1 la
valoración energética de la PL diaria
representó un 37,13% de la energía metabolizable
consumida, aumentando a 41,38% al corregir por el aporte de
reservas corporales. Estos valores fueron menores (P = 0,0002) en
las FN. Se concluyó que la mayor producción de
sólidos lácteos, menor PV y mejor
utilización de la proteína cruda y energía
metabolizable le otorgan al F1 una mayor eficiencia
biológica respecto del FN. Las aptitudes mencionadas le
confieren a las mestizas ventajas comparativas en sistemas donde se
premia la producción y contenido de sólidos
lácteos.
Palabras clave: ganado lechero, evaluación
racial, pastoreo.
INTRODUCCIÓN
En países de zonas templadas los cruzamientos han
sido poco utilizados para mejorar la producción de leche o
sólidos lácteos. La principal razón radica
en la clara superioridad alcanzada por los diferentes tipos
Holstein o Frisón respecto de otras razas especializadas.
Este hecho es importante, dado que el vigor híbrido
corresponde al desvío de la progenie mestiza con respecto
al promedio productivo de las razas participantes en el
cruzamiento. Siendo la heterosis para producción de leche
de baja magnitud, al existir diferencias importantes en la
productividad productividad de las razas difícilmente el
mestizo podrá superar a la de mejor desempeño.
La situación es diferente en zonas tropicales y
en países en los cuales la pradera, y los productos
generados a partir de ella, son la única fuente de
alimentos o
representa un componente importante de la dieta. El uso de
cruzamientos en el trópico ha sido relevante, al permitir
superar importantes problemas
reproductivos de las razas Bos taurus, confiriéndole al
mestizo una resistencia
adecuada a un gran número de enfermedades y problemas
parasitarios comunes en dichas zonas. En Nueva Zelanda, donde la
pradera constituye por razones de tipo económico
prácticamente la única fuente de alimento, se ha
demostrado que la productividad de las razas Frisón
Neozelandés (FN) y Jersey (J) es semejante, motivo por el
cual la heterosis es capaz de aportar una ventaja significativa
(López- Villalobos y col 2000, López-Villalobos y
Garrick 2002).
En pastoreo, a diferencia de los sistemas con
estabulación permanente, la principal meta productiva es
la maximización de la respuesta por unidad de superficie.
Este objetivo se
logra en desmedro de la producción individual, hecho que
tiende a equiparar el desempeño de las diferentes razas. A
la vez, para elevar la carga animal es menester optimizar la
producción por kilogramo de peso vivo,
favoreciéndose el empleo de
vacas de menor tamaño (Viglizzo 1981). La mayor fertilidad
de los mestizos es otro aspecto a considerar, ante la necesidad
de contar con pariciones concentradas que permitan sincronizar el
crecimiento de las pasturas con los requerimientos alimenticios
del rebaño (Holmes y col 2002).
Página siguiente |