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Eficiencia de un equipo de protección personal para aplicaciones fitosanitarias en huertos frutales




Enviado por Behmer, S.N.


Partes: 1, 2

    Publicación original: Agric. Téc.
    [online]. abr. 2001, vol.61, no.2 [citado 05 Diciembre 2006], p.221-228.
    Disponible en la World
    Wide Web:
    <http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0365-28072001000200012&lng=es&nrm=iso>.
    ISSN 0365-2807 – Reproducción autorizada por: Revista Agricultura Técnica, mecagri[arroba]uncoma.edu.ar

    ABSTRACT: Since pesticide
    application in orchards presents a high degree of exposure,
    the operator must wear protective
    clothing to reduce contamination hazard. Conventional overalls are inadequate for prolonged wear because they are not breathable. However, the utilization
    of clothing with differential protection zones is a possibility for body parts
    with less contamination risk. The objective of
    this study was to determine the efficiency of sectorial protective clothing during pesticide application in orchards. The operator
    was protected with a waterproof jacket containing permeable materials along both sides of
    the body and the internal
    arm zone. The front of
    the legs was protected with
    a waterproof apron. A dose of 40 g ha-1 of natrium fluorescein
    solution was applied with a pulverized air sprayer. The application
    rate was 2700 L ha-1 with three repetitions
    of 25 minutes. The global protection was 87.7% and in the zones
    made of permeable material the
    protection was 50% of the exposure.
    Differential protective clothing offers security and comfort
    to the operator
    and presents a high reduction of pesticide exposure,
    mainly in the body parts with
    most contamination risk during application
    in the orchard.

    Key words: pesticide,
    personal protection equipment,
    exposure, agrochemical spraying

    RESUMEN: La aplicación de agroquímicos en
    fruticultura presenta un alto grado de exposición, y para reducir el riesgo de
    contaminación el operario debe vestir ropa protectora. Los impermeables
    tradicionales de cuerpo entero resultan inapropiados para un uso prolongado
    porque resultan calurosos. Sin embargo, al existir partes del cuerpo con menor
    riesgo de contaminación, es posible la utilización de indumentaria con zonas de
    protección diferenciada. El objetivo del trabajo fue determinar, durante la
    pulverización en un huerto frutal, la eficiencia de una prenda de protección
    sectorizada. Al operario se le colocó una chaqueta impermeable, con ambos
    laterales del tronco y la parte interior de los brazos confeccionada con
    material permeable; las piernas se protegieron con un delantal impermeable. Se
    realizó una aplicación de natrium fluorescein
    a razón de 40 g
    ha-1 con una pulverizadora hidroneumática
    calibrada para 2700 L
    ha-1, con tres repeticiones de 25 min de
    exposición. La protección global fue del 87,7%. En las zonas confeccionadas con
    material permeable la protección alcanzó al 50% de la exposición presente en
    dichos sectores.

    Una indumentaria de
    protección diferenciada brinda seguridad y confort a la operación y presenta
    una alta reducción de la exposición al plaguicida, principalmente en los
    sectores del cuerpo más expuestos durante la aplicación en el huerto frutal.

    Palabras clave: pesticida, equipo de protección
    personal, exposición, aplicación de agroquímicos.

    INTRODUCCION

    En la región del Alto Valle
    de Río Negro y Neuquén, Argentina, se utiliza gran cantidad de agroquímicos
    para el control de carpocapsa (Cydia
    pomonella
    L.), principal plaga regional.
    El tratamiento utilizado incluye alrededor de diez aplicaciones de alto volumen
    (>2000 L
    ha-1) con una dosis superior a los 2 kg
    ha-1 de productos órgano fosforados. De acuerdo con los informes del
    Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA, 1993), las repetidas
    exposiciones del operario a estos productos pueden causar síntomas de
    intoxicación, a pesar de su baja retención, debido a que resultan fácilmente
    absorbidos por la piel, los pulmones y el tracto digestivo.

    La absorción de los
    plaguicidas a través de la piel varía en intensidad de acuerdo con la zona del
    cuerpo considerada; en este sentido Leiva (1997) indicó que en la cabeza (cuero
    cabelludo, frente y ojos) se absorbe el 40%, y en los brazos el 60% de la dosis
    que reciben, mientras que en el bajo vientre se absorbe el 100%.

    La Organización Mundial de la Salud (OMS, 1982) define el
    porcentaje horario de dosis tóxica, indicador del riesgo de intoxicación con un
    plaguicida, como la relación entre la exposición dérmica total (mg h-1) y la dosis teórica letal del principio activo. Behmer et al. (1998) determinaron
    este índice en aplicaciones de agroquímicos en huerto frutal, y encontraron que
    el mismo alcanzaba al 2,69% para tratamientos con metil-azinfoz PM35; estos autores afirmaron que dicho valor
    resulta de un alto riesgo para la salud del operario, a pesar de la baja
    toxicidad del principio activo, por lo que toda medida de seguridad
    contribuiría a disminuir la exposición, principalmente en aquellas zonas del
    cuerpo de mayor incidencia.

    Gilbert y Bell
    (1990) afirmaron que la indumentaria debe proveer cobertura a todas las partes
    del cuerpo con riesgo de exposición, las cuales involucran generalmente al
    cuerpo entero. Sin embargo, destacaron que además deben ser cómodas y
    permanecer confortables durante el tiempo que dure la operación, sin disminuir
    la habilidad del operario para realizar la tarea.

    Airey (1990) indicó que los mamelucos de
    material impermeable ofrecen protección a todas las regiones del cuerpo, son
    livianos y permiten gran movilidad al operario, pero son muy calurosos para un
    uso prolongado. Por otro lado, mencionan que los conjuntos de chaqueta y
    pantalón impermeables resultan adecuados desde el punto de vista de la
    protección, y presentan la posibilidad de intercambio calórico en la separación
    entre la prenda superior y la inferior. Sin embargo son rechazados por los aplicadores por considerarlos calurosos cuando se los
    emplea durante un tiempo prolongado.

    Hinz (1997) afirmó que los equipos de
    seguridad deben ser adecuados a la tarea para la cual serán empleados, evitando
    el exceso de protección para el operario, de manera tal que las prendas
    provistas no sean rechazadas por los usuarios. En este sentido, Gilbert y Bell (1990) indicaron
    que es posible el empleo de equipos de menor eficiencia de protección y
    permeables al aire, para brindarle mayor comodidad al operario cuando se
    utilizan productos de baja toxicidad en forma diluida. Sin embargo, Airey (1990) aseguró que los materiales permeables al aire
    impregnados con productos hidrófugos ofrecen protección provisoria frente a los
    agroquímicos, pero una vez que el producto penetra dicha barrera se transforma
    en una vía de contaminación.

    Durante la aplicación de
    plaguicidas con mochilas en cultivos tutorados de tomate (Licopersicum
    sp. L
    .), Machado Neto (1990) halló que las zonas
    del cuerpo más afectadas fueron las piernas y los muslos, siendo los delantales
    impermeables la prenda más adecuada para su protección. Por otro lado, durante
    la aplicación en el huerto frutal y con pulverizadoras
    hidroneumáticas, Behmer et al. (1998) observaron un
    mayor aporte del producto en las áreas más expuestas del cuerpo del operario
    sentado en el puesto de manejo (brazos, antebrazos, hombros, frente de piernas
    y antepiernas). Ambos autores coincidieron en que la
    exposición al plaguicida es dependiente de las características propias de la
    operación utilizada para realizar la aplicación del plaguicida en el cultivo.

    Machado Neto (1990) evaluó
    la eficiencia de protección de indumentarias que sólo protegían las zonas del
    cuerpo de mayor exposición, y determinó una eficiencia del 73% utilizando
    guardapolvos, y un 94% al utilizar delantales impermeables, indicando la
    conveniencia de emplear ropa protectora acorde con la técnica de aplicación
    empleada por el operario. No obstante, de acuerdo con Gilbert
    y Bell (1990), el equipo de protección para cara,
    manos y pies debe ser empleado en todas las tareas, particularmente cuando se
    manipulan productos concentrados.

    El objetivo del presente
    trabajo fue evaluar, durante la pulverización en un huerto frutal, la eficiencia
    de una prenda de protección con algunos sectores impermeables.

    Partes: 1, 2

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