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Estado asmático en niños


Partes: 1, 2

    Publicación original:
    Colombia Médica, 1998; 29: 74-80 ISSN
    1657-9534,
    Reproducción autorizada por:
    Corporación Editora Médica del Valle,
    Universidad del Valle, Cali,
    Colombia

    RESUMEN

    El estado
    asmático es una entidad que se ve con relativa frecuencia
    en los servicios de
    emergencia; el pilar de su tratamiento son los esteroides y los
    ß-agonistas. Sin embargo cuando el enfermo no responde
    favorablemente al tratamiento se debe recurrir a otras
    alternativas como: adrenalina subcutánea,
    anticolinérgicos, aminofilina, sulfato de magnesio, helio,
    gases
    anestésicos, etc. Sólo 5% de los casos de asma severa
    requieren ventilación mecánica pero en tales ocasiones la
    mortalidad puede ser 13%.

    Palabras Claves. Estado asmático. Asma severa.
    Tratamiento del asma.

    El asma se ha convertido en la enfermedad crónica
    más frecuente de la infancia, pues
    puede afectar de 5% a10% de la población infantil1,2 con
    grandes repercusiones económicas3; es
    además una de las principales causas de ausentismo
    escolar. Con el paso de los años, a pesar de los avances
    en la fisiopatología, no se ha visto reducción en
    sus tasas de incidencia ni en las de mortalidad4-7. El
    enfermo puede presentarse clínicamente con crisis leves o
    con lo que se llama estado asmático que es la forma
    más severa del asma (cianosis, silencio auscultatorio,
    taquicardia, taquipnea, trastorno del estado de conciencia, etc.)
    que puede ser fatal y por tanto requiere un manejo más
    enérgico y cuidadoso. El propósito de este
    artículo es revisar las diversas alternativas
    terapéuticas con respecto al enfoque del paciente con
    estado asmático.

    Definición. Corresponde a una crisis aguda de
    asma en la que hay evidencia de obstrucción persistente
    severa de la vía aérea y síntomas
    asmáticos pese al tratamiento estándar. Se entiende
    por éste la aplicación de ß-agonistas
    nebulizados más esteroides2,5,8,9. Sin embargo
    el término de estado asmático tiende a desaparecer
    para ser reemplazado por el de episodio asmático agudo
    severo, que implica presencia de sibilancias intensas
    persistentes a pesar del tratamiento9.

    Cuadro clínico. Corresponde al que se presenta en
    un episodio de asma. Las sibilancias son el común
    denominador, pero se debe tener en cuenta que éstas no
    dependen del grado de obstrucción de la vía
    aérea, sino de la presión
    producida por el aire para vencer
    la obstrucción5; por tanto, pueden faltar en
    enfermos severamente comprometidos. Hay respiración laboriosa, uso exagerado de los
    músculos accesorios de la respiración y polimnea;
    la cianosis no es común pero su presencia indica
    obstrucción severa10.

    Puede haber taquicardia y compromiso del sensorio. Se
    encuentra fase espiratoria prolongada con relación
    inspiración/espiración hasta de 1:4. En casos
    esporádicos puede haber enfisema subcutáneo por
    barotrauma debido al excesivo atrapamiento de
    aire9.

    A pesar de lo anterior existe poca correlación
    clínica entre los criterios de severidad y los signos y
    síntomas del paciente; por ello se necesita una medida
    objetiva y usar las recomendaciones hechas en
    consenso11 para el manejo del asma y donde se define
    ataque asmático agudo severo cuando el paciente tiene una
    a más de las características clínicas del
    Cuadro 1.

    Uno de los signos físicos que indican mayor
    gravedad consiste en el uso de los músculos accesorios por
    fatiga diafragmática y la presencia de pulso
    paradójico5; éste aparece cuando la FEV1
    es menor a 20% del esperado para el paciente9 e indica
    el efecto que sobre el gasto cardíaco tiene el
    atrapamiento de aire, pues ocasiona la diferencia de las
    presiones intratorácicas entre la inspiración y la
    espiración mayores de 10 mm Hg que es el límite
    considerado como normal8.

    Respecto de este último punto se debe recordar,
    que al igual que las sibilancias, puede no existir pulso
    paradójico en un paciente muy comprometido que no alcanza
    a generar las diferencias de presiones necesarias para su
    aparición12.

    Laboratorio. Al paciente en estado asmático, de
    acuerdo con el contexto clínico, se le deben tomar los
    siguiente exámenes:

    Radiografía de tórax para evidenciar
    atelectasias, pneumotórax, (vistos hasta en 1% de
    pacientes con estado asmático)5, procesos
    infecciosos agregados, enfermedad parenquimatosa agregada,
    pneumomediastino o sencillamente como parte del diagnóstico diferencial (bronquiolitis,
    cuerpos extraños, pneumonías virales o
    atípicas, fibrosis quística, anomalías
    congénitas, etc.).

    Gases arteriales para evidenciar hipoxemia, acidosis o
    hipercarbia. La normocarbia se debe considerar como signo
    ominoso, pues el enfermo asmático normalmente
    hiperventila, con frecuencias respiratorias altas y debe estar
    barriendo CO2.Se considera que la hipercarbia aparece
    cuando la FEV1 es menor de 20% a 25% de lo
    esperado5,12; pero aun así menos de 10% de
    estos pacientes requieren ventilación
    mecánica5.

    Electrólitos para documentar hipocaliemia que se
    presenta hasta en 70% de los enfermos con estado
    asmático9. Se debe vigilar también el
    sodio pues además el estado
    asmático se asocia con SIADH que lleva a
    hiponatremias2,13.

    Hemograma para buscar leucocitosis o desviación a
    la izquierda que hagan sospechar procesos bacterianos como factor
    precipitante, verificar el contenido de hemoglobina,
    etc.

    Pruebas de función
    pulmonar mencionadas con mucha frecuencia en revisiones
    extranjeras pero poco aplicables a hospitales locales donde no se
    cuenta con flujómetros para medir de manera objetiva el
    FEV1 y FE máxima y poder comparar
    el resultado obtenido en el momento de emergencia con el predicho
    para el enfermo en condiciones de control; que es
    precisamente uno de los parámetros para medir el grado de
    severidad del ataque agudo11.

    Opcionales como glicemia (efecto hiperglicemiante de
    ß-agonistas y esteroides), creatinina y densidad urinaria
    (por pérdidas insensibles no descubiertas de agua libre por
    el tracto respiratorio, fiebre y diuresis
    aumentada por aminofilina, etc.).

    Electrocardiograma para ver el efecto del proceso
    respiratorio sobre la aurícula derecha y también
    para descubrir arritmias por uso de ß-agonistas y
    aminofilina.

    Tratamiento. El enfoque inicial se hace en la sala de
    emergencia de los hospitales, pero según el compromiso del
    paciente lo ideal es el manejo en unidad de cuidados intensivos
    con estricto monitoreo a la cabecera del enfermo.

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