Mezclas de Trébol Subterráneo con otras Leguminosas Anuales para Suelos Graníticos del Secano Mediterráno Subhúmedo de Chile
Publicación original: Agric. Téc.. [online]. jun. |
- Introducción
- Materiales y métodos
- Resultados y discusión
- Conclusiones
- Reconocimientos
- Literatura citada
ABSTRACT: In Cauquenes (35º58' S lat., 72º17'
W long.), VII Region, Chile, in a granitic soil, the productivity and
persistence of six mixtures with different percentages of annual legumes were
evaluated: M1 Trifolium subterraneum (Ts); M2: Ts and Medicago
polymorpha (Mp); M3: Ts, Mp and Trifolium michelianum (Tb); M4: Ts,
Mp, Tb and Ornithopus compressus (Op); M5: Ts, Mp, Tb, Op and Biserrula
pelecinus (Bp) and M6: 20% of each species. The replacement of 50% of the
initial seeding rate of Ts by other legumes reduced the population of Ts,
particularly in the second and third year. The higher seed production of Mp in
mixtures of two or more species in the first two years contributed to the great
regeneration of Mp in the third year (1,000-2,000 seedlings m-2 of
Mp vs. 100-240 seedlings m-2 of Ts). As a consequence, specific
contribution and biomass production of Mp in mixtures (M2-M6) were higher than
Ts in the second and third year. The specific contribution of Tb in the
mixtures was low (between 4.3 to 17%) in the three years; and that of Op and Bp
was almost null in all years. Total aerial biomass fluctuated between 1,673 to
2,020 (P ≥ 0,05) and 3,520 to 4,395 (P ≥ 0,05) kg DM ha-1 in
the first and second year, respectively. In the third year, the mixtures with
two and five species (M2: 5,838; M5: 5,643 and M6: 5,678 kg DM ha-1)
exceeded (P ≤ 0,05) the treatment with Ts only (3,905 kg DM ha-1).
Key words: annual legumes pastures, Trifolium
subterraneum, Medicago polymorpha, Trifolium michelianum, Ornithopus
compressus, Biserrula pelecinus.
RESUMEN: En Cauquenes (35º58' lat. Sur,
72º17' long. Oeste), VII Region, Chile, en un suelo granítico se evaluó la
productividad y persistencia de seis mezclas en distintos porcentajes de
leguminosas anuales; ellas fueron: M1: Trifolium subterraneum (Ts); M2:
Ts y Medicago polymorpha (Mp); M3: Ts, Mp y Trifolium michelianum
(Tb); M4: Ts, Mp, Tb y Ornithopus compressus (Op); M5: Ts, Mp, Tb, y Biserrula
pelecinus (Bp) y M6: 20% de cada especie. El reemplazo del 50% de la dosis
inicial de siembra de Ts por otras leguminosas, redujo drásticamente la
población de éste, en el segundo y tercer año. La mayor producción de semillas
de Mp en las mezclas de dos y más especies los dos primeros años, se tradujo en
una alta regeneración de ésta al tercer año (1.000-2.000 plántulas m-2
de Mp vs 100-240 plántulas m-2 de Ts). En consecuencia, la
contribución específica y producción de biomasa de Mp en las mezclas (M2-M6)
fueron muy superiores a la de Ts en el segundo y tercer año. La contribución
específica de Tb fue baja (entre 4,3 a 17%) las tres temporadas; y la de Op y
Bp casi nula en los tres años. La producción de biomasa aérea total fluctuó
entre 1.673 a 2.020 (P ≥ 0,05) y 3.520 a 4.395 (P ≥ 0,05) kg MS ha-1
en el primer y segundo año, respectivamente. En el tercer año, las mezclas con
dos y cinco especies (M2: 5.838; M5: 5.643 y M6: 5.678 kg MS ha-1)
superaron (P ≤ 0,05) al tratamiento con sólo Ts (3.905 kg MS ha-1).
Palabras clave: praderas leguminosas anuales, Trifolium
subterraneum, Medicago polymorpha, Trifolium michelianum, Ornithopus
compressus, Biserrula pelecinus.
INTRODUCCIÓN
Una parte importante de la
comunidad científica de ecólogos (Kareiva, 1996; Tilman et al., 1996;
Wardle y Giller, 1996; Tilman et al., 1997), sostiene que el incremento
de la riqueza en cantidad de especies aumenta la productividad primaria de los
ecosistemas y la resistencia a las perturbaciones. Se propone como hipótesis
complementaria que si se mejora el funcionamiento en un sistema, al final el
aumento de la biodiversidad igualmente mejora la estabilidad y la rentabilidad
económica de los sistemas de producción.
Las praderas naturales de
la cuenca del Mediterráneo se caracterizan por una elevada diversidad de
especies de leguminosas anuales, lo que le confiere a la pradera una gran
resiliencia, particularmente en ambientes de amplias fluctuaciones en las
precipitaciones y expuestos al sobrepastoreo (Cocks y Osman, 1996; Ehrman y
Cocks, 1996). Esto contrasta con las praderas mediterráneas de Chile central,
que se caracterizan por tener una escasa diversidad de especies leguminosas,
con un 8,5% de contribución, y una baja productividad (Acuña et al.,
1983; Ovalle et al., 1987; Ovalle y Squella, 1996).
El trébol subterráneo (Trifolium
subterraneum L.) con sus tres subespecies y su amplia gama de cultivares
referidos a su precocidad, han constituido las leguminosas más ampliamente
estudiadas y difundidas en todos los secanos mediterráneos de Chile, sembrados
solos o en mezclas con gramíneas, como praderas permanentes y en rotaciones
(Avendaño, 1996). Otra especie, de más reciente desarrollo, que ha demostrado
buenas perspectivas, especialmente para ser considerada en un sistema de
rotación con trigo (Triticum aestivum L.) es la hualputra (Medicago
polymorpha L.) (Del Pozo et al., 1999), de la cual existen
cultivares de origen australiano y chilenos (Del Pozo et al., 2001;
Ovalle et al., 2001).
Entre otras leguminosas
forrajeras alternativas se destacan la serradela amarilla (Ornithopus
compressus L.) biserrula (Biserrula pelecinus L.) y trébol balansa (Trifolium
michelianum Savi). La primera presenta varias ventajas con respecto a otras
especies: requiere menores aplicaciones de P al suelo (Paynter, 1990), posee un
arraigamiento profundo por lo que aprovecha mejor la humedad del suelo, puede
crecer dos o tres semanas más que el trébol subterráneo en la misma área
(Revell, 1992; Revell et al., 1994), no posee estrógenos ni otros
compuestos tóxicos para los animales, y tiene un buen valor nutritivo
comparable a otras leguminosas anuales (Freebairn, 1994). Tiene además una alta
dureza seminal. Como desventaja se menciona su mala adaptación a suelos
arcillosos y alcalinos, bajo crecimiento en invierno, es sensible al
sobrepastoreo en la época de semilladura, y presenta dificultades para separar
la semilla del fruto (Revell et al., 1994). Presenta un alto porcentaje
de semillas duras (> 95%) después del primer verano, lo que contribuye a
incrementar el banco de semillas; la germinación puede alcanzar un 55% al
tercer año, aunque la tasa de ablandamiento es mayor en semillas enterradas a 2
cm de profundidad (Revell et al., 1998). Esta característica le permite
salvar accidentes climáticos, como lluvias de verano, que provocan falsas
partidas (germinación antes que se inicie la estación lluviosa), y con ello
lograr una adecuada persistencia de la especie. En caracterizaciones
preliminares de cultivares de O. compressus, se han obtenido mas de 6 t
MS ha1 (Bustos, 2002; Ovalle et al., 2003).
Biserrula pelecinus es otra especie promisoria para el
secano, debido a su hábito de enraizamiento más profundo que otras leguminosas
convencionales, que le permite obtener agua y nutrientes a mayor profundidad y
extender el periodo de crecimiento del pasto en primavera. Es una planta de
crecimiento vigoroso, con una alta producción anual de semillas, con dureza
seminal superior al 90%, de fácil cosecha; muy promisoria para zonas de baja
precipitación (Loi et al., 1995; Howieson et al., 1995; Carr et
al., 1999). En la zona mediterránea subhúmeda de Chile, el cv. Casbah
produjo cerca de 6 t de MS ha1 tanto en un año lluvioso como en año
seco (Ovalle et al., 2000a).
T. michelianum presenta una excelente adaptación a
suelos con problemas de inundaciones (Evans, 1993; Ovalle et al.,
1997c). Este trébol posee varias ventajas comparativas con relación a Trifolium
subterraneum subsp. yanninicum, que también tolera suelos sujetos a
inundaciones prolongadas (Ovalle et al., 1997b). Presenta una gran
capacidad para persistir y diseminarse después de la siembra, por su alta
producción de semillas (hasta 1000 kg ha-1), de tamaño pequeño (0,5
a 1,2 mm de diámetro) y un peso individual que varía entre los 0,314 y 0,933
mg. Además, posee una alta proporción de semillas duras a la madurez, desde un
60 a 80%, que le permite regenerarse adecuadamente cuando es incluida en
sistemas rotacionales con cereales por uno o más años (Mitchell y Cooper, 1989;
Squella, 1992). Es de fácil cosecha y presenta un buen crecimiento en
primavera, superior al de muchos cultivares de trébol subterráneo; no obstante,
su producción de invierno es inferior a éstos (Mitchell y Cooper, 1989). En
Chile, se han obtenido al año entre 4,5 y 6 t de MS ha1 en suelos
arcillosos (Ovalle et al., 2000b).
Los objetivos de este ensayo
fueron evaluar la productividad y persistencia de mezclas de especies leguminosas
anuales, que contemplaron una pradera monoespecífica de trébol subterráneo
comparada con mezclas con Ornithopus compressus, Biserrula pelecinus,
Trifolium michelianum y Medicago polymorpha.
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