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Comportamiento de vacas lecheras en pastoreo con y sin suplementación con concentrado (página 2)




Enviado por Oscar Balocchi L.



Partes: 1, 2

Materiales y métodos

El trabajo se
realizó en la Estación Experimental Vista Alegre de
la Universidad
Austral de Chile, ubicada 6 km al norte de la ciudad de Valdivia
(39º47’ lat. Sur y 73º13’ long. Oeste). El
sitio del ensayo
corresponde a un suelo de la serie
Valdivia (Typic Hapludand), de topografía ligeramente ondulada y sin
problemas de
drenaje. El ensayo se
llevó a cabo entre los meses de septiembre de 1997 y enero
de 1998. Se utilizaron 12 vacas de la raza Frisón Negro,
las cuales fueron seleccionadas del rebaño lechero del
predio, considerando el número de lactancia (5
± 1,1), época de parto
(agosto), y producción de leche
(promedio 32,0 ± 4,13 L d-1). Las vacas fueron agrupadas
tomando en cuenta la producción de leche en la lactancia
previa, peso vivo y edad al parto.

Se utilizó una pradera permanente
polifítica de más de 20 años, que
recibió una fertilización anual en el año
del ensayo correspondiente a 120 kg de nitrógeno, 45 kg de
fósforo y 42 kg de potasio. La composición botánica, medida en octubre de 1997, estuvo
compuesta por Lolium perenne (61,0%), Bromus valdivianus (24,5%),
Holcus lanatus (3,7%), Poa annua (1,5%), Trifolium repens (5,7%)
y especies de hoja ancha (3,6%). La pradera estaba ubicada a una
distancia de 300 a 500 m de la sala de ordeña. El ensayo
se dividió en tres períodos de 23 días cada
uno. Las 12 vacas se asignaron a tres grupos. Los
grupos se formaron según la producción
láctea con rangos promedios de 35,2 ± 1,65; 33,7
± 1,37; 30,4 ± 1,71; y 28,7 ± 0,86 L d-1
para cada vaca dentro de un grupo. Se
realizaron tres tratamientos: T1: sólo pastoreo, sin
suministro de concentrado; T2: pastoreo más
suplementación con concentrado A; y T3: pastoreo
más suplementación con concentrado B. El
concentrado A era en base a coseta (Cosetán Vaca Lechera
15, Biomaster S.A., La Unión), y el concentrado B en base
a cereal (Suralim Mega 1233, Biomaster S.A., La Unión). La
composición química de ambos
concentrados se muestra en el
Cuadro 1.

Cuadro 1. Composición
química y digestibilidad de la pradera y concentrados
(valores
expresados base 100% de MS).
Table 1. Chemical composition and digestibility of the pasture
and concentrate feed (values expressed as 100% DM).

1 Concentrado A: Coseta 50%, cereal entero 10%, melaza
12%, otros 28%.
2 Concentrado B: Coseta 40%, cereal entero 25%, subproductos de
molinería 25%, otros 10%.
3 Valor D:
materia
orgánica digestible en la materia seca.
s.i.: Análisis no realizados.

Desde el día 1 al 12 de cada período, las
vacas se adaptaron al nivel de concentrado, y entre el día
13 al 23 se midió el consumo de
alimento. Desde el día 13 al 19 se dosificó el
marcador óxido de cromo en la cantidad de 6 g.. El
óxido de cromo se dosificó mezclado en un
concentrado en forma de pellet que contenía 1,0% de Cr2O3.
De este concentrado se aportaron 600 g diarios dividido en dos
parcialidades en la ordeña de la mañana y la tarde.
Entre el día 19 al 23 se recolectaron las fecas, dos veces
al día después de cada ordeña. Para el
análisis del óxido de cromo, realizado en el
Laboratorio de
Bromatología de la Universidad Austral de Chile, se
utilizó la metodología descrita por Bateman (1970). En
los tratamientos con concentrado, se les ofreció 6 kg
vaca-1 d-1, aportando 3 kg en cada ordeña. Las sales
minerales
fueron ofrecidas ad libitum tanto en potrero como en el patio de
espera de la sala de ordeña.

Las 12 vacas se manejaron en un solo grupo y pastorearon
una franja de pradera con cambio dos
veces por día. Para determinar la superficie de cada
franja se midió con una regla la altura de la pradera
pre-pastoreo y post-pastoreo. Las franjas fueron reguladas por un
cerco eléctrico móvil, y conociendo la altura de la
pradera se determinó la superficie de la franja a
través de una regresión entre altura y
disponibilidad de MS previamente calculada. Adicionalmente, las
mediciones de la altura post-pastoreo, permitieron también
regular la superficie de cada franja, ya que ésta
debía ser de 7 cm. Se ofrecieron aproximadamente 40 kg de
MS vaca-1 d-1, dividido en dos raciones (franjas) diarias.
El agua de
bebida estuvo siempre a libre disposición, tanto en el
potrero como en el patio de espera de la sala de ordeña.
En la última semana de cada período, se realizaron
las mediciones de comportamiento
en pastoreo, observándose la actividad de cada uno de los
animales cada
10 min durante 24 h. Las vacas fueron individualizadas con un
número visible pintado en cada flanco. Las actividades
registradas cada 10 min fueron: pastoreando, rumiando parada,
rumiando echada, parada, echada, bebiendo y caminando. Se
realizaron además tres mediciones de la tasa de bocados
para cada vaca, en cada período de medición. Se utilizó un
cronómetro para determinar el tiempo que
demoraba cada vaca en dar 60 bocados. Si el tiempo transcurrido
entre bocado y bocado era superior a 15 s, se anulaba la
medición y se iniciaba nuevamente.

Las muestras de pradera y concentrados fueron analizadas
en el Laboratorio de Nutrición Animal de
la Universidad Austral de Chile. El contenido de MS se
determinó mediante horno de ventilación a 60ºC
por 48 h y estufa a 105ºC por 12 h (Bateman, 1970),
proteína cruda por el método
Micro Kjeldhal (Bateman, 1970), digestibilidad y energía
metabolizable por el método de Tilley y Terry, modificado
por Goering y Van Soest (1972). La muestra de pradera
correspondió a un corte realizado sobre los siete
centímetros, procurando colectar el mismo tipo de material
que estaban consumiendo las vacas. La caracterización de
los componentes de la pradera, gramíneas, leguminosas y
especies de hoja ancha se realizó en la etapa inicial (15
de octubre) y en la etapa final (15 de diciembre) del ensayo.
Esta caracterización se realizó mediante la
obtención de "cores" (sacabocados), de los cuales se
extrajeron ocho muestras por potrero. Cada "core" tenía
una superficie de 100 cm2. En gramíneas se
determinó número y peso de macollos; en leguminosas
número, peso y largo de estolones, además de
número de ápices meristemáticos; y en
especies de hoja ancha se midió número y peso de
plantas.

l consumo total y de pradera fue estimado a
través del método del rendimiento fecal, usando
óxido de cromo como marcador. El cálculo
del consumo total y de pradera fue realizado siguiendo la
metodología descrita por Alomar et al. (1985). Los
resultados se sometieron a un análisis de varianza de
acuerdo a un diseño
de cuadrado latino con tres tratamientos, tres períodos y
cuatro cuadrados por tratamiento. Cuando existieron diferencias
significativas entre tratamientos se usó la prueba de
separación de medias de Waller – Duncan (SAS Institute,
1988). El modelo
utilizado para el análisis de los datos
fue:

Resultados y
discusión

Composición química y digestibilidad de
la pradera

La pradera presentó, en términos
comparativos, un alto valor nutritivo durante los tres
períodos de evaluación
(Cuadro 1). Estos valores son en general superiores a los
reportados por la tabla de composición de alimentos para el
ganado de la zona sur (Anrique et al., 1995). En esta tabla se
indican cifras de 19,9; 20,1; y 16,8% de proteína para los
meses de septiembre, octubre y noviembre, respectivamente. La
energía metabolizable disminuyó del primer periodo
al segundo, aumentando levemente en el tercero; los valores
señalados para dichos meses del año por los mismos
autores, son 2,42; 2,52; y 2,49 Mcal kg-1,
respectivamente.

Caracterización botánica de la
pradera

El Cuadro 2 muestra que la densidad de
macollos en las gramíneas disminuyó de 7000
macollos m-2 a 5800, desde el 15 de octubre al 15 de diciembre
del mismo año. Este menor número de macollos en
diciembre se debería a que las gramíneas se
encuentran en estado
reproductivo, lo que genera una reducción en el
número de éstos. Sin embargo, el peso por macollo
fue mayor en el período final del ensayo. La densidad de
macollos medida en este ensayo es menor a los valores reportados
por Balocchi et al. (1989), quienes reportaron cifras entre 6300
a 10000 macollos m-2 para praderas permanentes en la provincia de
Valdivia; en este estudio se encontraron valores de
aproximadamente 1200 estolones m-2 para Trifolium repens en las
dos etapas de muestreo. La
longitud de los estolones (metros de estolones m-2) observada fue
39,2 en la primera etapa del ensayo y 31 en la
segunda.

Cuadro 2. Componentes de
gramíneas, leguminosas y especies de hoja ancha de la
pradera en la etapa inicial y final del estudio.
Table 2. Grasses, legumes and broad leaf species component of the
pasture at the beginning and end of the study

Balocchi et al. (1989) señalaron valores de 36 m
de estolones m-2, indicando que la pradera utilizada se encuentra
en un rango normal para la zona. El número de especies de
hoja ancha fue notoriamente menor a lo señalado por
Balocchi et al. (1989), y por Balocchi y Mansilla (1990). En la
primera etapa se encontraron 390 especies de hoja ancha por metro
cuadrado y 360 en la segunda etapa. Sin embargo, los autores
antes señalados reportaron valores de 3167 especies de
hoja ancha por metro cuadrado en el primer estudio y 706 en el
segundo. Estas cifras indican que la pradera presentaba
comparativamente una baja cantidad de especies de hoja
ancha.

Patrón diario de actividades de las vacas en
pastoreo

La Figura 1 muestra la distribución porcentual de las actividades
diarias de las vacas del ensayo, promedio de los tres
tratamientos. Se destaca la importancia relativa de algunas
actividades en relación a otras, como por ejemplo, la suma
del tiempo destinado a pastorear y rumiar es más de 60%
del día. Esto concuerda en general con lo reportado en la
literatura.
Según Stockdale y King (1983) en promedio, las vacas pasan
40% de su tiempo pastoreando y 27% rumiando. Phillips (1993)
indicó que las vacas pasan 38% del día pastoreando,
23% rumiando echadas, y 10% rumiando paradas. Hodgson (1990)
señaló valores promedios para el tiempo de pastoreo
de 35,8% y para el tiempo de rumia de 32,5%.  

Figura 1. Etograma de las vacas, promedio
de los tratamientos (% del tiempo diario).
Figure 1. Ethogram of cows, average of treatments (% daily
time).

Albright (1993), en un estudio de comportamiento
alimenticio para animales gemelos, señaló que el
tiempo de pastoreo fue de 29%, y de rumia 23%. Los porcentajes
obtenidos en este estudio para la actividad "pastoreando" para
los tres tratamientos varió de 31,0 a 34,2% del
día, valores que se encuentran más cercanos a la
base del rango de 29 a 40% reportados por los autores mencionados
precedentemente. Por otra parte, los porcentajes para la
actividad "rumiando" variaron entre 30,5 a 31,7%,
encontrándose en el rango de valores reportados por la
literatura. El tiempo diario de ordeña (incluido el arreo
hasta el momento en que las vacas ingresan a una nueva franja del
potrero) fue de 2,4 h. Este valor es muy similar a lo reportado
por Stockdale y King (1983), quienes mencionaron que en promedio
el tiempo de ordeña corresponde a 10% del día (2,4
h). A diferencia de esto, Peyraud et al. (1997) señalaron
rangos de 3,5 a 4 h. Esta diferencia podría ser atribuida
a la distancia entre los potreros y la sala de ordeña. En
el caso de este ensayo los potreros se encontraban a poca
distancia, entre 300 y 500 m.

Efecto de la suplementación en el tiempo de
pastoreo

El Cuadro 3 muestra que el tiempo de pastoreo en el
tratamiento sin suplementación fue superior (P<0,05) a
los tratamientos suplementados. La diferencia fue aproximadamente
45 min menos de pastoreo por día en los tratamientos que
recibieron suplementación con ambos tipos de concentrado.
Por otro lado, no se encontraron diferencias en el tiempo de
pastoreo de los tratamientos con concentrado.

Cuadro 3. Comportamiento del pastoreo, de
la rumia y tasa de bocados, según tratamientos.
Table 3. Grazing and ruminating behaviour and biting rate on each
treatment.

La modificación del tiempo de pastoreo producto de la
suplementación con concentrados fue reportada por
Combellas et al. (1979) en vaquillas de lechería, donde
por cada kilogramo de materia orgánica de concentrado
consumido por los animales, éstos pastorearon 11 min
menos, además la suplementación con concentrado
incrementó el consumo total de alimento, pero causó
una depresión
en el consumo de forraje. La información bibliográfica es
concordante al señalar que la suplementación, ya
sea con forrajes o concentrados, disminuye el tiempo de pastoreo
y por ende el consumo de pradera (Meijs y Hoekstra, 1984;
Phillips y Leaver, 1986). La variación en el tiempo de
pastoreo debida a la suplementación, depende del tipo de
suplemento y del tipo de pradera. Cuando se proporcionan
alimentos concentrados proteicos se produce una
disminución en el tiempo de pastoreo de 3 a 20 min por
kilogramo de concentrado, siendo mayor para suplementos
energéticos (Phillips y Leaver, 1985).

En este estudio, en promedio, el tiempo de pastoreo se
redujo producto de la suplementación en 7,5 min por
kilogramo de concentrado aportado, tiempo similar al encontrado
por Pulido (1997) con vacas de un nivel de producción
similar y bajo pastoreo rotativo de praderas compuestas
principalmente por ballica (Lolium perenne). Adicionalmente,
Phillips (1993) señaló que la suplementación
también afecta a vacas no suplementadas si éstas
pastorean junto con animales suplementados, ya que por un efecto
social, los animales sólo a pastoreo reducirían su
tiempo total de pastoreo. Este hecho no pudo ser medido en el
presente ensayo, pero podría ser una explicación
más para el bajo tiempo de pastoreo mostrado por las vacas
no suplementadas, en comparación con lo reportado en la
literatura. Otras causas para el bajo tiempo de pastoreo
podrían ser la alta disponibilidad de forraje ofrecido por
vaca y el método de pastoreo en franjas. Algunos autores,
como Peyraud et al. (1996), señalaron que disminuciones
del tiempo de pastoreo en vacas manejadas en pastoreo en franjas,
reflejarían la habilidad de los animales de anticipar el
cambio a una nueva franja, dado que las vacas preferirían
esperar la nueva franja aportada después de cada
ordeña.

Se analizó el tiempo de pastoreo en los
períodos diurno y nocturno, observándose
diferencias estadísticamente significativas entre
tratamientos en el período diurno (Cuadro 3). Por el
contrario, en el período nocturno no se observaron
diferencias entre tratamientos. Por lo tanto, el mayor tiempo de
pastoreo total al día, registrado por las vacas del
tratamiento sin suplementación, ocurrió durante el
período diurno. Al respecto, Albright (1993)
señaló que en promedio, 85% del tiempo total de
pastoreo ocurre durante el día y solamente 15% durante la
noche. Erlinger et al. (1990), señalaron que vacas
lecheras en una pradera anual en Gran Bretaña pastorean 20
a 30% del tiempo total de pastoreo en la noche, destacando que el
largo del día influye notoriamente en el tiempo de
pastoreo nocturno.

Ciclos de pastoreo durante el
día

En la Figura 2 se muestra el patrón diario del
tiempo de pastoreo para el promedio de los tratamientos. La
mayoría de los ciclos de pastoreo ocurrieron durante el
día, con los períodos de rumia y descanso
principalmente por la noche. Según Phillips (1993), las
vacas lecheras en ordeña, tienen un promedio de cinco
ciclos principales de pastoreo al día, cada uno con un
promedio de 110 min. Normalmente el primer ciclo de pastoreo
comienza después del amanecer, seguido de dos o tres
ciclos intensos entre ordeñas y luego el mayor y
más intenso al final de la tarde. Además
existiría un período corto de pastoreo nocturno de
aproximadamente 30 min alrededor de las 24:00 h. Los resultados
de este trabajo concuerdan con lo señalado por este autor,
ya que se observaron básicamente cuatro ciclos principales
de pastoreo: dos entre las ordeñas, uno, y el más
intenso, durante la tarde después de la ordeña, y
otro ciclo pequeño de pastoreo durante la noche. Destaca
el "efecto ordeña" en los ciclos de pastoreo,
observándose los períodos más intensos de
pastoreo inmediatamente después de ambas ordeñas.
En este ensayo no se observó diferencia entre los ciclos
de pastoreo realizados por las vacas de los distintos
tratamientos.

Figura 2. Ciclo diario de pastoreo,
promedio de los tratamientos.
Figure 2. Daily grazing cycle, average of treatments.

Efecto de la suplementación en el tiempo de
rumia

La suplementación no aumentó
significativamente el tiempo total de rumia (Cuadro 3), a pesar
que se observa un incremento, no significativo, de 17 min por
este efecto. Sin embargo, el tiempo de rumia diurno sí fue
significativamente inferior en las vacas no suplementadas; esto
fue compensado con un mayor tiempo de rumia nocturna. Este
comportamiento de rumia probablemente está relacionado al
mayor tiempo que destinan al pastoreo diurno las vacas no
suplementadas. Hodgson (1990) señaló un valor
promedio de tiempo de rumia de 7,8 h al día. En este
estudio se obtuvo un promedio de 7,3 h al día para el
tratamiento sólo pastoreo, y un promedio de 7,6 h al
día para los tratamientos suplementados.

Como promedio de los tratamientos el tiempo de rumia
echada fue un 80% del tiempo total de rumia, y la rumia nocturna
fue aproximadamente un 55% del total. Es necesario señalar
que en este estudio el tiempo de rumia puede estar subestimado,
debido a que no se realizó la medición de rumia
cuando las vacas se encontraban insertas en la rutina de
ordeña.

Ciclos de rumia a través del
día

En la Figura 3 se observa que los ciclos de rumia
sucedieron inmediatamente después de cada ciclo de
pastoreo. Existió un ciclo de rumia importante
después del pastoreo posterior a la ordeña de la
mañana que comenzó aproximadamente a las 11:00 h y
continuó hasta la ordeña de la tarde. Los
siguientes ciclos de rumia sucedieron a partir de las 18:00 h
aproximadamente y se prolongaron por toda la noche con un
período intenso alrededor de las 22:00 h y otro alrededor
de las 03:00 h. Fredes (1996) aseveró que los
períodos de rumia ocurren principalmente al final de la
mañana e inicio de la tarde, luego habría un
período nocturno de aproximadamente un 75% del tiempo
total de rumia. Hodgson (1986) señaló que la rumia
es generalmente nocturna, con la vaca echada, pero asevera que
también existe un ciclo importante durante la tarde,
aproximadamente a las 15:00 h. Este autor, indicó que
normalmente la mayoría de los miembros del grupo de
animales pastorean al mismo tiempo, pero existiría mayor
variación entre individuos en el patrón de
actividad de rumia.

Figura 3. Ciclo diario de rumia, promedio
de los tratamientos.
Figure 3. Daily ruminating cycle, average of
treatments.

Efecto de la suplementación sobre la tasa de
bocados

La suplementación con concentrado afectó
el número de bocados por minuto (Cuadro 3). El tratamiento
sin suplementación presentó una mayor tasa de
bocados que los tratamientos suplementados, no existiendo
diferencias entre ambos tipos de concentrado. Los valores se
encuentran en el rango reportado por otros autores como Hodgson
(1986), quién indicó que el número de
bocados diarios depende en gran medida del tiempo de pastoreo y
alcanzaría un máximo de 36000, mencionando que el
máximo número de bocados por minuto realizados por
vacas lecheras sería de 60, con un tiempo de pastoreo
diario de 600 min.

Efecto de la suplementación en el consumo
total de materia seca, consumo de pradera y producción de
leche

El Cuadro 4 muestra que la suplementación produjo
un aumento significativo en el consumo total de MS. No se
encontraron diferencias significativas entre los consumos totales
de los tratamientos que recibieron suplementación con los
dos tipos de concentrados. El consumo total de MS para vacas de
alta producción, expresado como porcentaje del peso vivo,
señalado por Leaver (1985), está alrededor de 3,25%
del peso vivo.

Cuadro 4. Consumo total de materia seca,
consumo de pradera y producción de leche, según
tratamiento.
Table 4. Total dry matter intake, pasture intake and milk
production on each treatment. 

En promedio, en el ensayo se registró un consumo
equivalente al 3,3% del peso vivo (18,13 kg MS), valor muy
similar al señalado en la literatura. El consumo de
pradera en las vacas sin suplementación fue
estadísticamente superior a las suplementadas (Cuadro 4).
No se encontraron diferencias significativas entre ambos tipos de
concentrado. Los valores de consumo de pradera fueron 2,9; 2,4 y
2,5% del peso vivo para los tres tratamientos, respectivamente.
Estas cifras son concordantes con lo señalado por Leaver
(1985), en que bajo condiciones de pastoreo el consumo de pradera
esta normalmente por debajo de 3% del peso vivo. Por otro lado,
Meijs (1986) en una investigación en que midió el efecto
del tipo de concentrado (fibroso vs. amiláceo) sobre el
consumo en vacas a pastoreo, señaló que el tipo de
concentrado afectó el consumo de pradera. Este autor
reportó consumos de forraje de 12,7 kg MS d-1 utilizando
una suplementación con 6 kg d-1 de un concentrado rico en
almidón, y 14,0 kg MS d-1 utilizando una
suplementación con 6 kg d-1 de un concentrado rico en
fibra digestible. El efecto descrito por este autor no fue
encontrado en este estudio, donde no se detectaron diferencias
significativas en el consumo de pradera entre ambos grupos
suplementados, probablemente porque la composición de los
concentrados no fue suficientemente diferente.

La producción de leche en el tratamiento
sólo a pastoreo alcanzó 29,6 L vaca-1 d-1 y fue
significativamente menor que en los animales suplementados con
concentrado. La respuesta productiva al concentrado en este
estudio está en el rango reportado en la literatura, y fue
de 0,5 y 0,45 litros de leche por kilogramo de concentrado A y B,
respectivamente. La razón principal de esta baja respuesta
se debería al efecto sustitutivo que ejerce el concentrado
sobre el consumo de pradera, con la consecuencia de un bajo
incremento en el consumo total de materia seca en las vacas con
concentrado.

Conclusiones

El tiempo de pastoreo y la tasa de bocados fueron
significativamente reducidos por efecto de la
suplementación con 6 kg de concentrado vaca d-1, no
existiendo diferencias entre ambos tipos de concentrado. El mayor
tiempo de pastoreo de las vacas sin suplementación
ocurrió durante el período diurno.

El consumo total de materia seca y producción de
leche fueron superiores en los tratamientos suplementados, sin
embargo, el consumo de pradera fue significativamente reducido
por la suplementación.

Literatura citada

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Publicación original. Agric.
Téc. [online]. ene. 2002, vol.62, no.1 [citado 12 Junio
2007], p.87-98.
Disponible en la World Wide
Web:

http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0365-28072002000100009&lng=es&nrm=iso

.
ISSN 0365-2807.
Reproducción autorizada por: Revista
Agricultura Técnica, hriquelm[arroba]inia.cl

Oscar Balocchi L.2, Rubén Pulido F.
2 y Javier Fernández V.
2

1. Recepción de originales: 24 de noviembre de
2000.

2. Universidad Austral de Chile, Facultad de Ciencias
Agrarias, Casilla 567, Valdivia, Chile, E-mail:


Partes: 1, 2
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