Seminario de Informática y sociedad. El cuerpo y la técnica moderna
- El juicio de
Descartes - El cuerpo
poseído - … Y ahora
que nos portamos bien - Las
ciudades: masas de individuos solitarios - La
libertad del producto y la esclavitud del
productor - El
delirio de sentirse observado - Lecturas: Kafka y
la bisagra; Burgess y la alternativa - Los
genes y usted: Cómo entenderse mejor a uno
mismo - Bibliografía
utilizada
El
juicio de Descartes
Érase una vez un hombre llamado
René Descartes, que
vivió entre los años 1596 y 1650. Francés
dedicado a la filosofía, abrigaba gran amor a la
sabiduría y a la comprensión de las cosas y del
hombre. Con semejantes preocupaciones, preguntas fundamentales
tocaron a su puerta: ¿Qué era el hombre?
¿Qué era la realidad? Para responder tamaños
interrogantes meditó en busca de lo certero e irrevocable.
Así comenzó el juicio de Descartes.
El punto de partida de Descartes fue la duda. Todo lo
que este hombre tenía por cierto y verdadero pasó a
ser falso hasta que se probara infaliblemente lo contrario. Los
objetos que sus sentidos le mostraban y el cuerpo que
sentía fueron puestos en tela de juicio. Así como
ante un juez el acusado es inocente hasta que se demuestre su
culpabilidad,
Descartes enjuició a la realidad y la existencia de su
propio ser. Los acusados (la totalidad del mundo y hasta el
propio Descartes) eran inexistentes hasta que se probara lo
contrario.
Pensar es existir. Por más que se lo
engañara y sus percepciones no fueran más que
ilusiones inexistentes en la realidad, era necesario que el
hombre existiera para ser engañado. Más aún,
el sólo hecho de dudar de la propia existencia era un
signo de esa existencia. El hombre para Descartes es "una cosa
que piensa, es decir, un espíritu, un entendimiento o una
razón." Desde este punto seguro Descartes
se lanzó a la comprobación de la existencia de
mundo que lo rodeaba.
Llegada la modernidad
significó que la muerte
estaba en todas partes. El mundo era sobre todo materia
muerta, disponible para su utilización. Se trata de una
perspectiva panmecanicista. Dice Hans Jonas, "El universo de la
cosmología moderna, enormemente ampliado, es un campo de
masas inanimadas y fuerzas que no persiguen finalidad alguna,
cuyos procesos
discurren según leyes constantes
de conformidad con su distribución cuantitativa en el espacio."
El mundo es desde ese momento abordado por coordenadas, reglas,
cálculos y sistemas
métricos. El mundo es sobre todo materia extensa. Y surge
el problema: ¿Cómo es que hay vida? La vida es un
ordenamiento particular de materia extensa en el mundo, un caso
excepcional.
El alma
inmaterial y superior es independiente del cuerpo, concebido este
último como una máquina portadora de órganos
y mecanismos, poleas y la bomba
de sangre: el
corazón. Las primeras disecciones oficiales
comenzaron en el siglo XIV, para luego extenderse. Entonces el
cadáver es el estado
más comprensible del cuerpo, es la puerta de acceso al
conocimiento
anatómico del hombre. El cadáver es el cuerpo que
puede ser desarmado y analizado, pues ya no hay alma que more en
él. Es con los anatomistas y sobre todo con la obra de
Vesalio De corporis humani fabrica, de 1543, que comienza
a darse una ruptura. Si antes estaba prohibido hacer incisiones
en el cuerpo, con el tiempo la
práctica quirúrgica se abrirá paso y las
ataduras mentales que prohibían la "violación" del
cuerpo se irán aflojando hasta que el nudo se
deshaga.
El
cuerpo poseído
Según Le Breton, a partir de la
década de 1960 surge un nuevo imaginario del cuerpo, que
concibe a éste como un territorio a explorar y un socio
del cual se requiere colaboración. Si en un primer momento
el individualismo hace que la persona tome
conciencia de
sí misma "como figura determinada, bien delimitada, de la
carne encerrada en ella", en un segundo momento se observa el
surgimiento de una sensibilidad narcisista que rescata al cuerpo
propio como valor. El
cuerpo contemporáneo es la posesión más
íntima del hombre, con la cual puede hacer lo que
él desee y le haga sentir mejor. La intimidad, valor clave
de la modernidad, se vuelca a su morada física: el cuerpo. El
cuerpo es el socio al cual se le pide que nos haga quedar bien,
que no se vea mal y que se corresponda con ciertos cánones
estéticos. Surge el Body Building, o sea la construcción del cuerpo. Así como el
hombre construye edificios, casas, plazas y automóviles,
también puede construirse a sí mismo. Entonces las
personas se encierran horas en un gimnasio a correr la cinta o a
"hacer aparatos". Antes el ejercicio al menos era al aire libre.
¿Qué relación puede estar teniendo con el
mundo alguien que corre la cinta automática y observa a
través de la ventana de un edificio? Los gimnasios son
empresas de
modelación corporal que, como dice Le Breton, son
funcionales a los ideales de circulación y no
obstrucción de la ciudad, tratados
más adelante. El cuerpo debe gastar energías, pero
en un espacio fijo, donde no moleste.
El hombre se convierte en efecto del cuerpo: si
se hace ejercicio, se toman los medicamentos adecuados, si se
cuida el cuerpo; entonces se estará bien. En una tanda de
propagandas de productos para
la limpieza personal de
varias marcas
últimamente ha aparecido la leyenda "belleza es salud." El cuerpo sano, es
también el cuerpo bello. La salud recompensa con la
belleza corporal. "Todo comunica", decía Erwin Goffman. La
forma en que nos vestimos, como hablamos, hacia donde miramos y
hasta nuestros silencios, son formas de decir algo. El cuerpo es
leído por el resto de las personas. Lo accesible al resto
de las personas es nuestra fachada, lo que mostramos, que puede
corresponderse más o menos con lo que queremos comunicar.
El cuerpo es modelado por los cánones de época en
cuanto a belleza: cuerpo esbelto, músculos definidos,
estomago firme. El hombre concibe tecnologías para
trabajar los diversos músculos y zonas del cuerpo.
También la cirugía hace su aporte: implantes de
pechos, extracción de costillas, liposucciones e implantes
capilares permiten al individuo
modificarse, rediseñar un aspecto corporal con el cual no
están satisfechos. El cirujano es el nuevo ingeniero del
cuerpo.
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