La Literatura según M. Foucault: un Sendero hacia otra Experiencia del Pensamiento
- Buscando el afuera de la
filosofía - Mas allá del saber, mas
acá del filosofar - La
literatura en el orden de los discursos - La
literatura: camino hacia el ser del
lenguaje
BUSCANDO EL
AFUERA DE LA FILOSOFÍA
En 1975, Michel Foucault se
refería a sus textos sobre la literatura en los siguientes
términos: "En el fondo, Blanchot, Klossowski, Bataille
–los autores de textos literarios en los que Foucault
fijó su atención, entre 1962 y 1966– eran
para mí mucho más que obras literarias, o discursos
internos de la literatura. Eran discursos externos a la
filosofía"(FPP). Dibuja así Foucault un espacio
fuera del texto
literario y que pareciera desplegarse desde dentro del pensar
filosófico. Veremos, sin embargo que, con la misma nitidez
que se dibuja un afuera de la obra literaria, o de su propio
discurso
interno, se abre, al mismo tiempo, un
afuera del propio pensar filosófico.
En efecto, no parece ser la intención de Foucault
elaborar una teoría
de la literatura, de su creación, de la obra o del autor.
Si algo se aproxima a una elaboración teorética
sería, más bien, la constitución de un primer eslabón
hacia el trastrocamiento del inmenso papel funcional que los
discursos del saber, propios de fines del siglo XIX e inicios del
siglo XX, han otorgado a la literatura. Tal función
pretende asignar al texto literario un carácter expresivo; la literatura entendida
"como el lugar de todos los tránsitos, o el punto al que
conducen todos los tránsitos, en fin, la expresión
de totalidades"(ibid). ¿En qué consiste el
trastrocamiento de esa funcionalidad? Pues bien, él se
revela en dos niveles que Foucault mezcla, prácticamente,
en cada uno de sus textos sobre la literatura.
Un primer nivel se refiere al desentrañamiento de
otra funcionalidad. Es el que aparece, de manera más
explícita, en El orden del discurso y en
¿Qué es un autor?. Foucault intenta responder en
esos textos, y en cuanto concierne no sólo a la
literatura, sino a la profusión de diversos discursos, las
siguientes preguntas: ¿Cuál es la actividad que
permite que circulen ficciones, poemas,
relatos en una cierta sociedad?,
¿Qué es lo que permite que un cierto número
de esos relatos se sacralicen y funcionen como
"literatura"?
Un segundo nivel ocupa la reflexión de Foucault,
ya no en la función que cumple el discurso literario;
más bien, surgirá la ocupación por
desentrañar el ser de la literatura. Esta reflexión
aparece con mayor claridad en Le langage à l’infini,
en Préface à la transgression y en La pensée
du dehors. Esta reflexión de Foucault va a ser
indisociable de la pregunta por el ser del lenguaje. "La
literatura no es el lenguaje
que se identifica consigo mismo hasta el punto de su
incandescente manifestación, es el lenguaje
alejándose lo más posible de sí mismo."
(PD,520).
Esta relación literatura-lenguaje, que incluso se
anuncia como introducción a "una ontología formal de la literatura"1
(LI,254), puede dar sentido al hecho de que el paso de Foucault
por la reflexión sobre la literatura haya sido un "ir y
venir alrededor del propio círculo de la filosofía
para hacer permeable –y por lo tanto, insignificante–
la frontera entre
lo filosófico y lo no-filosófico."
(FPP).
De manera que el anunciado trastrocamiento de la
función del discurso literario no se agota en una
substitución de una funcionalidad por otra; tampoco se
agota en una propedéutica de la búsqueda de la
esencia del lenguaje. Se anuncia, más bien, el rompimiento
del círculo filosófico como apertura del espacio
donde se hace posible otra experiencia del pensamiento.
Pensar ese espacio es la tarea de un "pensamiento del afuera"
que, más tarde, Foucault percibirá con mayor
claridad como la constitución de la "ontología de
nosotros mismos". Es un anuncio, entonces, de una
estilística del pensamiento que recorre toda la
experiencia del pensamiento constitutivo de todo el trabajo
intelectual lentamente construido por Foucault. Este
pequeño ensayo tan
solo se propone bordear el contorno de ese anuncio.
MAS ALLÁ DEL
SABER, MAS ACÁ DEL FILOSOFAR
Tomemos, pues, como punto de partida una suerte de
cuádruple definición del pensamiento del afuera.
Cuádruple, por cuanto se define en relación con dos
grandes temáticas, al tiempo que se da de manera negativa
y afirmativa. He aquí, esa definición:
Este pensamiento que se mantiene fuera de toda
subjetividad para hacer surgir como del exterior sus límites,
enunciar su fin, hacer brillar su dispersión y no obtener
más que su irrefutable ausencia, y que al mismo tiempo se
mantiene en el umbral de toda positividad, no tanto para extraer
su fundamento o su justificación, cuanto para encontrar el
espacio en que se despliega, el vacío que le sirve de
lugar, la distancia en que se constituye y en la que se esfuman,
desde el momento en que es objeto de la mirada, sus certidumbres
inmediatas, –este pensamiento, con relación a la
interioridad de nuestra reflexión filosófica y con
relación a la positividad de nuestro saber, constituye lo
que podríamos llamar en una palabra "el pensamiento del
afuera" (PD,521).
Las dos grandes temáticas en relación con
las cuales se da la definición, son la reflexión
filosófica y la constitución de un saber positivo.
Tal relación se da, en primera instancia, de manera
negativa. ¿No es ello, ya una manera de comenzar a definir
el pensamiento del afuera? Relación afirmativa,
también, porque ¿cómo sería posible
instaurar de otro modo el trabajo del
pensamiento sin repetir el eco de la reflexión
filosófica y la positividad del saber?
Debe entenderse que la reflexión que se propone
Foucault, tampoco tiene la pretensión de agotarse en un
texto propiamente literario, construido por él mismo;
sería la construcción de un círculo vicioso.
Se trata, en lugar de ello, de desentrañar, del propio
discurso literario, un decir, un habla que están
derramados en ese discurso. Pero ese desentrañamiento
exige una nueva experiencia del pensamiento.
Y esta es el pensamiento del afuera que, en manos de
Foucault, no se queda en mera insinuación al través
de un relato2. De allí, la expresión afirmativa de
la definición; aunque sólo sea una
afirmación que anuncia la imposibilidad de una
afirmación definitiva, absoluta.
Exploremos, con algún grado de detenimiento, los
elementos de esa cuádruple definición.
*
1 Recientemente, F. Gros ha
destacado que sólo en la reflexión sobre la
literatura Foucault se refirió a una ontología,
antes de retomar el término para designar su propio
trabajo histórico-crítico, a propósito de
las últimas reflexiones sobre la Aufklärung, al final
de su vida. (F. Gros, Foucault et le projet critique, en
Raison
Présente, 114, 1995; p.
20, nota 48).
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