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Movimientos sociales en la Red (página 5)




Enviado por Osvaldo Le�n



Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6

Apropiación
tecnológica

Disposición organizativa

Cuando una organización opta por incorporar
tecnologías de información y comunicación, en un primer momento lo que
resalta son las ventajas que éstas ofrecen sin
necesariamente colocar de por medio las implicaciones
organizativas. Más temprano que tarde ellas terminan por
salir a superficie ante la necesidad de buscar una
disposición organizativa más adecuada, para
poder integrar
los recursos y usos
de la
comunicación electrónica como para la asignación
y formación de recursos
humanos, tanto para el manejo técnico, como para el
manejo informativo.

En efecto, con el acceso a la Internet, las organizaciones se
encuentran ante el hecho de que la cantidad de informaciones que
reciben crece cada vez más, por lo que la necesidad de
establecer mecanismos para administrarla se va tornando
ineludible. En algo pueden ayudar las funciones
automáticas de la
computadora, pero ello no basta. Se requiere de "filtros
inteligentes", o sea gestionadores de información, que
seleccionen la información oportuna y pertinente para
luego canalizarla a las personas o el sector concernidos. Esto
es, para que las ventajas que ofrece esta tecnología puedan ser
aprovechadas de la mejor manera, en función de
los objetivos de
la
organización.

Como no se trata de una situación nueva que se
presenta de un porrazo, sino que va configurándose
día tras día, en las organizaciones sociales los
cambios tienden a seguir este ritmo inercial. Tan es así,
que las pocas organizaciones que de manera explícita han
abordado esta problemática lo han hecho ante consecuencias
dadas.

Para ilustrar este punto, nos remitimos a dos casos
típicos, que dan cuenta de dinámicas diferentes
para procesar tal situación. El uno se refiere a
organizaciones en las cuales la incorporación a la
Internet se da como un agregado más al uso
predominantemente secretarial y administrativo que se suele dar a
la computadora,
sin que falten situaciones donde sólo la secretaria tiene
la clave de acceso a la computadora que se utiliza para conectar
a la Internet, y cuando no está, nadie puede acceder a
este recurso.

A medida que el manejo de relaciones y los flujos de
información pasan crecientemente por este canal, se asiste
de hecho a un incremento del nivel de responsabilidad del personal asignado
a esta tarea, que se convierte en el puente entre la dirigencia o
los responsables de áreas, y las contrapartes externas.
Cuando a la correspondencia particular se suman dinámicas
de redes y fuentes de
información temática, la tarea de gestión
de información requiere de un manejo para el cual el
personal secretarial no necesariamente está calificado.
Dependiendo de su formación, su intuición y su
capacidad personal de percibir y responder a los nuevos
desafíos que plantea esta tarea, quien ocupa esta
posición puede convertirse en punto facilitador clave para
las interacciones externas, o al contrario en factor involuntario
de bloqueo.

El otro caso, en cambio, tiene
que ver con organizaciones en las cuales algún líder o
dirigente toma la iniciativa por cuenta propia de gerenciar la
información, seleccionando lo pertinente entre lo que
llega (análisis, despachos, propuestas, etc.), y
lo reparte a listas por sector o grupos de
personas, (o cuando éstos no tienen correo
electrónico, es impreso y entregado en papel). Pueden
ser materiales
para la formación de cuadros o la capacitación de formadores, para orientar
la acción
de la directiva o del conjunto de la organización, o los
que conciernen a una área de trabajo
específica (salud, educación, etc.). Una
iniciativa de este tipo suele contribuir a dinamizar al conjunto
y a fomentar un hábito de compartir información en
la organización, distinto al simple va y viene de mensajes
e indicaciones puntuales (como sería el caso con el correo
postal y el fax);
así, se explota el aspecto interactivo de Internet con un
sentido de mayor aprovechamiento organizativo.

Este último ejemplo permite apreciar cómo
el buen criterio en el uso de la Internet puede facilitar la
apertura de espacios de iniciativa personal, que inciden en el
ritmo del conjunto de una organización. Así, la
tarea de seleccionar, ordenar y redistribuir información
comienza a realizarse aún antes de que los dispositivos
organizacionales internos se pongan en marcha, para implementar
tal o cual tarea específica que incorpore las ventajas de
la Internet de una manera regular. Es más, no se precisa
que el cumplimiento de estas tareas sea realizado en la oficina, ni en
horarios de oficina, pues muchas veces se traslada a
casa.

El potencial de las nuevas
tecnologías para las organizaciones sociales tiene que
ver con al menos cuatro aspectos del quehacer organizativo:
organización interna, información,
comunicación y relacionamiento externo. En la
práctica, si bien cada uno tiene sus particularidades, las
distinciones entre ellos no son nítidas. Por ejemplo, la
información sirve para los otros tres, y las relaciones
internas y externas incorporan una dimensión de
comunicación. Por ello, resulta conveniente mantener un
nivel de coordinación y retroalimentación entre estas
actividades.

Cuando las organizaciones dan pasos hacia una
disposición organizativa más explícita para
la apropiación de las NTIC, éstos pueden incluir,
según el caso: un nuevo reparto de tareas y
responsabilidades, la asignación de infraestructura y
servicios de
conexión, y la contratación y/o formación de
los recursos humanos.

Estos cambios no suelen ser bruscos. Pasados los
primeros días de la introducción de una tecnología nueva
(como la compra de una computadora o la conexión a la
Internet), rápidamente ésta pasa a ser parte de la
rutina. Aunque la Internet trae consigo una aceleración de
los ritmos, en las organizaciones sociales ella termina por
acompasarse a las pausas que imponen los procesos
sociales. Dicho de otra manera, en el día a día,
las organizaciones van procesando los cambios poco a poco,
pausadamente, aunque bajo la presión de
acelerar el ritmo.

A menudo, las organizaciones comienzan a planificar un
reordenamiento interno a partir del momento en que reconocen la
dimensión informativo/comunicacional de las NTIC. Entonces
empiezan a asignar las funciones de gestión de
información a los sectores respectivos. Así, se
entrega el manejo de los flujos de información al
departamento de comunicación, o lo que concierne a
relaciones externas al departamento o secretaría
correspondiente. En varios casos, ha sido incluso la
intensificación del uso de las nuevas tecnologías
lo que ha acelerado la decisión de crear un departamento
de comunicación.

Las organizaciones tienen presente que, para que un
departamento pueda gestionar información adecuadamente,
necesita tener asignada una computadora con conexión a la
Internet. Justamente, diversos responsables de
comunicación contaron de las dificultades que enfrentan
para sacar pleno provecho de la Internet, cuando deben compartir
una computadora con la
administración, con sólo 5 ó 30 minutos
al día para manejar el correo
electrónico.

Por ello, asignar una computadora a este departamento es
uno de los pasos que se busca resolver cuando se decide priorizar
esta actividad. Unas pocas organizaciones han reconocido
también que es importante que este departamento pueda
contar con casilla de correo propia, para que tenga mayor
autonomía y agilidad de manejo de las comunicaciones.

Pero esta mayor autonomía de funcionamiento
también tiene sus riesgos, si no
se crean mecanismos y hábitos de compartir y
retroalimentar información entre los departamentos e
instancias de la organización, para que contribuya al
fortalecimiento organizativo. Cuando se mantienen fronteras fijas
entre los diferentes departamentos o sectores, se puede dar el
caso que cada uno se convierte en una isla, conectada hacia fuera
pero incomunicada hacia dentro, formándose así una
especie de archipiélago.

Es así, por ejemplo, que en una
organización su departamento de comunicación, cuyo
accionar está basado en una política de medios, se
relaciona hacia fuera principalmente con la prensa,
focalización que establece un campo de atención específica con canales de
relacionamiento particulares, subordinados al quehacer de enviar
y recibir noticias. Con
la misma lógica
su relación hacia adentro se da principalmente con los
dirigentes que hacen presencia en medios de
comunicación, y muy puntualmente con otras
secretarías, cuando éstas son protagonistas de
alguna acción o tema que se ha tornado
"noticioso".

Entre tanto, el sector salud, con su propia casilla
electrónica, también tiene su red de relaciones y fuentes
externas -participación en listas de interés,
ubicación de sitios web afines u
otras fuentes especializadas, etc.-, que le ha permitido ir
adquiriendo una masa crítica
de información, a partir de la cual produce su propia
información. Pero esta información procesada queda
como patrimonio del
sector salud, y no es compartida con el equipo de
comunicación, que frecuentemente carece de fuentes
internas para producir boletines, actualizar la revista o el
sitio web, etc.

Este ejemplo permite vislumbrar cómo el hecho de
aprovechar -o no- las facilidades que ofrece la Internet para
crear mecanismos de flujo interno de información, puede
influir en la permeabilidad o la rigidez de los contornos fijos
entre departamentos, y por ende, en sus posibilidades de refuerzo
mutuo. O, si se quiere, ayuda a destacar que más
importante que tener expertos en esta tecnología, lo que
cuenta es contar con personas preocupadas en pensar cómo
capitalizar tal tecnología en función de los
propósitos de la organización.

Recursos humanos

La proporción del personal y dirigencia que
utiliza la comunicación electrónica varía
mucho de una organización a otra, pero tiende a aumentar a
medida que la comunicación electrónica es
más asimilada a las actividades internas y externas. Al
respecto, conviene hacer una distinción entre quienes la
utilizan directamente y quienes indirectamente (por intermedio de
otra persona que
maneja la computadora).

Encontramos que, sobre todo en un período
inicial, un gran número de dirigentes mantiene un
distanciamiento respecto al manejo directo de la Internet,
aduciendo sobrecarga de tareas; aunque también hay los
casos de dirigentes que, por su cuenta, han aprendido a manejar
los equipos y programas, y han
socializado sus conocimientos y destrezas dentro de la
organización. Pero por lo general se comienza por encargar
la operación de la Internet al personal de apoyo
-secretarias, personal técnico- y/o a
voluntarios.

Cuando el uso del correo electrónico va ocupando
un lugar más importante en las comunicaciones e
interrelaciones de la organización, los miembros de la
dirigencia comienzan a reconocer que están en desventaja
al no poder manejar los equipos, y entonces buscan superar sus
resistencias
frente a ellos.

A menudo estas resistencias son mayores cuando se trata
de dirigentes con bajo nivel de educación formal, como es
el caso de muchos dirigentes de organizaciones del campo. Pero
cuando hay claridad de motivos y la decisión de aprender,
se logra superar estas limitaciones.

Un dirigente de la Coordinadora Nacional Indígena
y Campesina (CONIC) de Guatemala
describe cómo su organización enfrentó estas
dificultades. No obstante su bajo nivel de escolaridad, los
dirigentes "se han esforzado mucho por crecer en ese sentido y
mediante un 'estirón' han accedido a las computadoras,
a Internet; no con uno ni dos compañeros, sino al menos
con cinco personas capacitadas para hacer uso de esos equipos".
Inicialmente lo manejaron solamente entre miembros de la dirección nacional, pero luego "se
abrió el acceso a otros compañeros con más
tiempo para
aprender". Para superar las dificultades que se presentan,
trabajan en equipo frente a la computadora.

Otros obstáculos que destacan los y las
dirigentes para aprender el manejo de la tecnología son:
las carencias de recursos financieros, la falta de
capacitación, la edad y el idioma. Pero hay casos que
ilustran la decisión de buscar soluciones.

Una organización del campo de Nicaragua relata
que si sus dirigentes han aprendido a manejar las computadoras,
fue más bien para ahorrar recursos, pues contratar a
operadores técnicos tenía un costo
extraordinario. "Entonces, se ha preferido que sean los propios
dirigentes los que manejen esas tecnologías, primero por
la seguridad de la
organización, por el manejo interno de información,
y segundo porque es más fácil que el dirigente se
quede horas extras trabajando en su computadora. Ahí puede
operar su correo electrónico, lo que es más
ventajoso que depender de un operador".

La falta de capacitación técnica, como
también la poca experiencia en este campo, es citada como
obstáculo para aprovechar todas las posibilidades de las
NTIC, y además, como limitación para la reproducción del uso de la
tecnología entre otras personas y grupos de la
organización.

La edad es citada como un factor importante: existe la
percepción de que las personas
jóvenes tienen mayores aptitudes y predisposiciones para
acceder y navegar en la Internet que las personas de mayor edad,
que son las que generalmente ocupan los puestos de
dirección. Para las generaciones "anteriores a la Red", la
apropiación tecnológica significa un esfuerzo extra
para entender su lógica y los nuevos códigos,
léxicos y prácticas, a lo que un dirigente comunal
se refiere como la superación de "nuestro analfabetismo
virtual". Pero el problema generacional no sólo tiene que
ver con dificultades de aprendizaje, sino
también de imagen: se lo
considera un dominio de los
jóvenes. La razón, por ejemplo, para no sacarle
provecho a los cibercafés, en el caso de organizaciones
del interior que no tienen conexión propia, es que
éstos son vistos como lugares de
jóvenes.

Las barreras idiomáticas representan otro
problema para las personas que no manejan el inglés
-como es el caso de la gran mayoría de dirigentes
sociales-, debido a la predominancia de ese idioma, no
sólo en los contenidos de Internet, sino también en
parte del software disponible. Un
cierto lenguaje
utilitario en inglés ha sido asimilado por algunas
personas que trabajan en las organizaciones, además de que
en ciertos casos éstas cuentan con la ayuda de voluntarios
y cooperantes que facilitan el acceso (mediante traducción) a documentos e
información. La disposición (aunque limitada) de
programas informáticos en español o
portugués, así como la existencia de un volumen
considerable de información circulando en estos idiomas
por las redes facilita las cosas.

Cabe destacar que nadie -ni hombres ni mujeres- se
refirió a una brecha de género.
Incluso, la tendencia es que las mujeres más que los
hombres utilizan la Internet en las organizaciones sociales,
posiblemente con el antecedente del uso de la computadora para
transcripción de textos. En cambio, los dirigentes, que en
las organizaciones populares mixtas tienden a ser hombres de edad
mayor, en muchos casos nunca aprendieron a manejar la
máquina de escribir, de modo que presentan cierta resistencia a
sentarse frente a un teclado.

Por último, no faltan quienes ven a las NTIC como
asunto de "técnicos y entendidos" y no de campesinos,
dirigentes de mujeres o pobladores, lo cual les lleva a afirmar
que la Internet no corresponde a la cultura de las
personas que conforman las organizaciones sociales, en cuyo
contexto cultural predomina la comunicación oral y las relaciones
interpersonales directas. Pero se trata más bien de
una pequeña minoría entre las dirigencias
nacionales. Incluso hay organizaciones rurales que destacan que
en este plano han tenido que enfrentar prejuicios ajenos: esa
imagen de que la población del campo es per se "gente
atrasada" y por tanto incapaz de entenderse con las nuevas
tecnologías, y por ello no falta quienes se sorprendan al
verlos utilizando una computadora.

Para decirlo con el testimonio de un dirigente del MST
brasileño: "En una conversación que tuve con un
Obispo, le daba y le daba vueltas hasta que finalmente
soltó: 'Me dijeron que en la secretaria del MST tienen
computadoras, no creí'. En otra ocasión, cuando
hicimos la marcha a Brasilia en el 97, fuimos a un sindicato a
pedir una máquina para hacer la pauta que íbamos a
entregar. Y qué nos preguntan: ¿los Sin Tierra saben
dactilografiar? Pero, ¿por qué estas dudas? porque
tenían esa imagen de los Sin Tierra carentes, tras de la
cual casi está el criterio de que nosotros no podemos
acceder ni tenemos derecho a esas tecnologías".

Formación

La formación para el uso del Internet es
destacada por casi todas las organizaciones que participan en
esta iniciativa, como necesidad y como carencia. Si bien en
muchas hay personas que han recibido algún nivel de
capacitación, casi todas reconocen deficiencias en este
plano, incluyendo aquellas cuyo personal tiene mayores niveles de
profesionalización (por ejemplo, centros de
mujeres). Y es que la incorporación de nuevas
tecnologías es tan reciente y su evolución tan rápida, que la
mayoría no ha podido acumular la gama de conocimientos
requeridos ni seguir el paso de esa evolución.

En cada país existen recursos de
capacitación técnica; pero en sí no
necesariamente resuelven los problemas. A
menudo éstos proporcionan capacitación
únicamente en los procedimientos
elementales y técnicas
básicas, pero sin partir de las necesidades reales de las
organizaciones.

Es más, las necesidades de formación no se
ubican únicamente a nivel del manejo de la
tecnología como tal, sino también -y quizás
es la parte más compleja- en las destrezas para el manejo
de la información y los criterios para definir políticas,
que incluyen una mejor comprensión de las lógicas y
particularidades del medio.

La mayoría de las organizaciones participantes en
el estudio tienen como parte de su quehacer organizativo
programas de formación de sus dirigentes; algunas incluso
tienen convenios con universidades para su
profesionalización. No obstante, en pocos casos estos
programas de formación incluyen regularmente la
capacitación en comunicación o en el manejo del uso
de la Internet.

En este plano, la ATC de Nicaragua ha logrado apuntalar
una iniciativa de destaque, con miras a capacitar a sus
dirigentes y dotarles de una profesión (como operador de
computadora, contador, etc.) considerando que es a la vez una
inversión para la organización y una
forma de garantizar el futuro de la persona, para cuando ya no
sea dirigente. Para ello, no sólo organiza cursos de
capacitación internos, sino que realiza convenios con
centros universitarios para que los dirigentes puedan tener una
calificación profesional. Esta organización ha dado
inicialmente un entrenamiento
básico en el manejo del correo electrónico a unas
30 personas, tanto de su oficina central, como de organizaciones
miembros del interior del país, aunque en algunas zonas
las organizaciones aún no tienen acceso a
Internet.

Uno de los factores que impide que se integre más
formalmente la comunicación y las nuevas
tecnologías a los programas de formación internos,
es la percepción de que la comunicación es un
área únicamente para especialistas. Entonces, se
piensa que la contratación de periodistas resuelve los
problemas de comunicación de la organización, a
pesar de que todas las evidencias
demuestran que la comunicación es una actividad
transversal a todas las demás áreas, y que un
periodista que no cuente con claras directrices, aunque tenga la
mejor voluntad, no podrá dar respuestas adecuadas. Acaso
por esto, los participantes en el taller de intercambio de la
CWMS (abril 2001) formularon la recomendación a sus
organizaciones de incorporar la capacitación de las
dirigencias en políticas de comunicación y en
Internet, como una de las mayores necesidades
actuales.

Para el manejo técnico de Internet, diversos
dirigentes han tomado la iniciativa de capacitarse por su cuenta.
En algunas organizaciones se ha contratado personal o voluntarios
que tienen conocimientos en la materia. Otras
prefieren un mecanismo más informal de socialización de lo aprendido entre quienes
trabajan en la organización. En estos casos, mucho depende
del nivel de conocimiento y
entendimiento de la persona que lidera el proceso, pues,
si bien sus avances pueden significar un progreso para toda la
organización, también sus limitaciones pueden
repercutir en el conjunto, si no se buscan mecanismos de
superación.

No obstante las barreras culturales mencionadas
anteriormente, la mayoría de organizaciones señala
la disposición de su personal de planta y dirigentes a
recibir capacitación en el uso de la Internet. De una
forma u otra, con la práctica y la familiaridad se han
podido ir superando las resistencias e incertidumbres que surgen
ante una tecnología desconocida. Incluso, en varios casos
es ya una demanda de las
dirigencias en el interior. Al respecto, una dirigenta campesina
niega la realidad de barreras culturales: "Es cierto que no somos
conocedoras de cómo se usan esas tecnologías y
todos los beneficios que nos puedan otorgar. Pero como
organización tenemos la capacidad para aprender y darlas a
conocer. El problema principal es cómo obtenerlas y
aprender a utilizarlas".

Entre las expectativas mencionadas por las personas
consultadas, se enfatiza la de una capacitación colectiva.
Algunas señalan que la capacitación técnica
debe ser general, no sólo para la dirigencia, sino
también para la base. Se destaca la necesidad de compartir
información sobre los múltiples usos de Internet y
de aprender a manejar programas y recursos para saber discriminar
la información.

Como impedimentos a la capacitación, se mencionan
la falta de recursos económicos, la carencia de materiales
y equipos para realizar prácticas, problemas de tiempo, o
el hecho que su organización no le ha dado la importancia
debida o no cuenta con un programa de
formación.

Notas:

Bourdieu, en su "Esquisse d'une théorie
de la pratique", señalando las limitaciones del
conocimiento "fenomenológico" y "objetivista" propone el
"praxeológico" que "tiene por objeto no solamente el
sistema de
relaciones objetivas que construyen el modo de conocimientos
objetivistas, sino las relaciones 'dialécticas' entre
estas estructuras
objetivas y las 'disposiciones' estructuradas en las cuales ellas
se actualizan y que tienden a reproducirlas, esto es el doble
proceso de interiorización de la exterioridad y la
exteriorización de la interioridad" (p. 235,
traducción libre nuestra). Y es a partir de esta premisa
que desarrolla la categoría de capital
social, cultural y simbólico.

Marcelo Bonilla U. (2000) da cuenta de cuán
presente está el planteamiento de Bourdieu en los estudios
sobre NTIC que se están desarrollando en nuestra
región.


2
Específicamente, se trata de tres
talleres realizados en el programa de la CWMS (Quito, junio
2000; Porto Alegre, enero 2001; Quito, abril 2001).


3
Un estudio del Boston Consulting Group y Visa,
indica que de los 428 millones de habitantes de América
Latina, menos del 20 por ciento de las personas de 15
años o más viven en hogares que les permiten pagar
el acceso a Internet, y de éstos sólo 13.2 millones
realmente están conectadas a la red. (La Jornada, México, 12
de octubre de 2000).


4
Los anfitriones son computadoras conectadas
permanentemente a la Internet. Este indicador no revela
cuántos usuarios hay, pero es más fácil de
medir y permite comparaciones de la penetración de la
tecnología de un país o continente a
otro.


5
Cuatro compañías europeas, dos
estadounidenses y una canadiense controlan más del 75% de
las telecomunicaciones en América
Latina, como consecuencia del proceso de privatización que afectó a toda la
región durante la década de los 90. Las europeas
Telefónica de España,
Telecom Italia, Portugal
Telecom, France Telecom, las estadounidenses BellSouth y WorldCom
y la canadiense Bell Canadá International, son las que
concentran las comunicaciones telefónicas de casi 500
millones de latinoaméricanos. (Agencia ANC-UTBPA, Nueva
York, 6 de julio 2000)


6
Se trata de una preocupación
generalizada. La UNESCO (2001: 9), por ejemplo, sostiene: "La
lengua es el
vehículo fundamental de comunicación entre las
personas y es parte de su patrimonio cultural… De ahí
que la lengua del usuario no deba ser un obstáculo para
que éste pueda acceder al patrimonio multicultural de la
humanidad disponible en el ciberespacio. Sólo podrá
haber un desarrollo
armonioso de la sociedad de la
información si se fomenta la disponibilidad de
información plurilingüe y multicultural".


7
Los porcentajes para el año 2001
están cercanos al porcentaje de usuarios de Internet que
hablan estos idiomas: español el 4,5% y portugués
el 2,5%.


8
Este hecho lo ilustra el caso de una
organización urbano-popular de República
Dominicana, en cuya directiva se desató una
reflexión interna a partir de la lectura de
la encuesta sobre
equipamiento y conectividad, enviada en el marco de este estudio.
Si bien la intención de la encuesta era únicamente
recoger datos, en este
caso terminó interpelando a la organización. La
respuesta tardó varias semanas: "Cuando lo discutimos por
primera vez, todavía no teníamos una
comisión de información, poseíamos un solo
correo", relatan en su respuesta. "Ahora todos los miembros de la
comisión ejecutiva tienen correo abierto, la
información se distribuye de inmediato y la mayoría
tiene acceso directo a la computadora".


9
Un ejemplo son los programas de correo, que
presentan problemas de configuración cuando se quiere
adaptarlos para un uso colectivo de una misma casilla desde
más de una computadora.


10
Algunas personas ven al RTF (formato de
texto
enriquecido) como una solución más compatible para
el envío de archivos. Si bien
la compatibilidad es cierta, tiene una gran desventaja en el
momento en que se incluyen gráficos, o textos con diagramación
compleja. Un documento de 10 páginas, que en
versión texto no pasaría de 30.000 bytes, si es
diseñado con logo y convertido a RTF puede llegar hasta
más de 1 megabyte; bajarlo con un módem de 36K
puede significar 1 minuto en el teléfono para la versión texto y
alrededor de 30 minutos para la versión RTF.


11
Al respecto, conviene tener presente
que ciertos proveedores de
servicio
Internet ofrecen un precio
reducido (alrededor de $US 10 por mes) a quienes utilizan
únicamente el correo electrónico, sin
navegación en la Web. También en algunos
países (particularmente por parte de la red APC) se ha
mantenido el servicio de conectividad para el correo
electrónico, con el sistema antiguo "UUCP", para quienes
tienen equipos de anteriores generaciones.

Capítulo 4.
Internet y organizaciones
sociales:

Un estudio
exploratorio

(Sección
Dos)

Procesamiento informativo

Es ampliamente reconocido que el desarrollo del
conocimiento pasa, entre otros factores, por la posibilidad de
encontrar y aplicar oportunamente información pertinente.
La escasez de
fuentes confiables e información actualizada, relevante y
de fácil acceso –sobre todo la relacionada con el
ámbito internacional- ha sido una constante para las
organizaciones sociales de la región. Es más, son
pocas las que han logrado implementar un archivo
documental, al punto que no pocas veces se ha extraviado la
propia documentación interna, conllevando a la
pérdida de su memoria
histórica.

Con la computación y el acceso a Internet, esta
situación cambia rápidamente, lo cual no significa
que quede resuelta. Y es que las posibilidades de acceso a
información, de almacenamiento y
búsqueda se amplían enormemente, al punto que lo
que pasa a prevalecer es la abundancia, colocando contra la pared
a los criterios y hábitos moldeados en una realidad
marcada por la carencia. Un cambio de parámetros que
coloca nuevas exigencias para poder responder a los nuevos
desafíos, que tienen que ver, entre otros, con los
mecanismos y destrezas para buscar, seleccionar, ordenar y
canalizar la información requerida, de manera que pueda
llegar a manos de quienes lo necesiten, en el momento preciso y
en una forma funcional.

Muchas organizaciones, reconociendo el potencial para su
trabajo, buscan establecer procedimientos para responder a estos
desafíos. Otras, al no dotarse de los mecanismos
adecuados, quedan en una situación de
desinformación poco o nada mejor que antes, o, incluso,
las nuevas tecnologías les pueden traer más
problemas que soluciones.

La información que circula a través de la
Internet adopta dos formas principales de recepción: o
bien llega (solicitada o no) a la casilla electrónica,
donde puede ser procesada, o bien se la busca activamente
respondiendo a una necesidad concreta (en la Web, en bases de datos,
etc).

En el caso de la información recibida en la
casilla electrónica, se tiene la opción de leerla,
revisarla, guardarla, imprimirla, borrarla, o simplemente dejar
que se acumule, pero para poder aprovecharla, es preciso definir
criterios de selección
y ordenamiento. Mientras mayor es el flujo y volumen de la
información, más exigencias se plantean para
distinguir entre lo que es útil y lo que no lo es, y
así poder encaminarla a las personas o departamentos
concernidos. Esto es fácil decirlo, pero para las
organizaciones sociales son implicaciones de fondo: aprender a
administrar una abundancia informativa, siendo que
históricamente el asunto se había planteado en
terminos de carencias.

En el caso de la búsqueda activa de
información, el volumen en sí no es tanto el
problema. Este más bien reside en que las herramientas
de búsqueda sean las más adecuadas para encontrar
la información requerida, y que se tenga los
conocimientos, destrezas y ubicación de fuentes,
necesarios para acceder rápidamente a la
información deseada.

Selección y distribución

Al poco tiempo de abrir su casilla electrónica,
las organizaciones comienzan a recibir, además de la
correspondencia particular, mensajes de la lista de su respectiva
coordinación o red regional, información
distribuida mediante listas temáticas de intercambio o
aliases (listados de direcciones creadas por quien envía),
etc. La información abarca boletines, comunicados,
convocatorias, noticias, documentos, denuncias, entre otros,
provenientes de organizaciones hermanas, redes, coordinaciones,
ONGs, agencias de cooperación, etc. Las organizaciones
consultadas dicen estar afiliadas a entre 5 y 10 listas
regulares, y algunas, a más de 20. A veces son ellas las
que piden suscribirse a una lista determinada, pero la mayor
parte les llega sin haberlo solicitado.

La información que circula por estas listas, por
lo general, es valorada en forma positiva por las organizaciones
consultadas, pues encuentran que es actualizada, se refiere a los
procesos organizativos, permite integrarse a campañas
nacionales e internacionales, y porque son fuentes que "no
distorsionan los contenidos". Consideran que estas listas, entre
otras cosas, les permiten seguir aspectos de las coyunturas
nacionales e internacionales que no aparecen en la prensa
nacional, acceder a información sobre los temas de su
interés y ejercer la solidaridad con
luchas y organizaciones afines nacionales, del continente y del
mundo. Por lo tanto, las califican de "muy útiles", sobre
todo para mantenerse informadas y actualizadas sobre la
coyuntura; y también útiles para estar informadas
sobre temas, eventos y
campañas de solidaridad.

Gerenciar esta información requiere de un cierto
sistema de organización y criterios claros para la
selección y distribución a las personas interesadas.
Para el ordenamiento, algunas organizaciones aprovechan las
propias facilidades que ofrece la computación para
clasificar y almacenar lo que se recibe, creando, por ejemplo,
carpetas que corresponden, ora a las coordinaciones en las que
participan, ora a los temas en los cuales trabajan. Así,
aunque las versiones impresas sean repartidas, siempre queda un
respaldo archivado.

Para la distribución, los responsables indican
que cuando reciben información útil a través
del correo electrónico o la bajan de los portales de la
Web, generalmente la imprimen y la entregan a las distintas
áreas de trabajo y a la dirigencia, utilizándola
para actividades de formación y preparación de
propuestas. La información se transmite hacia los y las
dirigentes del interior por otras vías: lo más
frecuente es que se les entreguen carpetas de información
fotocopiada en las reuniones presenciales. En las organizaciones
donde los departamentos, dirigentes y/o afiliadas tienen casilla
electrónica propia, la difusión se hace más
bien por esta vía.

Pero varias organizaciones reconocen que, aun cuando es
evidente el interés por la información, no siempre
se alcanza a procesarla adecuadamente. Para sortear este
problema, algunas han recurrido a acuerdos con entidades amigas,
a las cuales les transfieren la información que llega
sobre un tema específico para que la revisen y procesen, y
la devuelvan una vez procesada.

Sobreinformación

Desde el momento en que las organizaciones abren su
casilla de correo electrónico y comienzan a participar en
circuitos de
intercambio de información, rápidamente los flujos
y fuentes de información se multiplican, debido, entre
otros factores, al hábito que tienen muchos usuarios de
"tomar prestadas" las listas de direcciones de mensajes que
reciben para conformar sus propias listas de
distribución1.

Ligado a lo anterior está el problema de los
mensajes que llegan repetidas veces a través de diferentes
listas. Si bien una cierta duplicación puede ser
inevitable, el problema empeora cuando los mensajes se
multiplican sin mayor criterio de contenidos ni de destinatarios
y con cero valor
agregado.

Al abordar este punto, una representante del movimiento de
mujeres fue contundente: "Estamos ante un gran problema porque
con la Internet muchos compañeros y compañeras se
han dedicado al panfletismo electrónico, acaso pensando
que se colocan en una posición de vanguardia en
la 'guerra
digital', bombardeando a la dirección e-mail que caiga en
sus manos con mensajes que rastrean en otros sitios, porque de su
propia cosecha nunca aparece nada. Y lo peor es que estos
panfletarios/as se atraen y cada cual reproduce lo de los/as
otros/as, que para desgracia de quienes estamos en sus listas eso
significa que recibamos el mismo mensaje 5, 10, y más
veces. Seguramente ellos/as se sentirán realizados/as,
pero creo que no se dan cuenta del daño
que están haciendo a las organizaciones. No se si es la
tara del vanguardismo,
de gente despistada o de egos que quieren brillar con luz ajena pero
como diciendo aquí estoy. Lo que sea, mi sensación
es que son gente con mentalidad de aspiradoras, que recogen todo
lo que les cae y luego lo echan a quien pase por el
camino".

El sentir generalizado de las organizaciones es que
sólo desearían estar en las listas de quienes
producen, mas no de aquellos que solamente reproducen y se
contentan con utilizar indiscriminadamente la función
"forward". No obstante, la situación no es tan simple,
como subraya una comunicadora de una organización rural,
debido a que "muchas de esas personas que se dedican a reproducir
mensajes son amigas de la organización, no podemos
decirles que ya no nos envíen más, siendo que de
100 mensajes que mandan si utilizamos dos o tres es como
mucho".

Pero también la velocidad de
la comunicación electrónica impone ritmos y tiempos
a los que no han estado
acostumbradas las organizaciones. Entonces, estas se ven
rebasadas en su capacidad para procesar y responder a las
múltiples demandas y requerimientos que vienen ya no
sólo de sus respectivos países sino de todo el
mundo. Casi todas se quejan del problema de tiempo que ello
ocasiona. Para unas, constituye prácticamente un estorbo.
Otras señalan que es preciso contar con una persona a
tiempo completo para poder administrar la información,
pero pocas pueden permitírselo.

El responsable de comunicación de una
organización indígena ecuatoriana explica que a
veces recibe entre 400 ó 500 mensajes diarios, cuyo
procesamiento toma mucho tiempo ya que "la información que
se pasa a los dirigentes es la que es clave, muy
sintética, elaborada, didáctica y sirve para explicar lo que pasa
en el planeta". Por eso, "cuando vemos, en las primeras
líneas, que son muy generales o temas muy repetitivos o
ajenos a la realidad nuestra, inmediatamente los vamos
eliminando", acota, precisando que, en cambio, "hay otros
mensajes que requieren un nivel de solidaridad, de urgencia, en
relación a la situación que están viviendo
pueblos indígenas o algunas otras sociedades y
entonces damos paso a eso".

El hecho es que para la mayoría de organizaciones
sigue siendo una materia pendiente desarrollar los mecanismos que
permitan diferenciar con agilidad la información
útil de la que no lo es, discernir cuáles mensajes
ameritan una respuesta inmediata y cuáles pueden esperar,
en fin, cómo desenvolverse en este mundo de abundante
información.

Un dirigente campesino
mexicano comenta las dificultades que enfrenta su
organización para procesar los temas. "La mayoría
de las organizaciones son del interior, entonces no se pueden
crear equipos más amplios que ayuden en la
información, que por ahora nos satura, pues no hay
capacidad humana para procesarla, en temas complejos como los
transgénicos, o el uso de plaguicidas en América
Latina".

Un elemento que empiezan a utilizar las organizaciones
para responder a la sobreinformación es aprender a
discriminar las fuentes; es decir identificar y utilizar las
fuentes creíbles y de mayor utilidad para
el trabajo
organizativo y político, y desechar aquellas que aportan
muy poco.

Búsqueda de información

Procesar y ordenar la información que llega es
sólo una parte de los nuevos desafíos. Con el
acceso a la Web se abre un gran abanico de posibilidades para
quienes desean investigar y buscar activamente fuentes
específicas de información. Las organizaciones que
se han metido a "navegar" en este mar de informaciones
señalan hacerlo varias veces por semana y otras muy
esporádicamente.

Los sitios Web más visitados son los de las
coordinaciones continentales a las que pertenecen, las
páginas referidas a su respectivo sector, además de
los buscadores y
portales más conocidos (Altavista, Yahoo, Lycos, Ole,
Google), y los
sitios Web de varios periódicos.

En cuanto al tipo de información que buscan, se
menciona entre otros: noticias de actualidad; datos
estadísticos de su sector o temas específicos de su
red; proyectos
productivos, asuntos ambientales y de turismo; temas de comercio y
servicios
públicos; derechos humanos;
derecho a la vivienda y a la tierra;
temas de capacitación; movimientos sociales y tendencias
del neoliberalismo. Aparte de estos temas, indagan
sobre el quehacer de otras organizaciones similares, de ONGs
nacionales e internacionales y sobre las noticias de la misma
organización divulgadas por otros sitios Web.

Si bien las organizaciones dicen que generalmente
encuentran lo que buscan, tienen también expectativas de
encontrar otro tipo de información que no hallan en los
sitios Web consultados. Entre otros, la que se refiere a estadísticas actualizadas de su
país; asuntos técnicos relacionados con estrategias de
desarrollo del campo; información sobre procesos
organizativos en el ámbito mundial; temas sociales y
movimientos afines (como mujer,
género, raza, racismo,
movimiento afro); y manuales de
elaboración de proyectos.

Los problemas encontrados tienen que ver con el limitado
tiempo de uso, lentitud de las conexiones, páginas muy
pesadas, costo de las conexiones, y el predominio del
inglés.

Difusión en Internet

Generación de información
propia

La Internet, por su carácter interactivo, no sólo ofrece
posibilidades de recibir información, sino, a la vez, de
generar información propia, potencial que en general es
muy poco aprovechado, por la fuerza con que
se ha implantado la cultura del consumo.
Algunas de las organizaciones participantes en esta iniciativa
tienen, desde hace algún tiempo, prácticas de
producir información e incluso canales propios de
difusión. La información que generan se refiere
principalmente a temas de actualidad nacional, coyuntura
política, violaciones de derechos humanos, acciones
urgentes, temas organizativos, campañas de solidaridad,
entre otros. También difunden sus conquistas e informan
sobre sus propuestas, congresos o encuentros y
acciones.

Esta información se difunde a través de
los periódicos, revistas o boletines que editan algunas
organizaciones nacionales o redes regionales, dirigidos
principalmente al interior y al entorno de la
organización. Algunas también producen programas
radiales o videos, u ocasionalmente editan libros. Muchas
emiten, regular u ocasionalmente, comunicados dirigidos a la
prensa nacional.

La mayoría estima, sin embargo, que es muy poca
la información propia difundida con relación a los
grandes volúmenes que reciben a través de Internet.
Entre las múltiples razones citadas para explicar este
hecho, figuran la carencia de recursos humanos capacitados, la
precariedad de infraestructura o la insuficiente
ponderación de la importancia de hacerlo. Pero más
que nada, uno de los principales obstáculos es la carencia
de políticas al respecto. Pues, justamente, cuando existe
una decisión política, por lo general se busca la
manera de superar estos desbalances.

Otra razón podría ser que ellas no valoran
que sus propias experiencias de construcción de propuestas o de nuevas
formas de organización puedan ser noticia y, por tanto, no
las comunican. Algunas han comentado que a veces ni al interior
de la propia organización se comparte esta
información de un sector a otro. O bien, cuando se produce
una información valiosa, a veces "muere en la
máquina burocrática interna", como dice un
dirigente brasileño; o sea, no se le da mayor
repercusión.

¿En qué medida el hecho de estar conectado
a Internet puede ser un soporte para la generación de
información propia? De hecho, no es evidente que sea una
fuente prioritaria para las producciones propias de las
organizaciones nacionales, que generalmente están basadas
en sus experiencias internas o en fuentes directas. Al menos
así lo confirma un dirigente del MST-Brasil al
señalar que: "El
periódico, para su elaboración, podría
prescindir de Internet -explica-; sólo hay aquella
página de los luchadores que se tiende a buscar más
en Internet. Para la radio, tenemos
un programa que va para 1200 radios, pero ahí más
bien hacemos entrevistas a
personalidades nacionales que las radios no tienen posibilidad de
hacerlas, aparte de temas muy específicos".

El caso puede ser distinto para una coordinación
regional, que recibe la mayor parte de la información de
sus integrantes o instancias fraternas a través de este
canal.

Pero en otro sentido, la Internet sí abre
potencialmente nuevas oportunidades de difusión a partir
de las fuentes recibidas. Por ejemplo, al compilar
información sobre temas internacionales que conciernen a
su sector, con un mínimo de procesamiento y
complementándolo con algún contenido nacional, la
organización puede constituirse en fuente de consulta para
la prensa nacional.

La Asociación Nacional de Mujeres Rurales e
Indígenas (ANAMURI) de Chile reconoce que este medio le ha
permitido tener una experiencia hasta entonces inédita:
preparar un expediente sobre los efectos de los plaguicidas, a
partir de información recibida por Internet, que
entregó a diferentes medios: TV, radios,
periódicos. Algunos medios utilizaron el material y el
tema se difundió, si bien no siempre dieron crédito
a la organización que hizo llegar la
información.

Sin embargo, por lo general, es poco el uso que se da a
las fuentes de Internet en este sentido. Y cuando se las utiliza
para la difusión, generalmente se aporta poco valor
agregado, o sea, se redifunde la información ya
elaborada.

Pero la relación entre uso de la Internet y la
capacidad de difusión de una organización es
compleja y es a menudo difícil establecer una
relación directa de causa efecto. Por ejemplo, la
repercusión que logre una organización en el plano
internacional, en el caso de una situación de emergencia,
en la cual la difusión a través de Internet puede
ser un ingrediente importante mas no el único, a su vez
puede incidir indirectamente en la cobertura por parte de los
medios nacionales.

En coyunturas de movilización, la
Confederación de Nacionalidades Indígenas del
Ecuador
(CONAIE) comenta que ha enviado pedidos de acción urgente,
incluso con fotografías de las víctimas mortales de
la represión, por correo electrónico, a una lista
que incluye personas amigas, movimientos indígenas,
organismos y redes de derechos humanos y ecologistas de
América Latina, América del Norte y Europa. "Estos
enviaron no sólo cartas de apoyo
al movimiento indígena sino que hicieron llegar centenares
de pedidos al Presidente de la República para que cese la
represión y se siente a una mesa de diálogo".
Los medios nacionales, informa el responsable de
comunicación de la organización, viendo el impacto
internacional de la noticia, se vieron obligados a dar una mayor
cobertura a la problemática, no sólo de cara a su
audiencia nacional, sino sobre todo para responder a la
expectativa internacional sobre sus respectivas ediciones en
Internet.

El correo electrónico para la
difusión

La información que las organizaciones difunden a
través del correo electrónico y listas de
distribución es, al menos en un primer momento, la misma
información que producen para la comunicación
impresa (comunicados, documentos, revistas). Los temas,
según indican, se refieren principalmente a denuncias y,
en menor medida, a información sobre sus actividades,
coyuntura, campañas de solidaridad, eventos o derechos.
Frecuentemente, los pasos iniciales en este campo se dan como
respuesta a alguna situación de emergencia, como la
necesidad de denunciar y buscar solidaridad frente a un caso
flagrante de violación de derechos básicos o una
movilización importante.

En Nicaragua, durante la Marcha por la Vida (1999) se
visualizó la importancia de la difusión por correo
electrónico para la proyección internacional:
primero, por los mensajes de solidaridad que llegaron, luego por
la difusión hacia el exterior y, finalmente, porque
permitió un seguimiento en el ámbito de la opinión
pública.

Pero aunque se cuente con un mecanismo de
distribución establecido, la producción de información tiende a
fluctuar según las coyunturas: cuando los conflictos
sociales se agudizan y las organizaciones se involucran en luchas
y acciones colectivas, los flujos de información llegan a
los picos más altos, sin embargo, tienden a decaer apenas
las aguas retornan a su lugar.

Este hecho es digno de notar, pues se da sobre todo
desde la introducción del correo electrónico (y en
menor medida el fax). Anteriormente, cuando la difusión
dependía del correo postal y los ritmos eran otros (o sea,
hasta inicios de los años 90, por lo menos), la tendencia
era inversa: en las situaciones de emergencia era cuando la
información dejaba de fluir hacia el exterior -sea por
bloqueo y represión, sea porque las urgencias del momento
impedían priorizar las actividades de difusión. La
facilidad e inmediatez de la difusión por correo
electrónico parece haber incidido para ayudar a superar
este bloqueo. El resultado ha demostrado la gran importancia de
este cambio, pues permite que se manifiesten expresiones de
solidaridad internacional, que en ciertas ocasiones logran
incidir en la actitud de las
autoridades, en tanto se sienten estar bajo la mira del
mundo.

En efecto, las organizaciones consultadas perciben que
el correo electrónico y las listas de distribución
les permiten llegar a un entorno solidario, sea nacional o
internacional, de organizaciones fraternas o afines, las cuales a
su vez pueden utilizar la misma vía, complementada por el
fax, cartas etc., para expresar su solidaridad. Las
organizaciones valoran estas posibilidades de difusión,
pues perciben que les permiten tener una comunicación
más directa y multiplicadora hacia el exterior, con
información actualizada sobre sus procesos sociales.
Así mismo, reconocen que el uso que hacen del correo
electrónico para difundir información es
todavía limitado.

Algunas organizaciones están abriendo, incluso a
través del correo electrónico, canales directos e
inmediatos de información hacia los medios, lo que es
especialmente útil en las coyunturas de mayor conflicto.

El paso hacia la Web

La difusión en la Web es percibida por las
organizaciones sociales como un paso más elevado y
complejo que la difusión por correo electrónico y
listas. Y es que, de hecho, es una forma de comunicación
cuyos formatos pueden ser tan o más variados que los
impresos: desde un folleto de presentación hasta un
libro, pasando
por una revista o un banco de datos, e
incluir hasta programas de radio y televisión.

Así, el sitio Web de una organización o
coordinación social puede contener a la vez
información de presentación básica
(qué es la organización, su historia, sus componentes),
sus documentos fundamentales (de congresos, declaraciones
claves); también información más puntual y
ágil sobre sus actividades, luchas, propuestas ante la
coyuntura, pedidos de solidaridad; incluso puede incorporar
elementos culturales, como archivos gráficos, música,
etc.

Un sitio Web puede, además, combinar varios de
estos formatos, con una flexibilidad que no ofrecen los impresos,
en cuanto a frecuencia de actualización, posibilidad de
vincular directamente los diferentes contenidos y niveles de
información y la opción de destacar, según
el momento o el espacio, aspectos distintos. Con la ventaja
adicional de que la Web permite ordenar los diferentes tipos de
contenido por categorías o temas, y diferenciar su
presentación. Pero ello exige una cierta planificación.

Casi todas las organizaciones consultadas en el marco de
este estudio, o tienen sitio web o están camino a crearlo.
Muchas veces un factor de motivación
es la demanda externa ("todo el mundo nos pregunta si tenemos
página
web"), lo cual hace que las organizaciones perciban que es
una manera de tener presencia y responder a una expectativa ya
existente. Y es que, al ser organizaciones que se han convertido
en actores sociales reconocidos por su capacidad de
movilización y la justeza de sus demandas, despiertan el
interés público y son muchos los que quieren
conocer sobre su historia, su trayectoria y sus planteamientos.
En esas circunstancias, a las organizaciones les resulta
más práctico remitir a quienes les piden
información hacia sus páginas
web, con la ventaja de que estas pueden ser consultadas en
cualquier momento y desde cualquier lugar, y no requieren de
respuestas individuales.

"Cuando una persona quiere conocer la
organización o nos pide información sobre una u
otra actividad, le indicamos que tenemos una página, que
la puede consultar, y que puede entrar en contacto con nosotros
para enviarle fotos o textos
complementarios", señala al respecto una comunicadora del
MST-Brasil.

A menudo la presencia inicial en la Web se limita a una
página de presentación de la organización
(su carácter, objetivos, estructura,
directiva). Mientras la organización no haya definido un
plan de
desarrollo, esta página bien puede quedar sin modificar
durante semanas o meses. Aquellas organizaciones que han
comprendido que el potencial de visibilidad de la
organización en la Web, pasa por la actualización
regular de información, colocan sus boletines de prensa,
documentos, proyectos, etc.

¿Qué ventajas perciben las organizaciones
de tener un sitio web? Varias consideran que les ha permitido
fortalecer su presencia pública y facilitar el trabajo de
relaciones externas. Otras respuestas destacan que constituye una
oportunidad para llegar a los públicos jóvenes que
son los que más la usan; y se menciona la facilidad de
enlazar con las coordinaciones internacionales y participar en
mejores condiciones en los eventos internacionales de
solidaridad.

Algunos retos de la presencia en la
Web

Los mecanismos para crear y desarrollar un sitio Web son
poco conocidos para la mayoría de organizaciones, y por lo
tanto, el umbral resulta más difícil de cruzar que
el uso de correo y listas. Mientras la comunicación por
correo electrónico se caracteriza a menudo por una cierta
informalidad e incluso espontaneidad, incursionar en la Web es
percibido como un gesto más formal. Esta percepción
tiene cierto fundamento, debido a la mayor permanencia de la
información y su diseño
más acabado, pero también al hecho de que
potencialmente llega a una audiencia más amplia, cuya
composición es desconocida. Es más, se lo considera
más complejo técnicamente. Por lo tanto, a menudo
se lo posterga, o se lo deja en manos de terceros, con la
consecuente carencia de control sobre el
proceso.

En la práctica, en varias organizaciones han sido
voluntarios o estudiantes de universidades nacionales quienes,
con anuencia de aquellas, han tomado la iniciativa de crear el
sitio. Esto, sin dejar de ser un apoyo importante, a veces
resulta una salida fácil y no necesariamente significa que
la organización asuma las implicaciones o le dé
seguimiento cuando los voluntarios se van. En otras casos, se
confía el sitio a grupos de solidaridad en el exterior,
que generalmente lo hacen en su tiempo libre. O bien se abre una
página de presentación en algún organismo
externo con reducidas posibilidades de
actualización.

Esta dificultad de asumir la producción
técnica se debe, en parte, a la forma en que hasta ahora
se ha desarrollado el software, que prácticamente obliga a
recurrir a personal técnico especializado sea para
diseñar las páginas, sea para colocarlas en el
sitio, aunque la tecnología permite crear soluciones
más fáciles. Cuando se depende de la solidaridad
externa, la organización no controla los tiempos y a
menudo la información llega a destiempo, lo que, de hecho,
restringe enormemente la posibilidad de responder oportunamente a
las coyunturas. Además, aún cuando el trabajo de
diseñar y subir manualmente la información al sitio
se hace internamente, algunas organizaciones encuentran que es
exigente en tiempo y recursos humanos. Así, en la
práctica, de las organizaciones que participaron en el
estudio y que tienen sitio Web, sólo una actualiza al
menos semanalmente la información, las demás cada
15 días, esporádicamente o casi nunca.

La dificultad de producir y subir información con
regularidad es susceptible de incidir en el impacto del sitio,
pues cuando un visitante abre varias veces una página Web
y no encuentra información nueva, generalmente no vuelve
al sitio.

No obstante, las organizaciones reconocen que el
problema de fondo reside más bien en la carencia de
políticas, como también en la falta de mecanismos
para convertir la propia experiencia y accionar de la
organización en noticia. Son pocas, todavía, las
organizaciones que han llegado a elaborar una política
para su sitio web, integrada con una política general de
comunicación y sus programas de acción.

A veces existe una visión de lo que se quisiera
difundir, pero mientras no esté integrado como proyecto del
conjunto de las instancias de la organización, no puede
prosperar.

La CONAIE de Ecuador, cuyo sitio web está
principalmente enfocado en la coyuntura (http://conaie.org), indica: "tenemos previsto
desarrollar una página web que nos permita dar cuenta de
lo que somos los pueblos y las nacionalidades indígenas,
de lo que producen, las prácticas espirituales,
medicinales, de los sistemas de
comercialización, del desarrollo de la
biotecnología, tenemos un archivo
fotográfico y en video, pero para
colocarla no hemos tenido el tiempo y los recursos para poder
alimentar la página web". Para ello quieren también
conectar a sus bases, para que "las organizaciones puedan
alimentar la parte correspondiente a su pueblo, es decir, que los
tsáchilas alimenten permanentemente la información
correspondiente a la nacionalidad
tsáchila, lo mismo los sionas secoyas, etc. Con ello
descentralizamos la información".

Otro problema son los ritmos que impone Internet, muy
rápidos en relación al ritmo con el cual se ha
acostumbrado a funcionar la mayoría de organizaciones. La
simultaneidad que caracteriza al medio presiona hacia respuestas
inmediatas, a la información al día. Pero en muchas
organizaciones la producción de información sigue
los ritmos de la época del impreso. Los esquemas son los
mismos que imperaban para producir los periódicos,
boletines, revistas, comunicados de prensa, etc., a veces sin
percatarse de las nuevas exigencias y requerimientos de los
espacios virtuales. Estos problemas no son exclusivos de las
organizaciones sociales sino más generalizados, y
están relacionados con el poco conocimiento de las
características particulares de la Internet.

Las organizaciones sociales perciben que la Web es un
instrumento para el relacionamiento internacional. Sin embargo,
por lo general la información que producen es concebida
más bien para una audiencia local. Para que sea
comprensible hacia fuera, muchas veces necesitaría de una
mayor contextualización (antecedentes indispensables,
ubicación precisa de lugares, tiempos, explicación
de siglas, etc.). Algunas organizaciones adaptan su
información en este sentido antes de subirla a la Web,
pero no todas lo hacen por que no tienen los recursos humanos
para ello2.

"No hemos medido el impacto de la web, pero tenemos
correos electrónicos y llamadas telefónicas que nos
dicen: 'por favor actualicen la web, necesitamos este tipo de
información; en la web se plantea la plurinacionalidad,
queremos que nos digan qué significa la plurinacionalidad,
el Estado
multiétnico'; esto nos va dando la medida de que la usan
estudiantes, investigadores. Yo creo que en el extranjero hay
mucha más atención de las páginas web y nos
piden este tipo de información", comenta un comunicador de
la CONAIE de Ecuador.

Una de las dificultades con la publicación en la
Web es saber, justamente, a quién se dirige y
quiénes lo visitan, pues la audiencia no es visible y no
siempre es fácil de identificar. Incluso organizaciones
que han elaborado una política para la Web no siempre
tienen claro si se dirigen al público en general o a una
audiencia más específica: por ejemplo a
organizaciones fraternas, a la solidaridad internacional, a
medios de comunicación, estudiantes y académicos,
etc.

Entre los factores externos que influyen en la audiencia
de un sitio Web está el idioma. Los sitios
únicamente en español tendrán una audiencia
principalmente en América Latina y España. Para las
organizaciones sociales, la posibilidad de difundir en otros
idiomas pasa, generalmente, por la colaboración voluntaria
de grupos de solidaridad, en cuyo caso el ámbito de
cobertura se amplía.

Es el caso del Movimiento Sin Tierra de Brasil que tiene
su sitio en portugués (http://www.mst.org.br) dirigido
principalmente a lo interno. El idioma limita una difusión
más amplia, por eso ha creado un sitio en español
(dentro de la CWMS: http://www.movimientos.org/cloc/mst-br) para
América Latina, y sitios en inglés, italiano y
alemán, manejados por grupos de solidaridad en
Europa.

Asimismo, entre las organizaciones indígenas de
América Latina, son pocas las que manejan su propio sitio
Web o incluso no tienen acceso a la Web, sin embargo, cuentan con
sitios en inglés creados por grupos de solidaridad en
EE.UU., Canadá o Europa. Estos reciben la
información por correo electrónico, la traducen y
colocan en las páginas Web de las
organizaciones.

Otro problema reconocido es el de la utilización
de diseños que dificultan la navegación y la
lectura. Con
frecuencia esto se produce cuando se deja el diseño en
manos externas que hacen un uso exagerado de gráficos
pesados y animación, cuyo atractivo y encanto se evapora
rápidamente ante la lentitud del acceso, que, para muchas
organizaciones latinoamericanas que conectan a la Web con equipos
lentos o líneas congestionadas, significa que nunca
volverán. Un diseño de las páginas muy
cargado de texto también puede dificultar la lectura o la
posibilidad de bajar los textos para imprimirlos en
papel3.

Un último, pero importante factor que limita la
visibilidad, es la falta de promoción de los sitios, o de
vínculos con otros espacios. Quedan, así, como
gotas en el océano. Algunas organizaciones están
contentas de haber recibido 200 visitas en seis meses, lo cual es
poquísimo para este medio, y expresa un desconocimiento de
las posibilidades de difusión que implica este
sistema.

Funcionamiento en red

Flujos internos

Una de las características de los actuales
procesos de organización social es la importancia que se
le asigna al funcionamiento democrático y participativo.
Sin embargo, muchas veces tal disposición en la
práctica termina diluyéndose por razones de
costos
financieros (pasajes para reuniones, llamadas telefónicas
o faxes de larga distancia nacional, etc.). De ahí que
muchas organizaciones han visto que la Internet puede ser un
importante recurso no sólo en términos de ahorro de
dinero y
tiempo, sino también para efectivamente establecer una
dinámica permanente de consultas y de
intercambio de información. Disposición que, no
obstante, choca con los problemas de infraestructura, pero sobre
todo de formación y de crear el hábito del uso de
Internet entre la dirigencia.

En ANAMURI, organización chilena de mujeres
campesinas e indígenas, señala una dirigenta, "de
partida no queríamos hacer una organización
jerárquica, pero por el alto costo de reunir cada dos
meses a la directiva, tuvimos que establecer un ejecutivo, que se
reúne mensualmente, y la directiva en pleno se
reúne con menos frecuencia, y eso deja al 50 por ciento
del directorio fuera de la toma de
decisiones generales. Recurrimos a consultas
telefónicas sobre las decisiones a tomar, pero ello
tampoco lo resuelve, pues se cae en el formalismo… Ya es un
acuerdo que está ganado desde el primer momento". Es
más, la cuenta mensual telefónica supera la del
arriendo.

Apreciando que el correo electrónico podía
contribuir a solventar esta situación, decidieron abrir
casilleros electrónicos en un portal de carácter
comercial para cada una de las coordinadoras regionales. Ellas,
desde los cibercafés, las universidades, escuelas u ONGs
amigas, "bajan" los mensajes que se les envían
regularmente desde la coordinación nacional. Y así,
acota la dirigenta, "por lo menos hemos logrado tener un equipo
de dirección intermedio medianamente informado, con esto
tratamos de que la toma de decisiones sea colectiva, y eso nos
permite emitir una opinión y conocer lo que está
diciendo la otra. Nuestra aspiración es tener un sistema
de comunicación interna, es decir tener a la
organización conectada en redes, ojalá en cada
región pudiéramos tener el computador y
la conexión"

Esta aspiración de ir hacia un funcionamiento
interno en red aparece como una constante en el grueso de
organizaciones, reconociendo que la forma tradicional de
transmisión oral se ha tornado insuficiente. Como anota un
dirigente agrario hondureño: "Mantenemos el esquema de que
cada miembro de la junta directiva lleva a sus bases las
decisiones de la junta, y esa misma persona informa del accionar
y de las cosas que está haciendo su organización en
la base. Definitivamente creemos que esto tiene que cambiar, que
la comunicación es el más grave problema que
tenemos, y se siente tanto en el ámbito nacional como
regional".

En la CONAIE de Ecuador, señala un responsable de
comunicación, "queremos desarrollar una serie de
telecentros, espacios múltiples de comunicaciones en los
cantones, en las parroquias y de ser posible en las comunidades.
Nosotros estamos alentando a que los compañeros en los
centros educativos y otros puedan contar con casilla
electrónica porque estamos viendo que la
comunicación electrónica puede servirnos para
mejorar los niveles de comercialización, si necesitamos,
por ejemplo, unos 500 quintales de arroz, yuca, plátano,
etc. podemos comunicarnos con los compañeros de la Costa o
de la Amazonia, es decir podemos comercializar, abaratar costos y
eliminar a los intermediaros que se llevan una gran parte. Con
esto le estamos viendo a la comunicación
electrónica como un elemento de fortalecimiento
organizativo que nos permita interactuar en todos los
órdenes de la vida: la educación, la
economía,
producción de conocimientos, etc.".

Internet ha contribuido a descentralizar y desconcentrar
los flujos de información, tanto a lo interno como hacia
la sociedad, reconoce un dirigente del MST brasileño,
precisando: "Antes, con el telex y fax, todo estaba centralizado
en la secretaría nacional y de la nacional iba para los
estados. Hoy no, los propios estados han adquirido la capacidad
de ellos mismos hacer la irradiación directa a los otros
estados. Con esta red, los sectores igualmente han organizado sus
propias listas con destinatarios preferenciales, con lo
específico de ellos. Han adquirido -se puede decir- vida
propia para comunicarse. Se descentralizó más este
asunto. Hoy en la nacional recibimos lo mismo que va para otros
estados, somos un destinatario más".

En el curso de las consultas, se mencionó
también uno que otro caso de reponsables que guardan la
información, no la comparten o lo hacen parcialmente. Sin
embargo, la tendencia es a internalizar que la información
mientras más circula más se enriquece; por ejemplo,
mientras más ampliamente se conozca dentro de la
organización sobre las relaciones que ésta mantiene
en el seno de una coordinación regional, mayor será
el sentido de pertenencia a la coordinación y mejores sus
posibilidades de propuesta y solidaridad en este
marco.

En general, entre las organizaciones consultadas hay un
reconocimiento de que la fluidez de la información
facilita los procesos de consulta, formación de opiniones,
construcción de consensos y toma de decisiones colectivas,
es decir contribuye a democratizar la vida interna, a que las
resoluciones que se toman en las direcciones nacionales o
regionales puedan ser inmediatamente comunicadas a las
organizaciones de base, por más lejos que se encuentren.
Y, además, que facilita el mejor desenvolvimiento de los
eventos internos: si previamente los dirigentes reciben,
vía comunicación electrónica, la agenda y
los documentos de la reunión estarán en mejores
condiciones de participar y provechar de mejor manera el
tiempo.

No obstante esta comprensión y más
allá de la predisposición que la dirigencia pueda
tener en esta materia, de por medio está una serie de
barreras que dificultan el camino, que van desde las limitaciones
económicas ("una buena parte de nuestras organizaciones de
base ni siquiera pueden pagar una línea
telefónica"), hasta las de orden cultural ("en nuestro
país el índice de alfabetismo es muy alto", "hay
una barrera cultural a las nuevas tecnologías"), pasando
por los bloqueos de tipo institucional ("la idea de descentralización es buena, pero muy
complicada").

Enlaces internacionales

Hoy por hoy, lo que se constata es que el funcionamiento
en red aparece con mayor nitidez a nivel internacional que a lo
interno de las organizaciones. Por lo general, anota una
dirigente del movimiento urbano popular de México,
"interactuamos mejor a nivel de redes continentales y sobre todo
por sectores, como es el caso de las mujeres, que los diferentes
grupos de mujeres en el mismo país, ni se diga entre
sectores diferentes". Tal parecería que mientras
más se abre el compás mejor funcionan las redes,
como lo testifica una de las animadoras de una campaña
internacional, "es más fácil y rápido
sostener un debate, tomar
decisiones y poner en marcha un plan de acción a nivel de
las coordinaciones de los tres continentes, que hacerlo a nivel
continental. Lograr que la información llegue, se
multiplique y logre engancharse con los procesos sociales, crea
un conflicto permanente, porque la demanda y las posibilidades de
trabajo se mueven a ritmos distintos y tienen posibilidades
diferenciadas de participación". Aunque los datos
recogidos parecen indicar, al menos como hipótesis de trabajo, que estos desfases no
se dan cuando se trata de organizaciones que han articulado a lo
interno un funcionamiento en red.

El hecho de estar participando en dinámicas
conjuntas en redes y coordinadoras sectoriales motiva a las
organizaciones a compartir entre ellas su realidad, ideas,
propuestas, experiencias. Ese compartir les deja visualizar con
mayor claridad que su situación no es aislada, que los
problemas que viven también se presentan de manera similar
en otros países, que las respuestas que cada cual ha
ideado pueden ser una fuente de inspiración para las
demás, pero igualmente les ayuda a ubicar las
problemáticas globales en torno a las
cuales actuar conjuntamente.

Es, por ejemplo, lo que ha ocurrido entre las mujeres en
el seno de la CLOC. El contacto e intercambio entre, por un lado,
organizaciones de mujeres campesinas, y por otro, comités
de mujeres dentro de las organizaciones mixtas, ha significado
que cada cual descubra que los problemas y resistencias que
enfrentan no les son únicos; como consecuencia, se sienten
empoderadas para justificar y defender sus demandas en su
respectivo contexto nacional.

Estos intercambios entre organizaciones muchas veces son
primero presenciales. Pero una vez establecida la relación
y la confianza, el mantenimiento
de la relación vía Internet constituye un refuerzo
y prolongación de los encuentros. Toda vez, para entender
cuál es el aporte de Internet a estas dinámicas, no
basta analizar qué pasa por ese canal. Sería algo
así como tratar de entender la relación entre dos
personas por sus conversaciones telefónicas. Más
bien la comunicación electrónica se vuelve un
componente de una relación mucho más compleja, que
pasa por diversos canales; pero cuya frecuencia de contacto y
calidad de
intercambio se ven transformadas con la incorporación de
Internet.

Uno de los aportes de utilizar las redes
electrónicas para las actividades de coordinación,
coinciden en señalar las organizaciones consultadas, es
que permiten que la información fluya entre todas ellas -o
al menos entre las "conectadas"- y que todas puedan participar en
la toma de decisiones; aunque también concuerdan en que
esta última posibilidad no necesariamente se da, de modo
que las decisiones tienden a ser adoptadas por las organizaciones
más dinámicas. Con todo, a diferencia de lo que
pasaba antes, subraya un dirigente campesino de
Centroamérica, "ahora ya no se puede decir: 'no
sabíamos', 'tomaron las decisiones a nuestras espaldas' o
cosas por el estilo; si teniendo la información, no nos
pronunciamos, ya es nuestra responsabilidad".

Por el carácter incluyente que tienen, en estas
coordinaciones existe una fuerte preocupación por aquellos
miembros que se quedan fuera de las redes, y por tanto, al margen
de la información y de la toma de decisiones. Sin embargo,
no queda claro cómo tal preocupación se traduce en
respuestas efectivas para evitar que la "lógica de los
flujos" termine por subordinar el curso de dichos procesos
organizativos. En un mundo marcado por la presión de
ritmos acelerados, a la postre son los "conectados" quienes
finalmente pueden dar su palabra cuando, por ejemplo, se trata de
consensuar sobre la marcha acerca de un pronunciamiento
público o situaciones similares.

Debemos reconocer, señala una integrante del
movimiento de mujeres, que "los tiempos de los movimientos y de
los procesos sociales no son los mismos que los tiempos de la
Internet. En tiempos de Internet las cosas se aceleran mucho, y
no todas las organizaciones están en medida de seguir ese
ritmo. Incluso la tecnología puede llegar a ser un
estorbo, si no se tiene una estrategia de
comunicación. Las nuevas tecnologías de
comunicación multiplican las potencialidades, pero
también las brechas".

De manera general, se reconoce que las listas
electrónicas de intercambio interno funcionan con
altibajos y que la mayoría de mensajes que circulan
corresponde a denuncias e información sobre hechos que
suceden en los diversos países, particularmente cuando una
organización miembro se encuentra involucrada. Aquellas
también han permitido que se extienda al conjunto temas
específicos abordados inicialmente por una u otra
organización. Así por ejemplo, un dirigente
campesino-indígena andino reconoce que su
organización "tomó en serio" el tema de los
transgénicos, gracias a las informaciones enviadas a la
lista CLOC por "organizaciones fraternas de otros
países".

En momentos críticos -como violaciones flagrantes
a los derechos humanos-, se han implementado también
acciones urgentes aprovechando que la Internet, al actuar en
tiempo real, ofrece grandes posibilidades de sincronía. Es
así como, en un lapso determinado de tiempo las
organizaciones han respondido a llamados de solidaridad para
incidir en un punto específico, transformando su debilidad
(tamaño y dispersión) en una fortaleza, lo que
deviene clave en el juego
internacional de presiones.

Así mismo, este recurso tecnológico
también ha permitido coordinar acciones y movilizaciones
de manera sincronizada, salvando las barreras del tiempo y la
distancia, y dar cuenta de las mismas sobre la marcha, reforzando
la cohesión interna y aportando a un mayor impacto
público tanto en el plano internacional como a nivel
interno. Un reciente ejemplo de ello sucedió el 17 de
abril de 2001, con ocasión del "Día Internacional
de la Lucha Campesina", promovido por la organización
mundial Vía Campesina, de la cual es integrante la
CLOC.

Una buena parte de las organizaciones consultadas
participa también de otras redes temáticas (uso de
los plaguicidas, comercio justo, deuda externa,
etc.), tanto para enriquecerse con información de primera
mano como para establecer alianzas puntuales (por ejemplo con
organizaciones de ecologistas, de consumidores, de derechos
humanos, etc.), involucrarse en campañas y acciones
urgentes y participar en eventos internacionales.

La experiencia alcanzada en el trabajo de red incluso es
reproducida en otros ámbitos, como cuenta una dirigente de
ANAMURI: "recogiendo la experiencia que teníamos de la
CLOC la trasladamos a la Red de Acción contra los
Plaguicidas en América Latina, RAPAL, que pese a ser un
movimiento de ONGs e investigadores no tenía
conexión en redes".

En la dinámica de las coordinaciones y redes
sociales aquí contempladas, las campañas han jugado
un rol altamente dinamizador, como una especie de "lubrificante"
para ponerlas en acción, tanto a lo interno como en la
interrelación entre ellas y otros procesos y sectores
sociales. Pero hay una en especial que ha sido clave para los
desarrollos particulares de aquellas como para el accionar en
conjunto que se expresa en la CWMS: El Grito de los Excluidos/as,
que de cierta manera viene a ser una continuidad de la
Campaña de los 500 años.

El Grito de los Excluidos/as

El Grito de los Excluidos/as nace
en Brasil en 1995 por iniciativa de la Conferencia
Nacional de Obispos y de los movimientos sociales del Brasil,
para llamar la atención sobre las situaciones de
exclusión que genera el modelo
neoliberal. En el transcurso de 1999 se extiende a América
Latina, teniendo al 12 de octubre como la fecha simbólica
para la protesta general que se lleva a cabo bajo el lema: "Por
Trabajo, Justicia y
Vida".

En el año
2000, el Grito da saltos cualitativos y cuantitativos, pues pasa
a convertirse en una movilización continental permanente
que arranca en los primeros días de septiembre y se
extiende hasta la tercera semana de octubre. Pero además,
porque se traza una estrategia de convergencia con otros procesos
e iniciativas que apuntan al mismo camino, esto es con la Marcha
Mundial de las Mujeres contra la violencia y
la pobreza, el
Jubileo 2000, el movimiento contra el racismo y la
coalición que en Estados Unidos
lucha por la regularización de los inmigrantes
indocumentados y la reunificación inmediata con sus
familias, entre otros.

La
rapidez con la que se extiende sin duda se debe a la profundidad
y gravedad que ha alcanzado la exclusión
social pero también al hecho de que este espacio
convergente no requiere crear una estructura propia, pues se basa
en un tejido que se ha ramificado a partir de redes sociales
interconectadas ya existentes, entre ellas la CLOC y el FCOC, y
se nutre del dinamismo de movimientos campesinos e
indígenas, sindicales, ecuménicos, de derechos
humanos, ONGs y otras entidades. Este proceso se complementa con
los criterios de descentralización, flexibilidad y
libertad de
acción que operan, de modo tal que cada sector, cada
país, pueden hacer su propio Grito e incluir sus propios
temas, definir las modalidades y momentos más adecuados
para sus actividades, etc.

Es decir, el Grito básicamente ha logrado
interconectar a una diversidad de organizaciones y entidades, por
su tamaño y alcance de acción, por sus
motivaciones, áreas de interés e
intervención, por sus metodologías y lineamientos
estratégicos, etc., en términos tales que cada
cual, desde la más pequeña, puede manifestarse y
compartir sus puntos de vista. Y es así que la fuerza de
las acciones reside en la virtualidad de estar enlazadas: en el
imaginario de los protagonistas está presente la idea de
la pertenencia a un movimiento internacional amplio, con lo que
las acciones locales adquieren otro
sentido.

Por las
características señaladas, el manejo informativo y
comunicacional basado en un enfoque multiplicador es clave. Los
soportes materiales son mínimos: un afiche y postales, que
sirven para marcar la imagen pública del Grito, el grueso
de esta actividad se realiza por medio de la Internet: junto al
sitio web en varios idiomas (http://www.movimientos.org/grito/)
-en el que se difunde información, se recogen documentos y
artículos y se establecen enlaces hacia sitios de otras
entidades afines-, existe una lista electrónica con las
direcciones de los puntos articuladores que hace las veces de un
circuito central, el cual es alimentado por un boletín
electrónico regular y un flujo permanente de
información coyuntural y reflexiones puntuales,
correspondiendo a cada punto articulador multiplicarlos hacia su
entorno, y así sucesivamente. Mas no todo se queda en la
Internet, sino que en los diversos eslabones, indistintamente,
esos flujos informativos son trasladados al papel o utilizados
para programas radiales, etc. Es más, todo ello se
complementa con las iniciativas específicas, grandes y
pequeñas, impulsadas en cada organización, sector o
país.

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6
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